Edición especial - Benedicto XVI

Page 1

Benedicto XVI

(Joseph Aloisius Ratzinger)

(16 de abril de 1927 - 31 de diciembre de 2022)

Para la Iglesia, ha sido una gran pérdida…, pero ahora, en la gloria de Dios, hemos ganado un intercesor

(Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta)

Fecha de nacimiento: 16 de abril de 1927 Lugar de nacimiento: Marktl am Inn, Alemania Nombre de nacimiento: Joseph Aloisius Ratzinger Padre: Joseph Ratzinger, policía Madre: María Rieger

Educación: Universidad de

Munich, doctorado en Teología, 1953 Pontificado: 19 de abril de 2005 al 28 de febrero de 2013 (Fue el primer Papa en dimitir desde el Papa Gregorio XII, en 1415). Nombre escogido para el pontificado: Benedicto XVI Fecha de fallecimiento: 31 de diciembre de 2022

Periódico La Verdad Diócesis de Cúcuta Emisora Vox Dei www.periodicolaverdad.com www.diocesisdecucuta.com www.emisoravoxdei.com Dirección: Calle 9 # 8-87 Barrio El Llano 607 572 4601 321 473 9175 V A L O R $1,000 EDICIÓN ESPECIAL Nº 29 DOMINGO 8 DE ENERO DE 2023 | SAN JOSÉ DE CÚCUTA, NORTE DE SANTANDER, COLOMBIA | FUNDADO EN 1956
PUBLICACIONES LA VERDAD | ISSN: 23462981

El Ministerio Petrino en la Iglesia Católica se fundamenta en el texto bíblico del Evangelio de san Mateo que enseña: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 18). Con esta certeza que proporciona la Palabra de Dios, comprendemos que la misión que desempeña cada uno de los Pontífices de la Iglesia Católica, es una elección de Dios que responde a su voluntad y al plan de salvación para la humanidad.

Como fieles bautizados, creyentes en Cristo, estuvimos unidos en oración desde el pasado 28 de diciembre, cuando conocimos la noticia que Su Santidad, el Papa emérito Benedicto XVI, experimentaba complicaciones en su salud. Después de su partida a la Casa del Padre, el sábado 31 de diciembre de 2022, queremos presentarles a los bautizados de la Diócesis de Cúcuta esta edición especial del Periódico La Verdad, como un homenaje de esta Iglesia Particular, a quien fue el sucesor de Pedro y Vicario de Cristo desde el año 2005 a 2013.

Joseph Ratzinger sufrió los horrores y las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, experiencia dolorosa, que le dio la fuerza interior y la luz necesaria para rechazar, desde su magisterio, el nazismo y todas las políticas que atentan contra la libertad y los derechos humanos. Decía en Auschwitz: “Hablar

“Yo no me preparo para un fin, sino para un encuentro”: Benedicto XVI

en este lugar de horror, cúmulo de crímenes contra Dios y contra los seres humanos sin igual en la historia resulta casi imposible. Es especialmente difícil y opresivo para un Papa que viene de Alemania”, lo que le permitió en su humildad como persona, ver de cerca la miseria humana causada por el pecado y el horror de la guerra, para enfrentarlos con decisión y claridad.

Recordamos al Papa emérito Benedicto XVI, como un hombre de fe profunda, amor al estudio, dedicado a la academia y de gran producción intelectual, que aportó fe y doctrina en diversas etapas de su vida, dejándonos un legado del que todos nos beneficiamos, porque con su doctrina profundizamos más en la fe en Nuestro Señor Jesucristo. Su experiencia cristiana, recibida desde el hogar y vivida con gran fervor, le llevó a entender la fe como un encuentro personal con Jesucristo que debe ser anunciado: “No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no se guarden a Cristo para ustedes mismos. Comuniquen a los demás la alegría de su fe. El mundo necesita el testimonio de su fe, necesita ciertamente a Dios” (Mensaje a la juventud en Madrid), enseñándonos que el cristiano no se prepara para un fin de la vida, sino que la fe en Jesucristo prepara al creyente para un encuentro con Él.

los esperó, los ejerció con generosidad, serenidad y humildad, pero también con seriedad y determinación, mostrando con ello que su único deseo siempre fue ser “un humilde servidor de la viña del Señor”, como lo afirmó el día que fue elegido Papa en el año 2005.

Inició su servicio prominente en la Iglesia como asesor teológico del Concilio Vaticano II, brillando por su grandeza intelectual. Posteriormente fue Arzobispo de Munich y Frisinga (Alemania); Cardenal, Prefecto para la Doctrina de la Fe y decano del Colegio Cardenalicio.

