Revista Boreales vol. 1

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Literatura de Puerto Rico y LatinoamĂŠrica


Revista Boreales

Revista de Creación Literaria LITERATURA DE PUERTO RICO Y LATINOAMÉRICA

MES OCTUBRE, AÑO 2010

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NÚMERO 1


©2010 Revista Boreales de Creación Literaria Prohibida la reproducción, en cualquier forma y por cualquier medio, de esta edición.

Todos los derechos reservados bajo las International and Pan American Copyright Conventions. Ninguna parte de esta revista puede reproducirse de ninguna manera, sin el permiso escrito de los autores o de sus herederos.

Número 1 Año 1 Junta Editorial: Jesús Manuel Santiago Rosado Yolanda Arroyo Pizarro Boreales Carolina, Puerto Rico Contactarnos en

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revistaboreales@gmail.com yolanda.arroyo@gmail.com http://narrativadeyolanda.blogspot.com/


Este primer número de Revista Boreales es dedicado a los valerosos estudiantes universitarios que protagonizaron los sucesos del 30 de junio de 2010 en el Capitolio, en especial a todos aquellos que usaron sus cuerpos como escudo en contra de la violencia institucional. Estos cuerpos son metáfora de resistencia. El mundo atestiguó cómo las espaldas de estos bravíos estudiantes fueron masacradas por las patadas de la fuerza de choque. Sus cabezas fueron abiertas por las macanas de la policía. Los ojos fueron magullados por el gas pimienta y los pulmones torturados debido a las bombas lacrimógenas. Su voluntad, entereza y bravura permanecieron intactas.

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A todos ellos va esta edición.


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Contenido


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Editorial

¿

P

or qué escribir?

¿Por qué escribo? Escribo porque temo que llegue el día en que mi hija ya no

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Cuando los surrealistas, en 1919, hicieron la pregunta “¿Por qué escribe usted?” y la enviaron a los escritores parisinos consagrados de la época, recogieron cerca de 75 respuestas que dieron el pie forzado necesario para publicar tres números de la revista Littérature. La cantidad de ejemplares publicados se triplicó y la gesta fue considerada heroica. Dice la historia que Philippe Soupault atribuye la formulación de la pregunta a un parroquiano del bar donde el grupo surrealista se detenía por esos años. Éstos, hartos de la insistencia de su mirada, se valieron un día de la variedad parisina del “¿qué mirái?”. El parroquiano no dudó en responder: “Los miro porque me gustaría saber por qué escriben”. Entre las respuestas recogidas de aquel entonces se encuentran: “Escribo porque sí”, de Cendrars. “Por debilidad”, añadió Valéry. Y Paulhan: “Yo escribo poco.” Años más tarde a Borges se le cuestionó lo mismo y contestó: “Intento intervenir lo menos posible en lo que escribo. Y como no tengo opiniones definitivas en materia, por ejemplo, de ética o de política, intento no dejar intervenir mis opiniones en lo que escribo”. “Escribo porque me ocurre algo”, ha dicho el Premio Cervantes 2009, José Emilio Pacheco. El Gabo escribe porque siente curiosidad por el poder. Michel Houllebeque para cobrárselas a su madre y Antonio Lobo Antunes dice: “Escribo porque no sé bailar como Fred Astaire”. Numerosos son quienes dicen escribir para saber por qué escriben. También hay los que responden que lo hacen por mímesis, por réplica, por inspiración, por musa o por una imperiosa necesidad biológica. La trascendencia es otra gnosis citada, quizás existencial, como en el caso del peruano Julio Ramón Ribeyro: “Escribo para

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continuar en el existir una vez muerto”. O también se menciona el aforismo cursi, como en el caso del brasileño Fernando Gabeira: “Tiendo a pensar que escribo para ser amado”. Salman Rushdie, víctima de una “fatwa” lanzada en 1989 por el Ayatolá Kjomeini ha mencionado: “Escribo porque me gusta estar solo en una habitación”. Al Nobel turco Orhan Pamuk se le cuestionó igualmente, y él, sonriente exclamó: “¡Escribo porque me sale de dentro! Escribo porque soy incapaz de hacer un trabajo normal como los demás. Escribo para que se escriban libros parecidos a los míos y yo pueda leerlos”. Ana María Matute cuenta: “La verdad es que escribo porque no sé hablar. Escribo porque no he encontrado mi lugar en el mundo”. Esto, y lo otro (lo intrínsecamente invisible que se entreteje) es un poco la razón «sinrazón» de esta revista. Mostrar lo que escriben aquellos seres a quienes les apasiona escribir. Dejar marcado o no el mundo. Intentar plasmar la conciencia del por qué se escribe justo desde el objeto: el escrito mismo. Aquí estamos, de nuevo. Un grupo de puertorriqueños, latinoamericanos, terrestres. Tratando. Lo hacemos sin pretensiones, dejando un testimonio vivo, acaso perpetuo, de nuestros trabajos, en un marco más o menos geográfico, pero no restrictivo por latitudes ni longitudes limitantes. Que sean las palabras las únicas fronteras y cada letra aquí expuesta, nuestra coordenada de geoposicionamiento.

