Museos de la provincia de Rmini

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fiume Marecchia

Bellaria Igea Marina Museo “La Casa Roja” de Alfredo Panzini Torre sarracena Tractores de época Casteldelci Casa Museo S. Colarieti Cattolica Museo de la Reina Gemmano Museo Naturalista de la Reserva Natural Orientada de Onferno Maiolo Museo del Pan Mondaino Museo Paleontológico Museo de las Mayólicas Montegridolfo Museo de la Línea Gótica Montescudo Museo Etnográfico de Valliano Museo de la Línea Gótica Oriental de Trarivi Novafeltria Museo Histórico Minero Sulphur Pennabilli Museo extendido Los Lugares del Alma Museo El Mundo de Tonino Guerra Mateureka Museo del Cálculo Museo Naturalista del Parque del Sasso Simone e Simoncello Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi” Poggio Berni Museo Molino Sapignoli

Venezia

Bologna

Riccione Museo del Territorio Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi Rímini Museo de la Ciudad Museo Fellini Museo de las Miradas Museo de la Aviación Museo de la Pesca Menor y de las Conchas Museo Nacional de la Motocicleta Saludecio Museo al aire libre de los Murales Museo de Saludecio y del Beato Amato Museo del Risorgimento San Leo Museo de la Fortaleza Museo de Arte Sacro Sant’Agata Feltria Teatro Histórico Angelo Mariani Museo Fortaleza Fregoso Museo del Arte Rural Santarcangelo di Romagna MUSAS Museo Histórico Arqueológico Museo del botón MET Museo de los Usos y Costumbres de la Gente de Romaña Talamello Museo Pinacoteca Gualtieri “El Esplendor de lo Real” Verucchio Museo Cívico Arqueológico República de San Marino Colección Maranello Rosso

Modena Bologna Ravenna

Forlì Cesena Rimini San Marino

Principales distancias kilométricas Ámsterdam, 1.405 km

Madrid, 1856

Bolonia, 121 km

Berlín, 1.535 km

Múnich, 680 km

Florencia, 178 km

Bruselas, 1.262 km

París, 1.226 km

Milán 330 km

Budapest, 1.065 km

Praga, 1.089 km

Nápoles, 586 km

Copenhague, 1.770 km

Estocolmo, 2303

Roma, 343 km

Fráncfort, 1.043 km

Viena, 887 km

Turín, 493 km

Londres, 1.684 km

Zúrich, 645 km

Venecia, 235 km


Riviera di Rimini Travel Notes

Provincia di Rimini Assessorato al Turismo Assessorato alla Cultura

Museos de la provincia de RĂ­mini arte, historia y cultura


Riviera di Rimini Travel Notes colección de textos turísticos coordinada por Provincia de Rimini Consejería de Turismo Dirigente Symon Buda en colaboración con Consejería de Cultura de la Provincia de Rímini

Textos Rita Giannini Redacción Marino Campana Oficina de prensa y comunicación Cora Balestrieri Fotografías cedidas por el Archivo fotográfico de la Provincia de Rímini Nuestro agradecimiento a los fotógrafos L. Bottaro, P. Bove, S. Di Bartolo, L. Fabbrini, Fotopress Novafeltria, G. Fuggiano, R. Gallini, D. Gasperoni, R. Giannini, Istituto Musei Comunali Santarcangelo di R., L. Liuzzi, M. Lorenzi, Martinini, R. Masi, G. Mazzanti, M. Migliorini, T. Mosconi, Museo Civico Archeologico Verucchio, P.L. Nucci, PH Paritani, D. Piras, V. Raggi, G. Razzaboni, D. Ronchi, E. Salvatori, R. Urbinati

Diseño gráfico Relè - Tassinari/Vetta (Leonardo Sonnoli, Igor Bevilacqua) coordinación Michela Fabbri Foto de la cubierta Detalle del retablo “Virgen con el Niño y dos santos” de Benedetto Coda, conservada en el Museo de la Ciudad, Rímini. Al lado, Fuente “El prado sumergido”, Santarcangelo di Romagna, uno de los Lugares del Alma de Tonino Guerra. Traducción Xavier Pons Roca Link-up, Rímini Compaginación Litoincisa87, Rimini (Licia Romani) Impresión Pazzini Stampatore Editore, Villa Verucchio Primera edición 2011 Museos de la provincia de Rímini es una publicación turístico-cultural de difusión gratuita



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Introducción Patrimonio monumental y artístico

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Capítulo 1 Las huellas del territorio Naturaleza Arqueología Historia Espiritualidad y sacralidad Antropología y tecnología Mundo moderno Contemporaneidad

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Capítulo 2 El litoral riminés Rímini Museo de la Ciudad y “Domus del Cirujano” Museo Fellini Museo de las Miradas Museo de la Aviación Museo de la Pequeña Menor y de las Conchas Riccione Museo del Territorio Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi Cattolica Museo de la Reina Bellaria Museo “La Casa Roja de Alfredo Panzini”

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Capítulo 3 Malatesta & Montefeltro Santarcangelo di Romagna MUSAS Museo Histórico Arqueológico MET Museo de los Usos y Costumbres de la Gente de Romaña Poggio Berni Museo Molino Sapignoli Verucchio Museo Cívico Arqueológico San Leo Museo Cívico de la Fortaleza Museo de Arte Sacro Maiolo Museo del Pan Novafeltria Sulphur Museo Histórico Minero Talamello Museo Pinacoteca Gualtieri “El Esplendor de lo Real”4


Sant’Agata Feltria Teatro Angelo Mariani Museo Fortaleza Fregoso Museo del Arte Rural Pennabilli Los Lugares del Alma El Mundo de Tonino Guerra Mateureka Museo del Cálculo Museo Naturalista del Parque Natural Sasso Simone e Simoncello Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi” Casteldelci Casa Museo “S. Colarieti” - Museo Arqueológico “Uguccione della Faggiola” Montescudo Museo Etnográfico de Valliano Museo de la Línea Gótica Oriental de Trarivi Gemmano Museo Naturalista de la Reserva Natural Orientada de Onferno Mondaino Museos de Mondaino Saludecio Museo de Saludecio y del Beato Amato Montegridolfo Museo de la Línea Gótica 107

Capítulo 4 Colecciones y otros museos Rímini, Museo Nacional de la Motocicleta Rímini, Museo de Scolca Rímini, Museo Misionario del Santuario de la Virgen de las Gracias Bellaria, Torre sarracena Bellaria, “Colección Massaroni” Tractores de época Santarcangelo, Museo del botón Torriana, Museo textil “Hilo de Penélope... Hilo del mundo” Torriana, Observatorio Naturalista Valmarecchia Saludecio, Murales Saludecio, Museo del Risorgimento Coriano, Museo Elisabettiano Coriano, Antiquarium Montefiore Conca, Los colores de Montefiore San Marino, Museo Maranello Rosso

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Para más información: bibliografía mínima Antes de salir visítanos www.riviera.rimini.it 5


INTRODUCCIÓN PATRIMONIO MONUMENTAL Y ARTÍSTICO


El patrimonio monumental y artístico de la provincia de Rímini es tan rico que se cuenta entre las maravillas de Italia. La naturaleza también pone mucho de su parte: ríos y torrentes que brindan amplias extensiones de cantos e íntimas playitas con vegetación espontánea donde se descubre “la infancia del mundo”, como escribió el poeta Tonino Guerra. Y campos y bosques que se encaraman a las colinas y montañas haciéndose empinados, es cierto, pero también mostrándose generosos en ofrecer productos, como trufas y setas, que adornan y perfuman la cocina autóctona y en las ferias de temporada se brindan en cantidad y calidad. Habitada desde la prehistoria esta tierra es también meta desde la antigüedad de numerosos hombres ilustres, desde Dante Alighieri a San Francisco. Todo el territorio riminés conserva le huellas de estos aspectos históricos, culturales, naturalistas que se encuentran en los muchos museos que se pueden encontrar desde la costa hasta las colinas. Los que figuran en esta guía forman parte del sistema de museos de la Provincia de Rímini y el Alto Valle del Marecchia. Al final del itinerario se da cuenta de interesantes lugares y ámbitos que enriquecen el ya de por sí vasto panorama de oportunidades. Un itinerario que, aunque breve en las distancias, lo cual es bueno para el turista, que no se cansa en los desplazamientos, está lleno de joyas preciosas, sorprendentes, siempre vinculadas al territorio, a su historia, a su gente. Así es como hay que interpretarlos, entenderlos y disfrutar de ellos, en relación con los sitios de los que conservan y custodian la memoria y expresiones, este es su valor añadido, una autenticidad y carácter genuino que los convierte en únicos. A pesar de este estrecho vínculo con los lugares, se puede hablar de arte mayor desde la antigüedad hasta nuestros días. No hay más que pensar en las realizaciones del período etrusco-villanoviano, dignos de verse los hallazgos, las joyas y el ámbar que se exhiben en el Museo Cívico Arqueológico de Verucchio, y los de la edad romana que se exponen en el Museo de la Ciudad de Rímini, y en la contigua Domus del Cirujano. Siglo tras siglo han ido quedando ante nuestra vista ejemplares excepcionales. Entre estos las obras maestras de la que fue definida como la Escuela del siglo XIV riminés, nacida tras el paso y la estancia de Giotto, que aquí, en torno al 1303 pintó un ciclo de frescos, que se perdió, en la iglesia de San Francisco, en Rímini y el precioso Crucifijo aún existente. El Renacimiento aquí tiene su primer edificio sacro, el Templo Malatestiano que, en su interior conserva un extraordinario fresco de Piero della Francesca. El siglo XVII y el siglo de las Luces han dejado obras de inestimable valor, como las telas que se encuentran en varios museos, desde el gran Guido Cagnacci, discípulo de Carracci y amigo de Guercino, y las imponentes iglesias Colegiatas barrocas. Arte mayor que tiene continuidad en la edad moderna y contemporánea. Entre los artistas que aquí han nacido o han decidido vivir, Federico Fellini, el cineasta más famoso del mundo, al que está dedicado el Museo Fellini de Rímini, y su guio-

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nista y amigo, el poeta Tonino Guerra, de Santarcangelo di Romagna que ahora vive en Pennabilli: en ambos lugares se puede disfrutar de itinerarios marcados por su arte. El Museo extendido Los Lugares del Alma y fuentes, parques, jardines, instalaciones que reproducen su estilo expresivo y evocan su poesía. En Pennabilli tiene su sede asimismo el Museo denominado El mundo de Tonino Guerra. En Talamello, localidad de la que es oriunda su madre, Ferdinando Gualtieri, pintor que en París ha alcanzado la fama internacional y que lo define como el maestro del esplendor de lo real, ha dejado una importante muestra de sus obras, que se pueden contemplar en el Museo Pinacoteca Gualtieri. En Riccione el arte contemporánea se exhibe en la Galería Villa Franceschi. En Santarcangelo di Romagna, ciudad sin par en el número de personajes ilustres en todos los campos del arte que ha engendrado, dos museos, el MET y el MUSAS, narran de modo excepcional su historia y acontecimientos. También hombres píos, que después han sido proclamados Beatos, están vivos en la memoria colectiva gracias a los museos a ellos dedicados, como ocurre con el Museo de Saludecio y del Beato Amato. Lo mismo sucede con personajes más ambiguos, como Cagliostro, que da nombre al Museo Cívico de la Fortaleza de San Leo, proyectada por el gran arquitecto sienés Francesco di Giorgio Martini, donde el controvertido conde siciliano murió tras años de reclusión. Y cuando no es una figura clave la que da al museo su razón de ser, lo son las gentes, con sus tradiciones y costumbres. Es el caso de los Museos de Santarcangelo, de Valliano di Montescudo y di Sant’Agata Feltria. Los hay para todos los gustos, incluso para los amantes de la aeronáutica y los aviones, que pueden pasarlo en grande en el Museo de la Aviación de Rímini y de los coches de carreras y de colección que se exhiben en San Marino, en el Museo Maranello Rosso. También mundos lejanos, Sudamérica, África y Oceanía, tienen aquí un digno homenaje con una prestigiosa colección expuesta en el Museo de las Miradas de Rímini. Y entre las curiosidades un museo extendido, el Museo del Pan, en Maiolo. Dedicados al mar, el Museo de la Pesca Menor y de las Conchas, en Viserbella di Rimini y el Museo de la Reina, en Cattolica, que ofrece también una importante sección arqueológica. Para los más jóvenes, y los no tan jóvenes, no digno de visita Mateureka Museo del Cálculo de Pennabilli y el Sulphur Museo Histórico Minero de las minas de Perticara di Novafeltria. En estos parajes del Sur de Romaña, tierra abierta y hospitalaria, las huellas del tiempo y la historia se mantienen vivas gracias al esfuerzo de su gente y sus estudiosos y vale la pena buscarlos por el alimento que saben dar. El territorio riminés debe a su ubicación geográfica una historia tan densa y compleja que deja huellas muy significativas. Fue tierra de tránsito y comercio desde tiempos remotos, gracias al tráfico marítimo con los pueblos del Adriático y del Oriente mediterráneo, y después terrestre al convertirse en punto de partida de las más

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grandes e importantes vías consulares romanas, después de que Roma ampliara, precisamente a partir de Rímini, sus dominios hacia el Norte. Y desde el Norte llegaron las hordas de los bárbaros lanzados a la conquista de Italia, en lucha contra los “romanos” de Bizancio, y después los Longobardos y los emperadores alemanes que pretendían reafirmar sus derechos en conflicto con los del papa. Y más tarde las compañías de ventura, en busca de un establecimiento definitivo, que habían de dejar la herencia de dos grandes enemigos, condotieros y líderes que representaban a dos familias rivales, dos Señorías nacidas aquí, en los Valles Altos del Marecchia y del Conca, los Malatesta y los Montefeltro. Estos últimos precisamente en San Leo tomaron su nombre. También en el siglo XX estos parajes fueron escenario bélico, por hallarse comprendidos en el extremo de la línea gótica, donde tuvieron lugar las últimas grandes batallas de la “campaña de Italia”. Dan testimonio de ello dos museos, sitos en Montegridolfo y en Montescudo. Esta guía es un rápido excursus a través de mundos de belleza y de curiosidades. Para facilidad del turista se ha decidido ordenarla por localidades, de modo que se pueda elegir el itinerario a seguir en función del lugar donde se esté. Por tanto en el primer grupo se recogen los museos que se hallan en la Riviera, en el litoral riminés, en el segundo las perlas de la Señoría de los Malatesta y los Montefeltro subdivididas por valles, el del Marecchia y el del Conca. El último capítulo está dedicado a otros museos, colecciones, exposiciones, muestras permanentes y museos en construcción. ¡Buen viaje y feliz visita!

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CAPÍTULO 1 LAS HUELLAS DEL TERRITORIO


Naturaleza Los museos naturalistas de la Provincia de Rímini están indisolublemente ligados al lugar de pertenencia: zonas verdes, estribaciones y áreas protegidas. El Museo Naturalista de la Reserva Orientada de Onferno situado en Gemmano está vinculado a las homónimas singulares grutas y a su formación y conformación; el de Pennabilli, el Museo Naturalista del Parque del Sasso Simone e Simoncello hace referencia al Parque Natural, su historia y características fauna y flora. También dedicada a la formación y conformación del territorio, la Sección Paleontológica de los Museos de Mondaino, que narra los extraordinarios acontecimientos de hace millones de años, cuando el área era un gran lago salado. Referencias a estos temas pueden encontrarse en los museos arqueológicos. Entre ellos el Museo del Territorio de Riccione, que ilustra la historia y la situación geológica local presentando rocas, minerales y fósiles. Y también el Sulphur Museo Histórico Minero de Perticara di Novafeltria, que aun estando dedicado a la extracción del azufre, presenta una amplia colección de rocas y minerales. Numerosos materiales paleontológicos entre los que destaca una interesante colección de fósiles del Marecchia, se conservan en el Museo de la Ciudad de Rímini. Una significativa muestra de conchas del Mediterráneo se exhibe en el Museo de la Pesca Menor y de las Conchas de Viserbella, en Rímini, y una amplia colección se encuentra en la Torre sarracena de Bellaria. En el territorio provincial hay varias Reservas naturales y múltiples Centros naturalistas que ofrecen la oportunidad de observar y estudiar la naturaleza marina y la de las colinas. Desarrollan una intensa labor de educación medioambiental, por lo que centran su actividad sobre todo en las escuelas. Se reparten por la costa y las colinas. En lo que respecta a la parte central del valle del Marecchia el Observatorio Naturalista Valmarecchia está situado en el Oasis de protección de la fauna de Torriana-Montebello, sede separada del Centro de educación medioambiental del WWF de Rímini, en el Oasis Natural de Ca’ Brigida, en Verucchio, el Centro de visitas del Parque Natural del Sasso Simone e Simoncello se halla en Pennabilli, en el museo; en lo que concierne al valle del Conca la Reserva Natural Orientada de Onferno se encuentra en el municipio de Gemmano y su eje es el museo. En la costa hay que destacar la Fundación Cetácea de Riccione (www.fondazionecetacea.org) y el Acuario de Cattolica, el mayor del Adriático (www.acquariodicattolica.it).

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En la parte superior Gemmano, Reserva Natural Orientada de Onferno.

En la parte inferior, a la izquierda Reconstrucción de esqueleto de bisonte del Pleistoceno (Bison priscus) hallado en el

torrente Conca. En la parte inferior, a la derecha Riccione, Museo del Territorio, estatuilla figulina, siglo I a.C

Arqueología El hombre puebla el territorio riminés desde la edad paleolítica, esto es, desde hace más de doscientos mil años. Por todas partes se encuentran huellas suyas, que resultan monumentales en la época romana. Los museos arqueológicos y las secciones especializadas en museos generales dan testimonio de su riqueza. Rímini alberga el museo arqueológico más antiguo de la zona, hoy denominado Museo de la Ciudad, fundado gracias a la pasión y a la competencia de un estudioso natural de estas tierras, Luigi Tonini, historiador de reconocido prestigio. A él se debe la formación, en 1871, de la Galería Arqueológica de Rímini, que es el primer verdadero museo de todo el territorio, porque, procedentes de todo el territorio, desde la cuenca del Uso hasta el valle del Conca, en el mismo se han recogido los hallazgos y manufacturas de la prehistoria y de la historia antigua y también porque durante más de un siglo ha sido un auténtico centro propulsor de investigaciones y estudios arqueológicos. Hasta un siglo más tarde no han ido surgiendo los demás museos de la provincia, todos ellos con sus respectivas secciones arqueológicas en las que se conservan manufacturas vinculadas a circunscripciones geográficas limitadas y se desarrollan y profundizan temas particulares. El primero de todos, el precioso Museo Cívico Arqueológico de Verucchio, que da información sobre una de las comunidades más antiguas e importantes, la villanovianaveruquesa, anterior a la civilización etrusca. En Santarcangelo, el elegante Museo Histórico Arqueológico MUSAS, exhibe la producción de alfarería, mientras que la sección arqueológica del Museo de la Reina de Cattolica da cuenta de los hechos relacionados con las grandes vías consulares romanas. En Riccione, el Museo del Territorio presenta huellas que arrancan del paleolítico inferior y llegan hasta la colonización romana. En Valle Alto del Marecchia, en la verde Casteldelci, la Casa Museo “S. Colarieti” - Museo Arqueológico “Uguccione della Faggiola” posa su mirada sobre un mundo floreciente que empieza en la Prehistoria, no olvida la edad romana, testimoniada por una rica serie de monedas y objetos de cerámica provenientes de viviendas rurales y llega a la Edad Media. Colecciones de piezas arqueológicas se custodian también fuera de los museos, como en las bibliotecas municipales de San Giovanni in Marignano y de Morciano. Además, en Rímini pueden contemplarse restos de domus con pavimentos de mosaico museizados in situ, en la Via Sigismondo, junto a la Cámara de Comercio, y en la Via IV Novembre, cerca de la Prefectura. Y la mayor y más importante de todas: la Domus del Cirujano.

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Rímini, Museo de la Ciudad. Ghirlandaio, retablo con los santos Vicente Ferrer,

Sebastián, Roque y los componentes de la familia de Pandolfo IV Malatesta.