“La entrega y vocación que encarnó en su misión, fue un gran testimonio para la Iglesia, ya que desde muy joven recibió encargos de gran responsabilidad”.

A pesar de su admirable capacidad intelectual, su humildad era lo que más brillaba en su persona. Fue claro e íntegro en sus declaraciones, habló de forma certera, denunciando desde el Evangelio los terribles males que aquejaban en su momento al mundo y a la fe cristiana. Su humildad fue gracias a la indiscutible confianza en el Señor, haciendo en todo la voluntad de Dios, que guio su ministerio desde el momento de su ordenación sacerdotal en el año 1951.

en su gran bondad y proveyendo lo mejor para su Iglesia, concede para cada tiempo los pastores eximios a la altura de las exigencias de las épocas, y desde los carismas que el Espíritu Santo infunde en ellos, sirven oportunamente para seguir guiando la Iglesia, en medio de muchas tormentas que la intentan derrumbar.

Damos gracias a Dios por la vida y testimonio de Su Santidad, el Papa emérito Benedicto XVI, y nos unimos en oración constante con toda la Iglesia Universal, para que esté gozando de la gloria de Dios que predicó con fe y que explicó con la razón a través de sus escritos.

La entrega y vocación que encarnó en su misión, fue un gran testimonio para la Iglesia, ya que desde muy joven recibió encargos de gran responsabilidad, que, aunque nunca

Pbro.

Para la Iglesia ha sido una gran pérdida, un hombre de fe, que, desde su servicio eclesial y la producción intelectual, contribuyó para que el Evangelio de Jesucristo fuera comprendido en los diversos ámbitos en los que se mueve el ser humano. Ahora, en la gloria de Dios, hemos ganado un intercesor que pedirá al Señor, para que la Iglesia, en salida misionera, continúe su misión anunciando a Jesucristo. El Señor

Pidamos al Señor que siga guiando a la Iglesia por caminos de fe, esperanza y caridad, de manera que todos nos sintamos protegidos por la gracia de Dios y así, caminemos juntos, en salida misionera, como hijos de Dios, en el Proceso Evangelizador de nuestra Diócesis, hasta que lleguemos un día a gozar de la plenitud de Dios en su gloria. Que la Santísima Virgen María y el glorioso Patriarca san José, alcancen del Señor todas las gracias y bendiciones necesarias, para que practicando la enseñanza que nos ha dejado el Papa emérito Benedicto XVI, podamos crecer en santidad y nos preparemos también nosotros un día no para un fin de nuestra vida, sino para un encuentro con el Señor.

En unión de oraciones, reciban mi bendición.

Tel.: 607 572 4601 - Cel.: 321 473 8952

2 ESPECIAL BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023
Presidente Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta Director Diego Eduardo Fonseca Pineda Equipo de Redacción C.S. Isabel Obando Sepúlveda Diseño y diagramación Harold Antonio Castellanos Mojica Fotografía CCDC / Internet Impresión Vanguardia Liberal Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta

"La fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona"

Escritos de Joseph Ratzinger - Benedicto XVI

Joseph Ratzinger: “Estudiante en la Universidad de Munich, ordenado sacerdote en 1951, profesor de teología sucesivamente en Bonn (1958), Münster (1963), Tübingen (1966) y Regensburg (1969), publica varios tratados de teología, entre los que destaca su Introducción al cristianismo’ (1ª. edición alemana en 1968). Durante el Concilio Vaticano II, actúa como consejero del cardenal Frings, y colabora estrechamente con K. Rahner

Como Obispo y Cardenal escribió numerosas obras, entre las cuales destacamos:

El camino pascual

Joseph Ratzinger, Biblioteca de autores cristianos, 1990.

Ejercicios espirituales dados en el Vaticano en presencia de Su Santidad Juan Pablo II.

Una mirada a Europa

Joseph Ratzinger 1993.

Presentó los retos que la Iglesia y la sociedad europeas tienen tras el colapso del marxismo. Europa parece condenada a la decadencia, vaciada por dentro, sin fuerza espiritual y sin niños, forzada a someterse a unos trasplantes que anularían su identidad.

La meditación cristiana

Joseph Ratzinger, editorial: Palabra, 1994.

