Historiando con Vasconcelos

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Mayo - Junio 2010

er Aniversario N O. 6

200 aĂąos atrĂĄs

Aulas Vasconcelos

La revista digital donde la historia se escribe al andar


MAYO - JUNIO 2010

er Aniversario Historiando

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN DE VERACRUZ

N O. 6 Dr. Víctor A. Arredondo Álvarez Secretario de Educación PROGRAMA VASCONCELOS

VAMOS BIEN Y VIENE LO MEJOR

Arq. Mario Fernández de la Garza Coordinador General

PARA GANAR EL FUTURO

Psic. Minerva Villa Valencia Jefa del Depto. de Trabajo Comunitario

Número 6 Descubriendo Huellas

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Escamela: Legado de un Pasado Olvidado

Se Cuenta Que...

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La Iglesia Abandonada o Teopancahualco,Ver.

Rostros Inéditos

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ANapa por Nas 1906: Lucha por Tierras 1906

Expresiones

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Las mujeres de la Revolución Mexicana

Cartucho

Humanos Íntegros: Los Relámpagos de Agosto

Cabotaje

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Una Retrospectiva sobre la Educación en el México Contemporáneo

Entre Pueblos y Brechas

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Vivencias Compartidas en Comunidad Mi Visita a Potrerillo, Ver.

El Baúl del Abuelo Lo que mi Abuelo me Contó

Testimonios

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Coordinadora Editorial: Hist. Irene P. Uscanga Jiménez. Redactores: Manolo Cerdán Galán, María del Rosario Garrido González, Fidel Saúl Juárez Guzmán, Xóchitl V. Parra Mata, Mireya Santos Gerardo, Irene P. Uscanga Jiménez. Investigadores de Campo: María del Rosario Garrido González, Xóchitl V. Parra Mata, Mireya Santos Gerardo, Irene P. Uscanga Jiménez. Edición y Corrección: Fidel S. Juárez Guzmán. Diseño: Sara Fitta, Luis Cebada. Arte y Fotografía: Sara Fitta, Xóchitl V. Parra Mata, Mireya Santos Gerardo.


Editorial

er Aniversario Historiando

N O. 6

Hace doce meses nació la necesidad de rescatar la historia viva, la petrificada por los años y la que está por escribirse, emanada de las comunidades que visitamos con nuestros vehículos y brigadas. Se propusieron varios formatos: desde realizar historias de vida, monografías y memorias, hasta álbumes fotográficos y videos. Pero ninguno de ellos nos daba la oportunidad de mostrar el bagaje tan amplio y rico en trayectos, rostros, huellas, expresiones, pueblos, brechas, vivencias y testimonios, que fuimos coleccionando en nuestro andar. Así que surgió, como magia que impregnó al aire, como suave soplo de residuos de polilla antigua, la revista digital Historiando con Vasconcelos. Historiando ha vivido y sacado a luz aquellas cosas ignoradas por la historia de bronce: las que no registraron los renombrados estudiosos del pasado; las que no observaron los de la derecha o los de la izquierda, los justos o los injustos, los que la hicieron o los que la contaron. Historiando, ha sido la voz, los ojos, los recuerdos, que la gente sencilla de nuestros pueblos atesora como si se tratara de su identidad, sus raíces, su terruño… Porque, a fin de cuentas, su historia es lo que son en el presente, y negarla o ignorarla sería negarse o ignorarse. Para nosotros, escribir la historia al andar ha constituido un desafío, ya que sabemos que a veces los ideales se pierden en las veredas de la desidia, de la incredulidad o de la falta de imaginación; como la vida misma, como la historia. De manera que para festejar nuestro primer aniversario. Como el eco que difunde las voces del pasado, dedicamos este ejemplar a todos los que han hecho posible que este espacio se materialice. A los actores, narradores, cronistas, abuelos, niños, maestros, y a todas las autoridades de las localidades que visitamos. Ahora te invitamos a recorrer juntos cada una de las secciones de la sexta entrega de Historiando, y descubramos Huellas de la Batalla de Escamela, donde los insurgentes emergieron victoriosos y ocasionaron la salida de los realistas, para después encaminarse a Orizaba; nos enteremos que Se Cuenta Que Teopancahualco, lugar conocido también como La Iglesia Abandonada, sirvió de refugio para la población en la época revolucionaria; conozcamos los Rostros Inéditos de Gabino González Gutiérrez y Desiderio Gutiérrez, quienes directa o indirectamente guardaron relación con dicha querella; tomemos conciencia, en Expresiones, acerca de la importancia de la mujer en la primera mitad del s. XX, como mensajera, soldadera, enfermera, periodista, etc.; leamos el Cartucho sobre la novela de Jorge Ibargüengoitia, Los Relámpagos de Agosto; naveguemos en las líneas de Cabotaje para informarnos con respecto al Sistema Educativo Nacional; encontremos, Entre Pueblos y Brechas, ejemplos de cómo los brigadistas han rescatado la historia, en su trato con los niños; y, por último, analicemos los Testimonios de dos usuarios de Potrerillo, Ixctaczoquitlán. Igualmente, con motivo de este renovado periodo de rescates, incorporamos la sección denominada El Baúl del Abuelo. Este apartado retoma las sabias palabras de los adultos mayores –abuelitos, tíos, papás, hermanos, etc.–, contenidas simbólicamente en un cofre de recuerdos; mismos que, habitualmente, guardan relación con el pasado histórico nacional. Razón de más para festejar nuestro primer número de aniversario.