Historia La Edad Media en el área Sur de Romaña ha tenido su momento de gloria con la llegada al poder de las familias Malatesta y Montefeltro. Desde el punto de vista artístico, la excelencia es representada por la prolífica actividad de la Escuela Riminesa del siglo XIV, nacida con Giotto y después lanzada a una extraordinaria trayectoria independiente. El Renacimiento le ha dejado a Rímini en el Templo Malatestiano uno de sus productos más precoces, complejos y espléndidos, debido precisamente a la Señoría de los Malatesta, que durante los siglos XIV y XV de su dominio construyó o reconstruyó casi todas las fortalezas que todavía dominan las colinas riminesas y, en parte, las del Montefeltro romañés, constituyendo al mismo tiempo una corte capaz de competir con las de la Italia de la época. Rímini era la capital del estado malatestiano y el Museo de la Ciudad de Rímini posee excepcionales testimonios de aquel tiempo, junto con obras maestras de grandes artistas, entre ellos algunos locales, como Cagnacci (de Santarcangelo di Romagna), Centino (de Cento, Ferrara) y Guercino y Cantarini, de la escuela boloñesa. En la zona la cultura boloñesa fue la protagonista del arte de los siglos XVII al XIX, pero la vitalidad del territorio en estos siglos se hace patente sobre todo con algunas nuevas disposiciones urbanísticas y la construcción de edificios, sobre todo iglesias y teatros, abundantes en el territorio. El siglo XVII, como la Edad Media, ha proporcionado a los museos de la provincia mucho material artístico, a través del cual se puede reconstruir el ambiente cultural y recorrer la rica historia del territorio. El museo más dotado y completo es el riminés, pero no le va a la zaga el de Santarcangelo, el histórico y arqueológico, MUSAS, custodia verdaderas joyas medievales y renacentistas, mientras que el de Saludecio ofrece importantes obras pictóricas del siglo XVII y hermosos objetos decorativos eclesiásticos del siglo siguiente. Los dos museos de San Leo representan un extraordinario testimonio del Arte Sacro del período paleocristiano y los siglos siguientes, el primero, y del arte de la guerra y la defensa, el segundo, ubicado en la Fortaleza. Como también el Museo Fortaleza Fregoso de Sant’Agata Feltria. En Pennabilli, el Museo Diocesano custodia el arte sacro de varios siglos, con un patrimonio muy rico y significativo, pues contiene obras provenientes de toda la Diócesis de San Marino y Montefeltro.

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Muy interesante la exposición de las Mayólicas de Mondaino (siglos XIV-XVII), constituida gracias al hallazgo en el lugar de fragmentos de cerámica de producción autóctona, que ha confirmado la existencia de importantes hornos, y la recogida de piezas de cerámica medievales y renacentistas expuesta en Rímini en la sede de la administración de la Provincia de Rímini, que se encuentra en la zona del antiguo Hospital de la Misericordia, del que proceden las piezas. Digna de visita también la exposición permanente de los hallazgos de las excavaciones sita en la Fortaleza de Montefiore Conca. Allí puede admirarse la extraordinaria producción cerámica, en gran parte malatestiana (siglos XIV-XVII) procedente del castillo: decenas de jarras, copas y jofainas decoradas con retratos y ribetes, letras góticas y festones, motivos geométricos y simbólicos. Espiritualidad y sacralidad Una amplia parte de la historia local rezuma sacralidad y misterio. Desde la antigüedad hasta nuestros días el hombre se ha medido con la espiritualidad y la religiosidad pero también ha mantenido un vínculo ancestral con la tierra y sus leyes, a veces inexplicables y, por consiguiente, consideradas misteriosas. Es en este contexto donde hay que colocar los ritos, las funciones mágicas, el culto de los antepasados. El Museo de la Ciudad de Rímini pone de relieve, a través de muchas piezas, la religiosidad, sobre todo privada, de las familias romanas, demostrando que aquí han tenido cierto éxito los cultos dionisíacos, con Dioniso, Eros, Príapo y Sileno, de los que se han encontrado imágenes. La Edad Media también ha dejado huellas en este ámbito, sobre todo a través de manufacturas que tienen que ver con Sigismondo Malatesta y su Templo, lleno de evocaciones filosóficas y espirituales, de las que el Museo de la Ciudad brinda muestras elocuentes. La veneración de beatos, santos y mártires dio lugar a obras importantes y la devoción popular por sus hombres píos dio origen a iglesias repletas de exvotos. El fenómeno se vio reforzado cuando los beatos, santos y mártires fueron proclamados tales por la Iglesia. Es el caso del Beato Amato que en Saludecio da vida a una magnífica y elegante Iglesia parroquial y a la adyacente Sacristía. El conjunto se denomina Museo de Saludecio y del Beato Amato. En el mismo se conservan grandes y preciosas obras de arte que llevan la firma de Cagnacci, Centino y otros artistas que rinden homenaje a Santos y Profetas, y también innumerables vestigios del Beato de Saludecio, venerados por fieles y peregrinos. El Museo contiene una gran cantidad de exvotos “históricos”, como el Museo Etnográfico de Valliano, en Montescudo, que forma un único conjunto con la iglesia de Santa María del Socorro, donde se conservan exvotos, frescos del siglo XV, en parte votivos, un

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venerado simulacro de la Virgen del Rosario y telas de los siglos XVI y XVII. El Museo de Arte Sacro de San Leo custodia manufacturas pertenecientes al culto vinculados a la profunda devoción de las gentes, que van del siglo VIII al XVIII, realizadas para altares y aposentos de conventos, en muchos casos creados con ocasión de acontecimientos especiales de la historia local y profundamente ligados a los lugares de procedencia. El museo se presenta como un espejo del territorio y como imagen de la historia y los sitios, de la ciudad de San Leo y su condado. Entre las varias obras destaca un crucifijo del siglo XIV, tablas de los siglos XIV y XV y un retablo de madera proveniente del convento franciscano de Sant’Igne que, con sus refinadas tallas y pinturas, constituye una de las piezas más singulares del Renacimiento del Montefeltro. El período más representado es el siglo XVII, con numerosas obras pictóricas, debidas en gran parte a las disposiciones litúrgicas del Concilio de Trento, que dictaban la renovación de los edificios eclesiásticos tanto en la decoración como en las imágenes. Se trata también de arte ligado al culto y la religiosidad de los señores y las gentes en el caso del Museo Diocesano de Montefeltro A. Bergamaschi, en Pennabilli. Un enorme espacio museal creado para albergar obras procedentes del territorio de la Diócesis, fragmentos de historias, testimonios de fe ante todo, objetos que hablan de una estrecha relación entre Dios y el hombre. En el museo se recogen obras de artistas como Benedetto Coda, Catarino di Marco de Venecia, Giovan Francesco da de RiminiRímini, Guido Cagnacci, Nicolò Berrettoni, Carlo Cignani, Giovanni Francesco Guerrieri y exponentes de las escuelas romana, romañesa y de Casteldurante. Pueden contemplarse asimismo una gran colección de objetos litúrgicos y paramentos sacros, esculturas, mayólicas, platería. A la Virgen milagrosa, portadora de paz para Pennabilli, se le dedica una sección especial. Museo concebido como espacio in itinere, continuamente enriquecido y reordenado. Antropología y tecnología Se ha prestado una gran atención a la tierra de pertenencia y sus costumbres y tradiciones dando inicio a varios museos diseminados por el territorio provincial. Cultura popular, vida cotidiana, trabajo, desarrollo tecnológico son los temas acometidos con rigor científico a la vez que con extraordinario atractivo. Cuatro museos los dedicados al mundo agrícola: el MET de Santarcangelo, el primero en ser fundado, punto de referencia para los demás, que se ocupa del territorio agrícola de buena parte de Romaña, el Etnográfico de Valliano, en Montescudo, el del Arte Rural, en Sant’Agata Feltria, y el museo extendido del Pan, en Maiolo. Dos hablan del mundo marinero: el Museo de la Reina, en Cattolica, y el de la Pesca Menor y de las Conchas, en Viserbella di Rimini. El Sulphur Museo Histórico Minero, en Perticara di Novafeltria, permite entrar en las vísceras de la tierra y

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En la parte superior Santarcangelo, MET Museo de los Usos y Costumbres de la Gente de Romaña, Sección textil.

En la parte inferior Cattolica, Museo de la Reina, ánforas romanas halladas en el mar.

recorre fielmente las etapas de la actividad en la mina precisamente en los sugestivos lugares donde esta se encontraba. Otro museo, en Torriana, ofrece la ocasión de revivir, incluso mediante talleres, el arte textil, tal como su propio nombre indica. Y para saberlo todo del arte de la molienda qué mejor que visitar el Molino Sapignoli, en Poggio Berni, restaurado y en perfecto funcionamiento. A través de estos espacios expositivos se entra en un universo a menudo desconocido a pesar de no encontrarse tan lejos en el tiempo. Se trata de ámbitos sociales, culturales, tecnológicos y laborales desaparecidos. Contemplar desde cerca los escenarios reales o reconstruidos es una manera fascinante de experimentar en primera persona el sentido de los gestos y los quehaceres cotidianos, de las creencias y los usos que hasta hace treinta años pertenecían todavía a nuestros abuelos, antes de que la modernidad los reemplazara. Un mundo que en el territorio riminés, sobre todo en el litoral, ha sido rápidamente modificado por los bruscos cambios que el rápido desarrollo de la “industria del sol y playa” ha traído consigo. El turismo indirectamente ha afectado también el territorio agrícola, provocando en la posguerra europea una emigración del interior a la costa y a la capital de provincia, dejando el campo casi despoblado. Es por ello por lo que la zona de las colinas y la montaña, sobre todo, se ha mantenido íntegra: de este modo puede ofrecernos hoy toda su belleza y autenticidad. Burgos, casas diseminadas, molinos, talleres documentan los ámbitos en los que se inspiran los museos etnográficos. No hay más que visitar los hornos que constituyen el Museo del Pan de Maiolo. Muy curioso el Museo del Botón de Santarcangelo di Romagna, que repasa la historia de este singular objeto desde el siglo XVIII hasta hoy, atravesando gustos y modas. Un extraordinario museo etnográfico, referido a mundos y civilizaciones lejanos (África, Oceanía, Oriente y América), es el Museo de las Miradas, en Covignano di Rimini. Mundo moderno El arte y la historia moderna se hallan bien representados en los museos del territorio. En este caso también resulta aconsejable emprender un recorrido temático. En Rímini el Museo de la Ciudad alberga obras maestras de Cantarini, de Guercino, así como de Guido Cagnacci y Centino. Son también del siglo

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En la parte superior Rímini, Museo de las Miradas, Colecciones Etnográficas.

En la parte inferior Riccione, Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi, una obra de Enrico Baj.

En la página siguiente: En la parte superior, Pennabilli, El Mundo de Tonino Guerra, detalle de una obra del maestro.

En la parte inferior, Talamello, Museo Pinacoteca Gualtieri, detalle de una pintura del artista.

XVII los tapices tejidos en el taller de Michiel Wauters, en Amberes. En las salas de los tapices se expone también una colección de cerámicas, en gran parte procedentes de talleres locales, fechadas en los siglos que van del XIV al XIX. Toda una sala está dedicada a los bodegones, con pinturas de los siglos XVII y XVIII y con frescos de Bigari extraídos de la iglesia conocida como de Sant’Agostino. Del siglo XIX conserva obras de artistas locales. En Santarcangelo di Romagna el MUSAS Museo Histórico Arqueológico tiene una sección dedicada al arte moderno, con obras como una tabla pintada por Luca Longhi en 1531 y un cuadro de Cagnacci, nacido en Santarcangelo en el 1601. Una sala está dedicada al Papa Clemente XIV, también natural de Santarcangelo (1705). En el Museo de Saludecio y del Beato Amato, en Saludecio, brillan obras maestras de Cagnacci y Centino. En el Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi”, en Pennabilli, se conservan obras de inestimable valor. El Mateureka Museo del Cálculo de Pennabilli debe incluirse en este apartado, pues presenta herramientas, ideas y conceptos de una de las más fascinantes aventuras del pensamiento humano. En el mismo se hallan expuestos cientos de objetos, originales y preciosos, que ayudan a repasar la historia de la matemática. Si es verdad que se pueden admirar piezas milenarias, no lo es menos que también se pueden admirar reglas, ábacos, reglas deslizantes de cálculo y calculadoras que remiten, como el espíritu con que se planteó su estructuración, a estudios ilustrados y modernos. En San Leo se encuentra el Museo Cívico de la Fortaleza, extraordinaria construcción ideada por Francesco di Giorgio Martini, indisolublemente ligada a la figura de Cagliostro, alquimista, curandero, masón creador del rito egipcio, que viviera en el siglo de las luces, condenado por herejía por la Iglesia, que lo tuvo preso en la capital de Montefeltro hasta el fin de sus días. El Museo Teatro Mariani de Sant’Agata Feltria también se puede colocar dentro de este itinerario, pues es uno de los más antiguos teatros hechos por entero de madera que existen en Italia, construido en 1605.

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Contemporaneidad La historia del arte de la provincia de Rímini, también en los siglos XIX y XX, ha estado llena de importantes acontecimientos en la producción artística, de modo que ha dado lugar a la creación de varios museos. En Riccione, la Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi acoge obras de grandes artistas del siglo XX. En Rímini, el Museo de la Ciudad presenta salas dedicadas a René Gruau, el polifacético pintor y artista riminés Renato Zavagli Ricciardelli (1909-2004). En Rímini, su ciudad natal, no podía faltar un museo dedicado al cineasta Federico Fellini, ubicado en la sede de la Fundación que lleva su nombre. En el interior El Mundo de Tonino Guerra y Los Lugares del Alma, en Pennabilli y en el Valle del Marecchia relatan la trayectoria artística de este poeta y guionista, escritor y pintor, artista ecléctico, que tanto colaboró con Fellini y con el que ganó el Oscar por la película Amarcord. Otro artista en activo es Fernando Gualtieri, que ha querido a Talamello muchas de sus obras, expuestas en el Museo Pinacoteca que lleva su nombre. Núcleos de obras de arte contemporáneo de interés existen en varios municipios del territorio, entre ellos Verucchio y Santarcangelo, por ahora a la espera de las sedes oportunas. Otros materiales del período contemporáneo se exhiben en el Museo de la Aviación de Rímini, con aviones originales y materiales de este campo, y en el Museo Maranello Rosso, en la República de San Marino, dedicado a los Ferrari y a su creador. Una triste contemporaneidad es representada por la segunda guerra mundial, que aquí, con el paso de la Línea Gótica, dejó imponentes signos de destrucción. La reconstrucción fue apresurada y tumultuosa, de modo que las ruinas se borraron enseguida, a excepción de la vistosa marca en el decimonónico Teatro municipal de Rímini “Amintore Galli”. Los hechos ligados al paso de la Línea Gótica, en la que combatieron con crudeza las tropas alemanas y las aliadas fueron tan determinantes que requieren un tributo de la memoria. En Trarivi di Montescudo, junto a la iglesia de la Pace se erigió el Museo de la Línea Gótica Oriental y en Montegridolfo el Museo de la Línea Gótica, sito en un bunker reconstruido a los pies del castillo medieval. La Sección de Historia Contemporánea del Museo de Casteldelci, ubicada en el piso superior de la Escuela Primaria “Maria Gabrielli”, presenta objetos, imágenes y documentos relativos a los acontecimientos históricos locales ligados a la segunda guerra mundial: este lugar, en 1944, fue escenario de una tremenda masacre de civiles inermes a manos de nazis y fascistas.

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CAPÍTULO 2 EL LITORAL RIMINÉS


Rímini Museo de la Ciudad y “Domus del Cirujano” Sección arqueológica Es el museo más rico del territorio en lo que atañe a la arqueología, con una nueva ala arqueológica emplazada en el sugestivo escenario de los antiguos sótanos del Colegio de los Jesuitas, que después se transformara en Hospital, del 1797 al 1977. El itinerario expositivo, complejo y extraordinario, repasa la historia de Rímini y alrededores y permite recorrer, a través de las huellas dejadas por sus habitantes y monumentos, el largo camino del hombre en el territorio riminés desde la Prehistoria hasta el final del período Clásico Tardío. Son unos 2.000 los metros cuadrados totales de superficie y más de cuarenta las salas de exposición. Miles, las piezas, que van de la prehistoria al imperio romano tardío y documentan la población y civilización de toda la zona. Casi todo el patrimonio del museo es de origen local, pero su interés no es meramente local. En efecto, se trata de un museo muy antiguo, fundado como “Galería Arqueológica” por el historiador Luigi Tonini en 1871-72, cuando en el mismo se mostraban piezas del territorio comprendido entre el Rubicone y el Conca. Interesante el lapidario romano, con inscripciones datables entre el siglo I a.C. y el siglo V d.C., documenta las formas de la comunicación epigráfica de la Rímini romana e informa sobre muchos aspectos de la vida pública y privada. Desde la época republicana de Roma la ciudad, fundada en el 268 a.C. como colonia de derecho latino y promovida a la categoría de municipio hacia el 90 a.C., desempeñó un papel verdaderamente importante tanto desde el punto de vista comercial como en los aspectos militar y político. Esta relevancia le fue plenamente reconocida en los tiempos de Augusto, tal como documentan claramente, por otra parte, dos famosos monumentos, conocidos por su carácter imponente y su belleza: el arco de Augusto (27 a.C.) y el puente llamado de Tiberio (14 - 21 d.C.), que los rimineses siempre han considerado emblemáticos, hasta el punto de que los muestran representados en el escudo de la ciudad. En cuanto a los edificios civiles de la población, su riqueza queda bien testimoniada sobre todo por los muchos y extraordinarios pavimentos musivos, en su mayoría pertenecientes a la época imperial, recogidos en el museo. De los siglos II y III después de Cristo, la plena edad imperial, se exponen hallazgos como vajilla de cerámica y de bronce, monedas, pinturas murales y mosaicos, estatuas de mármol y estatuillas de bronce, fragmentos arquitectónicos y escultóricos, que ofrecen interesantes testimonios sobre la vida de la ciudad y sus actividades. Hacen referencia al anfiteatro, construido junto al puerto, a los cultos de la edad imperial; a la relación de la ciudad con el mar; y, sobre todo, a algunas espléndidas domus, como la de Palazzo Diotallevi, caracterizada por una gran mosaico pavimental en cuyo centro se representa la figura de Hércules (mediados del siglo II d.C.); o como la denominada “del

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En la parte superior Rimini, Museo de la Ciudad, detalle del mosaico del palacio Diotallevi.

En la parte inferior Rimini, complejo arqueológico de la Domus del Cirujano.

cirujano” (siglos II - III d.C.), en la época cercana al mar, un verdadero complejo arqueológico cuya reciente excavación ha devuelto a la luz, entre otros materiales, un excepcional conjunto instrumental quirúrgico-farmacéutico de más de 150 piezas restaurado por entero y expuesto. En el museo se han reconstruido, con objeto didáctico, el ambulatorio y el cubículo del médico que ejercía su profesión y vivía en esta casa, probablemente destruida por un incendio durante una de las primeras correrías de los bárbaros (a mediados del siglo III d.C.). “Domus del Cirujano” Los restos de la domus del cirujano se hallan en la Piazza Ferrari, en las inmediaciones del Museo, adecuadamente protegidos por una estructura especialmente dispuesta. Resultan perfectamente visibles recorriendo el itinerario interno las varias dependencias: la pequeña entrada, que introducía en un distribuidor y un pasillo interior. A un lado se abría un jardín, mientras que en el otro costado había varias estancias delimitadas por paredes. Los aposentos residenciales, decorados con frescos polícromos y pavimentos musivos con motivos geométricos y figuras, comprendían un comedor (triclinium), un dormitorio (cubiculum) y dos salas de estar, la primera de ellas adornada con un notable mosaico que representaba a Orfeo entre los animales. En una ubicación más apartada varias habitaciones de servicio, como un cuarto con calefacción (ipocausto), una letrina y, en el piso superior, cocina y despensa. El repentino derrumbe permitió la conservación de la decoración y los objetos ornamentales domésticos, hallados entre los cascotes en el suelo de la casa. Entre los muchos sorprendentes restos -como frescos polícromos y techos pintados en forma de artesonado, un refinado cuadro de pasta vítrea, una jofaina de mármol, fragmentos de estatuas, vajilla, candiles- destaca el rico instrumental quirúrgico y farmacológico, que da testimonio de la profesión ejercida por el último propietario: sin duda un médico de gran experiencia y habilidad que, como ocurría a menudo, debió formarse en ambientes culturales helénicos y debió llegar a Ariminum procedente del este. El origen oriental del personaje, que se intuye también por su adscripción a los ideales epicúreos, se ve claramente confirmada por las leyendas escritas en griego que hizo grabar en dos recipientes para la conservación de hierbas medicinales encontrados en la taberna medica, y por su mismo nombre, con toda probabilidad Eutyches, según reza el esgrafiado practicado en una pared por un paciente desde

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En la parte superior Rimini, complejo arqueológico de la Domus del Cirujano, mosaico de Orfeo en la taberna medica (detalle).