Estas meditaciones sobre Dios Uno y Trino y sobre la encarnación de Dios en Cristo, tienden un puente entre la reflexión teológica más teórica y la vida de

en la elaboración de documentos contra los criterios y métodos del Santo Oficio, y en favor de las posiciones más reformistas. En 1977 es nombrado por Pablo VI arzobispo de Munich. Desde noviembre de 1981, en que Juan Pablo II le nombra Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, asume varios y destacados procesos de investigación y control de la ortodoxia. Es elegido Papa en abril de 2005, adoptando el nombre de Benedicto XVI.

fe concreta. Las tres partes que componen este libro se ocupan de las tres grandes afirmaciones de la fe cristiana. La primera se centra en Dios como unidad plural; la segunda afirma la encarnación y la resurrección de Jesús, el Cristo; la tercera reflexiona sobre el Espíritu santo como fuente y término de la esperanza humana.

Introducción al Catecismo de la Iglesia Católica (2ª ED.)

Joseph Ratzinger, editorial: Ciudad Nueva, 1995.

Este libro recoge los artículos de Joseph Ratzinger del nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, se produce una introducción rigurosa de carácter teológico, cuya finalidad es introducción al Catecismo de la Iglesia Católica.

La mia vita

Homilías sobre la Virgen y algunos santos.

María, Iglesia naciente

Joseph Ratzinger y Hans Urs Von Balthasar, Encuentro, 2002.

La Iglesia experimenta concretamente lo que es y debe ser al mirar a María. Ella es su espejo, la medida pura de su ser, porque es totalmente a la medida de Cristo y de Dios, está plenamente habitada por Él. ¿Y qué sentido tiene el que exista una Iglesia, si no es el de convertirse en morada de Dios en el mundo?

La Teología de la historia de san Buenaventura

Joseph Ratzinger, Encuentro, 2004.

“Toda nueva renovación de la Iglesia puede partir sólo de aquellos en los que vive la misma humildad decidida y la misma bondad dispuesta al servicio”.

Edición San Pablo, 1997. Autobiografía de Joseph Ratzinger.

De la mano de Cristo

Joseph Ratzinger: EUNSA Ediciones Universidad de Navarra, S.A., 1998.

La cuestión de si el cristiano puede pensar en una plenitud intramundana, de si sería posible algo así como una utopía cristiana, una síntesis entre utopía y escatología, puede designarse, quizá acertadamente, como el núcleo teológico del debate en torno a la teología de la liberación y a los movimientos espirituales.

Quien haya vivido en Colonia, la XX Jornada Mundial de la Juventud, puede afirmar que esta, como las que la han precedido, ha constituido una gran experiencia de fe, no solo por el número y el entusiasmo de los participantes, sino por la autenticidad y vivencia de la oración.

Elegido Papa en abril de 2005, adoptando el nombre de Benedicto XVI

Juan Pablo II

Benedicto XVI, editorial: San Pablo, 2007.

Juan Pablo II y Benedicto XVI, tienen muchos puntos en común. Son casi coetáneos, los dos nacieron en Europa Central, sobrevivieron en frentes opuestos a la II Guerra mundial y participaron juntos en el Concilio Vaticano II. Después colaboraron en Roma durante casi un cuarto de siglo.

3 ESPECIAL BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023
La Revolución de Dios Joseph Ratzinger, editorial: San Pablo, 2005.

Jesús de Nazaret (1ª ED.). Desde el Bautismo de Jesús a la Transfiguración.

Joseph Ratzinger - Benedicto XVI, septiembre de 2007.

“Este libro sobre Jesús, es fruto de un largo camino interior. He decidido publicar esta primera parte con los diez primeros capítulos, que abarcan desde el Bautismo en el Jordán hasta la confesión de Pedro y la Transfiguración”.

Jesús (ED. Ilustrada)

Benedicto XVI, editorial: La Esfera de los Libros, 2008.

Una edición de lujo. “He intentado presentar al Jesús de los Evangelios como el Jesús real, como el “Jesús histórico” en sentido propio y verdadero. Estoy convencido, y confío en que el lector también pueda verlo, de que esta figura resulta más lógica y, desde el punto de vista histórico, también más comprensible”.

¿Dios Existe?

Benedicto XVI y Paolo Flores D' Arcais, editorial: Espasa Libros, S.L.U., 2008.

El núcleo central del libro es el diálogo público que el Cardenal Ratzinger y el filósofo ateo Paolo Flores mantuvieron en el año 2000. En él se pasa revista -desde posiciones casi siempre opuestas- a temas interesantes, como si se puede vivir sin fe, los conflictos entre fe y razón.

El Resplandor de Dios en Nuestro Tiempo (ebook)

Benedicto XVI, editorial: Herder, 2009.

Las fiestas cristianas son más que tiempo libre, y por eso son tan indispensables: si abrimos los ojos para contemplarlas nos encontramos en ellas con lo totalmente otro, con las raíces de nuestra historia, con las experiencias primordiales de la humanidad, y, a través de ellas, con el amor eterno, que es la verdadera felicidad.

