Antología para 5to Grado (Primaria)

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201. El último refugio Una tarde monótona y gris en que me aburría, mi imaginación, aparentemente molesta por ser ignorada, se tomó unas vacaciones..., y nunca volvió. Había perdido lo que el poeta Wordsworth llamó mi "mirada interior". La había perdido o dejado por ahí en algún lugar del mundo natural. ¿Qué iba a hacer yo, un artista? ¿Cómo iba a trabajar, a pintar, a vivir? Traté de aferrarme a fragmentos de memoria, pero nunca fueron suficientes. Los recuerdos son como un sombrero viejo, amigo mío; la imaginación, zapatos nuevos. Cuando has perdido tus zapatos nuevos ¿qué más queda por hacer sino ir a encontrarlos? Guardé mis pinceles y caballetes, empaqué mi maleta y cerré con llave mi pequeña casa. Éste sería el nuevo día de mi destino. A pesar de que yo no tenía idea de cómo o por qué, mi Renault rojo parecía conocer el camino. Circulaba por una transitada avenida hacia la ciudad de quién sabe dónde cuando el auto viró súbitamente por un sendero tan largo como la soledad; pasamos por un despeñadero más allá del olvido en medio de una relampagueante noche. Al fin, mi Renault se detuvo al píe de un extraordinario hotel al lado del mar. –Disculpa, muchacho– le dije al joven que estaba en la puerta–, ¿en qué lugar del mundo estoy? Su rostro reflejaba el resplandor de un libro de magia práctica, y dijo... –¿Éste será su último refugio? Roberto Innocenti, El último refugio. México, SEP–FCE, 2004.

202. El misterio de los niños chatarra Tú eres una persona a la que le gustan las aventuras. Tienes amigos, niños y niñas, a los que también les gustan, pero también conoces niños que no les gustan las aventuras. En esta historia tú serás el personaje principal para resolver el caso.

Todo comenzó cuando estabas leyendo un libro y sonó el teléfono. Cuál no sería tu sorpresa al oír una ronca voz que te dijo:


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