Escamela: Legado de un Pasado Olvidado Por: Historiadoras Mireya Santos Gerardo e Irene Pastora Uscanga Jiménez, Brigadistas. Crecimos adentrándonos en los recovecos de los lugares que visitamos. Por lo mismo, no debe extrañar que, ahora que por fin nos hemos especializado en la profesión de historiadoras, y que con nuestras brigadas hayamos recorrido gran parte de la entidad veracruzana, nos sentimos privilegiadas. Hace poco la Sra. Adelina Villegas Flores, oriunda de la cabecera municipal de Ixtaczoquitlán, Ver., nos platicó algunos acontecimientos originados en dicha población. Ahí, hace apenas dos siglos, existió la localidad de origen chinameca llamada Escamela, que en náhuatl quiere decir tierra de hormigas. Actualmente predominan grupos náhuatl en ese municipio, localizados en las congregaciones de Tuxpanguillo, Capoluca y Cuesta del Mexicano. Durante nuestro traslado a Potrerillo, Ver., en calidad de brigadistas del Programa Vasconcelos, atravesamos los arcos de entrada al municipio de Ixtaczoquitlán. En la edificación pudimos apreciar la leyenda Bienvenidos a Ixtaczoquitlán, con lo que vinieron a la mente imágenes alusivas al México colonial de principios del s. XIX. Hacia 1800, la vida era difícil para los habitantes de la Nueva España, llamada así por encontrarse en poder de los españoles después de la conquista del Imperio Mexica o Azteca. Los criollos (hijos de españoles nacidos en América) se mostraban inconformes ante el hecho de ser gobernados por españoles provenientes de la península (como se llamaba a España, para distinguirla de las colonias americanas). Estos últimos no eran letrados; sin embargo, poseían privilegios que se traducían en grandes extensiones de tierra, cargos políticos y encomiendas de indios. Los criollos (o gachupines, como eran despectivamente nombrados), en cambio, no contaban con injerencia gubernamental. Por otra parte, la Ilustración, movimiento cultural que difundió las ideas de libertad y de nuevas formas de gobierno, a partir de la Revolución Francesa, influenció en los intelectuales mexicanos. Para familiarizarse con dicha corriente, éstos se apropiaron de publicaciones especializadas que arribaban clandestinamente a América. Una vez empapados del pensamiento ilustrador, determinaron una estrategia que les permitiera ocupar puestos elevados dentro de la administración colonial. Su plan consistía en hacer llegar a Fernando VI a la Nueva España, para que la reinara junto con ellos. Esto, tras una serie de conspiraciones, derivó en el Grito de Dolores, la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Durante ese mismo año, tuvo lugar una reunión de criollos cuyos ideales eran afines. La sede fue la casa del corregidor Don Miguel Domínguez, en el pueblo de Dolores. Participaron, entre otros personajes, el cura Miguel Hidalgo y Costilla, así como la corregidora Josefa Ortiz de Domínguez. Éstos conjuraron el movimiento que liberaría a la Nueva España. El mismo tuvo una duración de once años, divididos en tres periodos que corrieron a cargo, individualmente, del cura de Dolores, de José María Morelos y Pavón, así como de Agustín de Iturbide y Nicolás Bravo.


Las figuras mencionadas adoptaron, respectivamente, rutas específicas para dirigir a sus tropas. El estado de Veracruz estuvo presente en dos de éstas, tratándose del acceso principal de la Nueva España. La última ocasión fue protagonizada por Agustín de Iturbide, quien acudió a los famosos Portales de Zeballos de la ciudad de Córdoba, Ver. Esto, con el objeto de firmar los Tratados de Córdoba con el virrey Juan O'Donojú, con lo que culminaría la Guerra de Independencia el 24 de agosto de 1821. Tiempo atrás, en mayo de 1812, Morelos se asentó en la entidad ya que la región de las Altas Montañas era excelente para realizar incursiones. Además, proporcionaba una defensa natural al ejército independentista. Cabe señalar que en Tehuipango y Tequila, pertenecientes a la región referida, se hallaban dos Repúblicas de Indios, de las cuales algunos se unieron al movimiento y otros decidieron permanecer en sus lugares de origen. Esto significó una razón adicional para que Morelos irrumpiera por esa zona. Durante su recorrido, Morelos se abastecía de víveres, ya que su propósito fundamental era apropiarse de Orizaba, la cual ocupaba un papel relevante en la geopolítica del estado. Además, el dirigente suponía “conveniente conquistar la gran y montañosa zona del sur y sureste mexicano, lo que implicaba la toma de plazas militares como Acapulco y Oaxaca” 1. Al encontrarse Puebla y Orizaba entre esos dos puntos, el insurgente creyó conveniente la ocupación de una u otra población: algo que “sería fundamental [para] cortar la comunicación de la capital con el puerto de Veracruz” 2, lo cual, desde su punto de vista, le ayudaría a alcanzar su propósito. El ejército realista seguía los pasos de Morelos, pues su misión era detenerlo y aprisionarlo, como habían hecho con su predecesor, Hidalgo y Costilla. El 28 de mayo de 1812 ocurrió la Batalla de Escamela, en un llano del mismo lugar. Los insurgentes emergieron victoriosos y ocasionaron la salida de los realistas, para después encaminarse a Orizaba. Por fin Morelos situó la ciudad, donde existía un estanco de tabaco que generaba cuantiosas ganancias, siendo la Hacienda de Tuxpango una de las más productivas. Se apoderó del cultivo, destinando partes del mismo a su botín personal, a los pobres y a la quema. Esto generó el descontento de la Corona, por lo que los realistas pidieron refuerzos para desalojar a Orizaba de los insurgentes. Éste no fue el último de los obstáculos a los que se enfrentaría Morelos: tras haber ordenado la ejecución de un coronel y un alférez durante su presencia en la localidad, llegó a ser considerado como huésped indeseado por parte de la alta sociedad orizabeña. Sin embargo, después retomaría su lucha para retirar el yugo español a un pueblo que se hallaba trescientos años en esa situación. A pesar de que la Batalla de Escamela repercutió en el desarrollo independentista mexicano, algunos de los residentes de Ixtaczoquitlán (antes Escamela) con los que platicamos revelaron escasa información al respecto. El único vestigio sobre el hecho es una placa conmemorativa: un recordatorio rodeado de las empresas asentadas en la región, que conceden a Orizaba y sus alrededores la identidad de corredor industrial. 1

“Toma de Orizaba”. (2010.) Wikipedia, la enciclopedia libre. Consultado en http://es.wikipedia.org/wiki/Toma_de_Orizaba, el 21 de mayo de 2010. 2 Ibíd.


Lo anterior nos da pauta para reflexionar sobre el interés que debemos tener, como mexicanos, acerca de nuestro pasado. Igualmente, con respecto a la desaparición de monumentos, ante el crecimiento socioeconómico en general. Y es que la placa referida se encuentra cerca de los arcos de Ixtaczoquitlán; es decir, de lo que una vez fueron los arcos de Escamela. Éstos fueron destruidos ya que dejaron de ser funcionales: impedían el paso de los enormes vehículos industriales.

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“La República de Indios fue concebida como un espacio aislado, incontaminado, en el conjunto de la sociedad novohispana en construcción, y suyo [fue] el dominio concesionado del campo productor de abastos, que finalmente resultó ser lo más importante, porque significaba que los vencidos seguirían usufructuando sus tierras, aguas y monte. El territorio habría de seguir siendo posesión suya”.

CARBÓ Darnaculleta, Margarita. (2006, 1 de agosto.) “De la República de Indios a la Corporación Civil”. Script Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona, España: Universidad de Barceloña. Consultado en http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-218-73.htm, el 21 de mayo de 2010.

Se le denominaba ejercito realista al que protegía a la Corona Española.

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1.- Arco de Iscamela. Derrumbado a mediados del s. XX. “Cuando llegó (…) 'el avance del progreso' los mandaron tirar porque los carros no podían pasar”. GARCÍA DÍAZ, Bernardo y Laura Zevallos Ortiz. (1989.) “Orizaba-Veracruz: Imágenes de su Historia”. Xalapa, Ver., México: Archivo General del Estado de Veracruz. P. 85.

2.- Arco de Ixtaczoquitlán. 2010. Brigada No. 8 del Programa Vasconcelos.