Jesús de Nazaret (2ª ED.). Desde la entrada a Jerusalén hasta la Resurrección.

Joseph Ratzinger - Benedicto XVI. Publicado en el año 2011.

“Puedo presentar finalmente al público la segunda parte de mi libro sobre Jesús de Nazaret. En el prólogo a la primera parte de esta obra decía que mi deseo era presentar «la figura y el mensaje de Jesús». Tal vez hubiera sido acertado poner estas dos palabras -figura y mensaje- como subtítulo al libro con el fin de aclarar su intención de fondo. Podría decirse, exagerando un poco, que quería encontrar al Jesús real, solo a partir del cual es posible algo así como una «cristología desde abajo». El «Jesús histórico». En esta segunda parte del libro, se encuentran las palabras y los acontecimientos decisivos de la vida de Jesús. Reflexionando únicamente sobre las palabras y las acciones esenciales de Jesús”.

Encíclicas

• Deus caritas est (25 de diciembre de 2005)

Del Sumo Pontífice Benedicto XVI, a los Obispos, a los Presbíteros y Diáconos, a las personas consagradas y a todos los fieles laicos, sobre el amor cristiano. Es su carta programática al inicio de su pontificado.

«Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en Él» (1 Jn 4, 16)

Estas palabras de la primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: La imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y he- mos creído en Él» (DCE n. 1).

• Spe salvi (30 de noviembre 2007)

Del Sumo Pontífice Benedicto XVI, a los Obispos, a los presbíteros y diáconos, a las personas consagradas y a todos los fieles laicos, sobre la esperanza cristiana. La segunda Encíclica de

Benedicto XVI, está dedicada a la esperanza cristiana. El texto consta de una introducción y ocho capítulos y se abre con el pasaje de la carta de san Pablo a los Romanos: SPE SALVI facti sumus (en esperanza fuimos salvados). Los capítulos llevan como título: La fe es esperanza.

• Caritas in veritate (7 de julio de 2009)

Del Sumo Pontífice Benedicto XVI, a los Obispos a los presbíteros y diáconos, a las personas consagradas, a todos los fieles laicos y a todos los hombres de buena voluntad, sobre el desarrollo humano, integral en la caridad y en la verdad.

Consta de una introducción, seis capítulos y una conclusión y está fechada el 29 de junio de 2009, solemnidad de san Pedro y san Pablo. Es su tercera Encíclica.

En la introducción, el Papa recuerda que la caridad es "la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia". Por otra parte, dado el "riesgo de ser mal entendida o excluida de la ética vivida" advierte de que "un cristianismo de caridad sin verdad se puede confundir fácilmente con una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero marginales".

Pensamientos sobre la fe

Benedicto XVI, editorial: San Pablo, 2012.

Descubrir la belleza y la alegría de la fe es un camino que cada nueva generación debe recorrer por sí misma, porque en la fe está en juego todo lo que tenemos de más nuestro y de más íntimo, nuestro corazón, nuestra inteligencia, nuestra libertad, en una relación profundamente personal con el Señor, que actúa en nuestro interior.

Jesús de Nazaret (2ª ED.). La infancia de Jesús

“Finalmente puedo entregar en manos del lector el pequeño libro prometido desde hace tiempo sobre los relatos de la infancia de Jesús.

No se trata de un tercer volumen, sino de algo así como una antesala a los dos volúmenes precedentes sobre la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret. He tratado aquí de interpretar ahora, en diálogo con los exegetas del pasado y del presente, lo que Mateo y Lucas narran al comienzo de sus Evangelios sobre la infancia de Jesús.

4 ESPECIAL BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023
Joseph Ratzinger - Benedicto XVI, 21 de noviembre de 2012.

Pensamientos sobre la mujer

Benedicto XVI, editorial: San Pablo, 2013

Pensamientos sobre la mujer es una selección de textos de Benedicto XVI sobre la mujer preparada por Anna María Cànopi, abadesa benedictina, y Lucio Coco, experto en historia de la espiritualidad cristiana y profundo conocedor de los escritos del Papa. Son más de cincuenta breves textos que permiten descubrir la solicitud del Papa por la mujer, contemplada siempre a través del prisma de María, la Mujer por excelencia.

Los textos se estructuran en ocho capítulos y nos hablan de la dignidad, el reconocimiento y la valoración de la mujer, de las mujeres en el Evangelio y en la historia de la Iglesia, de la misión de la mujer en la familia y en la sociedad y de su papel en la vida de la Iglesia, de la mujer consagrada y de las ame-

nazas que sufre la mujer por una cultura de relativismo moral.

