Historia de la Revolucion de la Cuchara

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LA

REVOLUCIÓN

DE LA

CUCHARA

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spoonrevolution.com Por B.A Paramdvaiti Swami




Un día en el Planeta Tierra…


En medio de un bello bosque caminaba un pequeño zorrito, y mientras observaba el frondoso paisaje que lo rodeaba, cada vez se alejaba más y más de su madre. De repente….. ¡PLAC! el pequeño animal se vio atrapado por una de esas trampas que preparan los humanos. Aterrado y sin saber qué hacer, cada vez lloraba con mayor intensidad. Toda la fuerza que tenía la aplicaba tratando de liberarse de aquella trampa, pero esto solamente aumentaba su dolor y angustia.


Al escuchar el profundo llanto del cachorro, los animales del bosque no tardaron en acudir en su ayuda. Sin embargo, a pesar de la hermandad animal y de la preocupación por socorrerlo, no pudieron hacer nada. La realidad era una: sólo un humano podría liberarlo…


....De cualquier modo había que salvar al pequeño, así que decidieron esconderse detrás de los árboles y esperar a que el humano viniese a buscar su presa para entonces sorprenderlo.


Y así fue...el humano llegó para tomar a su presa, pero al sentir que estaba rodeado por furiosos animales e impedido de matar al cachorro, no vio otra cosa más que liberar al zorrito y curar su patita herida. Los animales, satisfechos con lo que el humano había hecho, le permitieron partir.


Mientras el humano se alejaba cada vez más, el león, aburrido y preocupado por la situación, convocó a todos los animales a una gran reunión. La idea era encontrar una solución que acabara con el abuso de los humanos hacia los animales y el Planeta Tierra. Todas las especies deberían estar presentes, incluyendo, por supuesto, a los humanos.


Los animales se alegraron mucho con esta iniciativa, pues ya no soportaban mรกs la crueldad de los humanos.


De repente, uno de ellos levantó su voz entre tanta algarabía y dijo: -“Pero si llamamos a los humanos van a venir con sus armas de fuego y nos matarán como siempre lo hacen”. El conejo temblaba a medida que hablaba: -“Llamemos a sus hijos, ellos no podrán hacernos daño y sienten más cariño hacia nosotros”.


Con su larga trompa, el elefante entonó una bella melodía pidiendo al cielo que buscara por todo el mundo a los niños de buen corazón. Pronto, una delicada y suave nube apareció en el horizonte, y a su vez, tres pequeños llegaron hasta aquel bello lugar.


En cuanto llegaron al bosque, el león le informó a los pequeños acerca de la triste realidad que estaban viviendo: –“Niños, ustedes han sido traídos hasta el bosque para que conozcan algo precupante que está sucediendo. Los humanos están abusando de su libertad e inteligencia para aprovecharse de todo. Ya no queremos que eso suceda más, es por ello que decidimos hacer una reunión para cambiar la situación. Ustedes fueron invitados a este lugar como representantes de la raza humana”. Después de escuchar las palabras del león, un breve silencio se sintió en el bosque, y así, la reunión comenzó.


El Tucán fue el primero en hablar: -“Pienso que nosotros deberíamos tomar el control de todo, comenzando por las casas de los humanos. Podríamos entrar sin pedirles permiso y apoderarnos de sus hogares. También deberíamos hacerles todo lo que ellos hacen con nosotros para que así sientan en su propia piel la crueldad de sus propios actos”.


“¡Si!”, – dijo el caballo con tono de desprecio. –“Podemos adaptarles herraduras a sus pies, amarrarlos con riendas, obligándolos a halar pesadas carrozas y ordenándoles ir cada vez más rápido. Y si en algún momento ellos se resisten, entonces podremos castigarlos azotando sus espaldas con latigos hechos del mismo cuero humano”.


“Yo propongo encerrarlos en jaulas muy bonitas donde todos los que deseen puedan admirarlos y fotografiarlos. Los dejaríamos allí, sin poder salir, pasando frío e incluso a veces sin darles de comer. Y todo esto lo haríamos tan sólo para nuestra diversión”. Dijo el oso muy indignado.


Con lágrimas en los ojos, el canario pidió la palabra: –“¿Y si los ponemos en pequeñas jaulas y después cortamos sus manos para que no puedan escapar?. Y después de someterlos a toda esa crueldad, les pedimos que canten una bella y feliz canción. ¿Acaso no es lo mismo que ellos hacen con nosotros?”.