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Yolanda Arroyo Pizarro 21 de octubre de 2010


Aurorae boreal Narrativa

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“Hay una correspondencia fatal entre el cuento y la vida, entre el pasado y el destino, entre los poetas y los hombres, entre el amor y la muerte. Pero sólo, tal vez. Nada es más ambiguo que la palabra. Ni siquiera los espejos. Y sin embargo sólo nos sirven las palabras como espejos de nuestros tiempos”. Manuel Ramos Otero El cuento de la mujer del mar.


Tina Casanova Café para dos Rebuscó con mano trémula entre la ropa que colgaba de las perchas. Sacó algunas piezas, las tiró sobre la cama y las observó. Intercambió aquí y allá, haciendo diferentes combinaciones. Se alejó, las miró desde otro ángulo, pero no satisfecha, las devolvió de nuevo al ropero. En ese ejercicio inútil consumió media hora. Todavía llevaba la bata desteñida de felpa azul con que había salido de la ducha y la toalla anudada a la cabeza. El ejercicio se repitió una y otra vez. Hasta que exhausta y malhumorada, en un último intento, sacó las primeras piezas que había tratado de combinar. Exhaló un suspiro de resignación. Era una combinación de falda larga color verde oliva, blusa crema de manguillos y escote pronunciado y chaqueta estilo sastre color marfil. Luego rebuscó entre cajas de zapatos apiladas en una repisa. Escogió el par que creyó adecuado. Eran unas sandalias de tacón alto que combinaban a la perfección con los colores escogidos. Las estrenaría ese día.

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Miró el reloj y las líneas de ansiedad volvieron a adornar su frente. Se ufanó frente al tocador. Secó su cabello y se lo acomodó con fijador y prosiguió a maquillarse. Cuando terminó se vistió con sumo cuidado, como si en aquel ejercicio le fuera la vida. Doblada sobre sí misma y sudando a mares se empeñó en atar las tirillas de las sandalias. Luego sacó de un cofre un collar de perlas con sus aretes y una pulserita haciendo juego. De los muchos frascos que había en una bandejita de espejo sobre el tocador eligió un perfume y lo aplicó detrás de las orejas, en las muñecas y sobre el nacimiento de los pechos que el escote dejaba al descubierto. Cuando estuvo lista, regresó al espejo y estudió cada detalle, hasta estar completamente satisfecha con la imagen que el espejo le devolvió. Tomó un pequeño frasco de esmalte de uñas y lo fue aplicando con cuidado. Luego levantó ambas manos y las miró reflejadas en el espejo. —¡Lista!—exclamó en voz alta—y una radiante sonrisa, como un sol de trópico le iluminó el rostro. Tarareando una tonada salió a la pequeña sala. Allí le aguardaba una mesita primorosamente decorada con mantel de punto blanco sobre otro encarnado que la cubría hasta el piso. Sobre ella, un


florero de cuello largo con una sola rosa morada y un servicio de café… […]

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Luis N. Saldaña En el Café del Fauno

Por dentro juventud, por fuera daños. Amado Nervo La vi tan pronto entré al Café del Fauno y de inmediato pedí al maître mi mesa. Desde allí podía observarla sin llamar su atención. No la conocía y entonces no entendí por qué me había interesado en ella. –¿Quién es la señora? – pregunté a Giovanni, el camarero que en ese momento me servía.

Ordené un martini y me concentré en los gestos desdeñosos de la mujer. Fumaba. Sostenía el cigarrillo en la punta de unos dedos

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Miles de turistas hormigueaban por las calles de Sorrento ese verano, así que me satisfizo la explicación de Giovanni. El café estaba lleno y las conversaciones se fundían en un murmullo sugerente.