La Muerte de Cristo (ebook)

"Si, Jesús ha muerto, ha "descendido" a la profundidad misteriosa a la que la muerte nos conduce. Ha marchado hacia la soledad más extrema, donde nadie nos puede acompañar. En efecto, "estar muerto" comporta ante todo la pérdida de la comunicación, una soledad en la que el amor ya no puede avanzar. En ese sentido, Cristo fue "al infierno", cuya esencia es justamente la privación del amor, la separación de Dios y de los hombres. Pero allí donde llega El, el "infierno" deja de ser infierno, puesto que Él mismo es la vida y el amor, puesto que Él es el puente que une al hombre y a Dios y, por eso mismo, también a los hombres entre ellos. Así, el des-

censo es al mismo tiempo también transformación: ya no existe la última soledad".

Exhortaciones Apostólicas

Exhortación Apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis, sobre la Eucaristía, fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia. 22 de febrero de 2007.

Exhortación Apostólica Verbum Domini, sobre la palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. 30 de septiembre de 2010.

Exhortación Apostólica Africae Munus, sobre la Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz. 19 de noviembre de 2011.

Exhortación Apostólica Ecclesia In Medio Oriente, sobre la Iglesia en Oriente Medio, comunión y testimonio. 14 de septiembre de 2012.

Durante toda su vida como Obispo, Cardenal y después en el ministerio petrino, tiene un compendio de publicaciones que incluye más de 27 libros, más de 50 documentos doctrinales, documentos sacramentales, más de 1.500 discursos e intervenciones.

Por eso, llenos de gratitud hacia este “humilde servidor”, maestro y doctor de la Iglesia, millones de católicos elevamos una oración agradecida y una súplica confiada a Dios Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo, con la intercesión de la Virgen Santísima y de los Santos, por la obra realizada en bien de la Iglesia y del mundo entero por medio del papa Benedicto XVI quien desde el 19 de abril de 2005 asumió este servicio, hasta el 28 de febrero de 2013. El pontífice número 265, en la historia de la Iglesia. Que el Señor le conceda el descans eterno

Fuentes: aciprensa.com; casadellibro.com directoriocatolico.blogspot.com.co preb.com; ebookscatolicos.com

5
XVI (QEPD)
8 DE 2023
ESPECIAL BENEDICTO
ENERO
El niño Joseph Ratzinger que escribió al Niño Dios en Navidad para que le trajera una casulla y una estola de sacerdote. El joven monaguillo Joseph Ratzinger. En 1981, el Papa Juan Pablo II llamó al Cardenal Joseph Ratzinger, para dirigir la Congregación para la Doctrina de la Fe, puesto que ocupó durante 23 años. El 19 de abril de 2005, después del ‘Habemus Papam’, el nuevo Pontífice se acerca para su primera bendición ‘Urbi et Orbi’. Joseph Ratzinger toma el nombre de Benedicto XVI. El Papa Benedicto XVI y el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, 13 de enero de 2007. Fuentes:Joseph Ratzinger, Benedetto XVI, Immagini di una vita.
-
Autori: Maria Giuseppina BuonannoLuca Caruso. © 2017 Edizioni San Paolo.Fotos | La vida del papa emérito Benedicto XVI, en imágenes. www.cnnespanol.cnn.com www.vaticannews.va

Introducción

Un antiguo alumno suyo de Ratisbona –Christoph Schönborn en la actualidad cardenal de Viena–se preguntaba: “¿Quién es el Papa Benedicto XVI a partir de su historia personal? Es un teólogo especialmente dotado e inteligente. No dudo en decir que es el último de los grandes teólogos de la generación del Concilio: Lubac, Congar, Rahner, Balthasar y él”. Lo referenciaba como el más joven del amplio abanico de teólogos que marcaron el Vaticano II, y fue ciertamente uno de los grandes por su capacidad espiritual y teológica.

Benedicto XVI ha sido llamado “el Papa de la razón”, porque en una entrevista realizada en Montecassino –junto a san Benito, el primer patrono de Europa–, decía que al iniciar el nuevo milenio se veía la necesidad de la razón, en la que encontraba las mismas raíces y la entraña de la civilización occidental.

Decía Benedicto XVI: «La fe asalta nuestra inteligencia porque expone la verdad, y porque la razón está creada para la verdad. En este sentido, una fe irracional no es una verdadera fe cristiana. La fe desafía nuestra comprensión, se adecúa a la razón».

