Otra parte es la que realmente tiene conflictos con la cultura gay, pues prefieren mantenerse alejados. La mayoría de los encuestados respondieron no tener ningún tipo de problema relacionado con la homosexualidad, lo que a primera vista me pareció algo extraño y llegué a pensar que sus palabras serian contradictorias con sus acciones, al tomar en cuenta el estereotipo que se tiene acerca de la discriminación hacia la diversidad sexual. Me di a la tarea de realizar una segunda pregunta acerca de las relaciones establecidas con personas de esta preferencia. El resultado fue algo que yo no esperaba; y es que todos los encuestados tienen cuando menos un amigo con esta inclinación, y no solo eso, sino que pertenece al círculo más cercano de amistades, por lo que me pregunte ¿Cuál era la razón detrás de esto? Las respuestas que me dieron no fueron del todo satisfactorias, ya que aún queda ese pequeño bloqueo mental que no permite ser sincero ni con uno mismo, así que daré una opinión que espero sea acertada y no ofenda a nadie. El razonamiento al que llegue al aplicarlo en mi caso fue que en realidad los admiramos. Todos en algún momento de nuestra vida hemos llegado a dudar de nuestra preferencia, la mayoría por cuestiones de presión social lo reprimen, y esto se hace también con los temas sexuales y muchos otros que son ―mal vistos‖ por el entorno en el que vivimos, pero en casos especiales algunas personas deciden arriesgarse, probar su sexualidad y definirse por completo. Este puede ser el caso de la homosexualidad, en donde, al aceptarse tal y cómo se es en todos los aspectos, se rompen aquellas ataduras y se establece una apertura de mente mayor. Todo esto es realmente admirable… aunque sea socialmente inaceptable, pero lo es. Es por eso que tenemos una persona tan cercana con estas condiciones, ya que es nuestro escape y representa un espacio en donde no hay prejuicios y se puede tocar cualquier tema con menos temor. El único miedo existente está en mostrar lo que uno es. Sabemos que todavía hay discriminación afuera, pero también hay compañía dispuesta a apoyar la causa. Hay que entender que esto no es una lucha, no se trata de utilizar despectivamente la palabra ―joto‖ o en el caso contrario ―buga‖; sino de encontrar ese equilibrio necesario para la sana convivencia.
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