Revista Mujeres

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/suplemento veracruz su revitalización, fue él quien impulsó todo este esfuerzo”, subrayó al tiempo que reconoció la herencia de Iturriaga no sólo en la obra que dejó, sino en su particular manera de ver la vida, con humor y alegría. “Era un gran personaje, un gran sabio que dejó un gran legado, tuvo muchos alumnos y seguidores”, dijo Slim en el homenaje en el Palacio de Bellas Artes. Para nadie era un secreto que Don José tenía una cercana amistad con uno de los hombres mas potentados del mundo; Slim organizaba charlas con los principales ejecutivos de su grupo empresarial a las que acudía Don Pepe, en las que se discutían temas muy diversos (el empresario exigía a sus ejecutivos redactar resúmenes de las experiencias vividas y contadas por el nonagenario erudito). Durante los merecidos homenajes de cuerpo presente, la hija del homenajeado, Yuriria Eugenia Iturriaga de la Fuente, mencionó que para ella su padre no está muerto. “Tengo su enseñanza moral y cultural” y tres son los principales legados que familiares, amigos y discípulos le reconocen. Por un lado, su intachable honradez como servidor público (paradigma de la ética), el principio del funcionario honesto, incorruptible; de servir a la nación y no servirse de ella. “Siempre pregonó que fuéramos honestos, porque de esa manera habría un pillo menos en el mundo”. Por otra parte, “su generosa tarea como forma-

dor de varias generaciones que han destacado en diferentes ámbitos de la vida nacional” y, finalmente, “su amor por la patria y su orgullo de servirla”. “Una de sus principales herencias es, pues, la moral pública”. “Fue un juarista recalcitrante; Juárez fue siempre su modelo”, resaltó Yuriria Iturriaga. En tanto, Gabriel y José Iturriaga, también hijos del humanista, recordaron como éste gustaba de pregonar la máxima “somos lo que hacemos”. Es decir, “uno no es lo que tiene ni lo que sabe, sino lo que hace”. Y consideraron que “la principal herencia de su padre es el respeto y el amor por el país”, además de “su vocación por compartir sus amplios conocimientos”. “Fue un gran luchador por las mejores causas de México; por que el país se mantenga independiente ante los embates del exterior, y que forjemos mexicanos bien preparados”, dijeron. “Su mayor legado fue enseñarle a los jóvenes que hay que luchar por la patria, defenderla y que se preserve como nación independiente”. José Iturriaga fue un hombre gozoso. “Supo gozar la vida, la lectura, la comida, el trabajo y la amistad”. Por medio de un comunicado, el Presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala expresaron que “lamentan profundamente el fallecimiento del historiador”. Destacaron que la obra del intelectual “ha contribuido a enriquecer la memoria histórica y social de nuestro país”. Desde hace varios años la esposa de Don Pepe, (Señora Reyna Olvera de Iturriaga) organizaba anualmente una fiesta de cumpleaños para despedir a los amigos del laureado intelectual. Convocaba a muchos -A mí entre ellos- me convidó varias veces a su casa en Coatepec a probar el famoso “mole de Doña Reyna”. Iban políticos de la talla de Fernando Solana y Rodolfo Echeverría Ruiz; acudía el empresario Carlos Slim; Don José Rogelio Álvarez, académico de la lengua, creador de la “Enciclopedia de México”; el político, Porfirio Muñoz Ledo; Alejandro Carrillo Castro; Doña Alicia Ávila de Fernández; Manuel y

Justo Fernández Ávila; el Lic. Miguel Alemán Velasco y su esposa Cristian Magnani de Alemán. Con la muerte de Don José Iturriaga, se pierde al último gran hombre del siglo XX. Un ser comprometido con las mejores causas y con un fino sentido del humor, cálido y lúcido, uno de esos personajes que no debemos olvidar, porque son ejemplo que sirven de referente en los planos humano, ético e intelectual. Su bondad y visión es trascendental, beneficiará por siempre con el milagro de la educación a miles de veracruzanos, sobre todo a los más jóvenes, ya que en vida durante un homenaje a su trayectoria organizado por estudiantes de Ciencia Política y Administración Pública (ANECPAP) y el Ayuntamiento de Coatepec -que le mereció la construcción de una glorieta que lleva su nombre en la cafetalera ciudadanunció públicamente su generoso gesto de donar su biblioteca y el inmueble donde se encuentra, a la Universidad Veracruzana, extraordinario acervo bibliográfico que cuenta con más de 30 mil libros, misma que él integró durante toda su vida con mucho esfuerzo y dedicación y que trasladó desde el DF a la ciudad de Coatepec a mediados de los años 90’s por razones de salud. El Panteón Jardín en la ciudad de México es su última morada. Descanse en paz uno de los hombres más ilustres de nuestro país, amigo Don José Ezequiel Iturriaga Sauco.

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