Liahona Noviembre 2004

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comprendo que sí lo era”1. Los recuerdos de la Sociedad de Socorro de ese hermano me conmovieron. Sí, los miembros de la Sociedad de Socorro son mujeres, pero esta organización no es sólo una bendición para las hermanas, sino para todos nosotros. ¿En qué forma la Sociedad de Socorro ha sido una bendición para usted? Hice esa pregunta al presidente Hinckley. Él me respondió: “La Sociedad de Socorro ha sido una bendición para mi familia y para la familia de mi amada esposa desde hace unas siete generaciones. Desde los primeros días de la Iglesia, a nuestras madres e hijas se les ha enseñado que tienen la obligación moral de ayudar a los afligidos. Se les han enseñado las mejores técnicas de la economía doméstica, se las ha alentado a progresar espiritualmente y se las ha guiado para que logren alcanzar su pleno potencial como mujeres. Gran parte de eso ha tenido lugar en la Sociedad de Socorro y de allí se ha llevado a casa para ser una bendición tanto para mí como para todos los miembros de mi familia”2. Tengo mis propios y gratos recuerdos de cuando jugaba debajo del bas-

tidor de la abuela para hacer acolchados mientras ella y las hermanas de la Sociedad de Socorro los hacían. Aunque yo era pequeña, comprendía que eso era parte de la Sociedad de Socorro, vale decir, ser una bendición para los demás. Me prepararon con amor para la Sociedad de Socorro mi madre y mi abuela. Tengo un gran amor por la Sociedad de Socorro y pienso que siempre lo he tenido. Esta organización me ha ayudado a conocer al Salvador y ha fortalecido mi amor por Él y por mi Padre Celestial. El pertenecer a la Sociedad de Socorro me ha brindado muchas oportunidades de aprender, así como de dar amor, de prestar servicio y de estar llena del amor del Señor al esforzarme por guardar mis convenios, ejercer la caridad y fortalecer a mi familia. Por eso vuelvo a preguntar: ¿De cuántas formas la Sociedad de Socorro ha sido una bendición para usted? Al visitar el Centro de Capacitación Misional de Brasil, les dije a los misioneros: “Díganme lo que sepan de la Sociedad de Socorro”. Un élder dijo: “¡Las comidas!”. Otro añadió: “Mi madre y mi hermana pertenecen a ella”.

Por último, otro agregó: “Es la organización del Señor para la mujer”. Tenía razón, pero hay más. La Sociedad de Socorro “es una parte fundamental del Evangelio”3. El año 1842 fue sumamente difícil para el profeta José Smith. Antiguos amigos se habían vuelto en contra de él. Otros enemigos querían secuestrarlo de Nauvoo y detener el crecimiento de la Iglesia. Aquel mismo año, él organizó la Sociedad de Socorro, para cuidar de los pobres y de los necesitados, y “para salvar almas”4. El presidente J. Reuben Clark, hijo, observó que, en medio de esas tribulaciones, [José Smith] “se volvió a las hermanas en busca de consuelo y del ánimo que tanto necesitaba en aquel tiempo”5. Ésa es una conmovedora lección de humildad: Un profeta de Dios buscó solaz en las hermanas, a las que él dio el precepto: “La caridad nunca deja de ser”6. A mí, eso me hace recordar a las mujeres que se condolieron por el Salvador en el Gólgota. La Sociedad de Socorro ha sido una bendición para profetas; ¿en qué forma lo ha sido para ustedes? El presidente Boyd K. Packer dijo: “Las defensas del hogar y de la familia se ven grandemente reforzadas cuando la esposa, la madre, y las hijas pertenecen a la Sociedad de Socorro”7. ¿Por qué? Porque la mujer es el corazón del hogar. Haber pertenecido a la Sociedad de Socorro me ha renovado, me ha fortalecido y me ha llevado a hacer el cometido de ser una mejor esposa, mejor madre y mejor hija de Dios. Mi corazón se ha llenado del entendimiento del Evangelio, así como del amor del Salvador y de lo que Él ha hecho por mí. Por eso, a ustedes, queridas hermanas, les digo: ¡Vayan a la Sociedad de Socorro! Ésta llenará sus hogares de amor y de caridad; las nutrirá y las fortalecerá a ustedes y a sus familias. Su hogar necesita su recto corazón. Durante una reciente asignación a Perú, visité el humilde hogar del hermano Morales y su esposa, el cual L I A H O N A NOVIEMBRE DE 2004

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