Pop Up Teatro 003 Los Absurdos

POP UP TEATRO

003LosAbsurdos

Sumario 3

CARTA A LOS REYES MAGOS José IgnacioTofé

6

LA REPRESENTACIÓN SERÁ LA TRAMPA DONDE CAERÁ LA CONCIENCIA DEL REY José AurelioMartín

9 19

LOS ABSURDOS. Encuentro inesperado en HAPPY DAY ÓscarArroyo

ENTREVISTA A LOS ABSURDOS José CarlosValencia

26

TEATRO O NAVIDAD JulioRojas

29

NAVIDADES TRAGICÓMICAS

30

OFF MADRID Recomendamos...

34

FERNANDO J. LÓPEZ. ENTREVISTA.

Carlos AlonsoCallero

VirCasanova

37

EMBARRARSE DE LA MANO DE SHAKESPEARE

39

Hablando con.. UN LIBRERO EN MADRID

41

LauraSilva

CLementeGarcía

MAZAPÁN O TURRÓN. ESA ES LA CUESTIÓN JónathanFernández Pérez

popupteatro@gmail.com

PopUpTeatroRevista

@PopUpTeatro

DIRECTOR: Óscar Arroyo COORDINADORA: Conchita Piña MAQUETACIÓN Y DISEÑO: Isaac Juncos Cianca EDITA: Ediciones Antígona Depósito Legal M-29169-2014 ISSN 2386-950X

CARTA A LOS REYES MAGOS

José IgnacioTOFÉ Queridos Reyes Magos: Este año he sido muy bueno.

He hecho: cinco microteatros, dos obras largas, seis cortometrajes, dos animaciones, una película independiente, dos cortos para el Notodo, un proyecto para el Fringe y otras cosas que no sé muy bien cómo definir.

He aumentado mis seguidores en Facebook, Twitter, Instagram, y prometo hacerme el perfil en Linkedin algún día. He retuiteado, compartido, comentado, he puesto seis mil: «me gusta», he sonreído a mis seguidores en quinientas treinta y dos fotos, he enviado cuatrocientos dieciocho «guasap» con los carteles de mis obras, y dos mil quinientos seis correos electrónicos con el asunto: «Vente a ver mi obra».

Este año he visto a mis colegas que hacían obras en las salas del Off, requeteoff, microteatro, nanoteatro, picoteatro, femtoteatro. He estado en salas tan Off que las abrían cinco minutos antes de PopUpTeatro003

que empezara la obra, las cerraban cinco minutos después, y desaparecían para siempre.

He repartido setecientos cuarenta y dos flyers, he picheado mis proyectos ciento cuarenta y cinco veces, he rodado quince teasers, y dieciocho trailers. Me he vendido como dramaturgo, director, productor, actor, actriz, malabarista, y bombero torero.

He comprado el atrezo, el vestuario, he pintado las salas, he conseguido que me regalen la escenografía, he hecho de técnico de luces, de sonido, de pirotecnia, me he convertido en agente de prensa, relaciones públicas, director de marketing, community manager y gestor fiscal.

Me lo he currado este año.

Y sé que no soy el único.

Nos lo estamos currando todos.

Ahora todo el mundo se va corriendo después de los bolos porque al día siguiente tienen un ensayo, bolo, sesión de 3

fotos, corto, presentación de un libro, flash mob, casting, sustitución, rodaje de una película. Un no parar.

Así que como he sido bueno os voy a pedir…

Nada.

No os voy a pedir nada.

Porque en este oficio en mejor hacer que pedir.

El año que viene seguiré haciendo lo mismo que este año, pero más y mejor.

Con más ilusión, más fuerza y más inteligencia. Levantarme cada día sin miedo, con ganas de abrir nuevos caminos y disfrutando de lo que hago.

Ser feliz y hacer felices a los espectadores. ¡Feliz Navidad! © José Rubies

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Ediciones Antígona. C/ Prim 15, local. 28004 Madrid. Tels. 911.191.732 / 640.631.054

L A REPRESENTACIÓN

SERÁ LA TRAMPA DONDE CAERÁ LA CONCIENCIA DEL REY

José AurelioMARTÍN No es difícil encontrar, como moneda corriente, una frase que se ha hecho hueco en el ideario que sobre la educación tiene la sociedad española: el sistema educativo no funciona en este país, se ha quedado obsoleto. Algunos dicen «viejo», pero los más encopetados se regodean pronunciando «obsoleto».

Valga como ejemplo uno que hemos sufrido los docentes y que revela muy bien la situación: desde instancias europeas han querido instaurar un concepto, el de competencia, con el que se nos ha bombardeado durante un tiempo más o menos reciente. Los docentes acogimos el término no sin cierta sospecha y acabó entrando, por insistencia, para rellenar 6

los tantos papeles que la burocracia nos exige. En efecto, entró en los papeles y allí se quedó, arrumbado, como tantas otras ideas que se imponen desde las altas esferas de la política educativa. Se frustró por la sencilla razón de que el concepto de competencia, que integra conocimientos, destrezas y actitudes, no encaja en un sistema que tiene la repetición y los resultados como valores primordiales.

El teatro está desterrado del currículum oficial educativo español y, paradójicamente, es con el teatro con el que algunos profesores hemos conseguido los mayores logros educativos. La enseñanza de la literatura se basa en la mera repetición de autores y periodos históricos; las clases PopUpTeatro003

de lengua son un mero estudio formal desvinculado de toda la profundidad y complejidad del significado, tanto en su valor de conocimiento como en su valor social. El teatro, con todo su potencial, queda al margen; el teatro que desarrolla competencias lingüísticas, que amplía la sensibilidad artística, que mejora el entorno social, que dota de autoestima al alumnado, que permite un espacio de libertad, de examen y de crítica, el teatro, insistimos, está al margen del currículum, olvidado, desangrándose en vacías

en el instituto son muy pobres; se reducen a franquear la aduana de los exámenes e ir pasando de curso de cualquier manera para obtener el visado final: el título. Nada más. El teatro busca un objetivo concreto y real, un examen delante de un público que no es ajeno, que normalmente representa la comunidad educativa que rodea al alumno y su entorno social. Es un examen sin nota, pero el más exigente de cuantos realice en su vida: implica el desarrollo integral de su persona y el éxito dependerá de si, hones© Marta Aoiz

referencias literarias, en excursiones ocasionales para ver pasivamente teatro, casi siempre productos muy dirigidos para ilustrar una lectura obligatoria. Nunca hacer teatro, nunca experimentar el teatro como actividad altamente educativa y artística.