Al escuchar todo lo que opinaban los animales, Niña, la niña más pequeña irrumpió en llanto. El elefante supo entonces que las descripciones y propuestas de los animales se pondrían cada vez más crudas y asustarían a la pequeña niña, entonces se acercó a ella y la arrulló suavemente hasta hacerla dormir.


Con su potente voz, el león dijo: “A mí se me ocurre otra idea….levantemos uno de esos lugares que los humanos llaman circo. Allí, sin alimentarlos, los obligaríamos a hacer malabares y a saltar por aros de fuego una y otra vez. Y sólo cuando cumplan con largas jornadas de presentaciones, les daríamos comida y si ellos no cumplen con lo que les pedimos, entonces los castigaríamos”.


“¡Oh, qué cosas tan terribles estamos escuchando! Y pensar que tan sólo es una pequeña parte de todas las crueldades que los humanos cometen a diario con nosotros. Por favor, pido a todos los animales que se expresen para que podamos conocer la verdadera dimensión del problema y así los niños puedan tener conciencia y ayudarnos a buscar una salida”. El león, volviéndose a los niños, preguntó: - “¿Ustedes, pequeños, desean permanecer en esta reunión?. Tienen toda la libertad de marcharse, pero si queremos llegar a alguna conclusión, entonces es importante que puedan quedarse con nosotros y participar”. Los pequeños, a pesar de su corta edad, sintieron muy dentro de su corazón que era realmente importante quedarse y escuchar a sus hermanos menores: los animales. Y así fue, se quedaron.


-“Bueno…”- continuó el zorrito – “Yo propongo que un león se encargue de ubicar constantemente trampas por los lugares que son transitados por los humanos. Así él podría almacenar alimento para dar a su familia durante mucho tiempo.


“¡Los humanos se están volviendo cada vez más locos!”...Una voz estruendosa hizo que todos los animalitos voltearan a ver quién había llegado -–, era el toro y no lucía nada contento.– “Ya era hora de hacer una reunión como ésta, ¡ya estoy harto de vivir así!. Yo opino que sería bueno hacer lo siguiente con los humanos: Primero podremos mantenerlos encerrados hasta hacerlos enfurecer y luego soltarlos en un área cercada, de forma que no tengan cómo escapar. Después empezaríamos a atacarlos con una lanza, para que su furia crezca aún más, y que traten de defenderse sin poder lograrlo.

-“¡Oh!,”-exclamaron todos los animales. -“¡El show recién va a comenzar!. Haciéndolos correr hasta el cansancio los atacaríamos para finalmente matarlos ante la multitud expectante que gastó su dinero para ver el espectáculo. Y yo, sintiéndome orgulloso por mi hazaña recibiría flores, trofeos, dinero y escucharía los comentarios de todo el mundo: – Ese si tiene clase, nadie mata un humano como él.....es único...".


En ese momento el gallo intervino: "Los humanos son crueles, imagínense que para nuestra diversión, los pusiéramos a pelear hasta que se mataran. Apostando al que más rápido asesine al otro, aplicándoles choques eléctricos para que su furia aumente, y atándolos de sus pies para que no puedan escapar ni atacarnos a nosotros".


Por su parte, el ganso dijo: -“A mí realmente me gustaría hacer paté de hígado humano. El proceso es muy simple: en un período de 4 a 6 semanas, 3 veces al día los alimentamos con una dieta pequeña hecha de pasta de maíz con carne humana, entre otras cosas, en una cantidad de 1/3 su peso por cena. Para eso, tendríamos aparatos especiales. A veces algunos van a regurgitar, entonces cogeremos sus cuellos de forma que eso no pase. En 6 semanas, si se mueven mucho por el confinamiento, tendrán un hígado 3 veces mayor y en excelente estado para hacer el mejor de los paté de hígado humano. ¿Qué piensan?”


-"Múúúúú! ..." – murmuró la vaca - "...para nosotras las vacas es un placer compartir de nuestra leche con otros animales, pues los humanos ya están locos con "su poder". A mí me gustaría encerrar a las hembras humanas para que varias máquinas les saquen y almacenen la leche de sus pechos”. -“Y para que siempre tengamos leche para tomar -… podemos hacer que ellas mantengan sus ciclos de embarazos continuos, y sus niños serían seleccionados para ir al matadero, pues como son recién nacidos, su carne es blanda y muy apetecida.