En la parte inferior Rimini, Museo de la Ciudad, imagen de la sala de los tapices del siglo XVII.

la cama del cubiculum. El detalle de que el instrumental quirúrgico hallado en la domus no contenga herramientas ginecológicas y resulte en gran parte destinado a intervenciones sobre traumas óseos e incluya un peculiar instrumento, utilizado únicamente para extraer puntas de flecha de las carnes, parece indicar una experiencia profesional acumulada en el ejército, quizás en uno de aquellos valetudinaria militares diseminados cerca de las fronteras del imperio que representaban las únicas estructuras sanitarias del mundo romano asimilables a nuestros hospitales. Sección histórico-artística En el mismo edificio, palacio del siglo XVIII que fuera el Colegio riminés de los Jesuitas (y después Hospital Civil de la ciudad) se hallan dispuestas las secciones medieval y moderna con la concentración de obras más grande e importante de la Provincia y una de las más importantes de la Región. Aquí se hallan reunidas pinturas y esculturas, cerámicas y medallas, inscripciones y fragmentos arquitectónicos procedentes de la ciudad y su entorno. En la sala conocida como “del Juicio” puede contemplarse un gran fresco del siglo XIV en el que se representa el Juicio Universal que proviene de la iglesia agustiniana de San Juan Evangelista. Es una de una de las obras más antiguas (1310 aprox.) e importantes de la escuela riminesa del siglo XIV, activa en la primera mitad de aquel siglo en toda la EmiliaRomaña, las Marcas y el Véneto. Influenciada y en cierto sentido formada por el ejemplo de Giotto, que a finales del siglo XIII había trabajado en Rímini para los Franciscanos (en el “Templo malatestiano” existe aún un soberbio Crucifijo que es obra suya), que produjo obras excelentes hoy dispersas en los principales museos del mundo. El Museo riminés posee obras de Giovanni, de Giuliano y Pietro da Rimini, los tres mayores pintores de la “escuela”, cuyo desarrollo coincidiera con el ascenso al poder de los Malatesta, la familia que desde principios del siglo XIV hasta finales del siglo XV ejerció su señoría sobre la ciudad y extendió sus dominios a las Marcas y buena parte de la Romaña. Muchos de los escudos e inscripciones en piedra existentes hacen referencia a esta familia y en especial a Sigismondo Pandolfo Malatesta (1417 - 1468), al que se deben Castel Sismondo y el célebre Templo malatestiano. Aquí se conserva casi completa la serie de medallas malatestianas fundidas para Sigismondo por Pisanello y por Matteo de’ Pasti, serie que constituye una de las obras maestras máximas de este arte inventado en el Renacimiento, y un Joven portaestandarte de Agostino di Duccio, proveniente del Templo malatestiano,

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Rímini, Museo de la Ciudad.

En la parte superior, Giuliano da Rimini, políptico de la Coronación de la Virgen, 1315 aprox.

En la parte inferior, Giovanni Bellini, Piedad, 1470 aprox.

como la tabla con la Piedad pintada por Giovanni Bellini en torno al 1470, considerada la joya del museo. A la familia de un nieto de Sigismondo, Pandolfo IV, último de los señores de Rímini, se debe, en cambio, el encargo a Domenico Ghirlandaio del gran retablo en el que se representa a los santos Vicente, Roque y Sebastián venerados por los personajes de la familia Malatesta. En el siglo XVI Rímini perdió gran parte de su prestigio y perteneció a Valentino y a los Venecianos antes de quedar bajo el dominio directo del Estado de la Iglesia (1509). Sin embargo también el siglo XVI vio la realización de algunas importantes obras arquitectónicas y urbanísticas y la llegada de obras maestras debidas a Giorgio Vasari (en la abadía de Scolca y en San Francesco, 1547 y 1548) y a Paolo Veronese (en la iglesia de San Giuliano, 1587-1588), así como a buenos artistas menores, de los que el Museo expone varias obras. El siglo XVII registró una notable importación de obras de arte del Veneto Véneto (como dos estupendos cuadros de Francesco Maffei) y de Bolonia (como algunas obras maestras de Simone Cantarini y de Guercino) ahora conservadas en el museo. Fue también el siglo que la actividad de dos grandes pintores locales: Guido Cagnacci (1601 - 1663) y Giovan Francesco Nagli, llamado Centino (aprox. 1605 - 1675). Del primero el museo posee obras muy sugestivas (como el San Antonio Abad, La vocación de san Mateo, una Cleopatra y un hermosísimo Retrato de monje médico; del segundo algunas telas y retablos muy representativos de su estilo sobrio y devoto. Al siglo XVII pertenece una excepcional serie de tapices que ilustran el tema de las Historias de Semíramis, tejidos en el taller de Michiel Wauters, en Amberes. En las salas de los tapices se expone una colección de 54 cerámicas en su mayoría procedentes de fábricas locales y datables entre los siglos XIV y XIX. Existe toda una sala dedicada a los bodegones, con pinturas de los siglos XVII y XVIII entre las que destacan las del fraile pintor riminés Nicola Levoli (1729 - 1801) y del faentino Giovanni Rivalta (1756 - 1832). El siglo XVIII nos ha dejado muchas obras de artistas boloñeses y rimineses: entre ellas merecen ser destacados cuatro frescos con Ángeles músicos de Vittorio M. Bigari (1722), retirados de la bóveda del presbiterio de la iglesia de San Juan Evangelista, llamada de San Agustín. Del siglo XIX el Museo conserva obras del pintor Guglielmo Bilancioni, del escultor Romeo Pazzini y de algún otro artista local. Del siglo XX cabe destacar las obras gráficas y carteles del célebre René Grau, nombre artístico del riminés Renato Zavagli Ricciardelli (1909 - 2004).

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Museo della Città via L. Tonini, 1 - centro storico - Rimini tel. 0541 21482 - 0541 704421 musei@comune.rimini.it www.museicomunalirimini.it


Rímini, Museo Fellini, detalles de montajes expositivos.

Rímini Museo Fellini El museo Fellini, fundado para honrar y recordar al cineasta más amado y conocido del mundo, Federico Fellini, conserva materiales y obras relativas al gran maestro y expone temporal y cíclicamente parte del patrimonio documental de la contigua Fundación Fellini. Se trata de películas, escritos y dibujos del director, fotografías de escena, documentos fotográficos y gráficos, bocetos escenográficos, vestuario, premios, etc. relacionados con el director riminés. En los últimos años ha albergado exposiciones muy sugestivas y apreciadas, entre las que cabe recordar por lo menos las siguientes: “Otto e mezzo, el viaje de Fellini” (2003), con fotografías de Gideon Bachmann, “Giulietta, retrato de una actriz” (2004), “El cine de papel. La herencia de Fellini en exposición” (2004), “Fellini y sus películas en los dibujos de la colección Renzi” (2004), “Amarcord. Fantástica Rímini” (2005), “El arte de Fellini en la colección Gèleng y en los vestidos de D. Donati” (2005), “Tazio Secchiaroli. G. Mastorna, obra incompleta” (2006). El archivo de la Fundación se enriquece continuamente con documentos gráficos y fotográficos, cintas y libros, objetos varios. En el 2006 adquirió un célebre autógrafo felliniano, el “Libro de los sueños”, que contiene la documentación, perteneciente a un período de veinte años, de la producción onírica del director, ilustrada por él mismo con textos y dibujos. Parte del material de la Fundación ha sido exhibido en varias exposiciones organizadas en Italia y el extranjero (Seattle, Nueva York, Estocolmo, Oslo, Barcelona, Copenhague, Varsovia, etc.).

Museo Fellini via Nigra, 26 - Rimini tel. 0541 50085 - 0541 50303 fax 0541 57378 fondazione@federicofellini.it www.federicofellini.it

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Rímini, Museo de las Miradas, Colecciones Etnográficas, imagen de una de las salas y

detalle de una pieza que se conserva en la Sala América.

Rímini Museo de las Miradas Es uno de los museos más interesantes, no sólo de Italia, por la belleza y rareza de las piezas que alberga. Ha heredado el material etnográfico del Museo de las Artes Primitivas - Colección “Dinz Rialto”, fundado por el viajero y explorador paduano Delfino Dinz Rialto en 1972. Dicho museo, adquirido por el Ayuntamiento de Rímini entre 1975 y 1979, ha tenido varias sedes y ha ampliado su patrimonio con otras colecciones (de Ugo Canepa de Biella, de Bruno Fusconi de Cesena, de los Frailes Menores Conventuales de Rímini). En diciembre de 2005 fue reestructurado con una nueva mirada, como reza su mismo nombre, que tiene en cuenta las inevitables lagunas, a pesar de su riqueza, de la documentación disponible constituida por varios miles de piezas y se centra principalmente en cómo el hombre occidental ha mirado a las culturas extraeuropeas. Con el descubrimiento de América y las demás tierras lejanas su mirada ha ido siendo diferente cada vez: miradas a veces escandalizadas y desconcertadas, sorprendidas y curiosas, maravilladas y estetizantes. En estas actitudes centra su atención el museo invitando a una reflexión “histórica” de corte moderno, que puede ayudar a comprender de manera fiel el mundo de los “demás”, de las “civilizaciones distintas”, antes tan lejanas y ahora tan presentes en nuestro propio ámbito. Por ello hemos juzgado oportuno incluir este museo en el capítulo referente al mundo moderno, más que en aquel dedicado a la etnografía. En las diez salas del museo -sito en una construcción del siglo XVIII, especialmente restaurada para alojar el complejo expositivo, que albergaba el Museo Misionario de las Gracias, delante del Santuario de la Virgen de las Gracias, en la colina de Covignano- se hallan presentes objetos procedentes de China, Oceanía, África y América. Destacan una refinada pintura china (siglo XVII), fetiches y máscaras africanos, obras mayas y tejidos de la América precolombina. La planta baja está destinada a exposiciones temporales.

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Museo degli Sguardi Villa Alvarado, via delle Grazie, 12 Covignano di Rimini tel. 0541 751224 - 0541 704421 0541 704426 fax 0541 704410 musei@comune.rimini.it www.museicomunalirimini.it


En la parte superior Rímini, Museo de la Aviación. Imagen panorámica.

En la parte inferior Viserbella di Rimini, Museo de la Pesca Menor y

de las Conchas. Herramientas de pesca menor costera.

Rímini Museo de la Aviación El Parque temático de la Aviación fue inaugurado en 1995, en una superficie emplazada en la zona de colinas de más de 100.000 m2 de exposición, con más de 50 modelos en exhibición. A lo largo de los años además de la conservación de los modelos que han marcado la historia de la aeronáutica, se ha desarrollado como centro cultural promoviendo congresos, debates y eventos. La primera estructura que se encuentra en el parque es el Museo de la Aviación. El moderno pabellón que alberga las salas está realizado con materiales tecnológicamente avanzados y se erige en dos pisos. En el mismo se exponen piezas raras y únicas: desde los uniformes y monos de vuelo usados por pilotos y especialistas a principios del siglo XX hasta los de los pilotos de las Flechas Tricolores de la aviación italiana, los F-104 y los Tornado. Documentando su procedencia, se pueden contemplar las fotos que testimonian los acaecimientos de los militares que los vistieron. En la magnífica cámara subterránea se conservan cientos de condecoraciones, medallas y títulos, muchos de los cuales conferidos a grandes personajes, como Gabriele d’Annunzio, Aldo Finzi, Benito Mussolini, Italo Balbo, etc. Además de todo este material rigurosamente original, de las avionetas irremediablemente perdidas se conservan fotos o se han reconstruido maquetas en escala. También gracias al excelente trabajo de los maquetistas puede contemplarse un gran diorama que representa las fases más importantes (despegue y amaraje) de las famosas Siai SM 55, las avionetas que tanta gloria dieron a la Italia de los años 30 del siglo XX al efectuar con éxito la arriesgada travesía transatlántica que, partiendo de Orbetello vía Irlanda, Islandia, Polo Norte y Canadá terminó en el Lago Michigan, cerca de Chicago. En el exterior se pueden admirar, diseminadas por el parque, históricas avionetas y baterías antiaéreas, así como motores de aviación, desde los motores en línea, a los radiales, los bóxer (para helicóptero) y diversos tipos de turbinas. Completan la exposición varios vehículos de servicio, desde los radares móviles hasta los camiones antiincendio o los proveedores de oxígeno.

Museo dell’Aviazione via S. Aquilina, 58 Superstrada Rimini-San Marino Km. 8.500 - Rimini tel. 0541 756696 fax 0541 905148 info@museoaviazione.com www.museoaviazione.com

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Viserbella di Rimini Museo de la Pesca Menor y de las Conchas Este espacio museal lleno de recuerdos de lo más sugestivos pretende ser un homenaje al mar y a la vida de los pescadores. Nació gracias a la voluntad de algunos hombres de mar que no querían que se olvide la actividad de la pesca tal como se desempeñaba hasta hace escasos decenios. Con pasión y esfuerzo en primer lugar fundaron una asociación cultural denominada E scaion (término dialectal que designa un instrumento de hierro para la pesca de las almejas) y después crearon el museo. En el mismo se muestran barcas y partes de ellas, herramientas de pesca y herramientas propias de los astilleros, elementos para armar las barcas, objetos de uso cotidiano, maquetas, fotografías y filmaciones, es decir, todo lo que puede ayudar a mantener viva la memoria de un mundo hoy desaparecido y de la vieja comunidad local, cuya subsistencia, casi desde la última guerra hasta la llegada del fenómeno del turismo, se confiaba en buena parte a la pesca costera menor. Los espacios del antiguo edificio de la escuela que alberga el copioso y variado material recogido limitan la exposición. El viaje por su interior resulta fascinante sobre todo gracias a la voz y el testimonio vivo de los voluntarios que se encargan de la gestión del museo, y que, de manera prodigiosa, devuelven la vida a aquellos objetos con narraciones apasionadas y recuerdos personales de vida real y palpable. El museo, instituido en 1999, con una identidad bien definida, está, como suele decirse, “en vías de realización” y sigue enriqueciéndose con objetos y testimonios. Una sección importante del museo está constituida por una gran colección de conchas (del señor Andrea Capici, de Ancona). Se trata de una colección que cuenta con más de ocho mil ejemplares, algunos de ellos verdaderamente raros, e incluye muchas especies de conchas de toda la cuenca del Mediterráneo. La clasificación de las conchas se debe al Instituto de Zoología de la Universidad de Bolonia. Gracias a su autoridad, la colección se ha convertido en una significativa referencia para apasionados y estudiosos. Fuera del Museo se pueden contemplar varias embarcaciones típicas de la zona: una “battana”, un “battanino”, un “beccaccino” y los tradicionales patines, prácticamente desaparecidos. Desde 2010 el museo cuenta asimismo con una interesante y curiosa colección de fósiles.

Museo della Piccola Pesca e delle Conchiglie via Minguzzi, 7 - Viserbella di Rimini tel. 0541 721060 - 0541 722185 fax 0541 721060 museoescaion@yahoo.it www.escaion.it

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Riccione Museo del Territorio Este museo proporciona elementos esenciales para el conocimiento de la evolución de todo el territorio riminés y, en particular, del Valle del Conca, en cuyo margen septentrional se encuentra Riccione. Se formó en la biblioteca en la década de los sesenta del siglo XX, gracias a la labor de un grupo de aficionados, y halló su emplazamiento definitivo en 1990 dentro de la estructura polivalente del “Centro della Pesa”, con un montaje moderno de claridad didáctica ejemplar. Está estructurado en seis sectores, que contienen interesantes hallazgos paleontológicos y arqueológicos. Una sección ilustra la situación geológica local por medio de gráficos y maquetas, describe la complicada historia geológica y explica la actual conformación del territorio, modelado hace decenas de millones de años por la superposición de rocas emergidas del fondo marino y su deslizamiento sobre las arcillas, por sus fracturas y por el recorrido móvil de los ríos que erosionaron y moldearon la desigual superficie de las tierras emergidas. Muestras de rocas, de minerales y de fósiles animales y vegetales documentan miles de años de evolución hasta la aparición de grandes mamíferos como el elefante o el mamut, del que se han encontrado algunos enormes molares y el fragmento de un colmillo, el bisonte prehistórico, del que se han hallado una porción de cráneo, una mandíbula y varios huesos que han permitido la reconstrucción de un semiesqueleto, el ciervo gigante y otros animales menores (oso, rinoceronte, castor, rata, etc.). Un diorama reconstruye el entorno del valle del Conca tal como debía ser en un período comprendido entre hace 200.000 y 100.000 años, caracterizado por un gran lago y una serie de pantanos, pero ya poblado por el hombre desde mucho tiempo atrás. Investigaciones arqueológicas, de superficie, sobre todo, y hallazgos casuales han permitido documentar las primeras huellas del hombre en el territorio desde el “paleolítico inferior”: cantos a los que al principio se daba forma de manera muy rudimentaria, más tarde tallados con cierta habilidad atestiguan la presencia humana en un entorno que debía ser muy distinto del actual, con espejos de agua, pantanos y una exuberante vegetación salvaje. El museo expone una buena serie de hallazgos líticos del paleolítico y el neolítico procedentes de muchos lugares del valle (municipios de Riccione, Misano, Morciano y Montefiore). Al neolítico, el eneolítico, la edad del cobre y a las edades de bronce y de hierro está dedicada la quinta sección del museo, con hallazgos

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Riccione, Museo del Territorio. En la parte superior, jarrón ático de figuras rojas con lechuza.

En la parte inferior, a la izquierda tumba en forma de pocillo del área sepulcral de la Via Flaminia (siglo I d.C.).

En la parte inferior, a la derecha fragmento de ánfora, vasijas, vasos lacrimatorios, candiles de la propia necrópolis.

líticos, metálicos y cerámicos como hachas, puñales, azadas, puntas de flechas, agujas y vajilla. Entre los hallazgos del período siguiente destacan por su rareza algunos fragmentos de cerámica griega del siglo V procedentes de Morciano y de Misano, que atestiguan contactos con Grecia. Los hallazgos provenientes de una tumba gala del siglo III a.C. encontrada en Misano dan prueba de una supervivencia cultural céltica en un período en el que la romanización del territorio estaba consolidada. La sección dedicada a la conquista y la colonización romana del territorio expone testimonios cuya datación corresponde a los siglos que van del III a.C. al III d.C. cuando los romanos, tras la fundación de la colonia de Ariminum (268 a.C.) y la asignación del territorio a los colonos, fueron capaces de imponerse definitivamente sobre los galos. Al tratarse de una zona de frontera, que muy pronto estuvo bien comunicada gracias a la via Flaminia (220 a.C.), que conectaba Rímini con Roma, vio surgir, dispersas, las casas de los colonos, granjas y villas rústicas, construcciones todas ellas de las que se han hallado huellas en unos cincuenta sitios arqueológicos, de los cuales provienen los materiales aquí expuestos, como fragmentos de vasijas, partes de pavimentos de terracota y de mosaico, restos de estucos pintados y tejas marcadas, fabricadas, junto con otras manufacturas, en los numerosos hornos, pequeños y medios, que aquí se han encontrado. El núcleo habitado más significativo de la zona estaba en la localidad de San Lorenzo in Strada, donde se han hallado viviendas y actividades productivas (cuyos restos se conservan in situ), así como una necrópolis, un horno y un edificio sacro.

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Museo del Territorio Centro Culturale della Pesa via Lazio, 10 - Riccione tel. 0541 600113 museo@comune.riccione.rn.it www.comune.riccione.rn.it


Riccione, Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi.

En la parte superior vista exterior de la villa. En la parte inferior detalle de una sala.

Riccione Galería de Arte Moderno y Contemporáneo Villa Franceschi De notable interés para el conocimiento del arte contemporáneo italiano, este museo se halla emplazado en una de las villas históricas más hermosas de Riccione. Inaugurado en 2005, alberga un itinerario permanente, formado por dos núcleos de obras muy significativas, que se alterna, en determinados períodos del año, con exposiciones temporales, de carácter nacional y no nacional, siempre dedicadas a artistas contemporáneos. El primer grupo de obras, más de 250 en total entre pictóricas y gráficas, propiedad del Ayuntamiento de Riccione, se conformó en estrecho vínculo con la historia turística de la ciudad y está constituido por cuadros adquiridos gracias a exposiciones, compras y a los importantes premios de pintura, patrocinados entre 1947 y 1955 por la empresa Azienda di Soggiorno, que entonces ofrecía a los turistas exposiciones de consolidados autores del siglos XX. A este grupo pertenece la donación del pintor de Forlì Maceo Casadei, asiduo y entusiasta visitante de Riccione. El segundo núcleo, propiedad de la Región Emilia-Romaña, se halla en depósito desde 1998 y está compuesto por 59 obras adquiridas en 1973 (tras la exposición celebrada en Bolonia dos años antes en apoyo a la fundación que lleva el nombre del escritor Gaetano Arcangeli). Son representativas de las tendencias artísticas de la Italia de la segundo posguerra y del círculo artístico boloñés, especialmente vivo en aquellos años, gracias a la férvida actividad de la familia Arcangeli, punto de referencia para todo aquel que estuviese interesado en la aventura estética. Testimonian las principales corrientes artísticas nacionales: la del realismo y la informal, así como la denominada “último naturalismo”, constituida por los pintores situados a caballo entre la idea de realismo y el concepto de arte abstracto, conectados con el pasado pero resueltos a mirar adelante. El itinerario expositivo permanente comprende unas 50 obras del patrimonio municipal y de la administración regional. Se exponen, entre otros, trabajos de Alberto Burri, Enrico Baj, Mattia Moreni, Mario Schifano, Pompilio Mandelli, Alberto Sughi, Concetto Pozzati, Vincenzo Satta, Virgilio Guidi, Renato Birolli, Ennio Morlotti, Maceo Casadei, Bruno Ceccobelli y Gian Marco Montesano. Los acoge la villa propiedad de la familia boloñesa Franceschi,

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que pasó a formar parte de los bienes del Municipio de Riccione en 1953, por voluntad testamentaria de la señora Clementina Zugno, viuda de Franceschi. El edificio, muy elegante, gracias al cuidado en los detalles y la armonía del conjunto, fue restaurado pensando en el nuevo uso que iba a dársele, si bien respetando rigurosamente su estructura y original, elocuente ejemplo tipológico de la casa de veraneo característica de la Riccione de principios del siglo XX, conforme al modelo del eclecticismo entonces tan en boga en Europa. De estilo liberty, restaurada según criterios filológicos, no se configura como un mero espacio expositivo, sino que busca complementarse con los objetos que en ella se exhiben. Su valor histórico, testimonio de un período de gran importancia en la formación de la identidad de la ciudad, no permitiría reducirla a simple escenario expositivo. En la villa se conservan decoraciones originales y cuadros que evocan el gusto “fin de siècle”. Entre las piezas más preciadas el Proyecto de perspectiva para el patio de Palazzo Banzi, en Bolonia, realizado en 1757 por el conocido pintor Mauro Tesi, que representa un raro documento de la tradición escenográfica del siglo XVIII. Entre las obras pictóricas, además, cabe señalar una gran tela del boloñés Raffaele Faccioli que representa un paisaje con Excursión en barca y tres Retratos del imolés Amleto Montevecchi realizados a principios de los años 30.