El día en que el teatro entra en el aula, o contagia a un grupo de alumnos, las cosas cambian. De momento ya hay un objetivo que todos quieren alcanzar: representar delante de gente. Los objetivos PopUpTeatro003

tamente, se ha lanzado o no, se ha arriesgado a ser o no, en definitiva, si se ha atrevido. «Ser valiente es ser bueno», decía Nietzsche; el teatro te obliga a ser valiente, sin simulacros, o eres o no eres, es un momento decisivo.

El teatro es también compromiso, con uno mismo y con los compañeros con los que desarrolla el proyecto. El teatro te enseña a que no puedes fallarte a ti mismo porque los otros, tus compañeros, te exigen que no falles, quieren que 7

seas mejor. Esto es educación: asumir la responsabilidad que te dan los demás y concienciar el valor de los actos; el teatro no impone una obligación, el teatro exige lo mejor de uno. Y todo a través del juego, del eterno juego de ser por un tiempo otro para ser más tú mismo, paradoja que nos sumerge en esa complejidad que es el ser humano, que nunca se podrá reducir por su valor económico o social. El teatro pone en escena esa complejidad y, al menos, te ayuda a comprenderla, a tenerla en cuenta, a no eludirla para hacernos una imagen global y no distorsionada del ser humano.

© Marta Aoiz

«De ser unos simples chicos dispuestos a aprender y a hacerlo lo mejor posible sin creer en nuestras posibilidades, nos convertimos en personas que se hacen grandes encima de un escenario», dice una alumna; grandeza y también importancia, lo importante de ser y darse cuenta: «Personalmente en cada obra que hacemos, encima del escenario, cuando hablo, cuando tengo el peso del momento, o simplemente cuando estoy ahí, me siento la persona más importante del mundo», sin que falte la felicidad, como dice otra alumna: «El teatro me ha hecho sentir 8

importante, especial, y lo mejor, me ha hecho feliz». Grandeza, importancia y felicidad, ¿en qué ley educativa, en qué programación didáctica, en qué currículum de contenidos se recogen estos aspectos?, sentirse grande, importante y feliz, ¿esto quién lo enseña? Las consecuencias son claras: de los institutos salen personas pequeñas, desvalidas y desdichadas, dispuestas, en el mejor de los casos, a franquear otras aduanas con más condiciones, la universidad, o llamadas a las filas del consumo inane que anula más que eleva, que reduce más que amplía. El teatro no puede cambiar el sistema educativo, su grandeza es pequeña, toca solo a un grupo de alumnos que en un sitio cualquiera y en un momento de la inercia de los días, se suben a unas tablas que crujen, agrietadas y huecas, se hablan, se piensan, se sienten importantes, se engrandecen, juegan y, como gran proyecto, se hacen personas, sobre todo porque se ven y los otros también los hacen verse, porque se examinan delante de otros y del más exigente examinador: la luz de su propia conciencia.

Hacia el final del Acto II de Hamlet, el príncipe está convencido del poder del teatro para desenmascarar a su tío, asesino de su padre, y trama la representación de una obra que replica la indignidad cometida contra el rey legítimo: «He oído que quienes son culpables, ante una representación se han sentido impresionados, por la sutileza de la escena, hasta el punto que han llegado a proclamar sus delitos». La clave es el último verso del Acto II, «la representación será la trampa donde caerá la conciencia del rey». Persistamos los docentes que creemos en el teatro para tender trampas a las conciencias de los que hacen las políticas educativas y a las conciencias secuestradas de los conformes.

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LOS ABSURDOS,

encuentro inesperado en HAPPY DAY

Patricia Estremera, Alfonso Mendiguchía y Jorge Gonzalo son Los Absurdos, compañía teatral de éxito continuado con obras como "Tierra de nadie", "Manténgase a la espera", "Desnudo nadie es perfecto, "Demasiado al este es el oeste o el infantil "La isla de las luciérnagas.

Actúan revueltos, pero también por separado. Inspirándonos en su personalísimo humor, les propusimos que interpretaran una historia de Navidad absurda. Aceptaron generosamente el desafío... A continuación...

FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA ACTORES Patricia Estremera Alfonso Mendiguchía Jorge Gonzalo LOCALIZACIÓN Happy Day. Calle del Espíritu Santo 11.

Madrid DISEÑO DE VESTUARIO Y COMPLEMENTOS Rubén Troya

PELUQUERÍA Y ESTÉTICA DE UÑAS Alicia Monedero y Alia Díaz García MAQUILLAJE Alexander Morillo FOTOGRAFÍA Jacobo Medrano DIRECCIÓN, PRODUCCIÓN Óscar Arroyo

JORGE GONZALO 1. La pregunta del millón. ¿Cuál fue el origen de Los Absurdos? Pasabas por allí ¿y el destino hizo el resto?

Yo vi la absurdez desde fuera y me quedé encantado por su lógica aplastante. En cuanto hubo un hueco que cubrir, el destino hizo que a la vez que yo pensaba en lo mucho que me apetecería cubrirlo, ellos pensaban en mí.

Lo demás es la historia que estamos escribiendo ahora. Es el momento de llevar la absurdez a todavía más personas.

2. Sabemos que Desnudo nadie es perfecto, pero si pudieras elegir… ¿Desnudo? ¿Vestido? ¿Usas pijama para dormir?

Yo vestido con una falda escocesa, como en las fotos. La incógnita siempre será si voy como los escoceses de verdad...

3. Cierra los ojos e imagina tu destino ideal de vacaciones. ¿Demasiado al este es el oeste?

A Hawaii puedes llegar por el este o por el oeste así que evidentemente cuando Alfonso escribió ese título solo podía estar pensando en irse de vacaciones a Hawaii, todo el texto es una excusa para expresar cuánto quería irse de vacaciones.

