Revista Medicina Vol 10 No. 1

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De la mente y sus demonios

trabajan de manera coordinada, pero bajo ciertas circunstancias pueden aislarse unos de otros; 2) que hay un control jerárquico que maneja la interacción entre las subestructuras y se asegura que los pensamientos y las conductas no sucedan simultáneamente; 3) que hay un “ego ejecutivo” o “estructura de control central” cuya función es monitorear el funcionamiento de las subestructuras y formular respuesta a la experiencia subjetiva en curso. En breve, Hilgard hipotetiza múltiples estructuras cognitivas que pueden interactuar unas con otras pero que son relativamente independientes ya que cada una día tiene sus propios inputs y outputs. Cada subsistema cuando se activa tiene su propio sistema de monitoreo ejecutivo, distinto del sistema de monitoreo ejecutivo principal. Estos subsistemas son altamente numerosos y pueden estar latentes o activados. Finalmente, debe destacarse la idea de que la disociación se hace en función del contexto en que se produce: "las funciones ejecutivas centrales en la hipnosis -escribe Hilgard- están típicamente divididas entre el hipnotizador y el hipnotizado. Éste último conserva una porción considerable de funciones ejecutivas de su estado normal -la capacidad de aceptar o rehusar invitaciones a participar en actividades específicas. Al mismo tiempo el sujeto traslada algunas de sus funciones ejecutivas al hipnotizador, dentro del que podría llamarse un contrato hipnótico, de tal manera que el sujeto hará lo que el hipnotizador sugiera, experimentará lo que el hipnotizador sugiera y perderá el control de sus movimientos si éste se lo indica". Charles Tart (n. 1937), propone un abordaje sistémico de la conciencia en su libro “Estados de conciencia” (2001). Critica el uso impreciso de los términos “conciencia” y “estados alterados de conciencia”, prefiriendo en su lugar dos conceptos ligeramente diferentes: estado discreto de conciencia (d-SoC) y estado discreto alterado de conciencia (d-ASC).Define el d-SoC como una configuración única de estructuras psicológicas en un sujeto, un sistema activo de subsistemas psicológicos caracterizado por un patrón relativamente estable de conciencia. Este sistema es capaz de mantener una identidad intacta reconocible a despecho de los siempre cambiantes inputs del medio ambiente, mediante procesos de estabilización que operan simultáneamente para que la experiencia de nuestro funcionamiento mental permanezca dentro de un espacio experiencial que llamamos nuestro "estado habitual". Un estado 27

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discreto alterado de conciencia (d-ASC) se refiere a un estado d-SoC diferente del d-SoC basal; es un nuevo sistema con propiedades únicas. Uno puede hacer la transición desde el d-SoC hacia cualquier número de posibles d-ASCs si alguna acción fisiológica o psicológica altera los procesos de estabilización. Así, por ejemplo, una droga psicoactiva puede que no produzca un d-ASC si los mecanismos de estabilización logran mantener estable el d-SoC. Si, finalmente, se da el paso al d-ASC y éste no se estabiliza el d-SoC puede reconstruirse de acuerdo al patrón original. Él divide la conciencia en 10 subsistemas principales: (1) exterocepción (la información suministrada por los órganos de los sentidos), (2) interocepción (la información suministrada por los órganos internos de nuestro cuerpo), (3) el procesamiento del input (la selección y abstracción del input sensorial de tal modo que sólo percibamos lo que es “importante” de acuerdo a los estándares personales y culturales), (4) memoria (5) subconsciente (el inconsciente freudiano más muchos otros procesos psicológicos que transcurren por fuera del d-SoC, pero a los que se puede acceder directamente en varios d-ASCs, (6) emociones, (7) evaluación y toma de decisiones (las funciones cognitivas implicadas en la toma de decisiones), (8) sentido del espacio – tiempo, (9) sentido de la identidad, y (10) output motor muscular y glandular. Tart anota que todos estos subsistemas están sujetos a alteraciones, por diversos procedimientos distorsionadores, de naturaleza biológica, psicológica y cultural. Van der Hart, Nijenhuis y Steele (2005) hablan de disociación estructural, término con el que se refieren al tipo de respuestas psicofisiológicas frente al trauma. Para ellos la disociación no es un síntoma más de la respuesta al trauma, es su núcleo mismo. Como lo postula Charles Myers, ya citado, la personalidad se divide: unas partes funcionan bien, otras se quedan fijadas en el pasado, otras evitan recordar el trauma, y así se trastorna la habilidad de autorregulación mental y conductual. Ellos clasifican la disociación en primaria, secundaria y terciaria. En la disociación primaria se crean divisiones básicas: la parte de la personalidad aparentemente normal o cotidiana (PAN) y la parte traumatizada (PE –Personalidad Emocional).

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