Revista A&P número 3

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artesanal. Sin embargo, en la década s i g u i e n t e, e n l o s a ñ o s 8 0 , l a almadraba resurge de manos privadas, con más posibilidades de inversión y con un gran cliente consumidor: Japón.

El oficio de la levantá

Pero la entrada de Japón como gran consumidor cambiaría las reglas del juego. El atún rojo pasa a a ser un producto codiciado y las grandes flotas industriales se lanzan a por él sin ningún escrúpulo. Las artes tradicionales, de las que las almadrabas son un ejemplo de pesca r e s p o n s a b l e, e n l a q u e n o s e esquilman los recursos, no es capaz de satisfacer la desorbitada e insostenible demanda japonesa. Frente a las almadrabas, las flotas industriales de Francia o Italia, entre otros, se lanzan a buscar atunes en el Atlántico. Les da igual si los ejemplares son jóvenes, si han desovado o si van a hacerlo. El objetivo es económico y no respeta nada... ni la supervivencia de la especie. Las capturas se hacen localizando las ‘balsas’ o ‘cardúmenes’ y cercándolas allí donde se encuentren. Las avionetas sobrevuelan el océano para informar de la presencia de bancales de túnidos a la flota. Por supuesto esta caza indiscriminada supone la sentencia de muerte no sólo de las almadrabas, sino también del mismo atún rojo.

Fuentes: Anuario Estadístico de España (1925-1927). Boletín de Pescas (1929). Organización de Productores Pesqueros de Almadraba.

Se trata de un arte de pesca fijo, que consiste en la colocación de redes verticales que se sostienen en la superficie por flotadores y se fijan con miles de metros de cables de acero al fondo mediante 400 ó 600 anclas de 450 kilos de peso cada una. Este entramado crea un laberinto de redes que se coloca dos meses antes de que lleguen los atunes en sus rutas migratorias.

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Cuando los atunes han entrado en las redes llegando al ‘c o p o ’ , u n a e m b a r c a c i ó n denominada ‘sacada’ cierra el paso y los almadraberos inician la ‘levantá’: la izada del ‘copo’ para dejar sin agua a los atunes. Al ser un arte de pesca fijo y cercano a la costa, sólo se captura un pequeño porcentaje de la población total de atunes. Además, la garantía de sostenibilidad de este arte artesanal tradicional de Occidente tiene que ver con que se respeta el tamaño, de manera que la media de peso de los atunes capturados en almadraba oscila entre los 180 y los 200 kilos -la edad fértil de un atún se estima que se alcanza al tener 70 kilos- y una edad media de 14 años, lo que garantiza que han desovado al menos 10 ó 15 veces.

OFICIOS TRADICIONALES

El mismo nombre ‘Almadraba’ hace referencia a lo artesanal de este arte: “lugar donde se golpea o lucha”. Bautizada con este nombre en tiempos de la invasión musulmana de la península Ibérica, la captura del atún suponía desde tiempos ancestrales una pelea entre los almadraberos y la concentración de atunes sitiados en las redes.


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