4. Los Absurdos desprenden optimismo y buen rollo. ¿Qué os motiva a seguir adelante ese día que os levantáis de color «gris marengo»?

El buen rollo venía de serie con la compañía y cuando yo me uní fue muy fácil dejarse llevar por ese buen rollo. Por mucho que les gritaba, nada, es que son demasiado buenos y majos, ¡incorruptibles!

5. Vuestras obras destacan por su ironía y humor. Cuando acaba la función, ¿dejas el humor en el teatro o eres así?

Soy muy aburrido en la vida real. Alfonso y Patricia mantienen el humor por mí.

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6. ¿Para cuándo un gran drama? Prohibido contestar Manténgase a la espera.

Desde aquí reclamo un gran drama absurdo. O una comedia tan absurda que resulte dramática.

7. Por favor, completa la frase: «Sueño con actuaren el gran auditorio Absurdo frente a 1.000.000 de personas cada día.

Más de 1.000.000 es demasiado, que nos tienen que ver las caras. Y ya con un millón al día podríamos bajar un poco el precio de la entrada, que no somos tan avariciosos...

8. En relación con la anterior pregunta: ¿O por el contrario vuestro sueño es actuar frente a un público más reducido en espacios más próximos a los espectadores?

Pues no había visto esta pregunta, pero por ahí quería ir yo, creo que el tipo de teatro que hacemos es mucho más íntimo. Pero claro, ahora que me he puesto a hacer cuentas con los números de la anterior pregunta...

9. ¿Cuál sería tu papel ideal? ¿Morirías por interpretar qué personaje y en qué obra?

Me moriría por volver a interpretar profesionalmente un papel que en el teatro universitario me dio tantas alegrías: Mortimer Brewster en Arsénico y encaje antiguo (texto en el que está basado la película Arsénico por compasión).

10. ¿Cómo ves a Los Absurdos en el futuro? ¿Próximos proyectos?

Pues, desde mi punto de vista, el futuro es seguir creciendo como compañía tanto con los proyectos que ya existían como con otros en los que espero involucrarme más allá del punto de vista actoral.

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ALFONSO MENDIGUCHÍA 1. La pregunta del millón. ¿Cuál fue el a escribir a máquina! Los padres siempre origen de Los Absurdos? Pasabas por allí tienen razón… ¿y el destino hizo el resto?

4. Los Absurdos desprenden optimismo y buen rollo. ¿Qué os motiva a seguir En realidad no pasaba, llevaba allí unas adelante ese día que os levantáis de color horas ya sin nada mejor que hacer. Y ya se «gris marengo»? sabe que cuando el diablo se aburre, espanta moscas con el rabo, así que —entre Yo pienso en Jamaica. Que la cosa está fea, pues copita y chupito— me puse a espantar en Jamaica se sigue bailando. Que llueve, en moscas, a espantar moscas y, de repente, Jamaica hace sol. Que hace frío, en Jamaica seestaba espanguimos en bañatando moscas en dor. La cosa está los mejores bares, como está, pero en baretos, tugurios Jamaica seguimos y antros de la geriendo.

Somos ografía. Y lo fliconscientes de las pante es que la dificultades, por sugente empezó a puesto, pero en reírse y así vamos nuestro balcón intirando. tentamos que ondee la bandera 2. Sabemos que de la República InDesnudo nadie es dependiente Abperfecto, pero si surda —también pudieras elegir… conocida como Ja¿Desnudo? ¿Vesmaica y antes como tido? ¿Usas piSantiago—. jama para dormir?

5. Vuestras obras Yo con un bóxer destacan por su voy servido. Más ironía y humor. tela me ahoga y Cuando acaba la menos me preofunción, ¿dejas el cupa, que soy un humor en el teapoco sonámbulo tro o eres así? y la puedo liar en cualquier momento. Es una medida pre- Pues depende, pero la verdad es que no sé de qué depende. Unos días el humor se viene con ventiva. nosotros y otras se queda en el camerino. In3. Cierra los ojos e imagina tu destino cluso hay veces que nos peleamos y no nos ideal de vacaciones. ¿Demasiado al este vemos en una temporada, para descansar, que es justo y necesario. De todas formas procuraes el oeste? mos llevarnos el humor con nosotros, sacarlo Lo siento, no puedo responder correcta- de paseo, invitarle a los viajes, comer juntos. Si mente a esta pregunta, lo he intentado, a las cosas se las cuida y se les da cariño, suelen pero no puedo… es cerrar los ojos y no durar mucho… así que nosotros intentamos acierto con el teclado ¡Cuánta razón tenía cuidar al humor como a un hijo. A un hijo mi padre en que tenía que haber aprendido querido, claro.

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6. ¿Para cuándo un gran drama? Prohibido contestar Manténgase a la espera.

de ciencias, así que no le voy a enmendar la plana en cuestiones numéricas.

¿Te parece poco drama lo que hacemos?

Vuelve a ver Demasiado al este es el oeste o Manténgase a la espera por ejemplo, y te darás cuenta de que son un dramón de órdago, lo que pasa es que lo aderezamos con un poco de sal y pimienta, para no llorar. Pero vamos, que vuelve a verlas con detenimiento y luego te pasaré un test a ver si lo has entendido…

8. En relación con la anterior pregunta: ¿O por el contrario vuestro sueño es actuar frente a un público más reducido en espacios más próximos a los espectadores?

Pues mira, te voy a decir la verdad, mi sueño en realidad es actuar todo lo que pueda, me da igual ante cuánta gente. Si me dicen que me queda una sola actuación ante 20 millones me da algo —sobre todo porque no tenemos micros y la voz iba a sufrir mucho con tanta gente—, ahora, si me dicen que me quedan 5.000 actuaciones para cinco pelagatos —pero entregados, eso sí,— pues me hacen un tipo feliz.

9. ¿Cuál sería tu papel ideal? ¿Morirías por interpretar qué personaje y en qué obra?

Pues no lo he pensado nunca, siempre el último papel ha sido mi favorito, aunque morirme… no me he muerto nunca. Lo que sí me pasa en cada proyecto es que me muero —metafóricamente, claro— por interpretar el papel que me ha tocado como nadie lo ha hecho nunca… y a veces lo logro, sobre todo en nuestras obras, que como son estrenos propios, pues nadie más los ha interpretado.