Minuto a minuto, la reuni贸n se tornaba m谩s intensa. De pronto un nuevo grupo de animales se aproxim贸. El oso se fue a hacerles su recibimiento.


Acabando de llegar, el perro exclamó: … “Yo entrenaría a los humanos desde muy pequeños para que me sirvieran, les enseñaría a hacer todo lo que les ordeno, desde ir a buscar el periódico y mis pantuflas, hasta fingirse el muerto sólo para mi diversión".


De igual modo, el monito, que llegó con el nuevo grupo empezó a hablar muy seriamente: - “Es grave, vengo a esta reunión porque estoy muy afligido por nosotros y por los humanos; ellos realmente se están ahogando en la oscuridad de su propia crueldad. Yo, por mi parte, para mostrarles hasta dónde han llegado, serviría sus cerebros como cena, pero… ellos estarían vivos, y claro, con la adrenalina liberada por el pavor y dolor que sentirían al quebrar sus cráneos.


¡Ofrrr!, rebuznó el burro: “Yo en cambio quisiera c a r g a r l a espalda de los humanos con mis cosas. Haría que caminaran largas horas sin descanso y si se detuvieran a d e s c a n s a r, y o l o s castigaría con latigazos muy fuertes para que no vuelvan a parar, pues el tiempo vale oro!”.


“Uy, qué pesados son los humanos. Imaginen…” -dijo el conejito - “… qué tal si usamos cosméticos para el cuerpo. Entonces necesitaríamos probar los químicos para que no dañen nuestra piel, ¿cierto?. Utilizaríamos a los humanos y les echaríamos ácidos fuertes en sus ojos para ver el grado de corroimiento. Y eso es solamente un pequeño ejemplo de los experimentos que haríamos; de esta forma podemos ensayar todo tipo de productos.”


“Pienso que a los humanos les podríamos atravesar sus cuerpos con varas de metal para así echarlos en un horno gigante donde se tostarían hasta quedar muy crocantes y al punto para consumirlos”- habló el gallo con una mucha naturalidad.


“Pienso que a las humanas no les gustaría para nada que nosotros las separáramos de sus hijos en el momento del nacimiento, y que para amamantarlos, estuvieran amarradas y sin poder tener ningún tipo de contacto con ellos”. Añadió el cerdo.


“Eso es terrible, imaginen niños, separarlos a ustedes de su mamá, ¡qué malo es eso!",habló la gallina. - “Cuanto sufrimiento y trauma tendrían que padecer los humanos si sacáramos sus dientes y sus dedos cuando estén chicos, para que así ellos no pelearan ni se hirieran gravemente por el espacio tan reducido en el que viven".


De pronto se escuchó al gatito: “¡Miiaaauu! …A mí me gustaría ver a los humanos presos en jaulas muy reducidas, donde no pudieran ni siquiera estar parados; serían vendidos como alimentos y muertos de forma terrible. Aún vivos, los echaríamos en una enorme olla con agua caliente, y después sacaríamos su piel sin importarnos si aún están vivos o no!".


“¡Si, es cierto, muy cruel!” - exclamó indignada la vaca, y luego el cerdo continuó: – Claro que sí, venderíamos sus cuerpos en pedacitos sin desperdiciar nada y los miraríamos como un objeto de lucro y codicia, y no como verdaderos hermanos”.


“¡Qué locos e inconscientes son! No puede ser posible que piensen que son Dios”,-dijo la gallina.- “Empecemos nosotros también, vamos a perder nuestro tiempo con continuos estudios para conseguir cambiar su ADN y así los niños nacerían sin piernas ni brazos, lo que nos facilitaría la preparación de la carne y el mantenimiento de ellos”.


De repente…..de la punta de la trompa del elefante se escuchó un sonido…. era la hormiguita:- “ Escuchen, hasta con nosotros, los bichitos más pequeños ellos son crueles. Así que yo sacaría a todos los humanos chiquitos, así como ellos hacen con nosotros. ¡Imagínense ustedes ... un bombón humano muy grande!. Eso mismo, todavía vivos, sumergiríamos sus troncos en chocolate caliente, después los empacaríamos y los venderíamos como dulces importados".


