La Educacion Superior en Chile - OCDE

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262 – FINANCIAMIENTO •

Finalmente, como se describe en el Capítulo 3, Chile tiene una variedad de programas de ayuda a los estudiantes, para aumentar la equidad (dos programas de donaciones, diez programas de becas y dos programas de créditos estudiantiles separados). El nuevo programa de créditos estudiantiles (CAE) presenta tres rasgos positivos. Primero, permite al gobierno captar capital privado de manera significativa. En los dos primeros años de funcionamiento (2006 y 2007), se otorgaron casi USD 200 millones en créditos a los estudiantes, mientras había una contribución del gobierno de sólo USD 28 millones, lo que representa un coeficiente de captación de 1 a 7.1. En segundo lugar, cambiar la responsabilidad de la garantía por morosidad a las universidades mismas, ayuda a los estudiantes de bajos ingresos a tener acceso a créditos, sin la barrera de la garantía que implican los programas de crédito universitario en muchos países. En tercer lugar, al vincular la acreditación institucional a la participación en el proceso de acreditación del gobierno, apoya indirectamente el aseguramiento de la calidad del sistema de educación superior.

A un nivel sistémico, la arquitectura financiera del sistema de educación superior en Chile se puede describir como un montaje de tres pilares. Los derechos de las universidades del CRUCH representan cerca de un tercio de todo el financiamiento público (32.3%); un quinto (19.0%) es asignado a través de mecanismos basados en el desempeño tales como la fórmula de financiamiento (5% de AFD), los fondos de inversión competitiva (principalmente MECESUP) y los fondos competitivos de investigación (CONICYT); finalmente, casi la mitad de los recursos (48.7%) son asignados a través de los alumnos o en relación a ellos mismos (AFI, becas y préstamos) quienes, a su vez, pagan aranceles a las instituciones donde eligen estudiar. Sin embargo, los diversos mecanismos de financiamiento tienen varias características negativas. El tema más importante está relacionado con el AFD, el presupuesto de contribución directa a las 25 universidades del CRUCH. La mayor parte del AFD (95%) se distribuye sin criterios objetivos; sólo una pequeña parte (5%) se asigna siguiendo una fórmula que reconoce principalmente el desempeño de las universidades en investigación, concentrándose en el número de personal docente con grados académicos avanzados y producción científica medida por el número de publicaciones por cada investigador. La Figura 8.8, que entrega información sobre la asignación por estudiante para cada universidad, muestra claramente la gran disparidad entre las instituciones beneficiadas. La asignación anual por estudiante varía entre USD 233 y 2 500. La Universidad de Talca, que está en primer lugar de la lista de receptores, LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN CHILE – ISBN 978-92-64-05414-1 © OCDE Y EL BIRD/BANCO MUNDIAL 2009


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