7. Por favor, completa la frase: «Sueño con actuaren el gran auditorio Absurdo frente a 1.000.000 de personas cada día.

10. ¿Cómo ves a Los Absurdos en el futuro? ¿Próximos proyectos?

Lo confieso, me he copiado de Jorge, pero lo del auditorio Absurdo me ha gustado y la cifra me parece que está muy bien escogida. Ni mucho ni poco, una cifra redonda, que después las cuentas no salen con los decimales y esas cosas y que Jorge es el único

Pues a mí me gustaría verme con la misma ilusión y capacidad de trabajo que ahora.

Me gustaría verme pasándomelo tan bien como hasta ahora con nuestras absurdeces, que el coche no se nos estropee y con una melena ensortijada, tipo afro, que es una de las ilusiones que me quedan por cumplir.

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PATRICIA ESTREMERA 1. La pregunta del millón. ¿Cuál fue el con palmeras y un mojito. Bueno, mira, la verorigen de Los Absurdos? Pasabas por allí dad es que lo único que veo claro es el mojito. ¿y el destino hizo el resto?

Y después de dos, ni eso veo claro.

Pues yo pasaba por ahí, miré un poco, sonreí y me quedé. Yo qué sé, me salió así que tampoco soy muy de pensar las cosas. Y ellos no lo dicen porque son tímidos y no tienen el don de la palabra, pero están tan contentos con mi presencia y dependen tanto de mí, que no he tenido más remedio que seguir ahí, al pie del cañón.

Sí, se podría decir que soy casi una heroína, pero mi humildad me impide decirlo.

2. Sabemos que Desnudo nadie es perfecto, pero si pudieras elegir… ¿Desnuda? ¿Vestida? ¿Usas pijama para dormir?

Yo con camiseta —de marca, por supuesto,— abrigadita, pero coqueta, que el estilo se lleva dentro.

Un par de gotitas de Channel número 5 en el cuello y poco más. Y tan mona, que a veces me despierto en mitad de la noche para mirarme en el espejo y luego me vuelvo a la cama con esa sensación de bienestar… ¿sabes?, No, claro, tú no lo sabes, perdón.

3. Cierra los ojos e imagina tu destino ideal de vacaciones. ¿Demasiado al este es el oeste?

Pues veo una playa y un mojito. No, un prado verde y un mojito. No, espera, una montaña y un mojito. No, no, ¡lo tengo!, una isla desierta PopUpTeatro003

4. Los Absurdos desprenden optimismo y buen rollo. ¿Qué os motiva a seguir adelante ese día que os levantáis de color «gris marengo»?

Pues la cosa está difícil, pero no es nada nuevo.

Hace cuatro años el cielo ya estaba gris y nos lanzamos. Hace tres, seguía la tormenta y ahí seguíamos. Hace dos arreciaba la tormenta y nosotros erre que erre. Y ahora, pues ya ni miramos el cielo, nosotros a lo nuestro, que por suerte, nos han parido muy burros.

5. Vuestras obras destacan por su ironía y humor.

Cuando acaba la función, ¿dejas el humor en el teatro o eres así?

Nosotros cuando terminamos la función solemos irnos a tomar algo e invitamos a todo el que quiera venir, y el humor a veces decide venirse y otras quedarse, sin imposiciones.

La invitación siempre está, pero a veces el humor está ocupado o tiene cosas que hacer o ha quedado y no pasa nada. Sin dramas, que no vamos a estar todo el día juntos.

6. ¿Para cuándo un gran drama? Prohibido contestar Manténgase a la espera.

Los grandes dramas es que nos dan pereza, casi preferimos los pequeños dramas cotidianos, 23

que es lo que realmente hacemos y en lo que somos buenos. Deberías ver mi pelo cuando me levanto de la cama, eso sí es un gran drama, pero me da pereza hacer una obra sobre eso.

7. Por favor, completa la frase: «Sueño con actuar en el Templo Absurdo frente a 1.000.000 de personas cada día.

También me he copiado. Se ha notado, ¿no? Bueno, solo una precisión: lo de auditorio Absurdo no me gusta, yo pongo «Templo Absurdo», que mola más. ¿Ves lo que te decía?, estos chicos me necesitan, que no tienen estilo ni nada.

9. ¿Cuál sería tu papel ideal? ¿Morirías por interpretar qué personaje y en qué obra?

Mi papel ideal es el de scottex, el de tres capas, que tengo la piel muy fina. No, en serio, me da igual, salvo el del chino de debajo de casa, que parece lija. Y si hablamos de teatro pues la verdad es que me gustan muchos y, sobre todo, hasta ahora, he disfrutado con todos. Y tengo la suerte de que con Los Absurdos no solo disfruto con los papeles que hago, si no que están escritos pensando en mí, que es un lujo. Y si no, me escribo yo un

8. En relación con la anterior pregunta: ¿O por el contrario vuestro sueño es actuar frente a un público más reducido en espacios más próximos a los espectadores?

infantil y me pongo de heroína, que es lo que más me va.

A mí, en realidad, me da igual porque no los cuento. Yo salgo al escenario y me lo intento pasar bien y que la gente se lo pase bien conmigo. Si son dos, bien; si son doscientos, mejor, que ese día cenamos. Lo importante es que, seamos los que seamos, se genere una complicidad y un clima de esos que te recuerdan por qué te sigues dedicando a esto.

Pues espero que la familia absurda siga creciendo, llenando teatros, conociendo gente que se sume a nuestro universo —como vosotros—, sacando una sonrisa por allí y otra por acá… y, sobre todo, que no tengamos que dar la razón a esa gente empeñada en decirnos que la cultura, que el teatro, que el entretenimiento, son solo cosas de niños.

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10. ¿Cómo ves a Los Absurdos en el futuro? ¿Próximos proyectos?

Entrevista: José Carlos Valencia Fotografía: Jacobo Medrano

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TEATRO O NAVIDAD

JulioROJAS ¿Teatro y Navidad? ¿Teatro en Navidad?

