Antología para 5to Grado (Primaria)

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–Yo renunciaría a ella con gusto; tú lo sabes, Lola –dijo el abuelo–. Pero seguro que la abuela no estaría conforme. El capitán Jonás se puso de pie. –Ni una palabra más –dijo–. He comprendido. Si a nadie le molesta, pasaré esta noche fuera, en la escalera. Cuando amanezca, ya no estaré aquí. Pobre capitán. A la hora del hora, nadie quiere dejarle su cuarto. ¿Qué le habrá pasado? Vamos a tener que leer el libro para enterarnos. Ole Könnecke. Lola y el fantasma. México, SEP–SM, 2003,

85. El hombre lobo Hace más de mil años, durante el reinado de Egberto el Sajón, vivió en Bretaña una hermosa joven que se llamaba Isolda. Todo mundo admiraba su bondad y su belleza. La muchacha tenía multitud de pretendientes. Pero, Isolda había entregado su corazón al conde Haroldo, un joven apuesto y valiente que amaba a la bella Isolda más que a su propia vida y con la que pronto iba a contraer matrimonio. Pero había otro hombre, llamado Alfredo, que estaba locamente enamorado de la muchacha. Alfredo era el lugarteniente de Haroldo, y sentía unos celos terribles de su señor. Un día lo vio ensimismado, pensando. Se acercó a él y le dijo: –Veo que está usted preocupado, señor conde, y me atrevería a decir que es por el retraso de su boda con Isolda. No entiendo por qué no se decide usted a casarse de una vez. ¿Acaso lo retiene la maldición del viejo Sigfrido? –¿Qué sabes tú de mi abuelo? –preguntó Haroldo. –Lo que cuenta la gente –contestó Alfredo–. Pero, ¿por qué palideció usted ante la sola mención de su abuelo? –Cuando era pequeño –dijo Haroldo–, mi abuela me contó unas historias que quedaron grabadas en mi mente para siempre.


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