Galleria d’Arte Moderna e Contemporanea Villa Franceschi via Gorizia, 2 - Riccione tel. 0541 693534 museo@comune.riccione.rn.it www.villafranceschi.it

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Cattolica Museo de la Reina Es un museo de nueva creación, muy bien equipado y presentado con un elocuente y didáctico conjunto de explicaciones. En su sección arqueológica informa sobre el papel desempeñado por la ciudad de Cattolica en la época romana, al hallarse al borde de la Via Flaminia y exactamente a medio camino entre Rímini y Pesaro, constituyendo un pequeño núcleo habitado que surgió en torno a una especie de “estación de postas” preparada para albergar a los viajeros y para el cambio y el alojamiento de los caballos, una mansio. La hipótesis resulta muy sugestiva, incluso pensando en la historia reciente de Cattolica, definida desde el siglo XVI como “pueblo de tabernas para viandantes” (Leandro Alberti). Los materiales extraídos en las excavaciones del año 1966 y en varias fases en los años sucesivos, se hallan reunidos aquí, donde se ilustran asimismo las propias excavaciones. Se abre con las necesarias consideraciones acerca de la Flaminia romana y la organización y la tipología de la mansio, De gran interés resulta la rigurosa exposición, respetando plenamente los estratos arqueológicos, del material proveniente de un pozo romano explorado en 1997 y 1998 en el área de la plaza del mercado, que ofrece un vasto conjunto de utensilios de cerámica datables entre los siglos I a.C. y IX d.C., así como algunas monedas. Existe un espacio dedicado a la domus, de la que se ilustran, además de su distribución planimétrica, los sistemas y materiales constructivos, la decoración y el mobiliario, a la vida cotidiana, al cuidado de la persona y a los intercambios comerciales. Cabe destacar las colecciones de candiles y ánforas. Recientemente la Sección Arqueológica se ha visto enriquecida con materiales cerámicos (ánforas grecoitálicas, morteros, grandes vasijas para la despensa, tejas, terracotas) hallados durante las excavaciones de la nueva Dársena (2004) que dan testimonio de un atraque del siglo III a.C. al servicio del territorio agrícola. El museo da noticia asimismo de la historia más próxima de Cattolica, desde la “leyenda de la ciudad hundida” hasta la fundación del burgo moderno (1271), desde el origen del nombre actual de la localidad hasta las galerías subterráneas existentes bajo el pueblo. Recientemente se ha incorporado una interesante estela daunia (fechada en el siglo VI a.C. de origen apulio), que curiosamente llegó a Cattolica. En el lugar del hallazgo, la excavación devolvió a la luz un asentamiento de la edad de bronce antigua (2000-1700 a.C. aprox.) de extraordinario interés, pues a pesar de ser uno de los pocos yacimientos de este período que se conocen en Romaña, está muy bien articulado.

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Cattolica, Museo de la Reina. En la parte superior Sección Arqueológica.

En la parte inferior Sección de la Marinería, modelos de barcas del Adriático.

El piso superior del edificio, antiguo Hospital de los peregrinos, fundado en 1584 y reconstruido en los años 30 del siglo XX, está dedicado a la marinería adriática y se ocupa de la vida se ocupa de la vida marina y marinera, haciendo especial referencia al pueblo de Cattolica. Su origen se sitúa en 1985, con una exposición, Barcas y gente del Adriático: 1400-1900, organizada por el Centro Cultural Polivalente de Cattolica y por el Instituto de Bienes Culturales de Emilia-Romaña. Al primer núcleo instalado en el centro Cultural Polivalente se fueron sumando, con el paso de los años, nuevos hallazgos, documentos iconográficos y materiales varios, como fotografías y esquemas gráficos, maquetas grandes y pequeñas, instrumentos, partes de embarcaciones y herramientas. De las salas que componen esta sección, una está dedicada a ilustrar la historia del puerto de Cattolica, que a pesar de la antigua tradición pesquera local, fue construido en fecha tardía, en 1853, pues dicha construcción tuvo que salvar la pertinaz resistencia de Rímini, bajo cuya circunscripción se hallaba Cattolica, que temía la competencia de un puerto tan cercano. Las demás están dedicadas a las barcas adriáticas y a su diseño y construcción, así como al conjunto de equipos y herramientas de los astilleros y de las propias barcas. Se ilustran asimismo los varios métodos de pesca con los instrumentos al uso hasta la época de la motorización, y también a los problemas ligados a la pesca y al comercio, a la vida de los marineros y de sus mujeres, a su religiosidad y vida social, siempre prestando una especial atención a la historia y la realidad locales.

Museo della Regina via Pascoli, 23 - Cattolica tel. 0541 966577 fax 0541 967803 museo@cattolica.net www.cattolica.net

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Bellaria Igea Marina, “La Casa Roja de Alfredo Panzini”. Interior y exterior del museo.

Bellaria Igea Marina Museo “La Casa Roja de Alfredo Panzini” La Casa Roja se yergue sobre una duna de arena, y desde sus ventanas antaño se veían el mar y las colinas de Romaña. Hoy se encuentra entre las vías del tren y el parque, y a su lado tiene construcciones sin solución de continuidad. El mar no está lejos, pero ha dejado de verse. Se trata de la villa, comprada en 1909, donde el escritor Alfredo Panzini (Senigallia 1863 - Roma 1939) transcurrió con su familia buena parte de sus años, sobre todo en verano, convirtiéndose en lugar de encuentro para los amigos y literatos y para él en punto de observación privilegiado de aquel mundo rural que confluyó en su narrativa. Quedó largo tiempo en desuso hasta que, tras una excelente restauración y un extraordinario montaje, se abriera al público en 2007. Las estancias habitadas por el escritor, pues, han vuelto a la vida. La entrada acoge al visitante con velas que reproducen palabras autografiadas que soplan vientos hacia el mar de la memoria. Ahí está la famosa bicicleta -la austera Opel- de La Linterna de Diógenes y de las excursiones al campo. En el piso superior se encuentra el dormitorio con sus mesillas de noche, el armario y las butacas. El baño es digno de verse por su refinada recreación. Y ahí está también el despacho, hoy espacio expositivo, con la mesa de cajones y un montón de manuscritos. La casa misma es un museo, pues en sus cuatro lados muestra restos de cerámicas engastadas que llevan los títulos de las principales obras de Panzini. En la parte que da a la vía del tren estaba el pozo y, siguiendo por un camino, se llega al anexo para los huéspedes denominado “el pensadero”. Un parque-jardín con vegetación mediterránea la rodea todavía, mientras que al otro lado del foso se hallan las propiedades (hoy restauradas y parte del museo) que albergaban la finca con la casa de campo del aparcero Finotti, los establos y la cochera para la calesa que constituían la finca. En la planta baja el comedor y la sala de estar, con un mueble que escondía un pequeño montacargas para las viandas, que se subían desde la cocina situada en el sótano. Techos y paredes presentan motivos decorativos “en seco” de estilo liberty en los que domina la leyenda “stracci” (“trapos”) por voluntad del escritor.

Museo “La Casa Rossa di Alfredo Panzini” via Pisino, 1 - Bellaria Igea Marina tel. 0541 343746 - 0541 343747 fax 0541 345844 g.gori@comune.bellaria-igea-marina.rn.it www.comune.bellaria-igea-marina.rn.it

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CAPÍTULO 3 MALATESTA & MONTEFELTRO

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Santarcangelo di Romagna MUSAS Museo Histórico Arqueológico Dedicado a la arqueología y al arte del territorio de Santarcangelo, se extiende a lo largo y ancho de las cinco plantas de Palazzo Cenci, situado en la parte alta del centro histórico. La Sección arqueológica está dedicada en buena parte a la actividad de los hornos romanos, que tuvo una gran importancia en esta zona, favorecida por la abundancia de arcilla y madera. Los hornos hallados sugieren una organización artesanal y laboral notablemente evolucionada, casi un “polo industrial” o un “centro de artesanado” especializado. Por ello el museo muestra una gran maqueta de horno que sirve de modelo ejemplar de un tipo de construcción repetido a lo largo de los siglos de manera prácticamente inalterada y expone en las vitrinas los objetos de muestra más significativos de la producción local, que incluye conchas, ánforas, vasijas y candiles. La industria alfarera de Santarcangelo, según parece, estaba especialmente bien organizada en conexión con la producción local de cereales y sobre todo de vino, sin duda abundante en la parte llana y de colinas del bajo valle del Marecchia, intensamente cultivado y salpicado, aquí y allá, de villas rústicas. De estas últimas provienen varios objetos expuestos, relacionados con la vida cotidiana, la casa, la religiosidad y el culto de los difuntos. estaba habitado y cultivado mucho antes de la colonización romana. En efecto, de una población humana bastante más antigua nos hablan los numerosos hallazgos, reunidos según su procedencia y cronología, que se exponen en una salita dedicada a la Prehistoria y la Protohistoria. La visita del museo sigue en el piso superior con la Sección dedicada a la Edad Media y a la historia de la Edad Moderna. La Santarcangelo medieval y moderna surgió sobre el cerro de Júpiter, junto a una fortificación documentada desde el siglo XII y potenciada por los Malatesta, que como vicarios del papa ejercieron su señoría sobre el pueblo durante largo tiempo. Una maqueta de la ciudad nos presenta la Santarcangelo actual, mientras que unos paneles ilustran su desarrollo y su territorio, y otros presentan brevemente sus monumentos más relevantes: la Parroquia del siglo VI aún existente, la fortaleza malatestiana y las misteriosas y pintorescas grutas de toba que horadan el cerro. Numerosas obras de arte y objetos de procedencia local, algunos de gran valor, adornan las paredes de la sección. De la destruida iglesia de San Francisco, un gran edificio gótico que se erigía en la actual Piazza Ganganelli

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Santarcangelo di Romagna, MET Museo Histórico Arqueológico.

En la parte superior Jacobello di Bonomo, Políptico (1385).

En la parte inferior, a la izquierda candiles figulinos.

En la parte inferior, a la derecha bronce de Arpócrates, siglo II d.C.

provienen las dos obras maestras pictóricas del museo: el políptico firmado por el veneciano Jacobello di Bonomo y fechado en 1385, perfectamente conservado en su hermosa estructura de madera, y la tabla con la Virgen con el Niño entre San Francisco y San Jorge pintada por el artista de Ravenna Luca Longhi en 1531 por encargo de Antonello Zampeschi, que durante algunos años fue feudatario de Santarcangelo, representado en actitud devota a los pies de la Virgen. La sala del siglo XVII nos presenta entre otras un cuadro juvenil de Guido Cagnacci, nacido en Santarcangelo en 1601 y muerto en Viena en 1663, que representa a la Virgen con el Niño. Sigue la sala dedicada al papa Ganganelli, Clemente XIV, nacido en Santarcangelo en 1705: en la misma figuran retratos y donaciones enviados por él a los Conventuales, entre los que cabe destacar un hermoso cáliz de plata dorada, la maqueta original del arco erigido en su honor y la de la plaza -no realizada- que debía acogerlo, proyectada, como el arco, por el arquitecto de la cámara pontificia, Cosimo Morelli, en 1777.

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MUSAS Museo Storico Archeologico via Della Costa, 26 Santarcangelo di Romagna tel. 0541 625212 - 0541 624703 fax 0541 625212 met@metweb.org www.metweb.org


Santarcangelo di Romagna, MET Museo de los Usos y Costumbres de la Gente de Romaña.

En la parte superior, la pared de las “caveje”. En la parte inferior, a la izquierda, una sala del Museo.

En la parte inferior, a la derecha, San Antonio Abad, detalle de una manta para bueyes.

Santarcangelo di Romagna MET Museo de los Usos y Costumbres de la Gente de Romaña Es uno de los museos etnográficos más importantes de la región, premiado con galardones y distinciones por su disposición, su intensa actividad didáctica y sus talleres de formación. Fue uno de los primeros que se fundaron en el territorio, en 1971, tomando como línea maestra el rigor científico y una notable atención hacia el mundo de la escuela y la enseñanza, hasta el punto de ser tomado como guía por otros espacios museales dedicados a la etnografía y la antropología en general. En 2001 el MET celebró sus treinta años de historia, una historia que empezó, pues, en 1971, cuando se llevó a la práctica la idea de levantar un museo dedicado a la identidad cultural y las tradiciones populares. Fue creado en uno de los territorios más significativos para el trabajo agrícola y para el universo en que este estaba contextualizado, en el que desempeñaban un papel importantísimo las ferias (hoy día sigue siendo una de las principales de la región), los mercados, las fiestas, las tradiciones y los ritos. Y la razón que lo vio nacer deriva de la necesidad de no perder la que antaño representaba el núcleo cultural, económico y social de Romaña. Recoge y conserva los testimonios de la gente de Romaña, y en particular de la Romaña de Rímini y Cesena. Fue inaugurado en 1981, tras una labor de diez años de investigación y preparación, en un edificio, construido en 1924 como matadero municipal y con el tiempo se ha ido enriqueciendo con nuevas adquisiciones y nuevos elementos de atracción. Expone objetos y herramientas ligados a la vida popular y al mundo del trabajo, en particular a la agricultura y al artesanado, ordenados y conectados para permitir la recuperación de una memoria y una historia de actividades y gestos (materiales y simbólicos) y de saberes tradicionales que corremos el riesgo de dejar caer en el olvido. Está dividido en diez secciones, que aluden al trabajo de la tierra, al ciclo del grano, a la molienda, al tejido y la decoración de telas, la elaboración del vino, la casa rural y algunos oficios artesanales, como el de la fabricación de planchas para hacer “piadina”, el oficio de zapatero remendón, el de herrero y el de herrador. Especialmente atractiva la colección de un centenar de “caveje” de varias épocas (de los siglos XVI al XX): la “caveja” es una clavija de hierro forjado, a menudo finamente trabajado y decorado, que tenía la función de bloquear el yugo de los bueyes al timón del carro; en Romaña tenía uno o dos anillos, que tintinean con el movimiento, insertados en su parte superior, denomi-

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Santarcangelo di Romagna, MET Museo de los Usos y Costumbres de la Gente de Romaña.

En la parte superior, sala expositiva de la Sección sobre el arte de la molienda.

En la parte inferior, una sala de la Sección sobre la labranza de la tierra.

nada “pagella”, adornada con orificios, a menudo de elegante factura. La variedad y los tipos de materiales expuestos es muy amplia y diversa: objetos y herramientas de pequeñas o modestas dimensiones, desde la pala hasta el arado, del telar a los títeres (de estos se exhibe una colección extraordinariamente interesante), grandes carros de diferentes clases e imponentes máquinas agrícolas que dan idea del duro trabajo de los campesinos, incluso cuando se introdujeron las primeras máquinas. Elementos didácticos y fotografías, maquetas y esquemas gráficos acompañan al visitante en su recorrido y le ayudan a captar la función y el significado de los objetos expuestos. Una buena biblioteca especializada y un rico archivo con importantes fondos fotográficos completan el museo, que posee amplios espacios abiertos para actividades de espectáculo, en especial de títeres tradicionales, y talleres didácticos, que se cuidan de manera particular. Parte integrante del museo es el Centro Etnográfico para la Investigación y la Documentación (C.E.R.D.), fundado en 1985 para la promoción y la coordinación de las actividades de investigación, estudio y documentación científica del museo: secciones importantes del centro son la biblioteca especializada “Paolo Toschi”, los archivos y los fondos fotográficos.

MET Museo degli Usi e Costumi della Gente di Romagna via Montevecchi, 41 Santarcangelo di Romagna tel. 0541 326206 - 0541 624703 fax 0541 622074 met@metweb.org www.metweb.org

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Poggio Berni, Museo “Molino Sapignoli”.

En la parte superior, una vista del exterior. En la parte inferior, la sala de molienda.

Poggio Berni Museo Molino Sapignoli El Museo Molino Sapignoli es un lugar que sin duda hay que visitar. Está emplazado en un sitio de lo más agradable. En la parte exterior tiene un área de más de 5.000 metros cuadrados de parque; en le interior muestra tal cual las dependencias que se dedicaban a la molienda. En la planta baja recibe a los visitantes con la espléndida sala de la molienda, de unos 50 metros cuadrados, que sigue en condiciones de transformar el grano en harina. Contemplarla resulta de lo más emocionante. En los locales restaurados del taller se respira el ambiente de antaño, pues todo nos habla del trabajo y el ingenio del arte de la molienda en sentido amplio. Allí se describe el sistema de molinos del Valle del Marecchia mediante paneles expositivos, vídeos con entrevistas y filmaciones del paisaje, así como con objetos auténticos. Lugar productivo por excelencia, el molino en la tradición popular representaba también el lugar del misterio. Por esta razón el museo nació con el objeto de dar a conocer el patrimonio etnográfico de la tradición de la molienda, suscitar una reflexión acerca de esa experiencia laboral y existencial y sacar a la luz el pasado del territorio de Poggio Berni, que fuera el granero de los Malatesta. Se trata de un complejo cultural completo, porque en el primer piso se encuentra la biblioteca municipal “Pio Campidelli” y junto al museo situado en la planta baja, en el área exterior, puede verse el Foso “Viserba”, perfectamente conservado; este canal siempre alimentó el Molino Sapignoli, y muchos otros, a lo largo del Marecchia. Siendo fundado para constituir un espacio vivo, el museo prevé la organización de talleres para las escuelas: “El molino hablante, moler y contar” es el taller con el que se da a conocer el territorio, mientras que “El ciclo del pan” y “El Molino y los duendecillos” son otros dos talleres narrativos.

Museo “Mulino Sapignoli” via Santarcangiolese, 4631 - Poggio Berni tel. 0541 629701 s.amati@comune.poggio-berni.rn.it pbbiblio@tin.it www.comune.poggio-berni.rn.it

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Verucchio, Museo Cívico Arqueológico. En la parte superior, trípode de bronce de la Necrópolis Lippi.

En la parte inferior, lámina de oro y vasija de bronce de la Necrópolis Lippi.

Verucchio Museo Cívico Arqueológico Es un museo extraordinario por la riqueza, belleza, rareza, originalidad y valor histórico-arqueológico de lo que expone. Se trata de testimonios correspondientes a una floreciente y refinada civilización que hoy se conoce como villanoviano-veruquesa, por las características autóctonas de las piezas aquí halladas. Hablamos de una población, ubicada en el área de Verucchio durante la edad de hierro, en un lapso de tiempo que va de los siglos IX a VII a.C., misteriosa y fascinante. Fue definida Villanoviana desde finales del siglo XIX, cuando los hallazgos pertenecientes a la misma fueron relacionados con los encontrados en 1858 en Villanova di Bologna. Ya en el siglo XVII se suscitó cierta curiosidad por los restos “antiquísimos” que afloraban en los alrededores del núcleo habitado de Verucchio, después incorporados a colecciones de los siglos XVIII y XIX. Sólo a fines del siglo XIX (1893) se llevaron a cabo las primeras excavaciones sistemáticas que condujeron al descubrimiento de numerosas tumbas que contenían ricos ajuares de maravilloso ámbar, oro, plata y preciosos ajuares funerarios. Las excavaciones fueron retomadas repetidas veces el siglo pasado, y no se pueden dar por terminadas todavía. Son varias las zonas de sepulcros descubiertas en las laderas y a los pies del collado sobre el que se yergue la localidad de Verucchio, donde se han excavado más de quinientas tumbas que han proporcionado riquísimos ajuares funerarios, con piezas de extraordinaria rareza y belleza. Una selección de estos materiales se conserva y expone en el museo, inaugurado en 1985 y reformado en 1995 gracias al esfuerzo conjunto de la Superintendencia Arqueológica de Emilia y de la Administración municipal de Verucchio, en una colaboración regulada a partir de 1993 por medio de un acuerdo entre el Ministerio y el Ayuntamiento. La cultura villanoviana es la expresión de una población -probablemente de origen etrusco o fuertemente influenciada por los Etruscosque en el siglo IX se estableció en la colina (296 m) del valle del Marecchia, la estribación más cercana al litoral, un lugar de fácil defensa situado a los márgenes de la ruta que llevaba a la Toscana a través del paso de Viamaggio. Eran las rutas de los mercaderes del ámbar procedentes del Báltico, que comerciaban con los centros costeros del Adriático y del Egeo. El pun-

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Verucchio, Museo Cívico Arqueológico.