Empezaré por presentarme y luego intentaré encauzarme en el meollo de nuestro arte y estas fechas. Antes de cualquier otra cosa, por muchos trabajos con los que haga malabares, soy actor. Por eso resulta cuanto menos halagador que a uno le pidan escribir unas palabras para que otros las lean. Tienes esa sensación extraña de pensar si lo que uno siente merece ser fijado en un papel para que se trasmita a los otros. Por eso quiero evitar el academicismo, y centrarme o descentrarme en los sentimientos y pensamientos, que tan a menudo se confunden, cuando me paro a reflexionar sobre el teatro, y, ay, la Navidad.

Si es cierto aquello que dicen de que los actores pensamos en imágenes, la primera que me asaltó al presentarme ante este tema, fue la del pequeño árbol de navidad que toma su foco entre la colosal escenografía del Fausto que Tomaž Pandur ha presentado (y polarizado, marca de la casa), en el Teatro Valle Inclán, y que estará esta Navidad en cartel. No creo que Pandur dé puntada sin hilo. Soy de los que 26

piensan que la cantidad de estímulos visuales o performativos que presenta en sus montajes siempre tienen una lectura poética, sensorial o emocional (a elegir por el espectador). Este pequeño árbol, manejado a la manera de un avatar por el actor Rubén Mascato (que hace con su único elemento un trabajo excepcional), creo que cumple una función principal en la lectura de la obra. En esa lectura, como muchos ya saben, Mefistófeles se ha convertido en una lóbrega y decadente familia compuesta por una padre, una madre, un hijo y una hija. Y el árbol, permanente y obsesivamente atildado por Mascato, se hace presente en sus estampas familiares y navideñas más reconocibles: la familia sentada alrededor de él, los niños a los pies del árbol, la madre y el padre bebiendo una copita (ponche, o vino dulce, debería ser; aquí es sangre, claro). Lo que Pandur quiere contar —o lo que yo quise ver, siempre existe en el teatro esa hermosa libertad—, es el convencionalismo de una familia, que por mucho que represente el mal absoluto, es una familia al fin y al cabo, como cualquier otra.

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Es su particular e irónica visión del clan familiar y de su reunión (forzada o no) en estas fechas señaladas: lo mismo da que sean demonios, o que, ya plegándonos más a la realidad, unos voten a Podemos y otros a Izquierda Unida; o en casos ya más avejentados, elijan PP o PSOE; o que los descendientes estén sin trabajo; que la abuela le pegue demasiado al jerez; que los padres estén a en realidad en vilo por el futuro incierto de los hijos, que, maldita sea, ¿eligieron? ser actores. La conclusión es que en la Pascua, hay que

sueña con un futuro mejor o sanguinario; siempre debe ocurrir en el presente de la escena, en ese momento, en lo que esté pasando en el zootropo de gente con vida en el que se convierte el escenario. Si esto ya es difícil, ejercer de actor en la vida cotidiana y tratar de vivir el presente, es toda una hazaña. Y en Navidad, inevitablemente, miramos atrás e intentamos elaborar un plan hacia el futuro.

Teniendo en cuenta lo incierto de nuestra situación, va a ser mejor tratar de vivir el presente. La escasa e inherente seguri«Fausto» © Aljoša Rebolj

juntarse, hay que celebrarse entre bombones, langostinos y los eternos especiales navideños de la tele, hay que celebrar que estamos juntos, que seguimos vivos, que formamos todos ese grupo tribal unido por la sangre. Es un paréntesis entre la rutina de un año al que ahora hay que mirar para reflexionarlo; y el siguiente, sobre el que establecer unos propósitos para, si se puede, cumplirlos.

Al hilo de esto último, empiezo otro párrafo con otra verdad universal sobre lo que hacemos los actores: se supone o se espera que, en escena, siempre vivamos el presente. Incluso cuando en un monólogo recordamos un hermoso o traumático hecho pasado del personaje; o cuando este PopUpTeatro003

dad en nuestra profesión está mermada hasta la agonía por capricho de nuestros dirigentes, tan zoquetes como absurdos.

Pero estamos en Navidad, así que no alberguemos malos pensamientos, sino buenas esperanzas; que desaparezcan pronto, por ejemplo… que se aprecie el teatro pero no solo en nuestra ciudad, la capital y hervidero cultural del país, sino en cualquier lugar de España. Y eso solo se consigue desde una educación temprana para el pensamiento en la que el teatro no sea «ese lugar en el que hablan raro», sino «ese lugar en el que ocurren cosas excepcionales». Pediré esto como deseo para el año nuevo. Atusaré el árbol de Navidad, pondré un nacimiento que no deje 27

lugar para nada más en mi casa, y seré generoso con la comida para los camellos y el vino para los Reyes Magos. Pero este deseo TIENE que ocurrir.

No puedo hablar de teatro sin hablar de la gente con la que lo comparto, lo vivo, lo disfruto, lo sufro, lo creo… gente a la que quiero y admiro, como la dramaturga María Velasco, a la que me permito robarle estas frases que escribió para inaugurar el curso presente en la Real Escuela Superior de Arte Dramático: (…) Porque vivir del teatro, vivir para el teatro, vivir en el teatro, es hacerlo en la emergencia. Creo que los artistas hemos de ser lo que Aristóteles dice de los personajes: constantes aún en la inconstancia. Vamos a quitarle la razón al ministro de Educación Wert que dijo que «los estudiantes no deben estudiar lo que quieren sino lo que les emplee». El teatro más que una forma de ganarse la vida es una forma de vivir.

La emergencia y la resistencia. Voy a evitar mirarme el ombligo valorando lo que he hecho en 2014, y voy a tratar de recor-

dar lo que he visto: En defensa, Günter; un destripador en Viena, Cliff, Manlet, Cuando deje de llover, La llamada, Las plantas, Marca España, Fausto, Periodo de Reflexión, Perfiles, Cenizas, Lo último que quiero, Cerda, Infamia, La cena del Rey Baltasar, Desnudado a los clásicos… La mayoría de estos montajes no todo el mundo los conocerá, o tal vez no los recuerden. Muchos de ellos apenas se habrán visto. Pero casi todos representan aquello de lo que María Velasco habla, del teatro como forma de vivir, como ejercicio vocacional y de resistencia, como constancia en una ilusión, por impalpable que esta sea.