La Iglesia Abandonada o Teopancahualco, Veracruz Por: Historiadora Xóchitl Verenicce Parra Mata, Brigadista. En abril de 2010 visité la comunidad de Teopancahualco, municipio de San Andrés Tenejapan, Ver., como integrante de una de las brigadas del Programa Vasconcelos. Desarrollamos actividades para contribuir a la mejora del desempeño estudiantil.

serlo, eran sometidos a un juicio sumario en el que se decidía su destino: el fusilamiento o ser llevados a la guerra –por esta última razón, la leva era conocida como la lleva.

En el curso de mi estancia, pude entrevistar al Sr. Antonio Pérez Rosete. A sus 90 años, el ex agente municipal de San Andrés Tenejapan me platicó algunos aspectos de interés histórico acerca de la localidad.

La naturaleza fue haciendo mella en la iglesia, al grado de quebrar las paredes de mampostería, pudrir la madera y su pequeño retablo. A fines de la década de 1940, sólo restaba una estructura cuyos muros mostraban exceso de humedad, sin ventana ni techos. En aquel entonces, lo que quedaba de la construcción era fondo fotográfico recurrente para las familias.

Don Antonio relató que los orígenes del lugar –conocido también como la iglesia abandonada– se remontan a la época prehispánica. Explicó que en el centro del pueblo existían los presuntos remanentes de una pirámide totonaca: un montículo de tierra y piedra. Éste habría sido destruido por franciscanos belgas que arribaron a la región en 1550, aprovechando los restos para edificar una iglesia cuyo patrono sería San Andrés Apóstol. Hacia 1665, los franciscanos donaron las tierras a jesuitas del Colegio de San Pedro y San Pablo, para que éstos continuaran con la evangelización de los indígenas. Por esas fechas, el santo fue sustraído de la iglesia, debido a la cercanía de Teopancahualco con pueblos como Santiago (Apóstol), que ocupó territorio de Tequila, Ver. Tres días después de que desapareciera el santo, fue localizado en San Andrés Tenejapan. Sin embargo, la iglesia de Teopancahualco permanecería en el abandono cerca de un siglo. Con respecto a la época de la Revolución Mexicana, Don Antonio contó que en 1913, aproximadamente, soldados federales que rodeaban la Sierra de Zongolica aterrorizaban a congregaciones pequeñas como San Andrés Tenejapan. Los militares tocaban un clarín de guerra, con lo que los habitantes se refugiaban en la iglesia o huían hacia las cuevas de los cerros para no ser detenidos. De llegar a

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Fue hasta 1945, durante la primera gestión de Antonio Pérez como agente municipal de San Andrés Tenejapan, que se consideró llevar a cabo la restauración de la iglesia. (Previamente, Don Antonio inició sus actividades públicas con la fundación de Escuela Primaria “Fray Bartolomé de las Casas”, aún activa en Teopancahualco.) Ese mismo año llegó a la comunidad la Mtra. Libertad Calderón Chávez, quien, junto con el Sr. Antonio, organizó una sociedad de padres de familia. En 1958, repitiendo su papel como agente municipal, Pérez Rosete emprendió la reconstrucción de la iglesia con el apoyo de la población. Para ello, solicitó recursos al gobernador del estado en aquel tiempo, Antonio M. Quirasco.


Reestablecido el recinto, albergó al Sagrado Corazón de María a partir de ese año, llegándosele a considerar como el símbolo protector de los católicos en Teopancahualco. Por otra parte, Don Antonio Pérez señaló que el recinto ha fungido como sede de actividades como festivales y actos cívicos, para preservar la unión entre los residentes. Quedé deleitada por la narrativa de mi entrevistado, por su orgullo y el brillo de sus ojos que delataban la pasión que sentía por lo que me contó.

La Mtra. Libertad Calderón Chávez (extremo a la derecha). Teopancahualco, Ver. 1948, aproximadamente.

Según la Real Academia Española,uno de los significados de leva es: “Recluta de gente para el servicio militar”. “Leva”. (2001.) Diccionario de la Lengua Española. 22.ª edición. Real Academia Española. C o n s u l t a d o e n http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIP O_BUS=3&LEMA=ancla, el 12 de mayo de 2010.

e Don Antonio Pérez Rosete. Teopancahualco, Ver.

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ANapa por Nas 1906: Lucha por Tierras 1906 Por: Historiadora Xóchilt Verenicce Parra Mata, Brigadista. Una de las usuarias Vasconcelos que conocí, mientras me desempeñaba como brigadista en Ocotal Chico, municipio de San Pedro Soteapan, Ver., fue Isabel González González: alumna de quinto grado de la Escuela Primaria “Gral. Hilario C. Salas”. Esto ocurrió en marzo de 2010. Isabel me aseguró que su abuelito, Gabino González Guriérrez, solía narrarle pasajes de la historia de la comunidad, concernientes a los tiempos de la Revolución Mexicana. Me atreví a pedirle una entrevista con Don Gabino, quien muy amablemente aceptó. Después de una jornada larga en la finca de café del Sr. González Gutiérrez, fui invitada a disfrutar de la comodidad de su casa. Ahí, sus nietas lo recibieron: además de Isabel, se encontraban Adriana, Abigail (quienes también estudiaban en el plantel mencionado) y Elsa (quien asistía al Colegio de Bachilleres del Estado de Veracruz de Soteapan, Ver.). Enseguida, ellas se acomodaron frente al abuelo; yo, a un costado de mi interlocutor.

Uno de los inconformes era el propio abuelo de Don Gabino: Desiderio Gutiérrez, quien contaba únicamente con 17 años de edad al estallar la pugna revolucionaria. “Al ver la situación, [éste] se unió a uno de los muchos grupos de rebeldes que se formaron en la región, bajo el liderazgo del general Hilario C. Salas”. El mismo llegó a Soteapan para establecer el Partido Liberal Mexicano, junto con Ricardo Flores Magón y Juan Sarabia, entre otros. Dichas figuras pretendían ocupar tres poblados en los cantones de Acayucan y Minatitlán, el 3 de septiembre del año señalado.

Acepto que estaba inquieta y feliz de poder estar con él, y conocer de su voz un pedacito de historia. Me dispuse a escuchar atentamente, así como observar con detenimiento cada palabra y gesto del abuelo, que por esos instantes también se convirtió en el mío.

Posteriormente, en la zona surgieron varias agrupaciones rebeldes, cuyo número de integrantes popolucas alcanzaba los cuatrocientos. Consecuentemente, existían diversos cabecillas que eran perseguidos por los ejércitos federales, con la promesa de que “el bando ganador tendría como recompensa la dotación de tierras”.

Él expuso que la Revolución inició en Ocotal Chico en 1906, cuando “el general Hilario C. Salas reunió a un grupo de personas para pelear contra gobierno” 1, ya que en esa época los alimentos escaseaban, por lo que el precio de los mismos se encontraba a la alza. No solamente eso –aseguró–; el gobierno también había incrementado el impuesto sobre la tierra. Por lo mismo, “ya no le alcanzaba a las personas para vivir”, por lo que éstas decidieron sublevarse.

