Atlas de las Desigualdades Socio Económicas del Ecuador

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t ATLAS DE LAS DESIGUALDADES SOCIO-ECONÓMICAS DEL ECUADOR

En síntesis, las áreas socialmente menos atendidas del país se encuentran en los páramos de la Sierra central y las zonas colonizadas de la Amazonía, pero sus carencias son distintas en cada caso. En la Sierra central los problemas más agudos son la pobreza económica, la inequidad y falta de acceso a la tierra cultivable y a otras oportunidades de empleo, y la creciente erosión de los suelos, mientras que en la Amazonía prevalecen las carencias de infraestructura, además de la falta de vocación agrícola de la tierra y la escasa diversificación productiva. Es importante formular y ejecutar políticas específicas para la atención a estos territorios. La distribución geográfica de las regiones más deprimidas del país, que muestra la similitud entre los mapas más recientes y aquellos realizados desde 1990, muestra la continuidad de los desequilibrios regionales que históricamente han afectado al país (Larrea, 1999 y 2006).

Pobreza 1990, 2001 y 2010 Los censos no tienen información directa sobre ingreso o consumo familiar, que son las variables que se utilizan para estimar la pobreza de los hogares, comparando el consumo (o ingreso) familiar por habitante de cada hogar con el costo de una canasta básica que permita satisfacer las necesidades básicas del hogar. Este inconveniente se ha superado por el método de estimación de áreas pequeñas, que extrae modelos de regresión de una encuesta de hogares que contenga información sobre consumo o ingreso, y proyecta estas variables a cada hogar del censo, aplicando algunas correcciones propias del modelo matemático. Este método se ha desarrollado desde 1995 y ha sido ampliamente difundido y probado. En el caso ecuatoriano se ha empleado el consumo familiar por habitante, para estimar la pobreza a partir de las Encuestas de condiciones de vida (ECV) de 1995 y 2006, que han sido proyectadas a los censos de 1990 (ECV, 1995), 2001 y 2010 (ECV, 2006). Los resultados de las proyecciones de 1990 y 2001 pueden consultarse en otros artículos (Larrea, 2011).5 La reducción de la pobreza, que refleja una mejora en los niveles de consumo, y por tanto en el ingreso de los hogares, fue relativamente reducida entre 1990 y 2001, y favoreció principalmente a las ciudades, donde el crecimiento fue mayor (Gráfico 4). En el campo, por el contrario, la pobreza declinó solo 3 puntos, del 68,5% al 65,2%. La mejora urbana fue de 6 puntos (del 45,3% en 1990 al 35,2% en 2001), similar a la total, que bajó entre 51,2% y 45,2%. En el intervalo siguiente, la declinación

de la pobreza ha sido algo mayor y ha beneficiado más a las áreas rurales, donde la pobreza en 2010 fue del 58,9%. En este último año, la cifra para el área urbana fue de 29% y el promedio nacional de 38%. El Gráfico 4 ilustra también la amplitud y persistencia de la brecha rural urbana. En 2010 la incidencia de la pobreza rural duplicaba a la urbana, y la magnitud de la diferencia, de aproximadamente 30 puntos, se ha mantenido casi inalterada.

¢$ TXLpQHV KD EHQHÀFLDGR PiV OD reducción de la pobreza? En el caso del cambio en la pobreza, se han elaborado también regresiones que vinculan el cambio en la pobreza en cada intervalo censal con el consumo por habitante al inicio del período, la proporción urbana y las proporciones de indígenas, afroecuatorianos y montubios de cada parroquia. Los modelos de reducción de la pobreza han incluido también la escolaridad inicial y la proporción de migrantes internacionales de cada parroquia, tomada del censo de 2001. Esta variable captura el efecto del envío de remesas de los migrantes internacionales en la reducción de la pobreza.

Los modelos, reportados en el anexo estadístico, sugieren que la reducción de la pobreza no necesariamente ha beneficiado preferentemente a las parroquias inicialmente menos favorecidas en ninguno de los dos casos. En ambos intervalos censales, bajo similares condiciones en el consumo inicial por habitante, las parroquias con mayor proporción urbana se beneficiaron más que las parroquias rurales, y en las parroquias con mayor población indígena recibieron comparativamente menos beneficios. En el caso de los afroecuatorianos, durante el intervalo 1990-2001, éstos fueron más beneficiados, pero en el intervalo siguiente recibieron menores beneficios. Para los montubios no se obtuvieron resultados significativos en ninguno de los dos intervalos, y por tanto, puede concluirse que este grupo recibió beneficios comparables al resto de la sociedad. La relación entre reducción de la pobreza y consumo por habitante al inicio de cada período cambia entre los dos intervalos. En el primero (1990-2001), la pobreza declinó más en las parroquias con menor consumo, pero en el segundo intervalo, la relación se invierte, y las parroquias más ricas se beneficiaron más. El nivel educativo inicial tiene una asociación positiva con la reducción de la pobreza, pero en el segundo intervalo la relación no es significativa.

*UiÀFR

Incidencia de la pobreza por año y área: 1990-2010

80

Rural Urbano Total

68,5

70

65,2 58,9

60 51,2 50 Porcentaje

agua potable, y solo una de cada tres viviendas dispone de paredes adecuadas. La desnutrición crónica afecta a más de un tercio de los niños menores a 5 años.

45,2 38,0

40 41,3 35,2

30

29,0 20

10

0 1985

1990

1995

2000

2005

2010

5

Para el estudio se ha adoptado una línea de pobreza de 64.27 dólares de marzo de 2006 mensuales por persona, y una línea de indigencia de 31.92 dólares mensuales por persona.

Fuentes: INEC, Censo de Población y Vivienda, 1990, 2001 y 2010. Encuestas de condiciones de vida, 1995, 2006. Elaboración: Unidad de Información Socio Ambiental UASB y CEPLAES

2015


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