De hecho, más adelante citaba ahí las palabras de Benito de Nursia, en las que afirmaba que la gramática –la razón– era necesaria para alcanzar el amor de Dios. Ratzinger proponía que la solución no se encontraba tan solo en la ética, sino también en la mutua interrelación entre razón y religión.

Tenemos que librar una auténtica batalla en favor del hombre y contra la deshumanización, puesto que lo irracional no es humano. Solo una razón que esté abierta también a Dios, solo una razón que no relegue la moral al ámbito de lo subjetivo o que lo reduzca al mero cálculo, puede oponerse a instrumentalizar la idea de Dios y las patologías de la religión. Y puede ofrecer curación.

Su teología

Empecemos por el tema de la Igle-

Benedicto XVI Esbozo a su obra

sia. Para el Papa Benedicto XVI «la Iglesia es como una familia humana, pero es también al mismo tiempo la gran familia de Dios, mediante la cual él establece un espacio de comunión y unidad en todos los continentes, culturas y naciones». Una familia tan grande como el mundo, que comprende el cielo y la tierra, el pasado, el presente y el futuro de todas las partes de la tierra. Y si es la familia de Dios dispersa por el mundo, no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesario. Su amor por la Iglesia que sufre le llevó a aportar de su propio pecunio dinero para apoyar en Camerún y Angola los proyectos de esas Iglesias necesitadas y pobres.

“Es un teólogo especialmente dotado e inteligente. No dudo en decir que es el último de los grandes teólogos de la generación del Concilio: Lubac, Congar, Rahner, Balthasar y él”.

«El eros ebrio e indisciplinado –afirmaba el Papa emérito– no es elevación, “éxtasis” hacia lo divino, sino caída, degradación del hombre. Resulta evidente que el eros necesita disciplina y purificación para dar al hombre, no el placer de un instante, sino un modo de hacerle pregustar en cierta manera lo más alto de su existencia, esa felicidad a la que tiende todo nuestro ser» (DCE #4).

En su Encíclica Spe Salvi (sobre la esperanza cristiana) abarca el tema refiriéndose a que hoy ponemos la esperanza no en Dios sino en el hombre.

«Toda la actividad de la Iglesia es una expresión de un amor que busca el bien integral del ser humano» (Encíclica Deus caritas est #19) y ese ejercicio de la caridad se completa en la celebración sacramental (DCE #22). Para el Papa es claro que la Iglesia debe ejercer la caridad por parte de los creyentes (DCE #29)

Sin que ella misma haga política, la Iglesia participa apasionadamente en la batalla de la justicia (Presentación de la Encíclica, 25 de diciembre 2005).

Para el Papa, ningún ordenamiento del Estado, por justo que sea, puede hacer superfluo el servicio del amor. El Estado (especialmente el estado socialista) que quiere proveer de todo, se convierte en definitiva en una instancia burocrática que no puede asegurar la contribución esencial de la que el hombre que sufre – cada hombre– tiene una necesidad: la amorosa dedicación personal. El Estado quien quiere desembarazarse del amor y por lo tanto, se dispone a desembarazarse del hombre en cuanto hombre.

Que "ahora, esta ‘redención’, el restablecimiento del ‘paraíso’ perdido, ya no se espera de la fe, sino de la correlación recién descubierta entre ciencia y praxis!”. Al progreso se le llama fe. La esperanza se funda hoy, según el Papa, en un mundo perfecto que parecía poder alcanzarse gracias a la ciencia y a una política fundada científicamente. Se confía cada vez

6 ESPECIAL BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023
Por: Pbro. Alberto Echeverri Rodríguez, sacerdote diocesano

XVI (Joseph Ratzinger)

obra teológica

más la fe y la esperanza a la esfera privada e individual de manera que aparece de forma evidente y en ocasiones dramática, que el hombre y el mundo tienen necesidad de Dios ¡del verdadero Dios!, pues de lo contrario quedarían privados de esperanza" (Spe salvi #17).

«La ciencia sin duda contribuye al bien de la humanidad, pero no es capaz de redimirla. El hombre es redimido por el amor, que hace que la vida personal y social se convierta en buena y hermosa» (SS #25).

Cuando publicó la Encíclica, aprovechó el Ángelus del 2 de diciembre de 2007, para explicarla: «Por este motivo la gran esperanza, la que es plena y definitiva, está garantizada por Dios, que en Jesús nos ha visitado y nos ha donado la vida, y en Él volverá al final de los tiempos. Es en Cristo que esperamos, ¡Es Él a quien esperamos! Hay que vivir esta esperanza con obras de caridad, pues la esperanza, como la fe, se demuestra con el amor».

