RLV3

Page 56

Bicentenario y Centenario

emocionara tanto, que realmente me pareciera que se estaba recreando la historia otra vez, a tal grado que, a veces sentía que si dejaba de leer, los muchachos iban a perder el juego por mi culpa, por no dar el siguiente esfuerzo y seguir leyendo; en la parte de su relato en la que describe a los papás y vecinos sentados en el campo de beisbol, escuchando como se recreaba el juego, primero pensé “que candor, que inocencia”, pero luego me quedó claro: ¡yo era uno de ellos! Exactamente de la misma forma, estaba sintiendo la angustia, la alegría, el cansancio. También creo que fue fácil identificarse con el manager Faz, que no era aceptado por los americanos ni por los mexicanos, alguien que es bueno pero que su éxito se ve empañado por prejuicios raciales o de clases sociales; el señor Faz representa a muchos mexicanos que si creen que somos capaces de hacer las cosas bien, a nivel de cualquiera en el mundo, pero que a veces son nuestros propios compatriotas y compañeros los que no lo creen. Aprendí de su libro que muchas veces, debe venir alguien de fuera, para entendernos, o describirnos fríamente sin dejar detalles a un lado, pues a veces ese “entendimiento”, es lo que hace que olvidemos detalles o que los pasemos por alto, por pena o por vergüenza, como a veces algunos niños se afrentan por el oficio o el trabajo de sus padres frente a sus compañeros de la escuela. Aprendí también, que estos muchachos eran de la cepa de lo que de verdad es México, ellos no tenían ningún contacto con nada fuera de Monterrey, no les daba pena no saber inglés y se regocijaban aprendiendo cosas sin pena de preguntar; es duro ver a los jóvenes de mi generación y de las posteriores pretender que

Homenaje a los Niños Héroes

siempre hemos entendido inglés, o tenido avances de tecnología o de vida diaria igual que al otro lado de la frontera norte, ahora nos da mucha pena ser “rancheros”, todos quieren ser modernos, pretendemos haber olvidado nuestras raíces como comer chilaquiles, tomar tequila o escuchar música de mariachi. En lo referente a su libro, quiero agradecerle que haya hecho una investigación tan detallada, para entender de donde vinieron y como llegaron a ese punto maravilloso de ganar la serie mundial infantil, que para algunos niños de mi generación, fue una inspiración, que nos hizo adorar un deporte que no se juega mucho en México y que en algunos lugares era (o tal vez es) virtualmente desconocido. Gracias los testimonios de los protagonistas o de sus parientes que siguen vivos y gracias por identificar un episodio de heroicidad en una historia que para algunos resultaría muy sencilla, poco trascendente y fácil de olvidar.

Aprendí también, que estos muchachos eran de la cepa de lo que de verdad es México. Y nuevamente tuve suerte, pues igual que cuando el Tío Gamboín puso mi foto en el álbum de oro, en esa ocasión recibí respuesta a mi carta por parte de William Winokur, el autor. Luego de la respuesta a mi carta no he podido comunicarme más con él, por lo que no me sentiría cómodo reproduciendo su correo sin una autorización explícita, pero lo que les puedo “platicar” es que me dice que la emocionó mucho la carta, que no solo es “gringo”, como indiqué en mi carta, sino que es judío, por lo que es digno de mencionar que procuró mostrar 54


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.