- Harina de frutos secos (almendra, avellana, castaña, nuez molida): muy versátiles y se utilizan tanto en preparaciones dulces como saladas. Ideales para reforzar sabores y dar otra consistencia a las masas. - Harina de legumbres (garbanzo, habas, soja...): son harinas muy altas en proteínas y dan consistencia a las recetas. En pequeñas proporciones son combinables con otras harinas. La harina de soja, concretamente, tiene un sabor a nuez y un gran contenido de grasa y proteína, es ideal para preparaciones que contengan frutos secos o frutas. - Goma xantana /Goma guar: son microorganismos naturales que crecen en laboratorios donde se secan y se reducen a polvo para añadirse a las preparaciones en muy reducidas cantidades con el fin de mejorar la consistencia de las masas.
Las posibilidades y el acceso a estos productos cada vez es mayor.
Se pueden
encontrar en herboristerías, tiendas especializadas, grandes superficies o internet pero siempre
hay que asegurarse
que no lleven gluten por razones de contaminación
cruzada. Las alternativas y opciones también son infinitas, por eso las recetas pueden llegar a ser muy diferentes. El secreto está en ir probando y combinando, prestando especial atención a cantidades ya que el sabor, la compatibilidad y la consistencia final puede no ser igual en todas. La cocina sin gluten siempre es un reto.