Dentro de la boca del pelícano había un representante del fondo del mar, era la langosta. También allí, en las profundidades del océano, ella se había reunido con los animales marinos para llevar información a la reunión del bosque.


Entonces el pelícano abrió su boca y de su interior salió una langosta:- “¡Hola!, que bueno que tomaron esta actitud. Yo estoy aquí representando a los animales de las aguas y también queremos opinar. Fue así como empezó a hablar en nombre del tiburón: -“Yo prepararía trampas para ellos y los arrastraría hacia el agua, donde se ahogarían y solamente después de haber sufrido con esa muerte, decidiría si los como o no”.


Muy decidida, la langosta dijo: “Yo escogería un humano que me agradara y entonces lo sacaría de su hábitat natural y lo encerraría en una jaula. Después, cuando tuviera hambre, lo pondría vivo en una olla con agua hirviendo y condimentos. Cuando su color llegara a rojo, entonces sabríamos que está listo para servirlo. Es bueno que esté vivo cuando se vaya a servir, pues así podremos apretar sus ojos para que el plato se vuelva más atractivo”.


Y la langosta continuó: - “Los animales marinos también desean hacer un acuario de humanos en el fondo del mar. Así, ellos podrían observar a los humanos morir de tedio día y noche!”.


“Permiso…” – habló nuevamente el gatito-“ …tengo algo más que agregar: Vamos a empezar a usar armas de fuego como ellos, y para entrenar, podemos poner a los humanos como tiro al blanco, así mismo hacen ellos con nosotros.”


“¡Juu!” – Exclamó la avestruz con un aire muy triste – “Esos humanos…Que dolor siento en verdad por todos. ¡Vamos a hacer carreras con ellos!. Y para que no se nieguen a correr, podríamos poner una maleta con mucho dinero delante de sus ojos para que corran cada vez más al intentar alcanzar el paquete!. Así como lo hacen ellos con los perros al poner un conejo de juguete en frente de sus ojos.”


“Entonces también los llevaremos de viaje para un lugar donde trabajen como esclavos. Las viajes son muy largos, hasta de 4 días o más, y no los alimentaremos, solamente les daremos agua.”-habló el caballo.


“Los podremos marcar con hierro muy caliente para dejarles marcas de números o letras que nos permitan controlarlos en “bandos” y así saber cuál es propiedad de quién”.-dijo el toro con un tono de profundo dolor en su voz.


“Siempre nos están cazando para quitarnos nuestras pieles y así poder hacer alfombras con ellas. Pues entonces hagamos lo mismo, escojamos los de piel más hermosa para embellecer nuestras casas”. Exclamaron el gato onza y el tigre.


Entonces el siervo habló -: “¿Yo? ¿Qué voy a hacer con cabezas de humanos en mi pared?. Yo no comprendo nada. ¿Salir a matar y poner la cabeza de la caza como si fuera un premio?. Y además hablar con orgullo de la supuesta hazaña: -Éste yo lo maté en la ciudad de New York y este otro en quién sabe dónde..." - ¡El pobre animal estaba en verdad muy indignado!.


El loro perdió la voz: -“Vanidad ... es como una enfermedad... ciega! Yo no comprendo a los humanos!. Hagamos entonces lo mismo… Cortaremos su pelo, sacaremos sus dientes y haremos adornos para nosotros! ¿Ellos cómo podrán sentirse?.


“ ¡Ay ay ay!… eso si que es terrible ... la vanidad. Imaginen que nosotros los apuñaláramos para que no se dañara la piel y así pudiéramos usarlas, y más, sin estar muertos, solamente inconscientes. Les sacaremos la piel, así no se perdería mucho tiempo.”- dijo el armiño.


Con una fuerte voz, el cocodrilo dijo: -“Sí, con sus pieles haremos muchas maletas, zapatos, abrigos, sombreros, en fin, de todo, y será una opulencia y un aprecio al ego tener algún producto de piel humana!”.


La oveja intervino:- “Para que no sea tan difícil llevarlos hasta el matadero, más bien usaremos descargas eléctricas sobre sus cuerpos para que se queden inmóviles e incapaces de causarnos cualquier problema”.


Entonces, saltando el sapo, habló sobre las disecaciones: -“Les diré qué haremos: Vamos a estudiar a los humanos para que podamos tener más conocimiento acerca de su anatomía".