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–No la conozco. Es probable que sea extranjera.


coronados por uñas que habían sido esmaltadas con esmero. Dejaba escapar pequeñas volutas de humo que luego se perdían en dirección de los ventiladores del techo. Sus ojos azules escrutaban a todo el que se aventuraba a pasar frente a su mesa. Hablaba para sí y movía la cabeza, como negando, como reprochando. Seguía con una mirada amarga a los parroquianos que entraban y salían del café. Tensaba los labios cuando los escuchaba reír con desparpajo. Parecía reclamarles algo. ¿Qué podía interesarme de aquella dama, cuya belleza comenzaba a languidecer, arrebatada por el inexorable discurrir de los años? Ordené otro martini y continué estudiándola sin disimulo. El rictus se le endureció más aún. Seguí su mirada. Me topé con una joven bronceada hasta el pecado, que correspondía con sonrisas traviesas las atenciones que le dispensaban varios de los mocetones locales y hacía alarde de una exuberante melena, que no cesaba de acomodar detrás de su oreja izquierda con el dedo índice. Fue entonces cuando comprendí lo que me fascinaba de aquella mujer. Había descubierto en ella la conciencia de la vejez, del indeseable aluvión de arrugas que deja a su paso el río de la vida, del amargo sabor de la nostalgia. Nuestras miradas se cruzaron por un brevísimo instante y advirtió que la espiaba. Se ajustó el pañuelo de seda que llevaba enlazado al cuello. Desvié la vista unos segundos. […]

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Johanny Vázquez Paz Oda al Regreso vuelvo porque me cuesta no volver Mario Benedetti Vivo regresando a ti, San Juan, como la ola que aterriza en la arena para retornar de prisa a su destierro. Ahora que mi cabello ha blanqueado, te juro que nunca partí; sigo agitando el pañuelo con los ojos anclados a tu puerto. Era la juventud deseosa de catar el sabor de otros mares. Era cuestión de comprar un pasaje de ida, empacar las maletas con experiencias nuevas y volver a ti. Quién hubiera dicho que veinticinco años más tarde seguiría atesorando los sueños que forjé en tus adoquines. Desde la loma más alta de Santurce bajé a conquistar tu espalda. Recorrí todo tu cuerpo con mis pies insaciables de caminos. Y fuiste mi cielo para volar chiringas, mi castillo para besar príncipes, mi catedral con velo de novia. Fuiste mi viejo, San Juan, maestro del pasado, arquitecto de murallas. Asida de tu mano conocí a tus fantasmas y reviví tus leyendas.

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Tere Dávila Se eleva la cifra de muertes violentas

Se eleva la cifra de muertes violentas en el país con las de Ángel Ortiz Torres, de 22 años y Gabriel García López, de 21, la madrugada del viernes en un bar de Villa Palmas. Ortiz Torres tenía récord criminal por drogas y posesión ilegal de armas y había sido acusado el año pasado de violencia doméstica. También tenía pendiente juicios por robo, asesinato en primer grado, fraude, secuestro, violación, y se dice que a su paso se marchitaban las flores y la pintura se derretía del susto. Por su parte, García López era prófugo de la justicia y había sido acusado de abuso conyugal y de menores, violación a la ley de armas, asesinato, escalamiento, tráfico de cocaína, tráfico humano, y de haber matado a tres de sus Pitbulls con la mirada. (Un cuarto can sobrevivió, pero no presentó cargos por temor a represalias). Según conocidos, “si el muchacho escupía, se hacía un boquete en la loseta”. […]

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Aurorae austral Poesía

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“Con lágrimas de sangre quise escribir la historia que ahora escribo con sangre, con tinta sangre, del corazón.” Manuel Ramos Otero Invitación al polvo


Elsa Tió Tu lengua Tu lengua es un pincel que dibuja pasiones píntame en la piel la noche loca prolonga la humedad de este momento entrégate victorioso, interminable sediento de astros, caricias y arboledas hambriento de saborear la aventura en mi cuerpo. Déjame desordenarte los sentidos déjame regresar a los comienzos esparce tú canción por mis latidos que busco en mi placer, tu placer. y en mi voz, tus palabras. […]

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Mairym Cruz-Bernall Si te cortaran las manos Si te cortaran las manos Después que una ha muerto cómo quieres que responda a esta pregunta? Mis manos cortadas jamás dejarán de escribir sin mí, escribirán mejor vueltas alas, no necesitarán mis pies para andar vueltas palomas, no necesitarán de mis ojos para elevarse vueltas corazón, no necesitarán de los dedos para la caricia Podrán cortarme las manos pero mi lengua seguirá cantando Podrán arrancarme la raíz de la tierra pero mis manos cortadas dibujarán en tu pelvis los contornos de un nuevo país Brindo con mis manos cortadas la copa de luz de tu mirada […]