Trono de madera y bocado de caballo de hierro y bronce de la Necrópolis Lippi.

to exacto donde se ubicaba el asentamiento se desconoce todavía, si bien se han descubierto restos de cabañas, y otros vestigios, en algunas áreas. Son conocidos los sepulcros y, gracias a los ajuares fúnebres, podemos tener una idea de la vida de esta antigua población, cuya economía se basaba en la agricultura, el artesanado y el comercio, y que dominaba el territorio comprendido entre los ríos Conca y Uso, hasta el mar. El rito funerario característico de la cultura villanoviana es el de la incineración. Las tumbas suelen estar constituidas por pequeños pocillos que contienen un osario de terracota de forma bicónica (a menudo ricamente ornamentado) cerrado por un cuenco vuelto del revés, o por unos pocillos en los que el osario va acompañado de una concha con el ajuar fúnebre, o bien, finalmente, por unas fosas rectangulares que contienen en una gran caja la urna cineraria envuelta en un manto, así como vasijas, muebles, objetos de uso, armas y tejidos. El museo ocupa una de las estructuras más interesantes y panorámicas, un antiguo convento agustiniano del siglo XVII, contiguo a la iglesia. La sala “de los antepasados” contiene una serie de ajuares tumbales de los siglos IX y VIII a.C. provenientes en buena parte del “Campo del Tesoro”, la más antigua de las necrópolis de Verucchio, con tumbas masculinas y femeninas muy ricas: en ellas destacan fíbulas de bronce y ámbar, collares (algunos de oro), discos de huso y carretes de hilo, y vasijas de cerámica. En las salas “de los armados” se exhiben principalmente tumbas de guerreros en cuyos ajuares aparecen bocados de caballo, espadas, puntas de lanza, hachas, cuchillos, así como objetos ornamentales y vajillas de cerámica o de bronce. Extraordinariamente originales y curiosas algunas preciosas piezas de tejido procedentes de sepulturas diversas, entre las que destaca un gran manto semicircular de hilado de lana, custodiadas en la sala “del manto”. “El de Verucchio es el único caso de la Italia protohistórica en que se han encontrado prendas conservadas poco menos que íntegras de las que sea posible reconocer la forma, la materia empleada para el hilado y los tintes, y las técnicas de tejido.” (P. von Eles). Entre los espléndidos hallazgos expuestos hay herramientas para el hilado y el tejido, tumbas femeninas con osarios revestidos por entero de tejido, collares, vasijas de banquete, bolsas de fibras vegetales, etc. Destaca por encima del resto un trono de madera muy bien conservado, con tachuelas de bronce y con grabados en los que se representaban escenas de la vida cotidiana. En la sala “del trono”, dominada por una gran vitrina que contie-

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ne la tumba 89 de la necrópolis Lippi (situada bajo la fortaleza malatestiana) excavada en 1972, destaca una gran caja de madera que contiene un ajuar muy rico, con ropas, armas (destacables los dos yelmos, uno con una alta cresta de bronce y el otro con una cresta de cerdas), agujas de bronce, plata y oro, y objetos de madera. Era precisamente sobre la tapa de la caja donde descansaba el trono de madera. La tumba debió pertenecer a “uno de los más importantes miembros de la aristocracia de Verucchio, un hombre que desempeñaba algún rol complejo en su comunidad, un guerrero investido de responsabilidades que iban más allá de la simple esfera militar y se extendían a los ámbitos social y religioso” (P. von Eles) que probablemente vivió a finales del siglo VIII a.C. A ese mismo período se remonta una tumba femenina, descubierta en la misma zona también en 1972 (tumba 47), perteneciente a una mujer de rango elevado, como demuestran la cantidad y calidad de fíbulas de ámbar y la belleza de los tejidos. La riqueza del ajuar y el hecho de que la urna cineraria sea de bronce y no, como es más común, de terracota, abonan tal hipótesis. Otro espacio del museo se dedica al área sacra localizada en la meseta conocida como Pian del Monte, parcialmente excavada en 1963 y en 1971, en la que existe un pozo del que provienen materiales cerámicos y de bronce datables entre los siglos XIII y V a.C., entre los cuales cabe destacar fragmentos de pequeñas esculturas broncíneas de alta calidad y de factura etrusca. De una zona próxima a este pozo proviene, además, un grupo de escudos de bronce, tres de los cuales reconstruidos, que estaban colocados uno encima del otro. Las excavaciones regulares en las laderas del cerro de Verucchio prosiguen (en el sepulcro de debajo de la fortaleza, desde 2005) y continúan asimismo los trabajos de clasificación y estudio del abundante material que ha ido viendo la luz. El museo, por este motivo, sigue en continua evolución para albergar y dar el justo valor a todos estos hallazgos con jornadas de estudio, conferencias y muestras temáticas de enorme interés. Está prevista la realización de un parque arqueológico junto al museo y las excavaciones, con un recorrido que guiará a los visitantes por las tumbas más importantes, donde se establecerá un itinerario didáctico que se servirá de la más moderna tecnología multimedia. En los terrenos adyacentes a la antigua necrópolis se podrá contemplar un pequeño poblado villanoviano con su viña (en las tumbas se han hallado pepitas de uva en gran cantidad), para testimoniar la más antigua producción vitivinícola local.

Museo Civico Archeologico via Sant’Agostino - Verucchio tel. 0541 670222 - 0541 670280 fax 0541 673266 - 0541 679570 iat.verucchio@iper.net www.comunediverucchio.it

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San Leo Museo Cívico de la Fortaleza Uno de los sitios más cantados por los poetas, Dante Alighieri en primer lugar, y más utilizados escenográficamente para el rodaje de películas y documentales, se alza sobre Montefeltro, con una majestuosidad y elegancia sin par. Es el magnífico castillo de San Leo, la antigua Mons Feretrius, que ha dado nombre a la comarca y sus señores, los Montefeltro. Hoy día es un museo, además de representar un importante ejemplo de arquitectura militar de ataque y defensa. El monte de San Leo, por su posición dominante y peculiar conformación geográfica, caracterizada por paredes abruptas y perpendiculares al suelo, siempre ha constituido una fortaleza natural. Los romanos, conscientes de ello, allí construyeron una primera fortificación que durante la Edad Media se disputaron bizantinos, godos, longobardos y francos y fue la sede del emperador Berengario II en el breve tiempo en que San Leo fue capital de Italia. A mediados del siglo XI el fuerte pasó bajo el dominio de los condes de Montecopiolo, que se convirtieron en señores de San Leo, cambiando su título por el de condes, y después duques, de Montefeltro, por el antiguo nombre de la ciudad, entonces llamada precisamente Montefeltro. A partir de la segunda mitad del siglo XIV el castillo fue conquistado por los Malatesta, que a lo largo de unos cien años se alternaron en su dominio con los Montefeltro, utilizando, además de las armas, estratagemas y engaños. En 1441 Federico de Montefeltro, protagonista de las vicisitudes de San Leo, confió al gran arquitecto e ingeniero sienés Francesco di Giorgio Martini el cometido de rediseñar la fortaleza y prepararla para las nuevas exigencias bélicas, como la llegada de las armas de fuego, que requerían innovaciones fundamentales imposibles de aplicar en la originaria estructura medieval. La nueva estructura preveía una respuesta al fuego con una contraofensiva dinámica que garantizaba direcciones de tiro cruzadas. Por este motivo los lados del castillo fueron dotados de artillería y las vías de acceso protegidas con puestos militares de destacamento. En 1502 la Fortaleza fue conquistada por Cesare Borgia, el Valentino, pero después de un año volvió a las manos de los Montefeltro y en 1527 pasó a las de los Della Rovere. En 1631, cuando el Ducado de Urbino volvió bajo el dominio directo del Estado Pontificio, fue adaptada como cárcel. En sus celdas, construidas en los originarios alojamientos militares, en la época de los movimientos revolucionarios de Romaña fueron encarcelados numerosos patriotas del Risorgimento, el más famoso de ellos Felice Orsini. Sin embargo el recluso

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San Leo, Museo Cívico de la Fortaleza. En la parte superior, vista exterior.

En la parte inferior, a la izquierda, colección de armas, armaduras y lanzas.

En la parte inferior, a la derecha, la celda en la que fue encarcelado el Conde de Cagliostro.

más conocido, cuyo nombre está vinculado para siempre la Fortaleza de San Leo, es el Conde de Cagliostro, Giuseppe Balsamo da Palermo, fascinante y misterioso aventurero, masón y alquimista del siglo XVIII. Aquí permaneció encarcelado durante más de cuatro años hasta su muerte. Su celda, denominada “el pocillo”, una de las más visitadas del mundo, hoy sigue siendo testimonio del trato que se infligía a quien era juzgado hereje: no había puerta, la comida se bajaba desde arriba a través de una pequeña abertura y desde la única ventana, enrejada con tres barrotes, el preso se veía obligado a contemplar las dos iglesias de San Leo. La Fortaleza, restaurada por Valadier, tras los desastrosos terremotos de finales del siglo XVIII, siguió siendo utilizada como cárcel incluso después de la unificación de Italia, hasta 1906. A continuación, de 1911 a 1916, albergó una compañía militar. Actualmente, eliminadas las estructuras decimonónicas que la cubrían y devuelta a sus elegantes líneas renacentistas, es uno de los más celebrados ejemplos de arte militar y acoge en sus salas una considerable colección de armas y varias exposiciones.

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Museo Civico della Fortezza via Battaglione Cacciatori - San Leo tel. 0541 916306 (n. verde gratuito dall’Italia 800 553800) fax 0541 926973 musei@comune.san-leo.rn.it www.san-leo.it


San Leo, Museo de Arte Sacro. Exterior del Museo y Sala de los retablos pintados.

San Leo Museo de Arte Sacro Se desarrolla en la planta noble del elegante Palazzo Mediceo, edificado entre 1517 y 1523 tras la conquista de la ciudad por parte de los Medici. Fundada en 1996 por voluntad del arzobispado de San MarinoMontefeltro y la administración municipal tras un acuerdo con la Curia, la exposición museal conserva manufacturas de arte sacro de los siglos VIII a XVIII, realizadas para iglesias y conventos, a menudo ligadas a acontecimientos especiales de la historia local y profundamente vinculadas a los respectivos lugares de procedencia. El motivo principal que llevó a fundar el museo fue recoger, proteger, conservar y exponer importantes obras de arte del territorio de San Leo provenientes de edificios de culto que no podían seguir garantizando su conservación. Son, por tanto, reflejo del territorio, cuya historia ilustran. El Lapidario acoge antiguas piezas esculturales de la ciudad (de los siglos VIII al XIII), entre las que destacan por importancia los restos de los tres arcos de piedra caliza, ricamente decorados, que componían el tabernáculo de la catedral de la alta Edad Media. En la sala de los retablos pintados se exhiben ejemplos de los comienzos de la historia pictórica del territorio, como el de la Virgen de la manzana de Catarino di Marco de Venecia (1375 aprox.), la de Luca Frosino, Virgen con el Niño (1487-1493) y el precioso crucifijo de madera del 1205 proveniente de la catedral. La sala del tabernáculo toma el nombre de la gran obra de madera, procedente del convento franciscano de Sant’Igne que, con sus refinadas tallas y pinturas, constituye una de las manufacturas más singulares del Renacimiento en Montefeltro. La tercera sala está dedicada al siglo XVII, con obras como Santa Rita da Cascia de Giovan Francesco Guerrieri (1636) y la Deposición de Giovan Francesco Barbieri (siglo XVII). La sala de los paramentos de escayola presenta revestimientos litúrgicos para altares. Museo di Arte Sacra piazza Dante Alighieri, 14 - San Leo tel. 0541 916306 (n. verde gratuito dall’Italia 800 553800) fax 0541 926973 musei@comune.san-leo.rn.it www.san-leo.it

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Maiolo. En la parte superior, Fiesta del Pan de Maiolo. En la parte inferior, uno de los típicos hornos.

Maiolo Museo del Pan Es un peculiar e interesante museo extendido, constituido por el territorio de Maiolo, definido por la Unión Europea “zona BioItaly” por su valor geológico, medioambiental, floral y, sobre todo, por sus numerosos hornos: más de cincuenta, utilizados para cocer el característico pan local y los productos típicos ligados al mismo. Muchos de ellos todavía se utilizan y vuelven a funcionar perfectamente cuando se celebra la Fiesta del pan en junio. Gran parte de los hornos existen desde principios del siglo XIX, si bien algunos son más antiguos. En varios casos son propiedad de la misma familia desde hace diversas generaciones. Se sitúan junto a un anexo a la casa rural o a la propia vivienda, en la mayoría de casos bajo el porche, pero también pueden encontrarse completamente aislados. Una de sus principales características es que servían a varios núcleos familiares, a menudo con vínculos parentales y, en cualquier caso, reunidos en un conglomerado de viviendas al que han dado nombre. Su papel, ligado a la necesidad primaria de la cocción (no sólo de pan) era también el de constituir un momento de contacto social irreemplazable, una oportunidad de encuentro de varios núcleos familiares. Las implicaciones sociales eran múltiples: los estudios etnográficos sobre la fabricación del pan son muy interesantes. A las barras se les daban formas peculiares y se les trazaban signos vinculados a simbologías arcaicas. También se producían galletas para los niños que llevaban el ganado a los pastos. El horno, desde el punto de vista estructural, está constituido por la cámara de cocción, de ladrillo, mientras que la parte exterior está hecha de piedra, como la caliza margosa. A menudo su aspecto estético está muy cuidado. Vale la pena ir a Maiolo en junio para verlos en pleno funcionamiento durante la fiesta. Museo del Pane Case contadine disseminate nel territorio Municipio - via Capoluogo, 2 - Maiolo tel. 0541 920012 fax 0541 922777 comune.maiolo@provincia.rn.it www.comunemaiolo.it

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Novafeltria, Sulphur Museo Histórico Minero de Perticara. Dos salas del museo.

Perticara di Novafeltria Sulphur Museo Histórico Minero Es el museo más emocionante y conmovedor de la provincia de Rímini. Su fuerza evocativa es tan poderosa y tan real el contacto con el mundo de la mina que jamás deja indiferente al visitante. Fue inaugurado en enero de 1970, gracias al esfuerzo de la oficina de turismo del lugar, que satisfizo los deseos de los mineros de que se conservara viva la memoria de su labor. El Museo Histórico Minero nació con el objeto de dar testimonio de la actividad de extracción del azufre de la mina de Perticara. Desde 1980 al museo se sumó la idea de un proyecto que constituye uno de los primeros ejemplos de arqueología industrial surgidos en Italia, proponiéndose dar valor a los numerosos ejemplos de cultura material aún presentes en el territorio. Todo ello para sacar a la luz y contar una historia común a todo el pueblo europeo y que está desapareciendo de la memoria colectiva. Tras la restauración de los edificios de la antigua cantera de azufre, il Certino, construidos por la empresa Montecatini a partir del 1917, en el período de máxima actividad productiva de la mina, en 2002 se concretó el nuevo proyecto museográfico. Así el rico patrimonio de piezas halladas ha encontrado su ubicación en sus ámbitos de origen. Estos surgen junto al pozo Vittoria, antigua conexión con la inmensa ciudad subterránea. Las salas, construidas de acuerdo con una sabia disposición escenográfica de los espacios, resultan de los más sugestivas y didácticas. El itinerario describe las varias fases de trabajo en la mina, desde la extracción hasta la fusión del azufre. El recorrido culmina en La mina, fiel y realista reconstrucción, inaugurada en octubre de 2005, de un recorrido subterráneo. Gracias a este recorrido la vista se convierte en una experiencia extraordinaria que hace revivir el trabajo de miles hombres encerrados en las profundidades de la tierra. El Itinerario del azufre y los Talleres ilustran la tarea cotidiana de los mineros a través de las herramientas que se empleaban en la mina, entre las que destaca una serie completa de linternas y un rico patrimonio de documentos, dibujos, fotografías y filmaciones de la época. El museo alberga asimismo secciones de profundización temática entre las que destaca una amplia Colección de rocas y minerales y una apreciable Colección de antiguos instrumentos científicos para la toma de medidas topográficas y atmosféricas, como brújulas, grafómetros, inclinómetros, teodolitos, anemómetros, estaciones totales. Sulphur Museo Storico Minerario via Montecchio, 20 - Perticara di Novafeltria tel/fax 0541 927576 info@sulphur.it www.museialtavalmarecchia.it

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Talamello, Museo Pinacoteca Gualtieri.

Una de las salas expositivas y detalle de la pintura al óleo “Una noche en casa de Lasserre”.

Talamello Museo Pinacoteca Gualtieri “El Esplendor de lo Real” Es uno de los museos de arte contemporáneo de la provincia, situado en el valle del Marecchia, en uno de sus burgos medievales. Inaugurado por la administración municipal en septiembre de 2002, en los locales del antiguo teatro Amintore Galli, antes iglesia medieval de San Antonio Abad, el Museopinacoteca Gualtieri “El Esplendor de lo Real” reúne más de 40 obras donadas al ayuntamiento entre los años 2000 y 2008 por Fernando Gualtieri, artista de fama internacional, originario de Talamello, conocido, además de en Europa y América, también en China y Japón, y valorado por la crítica como el maestro del esplendor de lo real, por su capacidad de pintar ateniéndose a la realidad, a la que confiere brillo y una atmósfera mágica. “Gualtieri nos da una hermosa y radiante sorpresa, dedica su arte a pintar todos los objetos: bodegones, retratos, composiciones”. Son las palabras con las que Georges Duhamel, crítico de la Academia Francesa, se expresa para referirse a su talento pictórico. Caracterizado por su personalísimo y sugestivo estilo, es un insólito catalizador de luz, pinta lo visible y lo invisible, lo real y lo irreal, en una cascada de colores y luz. Precisamente la luz y el brillo son para Gualtieri los elementos esenciales para reproducir con veracidad el “esplendor de lo real”, definido así por el propio pintor: “es darle valor al ser amado ennobleciéndolo con la luz adecuada. Es ir a lo esencial, al alma del individuo. Es, también, ser “pescador de luna”, captar el reflejo imperceptible del otro, su evanescencia y su permanencia”. Las obras expuestas son cuadros al óleo sobre tela tanto de formato pequeño como de grandes dimensiones, como El último rugido (200 x 400 cm), el bodegón Brocado persa o los cuadros Sinfonía de cristal, El juego de la muerte y Una noche en casa de Lasserre. También pueden admirarse retratos al óleo y a lápiz, entre los que destaca un Autorretrato del artista, paisajes sicilianos, canadienses y parisinos.

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Museo Pinacoteca Gualtieri “Lo Splendore del Reale” via Saffi, 34 - Talamello tel. 0541 922893 museo.gualtieri@comune.talamello.rn.it www.gualtierimuseum.com


Sant’Agata Feltria. En la parte superior, Teatro Angelo Mariani, platea y palcos.

En la parte inferior, a la izquierda, Museo Fortaleza Fregoso, vista exterior.

En la parte inferior, a la derecha, Museo del Arte Rurales, interior.

