151_2011_noviembre_El Mundo del Abogado

Page 57

19 de octubre de 2011 Es un placer estar aquí reunidos para cumplir un viejo anhelo del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México: inaugurar su biblioteca y su archivo; un espacio digno, iluminado y ventilado para propiciar el trabajo intelectual de quienes estén interesados en la abogacía mexicana. Los fondos documentales que integran esta biblioteca han sido catalogados bajo la dirección del cronista del Colegio, don Alejandro Mayagoitia, y con la participación de la historiadora Liliana Totoricahuena. Un reconocimiento a ambos por su tarea y su compromiso con este Colegio. No solamente inauguramos la biblioteca. También le ponemos nombre: José Bernardo Couto y Pérez, quien fuera presidente del Colegio y uno de los abogados más brillantes que haya dado este país en el siglo XIX. Don Bernardo Couto y Pérez nació en Orizaba, Veracruz, en 1803, descendiente del primer prior del Consulado de Comercio de Puebla, don José Domingo de Couto Ibea. Estudió humanidades y jurisprudencia en el Colegio de San Ildefonso. Se recibió el 9 de agosto de 1827, impartió la cátedra de Derecho público internacional y se matriculó en el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México el 25 de enero de 1846, llegando a ser rector del Colegio en 1858. Fue asesor del Tribunal Mercantil de la Ciudad de México en 1841, 1850 y 1852. Formó parte de la legislatura de Veracruz en 1828 y participó en 10 congresos nacionales. Fue propietario de la Junta de Representantes de 1841 a 1843, nombrado por la Junta Departamental de México. Colaboró con el presidente José Joaquín Herrera como ministro de Justicia del 14 de agosto al 19 de octubre de 1845. Estuvo comisionado para entablar negociaciones de paz con los Estados Unidos de América en 1847 y fue ministro de la Suprema Corte de Justicia en 1851. Perteneció a la Academia de Legislación y Economía Política, a la Academia de la Lengua, a la Academia Nacional de las Tres Nobles Artes de San Carlos y a la Sociedad Mexicana de Geograf ía y Estadística, entre otras asociaciones y academias. Es autor de diversas colaboraciones del Diccionario universal de historia y de geograf ía (Imprenta de F. Escalante, Librería de Andrade, México, 1854) de don Manuel Orozco y Berra. Bernardo Couto fue discípulo de José María Luis Mora, cuya influencia, se dice, lo llevó a comulgar con las ideas liberales moderadas. Se convirtió en “un hombre necesario en todos los grandes asuntos políticos, jurídicos y diplomáticos del país”. A él dedicamos esta biblioteca y archivo. No puede entenderse la figura del jurista sin su biblioteca; no puede concebirse a un Colegio de Abogados sin la propia, máxime cuando, como en este caso, se tienen fondos bibliográficos y documentales esenciales para la historia, el presente y el futuro del país. Un reconocimiento especial a don Francisco Xavier Gaxiola Ochoa, decano de la junta de honor del Colegio, a quien le debemos el contar con esta sede, cuya sección de biblioteca ahora inauguramos. A él le corresponde el honor de develar la placa que pone nombre a esta biblioteca. Un reconocimiento a don Bernardo Fernández del Castillo, a don Fernando Yllanes y a don Gabriel Larrea por haber mantenido el inmueble en uso del Colegio, lo que hoy nos permite dar este importante paso en nuestra vida institucional. Gracias a todos aquellos que han donado fondos bibliográficos a nuestro Colegio, que hoy enriquecen nuestra biblioteca. Gracias a aquellos que donaron obra gráfica para sus paredes y mobiliario para sus tareas. Gracias al licenciado Enrique González Meyenberg, miembro de este Colegio desde 1981, quien generosamente donó la biblioteca de su padre, miembro también de este Colegio, don Jorge González Ramírez, socio desde el 1° de diciembre de 1961. Su colección ocupa la primera sección de nuestra biblioteca. Y qué mejor momento que éste para anunciar a ustedes una magnífica noticia: gracias a la generosidad de los miembros de este Colegio, en breve iniciaremos los trabajos para acondicionar el resto de la sección contigua a la biblioteca. Nos han donado la loseta y los materiales necesarios para hacerlo. Gracias a Interceramic por las consideraciones hechas a nuestra institución. Pronto, el Colegio podrá ofrecer a sus miembros espacios para juntas de trabajo y reuniones colegiales. El Colegio más antiguo de América requiere apoyo y trabajo. Lo que hoy se inaugura se logró gracias a su participación entusiasta. ¡No cejemos en dignificar nuestra sede, no cejemos en dignificar nuestra profesión! ¡Muchas felicidades! Óscar Cruz Barney Presidente

El Mundo del Abogado noviembre 2011

55


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.