Vuelvo a la imagen del árbol de Navidad.

Qué frágiles son sus adornos, cristales suspendidos en el aire. Qué frágiles son nuestras ilusiones, suspendidas en el tiempo. Pero eso no significa que no podamos tenerlas. Ya que es Navidad, que nadie nos ponga cara de poker cuando nos pregunten en qué has trabajado/vas a trabajar en 2014 y 2015 respectivamente. Hemos trabajado y disfrutado de aquello que más amamos. Y el año que viene, volveremos a poner el árbol.

«La Cena del Rey Baltasar" © Guillermo Casas

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NAVIDADES

TRAGICÓMICAS

CarlosALONSO CALLERO Querido lector, hoy te explicaré la Navidad. Una fiesta que se inventaron los grandes almacenes para ganar dinero.

Todos los años celebran el nacimiento de un niño parido por una virgen fecundada por una paloma (todo muy raro, como en un espectáculo de Angélica Liddell) y que terminan asesinando en Semana Santa.

El tal Jesús era un político incómodo al que invitaron a abandonar su escaño y por esto, y por el turrón, a nuestro planeta le cuesta girar sobre sí mismo ya que gana peso.

Las navidades son un cúmulo de solidaridad y amor. En estas fechas Hamlet siempre hace las paces con su tío. El enemigo del pueblo se transforma en amigo. Los personajes de Thomas Bernhard cenan felices frente a Hendelplatz y el tiempo de los Conway se llena de luces y de árboles con regalos envueltos por Peer Gynt.

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Estas fiestas en honor al nacimiento del ungido son celebradas por Vania y su sobrina bajo los cerezos, en espera de que lleguen las tres hermanas a Moscú. Sarah Kane, Koltés y Müller nos traen oro, siempre oro desde el cielo de los diálogos.

Y los mortales montamos el Auto de los Reyes Magos.

Lope escribe obras como polvorones y Calderón nos alecciona en la misa del gallo.

Las mujeres de Lorca dejan de derramar sangre y reparten besos a sus verdugos.

Todo en quince días de consumismo desenfrenado que nos hace más tristes y más hipócritas cada año.

Yo quiero que en estas fiestas os regaléis entradas al teatro y literatura dramática.

Le pediré a Santa Claus que baje el 21% de IVA. No quiero que los dramas clásicos se vuelvan de mazapán y me suban el azúcar.

29

Fernando J.L ÓPEZ A proósito de tu próximo estreno, ¿qué hecho considerarías el gran Tour de force del panorama actual?

Seguir estrenando teatro a pesar de una política cultural que no apoya a los creadores ni a los dramaturgos españoles contemporáneos y que, además, convierte la labor de la producción en una empresa quijotesca por culpa de un 21% de IVA abusivo e impensable en el resto de Europa. ¿Qué palabra te describe mejor: educador, maestro o profesor?

Ninguna de las tres. Intento ser un poco de cada una de ellas, pero en realidad la palabra que mejor me define es escritor. En la escritura —y en su proceso de indagación— es donde encuentro no solo mi parte literaria, sino también mi parte educativa. Lo que transmito tiene que ver con lo que escribo y con el proceso que me lleva a ello.

¿Qué serías de no haber sido lo que eres?

No creo que lo que soy se pudiera haber evitado. Hay oficios, como la escritura, que forman parte de nuestra naturaleza.

En mi caso, me recuerdo escribiendo desde muy niño y mi primera novela llegó con 18 años... Seguro que podría sobrevivir haciendo muchas otras cosas, pero solo como algo alimenticio, el modo de poder seguir siendo lo que soy. ¿Lápiz, boli o pluma?

Lápiz, siempre. Es raro que no tenga uno conmigo cuando salgo de casa. ¿Qué palabra no usarías nunca en una obra teatral?

En mi teatro intento abrirme a todo lo que sucede y nos rodea, por eso cualquier palabra es posible en boca de mis personajes. Nunca les censuraría. A los personajes teatrales hay que darles vida, no hilos que los vuelvan simples marionetas.

lisis más lúcidos y sangrantes de nuestra contemporaneidad. Y, por cierto, a ver si alguna editorial se anima a encargar una traducción y una edición que esté a la altura del texto original. ¿Qué color podría describir mejor a tus obras?

El rojo, supongo. Porque en ellas se combina la pasión y el análisis de las emociones personales (ya sea en comedias como De mutuo desacuerdo, en dramas como Cuando fuimos dos o en monólogos como uno de mis próximos proyectos, Los amores diversos) con el rojo de la beligerancia y de la denuncia social e incluso histórica (en monólogos como Tour de force o en comedias ácidas como Darwin dice).

Un poeta, un novelista y un dramaturgo imprescindibles.

Luis Cernuda, Doris Lessing y Samuel Beckett.

Una palabra para el teatro español.

¿Un escondite favorito?

Ecléctico.

Ciertos cafés en ciertas calles madrileñas, pero —para que sigan siendo mi escondite— me reservo sus nombres... ¿Qué obra de teatro recomendarías leer? ¡Tantas...! En primer lugar, recomendaría leer teatro. Así, en general. Porque aún cuesta ver lectores de teatro en el metro o en el autobús, frente al consumo masivo de la novela. Por no hablar de la invisibilidad de las publicaciones teatrales en las temibles listas de lo mejor del año... Editoriales como Antígona, Ñaque o Irreverentes sí están apostando por fomentar una cultura de la lectura teatral que, lamentablemente, no está cimentada en España. Y en cuanto al título, quizá recomendaría la lectura de Roberto Zucco, de Bernard-Marie Koltes, uno de los anáPopUpTeatro003

Papá Noel, los Reyes Magos o los padres.

Los Reyes Magos. Algo de mí echa de menos esos tiempos en los que era sencillo creer en la magia... ¿Cuál sería tu deseo para estas navidades?

Que en 2015 se vuelva la mirada hacia todo lo que la crisis ha destrozado: educación, sanidad y cultura. Solo si recuperamos lo perdido podremos caminar, de verdad, hacia delante. ¿Nos regalas una pregunta para nuestro próximo personaje entrevistado? ¿Qué obra teatral te habría gustado escribir y por qué?