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Nydia E. Chéverez Rodríguez A mi padre No puedo decir que te fuiste sin avisar. Por el contrario, fuiste dando pistas de tu partida. Pero las ignoré. Tal vez inconscientemente, tal vez por la negación de que te ibas para siempre, tal vez por el cansancio de la brega, o porque sobreestimé mi fortaleza. Lo cierto es que ahora, meses después de tu partida, me doblego ante el dolor, ante la certeza de que ahora sí, ya no te tendré jamás; ante las culpas de lo que no hice, del tiempo que perdí, de lo que no te di, de lo que no te dije. […]

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テ]gel Antonio Ruiz Laboy El tiempo de los escarabajos a veces urge tatuarse el tiempo entre las alas abrirse a los segundos la carencia dolerse desde la cronometrテュa de la mirada y deshilar el aire desde el vuelo hacia el espejo [窶ヲ]

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David Caleb Acevedo Eva III A Yolanda Arroyo Pizarro Culpa a Medea del infortunio del veneno que corre por la sangre del que se deleita en los males peregrinos lentos pero progresivos. Culpa a Circe de que los hombres ante el reflejo de la soberanía y el espejismo del sexo sean revelados como cerdos. Culpa a Baba Yaga de la leche cortada y los abortos primigenios; de que las niñas se pierdan en los bosques […]

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Leticia Ruiz Rosado Palomas tiernas En una tarde de tempestades nuevas el órgano silente se pronunció imperturbable y aquellas quejas viejas encendieron su fósforo […]

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Mirna Estrella Pérez [8]* Te aburres ligeramente dentro del auto. Esperas turno con la estilista. De chica tenías un salón para embellecer a tus muñecas calvas piensas mientras te retocas el labial por tercera vez. A través del espejo es tan fácil ver a la niña que fuiste saltando por la calle detrás de la pelota entrando, casi hipnotizada, a la vieja estructura allí donde se mudaron todos los pájaros del barrio tirando en alguna esquina de la sala […]

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Aurorae polaris Ensayo

“Si pudiéramos comer una palabra sílaba por sílaba sonido por sonido y después tratar de tragarla sin intentar pasarla más allá de la tráquea pensando que tal vez nunca pudiera ver de cerca los pulmones esperando que llegase lentamente hacia la verdadera carne y entonces decir stop.” Manuel Ramos Otero

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Cuento: Suicidio con hormigas africanas y ciruelas blancas. Del libro Concierto de metal para un recuerdo.


Rubis Marilia Camacho Velázquez Las malas palabras merecen respeto El hombre sonrió. Y después murmuró ¡pendejos! ‘En el fondo del caño hay un negrito.’ José Luis González

La sociedad espera que una persona correcta y educada se abstenga de decir ciertas palabras. A estas palabras discriminadas les llamamos malas palabras, palabras soeces (bajas, groseras, indignas), palabras sucias, entre otras categorías. La mayoría de ellas nombra las partes pudendas (feas, que deben causar vergüenza) del cuerpo. Me pregunto: ¿Hay algo malo en las partes pudendas? ¿Tiene que ver con el tabú o con la hipocresía con la que manejamos los asuntos del cuerpo y la sexualidad? ¿Son malas porque inyectan erotismo? ¿Por eso corrupción no es una mala palabra? En el Congreso de la Lengua celebrado en Rosario, Argentina, en el 2004, el escritor y humorista Roberto Fontanarrosa también cuestionó el que se le llame malas a ciertas palabras. Éstas fueron sus preguntas: -“¿Por qué son malas las malas palabras? ¿Quién las define como tal? ¿Por qué? ¿Las malas palabras le pegan a las buenas? ¿Son malas porque son de mala calidad? ¿Es que cuando alguien las pronuncia se deterioran? ¿Son palabras que riñen con la moral? ¿Son como esos villanos de las viejas películas que eran buenos, pero la sociedad los hizo malos?” -La audiencia respondió con aplausos. […]

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Yolanda Arroyo Pizarro La tarde en que abracé a Laura Restrepo Octubre de 2004 Tan pronto la vi entrar, la noté famélica de olas, de arena, de mares caribeños y de playas borincanas. Laura llevaba descolgada de los labios ese tipo de sonrisa que se dispara con toda la efusividad del mundo, que se adorna con un carisma genuino. Muchos habíamos llegado a la facultad de Humanidades en la Yupi debajo de un aguacero inmisericorde. El fenómeno había dejado vehículos inundados y a la deriva en un afluente de río bravío permutado en lo que quedaba de la avenida Muñoz Rivera. Luego de ése obstáculo pluvial, muchos anduvimos descalzos ya que nuestro calzado sucumbió a la realidad de la vaguada que nos llevaba el alma corriente abajo por las escalinatas destino a la Sala A. Allí, justo al final, rebosaba una fuente improvisada por los escalones, que si bien daba testimonio inquebrantable de la torpeza de los desarrolladores, también mostraba una belleza subyugante, digna de ser inmortalizada por algunos de nosotros en las letras. […]

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Viento solar Fragmento de novela

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“Pudiera ser esto o pudiera ser lo otro. Se puede ser lo que en otros instantes no se quisiera ser aunque se pudiera y se tuviera el tiempo que la cuestión requiere. Y es necesario recordar que siempre se vuelve sobre las cosas iniciales.” Manuel Ramos Otero Del libro Concierto de metal para un recuerdo.