Durante el ataque de Acayucan, Salas resultó herido, por lo que tuvo que retornar a Soteapan. “Ahí los serranos parapetados esperan a sus enemigos, el 4 de octubre [de 1906]. Las fuerzas federales del 25 batallón del mayor Quiroz y del capitán González resultan muertos y heridos. Los federales recurren a la

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Excepto donde se indique, todos los fragmentos entrecomillados de este artículo corresponden a la entrevista realizada el 25 de marzo de 2010 al Sr. Gabino González Gutiérrez, de 66 años de edad. Profesión: agricultor; domicilio conocido, en la localidad de Ocotal Chico, municipio de San Pedro Soteapan, Ver.

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estratagema de izar una bandera blanca y gritar: ¡Viva el Partido Liberal! Engañados, los liberales suspenden el combate y se reúnen en Soteapan con los federales, en donde el capitán González ofrece a las cabezas rebeldes instruirlos en el manejo de las armas. Los federales se abren en dos filas, quedando en medio los rebeldes. A una sola señal del mayor Quiroz, se lanzan contra éstos a bayoneta calada. Muchos caen muertos, pero otros rompen el cerco a fuerza de machetazos y disparos de escopeta, logrando huir [hacia Ocotal Chico]” 2.

Alumnos de 4º grado de la Escuela Primaria “Hilario C. Salas”. Ocotal Chico, Ver.

terminado el periodo revolucionario, aún permanecían algunos cabecillas que incursionaron en la rapiña. Esto puso en alerta a la población, que ocultaba sus cosechas en agujeros, cuevas y debajo de los pisos de sus hogares.

“Los federales –prosiguió Don Gabino, conmovido– atacaron un campamento que se encontraba en la comunidad y se llevaron a todos presos a San Juan de Ulúa; entre ellos, a mi abuelo Don Desiderio Gutiérrez. Se los llevaron amarrados a los animales, caminando hasta Veracruz, en donde los aprisionaron en los calabozos de la fortaleza”. Tras haber pasado varios meses capturados, comenzaron a mostrar síntomas de una rara enfermedad –incluyendo enormes llagas. “Como en aquellos tiempo era muy difícil asistir a un médico, muchos murieron”.

Con el transcurrir del tiempo, los habitantes de Ocotal Chico se preocuparon por establecer un centro escolar, para beneficio de los hijos de los campesinos. “Por eso, mi padre Don Lucio González Márquez, representando al grupo de padres de familia, solicitó al presidente municipal de San Pedro Soteapan la instalación de la escuela primaria, que se logró en 1950”.

Básicamente, los popolucas solicitaban tan sólo una parcela para sembrar maíz y frijol, y con ello obtener recursos para mantener a sus familias. Sin embargo, muchos de los rebeldes eran considerados peligrosos. Por lo mismo, los federales los confinaban en lugares como el castillo de San Juan de Ulúa, en la ciudad de Veracruz. Una vez liberado, Desiderio Gutiérrez regresó tranquilamente a Ocotal, a los 20 años cumplidos, para formar una familia en las tierras que le fueron otorgadas. Tuvo por hija a Rosa Gutiérrez Albino –la madre de Don Gabino–, y se dedicó a la agricultura. Por ese entonces, comenzó a cobrar auge el cultivo del café, que se comercializaba en Acayucan y Minatitlán. Cerca de 1924,

Así concluyó la amena charla del Sr. Gabino González Gutiérrez, con lo que pude conocer parte de la vida de Desiderio Gutiérrez: uno de tantos veracruzanos que intervinieron en la historia de México.

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“Municipio de San Pedro Soteapan”. (1998.) Enciclopedia Municipal Veracruzana, Coordinación y Dirección, investigación y Presentación. Xalapa, Ver., México: Gobierno del Estado de Veracruz.

Los aztecas llamaban popoluca o popoloca (término náhuatl que significa alguien que habla como balbuceando) despectivamente a diferentes pueblos de México.

“A menudo son considerados como una rama de la etnia mixe, zoque y olmeca y, al contrario que otros grupos, no mantienen una intensa solidaridad étnica, sino más bien lingüística. Esto ha dificultado la creación de organismos representativos popolucas y la falta de representación de la etnia en las instancias estatales o nacionales. La variedad de nombres con que se autodenominan (núntaha'yi, tuncapxe, yaac avu, nuntajuyi, actebet o anmati) dan una idea de la falta de una identidad lingüística o étnica definida, por lo que a menudo se laman a sí mismos popoluca, aunque ésta sea una denominación náhuatl y por tanto foránea”. “Popoluca” (2010.) Wikipedia, la Enciclopedia Libre. Consultado en http://es.wikipedia.org/wiki/Popoluca, el 12 de Mayo de 2010.

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Las mujeres de la Revolución Mexicana Por: Estadística María del Rosario Garrido González, Brigadista. “Si mi Adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar, si por mar en un buque de guerra, si por tierra en un tren militar”. ~Corrido revolucionario mexicano. Como escudos humanos, con hambre y harapientas, cargando ollas y petates; como enfermeras o acompañantes; siguiendo un ideal o a su hombre; buscando un sueño o porque no les quedó de otra, las mujeres también hicieron la Revolución. Las soldaderas empuñaron las armas, alimentaron y vistieron a los soldados. Otras fueron periodistas, espías, mensajeras y recaudadoras de fondos. Sin que recordemos sus nombres y sin formar parte de la lista de héroes, muchas mujeres dedicaron su vida a la lucha y se convirtieron en energía generadora del movimiento revolucionario. Sin ellas, probablemente, los soldados no habrían sobrevivido, pues sus labores, por pequeñas que fueran, cubrían las necesidades de supervivencia de los ejércitos. Pero las insurrectas no sólo lucharon en los campos de batalla, también combatieron en terrenos ideológicos, educativos y culturales. Fueron profesoras, quienes con su práctica profesional difundieron los ideales revolucionarios o invitaban a unirse a los ejércitos. Varias, no conformes con eso, abandonaron las aulas y se sumaron a la lucha, por lo que militaron en diferentes frentes. Otras escribieron en diarios o revistas, lanzando severas críticas al régimen con el fin de concientizar al pueblo. Guiadas por sus ideales, por el bienestar de sus familias o quizá por la esperanza de construir una patria diferente, las revolucionarias tenían incluso más responsabilidades que los hombres. Menospreciadas, tenían que caminar llevando consigo sus utensilios, pues los caballos eran sólo para los varones. De viajar en tren, su situación era desigual en comparación con los soldados. En algunos ejércitos –sobre todo villistas– llegaron a ser restringidas, pues se consideraba que entorpecían la marcha de la tropa. Pese a los tratos que recibían, permanecieron en la lucha hasta sus últimas batallas. Algunas siguieron haciendo la revolución a su manera. Terminado el movimiento armado, formaron clubes u organizaciones enfocados en procurar los derechos e igualdades entre hombres y mujeres. No admitir la participación de las mujeres en el proceso revolucionario de 1910, sería ignorar una parte de la historia de nuestro país. Y a pesar del tiempo, y de vivir en épocas modernas, las mujeres hemos seguido peleando en nuestras pequeñas trincheras por ser valoradas y reconocidas en la vida social, económica, cultural y política de México. Las adelitas y valentinas han sobrevivido. Han sido madres, hermanas, amigas, vecinas, maestras, oficinistas, doctoras y estudiantes; guerreras que cuidan a sus familias; que dirigen, que coordinan, que ocupan cargos públicos y privados; que enseñan, que aprenden. Son mujeres que han enfrentado la realidad, contribuyendo a formar el México que desean. Sin embargo, a pesar de los logros alcanzados, aún queda mucho por hacer.

