El libro negro de las marcas

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K. Werner, H. Weiss

El libro negro de las marcas

necesidades deben medirse con criterios totalmente distintos de los nuestros: al africano le gusta que lo exploten; al africano le basta con menear un poco las caderas para estar más que conforme; y probablemente al africano también le guste morir. Esta escuela de pensamiento alcanza su apogeo en Goma, donde un Karl-Heinz Albers convive con una Faida Mugangu, la mujer que ha perdido a su familia en la guerra. Una guerra cuya existencia incluso es puesta en duda por Albers, aunque él mismo sea una pieza de ajedrez dentro de este conflictivo tablero. Los ajedrecistas, sin embargo, están en Goslar, Alemania, y en todos los demás lugares del mundo donde resulta más fácil esquivar esa mirada de Faida Mugangu clavada sobre la pared gris del hospital.

Las empresas electrónicas generaron el boom del coltan La firma H. C. Starck no es la única que participa del lado del vencedor en este cruel juego. Y no es la filial de Bayer la que generó este boom del tántalo, que revolucionó los mercados sobre todo a fines del año 2000. Coincidiendo con otros expertos en minería, KarlHeinz Albers me contó que las empresas de telefonía celular y computación se habían volcado a comprar las materias primas del tántalo en forma directa. Y dijo que de esta manera habían desatado la histeria en los mercados. "Así surgió la sensación de que la demanda crecía a todo ritmo, y de que ya no podía asegurarse el suministro a través de los productores tradicionales." Esta impresión se ve reflejada en las revistas especializadas de la industria minera. Allí se habla de una "vertiginosa demanda de tántalo causada por el boom de los teléfonos celulares". "Prácticamente el 70% de la producción de tántalo va a parar al sector de la electrónica", dice Lee Sallade, jefe de Marketing de H. C. Starck en EE.UU.43 De acuerdo con estimaciones independientes, la cantidad de teléfonos celulares se elevaría a nivel mundial de 400 millones en el año 2000 a 1.000 millones en el año 2004.

Fabricantes de teléfonos buscan socios en el Congo En enero de 2001, el fabricante de teléfonos satelitales Erkis USA buscaba un socio para explotar un yacimiento de tántalo en el Congo oriental. Pero, tal como informaba una publicación de la industria metalúrgica, la tarea no era nada sencilla debido a la inestabilidad política y económica.44 De todos modos, un vocero de la empresa industrial Metallurg International 45 es optimista: "Vista la demanda de nuevas fuentes de materia prima, los riesgos asumidos tendrán una pronta recompensa." El elevado precio del tántalo sirve a muchos como acicate para intentar la explotación también en regiones inestables. Y los productores de materias primas quieren acercarse más al consumidor final, evitando escalas intermedias como H. C. Starck. Porque, como señala un vocero del fabricante de teléfonos Erkis, "todo paso productivo dirigido hacia el consumidor aumenta el margen de ganancias". Albers también confirmó que las empresas de electrónica intentan adquirir el tántalo directamente para asegurarse el suministro de la materia prima. Quise saber cuáles eran esas empresas. "Usted puede recorrer el abanico completo. Desde Mitsui hasta Sony, pasando por... qué sé yo cómo se llaman." ¿Nokia, Siemens, Ericsson, Motorola? "De Nokia yo nunca oí nada." Pero de Mitsui y Sony ¿sí oyó? "Sí, entre otros. Samsung también se

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"Electronics, superalloys markets fnelling tantalum demand growth", American Metal Mnrket, 18.9.2000 44 "Erkis seeking partner for Zaire tantalum", American Metal Mnrket, 9.1.2001 45 Metallurg International es la empresa matriz de la Sociedad Electrometalúrgica (GfE) de Alemania. La GfE participa con un 70% en la mina de niobio de Lueshe (Congo) y tiene como gerente a KarlHeinz Albers

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