Míralo {Por Maickel Ronzino | Foto Alina Vargas-Afanasieva}
iento que… “si llamo trabajo a la música, hay problemas”.
Guy Frómeta
Mi estudio, mi reino Su estudio de grabación es el lugar preferido de su apartamento, donde se pasa horas y horas entre la práctica de la batería, la grabación como baterista para afamados músicos nacionales e internacionales y la producción musical. A las 7:00 de la mañana se interna Guy en el lugar predilecto de su apartamento en el sector de Naco: el estudio de grabación. Allí, entre la computadora y los equipos de grabación y una batería de 1962, mas añeja que sus años de vida, se pasa el sobrino del legendario músico Billo Frómeta largas horas. Bajo un sello disquero que él creó y cuyo nombre aún era una incógnita al momento de la entrevista, desarrolla varios proyectos de mucho valor artístico: el CD de la cantante santiaguera Patricia Pereyra, la cual considera la mejor cantante de todo el Caribe; una producción con Sonia Silvestre cantando canciones de Luís Días “El Terror”; la
grabación de un grupo de rock local con composiciones de Bryan Pérez y la postproducción de un disco grabado en 1995 que nunca vio la luz, del guitarrista y compositor de jazz dominicano, El Bulem, abandonado ya de las lides musicales para abrazar la religión desde su residencia en Nueva York. Cuando heredó de su hermano mayor la batería que éste tocaba y la cual abandonó por el bajo y la guitarra, el pequeño Guy lo hizo con fervor, pasando gran parte de su niñez y adolescencia aprendiendo y practicando. Seguramente ha sido la mejor herencia de su vida. Graba, toca, mezcla los sonidos, practica, vuelve a sentarse frente a la pantalla de la computadora, de vuelta a su
instrumento, para seguir practicando o hacer la batería y la percusión para un tema del salsero nicaragüense Luis Enrique o para ensayar para la próxima gira de Juan Luis Guerra, con quien tiene ya 20 años tocando. En fin, en ese pequeño espacio del estudio de grabación desanda Guy Frómeta la mayor parte de sus días, siendo escasa su presencia en el resto del apartamento. Es en el estudio donde está y mejor aún, quiere estar. Muchas de sus mayores ilusiones, proyectos y concreciones es ahí donde las realiza, las sueña, las desea. “Aquí dentro en el estudio me pasa de todo: he llorado, me he muerto de la risa, he peleado, he hecho de todo acá adentro”, destaca Guy.
Junio-Julio 2011 101