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Brigadistas Vasconcelos atendiendo a un grupo de cafeticultores. Huatusco, Ver. 21 de junio 2007.

Como mujeres, hemos trabajado por incrementar nuestro impacto y renombre social. Aún como aquellas revolucionarias, peleamos día a día, hombro a hombro, como hombres y mujeres, como soldadas y soldados; convencidas de que los revoluciones sólo se logran si se hacen en conjunto.

Referencia bibliográfica: PONIATOWSKA, Elena. (2007.) “Las Soldaderas”. México, D. F., México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

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“Se conoce como Adelitas o 'soldaderas' a las mujeres que participaron en la Revolución mexicana, en los contingentes militares de los distintos grupos revolucionarios como soldados, cocineras, enfermeras o ayudantes.

“Versiones historiográficas y periodísticas coinciden en señalar a Adela Velarde Pérez, enfermera oriunda de Ciudad Juárez, como la persona que inspiró el corrido popular 'Adelita'. Fue nieta de Rafael Velarde, amigo de Benito Juárez (…). En 1914 la 'Adelita' atendió al soldado herido Antonio del Río Armenta, quien le compuso el famoso corrido.” Sin embargo, existen otros autores que se adjudican al creación de este corrido. “Adelita”. (2010.) Wikipedia, la enciclopedia libre. Consultado en http://es.wikipedia.org/wiki/Adelita, el 16 de junio de 2010.

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Humanos Íntegros: Los Relámpagos de Agosto Por: Comunicador Fidel Saúl Juárez Guzmán, Brigadista. “¿A poco crees que el Pípila fue un héroe? No se te ocurre pensar que el español rebelde le gritó al indígena humilde: 'Oye tú, Pípila, échate una losa al lomo y ve a quemar esa puerta?'” ~Jorge Ibargüengoitia. Tengo en mi poder una novela prestada de Jorge Ibargüengoitia, a propósito de tan celebrados momentos de la historia nacional: Los Relámpagos de Agosto (la primera que escribió, o al menos que fue publicada en 1964), ambientada en la época de la Revolución Mexicana. Desde la dedicatoria (donde el personaje principal aprovecha para llamarse “un hombre íntegro”) y el prólogo, otorgados al protagonista, el Gral. de División José Guadalupe Arroyo (que trata con leve tono despreciativo al verdadero autor), supe que la pasaría bien: “Manejo la espada con más destreza que la pluma, lo sé; lo reconozco. Nunca me hubiera atrevido a escribir estas Memorias si no fuera porque he sido vilipendiado, vituperado y condenado al ostracismo, y menos a intitularlas 'Los relámpagos de agosto' (título que me parece verdaderamente soez). El único responsable del libro y del título es Jorge Ibargüengoitia, un individuo que se dice escritor mexicano. Sirva, sin embargo, el cartapacio que esto prologa, para deshacer algunos malentendidos, confundir a algunos calumniadores, y poner los puntos sobre las íes” 1 . 1 El procedimiento del autor, en este libro, es sencillo. Hacer pasar a Don Lupe por un clásico político mexicano, de esos que hacen comentarios que creen que van a pasar a la posteridad (y puede que así sea, aunque no por las razones primordiales), pero solamente causarían pena ajena de no ser porque se trata de una figura inventada. No habría nadie que tomara demasiado en serio al Gral. Arroyo. ¿Por qué? Siempre hay que sospechar de alguien que habla demasiado bien de sí mismo. Asegura él mismo:

“Quiero dejar bien claro que no nací en un petate, como dice Artajo, ni mi madre fue prostituta, como han insinuado algunos, ni es verdad que nunca haya pisado una escuela, porque terminé la Primaria hasta con elogios de los maestros; en cuanto al puesto de Secretario Particular de la Presidencia de la República, me lo ofrecieron en consideración de mis méritos personales, entre los cuales se cuenta mi refinada educación que siempre causa admiración y envidia, mi honradez a toda prueba, que en ocasiones llegó a acarrearme dificultades con la Policía, mi inteligencia personal, que para muchas personas envidiosas resulta insoportable” 2.

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Pero, ¿por qué el afán de Don Guadalupe por decir la verdad, por dizque aclarar las cosas? ¿Por qué el procedimiento de hacerlo pasar por el clásico político mexicano? No se trata de satirizar a un personaje, tal como explicó el propio autor: “Me parecería ridículo hacer un personaje con el único objeto de burlarse de él. En cualquier momento, me interesa presentarlo, presentar un aparato que en la novela tenga relación con la realidad, según yo lo veo. Y necesito un lenguaje. Si mi lenguaje hace reír a la gente, allá ellos” 3.

El problema reside en que tales personajes, inspirados en personas reales, se acercan, desde la perspectiva de Ibargüengoitia, a quienes pudieran haber formado parte de hechos históricos importantes. Los Relámpagos es una contraparte saludable a la solemnidad a la que estamos acostumbrados para recordar un pasado en el que intervinieron seres de carne y hueso. Con virtudes y defectos. Todo, paradójicamente, simplemente a través de una intención de respeto. O, mejor, dicho: del distanciamiento.

Es interesante esto, en tanto que la comedia, aquella verdaderamente memorable, siempre es un poco más compleja de lo que parece (como la verdad). Deja de ser un simple mecanismo para provocar la risa y permite que veamos las cosas con cierto distanciamiento. Si el efecto es humorístico, mucho mejor si la intención no era precisamente hacer reír por hacer reír: sino reflejar de la manera más objetiva posible cómo es el mundo. E Ibargüengoitia lo hizo a su modo.

“Supongo que nadie en el mundo es totalmente despreciable y si tomo un personaje lo que me interesa es justificarlo. Por eso no creo en la burla” 6.