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EMBARRARSE DE LA MANO DE SHAKESPEARE

Pop Up Teatro

por el mundo LauraSILVA

Dramaturga, directora, actriz, reggiseur.

Docente especialista en la obra de William Shakespeare. Miembro de la International Shakespeare Association. Colaboradora de la Cambridge University Press.

Shakespeare me tomó por asalto a mis 20 años. Fue un rapto feroz que me introdujo en su mundo de placeres oscuros y exaltaciones luminosas para siempre.

Fue en el último año de cursada en la Escuela Nacional de Arte Dramático de Buenos Aires, finalizando mis estudios de dirección teatral. Y fue con un Hamlet.

La soberbia de mi temprana edad no me permitió ver, a Dios gracias, que estaba introduciéndome en un laberinto de espejos tan complejo a la vez que simple, como la vida misma.

Sumo ya 43 años y cada día de mi vida siento que no me va a alcanzar lo que me reste de vida, a pesar de haber decidido vivir hasta los 90 años, bucear en todos los mares que Willie ha creado.

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Entonces, tuve que decidir en ese momento, 23 años atrás, de qué manera iba a convivir con él, el único hombre con quien he dormido todas las noches de mi vida. Y solo por el deseo de hacerlo.

El primer trabajo, Hamlet, fue casi una osadía propia de una jovencita ariana y audaz que creía que se comía al mundo a mordiscones. Y que ese mundo le pertenecía. Hubo más intuición y un flujo de sensaciones que un estudio acabado de la obra. Pero por sobre todas las cosas, actué con audacia y hasta diría que con irrespeto.

El mismo que 23 años después sigo ejerciendo.

Utilicé recursos de supresión de textos resignificado en imágenes. La música como elemento unificador y de generación de emociones y la luz. Siempre la luz y los claroscuros que aprehendí luego y que llegaron a su paroxismo en estudio de la obra completa de Caravaggio.

Pero por sobre todas las cosas, tuve que versionar. Reescribir Hamlet.

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«Economía, Horacio», dice el príncipe Danés. Y yo le hice caso.

Pero versionar no es reducir. Es reinterpretar y hacer una toma de partido concreta, elegir el eje central del discurso y poner todas las fichas allí. Jugar un pleno donde se puede ganar o perder. Todo.

Con Hamlet elegí trabajar como eje la corrupción estatal que yo vivenciaba a diario en mi país. Los malditos noventas y la obscena corrupción de quienes nos gobernaban en ese entonces.

Y así, fui descubriendo que soy una mujer que vive en Argentina, en la ciudad de Buenos Aires y que Shakespeare me daba la posibilidad —tal como lo hizo él mismo en su tiempo— de contar mi «aldea» a través de historias en apariencia lejanas.

Entonces sobrevinieron otras versiones y otras direcciones y también actuaciones donde siempre elegí contar lo propio. Lo público y lo privado.

Entonces sobrevino un Ricardo III con Clowns, en el post-crack del año 2001, donde el discurso de centró en el hartazgo de una clase dirigente perversa y ajena. Tanática.

Luego un Otelo ambientada en la Buenos Aires de 1940 donde aún estaban instaladas las mafias italianas en mi ciudad; un Macbeth atemporal dirigido a un público muy joven y lamentablemente muy alejado del teatro. Una versión de La violación de Lucrecia primero escrita para un público romano y luego reescrita para un público porteño. Un Antonio y Cleopatra en clave de tango contando el robo de identidad de los niños sustraídos a los padres luego desaparecidos. Un Romeo y Julieta en formato de barriadas, donde Fray Lorenzo es un cura tercermundista que trabaja en las llamadas «villas» de mi ciudad. Un Tito Andrónico que muestra el aplastamiento a los suburbios por parte de los factores de poder político económicos, entre otras.

Entonces, se dice por ahí, que me dedico a mostrar un Shakespeare latinoamericano.

Lo que sí sé, es que me dedico a un Shakespeare popular. Al que para mí es el verdadero y más auténtico Shakespeare. Me esfuerzo y trabajo muy duro en mostrar su lado B. El 38

que debería ser, según mi parecer, su lado A. La desacralización del bardo. ¡Bájenlo del mármol, que está vivo!

Y porque está vivo nos conmueve. Y cada vez que le meto mano y me embarro hasta los codos, me enamoro de él como el día en que me raptó más de dos décadas atrás.

Este año que concluye se cumplieron 450 años de su nacimiento. Buenos Aires se engalanó con Shakespeare (parece que algunos se dieron cuenta de que era un evento que podía generar algunas ganancias). El lamentable resultado fue que se hicieron decenas de puestas de las cuales puedo destacar solo dos. Una versión de As you like it y otra de Otelo. El resto, se han quedado en la piedra.

En el mármol.

Pero que dos puestas hayan hecho «tanto ruido (y con muchas nueces)», es gratificante. Y los intercambios que realicé este año con teatristas de otras regiones de Latinoamérica han sido sumamente enriquecedores.

Como dije antes y mencioné en una editorial de un diario de Buenos Aires «hacer un Shakespeare siempre es penetrar en la médula de la esencia humana y, para eso, hay que ensuciarse las manos».

En estos 23 años, aprendí, aprehendí, enseñé, conocí, leí, escribí, actué, dirigí, versioné, produje y viajé. Siempre de la mano de Willie, que es como me gusta llamarlo.

Y cada día de mi vida, siento y sé que ese derrotero recién comienza.

Buenos Aires, Argentina Noviembre de 2014

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Hablando con...

un librero en Madrid

ClementeGARCÍA No se sabe bien si la gente lee o no, el caso es que hay tiendas en las que se venden libros. Sí, libros, en papel. Todos hemos tenido alguno en nuestras manos, hemos pasado los dedos por sus páginas y nos hemos impregnado de sus aromas.

Algunos, más osados, los han leído. También hay rumores que aseguran que alguna gente los regala por Navidad.

