Teoria del Arte

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TEORIA DEL ARTE MARTIN SORIA que ayuden al entendimiento de la moral, ética y estética, y el escultor quizá fabrique emblemas humanos, formas sugerentes y agradables por su elegancia. La posibilidad de acomodar el arte con las normas naturales no lo restringe en absoluto, todo lo contrario, lo libera del tener que retractarse. Pensemos en qué porcentaje de obras de arte se transmiten de generación en generación y comparemos este porcentaje con la cantidad de obras que se desechan. Si queremos hacer arte para el desperdicio, nadie nos lo impide, pero debemos asumir que el más beneficiado en ello es el desperdicio. Desgraciadamente para el arte, son muchos los que aún no superan el periodo sensible al desperdicio. El arte espera su máxima expresión, su logro coincidente con la razón constante que lo identifica y por lo mismo espera de lo propio. El artista espera lo mismo pero para lograrlo es necesario que se aparte de lo impropio, de lo insuficiente, insignificante e improvisado. La lotería solo le toca al que coincide con el número ganador. El resto está perdido. Arte es todo el actuar que pretende superar los logros del pasado, pero los logros que enriquecen el recuerdo, no los que se merecen olvidarlos. 1-Vida Decimos que vida es el conjunto de fuerzas que permiten la consecución de un propósito. De donde se deduce, que el cumplir con tu propósito te justifica vivo. Vida no solo es un periodo entre el nacimiento y la muerte, es una alternativa entre el cumplimiento de su función o su defunción. El ser humano puede vivir sin funcionar como humano solo cambiando la orientación de la consecución de sus propósitos. Si se orienta en la satisfacción del propósito individual relegando a segundo plano la satisfacción del propósito de conjunto, es un individuo vivo pero que fallece en su proceder, lo que le transforma en disfuncional (defunción - difunto). A pesar de estar gozando de las fuerzas que posibilitan la consecución de su propósito, al ignorar su propósito y no coincidir con su realización, no cumple su función y por lo tanto, está vivo, (listo para cumplir) pero no vive al no cumplirse, y su disfunción lo certifica muerto, es un difunto. De ahí la célebre frase de Jesús: “deja que los muertos entierren a sus muertos”.

Academia de Bellas Artes Martin Soria. www.martinsoria.cl

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