Si entendemos a la educación como un proceso perdurable en el ciclo vital que implica no sólo la adquisición de conocimientos y habilidades, sino también el desarrollo de actitudes, la formación de hábitos y la incorporación de valores, entre otros aspectos, con la finalidad de formar integralmente a la persona; resultará más fácil comprender que no es la incorporación, sino el uso adecuado de la tecnología, lo que otorga un valor agregado a la llamada la sociedad de la información.
De los múltiples escenarios en que se encuentra inserta la tecnología, su impacto en la gestión del conocimiento nos invita a reflexionar sobre la pertinencia del uso de estas nuevas herramientas en la incesante carrera de la humanidad.
En este número se abordan algunas reflexiones y análisis respecto al impacto causado por el uso de la tecnología en diferentes ámbitos del conocimiento.