Sant’Agata Feltria Teatro Angelo Mariani Es un teatro-museo, intacto en su estructura originaria, de indiscutible encanto. El Teatro Angelo Mariani, de madera por entero, es uno de los más antiguos de Italia. La atmósfera fascinante que se respira en el mismo impresionó al actor y director Vittorio Gassman, que en 1992 aquí leyó la Divina Comedia, y que hizo muchísimo para impulsar su restauración. Fue construido dentro de un edificio, denominado “Palazzone” o “Palazzo della Ragione” (en cuyos pisos superiores se está montando el Museo Arqueológico de Sant’Agata Feltria), levantado en 1605 por voluntad de Orazio Fregoso, conde del antiguo Rectorado de Sant’Agata Feltria, para albergar oficinas públicas y a la juventud de Sant’Agata. La cávea presenta forma de “U” alargada, con tres pisos de quince palcos cada uno, a los que se accede a través de estrechos pasillos. En 1723, por obra de la sociedad Condomini, empezó la edificación del primer piso de palcos, terminado entre el 1743 y el 1753 por Giovanni Vannucci, que realizó también el segundo y el tercer piso. La entrada se construyó eliminando el cuarto palco del primer piso: una solución original, pues por tradición suele situarse en lado contrario al del escenario. Los balcones del segundo y el tercer piso, que representan sedas y encajes, están decorados al temple, mientras que los nueve medallones con las efigies de célebres personajes de la música y el teatro o pertenecientes a la historia local están pintados al óleo. Con el tiempo el teatro fue convirtiéndose en un lugar cada vez más refinado y culto, privilegio de la nueva y rica burguesía local. En 1838 se formó una sociedad, después denominada Academia Filarmónica, que en abril de 1841 trajo a Sant’Agata Feltria a Angelo Mariani, maestro de música llamado a convertirse en uno de los directores de orquesta que mejor interpretó las óperas de Verdi, amigo suyo. Y fu precisamente con la presentación del Rigoletto de Verdi, el 8 de septiembre de 1922, cuando el teatro alcanzó el ápice de su fama. Para la ocasión, la música fue ejecutada por una parte de la orquesta del teatro La Scala de Milán. En la posguerra el teatro, que desde 1872 llevaba el nombre de Mariani, fue cayendo en una inexorable decadencia. En 1986 la sociedad Condomini cedió la propiedad de los palcos al ayuntamiento, que inició las obras de restauración concluidas en 2002. Teatro Angelo Mariani piazza Garibaldi, 1 - Sant’Agata Feltria tel. 338 9213702 info@teatromariani.it www.teatromariani.it

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Sant’Agata Feltria Museo Fortaleza Fregoso Su imagen remite a la iconografía clásica de los castillos de los cuentos. Elegante y principesca, la fortaleza se yergue solitaria junto al despeñadero natural del Sasso del Lupo, uno de los numerosos macizos calizos que caracterizan el paisaje de Montefeltro. El lugar era conocido también como Pietra Anellaria, antiguo nombre de Sant’Agata Feltria, que designaba al grupo de casas construidas en el peñón de piedra arenisca (en italiano “arenaria”, de ahí el nombre “anellaria”), separadas del burgo propiamente dicho. La fortaleza se construyó en torno al año 1000 por orden del conde Raniero Cavalca de Bertinoro y, por su emplazamiento fronterizo, tomó gran importancia estratégica, convirtiéndose, junto a las de San Leo y Maiolo, en las cimas más avanzadas del sistema defensivo septentrional del Ducado de Urbino. El edificio primitivo sufrió sus primeras transformaciones radicales en el siglo XV por iniciativa de Federico de Montefeltro, que confió las obras de remodelación de los castillos de sus dominios, como este, al célebre arquitecto militar Francesco di Giorgio Martini. Las intervenciones arquitectónicas transformaron el baluarte bélico en una morada principesca para la hija de Federico, Gentile Feltria, que fue desposada con el noble Agostino Giovanni Fregoso, entregándole como dote el territorio de Sant’Agata. Con la llegada de los Fregoso en 1506, la fortaleza fue ampliada y embellecida con nuevas construcciones y obras de arte, como los hermosos techos artesonados del primer piso, las monumentales chimeneas renacentistas, la capilla hexagonal con frescos del siglo XVI, las cinco lunetas y las aristas del techo. Bajo el edificio se excavaron sótanos en los que se puede ver un antiguo establo, mientras que en el primer piso se pueden contemplar los graneros. En los dos últimos siglos el castillo se ha destinado a convento de los Frailes Menores Conventuales, después a edificio para la enseñanza secundaria, y más tarde a prisión, juzgados y vivienda civil. Hoy en día se puede visitar y brinda la oportunidad de realizar un interesante viaje por la historia medieval y del Renacimiento.

Museo Rocca Fregoso viale Lucrezia Vitelli, Sant’Agata Feltria tel. 0541 929613 comune.santagata@provincia.rn.it www.museialtavalmarecchia.it

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Sant’Agata Feltria Museo del Arte Rural Se encuentra en el convento del siglo XVI de San Jerónimo que se alza majestuoso sobre un cerro situado junto a la iglesia de la Beata Virgen de las Gracias, con la que forma un cuerpo único. Custodia, entre otras obras, una pintura de gran valor: el retablo de la Virgen con el Niño y los santos Jerónimo, Cristina, Francisco y Antonio de Padua realizado por Pietro Berettini de Cortona para el altar de la iglesia, por encargo de los Fregoso, señores del lugar. Otra importante obra, el retablo de Pedro Berruguete, Cristo difunto sostenido por dos ángeles, en cambio, fue requisada en el período napoleónico y transportada a la Galería de Brera en 1809, donde se encuentra todavía. Erigido en 1560, el convento de San Jerónimo se utiliza como sede del museo desde 2005, tras una prolongada intervención de restauración y adecuación de los espacios. Fundado gracias a la iniciativa de un grupo de ciudadanos deseosos de redescubrir sus orígenes, el museo consta de partes: la dedicada al arte sacro, que reúne objetos decorativos y paramentos de gran valor artístico, procedentes de la iglesia y el convento de San Jerónimo; y la que se ocupa del arte rural, que tiene fines sociales y educativos y se propone dar continuidad a las enseñanzas del padre Olinto Marella, cuya causa de beatificación se halla en curso actualmente, que en los años 1950-1970 acogió en el antiguo convento a huérfanos, personas con discapacidades y desheredados. Junto a la exposición de manufacturas realizadas por el artesanado local, el museo alberga, en efecto, verdaderas salas-taller donde todas las personas interesadas, en especial personas con discapacidades, pueden adquirir habilidades manuales y aprender los antiguos oficios rurales, transmitidos por los ancianos del lugar. Se enseñan oficios como la ebanistería para la restauración de muebles de arte pobre, la tejedura realizada con telares y otros instrumentos tradicionales, la decoración y la realización de estampas empleando moldes de madera y colores naturales. Además, gracias a la actividad de la asociación de voluntarios que gestiona los locales y tiene abierto el museo, se pueden aprender las artes para la elaboración de cestos, vajilla y hierro forjado. Existe asimismo un archivobiblioteca perteneciente a la escuela de encuadernación y fabricación de papel con productos naturales.

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Museo delle Arti Rurali via San Girolamo c/o Convento Sant’Agata Feltria tel/fax 0541 929719 mail@ilgiardinodellasperanza.org www.ilgiardinodellasperanza.org


Pennabilli, Museo extendido Los Lugares del Alma.

En la parte superior, El huerto de las frutas olvidadas y, en primer plano, el Arco de las fábulas.

En la parte inferior, El refugio de las Vírgenes abandonadas.

Pennabilli Los Lugares del Alma El museo extendido Los lugares del Alma, ideados por el poeta, guionista, pintor y artista total Tonino Guerra, se desarrolla por el centro histórico de Pennabilli y por el Valle Alto del Marecchia. Está estructurado en siete montajes unidos por el objetivo común de estimular el alma y la fantasía del visitante. Análogos montajes, también definidos por Guerra Lugares del Alma, pueden visitarse en su ciudad natal, Santarcangelo di Romagna, y en otros sitios del valle. Las teselas que componen el original y fantasioso mosaico del Alto Valle son: El huerto de los frutos olvidados, primero de los singulares museos ideados por el maestro, “un museo de los sabores”, según su propia definición, que recoge especies desaparecidas de árboles frutales y arbustos romañeses, así como múltiples obras de arte realizadas por artistas colaboradores suyos; La ruta de los relojes de sol, que recorriendo el centro histórico de Pennabilli lo embellece con siete relojes de sol que representan famosas obras pictóricas “para no olvidar que el tiempo se mide con la luz”; El jardín petrificado, en la circunscripción de Bascio, a los pies de la torre milenaria, que alberga siete alfombras de cerámica, obra del escultor riminés Gio Urbinati, que parecen posadas por el viento, dedicadas a otros tantos personajes históricos que nacieron o pasaron por el valle del Marecchia, como Dante, Giotto, Pound y Uguccione “para no olvidar la historia”; El ángel con bigote, una obra multimedia sita en la iglesia de los Caídos, denominada “Museo con un cuadro solamente”, en la que, junto a la poesía, puede contemplarse la tela realizada por el artista milanés -romañés de adopción- Luigi Poiaghi, que representa de este modo varios objetos y personajes, cuyas voces grabadas pueden escucharse; El santuario de los pensamientos, un jardín para la meditación y el diálogo interior, “un jardín zen para los pensamientos buenos y malos”, con esculturas de piedra de estilo oriental ideadas y dibujadas por Guerra; El refugio de las Vírgenes abandonadas, una colección de imágenes sacras pintadas por artistas romañeses llamados por el poeta, inspiradas en las vírgenes desaparecidas que adornaban las hornacinas levantadas en los cruces de caminos; La Virgen del rectángulo de nieve, una iglesia situada en medio del bosque en la aldea de Ca’ Romano, edificada, se dice, en un lugar indicado por un signo divino.

I Luoghi dell’Anima Pennabilli, Torre di Bascio, Ca’ Romano tel/fax 0541 928846 info@toninoguerra.it www.toninoguerra.org

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Pennabilli, Museo El Mundo de Tonino Guerra, interior.

Pennabilli El Mundo de Tonino Guerra Es un lugar tan sugestivo que capta la atención y deja sin aliento por su singular belleza y su carácter único. Es el museo dedicado a las obras del maestro, poeta y guionista, escritor y pintor, artista total, Tonino Guerra, nacido en Santarcangelo di Romagna y residente en Pennabilli. Se trata de cuadros, objetos, esculturas, cerámicas, muebles -o mejor dicho “mueblachos”, como los llama el artista- y bosquejos de fuentes colocados en parques, montajes e instalaciones realizados en Romaña y fuera de Romaña, fotografías, etc. que tienen que ver directamente con Guerra o que le han sido donados por artistas amigos provenientes del mundo entero, sobre todo de Rusia, que es para él una segunda patria, muy amada y fuente de inspiración de sus obras. Se trata de un espacio museal, sí, pero sin duda supera la idea misma de museo, pues se propone como un lugar vivo en el que reunirse, debatir, trabajar. No en vano el edificio es la sede de la Asociación cultural que lleva su nombre, instituida en 2005 por iniciativa de las entidades fundadoras: las administraciones provinciales de Rímini y Pesaro-Urbino, los ayuntamientos de Pennabilli y Santarcangelo di Romagna y la Comunidad de Montaña del Alto Valle del Marecchia. La Asociación cultural Tonino Guerra se creó para salvaguardar y dar valor a la obra artística del maestro tanto en Italia como en el extranjero y promover su cultura poética y cinematográfica. La sede de Via dei Fossi coincide con la del museo y se encuentra en los sótanos del Oratorio de Santa María de la Misericordia, del siglo XIV. Es también el espacio en que el poeta presenta sus obras, imparte clases y se da cita con el público y los estudiantes. Además, gracias al archivo, la videoteca, que custodia todas sus películas y documentales, muchos de los cuales sólo pueden encontrarse aquí, el archivo fotográfico y la biblioteca dispuestos en su interior, se propone como sitio de estudio de su obra y del contexto en que nació y se desarrolló. Es fácil, visitando el museo (que se encuentra muy cerca de su vivienda de Pennabilli, llamada “la casa de los almendros”), cruzarse con él y conseguir un autógrafo. Una oportunidad que bien vale la pena aprovechar en un territorio de por sí lleno de peculiaridades. Il Mondo di Tonino Guerra via dei Fossi, 4 - Pennabilli tel/fax 0541 928846 associazionetoninoguerra@gmail.com www.associazionetoninoguerra.org

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Pennabilli. Mateureka Museo del Cálculo.

Instrumentos de medición y detalle de la sala dedicada a la música.

Pennabilli Mateureka Museo del Cálculo Un sitio interesante, curioso, original, con un gran valor didáctico, muy atractivo para toda suerte de público. El Mateureka - Museo del Cálculo, ex Museo de Informática e Historia del Cálculo, presenta instrumentos, ideas, conceptos de una de las más fascinantes aventuras del pensamiento humano. Expone cientos de objetos, originales y preciosos, que ayudan a repasar la historia del cálculo y la matemática. Se pueden admirar un cono de fundación y tablillas sumerias de 4500 años, restos arqueológicos egipcios del 1000 a.C., lápidas romanas e inscripciones etruscas, ábacos, suan pan chinos, soroban japoneses, schoty rusos, un astrolabio, una tabla medieval para contar, quipus incas y chimpús peruanos, la Summa y la Divina Proportione de Luca Pacioli, cilindros y bastones de Napier, compases de proporción, la Pascalina (reconstrucción), reglas y nomogramas, aritmómetros, calculadoras mecánicas, electromecánicas, electrónicas y programables, y ordenadores. Además de las salas de exposición hay numerosas salas-laboratorio en las que se experimentan los conceptos e ideas de la matemática. Todo ello con la intención de transmitir no sólo conocimientos sino, sobre todo, emociones. En efecto, se pueden observar el infinito y el cero, manejar el teorema de Pitágoras, sumergirse en un emocionante viaje dentro de un fractual, jugar con los números primos y el número pi o dejarse conquistar por el encanto de la proporción áurea, que embellece todo lo que la rodea, e ir descubriendo así que las matemáticas son la base de la informática, de internet, de la realidad virtual, de la robótica… En fin, que las matemáticas están en nuestra vida diaria. Son fundamentales, asimismo, las actividades culturales (exposiciones temporales, congresos, debates, publicaciones, etc.) que el museo organiza todos los años para lograr que las visitas resulten siempre distintas y siempre satisfactorias, actividades que hacen del Mateureka uno de los motores de la cultura científica más significativos y dinámicos del territorio.

Mateureka Museo del Calcolo piazza Garibaldi, 1 - Pennabilli tel/fax 0541 928659 info@mateureka.it www.mateureka.it www.mathmuseum.eu

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Pennabilli. En la parte superior, Museo Naturalista del Parque Natural Sasso Simone e Simoncello. El lobo de los Apeninos.

En la parte inferior, Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi”.

A la izquierda, escultura de madera que antiguamente se llevaba en procesión. A la derecha, Guido Cagnacci, San Roque.

Pennabilli Museo Naturalista del Parque Natural Sasso Simone e Simoncello Para los amantes de la naturaleza es un espacio de gran interés, porque ilustra las características de una de las zonas naturalistas más hermosas de Italia, la comprendida dentro del Parque interregional del Sasso Simone e Simoncello. Se trata de un parque de 4847 hectáreas, repartidas entre las provincias de Rímini y Pesaro-Urbino, que ofrece uno de los robledales más extensos de Italia y dos mesas que parecen “sacadas” de los parques del Colorado. El Museo Naturalista fue inaugurado en 2004 por el Ente Parque Natural del Sasso Simone e Simoncello, en colaboración con el ayuntamiento de Pennabilli, como estructura habilitada para la recepción de visitas. Se encuentra en el antiguo matadero municipal, reformado, y propone una exposición escenográfica permanente de dioramas que presentan las principales especies animales del parque en su hábitat natural, fielmente reconstruido. Son numerosos los animales disecados que se exponen, entre ellos diversas especies de aves locales, como rapaces nocturnas y diurnas: lechuzas, mochuelos, búhos comunes, autillos y muchos otros. Merecen ser destacados un ejemplar de gato montés europeo, fruto de un raro hallazgo dentro del parque en 2002, y un lobo de los apeninos. El museo tiene fines didácticos principalmente: está dotado de un aula polivalente con pupitres multimedia ideales para la realización de talleres didácticos, proyecciones, seminarios y conferencias, así como trabajos de investigación y estudio. Es un espacio vivo que se adapta a las necesidades de estudiantes y profesores. Además se organizan talleres y excursiones guiadas, incluso nocturnas, que valen mucho la pena.

Museo Naturalistico del Parco Naturale Sasso Simone e Simoncello via dei Tigli, 5/a - Pennabilli tel/fax 0541 928047 cv.museonat@libero.it www.parcosimone.it

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Pennabilli Museo Diocesano de Montefeltro “A. Bergamaschi” Tras unas prolongadas y radicales obras de reforma del edificio que lo alberga, Palazzo Bocchi en 2010 fue abierto de nuevo al público. Nuevos espacios para una nueva concepción expositiva, para materiales de gran valor, sobre todo para la comunidad a la que pertenecen. Quince salas, además de muchos espacios conseguidos utilizando los amplios pasillos, en tres plantas que acogen las obras de arte, en gran parte religiosas, recogidas, conservadas y restauradas por la Diócesis de San Marino-Montefeltro. Se trata de muebles, telas, retablos, marcos, cerámicas, copas sagradas, relicarios, que componen una preciosa colección reunida por voluntad del obispo Antonio Bergamaschi, que en 1962 intuyó la necesidad de agrupar las numerosa obras artísticas de la diócesis a menudo víctimas de la desidia o de saqueos, sobre todo en las iglesias y capillas más lejanas y aisladas. Un signo de previsión orientado a recuperar los elementos fundamentales de una cultura popular, testimonios de fe que nos hablan sobre la relación entre Dios y el hombre. El Museo Diocesano conserva obras de artistas como Benedetto Coda, Catarino di Marco de Venecia, Giovan Francesco de Rímini, Guido Cagnacci, Nicolò Berrettoni, Carlo Cignani, Giovanni Francesco Guerrieri de Fossombrone y exponentes de las escuela romana, de Casteldurante y romañesa, aún no colocadas todas ellas en las salas preparadas hasta ahora. Alberga asimismo una gran colección de objetos litúrgicos y paramentos sacros, esculturas, mayólicas y platas. Todo se expone en un montaje original, sin acotaciones ni información histórico-artística, pues el museo no tiene una intención documental sino que más bien se atiene a las palabras de Juan Pablo II: “Los museos eclesiásticos no son depósitos de piezas inanimadas sino perennemente vivas, que transmiten a lo largo del tiempo el genio y la espiritualidad de la comunidad de los creyentes”. Como escribió el obispo de San Marino y Montefeltro Luigi Negri: “El siervo de la gleba, apunta Henry Daniel Rops, completamente analfabeto y por tanto incapaz de comprender el idioma de la liturgia, al entrar en las catedrales góticas se quitaba respetuosamente el sombrero y miraba las vidrieras, la Biblia de los pobres. Sólo así disfrutaba de aquella belleza que lo enraizaba en el misterio de la encarnación y la redención de manera cada vez más consciente. Tanto si se trataba de Giotto como de Dante Alighieri, la grandeza se la hacía suya: no por asegurarse la posesión de dinero, sino porque la Iglesia, como cada

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uno de nosotros (según la extraordinaria enseñanza de San Francisco, durante siglos muy presente en esta diócesis), lo posee todo sin poseer nada. Esto vale incluso con respecto al pasado, que de lo contrario dejaríamos atrás: el pueblo vive recuperando su identidad dentro de la experiencia de comunión con el Señor y con los hermanos. Es mucho más que materia que estudiar y comprender con rigor filológico y metodológico”. Traducida en el montaje esta idea ha estructurado la conexión de los objetos del museo con la razón por la que fueron creados a lo largo de los siglos: alcanzar una comprensión del sentido de la vida religiosa en el territorio de las diócesis y extraer las implicaciones pastorales, culturales y de devoción que la colección testimonia. Es, por consiguiente, el significado primigenio de los materiales que han vivido en las iglesias el que se quiere recuperar aquí, y por tanto las historias que sobre ellos se han depositado y han modificado sus condiciones vitales y su destino. Por este motivo la exposición es flexible y de las más de mil piezas, conservadas en la colección diocesana, por ahora se exponen las más significativas: unas veinticinco pinturas, unas diez esculturas y una selección de copas, cerámicas y paramentos, mayólicas y platas. El museo irá incorporando gradualmente nuevas obras, una vez terminado el proceso de restauración o limpieza y la preparación de las salas restantes. A este respecto el Director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, declaró: “Admiramos este museo diocesano, que deberá ser ultimado con piezas que esperan su restauración y una ubicación: un sinfín de restos de un enorme naufragio que en este momento no comprendemos todavía, como no comprendemos qué le ha ocurrido a este mundo que se ha tornado árido. Pero lo cierto es que la iglesia custodia la piedad y la memoria, lo que no es poco, piedad por los hermanos cansados, memoria por los hermanos que nos dejaron”.

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Museo Diocesano del Montefeltro “A. Bergamaschi” piazza Sant’Agostino - Pennabilli tel/fax 0541 913750 info@museo-diocesano-montefeltro.it www.museo-diocesano-montefeltro.it


Casteldelci, Casa Museo “S. Colarieti”, Museo arqueológico “Uguccione della Faggiola”.

En la parte superior, sección arqueológica. En la parte inferior, la casa arcaica con chimenea y horno.

Casteldelci Casa Museo “S.Colarieti” Museo arqueológico “Uguccione della Faggiola” Una verdadera casa-museo, intacta en su estructura del siglo XVI, con su magnífico hogar y su horno, situada en el centro histórico, al que da vida y “lleva” visitas. Fue inaugurada en el 2000, para salvaguardar la antigua construcción y dar una ubicación a los restos hallados en el lugar. Casteldelci, en efecto, tiene una historia muy antigua y rica. La casa alberga el museo arqueológico “Uguccione della Faggiola” que expone los testimonios más significativos del territorio, desde la Prehistoria hasta el Renacimiento. La colección está organizada de acuerdo con una lectura histórica en orden cronológico. Los primeros aparadores muestran restos que van de la Prehistoria a la Edad de Hierro y materiales hallados en las excavaciones de las necrópolis locales de Pescaia y Calanco. Estos, junto con algunas tumbas reconstruidas, conforman una importante sección que acoge incensarios, ollas, jofainas y ajuares funerarios. La exposición prosigue con restos de la edad romana, con una rica serie de monedas y cerámicas provenientes de las construcciones rurales diseminadas principalmente por el valle del Senatello: fragmentos de vasijas, copas, ánforas, vasos, llaves, fíbulas, objetos de bronce y de plomo. La sección medieval alberga restos de los siglos XI al XIV, de cerámica y metal: puntas de flecha y ballesta, una pequeña hoz, un estilete de hierro, fragmentos de jarrones y jarras. Interesantes las piezas incorporadas con el nuevo montaje, pertenecientes a los arreos de caballería, a la esfera militar y a las labores de un presunto falsificador, con un molde para fundir y círculos para acuñar monedas, que desempeñaba su actividad en el Castillo della Faggiola Nuova, edificado entre finales del siglo XIII y el siglo XV, en el momento del apogeo político de los Señores della Faggiola, cuyo exponente más conocido es Uguccione, amigo y anfitrión de Dante Alighieri, que lo vio como el personaje que había de unificar Italia. La sección de Historia Contemporánea, que da cuenta de una de las masacres perpetradas por nazis y fascistas más feroces de Romaña, la de Fragheto, así como de las matanzas de Ponte Otto Martiri y de Gattara, se encuentra en la planta superior de la escuela de enseñanza primaria de Casteldelci “Maria Gabrielli”. Casa Museo “S. Colarieti” Museo Archeologico “Uguccione della Faggiola” via Roma, 16/a - Casteldelci tel. 0541 915423 - 366 6539723 fax 0541 925300 info@prolococasteldelci.it www.prolococasteldelci.it - www.comune.casteldelci.rn.it

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Montescudo, Museo Etnográfico de Valliano.