Cezanne Cardona La velocidad de lo perdido (fragmento) Terranova Editores Fragmento de novela

#9, Primera Parte

A Milena le encantaba contarme historias después de hacer el amor. Y yo tenía esa manía de escucharla, con la irremediable costumbre de abandonar todo por ese espacio que nos queda a los derrotados radicales de la izquierda: la puta felicidad. Así que la escuchaba mientras fumábamos: yo acostado y resignado y ella frente a la ventana que miraba al Cementerio Oakwood, cruzando por la Martin Luther King Boulevard a pasos de la Universidad. Una vez me dijo que cuando terminaba de ensayar o de hacer el amor, conmigo o con el belga, le gustaba ver los duelos, las sombrillas abiertas de la gente mirando el nombre de un muerto, los pájaros esperando las hojas secas de sus nidos. Los cementerios le recordaban a su niñez, me dijo, sobre todo la época en que vivió con sus padres en Buenos Aires, detrás del cementerio La Recoleta, en la calle Azcuénaga; hoy, un complejo de hotelitos para farragosos amantes bajo la claridad de las tinieblas que dan los cementerios a mediodía. Desde el balcón de un segundo piso, con trece años de edad y el cansancio del primer periodo,

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Magnetósfera Por el globo terráqueo

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“Ah, claro. ¿Dije que soy autor? Escribo cuentos cortos y dejo que la vida se me agujeree con oraciones que solamente yo comprendo. Por eso soy un autor.” Manuel Ramos Otero en el cuento Hollywood Memorabilia.


Andrés Neuman El amante aparente Novelista argentino El calor se retuerce. Doy vueltas en la cama igual que las agujas del despertador. Pero no pienso en nada: aunque no lo parezca, estoy durmiendo. Y mientras duermo sin que lo parezca espero a Laura, que está a punto de llegar. Laura va a venir pronto, enseguida, de la fiesta. Yo preferí no ir: me sentía cansado para tantas botellas y tan pocas palabras. Le dije: Ve tú sola, no importa. Y, aunque no lo parezca, de verdad no me importaba. […]

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Ana Rosa López de Cárdenas Ocurrencias Escritora boliviana I Se me ocurre que puedo amarte que te amo quizás, que hoy te amo y te amé ayer que te amé en otra vida en la dimensión del silencio y la caricia Se me ocurre que la vida es corta para tanto desengaño, que podría olvidarte y comenzar cada instante una historia, una nueva historia, una buena historia… amar al que me ceda camino […]

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Protones y electrones Entrevistas

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“Es necesario creer que la soledad tiene final. Que el amor si no se alcanza no importa porque de todas formas se muere, la muerte concluye la vida. Comienzo a creer que las realidades son los lados oblicuos de la ilusión”. Manuel Ramos Otero Hollywood Memorablia.


Entrevista a Jorge Volpi Volpi: “A conjugar la inteligencia y la locura.”

Por Yolanda Arroyo Pizarro Las olas parecen darle la bienvenida al terruño. Jorge Volpi es uno de los escritores mexicanos más reconocidos de su país y del mundo literario de habla hispana. Visita la Isla por primera vez y se maravilla de que la playa esté tan cerca de cada corazón puertorriqueño. Durante la conferencia de prensa que brindó gracias a la invitación de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras y la junta del Salón Literario Libroámerica en Puerto Rico (a la que ahora pertenece de manera honoraria), no podía dejar de alabar los hermosos marullos de primicias de verano que se veían por la ventana. Luego de la conferencia bajó su laptop al lobby de la hostería y se conectó a internet. Mientras disfrutaba de la rompiente del mar en la playa de Ocean Park, envío mensajes de texto y habló vía mensajería instantánea Skype con sus padres. […]

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Entrevista a Doris A. Caraballo Música y literatura, un matrimonio bien llevado

Por María E. Camacho La música y la literatura tienen una estrecha relación. Podemos ver como la rima, característica de un poema, o un argumento literario se presenta en una canción. También como se utiliza la música para añadir tensión u otras emociones a una lectura. Como parte de las actividades del Anti taller que imparte la reconocida escritora puertorriqueña, Yolanda Arroyo Pizarro, debíamos realizar una entrevista a un músico de la Orquesta Filarmónica Arturo Somohano, en el concierto del domingo 28 de febrero en el Museo de Arte de Puerto Rico. Me complace presentar la misma.