“Piu-piu, habló el pollito: "Niños, a mí no me gustaría verlos a ustedes siendo tratados como cosas, como objetos, siendo escogidos como frutas en la feria, y los que no se encuentren bien, pasar a ser triturados y utilizados como engorde para sus humanos y familiares, quienes más tarde van a ser asesinados también”.


“¡Uebet!”- dijo el sapo –“Mejor hagamos jugo de humanos, es algo muy simple: Verán…sólo hay que lavar muy bien al humano, se echa en una licuadora potente con agua, y listo!. Sal y azúcar al gusto”.


La gallina intervino una vez más…”Discúlpenme, pues a cada instante recuerdo otro punto. Ahora hablo directamente con ustedes, se refirió a los niños…imaginen que se les aleje de sus madres en la fase de la vida donde más necesitan de ella y reciban el calor de una máquina a cambio del calor del cuerpo de ellas. Fuera de eso, tener que tomar leche con engorde hecho con la carne de otros humanos... es muy terrible, ¿no les parece?.


Al escuchar aquellas palabras, los niños se miraron entre sí e inmediatamente irrumpieron en llanto.-"Siento un dolor profundo en mi corazón, un vacío tan grande, me falta el aire” –dijo Marcelo .- “Quiero entrar dentro de mí y encerrarme ahí”. –“Estoy decepcionada… ¿Cómo pudieron mis papás no hablarme de todo esto?... ¿Por qué ocultármelo?.... ¿Serán ellos acaso unos monstruos?... ¿Será que me quieren tan poco que no les importa instruirme de la mejor forma?. Me siento engañada”. Dijo Patricia, la niña mayor, entre sollozos continuos.


Aquellas palabras de los niños tocaron el corazón de los animales reunidos en el bosque. Entonces, de forma imponente, el elefante comenzó a hablar: -“¡Miren! ¿Acaso no perciben lo que hicimos?. Si seguimos así, nos volveremos como los humanos que tanto daño nos han hecho. Pagando con la misma moneda las cosas no van a cambiar para el bien de todos. O...¿Qué está pasando con nosotros?. Cada uno tuvo la oportunidad de hablar y lo único que hicimos fue proponer venganza. ¿Acaso pensamos que el dolor se cura con más dolor?”. Ese no es el camino correcto y todos lo sabemos perfectamente".


Durante varios segundos en el bosque no se escuchaba nada más que el sonido del riachuelo y de las hojas acariciadas por el viento. Todos estaban callados…De repente, el silencio se rompió: -“ ¿Y... qué haremos entonces?"- habló el tucán."No podemos continuar así, cada día los humanos se ocupan de inventar nuevas formas de encarcelarnos, matarnos y torturarnos.Y se justifican con teorías disfrazadas de religión. Nuevas formas que dicen que nosostros los animales no tenemos alma espiritual, piensan que somos objetos para ganar dinero".


-“ ¡Tengo una idea!” – exclamó el buho – “Los hombres no creen que seamos hijos del creador y más bien piensan que todos nosotros somos producto de una explosión y que luego evolucionamos de animales a humanos”- frente a este comentario, todos los animales reunidos rieron.– “Entonces vámonos todos de acá, vamos corriendo. Abandonemos a los humanos, ya no hay cómo cambiar la situación, vámonos a otro planeta donde no tengamos que vivir así, en aflicción y en constante conflicto”.


Con nostalgia en la mirada, el conejito intervino: "Pero me gusta el pasto, las montañas y los ríos. Me gusta el amanecer y las mañanas fresquitas. ¿Dónde habrá algo tan bello como nuestra madre Tierra?. Margarita, antes adormecida y sorprendida con la decisión de los animales, habló: -“ ¿La Tierra sin ustedes los animales?..., sin pájaros, ni mariposas.....Así la vida y el mundo sería muy triste, sólo los humanos con sus problemas, imagínense, sería terrible".


-“Por favor, consideren", -manifestó Patricia...“No todos los humanos actúan así. No pueden pensar de esa manera. Hay humanos que ya están hartos de todo esto también, como los vegetarianos... no comen carne, no usan sus pieles, aman a los animales y aman profundamente la vida. Otros luchan y se esfuerzan para ayudar al planeta y a todos los seres que en éste vivimos. También hay otros seres humanos que tienen fincas ecológicas que protejen a las vacas y muchas otras cosas más que buscan cuidar siempre a nuestra madre tierra”.

