Transformar la universidad para transformar la sociedad

Page 225

Imp or t anci a de l a cienci a

turaleza el que previno un posible desastre en nuestro país, y no nuestra capacidad de enfrentar la infección. Como ya se ha indicado, en las sociedades que tienen desarrollada su capacidad de investigar y de generar conocimiento —principalmente en las universidades— las amenazas de estas infecciones virales y otras enfermedades pueden ser enfrentadas y controladas. Este impresionante despliegue de generación de conocimiento para producir medios de diagnóstico, fármacos de tratamiento y vacunas solo fue posible por la capacidad científica y tecnológica de la que disponen los llamados países desarrollados. Merece destacar el hecho de que la producción de estos instrumentos para detener la infección no fue exclusiva de un país, sino más bien el trabajo de redes de investigadores distribuidos en varios países. Esto significa que existe un grupo de países —del cual Ecuador no forma parte— que privilegian la actividad científica y tecnológica. La historia de la influenza AH1N1 y de las otras infecciones virales que hemos tratado aún no termina, las características microbiológicas de cambio constante de estos virus hacen que sean una constante amenaza para la población mundial. Es por esto que la OMS ha establecido formas de vigilancia epidemiológica para el control de estas infecciones (OMS, 2004; 2010). Es decir que el peligro está allí, y si queremos participar activamente en el control de estas infecciones debemos integrarnos al grupo de países que privilegian la generación de conocimiento en sus universidades por medio de la investigación científica. Caso contrario estamos en una constante dependencia para nuestra supervivencia. ¿Por qué es importante que las escuelas de medicina tengan una actividad científica activa? Se podría concebir que para formar médicos, para tratar pacientes y curar enfermedades se necesitan solamente «buenos médicos» en las aulas y hospitales, que conozcan sobre las enfermedades. A primera vista, se podría coincidir con esta afirmación. Sin embargo, por los ejemplos de las enfermedades que hemos anotado, esta aseveración es incorrecta. Los «buenos médicos» que utilizan el conocimiento generado fuera de su alcance solamente son capaces de repetir y utilizar la información en el mejor de los casos. Se podría indicar que estos profesionales son consumidores de conocimiento y sus estudiantes también lo serán. Este ciclo de consumidores de conocimiento se perpetúa y nos hace dependientes de aquellas instancias en donde se lo genera. La implicación de este sistema perverso es que no se forman individuos con la capacidad de resolver problemas médicos propios de las poblaciones a las que sirven.

221


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.