Revista CAV No.55

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Naturaleza viva

Con una larga trayectoria y perteneciente a una generación de arquitectos batalladores, María Josefina Weitz insiste en que los caraqueños tienen que defender sus áreas verdes y luchar por la creación de nuevos parques. Desde el Jardín Botánico trabaja por el posicionamiento del parque y por la educación ambiental de la ciudadanía.

Mientras más ligados estemos a la naturaleza, nuestra experiencia como arquitectos será más hermosa, provechosa y cercana. Y esa es la arquitectura del futuro, ya está empezando a serlo: arquitectura autosustentable, arquitectura verde.

Sentada en un acogedor café de Los Palos Grandes, María Josefina Weitz esperaba el inicio de la conversación. Con total sencillez en sus formas y una profunda sensibilidad en la palabra y la mirada, la arquitecto comenzó a hablar sobre sus años de estudio en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y en las universidades que la acogieron en Polonia y Francia. No tardó en rememorar sus primeros años de trabajo en la planificación de barrios, así como su participación en la creación de la red de bibliotecas públicas de Venezuela. Aunque ha sido una trotamundos, no oculta la atracción que siente por su ciudad: “Siempre me voy, siempre me regreso. También he trabajado en Italia y Alemania, pero siempre vuelvo. Soy una caraqueña amante de Caracas”. Docente, curadora de arte y amante de las plantas y la literatura, Weitz ha estado vinculada al Jardín Botánico desde los años setenta, cuando Charles Ventrillón daba sus clases entre el verdor y la frescura de ese espacio. Hoy, agradecida con la naturaleza, es su Gerente de Cooperación y Relaciones Interinstitucionales; la encargada de promoverlo, defenderlo y enlazarlo a la ciudadanía. Arq. María Josefina Weitz Gerente de Cooperación y Relaciones Interinstitucionales del Jardín Botánico

Por Ricardo Andrade

Pulmón vegetal Desde su fundación en 1945, el Jardín Botánico de Caracas ha estado dedicado a la investigación y enseñanza botánica, así como al esparcimiento de los caraqueños. De la mano de Carlos Raúl Villanueva, el Jardín Botánico fue ideado dentro del proyecto de la Ciudad Universitaria de Caracas; y hoy, junto a ella, es Patrimonio Cultural de la Humanidad. En 1991 la institución fue reestructurada y se creó la Fundación Instituto Botánico de Venezuela “Dr. Tobías Lasser”, integrada por tres cuerpos: el Jardín Botánico de Caracas, el Herbario Nacional (colección de muestras botánicas secas) y la Biblioteca Henri Pittier (que alberga más de 6.000 títulos), incluyendo las bibliotecas personales de Pittier y de Tobías Lasser). Con 19 botánicos investigadores, es el más importante centro de producción y difusión de conocimiento botánico del país. Semestralmente, se publica un Acta Botánica que incluye las conclusiones de todos los estudios realizados en el Jardín. Fotografía: Anareli Agreda


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