“No es la ciencia la que redime al hombre. El hombre es redimido por el amor” (SS #26).

En su Encíclica “sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad”, el Papa aborda la llamada «cuestión social», una temática amplia y compleja del desarrollo humano, cuarenta años después de aquella gran Encíclica «Populorum progressio», en la que Pablo VI iluminó el «gran tema del desarrollo de los pueblos con el esplendor de la verdad y la luz suave de la caridad de Cristo».

Si Pablo VI, en su momento, «iluminó el camino de la humanidad en vías de unificación» (Caritas in veritate #8), ahora, Benedicto XVI, «en un mundo de expresiva y expansiva globalización» (CIV #9), ofrece de nuevo la luz del Evangelio, de la que la Iglesia es portadora y servidora, esto es, «la luz de la caridad

en la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección», como «principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad» (CIV #1)

En los inicios de su teología postconciliar, el Papa Ratzinger se pregunta ¿Qué es el cristianismo? Se centra en uno de los textos fundamentales: el credo, en el que la comunidad cristiana ha sintetizado su fe y a través del cual la proclama. Es precisamente desde el credo o símbolo apostólico donde empieza a preguntarse y responder al estilo como lo hacían sus alumnos de Tubinga en sus conferencias del verano de 1967.

Siendo el credo, el símbolo apostólico fijado en los albores del cristianismo, se hace necesario entender bien qué se quiso decir y cuáles fueron el contexto y el trasfondo en los que nace. Pero por ser el credo expresión viva de la fe, dice el Papa que tiene que ser sometido a una constante reinterpre tación para que sus fór mulas sean inteligi bles a los creyentes de cada época.

En otras palabras, tiene que haber un equilibrio entre la fidelidad de algo reci bido en el seno de la Iglesia (el depósito de la fe) y la actualización de su contenido; resume así el libro sobre la introducción al cristianis mo. Pretender entrar en una teolo gía sistemática sin saber de dónde se desprende toda ella, es tirarse al

mar sin saber nadar.

Su relación con los teólogos postconciliares: de Lubac, Congar, Von Balthazar, H. Küng, Danielou y Rahner, fue muy cercana y fructífera. Con Rahner, hizo una obra conjunta donde exponen el que fue uno de los temas centrales del Concilio Vaticano II: la REVELACIÓN Y LA TRADICIÓN. En el estudio, el teólogo Karl Rahner aborda el problema desde un punto de vista más bien especulativo. Interpreta la revelación en función de la ascendencia del ser humano, que se eleva al plano sobrenatural y la mediación del misterio divino que se realiza en el acontecimiento histórico.

El Papa Benedicto XVI desarrolla el tema de la revelación, en el terreno de la historia lo que viene a confirmar las especulaciones de Karl Rahner sobre el problema de la revelación. En realidad, toma como punto de partida la disputa con los teólogos de la Reforma protestante al abordar el problema de la revelación y la tradición. Joseph Ratzinger marca con gran cautela los jalones que se pueden observar en la larga polémica entre la teología católica y protestante y subraya la estrecha conexión que las interpretaciones más recientes tienen de hecho con las más tradicionales, asociadas al Concilio de Trento.

la Iglesia se encuentra en el misterio eucarístico: «El contenido, el acontecimiento de la Eucaristía, es la unión de los cristianos a partir de su separación, para llegar a la unidad del único Pan y del único Cuerpo. La Eucaristía se entiende por tanto en sentido dinámico y eclesiológico. Es el acontecimiento vivo que hace a la Iglesia ser ella misma. La Iglesia es comunidad eucarística. Esta no es simplemente un pueblo: constituida por muchos pueblos, se transforma en un solo pueblo gracias a una sola mesa, que el Señor ha preparado para todos nosotros. La Iglesia es, por así decirlo, una red de comunidades eucarísticas, y permanece siempre unida por medio de un único Cuerpo, el que comulgamos» (Comercial Editora de Publicaciones, Valencia 2003, 128. Iglesia, ecumenismo y política).

Ratzinger afirma que por la Eucaristía la Iglesia salva incluso aquellos que están fuera de su seno, todos los que están separados. Porque el misterio Redentor de Cristo que se actualiza en la Eucaristía, no es solo para los que participan en él, -los católicos- sino también para aquellos que por su condición humana poseen las semillas del verbo. La Eucaristía alcanza a toda la humanidad. La salvación es por la Eucaristía que celebra la Iglesia, y por fuera de ella (de la Eucaristía y de la Iglesia) no hay salvación. En su libro «Pensamientos Eucarísticos»,

7 ESPECIAL BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023
“La ciencia sin duda contribuye al bien de la humanidad, pero no es capaz de redimirla”.

que está en conexión con este que hemos detallado, el Papa nos da una guía para acercarnos a la Eucaristía y a su misterio de fe, de vida y de adoración. Como pastor y teólogo, el Papa anima a los sacerdotes a celebrar la Misa de forma alegre y consciente.