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Nombre: —Doris A. Caraballo Ortiz ¿Cuál es su pueblo de procedencia? —Ponce, Puerto Rico ¿Qué instrumento toca en la Orquesta? ¿Toca algún otro instrumento? —Mi instrumento es el Oboe, (silla principal). Profesionalmente solamente interpreto el Oboe y Corno Inglés. ¿Cuánto tiempo lleva en la música? ¿Y con la orquesta? —La música lleva en mí los 46 años que tengo. Pertenezco a la Orquesta Filarmónica hace más de 20 años ¿Quién fue su inspiración en la música? —El Profesor Rafael Montero, quien fue mi maestro de violín durante 10 años. ¿Qué cosas son necesarias para triunfar en la música (talento, imagen, suerte, buenos contactos)? […]


Bóveda celeste Libros

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“Éramos flores desterradas desde un Caribe ancho y luminoso”. Manuel Ramos Otero Invitación al polvo


El Eróscopo: Autora: Ana María Fuster Lavín Poemario Isla Negra Editores El Eróscopo: El cuerpo como la medida del tiempo Prof. María de Lourdes Javier “…sometime in your life you will have occasion to say: What is this thing we call time? (...) Where does it go? What does it do? Most of all, is it alive? Is it a thing that you cannot touch and is alive? And then one day you look in the mirror, how old, and you say: Where did the time go?” -Nina Simone (Who knows where the time goes? 26 de octubre de 1969) Hay quien alega que el tiempo no es más que un concepto y que, por consecuencia, no existe. Aunque bien podría ser ése el caso, basta con mirarse al espejo y ver cómo se acumulan las caricias que el tiempo deposita en la piel. Hemos inventado distintas formas de medir este incesante paso del tiempo, casi como si fuese la única forma de palparlo. En El Eróscopo: daños colaterales de la poesía, Ana María Fuster viaja en verso y carne por las cuatro estaciones; se detiene en los días de la semana que luego se acumulan en meses. Así hemos estructurado la vida. Entonces, se abre la pregunta: ¿qué significan estos cambios de temporada para el individuo? ¿Cómo se recibe en el diario vivir el pasar de páginas de los calendarios? […]

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Mundo Cruel Autor: Luis Negrón Cuentos Edición de Autor De la crudeza Rey Emmanuel Andújar La palabra y los monumentos creados mediante ella son las cosas mejor adaptadas al molusco humano, y le permiten sentir y expresar su fraternidad con los objetos de su mundo. Ian Watt Todas las locas son iguales Luis Negrón El libro bueno es el que me empuja a escribir. La lectura de un buen libro para mí es un electro choque. Lo agradable de la colección debut de Luis Negrón, Mundo cruel es la exuberancia que demuestra al contradecir la norma. A mis escritores y escritoras homosexuales yo los quiero lejos de la militancia y más cerca de la literatura. Me atrevo a decir que a diferencia de la República Dominicana la cuestión de género en Puerto Rico es un tema del que es muy difícil desprenderse al considerar lo literario.

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Negrón entrega un libro de alto significado en el quehacer narrativo. Compuesto por nueve cuentos, el texto se estructura desde la oralidad, esto es, según Lilliana Ramos Collado, lo que convierte la narración en una constante monología. Estos cuentos se resisten a ser literatura en el modo cuantitativo. […]

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Cualquier miércoles soy tuya Autora: Mayra Santos Febres Novela Random House Mondadori Cualquier miércoles soy tuya de Mayra Santos Febres o la promesa de la escritura1 Por Daniel Torres “Pero aquí, entre estas páginas, palpita la promesa”. Mayra Santos Febres

Una proposición Enmarcada entre dos poemas, “Entrada” de Rainer Maria Rilke y “Todo conspira” de Nemir Matos Cintrón, la novela Cualquier miércoles soy tuya (2002) de Mayra Santos Febres es una reflexión sobre la promesa de la escritura. En muchas instancias, se hace en el texto un planteamiento del arte de novelar en Puerto Rico en los albores del siglo XXI y se presenta una preocupación del estado de la literatura

