5o. Grado
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Tolerancia La tolerancia es, primero que nada, un valor. Permite que diversos puntos de vista coexistan pacíficamente en una sociedad, al reconocer que lo que es válido para una persona (en sus opiniones, concepciones o comportamientos) puede no serlo para otras, pero ambas visiones del mundo merecen igual consideración. Es por ello que la tolerancia es, sobre todo, respeto hacia el otro; ese otro que puede tener puntos de vista distintos, pero a quien no tengo ningún derecho de imponer mis ideas por la fuerza. Eso garantiza que también mis creencias y opiniones serán respetadas. El tolerante podría enunciar el siguiente principio: “creo firmemente en mi verdad, pero también creo que debo obedecer a un principio moral más alto de respeto a los demás”. La tolerancia es, contemporáneamente, el reconocimiento de la diversidad y un método de convivencia y de solución de los conflictos sociales. Los regímenes democráticos plantean la necesidad de que distintos grupos convivan en un mismo espacio. Éstos pueden diferenciarse por raza, lengua, opiniones políticas, género, cultura o preferencias. Aquí la tolerancia pone en primer plano los temas del prejuicio,
el estigma, la marginación y la exclusión, y la consiguiente discriminación que de aquellas prácticas se deriva. Si dentro de nuestra propia familia somos incapaces de hacer un esfuerzo por entender y convivir con personas cuyas actitudes y creencias son diferentes, es precisamente ahí donde debemos plantar el germen de la tolerancia. La intolerancia ocurre incluso en el aula, donde día a día, por prejuicios, miedo y desconocimiento, se margina a aquellos que tienen características f ísicas, creencias, opiniones o religiones diferentes a las de la mayoría. La intolerancia nace todos los días en todos los ámbitos de nuestra vida, como en la casa, la escuela, el parque o la colonia, generando así la falta de respeto a los derechos de los otros. Tú no solamente tienes el papel de alumno y de integrante de tu familia; también interactúas con otros miembros de tu comunidad, y es necesario que la aceptación y la comprensión que manifiestas hacia tus compañeros de clase, padres y hermanos, las lleves a las demás situaciones de tu vida diaria. No debes olvidar