Las librerías. Las que quedan, (unas agazapadas entre las calles, otras orgullosas retando a los bares de copas), son como un refugio analógico en mitad de una guerra tecnológica. Se esfuerzan por brillar más que el alumbrado festivo y chillón de las calles de estas fechas para atraer a sus puertas posibles clientes. A veces hay que salivarse el dedo un poco para pasar de página, no basta con deslizarlo por la pantalla. Hablar y mirar, ser mirado unas veces y creer ser mirado otras. Encontrarse con sorpresas y viajar en recuerdos con los estímulos que sugiere un título o una portada. Acordarte de un viejo amigo con el que compartías esa edición bilingüe de Hamlet en el instituto.

Entre restaurantes de wok, chupitos graPopUpTeatro003

tis, adoquines mal calzados, personas con cuernos de reno en la cabeza, o sombreros de abetos de espumillón conseguirás llegar a Con Tarima. Pasas casi sin querer, te han hablado ya de esta librería nocturna, abren hasta la 1:00 el fin de semana, no sabías exactamente dónde estaba y tampoco sabes si sabrías volver. Al lado del Teatro Español, es verdad, al ladito de la Plaza de Santa Ana. ¿Qué hace una librería abierta a esta hora? No hay best sellers en el escaparate. Declan Donellan, Peter Brook, Frank Zappa. ¿¡Vinilos de Johnny Cash!?

Te puedo recomendar algo si quieres—para regalar en estas fiestas—, acaba de salir en Siruela la reedición de Misterio Bufo de Darío Fo, brutal, el otro día hicimos aquí la presentación con Leo Bassi y con Ignatius Farray, el monologista de la barba. ¿Aquí?

Sí, es que lo cambiamos todo, quitamos las mesas del café, subimos más sillas y queda un espacio muy majo para los conciertos y los espectáculos que hacemos. ¿Se venden libros? Pues sí, la verdad que sí. ¿Y de teatro?, también. ¿No te apetece 39

llevarte este ejemplar de La historia de Cardenio? Es tan bonito, ¿verdad? La verdad que hay bastante libro de teatro merecedor de nuestro esfuerzo económico.

Mira, mira esta editorial, Antígona, están especializados en teatro, sí, en serio, y acaban de publicar la última obra de Fernando Arrabal, El impromptu tórrido del Kremlin. ¿Por qué me miras así? También tienen la última de Miguel del Arco, Misántropo. Las chicas de Continta me tienes editan unos libros maravillosos sobre artes escénicas en su línea más contemporánea, El sacrificio como acto poético de la Liddell es su último libro, un ensayo de una de las artistas más controvertidas de la escena española. Luego las obras de Wajdi Moawad, el de Incendios, en KRK Editores o la obra completa de Juan Mayorga en La Uña Rota son verdaderas joyitas. Muchacho vámonos de aquí que me llevo algo.

Bueno, sino quieres llevarte algo para ti, seguro que tienes que hacer algún regalo,

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Navidad, Reyes, amigo invisible, ya sabes. ¿A qué hora cerráis? Hoy a la una. ¿Hasta la una estáis? Sí. ¿Y la gente compra libros a esas horas? Pues sí, alguno compran. ¿Y por qué abrís hasta tan tarde? Porque estamos muy locos.

La librería Con Tarima en la calle Príncipe cumplió en diciembre un año. La hermana pequeña de Sin Tarima, la complementa en secciones y se centra en las disciplinas artísticas como el teatro, el cine, la pintura, la arquitectura, la música o la moda. En poco espacio se concentran una cuidada selección de libros, discos y vinilos, así como una parte de cafetería con más de 20 infusiones y repostería casera para quedarse a vivir allí.

Si te has cansado de regalar y de que te regalen ropa, quizá aquí encuentres una opción original: «Regalar Teatro». El cotilleo, los husmeadores y las comidas son bienvenidos, ¡ah!, y los lectores también, claro.

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MAZAPÁN O TURRÓN. ESA ES LA CUESTIÓN

JónathanFERNÁNDEZ PÉREZ Hay una tradición más o menos asentada en nuestros escenarios, que es la función especial de Nochevieja, algo que entiendo yo que tiene sus ventajas e inconvenientes.

No es lo mismo que una comedia musical interrumpa la función coincidiendo con las doce campanadas, que nueve señoras enlutadas paren la pertinente representación de La casa de Bernarda Alba, para que copa de champán en ristre nos deseen Felices Fiestas al respetable, y poco después sigan sufriendo como condenadas por los ardores propios y ajenos que Pepe El Romano las infunde.

Hay cosas que caen por su propio peso, pero intuyo que los responsables del Hamlet dirigido en 1961 por José Tamayo en el Teatro Español, no calcularon muy bien esta cuestión, como a continuación relataré.

Hacer una función especial de fin de año de una obra tan alegre como Hamlet, en la que la palman hasta los técnicos de PopUpTeatro003

luces, se me antoja profundamente desafortunado, algo que el protagonista de este Hamlet (Adolfo Marsillach) compartía conmigo, o yo con él.

El poco amigo de chanzas Marsillach, estaba que se lo llevaban los demonios el 31 de diciembre de 1961, ante el papelón que suponía interrumpir la función para tomarse las uvas, teniendo en cuenta la complejidad del personaje que le había tocado en suerte.

En la famosa escena en la que Hamlet habla con el espectro de su padre, el actor que hacía de padre, quizás alegre por los buenos augurios que el año 1962 prometía, hizo un mutis glorioso con la siguiente frase: —¡Adiós, hijo mío!… y ¡FELIZ AÑO NUEVO! En ese preciso instante, se abrió el cielo, un rayo en forma de fulminante mirada por parte de Adolfo cayó sin la más mínima piedad, y el desafortunado papá de Hamlet, huyó de escena como alma que 41

lleva el diablo, atrincherándose en su camerino hasta que el Príncipe de Dinamarca se hubo calmado de su principesca ira.

Desconozco quién hizo de rey muerto el día uno de enero, pero lo que si sé, es lo muy a pecho que se tomó Marsillach el

asunto, ya que cuarenta años después todavía contaba esta historia ligeramente cabreado en sus estupendas memorias.

Como a mí no me ha tocado ser el finado Rey de Dinamarca, y esto no es Hamlet, os puedo decir bien alto y sin ningún miedo a maldiciones escénicas…

¡Feliz Navidad, Feliz 2015 para todos y Feliz Teatro para el año próximo!

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