Medios y Políticas Públicas de Comunicación

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Capítulo 3 | En Defesa del Interés Público

EL DIÁLOGO POSIBLE Pese a ser todavía poco frecuente, el debate entre el Estado, las empresas de comunicación y la sociedad civil ha ido creciendo; en un contexto como este, empiezan a tener cada vez más fuerza ciertas iniciativas independientes de la acción estatal por lo que atañe a la regulación de los medios de comunicación. Son buenos ejemplos de ello las acciones de Responsabilidad Social Empresarial y los observatorios de los medios. La autorregulación se ha venido convirtiendo progresivamente en un debate cada vez más presente en los ámbitos públicos, por lo que concierne a la relación entre las empresas de comunicación y los públicos interesados en sus actividades. La histórica desconfianza ante las regulaciones estatales – justificada o no – acabó incentivando las reflexiones acerca de los mecanismos que no están vinculados directamente con la actuación reguladora del Estado. No obstante, eso no sucede tan solo en el área de las comunicaciones, sino todo lo contrario. La Responsabilidad Social Empresarial (RSE), conforme se ha venido configurando este tema en la época contemporánea, es un fenómeno que afecta a todos los sectores de la actividad económica privada. El telón de fondo de esta discusión ya lo ha planteado detalladamente ANDI en otra publicación que realizó en colaboración con el Instituto Ethos, titulada Las empresas y la prensa: una cuestión de responsabilidad. Uno de los capítulos de este libro se dedica por entero a los diversos ángulos del tema de la Responsabilidad Social de las Empresas de Comunicación. Además de eso, también se retoma en el libro Clasificación por Edades: la Ciudadanía en la Pequeña Pantalla, citado anteriormente, el debate acerca de la autorregulación como una de las posibilidades de promocionar y de proteger los derechos de los ciudadanos y ciudadanas con relación a los contenidos televisivos. Para avanzar en nuestro análisis, cabe resaltar algunos de los puntos principales de dichas discusiones: • La autorregulación, en general, y la Responsabilidad Social, en particular, no pueden descartarse apresuradamente como posibilidades disponibles para regular las comunicaciones. Defendemos, por el contrario, que deben formar parte de la lista de acciones complementarias a la regulación estatal y a la vigilancia de la sociedad civil organizada, y de los ciudadanos y ciudadanas vistos individualmente. • Las empresas de comunicación necesitan estar atentas a toda una serie de obligaciones comunes a toda y cualquier empresa (respecto a los empleados y a sus familias, al medioambiente, etc.). Sin embargo, sus principales productos – como en el caso de la información y del entretenimiento – merecen una especial atención y tienen que ser el centro principal de las acciones de RSE y de autorregulación. En este sentido, por muy relevante que sea la acción de una empresa de comunicación, por ejemplo, a la hora de donarles alimentos a personas que estén pasando hambre, este tipo no es el tipo de actuación que se puede considerar que ha de componer un programa efectivo de RSE. • Es preciso estar atento a esos elementos y, especialmente, a un trade-off potencial que no es raro que esté presente en la observación empírica de la realidad. Se trata de una encrucijada ante la que suelen encontrarse las empresas: en caso de que el respetar los principios autorreguladores implique una reducción de los beneficios, ¿qué camino se seguirá? En otras palabras, por muy interesantes que sean estas acciones, ha de dárseles continuidad y no deben someterse a las oscilaciones de los intereses de las compañías. • También es necesario reconocer que existen numerosos ejemplos de actividades desarrolladas por las empresas de comunicación que pueden rotularse como au147


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