Revista DIPLOMACIA

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A partir de entonces las razas despreciadas podrían comprar el título de Don y acceder a puestos hasta ahora eran exclusivo privilegio de los blancos. El 14 de abril de 1796 el Ayuntamiento de Caracas, órgano de expresión de los criollos, acuerda enviar al rey una súplica para suspenda los efectos de la mencionada Cédula."El 31 de mayo de 1789 el gobierno español redactó una nueva ley de esclavos,

El 15 de junio llega a Caracas un representante del Supremo a exigir el reconocimiento de José Bonaparte como Rey codificando la legislación, clarificando los derechos de los esclavos y los deberes de los amos, y en general intentando mejorar las condiciones de vida de aquéllos. Los criollos rechazaron la intervención estatal entre el amo y el esclavo, y combatieron contra este decreto en base a que los esclavos eran proclives al vicio y a la independencia y esenciales a la economía. En Venezuela -y por supuesto en todo el Caribe español -los plantadores se resistieron a la ley y procuraron su suspensión en 1794". ("Las revoluciones hispanoamericanas", John Lynch, pág. 217). Hasta los últimos años del poder colonial la aristocracia criolla acepta el poder español como la mejor garantía de ley, paz y orden. "Pero gradualmente, entre 1797 y 1810, su lealtad se fue erosionando por las cambiantes circunstancias. En una época de creciente inestabilidad, cuando España no podía controlar los acontecimientos ni en su casa ni fuera de ella, los criollos empezaron a considerar que su preeminencia social dependía de conseguir un inmediato objetivo político -tomar el poder en exclusiva en lugar de compartirlo con los funcionarios y representantes de la debilitada metrópoli - ... Los criollos creían que los monopolistas españoles estaban determinados a mantener su control a toda costa, e incluso después de 1810 continuaron convencidos de que las diversas expediciones enviadas para la "pacificación" de Venezuela eran simples agentes de los intereses de Cádiz. Desde el punto de vista español, por supuesto, ninguno de estos asuntos era negociable: fue su intransigencia lo que persuadió a la mayoría de los criollos de que sus intereses sólo podrían estar seguros con la independencia absoluta. Su determinación fue reforzada por una comprobación cada vez más acusada de que ellos mismos eran mejores guardianes de la estructura social existente que la metrópoli". ("Las revoluciones hispanoamericanas", pág. 218-219, John Lynch).En España los acontecimientos se suceden. Godoy es derribado por un motín en Aranjuez. Los franceses se apoderan a traición de la península. Carlos IV abdica en su hijo Fernando, pero este cae cautivo de Napoleón en Bayona. José Bonaparte es nombrado rey de España. El gobierno

entero termina por entregarse a los invasores mientras se organizan juntas para resistir a los ocupantes. El 15 de julio de 1808 llega a Caracas un representante del Supremo Consejo de Indias a exigir el reconocimiento de José Bonaparte como rey de España. Se produce un motín en la ciudad. Mientras la multitud recorre las calles aclamando al rey Fernando VII, los personajes más destacados organizan la Junta Suprema de Caracas. La autoridad pasa a esta Junta. Se complican las cosas cuando con la llegada del comisionado de la Junta de Sevilla, los peninsulares se organizan y el capitán general Casas declara que sobra la Junta organizada por el cabildo. El 19 de abril, el cabildo depone al capitán general Emparán, se constituye la Junta de Gobierno y ésta asume la suprema autoridad de la capitanía. "Suprimió el derecho de alcabala sobre los comestibles y los objetos de primera necesidad; extinguió el impuesto de exportación; dio libre entrada a varios productos de manufactura extranjera para proteger el beneficio de los frutos del país, declaró que los indios quedaban exentos de todo tributo y prohibió el tráfico de esclavos" (Indalecio Liévano Aguirre, "Bolívar", pág. 56). Temerosa ante la posible reacción del Gobierno peninsular envía delegados a Estados Unidos y a Gran Bretaña. Y entre estos estará Simón Bolívar, pero detengámonos un instante y volvamos varios años atrás para ver las raíces de su pasión por la independencia de América. Y vayamos a otro continente, a Europa, porque es ahí donde se forja el sueño independentista de nuestro héroe. Un espiritu romantico a la busqueda de una causa y gloria"Un día en el salón de Fanny, encontró al barón de Humboldt, quien acababa de regresar de América... alrede-

Cuando España no podía controlar los acontecimientos ni en su casa ni fuera de ella, los criollos movieron sus objetivos dor del triste destino de América, tierra de promisión que, según decían todos, agonizaba en el oscurantismo de la España sombría, reaccionaria y medieval. Bolívar, exaltándose entonces, casi instintivamente exclamó: "Brillante destino el del Nuevo Mundo si sus pueblos se vieran libres del yugo y qué empresa tan sublime..." A lo cuál el barón respondió un poco desdeñosamente "que aunque en América las circunstancias eran favorables para tal empresa, allí faltaban hombres para realizarla"... "Las revoluciones producen sus hombres", dijo Bonpland, tratando de dulcificar lo que la sentencia de Humbolt tenía de ofensivo para Bolívar por ser Americano. ● Suplemento especial 13


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