Guerra Mundial Z

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sobrevivir todo ese tiempo. Escuché que eran mucho más grandes en el norte, por alguna ley de la naturaleza o de la evolución.91 En realidad yo no entiendo mucho de esas cosas, excepto por algún documental que ví hace mucho tiempo. Escuché que las ratas eran como las nuevas cebras; eran rápidas y lo suficientemente inteligentes para alejarse de Zack, se alimentaban de cadáveres limpios, y se reproducían por millones en los árboles y entre los escombros. Se habían vuelto increíblemente peligrosas, así que cualquier cosa capaz de cazarlas tenía que volverse mucho peor. Eso eran las “moscas”, casi dos veces más grandes que un gato doméstico, con garras, dientes, y un gusto voraz por la sangre caliente. Debieron ser todo un problema para los perros rastreadores. ¿Lo dice en serio? A ellos les encantaba, incluso a los pequeños dach, porque los hacía sentir de nuevo como lobos. El problema era para nosotros, porque se nos lanzaban desde las ramas de un árbol, o desde un techo. No te perseguían como los perros salvajes, sino que esperaban, sabían quedarse quietos hasta que uno estaba tan cerca que no podía ni apuntarles con el arma. Afuera de Minneápolis, mi escuadrón estaba limpiando un centro comercial. Entré por la ventana de un Starbucks y tres de esos se lanzaron sobre mí desde detrás del mostrador. Me derribaron, comenzaron a destrozarme los brazos y la cara. ¿Cómo cree que conseguí ésta? [Señala la cicatriz en su mejilla.] Supongo que la única víctima ese día fueron mis pantalones. Tengo que agradecerle a los UCs a prueba de mordidas, los nuevos chalecos antibalas, y los cascos que recién nos habían entregado… Llevaba tanto tiempo sin usar ese tipo de protección. Uno se olvida de lo incómodo que es, después de tantos años de no llevar casi nada encima. ¿Acaso los salvajes sabían cómo usar armas de fuego? No sabían hacer nada remotamente humano, por eso les decían “salvajes.” No, la armadura era para protegernos de la gente normal que encontrábamos. No de los rebeldes organizados, sino de uno que otro LaMOE,92 Siempre había uno o dos de esos en cada zona, un tipo o una vieja que habían logrado sobrevivir solos. Leí en alguna parte que en los Estados Unidos tuvimos más que en cualquier otro país del mundo, que tenía que ver con nuestro individualismo reprimido o algo por el estilo. Esa gente llevaba tanto tiempo sin ver a una persona viva, que muchos de los disparos iniciales eran accidentales o por costumbre. Casi todo el tiempo lográbamos razonar con ellos. A esos los llamaban en realidad RCs, Robinson Crusoes —ese era el término para los que resultaban ser buena gente. Les decíamos LaMOEs a los que estaban demasiado acostumbrados a ser los reyes de su pequeño mundo. ¿Reyes de qué? No tengo idea, supongo que de los Gs, quislings y salvajes, pero ellos creían que se estaban dando la gran vida, y que nosotros habíamos llegado a acabar con eso. Uno de esos estuvo a punto de matarme. Estábamos avanzando hacia la Torre Sears en Chicago. Chicago, esa ciudad me dio Traducción: m_earendil

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