En la parte superior, ex voto dedicado a la Virgen del Rosario, en la iglesia contigua al Museo.

En la parte inferior, a la izquierda, imagen del museo: en primer plano, artesa para la conservación de la harina.

En la parte inferior, a la derecha, frescos del siglo XV en el presbiterio de la iglesia.

Montescudo Museo Etnográfico de Valliano Es pequeño pero precioso y cautivador. No en vano ha merecido el reconocimiento regional de museo de calidad. Rinde homenaje a la vida de los campesinos, a su cotidianidad, a la dura labor en los campos y casas de labranza. Está ubicado en la antigua casa parroquial emplazada junto a la antigua e interesante iglesia, que fuera parroquial, dedicada a Santa María del Socorro, conocida como santuario de Valliano. La exposición debe su origen a las experiencias didácticas de un grupo de profesores de la escuela primaria de Montescudo, coordinadas por el profesor Gino Valeriani, iniciadas en los años setenta y con la colaboración de los habitantes estimulada por tales experiencias. El material recogido proviene en su totalidad del territorio y ha sido dispuesto prestando una atención especial al papel fundamental de la casa en el mundo campesino y a las varias actividades que se desarrollaban en la misma o a su alrededor. Hay que destacar la amplia área expositiva exterior y el taller didáctico de restauración “Il Calesse” promovido e impulsado por el Instituto para los Bienes Culturales de la administración regional de Emilia-Romaña, que desempeña funciones de recuperación y mantenimiento in situ de objetos y herramientas de distinta naturaleza, en su mayoría de considerables dimensiones, pertenecientes al patrimonio etnográfico del museo, proyecto piloto en Emilia-Romaña. El museo se subdivide por secciones y está dotado de un completo aparato de acotaciones que ha sido especialmente cuidado con fines didácticos y para constituir una verdadera oportunidad para las escuelas de toda clase y nivel. La variedad de objetos auténticos y bien conservados y de fotografías es muy grande. Los temas principales se ocupan de la vida en la casa rural y se refieren a las relaciones entre familiares, a la alimentación, el hilado y la tejedura, la matanza del cerdo, el vino y la bodega, los juguetes y los oficios artesanales, como el del alfarero y el carpintero. El museo está adosado a la iglesia-santuario de Santa María del Socorro, del siglo XV, claro testimonio de la religiosidad campesina y popular y, en particular, de la devoción mariana. El santuario conserva notables frescos del siglo XV, de los mejor conservados y más hermosos del período malatestiano, un venerado simulacro de la Virgen, telas de los siglos XVI y XVII e innumerables exvotos.

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Museo Etnografico di Valliano via Valliano, 23 - Montescudo tel. 0541 864010 fax 0541 984455 info@comune.montescudo.rn.it www.comune.montescudo.rn.it


Montescudo, Museo de la Línea Gótica Oriental de Trarivi.

Montescudo Museo de la Línea Gótica Oriental de Trarivi Insólito y conmovedor este amplio espacio museal, ahora en fase de montaje, compuesto por una iglesia y su casa parroquial. Se trata de la iglesia de San Pedro de Trarivi, en Montescudo, construida en la Alta Edad Media. Durante la segunda guerra mundial se encontraba en plena Línea Gótica Oriental, escenario en agosto y septiembre de 1944 del cruento combate entre las tropas inglesas que avanzaban desde el sur de Italia y las tropas alemanas, en retirada, defendían los puntos de acceso a la Italia septentrional. La iglesia, o mejor dicho sus ruinas, hoy se conoce como Iglesia de la Paz y, junto con la casa parroquial adyacente, se ha convertido en lugar de la memoria en el que se pueden repasar, gracias a una abundante documentación fotográfica, los dramáticos hechos que aquí se vivieron entre el 25 de agosto y el 29 de septiembre de 1944. La iglesia medieval de San Pedro “inter rivos” era una Abadía Benedictina del siglo IX, construida donde existía un templo pagano, del que quedan los cimientos en forma de semicírculo. En el año 1775 fue transformada en la iglesia barroca que las terribles batallas del 1944 destruyeron casi por completo. Sin embargo bajo las ruinas se halló casi intacta la sólida construcción medieval compuesta de guijarros, ladrillos colocados en forma de espina de pez, sillares en las puertas y las esquinas. Al visitante que sube al cerro de Trarivi todo le habla de guerra y desolación: el cielo abierto en el sitio que ocupaba la bóveda de cañón, los altares destrozados, la cruz hecha con dos vigas del techo derrumbado, el altar erigido con dos piedras tomadas de entre los cascotes. En los locales adyacentes se ubica el Museo de la Línea Gótica Oriental, que recoge una amplia colección de restos bélicos y fotografías realizadas, sobre todo por los soldados-fotógrafos ingleses, en el campo de batalla. Ilustran las cuatro semanas de feroz lucha por la conquista de Rímini. Los excombatientes de los dos bandos en determinados períodos se dan cita aquí para recordar y conmemorar a las víctimas.

Museo della Linea Gotica Orientale di Trarivi Chiesa della Pace via Cà Bartolino - Trarivi di Montescudo tel. 0541 864010 fax 0541 984455 info@comune.montescudo.rn.it www.comune.montescudo.rn.it

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Gemmano, Museo Naturalista de la Reserva Natural Orientada de Onferno.

En la parte superior, visita guiada a las grutas. En la parte inferior, a la izquierda, interior, detalle de un panel

que ilustra el ambiente natural de la edad mesiniana de hace seis millones de años.

En la parte inferior, a la derecha, ejemplar de una especie de murciélago que vive en las grutas.

Gemmano Museo Naturalista de la Reserva Natural Orientada de Onferno A la historia de estas tierras y a su conformación está dedicado el museo, instituido en 1995 por el ayuntamiento de Gemmano en la Reserva Natural Orientada de Onferno, una superficie de 274 hectáreas de gran belleza e interés paisajístico y naturalista, con una conocida gruta natural de más de 700 metros, habitada por una colonia de murciélagos más numerosa que la población del municipio. La gruta, que lleva el mismo nombre que la localidad, en tiempos pasados se llamaba “Inferno” (es decir, “infierno”) y varios estudiosos afirman que la atribución de este nombre se debe a Dante Alighieri. El edificio que alberga el museo es la vieja ermita dedicada a Santa Colomba, documentada desde 1136, que sufrió daños durante la última guerra y que después fue restaurada y reestructurada. El museo exhibe una serie de muestras de diversos tipos de roca, sobre todo de yeso, frecuente en esta zona, gráficos muy elocuentes y una gran maqueta de una molécula de yeso, ampliada unas 3500 veces. Este extraordinario interés por el yeso se debe a que el Castillo de Onferno, que dio origen en la Edad Media a la pequeña localidad en la que está sito el museo, surge precisamente sobre un gran banco de yeso. En el mismo las aguas de un torrente subterráneo, en miles de años, fueron excavando una gruta, explorada y detectada científicamente en 1916. De la gruta, situada bajo el castillo y el museo, se muestra una gran maqueta, realizada basándose en los estudios y exploraciones efectuados en los años sesenta. Claramente relacionadas con la caverna, se desarrollan dos secciones: una dedicada a la espeleología y otra a los quirópteros, es decir, los murciélagos, que, con una colonia de unos 6.000 ejemplares, habitan la gruta. También se dedica amplio espacio a ilustrar la flora y la fauna de la zona, con aparadores, paneles didácticos, puntos multimedia y un diorama que muestra las especias de anfibios, reptiles y mamíferos que hoy día siguen poblando la comarca. Otra sección está dedicada a las aves que aquí nidifican, sobre todo paseriformes y rapaces diurnas. Una parte del museo fue reformada en 2010. También ha sido inaugurado recientemente el nuevo Museo Multimedia Polifuncional de Onferno, concebido como espacio temático dedicado al archivo y la exposición virtual de contenidos culturales. Se recomienda la visita al museo y la reserva, que hay que llevar a cabo en compañía de personal autorizado, preparado y especializado.

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Museo Naturalistico della Riserva Naturale Orientata di Onferno via Castello, 83 - Onferno di Gemmano tel/fax 0541 984694 info@grottedionferno.com www.grottedionferno.com


Museos de Mondaino. En la parte superior, Sección aleontológica, restos fósiles de un pez de hace seis millones de años.

En la parte inferior, Sección de las mayólicas, a la izquierda, reconstrucción de una mesa puesta según los usos del siglo XV.

A la derecha, detalle de las mayólicas del siglo XV realizadas en Mondaino.

Mondaino Museos de Mondaino Sección paleontológica. Dentro de la fortaleza malatestiana, espléndido marco arquitectónico y escenario de famosos acaecimientos históricos en el siglo XV, tiene su sede la sección paleontológica de los Museos de Mondaino. Expone una importante colección de fósiles terrestres y marinos provenientes de las formaciones miocénicas (hace unos 6 millones de años) denominadas trípolis. Se trata de fósiles de peces (ictiolitos), hojas (fitolitos), testimonios de la fauna aviaria encerrados en esta formación geológica sedimentaria, de naturaleza harinosa y laminar, originada por microorganismos de naturaleza silícea. A lo largo del recorrido por el museo se pueden contemplar reconstrucciones y dioramas de aquel antiguo paisaje enmarcadas en un contexto geológico más amplio, relativo al mismo cuadro regional. Sección de las mayólicas. Hallazgos casuales, exámenes arqueológicos efectuados a lo largo de la muralla, en la estructura de la fortaleza malatestiana y el estudio de los restos cerámicos encontrados en las laderas de la aldea documentan en Mondaino una rica producción cerámica a partir del siglo XV. Esta antigua tradición del arte de la alfarería se puede admirar en la sección de las mayólicas de los Museos de Mondaino. En su interior esta producción está bien documentada gracias a una rica exposición de restos, la reconstrucción de un taller artesanal, la reproducción de los sonidos y la música y de una mesa puesta de acuerdo con los gustos del siglo XV. La atención del visitante se verá atraída por el ambiente generado por la propia exposición, devolviéndole de este modo a Mondaino el papel fundamental que le corresponde en la historia de la cerámica italiana. Torre de la puerta. Situada en la entrada del pueblo, es parte integrante de los Museos de Mondaino, como lo era de la vida de la fortaleza en el siglo XV. En su interior se puede contemplar una fiel reconstrucción de un cuerpo de guardia de la época.

Musei di Mondaino Sezione paleontologica piazza Maggiore, 1 - Mondaino Sezione delle maioliche via Secondaria Levante tel. 0541 981674 fax 0541 982060 musei@mondaino.com www.mondaino.com

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Saludecio, Museo de Saludecio y del Beato Amato. En la parte superior, sala del Beato Amato.

En la parte inferior, a la izquierda, Guido Cagnacci, La procesión del Santísimo Sacramento (1628).

En la parte inferior, a la derecha, escudo de Saludecio bordado en un paramento litúrgico de la Compañía del Beato Amato.

Saludecio Museo de Saludecio y del Beato Amato Es de gran interés por la calidad y la clase de obras que contiene y porque representa un ejemplo de extraordinaria devoción popular para con el Beato Amato Ronconi, natural de Saludecio. Las obras proceden del territorio municipal y en buena parte son propiedad de la adyacente iglesia parroquial, consagrada a San Blas, y del ayuntamiento de Saludecio. A través de un vestíbulo, en el que se exhiben varios hallazgos arqueológicos, se accede a una sala en la que se exponen pinturas, estatuas, relicarios, enseres litúrgicos, faroles y báculos pastorales provenientes de la iglesia parroquial y de las antiguas hermandades laicas, que son prueba de la religiosidad de la zona y transmiten la gran importancia del pueblo en el valle del Conca durante los siglos XVII y XVIII. Son de gran valor los cálices de plata y, sobre todo las pinturas, entre las que cabe destacar varias obras maestras: el San Sixto papa y La procesión del Santísimo Sacramento de Guido Cagnacci (1628), los Santos Antonio Abad y Antonio de Padua de Giovan Francesco Nagli, más conocido como Centino (1650 aprox.) y El degüello de San Juan Bautista de Claudio Ridolfi (1630 aprox.). La segunda sala está dedicada por entero al culto del protector del pueblo, el Beato Amato (siglo XIII), cuyo cuerpo se venera en la capilla situada en la parte derecha de la iglesia parroquial. La sala contiene también platas de los siglos XVII y XVIII, casi todas de fabricación romana, y un buen número de exvotos “históricos”. La iglesia forma parte del museo y la cripta es un bonito semisótano en el que se muestran antiguos paramentos litúrgicos, estatuas de devoción fabricadas en Faenza y diversas pinturas. El ornamento en relieve de yeso sujetado por ángeles del altar mayor de la cripta es obra del escultor riminés Antonio Trentanove, que entre el 1798 y el 1800 modeló todos los estucos de la iglesia. Esta última es obra del arquitecto de Cesena Giuseppe Achilli y fue construida entre el 1794 y el 1803. En su interior también hay obras de arte importantes, como el Martirio de San Blas, obra documentada por el fraile menor Atanasio de Coriano (1800) y la Virgen de la Misericordia de Claudio Ridolfi (1620 aprox.). Recientemente también se ha agregado al museo, con exposición de paramentos sacros, la iglesia de los Jerónimos, situada en la parte más alta del burgo. Museo di Saludecio e del Beato Amato piazza Beato Amato, 2 - Saludecio tel. 0541 982100 donmauroangelini@libero.it www.comunesaludecio.it

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Montegridolfo, Museo de la Línea Gótica. En la parte superior, pieza de artillería alemana.

En la parte inferior, a la izquierda, armas alemanas, inglesas e italianas empleadas durante la segunda guerra mundial.

En la parte inferior, a la derecha, cajas metálicas y botes para cigarrillos y leche condensada.

Montegridolfo Museo de la Línea Gótica Está situado en un local de cemento armado, en gran parte subterráneo, especialmente construido en 1990 fuera de las murallas del castillo a imitación de los fortines de guerra, los denominados “bunkers”. Ideado por el Ayuntamiento de Montegridolfo en 1985, fue realizado en 2002 para no olvidar las feroces batallas de la segunda guerra mundial que aquí, en plena la Línea Gótica, se libraron. Desde el sendero que lleva al museo se pueden ver el valle del Foglia y las colinas riminesas, escenario en 1944 de furiosos combates entre las tropas aliadas y las alemanas apostadas en la reforzada “Línea Gótica”, nombre con el que la designó Hitler. La rotura de la línea y la conquista de Montegridolfo se produjeron el 31 de agosto de 1944. El museo cuenta con una sección dedicada a los recuerdos de guerra y a las armas empleadas en el conflicto, y otra, riquísima, reservada a la propaganda bélica y a la prensa del período 1943-1945. Posee un buen fondo de fotografías relacionadas con hechos de guerra acaecidos en el territorio de Montegridolfo, así como filmaciones y vídeos. Toda la población de la zona ha colaborado en el acopio de los recuerdos, mientras que las maquetas de armas provienen de la colección “Amicizia” y el material de prensa de la colección de Terzo Maffei. El museo se propone mantener viva la memoria de los acontecimientos de la segunda guerra mundial y del paso del frente por el territorio de Montegridolfo, que junto con la cercana Gemmano fue uno de los últimos bastiones orientales de la Línea Gótica, y reconstruir las terribles condiciones de vida de militares y civiles en el período bélico. El museo ofrece, a través de clases, talleres y visitas guiadas, un buen servicio didáctico para las escuelas. Se organizan visitas, saliendo desde aquí en compañía de guías especializados, para ver uno de los once refugios excavados por la población civil en 1944 para protegerse de la batalla.

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Museo della Linea dei Goti via Roma, 2 - Montegridolfo tel. 0541 855054 - 0541 855320 fax 0541 855042 info@museolineadeigoti.it www.museolineadeigoti.it


CAPÍTULO 4 COLECCIONES Y OTROS MUSEOS

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Entre historia y curiosidad Quienes, llevados por la curiosidad, deseen regalarse un itinerario independiente entre espacios de exposición de los más diversos tipos, pueden seguir el recorrido que proponemos a continuación. Va del mar a la montaña y presenta etapas constituidas por museos, colecciones, exposiciones permanentes y museos en construcción que todavía no forman parte de los circuitos institucionales, es decir, de la red de museos a las que pertenecen los que han terminado los trámites de constitución institucionales y que se benefician de un programa de fomento y promoción común. Esto no significa que no sean interesantes. Es más, en este aspecto sin duda no van a decepcionarles. Empecemos por Rímini y el Museo Nacional de la Motocicleta. Es uno de los museos más originales de Italia y se ha convertido desde hace tiempo en un punto de referencia para motociclistas italianos y extranjeros. Ofrece un itinerario entre los vehículos de dos ruedas, expuestos en dos edificios con amplias salas ordenadas cronológicamente por áreas temáticas, constituido por unas 250 piezas, dispuestas de manera orgánica para ilustrar la historia de la motocicleta desde el siglo XIX hasta los años 80 del siglo XX, con “representantes” de nada menos que sesenta fábricas italianas y extranjeras. El recorrido histórico comienza con la época de los pioneros y, por consiguiente, con la primera motocicleta: la francesa Werner. Siguen las italianas Frera y Stucchi. En el período de las dos guerras destacan los fabulosos modelos de las motos Guzzi, tanto de calle como de competición. Además, en el museo se halla presente un espacio dedicado exclusivamente a los sidecars, que representan un importante paso adelante en la historia del transporte familiar. Las protagonistas extranjeras presentes en el museo son: las motos inglesas Norton, Sunbeam, Rudge y Scott; las estadounidenses Harley Davidson, Indian y la extraordinaria Henderson de cuatro cilindros. En el ámbito deportivo se pueden admirar marcas como Aermacchi, Bimota, Linto, Yamaha y Honda. No faltan tampoco los scooters, como la Lambretta y la Vespa y otros raros modelos como Ducati, Cruiser y Piatti. ¡Vamos, que hay para todos los gustos! (Via Casalecchio, 58/N tel. 0541 731096 www.museomotociclo.it). También en Rímini se encuentra el Museo de Scolca, un museo de arte sacra ubicado en la abadía de Santa Maria Annunziata Nuova, en Covignano. Fruto de una labor de restauración de más de diez años, custodia un tesoro de la cultura y el arte riminés, el de la antigua abadía olivetana situada en el collado de Covignano, Santa Maria Annunziata Nuova de Scolca (palabra que significa “venganza”), hoy sede de la parroquia de San Fortunato. La riqueza del conjunto -que comprende también la iglesia que ordenara edificar Carlo Malatesta en 1418, cuando, por su posición elevada, la abadía era considerada un puesto de vigía, el seminario episcopal y la biblioteca diocesana- es tal que se puede definir como uno

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En la parte superior, Rímini, Museo Nacional de la Motocicleta.

En la parte inferior, Bellaria Igea Marina, la Torre sarracena con su colección de Conchas.

de los lugares de arte e historia más importantes de la provincia de Rímini. El museo ocupa los locales que se encuentran debajo de la rectoría, en las grutas de toba del cerro de Covignano, antiguamente empleadas como servicios para la abadía. Las cuatro habitaciones, cada una de un color diferente, albergan testimonios de relieve, como la campana original del siglo XV, antiguos paramentos y prendas litúrgicas, objetos pertenecientes a los monjes olivetanos, plata, pergaminos, manuscritos de los siglos XV al XVII y pinturas. Entre las piezas más importantes cabe destacar la página miniada de un coral del siglo XV, única muestra superviviente de los cantos religiosos de los monjes tras el paso devastador de las tropas napoleónicas. Cada una de las estancias representa una época histórica: el siglo XV, el XVII, el XVIII, y la última, dedicada al culto popular (Via Covignano, 152 tel. 0541 751761). En Rímini, en el cerro de Covignano, en uno de los lugares más sugestivos, surgen los antiguos santuario y convento de la Virgen de las Gracias. Los franciscanos aquí crearon el Museo Misionario del Santuario de la Virgen de las Gracias, que contiene testimonios y restos de la presencia de los franciscanos romañeses en varias partes del mundo. Se trata de restos precolombinos y de piezas provenientes de todos los continentes. A esta belleza se une la rareza de las obras de arte moderno, de escultores y pintores de notable fama, platos franceses de la época napoleónica, cerámicas de Faenza y cristales de Murano (Via delle Grazie, 10 tel. 0541 751061). En Bellaria Igea Marina merece ser visitada la Torre sarracena, que aloja en su interior una bonita Colección de conchas. Se trata de una excelente serie de conchas, moluscos, esqueletos de organismos marinos, madreporarios, equinodermos, crustáceos, caparazones de tortugas y, entre los ejemplares más interesantes, nautilos del Océano Índico, tritónidos, ostras perlíferas y las peculiares navecillas utilizadas para incubar los huevos. La colección se encuentra en las plantas superiores de la torre, edificada en 1673 por los Estados Pontificios, que la introdujeron en el plan de defensa de la costa. De las seis existentes antiguamente es la única que ha conservado las características originales, estructurada en tres pisos cubiertos con bóvedas y con una escalera de caracol interior. Las incursiones y correrías -de los piratas turcos sobre todoobligaron al papa a ordenar la construcción de torres fortificadas desde Gabicce hasta Bellaria. En su interior se apostaba una guarnición de cinco soldados y un comandante armados con arcabuces, espingardas, pólvora y mechas. En cuanto oían el tañido de la campana, los habitantes se refugiaban en ella para organizar

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En la parte superior, Bellaria Igea Marina, Colección “Massaroni” de Tractores de época.