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Este trabajo fue escrito a petición expresa de Mayra Santos Febres durante su visita a la Universidad Autónoma de Yucatán (en Mérida, México) durante el verano de 2008. Allí compartimos las profesoras Elvira Sánchez-Blake, Margaret Shrimpton Mason y yo, junto con alumn@s de la licenciatura de literatura latinoamericana, la estimulante presencia de la escritora puertorriqueña que dictó un curso de veinte horas sobre su obra e hizo una lectura de poemas y de su última novela en prensa, Fe en disfraz, en la Casa de la Cultura Elena Poniatowska. De las tertulias de esas jornadas nace la idea de la misma Mayra de que escribiera un “ensayo creativo” sobre su obra. Es por eso que este escrito es apenas una reflexión, o comentario en voz alta, de una obra un tanto abandonada por la crítica y que siempre me pareció esencial para entender la propuesta metaliteraria del universo narrativo de Mayra Santos Febres, mi compañera de generación por allá por los lejanos años 80, perdidos ya en la neblina del ayer del Programa de Estudios de Honor y de la Facultad de Humanidades del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, nuestra Alma mater.

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puertorriqueña en el fin de siglo. El joven periodista Julián Castrodad es el narrador protagonista que nos cuenta los avatares de la Isla del Encanto, que en realidad es también la Isla del Espanto, con los problemas de la huelga de la Autoridad de Energía Eléctrica y sus implicaciones en los puntos de droga2 dominados por el Chino Pereira y sus secuaces. El motel Tulán es el escenario en el que Castrodad interacciona con Tadeo, un dominicano haitiano ilegal, que trabaja para la mafia de la droga y cae preso al intentar pasar un cargamento hacia Miami. Todo este intríngulis narrativo es comentado por el narrador protagonista en contrapunto con unos papeles dejados en el motel por el enigmático personaje de M., una mujer “descuidada” por las infidelidades de su marido, y con la que el joven periodista Julián Castrodad mantiene un romance fugaz que lo deja a las puertas de la gran historia que cuenta en la otra novela, dentro de la misma novela, que también está escribiendo el personaje, sobre los hechos de la huelga y las implicaciones dudosas del abogado Efraín Sorreno, quien resulta ser el esposo infiel de M. (¿M de Mayra?). Santos Febres retrata así los avatares identitarios de una ciudad llamada San Juan, 3 como se refirió a ella el gran René Marqués, que como cualquier otra capital caribeña, nos atrapa con sus peripecias nocturnas entre el periódico La Noticia, donde incialmente trabaja Castrodad, y el motel Tulán, donde se desarrolla parte de la trama de la novela. Daphne, el otro personaje femenino de la narración, da […]

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Los “puntos de droga” son lugares estratégicos en los pueblos de Puerto Rico donde se vende cocaína, heroína y otros estupefacientes, de manera ilegal. 3 En su narrativa siempre está presente ese proceso identitario boricua de la urbe posmoderna y poscolonial globalizada donde se manifiesta la hibridez de los personajes citadinos que conforman su escritura. Como decía ella misma en una reseña que escribiera en el año 1993, para la revista Cupey, sobre el libro del crítico cultural Juan Flores titulado Divided Borders: Essays on Puerto Rican Identity (1993): “Debemos buscar un térnino más inclusivo, menos específico a la experiencia de „la frontera‟ que dé cuenta de las migraciones circulares y simultáneas que hacemos los que vivimos en el exceso de la identidad” (192).


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Convocatoria próximo número


Revista Boreales Convocatoria El Segundo número de Revista Boreales, revista de creación literaria en su formato impreso, está solicitando hasta el 29 de enero de 2011, material de escritores puertorriqueños para publicación en las siguientes secciones: 1.

Poesía (2 poemas)

2.

Cuento

3.

Ensayo

4.

Fragmento de novela

5.

Crítica Literaria

6.

Entrevistas

El material debe cumplir con estas condiciones de publicación: Formato del archivo: envíe su texto como parte de un mensaje de correo electrónico o, si lo prefiere, como archivo adjunto. No incluya imágenes, pues éstas agregan peso innecesario a su archivo y, por lo general, no las utilizamos.

Extensión: en poesía, envíenos un mínimo de dos poemas. En narrativa, ensayo y otros géneros, envíenos un mínimo de una página. No imponemos límites en cuanto a una extensión máxima.

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Idioma: los textos deben estar en idioma español; textos en otros idiomas deberán acompañarse de su correspondiente traducción o de lo contrario no serán considerados por nuestro consejo editorial.

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Datos de autor: incluya sus datos personales (nombre, lugar y fecha de nacimiento, ocupación, trabajos publicados si los tiene, y dirección electrónica). No se admiten textos firmados con seudónimo. Los trabajo que no incluyan esta biografía literaria no serán considerados.