La inspiración de Ibargüengoitia, el motivo por el cual redactó Los Relámpagos, reside en que el género de memoria del general viejo, sin pretenderlo, recaía en contradicciones de acuerdo con quien lo escribiera: “Cada uno trataba de demostrar que lo que decía el otro eran mentiras. Basándome en este género, no en la novela de la Revolución Mexicana, que no me interesa; digo, basándome en este género de memoria de general viejo, se me ocurrió escribir esta novela. Todo lo que está en Los relámpagos no es exactamente copiado, pero está inspirado en esos libros” 4 . Dicha intención, aunada a la actitud irreverente de Ibargüengoitia hacia la historia oficial, consigue divertir. Tal actitud, reflejada en la cita inicial de este texto, también viene al caso considerando su opinión acerca de los Niños Héroes: “Los pobres se tropezaron y se cayeron. Niño héroe lo fue Miramón. Nomás que como no se cayó envuelto en la bandera, lo fusilaron quién sabe cuántos años después como traidor a la patria, y no sé por cuántas otras cosas. El héroe es siempre el que gana” 5. Esta última frase es reveladora. No solamente por lo que implica (la historia está escrita por los ganadores), sino que resume la característica esencial (tergiversada) del Gral. Arroyo: el antiheroísmo. Él como los militares, candidatos políticos, clérigos y demás que encierra en su relato, se caracterizan por sus errores. Es decir, por su humanidad.

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Por lo mismo, a pesar del rencor con que el Gral. Arroyo se refiere a sus desventuras político-militares, algunas de las palabras que le adjudicó Ibargüengoitia están cargadas de un cinismo (una forma no muy amable de decir la verdad) inconsciente. O de un cierto desencanto: “Juan era un candidato perfecto, tenía una promesa para cada gente y nunca lo oí repetirse… ni lo vi cumplir ninguna, por cierto” 7. No hay necesidad de establecer ninguna ligadura entre el pasado según Ibargüengoitia y el presente. Nosotros, como lectores, podemos sonreír al leer Los Relámpagos, pero es una sonrisa que, pensándolo bien, viene tocada por una especie de melancolía. No es que la trama carezca de algunos pasajes hilarantes (por ejemplo: cómo el Gral. Arroyo enfrenta al presunto ladrón de un reloj de mano… y las desagradables consecuencias para aquél, tiempo después), pero la sensación resultante no es precisamente como para desternillarse de la risa. Y el cinismo, encontrando paralelismos con el transcurrir político actual (no solamente de nuestro país; ni tampoco solamente político) tampoco sería recomendable. Creo que convertiría a una persona en amargada. Hay que estar, como se expresan más o menos los angloparlantes, sobre la cerca. A distancia. Al menos antes de emitir un juicio definitivo sobre alguien o algo. Parafraseando a Ibargüengoitia: “Quien creyó que todo lo que escribí fue en serio, es un cándido, y quien creyó que todo fue broma, es un imbécil” 8. La vida, si es aquello a lo que un artista audiovisual (aquí también entra la palabra) o narrativo desea reflejar, sería por lo mismo tragicómica. Tiene lógica.


1

IBARGÜENGOITIA, Jorge. (2003.) “Los Relámpagos de Agosto”. México, D. F., México: SEP, Planeta Mexicana. P. 9. 2 IBARGÜENGOITIA, Jorge. Óp. cit P. 11. 3

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GARCÍA Juárez, Liliana. (2004.) “Maten al León: Parodia del Poder”. Tesis de Licenciatura en Letras Hispánicas.. P. 24. México, D. F., México: Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Iztapalapa. GARCÍA Juárez, Liliana. Óp. cit. P. 18. Ibíd. P. 20. En AISAIN Aurelio y Juan García Oteyza. (1985, Marzo.) “Jorge Ibargüengoitia dice de sí mismo”. Revista Vuelta. Nº 100. P. 49. IBARGÜENGOITIA, Jorge. Óp. cit P. 50. Frase original: “Quien creyó que todo lo que dije fue en serio, es un cándido, y quien creyó que todo fue broma, es un imbécil”. En RIVERO, Raúl. (2010, 27 de febrero.) “Jorge Ibargüengoitia, el Humor contra los Tontos Solemnes”. El Mundo [en Línea]. Consultado en http://www.elmundo.es/opinion/columnas/raulrivero/2010/02/2288 5917.html, el 17 de Mayo de 2010.

“Los Relámpagos de Agosto”. SEP, Planeta Mexicana.

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Al centro: el Secretario de Educación de Veracruz, Dr. Víctor A. Arredondo Álvarez, y el Gobernador del Estado de Veracruz, Lic. Fidel Herrera Beltrán. Xalapa, Ver. 30 de abril de 2006.

Una Retrospectiva sobre la Educación en el México Contemporáneo Por: Historiadora Irene P. Uscanga Jiménez, Brigadista. Después de la Revolución Mexicana y, particularmente, mediante la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el gobierno en turno trató de cristalizar un sistema que llegaría a ser uno de los cimientos principales del Estado. Con el arribo de la SEP y la aprobación de la Ley Orgánica (1924), inició formalmente la estructura del Sistema Educativo Nacional. En ese entonces, más del setenta por ciento de la población era de procedencia rural. “Al iniciarse la Revolución Mexicana, más de las dos terceras partes del país vivían en el campo dedicadas a las actividades agrícolas. [Por consiguiente], es comprensible que la búsqueda de soluciones al problema de la educación se centrara, en forma primordial, en el medio campesino” 1. Al terminar el movimiento armado, surgió el compromiso de alfabetizar a la totalidad de los mexicanos: quince millones de personas aproximadamente. Por otra parte, con la promulgación de la Constitución de 1917, la educación tendría que llegar a todos los rincones de la república, ya que sería obligatoria y gratuita (artículo 3º); es decir: de todos. Sin embargo, ¿cómo hacer llegar la educación a las clases populares, para incorporarlas al modelo de desarrollo estatal? La meta era clara; los obstáculos diversos. Tuvo que considerarse la organización,

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operatividad y penetración adecuadas para acceder al medio campesino; quién impartiría la educación; qué tipo de maestros estarían dispuestos a trabajar en lugares apartados; la inseguridad y la insuficiencia de recursos. Como resultado, lo soñado por Don José Vasconcelos Calderón no llegaría a ser completamente real. Aunque desde el comienzo fue palpable la necesidad de proyectar la escuela primaria en dos concepciones: la urbana y la rural, esta última sería la que contaría con el mayor apoyo por parte del cardenismo. “El campo se llenó de escuelas monodocentes; únicas que permitieron llevar la educación hasta la pequeña comunidad rural de escasos habitantes, para enseñar a leer, a escribir y a calcular rudimentariamente” 2. Aun así, el Sistema Educativo Mexicano obtuvo cuatro logros, a partir de la fundación de la SEP: 1) La consolidación de la educación impulsada por el Estado, instaurada con el artículo 3º constitucional. Éste garantizó que la enseñanza fuera popular, democrática y nacional. 2) La institucionalización de la educación, que derivó en un sistema articulado, orgánico y sujeto a normas. Aquí participaron coordinadamente la federación, los estados y algunos municipios, aportando considerables recursos. 3) El avance persistente hacia la suficiencia educacional, con miras a la igualdad de oportunidades y la justicia social. 4) La profesionalización del magisterio. Ésta ha sido la profesión con el mayor número de afiliados en México, considerándosele como la que cuenta con el vínculo popular más fuerte. La educación rural pretendía la redención del sector campesino mexicano, a través de un organismo oficial llamado la Escuela Rural. Ésta intentó conjuntar sus acciones con las de las comunidades. Buscaba el mejoramiento moral, económico, político y cultural de las zonas rurales, beneficiando a cada uno de sus habitantes; elevándolos a los planos superiores de la justicia. En ese entonces la escuela se limitaba sólo al espacio que ocupaba, materialmente, en el contexto urbano. Agencias extra-escolares se encargaban de extender los efectos positivos de la educación. Pero, en el campo, la escuela era la única institución a la que se asignaban las funciones integradoras y totalizadoras de la obra educativa. El maestro Moisés Sáenz dijo que, en lo concerniente a la escuela rural, no se sabía dónde terminaba y dónde iniciaba el pueblo o la vida de éste, y dónde comenzaba la vida escolar. Aunque la educación rural fue el motor para la incorporación de la masa popular, fue articulada durante la administración de Lázaro Cárdenas del Río (presidente de la nación, de 1934 a 1940) con la educación socialista, que se encontraba en auge internacional. Esta educación se implementó con el propósito de “intentar frenar la intervención del clero en cuestiones educativas y en la educación universitaria, que se consideraba elitista y reaccionaria, así como vigorizar la educación popular con una base tecnológica y politécnica”3.