“Sí, tú tienes toda la razón..."-, dijo el buho, pensándolo mejor -, ..."nosotros conocemos gente como Budha, Srila Prabhupada, Bob Marley, George Harrison, Paul McCartney, Ringo Starr, Platon, Albert Einstein, entre otros que siempre nos defendieron a nosotros. Existen vegetarianos sólo por razones de ética, ecología, salud, y también existen algunos que comprenden que todos somos almas en diferentes cuerpos y que somos hermanos y hermanas ante el creador y que como tal debemos actuar”, añadió el buho.


“ ¡Solamente una revolución cambiaría esa situación!” – Exclamó la abejita que acababa de llegar. _ “ ¡¿REVOLUCIÓN?!" – Sorprendidos preguntaron los animales del bosque. ¿Qué es esto?. El buho respondió: -"Una revolución es una rebelión para acabar con las injusticias, gobernantes crueles y corruptos. - “ Hay que convencer a mucha gente para que cambie. Pero muchos revolucionarios derramaron la sangre de millones de gentes inocentes. Así que mejor ....¡hagamos una verdadera revolucion de amor!"


Salvador, el niño, dijo: "Voy a avisar a los humanos que deben de parar sus actos crueles. No más carnes, ni pescados..." El pollito dijo: "¡Tampoco huevos, por favor!"


El elefante seùal: - "Dios dio a todo el mundo un alimento permitido. Debemos agradecer esto y ofrecer a Dios nuestra comida, esto nos harå felices, pues comer sin agradecer nos vuelve desagradecidos e inconscientes�.


Después de escuchar muy atentamente, Salvador dijo: “ Sí, tiene sentido ¿cierto?. Pensemos... nosotros los humanos hasta comemos con armas…el cuchillo y el tenedor…”. -“Los pequeños sólo comemos con cuchara" -añadió Margarita, sacando una cucharita de uno de sus bolsillos.


“¡Una cuchara, sí!, sería un bello simbolo para la revolución", -interrumpió la jirafa:- “Podría llamarse: “La Revolución de la Cuchara" ¿qué les parece?. Su foco sería la alimentación sana, sin violencia. Es lo mejor, los humanos van a darse cuenta, recapacitar y con el tiempo se volverán más pacíficos, amorosos, armoniosos, activos, puros.


“¡Una cuchara, sí!, sería un bello símbolo para la revolución", -interrumpió la jirafa:- “Podría llamarse: “La Revolución de la Cuchara" ¿qué les parece?. Su foco sería la alimentación sana, sin violencia. Es lo mejor, los humanos van a darse cuenta, recapacitar y con el tiempo se volverán más pacíficos, amorosos, armoniosos, activos, puros.


Nuevamente interrumpió el tucán:- "Cuando los seres humanos se hagan vegetarianos se volverán bondadosos y no seguirán matándose entre ellos ni abortarán sus hijos; algo que, a propósito, ninguna vaquita haría con sus terneros".


Con la fe y esperanza de que desde ahora, la situación tendría un mejor horizonte, los animales del bosque le propusieron a los pequeños: - "Niños, nosotros confiamos plenamente en ustedes, alguien en el mundo necesita tomar esta actitud, hablar con los otros humanos hasta tocar sus corazones, hacer que despierten del profundo sueño de ilusión en el que se encuentran".


Salvador dijo- "¡Si!, invitaremos a todos a volverse miembros de la "Revolución de la Cuchara". La revolución es entre tú y tu plato, la primera y única revolución que no derrama ni una gota de sangre". La vaca manifestó: -"Así también podrán detener la matanza de miles de animales que se lleva a cabo cada día en los mataderos. Salvador señaló: "¡Pondremos afiches en todas partes, les daremos certificados a los vegetarianos, regalaremos 'LA CUCHARA DE ORO'!, haremos películas, poemas, páginas web, conciertos, ferias vegetarianas, granjas ecológicas, refugios para todos..... Muchos cursos de cocina vegetariana ...¡y muchas cosas más!. esta hermosa revolución a todo el mundo ayudará con amor...


! Qué viva... qué viva... qué viva la Revolución de la Cuchara! Y así, en aquel mágico bosque, nació una eterna historia de amor conciente por la vida armoniosa entre humanos y animales... Una historia que sólo el amor podría realizar.





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