Ortografía: agradecemos que los textos enviados tengan una cuidada ortografía y hayan sido editados y sometidos a corrección para poder ser considerados por nuestro consejo editorial. Formas de envío:

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Por correo electrónico: revistaboreales@gmail.com. Si el consejo editorial decide publicar su contribución, le haremos llegar un correo electrónico con la notificación. Las contribuciones no implican intercambio monetario o de otros bienes ya que Revista Boreales se publica sin fines lucrativos. Las contribuciones aceptadas pudieran considerarse incluso para otros números de Revista Boreales.


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Certamen de novela corta Boreales 2011


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I Premio Boreales de Novela Corta 2011 – Puerto Rico 25 de febrero de 2011 Bases Artículo I - Condiciones de participación: 1. Pueden participar en el “I Premio Boreales de Novela Corta 2011”, los escritores puertorriqueños con domicilio en el país, mayores de 18 años de edad, con una obra en lengua española, original e inédita, que no haya sido presentada a otro premio pendiente de resolución y cuyo autor no tenga cedidos o prometidos a terceros los derechos de edición y/o reproducción de la misma en cualquier forma. El tema es libre. 2. Los participantes deberán enviar todos los datos de contacto junto a su participación: nombre, dirección, teléfonos y correos electrónicos. No se aceptarán anónimos ni seudónimos. 3. El “I Premio Boreales de Novela Corta 2011” constituye una forma de homenaje a la nueva narrativa puertorriqueña. La participación en él implica una adhesión a las bases por parte de los concursantes. 4. La participación en el Premio implica la aceptación sin reservas del presente reglamento en toda su integridad. El país sede de este premio es Puerto Rico. 5. La novela corta tendrá un mínimo de 80 páginas y un máximo de 140 páginas, letra Times New Roman, tamaño 12, mecanografiadas a doble espacio, en papel tamaño 8.5 x 11. 6. La atribución del premio será nula en caso de incumplimiento de las condiciones estipuladas.

2. Al enviar las obras los candidatos declaran conocer y aceptar sin reserva los términos del presente reglamento. Se remitirá acuse de recibo informático.

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1. La inscripción y el envío de las obras se realizarán únicamente por correo electrónico, a partir del 7 de octubre de 2010, a la siguiente dirección: revistaboreales@gmail.com . El envío de las obras deberá contener toda la información solicitada, en caso contrario serán descalificadas automáticamente.

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Artículo II - Registro de las obras:


3. El plazo de admisión de las obras se cerrará el 25 de febrero de 2011 a las 12 de la noche. Artículo III - Selección de las candidaturas y el jurado: 1. Se constituirá un jurado, compuesto por especialistas en literatura, que hará una preselección entre las obras recibidas. Las decisiones del Jurado se adoptarán por mayoría de votos. La deliberación será secreta. 2. Las novelas recibidas serán remitidas a los miembros del jurado, quienes se encargarán de elegir el ganador. 3. Las deliberaciones y la proclamación del ganador se hará por internet, mediante el blog “Boreales, Escritos de Yolanda Arroyo Pizarro -Literatura puertorriqueña” (http://narrativadeyolanda.blogspot.com/) durante la primera quincena del mes de abril de 2011. De ser el caso, podrá haber dos ganadores ex-aequo, que compartirán el premio previsto en el reglamento. Las decisiones del jurado serán inapelables, incluso se reserva el derecho de declararlo desierto. Artículo IV - Aceptación del premio: 1. El ganador no podrá dar a conocer su calidad de triunfador hasta que confirme por escrito y sin ninguna reserva que acepta el premio y la forma de entrega; que acepta participar en acciones de comunicación y promoción de su obra; y que autoriza a los organizadores a reproducir su imagen, el título y extractos de su obra en acciones de promoción relacionadas con su obra y con el Premio. Artículo V - Premios al ganador:

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1. El ganador del “I Premio Boreales de Novela Corta 2011” recibirá como galardón la publicación de la obra ganadora en formato impreso y una estadía de 3 días y 2 noches para él y su acompañante en Hacienda Casa Luis en Castañer, Lares, Puerto Rico. 2. El premio ofrecido no podrá dar lugar, por parte de los ganadores o finalistas, a ninguna impugnación de ningún tipo, ni ningún otro tipo de remuneración. 3. La decisión del jurado podrá ser consultada en el sitio: http://narrativadeyolanda.blogspot.com/ Mayor información: http://narrativadeyolanda.blogspot.com/


“Dios crea su leyenda. Una tarde la soledad le sorprende con una lágrima y sabe que su divinidad es más divina que él mismo. Se vuelve frágil. Se rompen los resortes. La leyenda existe sola. Y Dios entonces muere de aburrimiento”.

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Manuel Ramos Otero


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