e

Se entiende por escuelas monodocentes a aquellas que son atendidas, exclusivamente, por un solo educador.

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Actualmente, para mejorar la educación, el gobierno federal, junto con el Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado (SNTE), estableció un acuerdo derivado de la Ley Federal de Educación. En aquél documento se destacaron diez aspectos. Uno de ellos fue la modernización de las instituciones educativas, mediante la facilitación de equipos de cómputo, así como la capacitación de los docentes en el uso y manejo de los mismos. Además, cada entidad federativa ha contado con la opción de implementar las estrategias que considere pertinentes, para enriquecer el nivel de la educación. No obstante, han sido escasos los estados que han impulsado programas que coadyuven a combatir el rezago educativo. Un ejemplo sería Veracruz. Dentro del marco del gobierno del Lic. Fidel Herrera Beltrán (20042010), y con la administración de la Secretaría de Educación estatal por parte de su titular, el Dr. Víctor A. Arredondo Álvarez, se concibieron cuatro programas detonadores. Éstos se han basado en la educación a distancia; la alfabetización tecnológica; un canal educativo; y centros donde los educadores han sido capacitados y han desarrollado talleres, con el objeto de elevar el aprovechamiento académico de los alumnos. Dichos programas han sido: el Consorcio Clavijero, el Canal Educativo, los Centros Rébsamen y el Programa Vasconcelos. Este último se ha servido de unidades móviles equipadas con tecnología de punta, que recorren el territorio veracruzano. Por medio de ellas, se ha acercado la tecnología a las comunidades marginadas y de difícil acceso, capacitando y potenciando a profesores y a la población en general en el empleo de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). A su vez, se han reforzado conocimientos curriculares en el alumnado, para un mejor desempeño escolar. El propósito de estas acciones ha sido que la educación sea equitativa y de calidad. Los sistemas de aprendizaje han comenzado a despertar luego de un prolongado letargo, y a generar transformaciones de infraestructura y contenido. Hemos atravesado décadas de tradicionalismo, caracterizadas por una falta de audacia ante las oportunidades de cambio. Para contrarrestar esto, sería necesario asumir una mentalidad abierta, con la que se puedan eliminar tabúes como los relacionados con la sexualidad, por citar un caso. De esta manera, dispondríamos de una comprensión más amplia, para aplicarla en la cotidianidad del México contemporáneo. En este sentido, el papel de las TIC ha sido fundamental. Por ello, a doscientos años del inicio de nuestras luchas de Independencia, el Programa Vasconcelos se ha sumado al esfuerzo de alcanzar una educación de calidad, con mayor cobertura y equidad. 1

HERNÁNDEZ MEJÍA, Salvador. (1990.) “Cambios Históricos de la Educación Rural en México”. Tesis de Maestría. Xalapa, Ver., México: Universidad Veracruzana. P. 275. 2 ÁLVAREZ VALDÉZ, Manuel, (1982, Agosto-noviembre.) “El Sistema Educativo Nacional. Orígenes, Evolución, Proyecciones”. Revista Objetivos No. 4. Xalapa, Ver., México: Secretaría de Educación Pública. P. 5.

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GUEVARA NIEBLA, Gilberto. (1985.) “La Educación Socialista en México. 1934-1945”. México, D. F., México: Secretaría de Educación Pública. P. 86.

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Vivencias Compartidas en Comunidad Por: Historiadora Xóchitl Verenicce Parra Mata, Brigadista. Durante mi estancia en Ocotal Chico, municipio de San Pedro Soteapan, Ver., y Teopancahualco, municipio de San Andrés Tenejapan, Ver., disfruté de la hospitalidad de su gente, la cual me platicó algunos aspectos concernientes al pasado comunitario. Me enteré de que en Soteapan, durante la etapa previa a la Revolución Mexicana, surgieron brotes de inestabilidad y descontento. Como resultado de estas manifestaciones, indígenas popolucas consiguieron apropiarse de tierras que han sido habitadas por hijos y nietos de los rebeldes. Cabe mencionar que las actuales familias han conformado una gran comunidad, procurando incrementar los recursos de las nuevas generaciones. En Teopancahualco me di a la tarea de recorrer el lugar y de realizar entrevistas, encontrándome eventualmente con el Sr. Antonio Pérez Rosete de 90 años, quien fuera agente municipal. Gracias a él, encontré vestigios de una iglesia presuntamente construida en el s. XVI por franciscanos belgas, sobre la base de una pirámide de origen totonaco. La iglesia se ha conservado después de varias reconstrucciones, siendo la mas reciente en 1958. Cabe destacar que el entrevistado comentó, como información adicional, que el edificio sirvió también de refugio a los habitantes de Teopancahualco durante el periodo revolucionario, allá por 1913. En ese entonces, los federales provenientes de la región de Zongolica llegaban a la zona para saquear y asesinar a quien se resistiera. Por otra parte –y de forma personal–, me es reconfortante saber que mi pasión por el rescate histórico, una forma de vivencia, ha permitido que otras personas revaloren sus propias vivencias. Y es que pude observar a Don Antonio emocionado al recordar situaciones o personas de su juventud, incluyendo a sus padres y abuelos.

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Mi Visita a Potrerillo, Ver. Por: Mireya Santos Gerardo, Brigadista. En mayo de 2010, como parte de las actividades llevadas a cabo por el Programa Vasconcelos, la brigada No. 18 visitó la comunidad de Potrerillo, perteneciente al municipio de Ixtaczoquitlán, Ver. Tuve la oportunidad de poder formar parte de dicho equipo, y así poder trabajar con los alumnos de primer año de la Escuela Telesecundaria “Artículo 123 Constitucional”.

Sesión Vasconcelos con alumnos de Potrerillo, Ver. 22 de mayo de 2010.