En la parte inferior, Santarcangelo di Romagna, Museo del Botón.

la defensa. Con el tiempo la función de las torres se transformó en la de vigilancia del contrabando y de alojamiento en cuarentena de las personas procedentes del mar que se sospechaba podían padecer enfermedades contagiosas (Via Torre, 75 tel. 0541 343746 www.comune.bellaria-igea-marina.rn.it). Completamente distinta, también en Bellaria Igea Marina, la Colección “Massaroni” Tractores de época. Está dedicada a la memoria del campo y las labores vinculadas al mismo, que una familia del lugar ha querido compartir con el público. De su afición nació esta exposición de materiales sui generis, pero sin duda de interés social, histórico y antropológico. Llama la atención porque lo que muestra forma parte de un mundo en parte desaparecido, y lo que más impacta es que todo funciona perfectamente. Se trata de un auténtico tesoro de tractores con ruidosos motores, ruedas de hierro o goma u orugas, algunos de los cuales hoy son piezas verdaderamente raras. La primera pieza de la colección, emplazada en lugar bien destacado, es una caldera, con su larga chimenea, de principios del siglo XX, obviamente en perfecto estado de funcionamiento. Hay tractores centenarios, de marcas muy conocidas en su momento. Se puede afirmar sin temor a mentir que se trata de la colección más importante existente en Italia, de un único propietario, de tractores de época en funcionamiento. La visita puede realizarse previo acuerdo telefónico con la familia Massaroni (Via Belvedere, 60 tel. 0541 345661). A pocos kilómetros se encuentra de Bellaria está Santarcangelo di Romagna, donde nos espera el Museo del botón, primero y único en Italia. Está ordenado de manera cronológica, desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Se subdivide en tres áreas, dentro de las cuales se presenta la historia del botón. Se trata de unos pequeños accesorios, aunque grandes por su significado, que un coleccionista ha salvado del polvo del tiempo y ha conservado y catalogado minuciosamente con una refinada creatividad, para ofrecer un maravilloso espectáculo de color. Se exhiben botones de los siglos XVIII y XIX, realizados con materiales nobles para ostentar la riqueza y el poder de sus propietarios, entre los que destacan figuras de reinas y personajes famosos. Los materiales con los que están fabricados son más de cincuenta. En ocho casos se arranca de la materia prima para llegar hasta el botón acabado, de modo que se pueda observar y conocer la técnica de producción de un botón. Original la historia social, económica, política y de costumbres del siglo XX narrada a través de la simbología de los botones, “porque -remarca el fundador- cuando en la calle se dan acontecimientos que afectan a la mayoría de la gente, los estilistas los representan con su particular simbología en el

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En la parte superior, Torriana, Museo Taller Textil “Hilo de Penélope... Hilo del mundo”, un telar.

En la parte inferior, Saludecio, Museo extendido de los Murales dedicado a los inventos del siglo XIX.

botón, que de esta manera se convierte en un hito de nuestra historia y en testimonio de dicho acontecimiento”. El botón es la memoria de la historia, y de botones está lleno el museo de Santarcangelo. Cuenta, además, con una completa biblioteca que explora y nos introduce en este fantástico mundo. El importante material didáctico aquí reunido ha permitido a varios estudiantes presentarse a exámenes y redactar tesis universitarias consiguiendo la máxima nota. Además esta sección-apéndice documenta una larga serie de anécdotas que dejan bien claro que el botón no sólo abre y cierra dos bordes de ropa, sino que abre y cierra también la intimidad de las personas. El museo existe gracias al entusiasmo de Giorgio Gallavotti, propietario de una histórica mercería de Santarcangelo, que los conserva ordenados y cosidos en paneles, enmarcados de forma homogénea y subdivididos por décadas. Y así ha acabado por encontrarse con un hermoso patrimonio de arte, historia y cultura. En 1991 expuso una parte de este patrimonio. El interés suscitado fue tan grande que “no tuvo más remedio” que abrir el Museo del Botón, que hoy día suma récords y récords de visitantes (Via della Costa, 11 tel. IAT 0541 624270 tel. móvil 339 3483150 http://bottone.art-italy.net). En Torriana merece la pena ver el Museo Taller Textil “Hilo de Penélope... Hilo del mundo”. Su objeto es ilustrar las técnicas y combinaciones de un arte antiguo y fascinante practicado en el Valle del Marecchia desde la antigüedad. Fue inaugurado en 2007, cuando en Torriana se instituyó un curso nocturno de tejedura artesanal. El mérito hay que dárselo a la Escuela primaria “Giulio Turci”, a la Administración municipal y a algunos ciudadanos que se prestaron generosamente a colaborar en pro de la comunidad para que no se pierda la memoria de los oficios antiguos. La historia de la tejedura ha seguido paso a paso la de la humanidad. Los primeros telares aparecieron en el neolítico: eran instrumentos muy sencillos, poco más de un armazón rectangular hecho con ramas o palos de madera. En la Edad Media el telar vertical siguió siendo utilizado para confeccionar tapices, y en 1250 por primera vez fue dotado de un pedal. La fabricación de los telares fue haciéndose cada vez más sofisticada, hasta permitir en el Renacimiento la producción de manufacturas complejas y refinadas. La tejedura se convirtió en un arte, floreció la realización de tejidos preciados como el raso, el brocado, el damasco y el terciopelo. En 1787 por vez primera se empleó el motor de vapor para imprimirle movimiento al telar: nació así el telar mecánico. La intención del museo-taller no es otra que mantener viva la memoria a través del trabajo paciente de quienes participan en los talleres. Se trata, pues, de un

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En la parte superior, Saludecio, Exposición permanente dedicada a Giuseppe Garibaldi, futuro Museo del Risorgimento.

En la parte inferior, San Marino, Museo Maranello Rosso.

“museo viviente” que se propone conservar el saber de un arte que hoy puede convertirse asimismo en un importante vehículo de cohesión social e integración cultural (Via Roma, 102 tel. 0541 675220 www.comune.torriana.rn.it). En Montebello, dentro del municipio de Torriana, situado en el interior del Oasis de Protección de la fauna, se encuentra el Observatorio Naturalista Valmarecchia. Ofrece la posibilidad de descubrir la belleza natural del Valle del Marecchia, caracterizada por la presencia de rocas calizas y hendiduras, vegetación de bosques mixtos, fauna con numerosas especies de interés naturalista. Entre estas el milano negro, el gavilán, el aguilucho cenizo, el puerco espín, el corzo, el zorro, el jabalí. El museo, en su planta baja, propone una sala naturalista en la que se muestran diversos entornos que pueden encontrarse en el Valle del Marecchia. Hay, además, un gran acuario-terrario en el que se pueden contemplar las especies vegetales y animales que pueblan las aguas del Marecchia, y no faltan espacios dedicados a la vegetación del valle y a los animales. El primer piso presenta maquetas, materiales de geología y restos fósiles. Completan el museo un aula didáctica, una sala de conferencias y una biblioteca temática. En el área exterior hay un anfiteatro, un sendero preparado para personas con discapacidades e invidentes y un área equipada. El Observatorio organiza visitas guiadas y excursiones (Via Scanzano, 4 tel. 0541 675629 www.atlantide.net/osservatoriovalmarecchia). Desde el Valle del Marecchia les sugerimos que se desplacen al Valle del Conca para visitar Saludecio. Aquí la tradición de los murales se convierte en un interesante pretexto para pasearse por el elegante centro histórico. Se trata de un multicolor y original recorrido artístico al aire libre, de un museo extendido que puede contemplarse por callejas y plazoletas en el que se muestran los inventos del siglo XIX. Este es, en efecto, el tema de los murales de Saludecio, en sintonía con la fiesta local denominada ‘800 Festival. Las imágenes figurativas se refieren al cine, la fotografía, el teléfono, la radio, la bombilla, así como a elementos más curiosos y especiales, como el cómic, la ecología, la cuchilla y el papel higiénico, sin olvidarse de marcas de productos conocidos en el mundo entero, como Levi’s, Coca Cola, Violetta di Parma, Borsalino. La tradición de los murales de Saludecio nació en 1991, con ocasión de la IX edición de ‘800 Festival. Aquel año, además, comenzó la colaboración con AR.PER.C. (Arte Per Comunicare, “Arte para comunicar”), la Asociación Cultural Artística y Ambientalista de Castellabate (Salerno) que se encarga de proyectar y llevar a cabo el festival (tel. 0541 869719 www.murales.ottocentofestivalsaludecio.it).

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En Saludecio nos aguarda otra sorpresa: la Exposición Permanente, futuro Museo del Risorgimento, dedicada a Giuseppe Garibaldi, todo un mito que redescubrir. Nacida en 2007, presenta la “Colección Ottaviani”, que se exhibe en los locales de la que fuera cárcel del distrito jurídico, en una antigua ala de la casa consistorial. Presenta piezas originales de todo tipo, unas mil en total: uniformes, edictos, libros, postales, sellos, monedas, etc., relacionados con el “héroe de los dos mundos” y su vida. El espacio está en perfecta sintonía con la tradición decimonónica de Saludecio que, por medio de ‘800 Festival, ha dado valor a su historia y sus monumentos arquitectónicos, erigidos justamente en la segunda mitad del siglo XIX, cuando fue sede de la partida judicial y “capital” del Valle del río Conca. La memoria y la microhistoria locales, además, están estrechamente vinculadas a los episodios del Risorgimento, puesto que muchos ciudadanos de Saludecio, enrolados precisamente en un batallón de Garibaldi, los vivieron en primera persona (Piazza Beato Amato Ronconi, 1 tel. 0541 869719 www.comunesaludecio.it). En Coriano, el Museo Elisabettiano está dedicado a la Beata Elisabetta Renzi, fundadora del instituto “Maestre Pie dell’Addolorata”, sito en el monasterio contiguo, casa madre de la orden constituida en 1839 por Sor Elisabetta. Dio vida a esta nueva orden religiosa centrándola en la educación juvenil femenina. Junto al monasterio se encuentra la iglesia en la que reposan los restos de la Beata. El museo expone trabajos de tejedura y bordado realizados década tras década por las muchachas que se formaron en el instituto. También recoge documentos y objetos pertenecientes al mismo. Algunas de las manufacturas, hechas con oro y plata, resultan de valiosa y hermosa factura (Via Malatesta, 4 tel. 0541 657121 www.comune.coriano.rn.it www.prolocoriano.it). El Antiquarium de Coriano se encuentra en la hospedería del castillo malatestiano. Recoge objetos de cerámica, de vidrio y fragmentos de armas hallados en las campañas de excavación realizadas dentro y en torno al castillo, así como durante las labores de restauración. La construcción del castillo está fechada en el siglo XIV aproximadamente. El Castrum Coriliani fue cedido en 1356 por su propietario de entonces, la Curia de Ravenna, a los Malatesta, señores de Rímini, y su reforma, concretamente, se llevó a cabo por orden de Sigismondo Pandolfo Malatesta. Bajo el control de los Venecianos entre 1504 y 1509, después fue anexionado por los Estados de la Iglesia. Donado por el papa Clemente VII a los Sassatelli de Imola, estos lo poseyeron del 1528 al 1580 y su escudo permanece todavía engarzado sobre la puerta de acceso. Una vez terminada su función de vigilancia del territorio y de abrigo-refugio, el edificio fue cayendo en una lenta pero constante degradación, agravada por los serios daños sufridos durante la segunda guerra mundial. En las últimas décadas ha sido objeto de importantes intervenciones de restauración y reparación. Notable la nevera, una de las mayores de Romaña (Via Malatesta tel. 0541 656255 www.comune.coriano.rn.it www.prolocoriano.it).

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En Montefiore Conca Los colores de Montefiore es una importante exposición permanente, sita en el Castillo malatestiano, dedicada a los resultados de las exploraciones arqueológicas realizadas en su interior del 2006 al 2008. Se puede admirar parte de la producción cerámica malatestiana procedente en su mayoría del propio Castillo: decenas de jarras, copas y jofainas decoradas con retratos y cartuchos, letras góticas y festones, motivos geométricos y simbólicos. Los colores son el azul, el amarillo, el ocre, el verde cobre y el pardo manganeso, los mismos del magnífico paisaje que desde aquí se contempla. La mayor parte de las piezas expuestas corresponde a producciones romañesas, mientras que son más bien raros los hallazgos provenientes de Las Marcas y de la provincia de Ferrara. Los cristales, en cambio, son en su mayoría de producción veneciana (Via Roma tel. 0541 980179 www.comune.montefiore-conca.rn.it). Dejamos la provincia riminesa para rendir homenaje a la cercana República de San Marino, incluida en el tejido turístico de nuestra área geográfica. En la localidad de Falciano los aficionados al mundo del motor pueden admirar dos mitos de las cuatro ruedas, los Ferrari y los Abarth, en el Museo Maranello Rosso. Por su peculiaridad y carácter único, el museo es protagonista del proyecto Motor Valley, la comarca del motor en Emilia-Romaña. La Colección Maranello Rosso expone los 25 vehículos Ferrari más significativos, subdivididos en automóviles de competición, de calle, prototipos y Fórmula Uno. En este ámbito hay un área dedicada por entero a su creador, Enzo Ferrari, a través de documentos, fotos inéditas y filmaciones. “Mirando atrás desde la cima del Monte vuelvo a ver la multitud de rostros y nombres que ha acompañado mi camino”. Con estas palabras Ferrari trazaba una hermosa imagen del emocionante recorrido del Maranello Rosso nacido a los pies del monte Titano de San Marino. En la sección Abarth se muestran 40 vehículos proyectados por un genio italiano del diseño automovilístico deportivo, Carlo Abarth. Se trata de automóviles Turismo, GT, Sport, Rally y Fórmula: lo mejor de la producción que lleva la marca del escorpión y del talento de Carlo Abarth. Está acreditado como el Museo Abarth mayor del mundo (Strada dei Censiti, 21 tel. 0549 970614 www.maranellorosso.com).

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Para más información: bibliografía mínima R. Giannini e T. Mosconi, I sentieri magici della Valmarecchia. Touring Club Italiano, 1995 W. Landini, Museo Paleontologico, Mondaino. Provincia di Rimini, 1995 P. G. Pasini, Museo della Città, Rimini. Provincia di Rimini, 1995 (AA.VV.), Museo del Territorio. Riccione. Provincia di Rimini, 1995 R. Giannini, Tonino Guerra e la sua valle. Piccola biblioteca del Montefeltro Vol. 4, Raffaelli Editore, Rimini, 1998 P. G. Pasini, Arte e storia della Chiesa riminese. Milano, Skira, 1999 (AA.VV.), Storia di Santarcangelo di Romagna. Cesena, Il Ponte Vecchio, 1999 G. Allegretti e F. Lombardi (a cura), Il Montefeltro II. Ambiente, storia, arte nell’Alta Valmarecchia. Villa Verucchio, Tipolito La Pieve, 1999 W. Monacchi, Archeologia e storia nella valle del Senatello. Urbania, Arti Grafiche Stibu, 2000 P. Franciosi e E. Gosti, Maiolo. Rimini, Bruno Ghigi Editore, 2000 Y. Lichtenberg Gualtieri e A. Guénot, Gualtieri. Parigi, Edition Saint-Germain-des-Prés, 2000 D. Scaravelli, Museo naturalistico della Riserva naturale orientata di Onferno, Gemmano. Provincia di Rimini, 2001 116


M. L. Stoppioni (a cura), Museo della Regina, Cattolica. Provincia di Rimini, 2001 R. Giannini La Guidina di Tonino. Santarcangelo di Romagna, Maggioli, 2001 Manlio Flenghi, Il Teatro ‘Angelo Mariani’ di Sant’Agata Feltria. Comune di Sant’Agata Feltria, 2002 (AA.VV.), Natura & figura nella Provincia di Pesaro e Urbino. Provincia di Pesaro e Urbino, 2002 C. Battelli, Il Montefeltro e San Marino. Riccione, Maestri Editore, 2002 L. Bagli, Natura e paesaggio nella Valle del Conca. Milano, Silvana Editoriale, 2002 A. Brilli (a cura), Alla ricerca della Repubblica ideale. Bologna, Minerva Edizioni, 2002 P. G. Pasini, Museo di Saludecio e del Beato Amato. Provincia di Rimini, 2003 H. Marinelli, Pani e forni di Maiolo. Dalla tradizione alla rete. Ricerca presentata in occasione della VIII edizione della Festa del Pane, 28-29 giugno 2003, in Portale turistico del Montefeltro J. Ortalli, C. Ravara Montebelli, Rimini, lo scavo archeologico di palazzo Massani. Provincia di Rimini, 2004 R. Giannini e L. Liuzzi, Tonino Guerra. Poesie nel paesaggio. Rimini, Ramberti Edizioni, 2004 P. Von Eles (a cura), Verucchio, Museo Civico Archeologico. Provincia di Rimini, 2005 117


M. Biordi (a cura), Museo degli Sguardi, Raccolte Etnografiche di Rimini. Provincia di Rimini, 2005 T. Maffei, Museo della Linea dei Goti 1943-44. Provincia di Rimini, 2005 D. Grossi, O. Piraccini, C. Spadoni (a cura), Villafranceschi, Le collezioni permanenti della Galleria d’Arte Moderna e Contemporanea di Riccione. Cinisello Balsamo, Milano, Silvana Editoriale, 2005 S. Migani (a cura), Guida ai Musei Etnografici dell’Emilia-Romagna. Reggio Emilia, Diabasis, 2006 P. G. Pasini, Musei nella provincia di Rimini. Provincia di Rimini, 2007. Marco Renzi, La strage di Fragheto (7 aprile 1944). Nuove verità, reticenze, contraddizioni. Edizioni della Società di studi storici per il Montefeltro, 2007 (AA.VV.), Alta Valmarecchia Musei. Novafeltria, Comunità Montana Alta Valmarecchia, 2007 (AA.VV.), Una lunga storia e un delicato contesto. San Leo, Società di studi storici per il Montefeltro, 2007 (AA.VV.), MET. Museo degli usi e costumi della gente di Romagna. Provincia di Rimini, 2007 (AA.VV.), Museo Etnografico di Valliano. Montescudo. Provincia di Rimini, 2007 E. Tosi Brandi (a cura), Castelli e fortificazioni del riminese. Bologna, CLUEB, 2007 118


F. Lombardi, Lo sguardo storico sugli aspetti naturalistici. San Leo, Società di Studi storici per il Montefeltro, 2007 (AA.VV.), MUSAS - Museo Storico Archeologico di Santarcangelo. Provincia di Rimini, 2008 (AA.VV.), I fiori dei pigri. Rimini, Provincia di Rimini, 2008 A. M. Baratelli (a cura), I palazzi di Poggio Berni. Imola, Editrice La Mandragora, 2008 L. Liuzzi e U. Gorrieri, San Leo Città Fortezza. Rimini, Arti Grafiche Ramberti, 2008 T. di Carpegna Falconieri (a cura), Una terra in lontananza. San Leo, Società di Studi storici per il Montefeltro, 2008 R. Giannini e A. Guermandi, Le lucciole di Tonino. Pillole di bellezza. Provincia di Rimini, 2009 W. Piazza e C. Muscolino (a cura), La Rocca e il sigillo ritrovato… a Montefiore Conca. Santarcangelo di R., Maggioli Editore, 2009 R. Giannini, P. Angelini, F. Bronzetti (a cura), I progetti sospesi di Tonino Guerra. Provincia di Rimini, 2010 (AA.VV.), Val Marecchia Terra di mo(vi)menti speciali. Verucchio, Edizioni Lithos, 2010 F. Partisani, L’inaugurazione dello spazio espositivo dopo il lungo restauro. Il vescovo Negri: una grande occasione di recupero della tradizione cristiana. In Avvenire, 8 luglio 2010 D. Sacco, Museo Archeologico “Uguccione della Faggiola”. Pesaro, Walter Stafoggia Editore, 2010 119


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