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y el cazave, la añoradza del pan mediterráneo, la ausencia del vino ensombrecieron la existencia de los colonos de la Isabela y Santo Domingo3. Más adelante, las nuevas generaciones criollas se acomodaron al medio ambiente, y al iniciarse el proceso de la conquista, los españoles que no podían llevar consigo todas estas vituallas, en sus largas y épicas aventuras lejanas, eligieron por selección natural, ))el cerdo y el pan cazave(( que forman la 4 verdadera base económica de la conquista . La primera etapa de la historia gastronómica de Chile se inicia con la llegada de las huestes de don Pedro de Valdivia ( I 5 4 1 ) . Con ellas venían las futuras bases de la alimentación,
que estuvieron a punto de desaparecer en la violenta arremetida del cacique Michimalongo contra la recién fundada capital de Santiago del Nuevo Extremo. Gracias al heroísmo de Inés Suárez se pudieron librar: ))dos porquezuelos y un cochinillo
y una polla y un pollo y hasta dos almuerzas de trigo«, troncos genealógicos de la cocina chilena. El maíz -milagro
de América-
se cultivó y cosechó ))sin
número(( como escribe Pedro de Valdivia en su carta al Emperador, al ponderar su abundancia. La sabia precaución de doña María de Escobar, que recibió medio almud de trigo después del ataque de Michimalongo, hizo adoptar la fecunda política de repartir la cosecha por tres años, con la obligación perentoria de darlo para semilla. El trigo tardó en aclimatarse a lo largo del territorio. En no había llegado a Chiloé. La molienda era asunto personal. La harina se trituraba entre dos piedras o en la llamada ))manita« (el metate mexicaI 6 36