Lacunario es un edificio-objeto, la invención de una isla en un área protegida de alta pristinidad. Los ámbitos lacustres tienen un particular y leve movimiento, aquí no hay paisajes categóricos, tampoco drásticas velocidades, el espejo de agua se riza al ir y venir suavemente sobre sus orillas y los juncos son peinados indolentemente por la brisa. La arquitectura se suma a la levedad cinética de la laguna con un translúcido pelaje de barras que se deforman siguiendo el viento, un camuflaje dinámico que la indetermina y desdibuja transformando el tiempo lacustre en objeto. Todo el edificio es un simulador de naturalidad, para lo cual se dispone una serie de artificios que generan nieblas, brumas, nubes y lluvias, con el fin de producir una ilusión de atmósferas lacustres. Lacunario se construye con el agua y vegetación de la laguna, muta con sus vientos y brumas y late con sus ciclos naturales, deviniendo en máquina lacustre, trasformando la arquitectura en una ensoñación, en una ilusión de la naturaleza.