Semanario #834

Page 10

10

FE Y DOCTRINA

Domingo 27 de enero de 2013

La Conversión de San Pablo Cardenal Juan Sandoval Íñiguez Arzobispo Emérito de Guadalajara

S

anPabloseconvirtióaraízdeun encuentro con Jesucristo Vivo, que en el camino de Damasco le salió al encuentro y lo convirtió de perseguidorendiscípuloapasionado de Cristo, y de judío recalcitrante, en predicador incansable del Evangelio. El episodio se describe en el Libro de Los Hechos de los Apóstoles (Cap. 9), y el mismo San Pablo lo narra con profundahumildadygratitudenalgunas de sus Cartas. Un rayo luminoso lo derribó del caballo, lo dejó ciego, y oyó la voz del Señor, que le cuestionaba: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”… “¿Quién eres Tú?”, le preguntó Saulo… “Yo soy Jesús, al que tú persigues”, le contestó Jesús. Y, ya confundido y convertido, le expuso el futuro Apóstol: “Señor, ¿qué quieres que haga?” San Pablo fue un elegido desde toda la Eternidad o, como él mismo dice, Dios lo había segregado desde el vientre de su madre para ser Apóstol de los Gentiles, misión para la cual estaba bien equipado, porque Dios cuando elige para algo, da lo necesario. Pablo, “Pequeño”, que así quiso llamarse ya convertido, era romano de nacimiento; hablaba el griego, que era la lengua del Imperio Romano; era judío de raza, y había sido educado en la Ley y en las tradiciones de los judíos por el mejor Rabino de su

tiempo, Gamaliel. Por lo tanto, podía moverse libremente, hablar sin dificultad, ya fuera a judíos o a gentiles; pero, sobre todo, había recibido una revelación muy especial de parte de Dios, la de “el Misterio escondido desde todos los siglos en Dios; a saber: que también los gentiles son partícipes de la misma herencia”. O sea, que Cristo vino no sólo para los judíos, sino para toda la Humanidad, y a él le tocaba anunciar este designio de Salvación. Y lo hizo incansablemente; con entusiasmo recorrió las ciudades de la Koiné fundando Iglesias, a las que escribió las Cartas que forman parte del Nuevo Testamento: a los Romanos, a los Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Tesalonicenses… Inteligencia, convicción y generosidad

Doctrina propia de San Pablo es la del Cuerpo Místico, del que tuvo la intuición cuando Cristo le espetó: “¿Por qué me persigues?” No le inquirió ¿por qué persigues a mis discípulos? Entendió, pues, que Cristo y los cristianos son una misma cosa y, en consecuencia, enseñó que todos los bautizados en Cristo formamos un solo Cuerpo, del cual Él es la Cabeza y nosotros sus miembros, con distintas funciones para bien de todo el Cuerpo; y que el Alma o principio vital es el Espíritu Santo. San Pablo padeció mucho por Cristo: hambre, frío, cárceles, azotes y, por úl-

timo, el martirio en Roma, donde fue decapitado. Sufrió una persecución constante de los judaizantes; esto es, de los judeo-cristianos, que querían seguir haciendo valer las tradiciones de Moisés y veían mal que Pablo prescindiera de ellas y o-freciera la Salvación a los gentiles, en paridad con los judíos. ConociendoSanPabloperfectamente la Ley de Moisés y las tradiciones judías, hizo fácil y natural el paso del Antiguo al Nuevo Testamento. La Fe de Abraham y los Mandamientos siguen vigentes, mientras que los sacrificios y observancias rituales quedan superados, porque ahora el único Sacrificio y el único Culto es el que inauguró Cristo con su Pasión y Muerte. Podemos advertir, también, que San Pablo pone el fundamento de la Teología del dolor, porque sus padec-

imientos los une a los de Cristo para la Salvación del Mundo: “Yo completo en mis miembros -escribió- lo que falta a la Pasión de Cristo para el bien de su Cuerpo, que es la Iglesia”. El encuentro con Jesucristo y la conversión profunda y total de San Pablo son el modelo del encuentro que cada cristiano debe procurar para llegar a la Fe y a la Conversión. La Fe no es fruto del razonamiento humano, sino de una experiencia personal, de un encuentro con el Señor, que se ha de buscar ya sea en el Misterio de su Palabra, en el de la Eucaristía, en el de la Iglesia, en el ejemplo de vida y caridad de los verdaderos creyentes, o en la vida de los Santos… Si el Señor nos concede encontrarlo, seremos creyentes de verdad; pero habrá qué buscar y pedir este encuentro con Jesucristo Vivo.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.