Los jóvenes se mostraron muy participativos, particularmente en un Taller de Historia, realizado los días 20 y 22 del mismo mes. Los resultados fueron muy satisfactorios pues se logró la elaboración de una historieta por parte de los estudiantes, con motivo del movimiento de Independencia Mexicana. Para ello, fueron capacitados para utilizar el software de la serie Galileo “El Ilustrador Mexicano”. Con respecto al mismo, expresaron que fue una forma divertida de aprender acerca del pasado histórico nacional.

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El Baúl del abuelo Lo que mi Abuelo me Contó Por: Estadístico Manolo Cerdán Galán, Brigadista. Estamos llenos de júbilo, festejando un año de vida en el que hemos rescatado historias nacientes de la profundidad de nuestra tierra. Aún encontramos raíces que germinan esperanzas: es decir, los 'abuelos': testigos 'mudos' o activos, verídicos o míticos, que permitieron llegar a esta celebración. Consecuentemente, en homenaje y agradecimiento a todos ellos, surge una nueva sección de Historiando con Vasconcelos: “El Baúl del Abuelo”. Aquí, ustedes lectores, podrán disfrutar, a partir de este número de aniversario, relatos que padres, abuelos, tíos o amistades compartieron con nosotros, integrantes del Programa Vasconcelos. La primera entrega se basa en las memorias del Sr. Prócoro Galán González (1907-2007), quien en su juventud fue testigo de confrontaciones provocadas por el reparto de tierras. Esto, en su pueblo natal: Apazapan, Veracruz. … No era raro que mi abuelo, Prócoro Galán González, de vez en cuando evocara ante mi presencia, o de quien tuviera la fortuna de escucharlo, el pasado de Apazapan. Hace tiempo, cuando él se encontraba en vida, se refirió a la congregación, a propósito de la Revolución Mexicana. Como es sabido, de 1915 a 1920, nuestro país se hallaba inmerso en batallas internas debido a los ideales revolucionarios. Mi abuelo comentaba que los enfrentamientos armados, los asaltos, los robos y las agresiones eran el pan de cada día en Apazapan: demarcación asentada a un costado del río Los Pescados. En ese entonces –platicaba–, los hombres de la zona se dedicaban, exclusivamente, al campo, al comercio y a la pesca; las mujeres, a las labores del hogar. Algunas de las personas que transitaban el poblado, hacia Fortín de las Flores y comunidades aledañas, formaban parte del bando revolucionario. Por lo mismo, Apazapan se encontraba en alerta constante ante la posibilidad de atracos o asesinatos. Especialmente, debido a que las tropas federales brillaban por su ausencia. Sin embargo, ocasionalmente existía oposición entre éstos y los sublevados, los cuales se apostaban en los cerros que han permitido el cauce del río. Mi abuelo recordaba que el ejército federal y las brigadas revolucionarias se disparaban de cerro a cerro, quedando el pueblo en medio de la balacera. A veces los combates se daban en la localidad, ya que cuando a alguna de las facciones se le terminaba el agua, forzosamente debía bajar al río. Los ataques eran frecuentes, pues en los cerros existen cuevas que eran utilizadas como refugios. Una de ellas, que ha subsistido hasta nuestros días, es la Cueva de las Carabinas: nombrada de ese modo, ya que en dicho espacio se encontraron armas de ese tipo.

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El Baúl del abuelo

Una anécdota curiosa, igualmente surgida de las memorias de mi abuelo, se relaciona a un grupo, el cual era conocido entre los pueblerinos como los calzonudos. Éstos se dedicaban a asaltar semidesnudos, montando a caballo; eso les servía de pretexto, por decir así, para robar incluso la ropa de los habitantes. Evidentemente, eran tiempos de angustia e incertidumbre en Apazapan (de donde, por cierto, también soy originario). Lo habitual eran personas desaparecidas: jóvenes que, para evitar ser raptadas, se introducían en un foso cavado dentro de las casas. Estos escondites, puntualizó mi abuelo, también eran utilizados por señoras o niños, quienes esperaban que los conflictos se disiparan. Así eran aquellos tiempos, contrastantes con el Apazapan en el que crecí y al que sigo regresando. Desde luego, las impresiones de mi abuelo no se limitaban a hechos vinculados con la historia de México, ni al periodo revolucionario. Sus recuerdos eran cuantiosos y variados; muchos de ellos, acerca de Apazapan. Por ello, no he dejado de sentirme contento: he sido uno de los que conoce datos sobre su lugar de origen, de la mano de alguien querido que estuvo ahí para contarlo...

Calzonudos era un mote designado a ciertos grupos rebeldes, durante el Movimiento Agrario en México. Se caracterizaban porque sus integrantes vestían únicamente un calzón o pantalón de manta.

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Testimonio

MUNICIPIO: Ixtaczoquitlán. LOCALIDAD: Potrerillo. FECHA DE LA MISIÓN: 27/05/10. INSTITUCIÓN: Telesecundaria “Art. 123 Constitucional”. EDAD: 13. GRADO: 1 "C". PROFESIÓN: Estudiante. NOMBRE: Rosario Medina Gutiérrez. “La clase del día jueves y sábado en el taller de historia [sic]. Me pareció muy interesante sobre lo de la Independencia y la historieta que hicimos. Fue muy divertido crear nuestra propia historia y también nos divertimos jugando y aprendiendo cómo usar la computadora. Yo creo que el Programa de Vasconcelos es ¡¡genial!! y [que] deberían de venir seguido. Este Programa es muy divertido e interesante”.

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Testimonio

MUNICIPIO: Ixtaczoquitlán. LOCALIDAD: Potrerillo. FECHA DE LA MISIÓN: 27/05/10. INSTITUCIÓN: Telesecundaria “Art. 123 Constitucional”. EDAD: 13. GRADO: 1 "C". PROFESIÓN: Estudiante. NOMBRE: Tomás Aldahir Flores Peralta. “Me gustó mucho lo que nos enseñaron, como hacer una historieta, investigar cosas que pasaron en nuestro municipio que nosotros no sabíamos. “Lo que más me gustó fue subir a la caravana [sic – refiriéndose al vehículo] Vasconcelos. “Sólo una pregunta: ¿cuándo regresarán? ¿Vendrán el próximo año?”.

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Vasconcelos; viviendo para servir, sirviendo para vivir

Porque sabemos que el conocimiento es libertad, y buscamos que algĂşn dĂ­a todos en Veracruz seamos libres de la ignorancia, ayudamos a miles de habitantes a cambiar la historia de nuestro Estado.

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Secretaría de Educación de Veracruz VAMOS BIEN Y VIENE LO MEJOR PARA GANAR EL FUTURO

Historiando

Av. Xalapa, No. 299, Col. Molino de San Roque, C.P. 91130 Tel. 8 90 54 80 Xalapa - Equez., Ver. www.sev.gob.mx/vasconcelos vasconcelos@sev.gob.mx Publicación bimestral sin fines de lucro, de la Secretaría de Educación de Veracruz y el Programa Vasconcelos. Conmemorando el Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución Mexicana.


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