Guerra Mundial Z

Page 117

¿No podría haberse convertido en un periodista independiente, y conseguir un pase de prensa del gobierno? Me habría tomado demasiado tiempo. Casi todos los medios masivos habían desaparecido, o eran ya de propiedad federal. Los canales que quedaban, tenían que retransmitir señales de seguridad pública, para asegurarse que cualquiera que los viera supiese qué hacer. Todavía estábamos en medio del caos. Apenas si teníamos carreteras, ni hablemos de los mecanismos burocráticos para conseguir un permiso de periodista. Me habría tomado meses. Meses, con cien personas muriendo cada día. No podía esperar. Tenía que hacer algo de inmediato. Agarré una cámara de DV, algunas baterías de repuesto, y un cargador de energía solar. Mi hijo mayor me acompañó como sonidista y “Asistente del Director.” Salimos a la carretera por una semana a buscar algunas historias, sólo nosotros dos y nuestras bicicletas. No tuvimos que ir muy lejos. Justo afuera de Los Ángeles, en un pueblo llamado Claremont, hay cinco universidades — Pomona, Pitzer, Scripps, Harvey Mudd, y la Claremont Mckenna. Al comienzo del Gran Pánico, cuando todo el mundo salió literalmente corriendo hacia las colinas, trescientos estudiantes decidieron quedarse y pelear. Convirtieron el Academia Femenina de Scripps en algo parecido a una ciudad medieval amurallada. Reunieron las provisiones de las demás universidades; sus armas eran una mezcla de herramientas de jardinería y rifles de entrenamiento de los Oficiales Reservistas Universitarios. Plantaron jardines, excavaron pozos, fortificaron los muros que ya existían. Mientras las montañas ardían en el fondo, y los suburbios a su alrededor eran consumidos por la violencia, ¡esos trescientos muchachos se defendieron contra diez mil zombies! Diez mil, a lo largo de cuatro meses, hasta que el Imperio Interior pudo ser reclamado de nuevo.30 Tuvimos la suerte de llegar justo para ver el final de todo, para ver caer al último de los muertos, y luego a todos esos estudiantes y soldados reunidos bajo la enorme bandera hecha de retazos que colgaba del campanario de Pomona. ¡Qué historia! Noventa y seis horas de escenas en la lata. Me gustaría haber podido grabar más, pero el tiempo era crítico. Recuerde, perdíamos cien personas cada día. Teníamos que dejarla lista lo más pronto posible. Regresé a mi casa con las grabaciones, las recorté y las monté con mi equipo casero de edición. Mi esposa hizo las narraciones. Sacamos catorce copias, todas en formatos diferentes, y las presentamos ese sábado por la noche en diferentes campamentos y refugios por todo LA. La llamé Victoria en Avalon: La Batalla de las Cinco Universidades. Ese nombre, Avalon, lo saqué de un video que uno de los estudiantes estuvo filmando a lo largo de todos esos meses. En él se mostraba la noche del último ataque, el peor de todos, cuando una horda fresca se veía aparecer en el horizonte, hacia el oriente. Todos los muchachos se veían muy ocupados —afilando sus armas, reforzando las defensas, haciendo guardia junto a los muros y en las torres. Una canción flotó por todo el campus, a través de los altavoces que sonaban música todo el tiempo para mantener la moral arriba. Una estudiante de Scripps, con la voz como la de un ángel, estaba cantando el tema Avalon de Roxy Music. Su versión era tan hermosa, y hacía un contraste increíble con la tormenta que estaba a punto de caer sobre ellos. La usé como fondo de la escena de “preparándose para la batalla.” Aún siento un nudo en la garganta cada vez que la escucho. Traducción: m_earendil

www.comunidadzombie.blogspot.com


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.