En los últimos años de su ministerio petrino, Benedicto XVI abordó el tema de Jesús en sus tres libros, y expone las cuestiones que la crítica racionalista ha abierto sobre la vida de Jesús. Para ello, el Papa aprovecha las aportaciones científicas e históricas tanto de autores católicos como protestantes y judíos. Su punto de partida es claro: La capacidad de Dios de actuar en la historia y la validez de los Evangelios. Sólo así cabe explicar el fenómeno del cris-

tianismo. Si Jesús fuera simplemente un maestro de moral o un rabino judío que pretendía liberar de un cumplimiento rígido de la Ley, eso no explicaría de modo convincente que muriera acusado de blasfemo, o la actividad desarrollada posteriormente por sus discípulos.

Una de las ideas fuertes de los libros es precisamente desenmarañar esa imagen miope y tópica que la crítica racionalista ha hecho de Jesús. Jesús trae a Dios mismo. Él se presenta como Hijo de Dios, no sólo a través de sus enseñanzas y palabras, sino sobre todo descubre su personalidad divina en sus obras, de modo

muy especial con su resurrección.

“Jesús es el nuevo Moisés, goza de la intimidad divina puesto que es el Hijo, y por ello puede darnos a conocer el auténtico rostro de Dios”.

Jesús es el nuevo Moisés, goza de la intimidad divina puesto que es el Hijo, y por ello puede darnos a conocer el auténtico rostro de Dios, esto es, cómo es Dios. La plenitud de esta revelación ocurre en la muerte de Jesús en la Cruz. Allí es donde se manifiesta la misericordia y el amor que Dios tiene por los hombres. Este acontecimiento ilumina toda la vida de Jesús.

Benedicto XVI acompaña al lector para adquirir un conocimiento profundo del misterio de Jesús y muestra el camino que hay que

recorrer: el seguimiento como discípulo del Maestro de Nazaret. Sólo respondiendo a la invitación de seguirle personalmente que Jesús hace a todo hombre y a toda mujer es como se puede alcanzar a comprender todo lo que Jesucristo nos ha traído. Estos libros del Papa constituyen, sin duda, una señal de ese itinerario que nos conduce a Dios.

Estoy convencido que el Papa Benedicto habrá dejado un libro inédito que solo post mortem será editado y constituirá un betseller. Esperemos, porque en él no es extraño que haya escrito estos años y aunque dedicado a la oración, pueda darnos un último sorbo de su maravillosa producción teológica.

Para tener en cuenta

Un perfil del Papa Benedicto podríamos resumirlo en cinco puntos:

1. Un hombre sencillo y humilde, con una mansedumbre de pastor universal que le hizo acreedor del cariño y el afecto de todos los católicos. Quienes no le conocían le criticaban por su aspecto severo propio de los alemanes, pero en sí era una persona maravillosa.

2. Un fiel hijo de su patria Alemania: Participó en la II Guerra Mundial, en los servicios antiaéreos alemanes. En su visita a la sinagoga de Colonia, en agosto de 2005, Ratzinger condenó con dureza el nazismo.

3. Un hombre muy estudioso, gran lector e investigador, pero ante todo, un hombre de mucha oración.

4. Estuvo siempre abierto para escuchar a quienes por diversas razones permanecen fuera de la Iglesia, especialmente a los lefebrianos. Estuvo siempre anhelando la perfecta comunión con la Iglesia ortodoxa. Nunca hizo de lado en su pontificado el ecumenismo.

5. Además de su lengua materna, el alemán, Benedicto XVI hablaba italiano, latín, francés e inglés y entendía el español.

8
ESPECIAL BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023
Recibe en la puerta de tu casa los materiales impresos: novenas, calendario, viacrucis, separatas, etc. AL PERIÓDICO LA VERDAD SUSCRÍBETE SUSCRÍBETE Tels.: 607 572 4601 - 321 473 9175

La Iglesia católica quedó en estado de shock. La dimisión del Papa Benedicto XVI sobrevino, en las acertadas palabras del ex secretario de Estado y decano de los cardenales, Angelo Sodano, “como un rayo caído en medio de un cielo despejado”.

Por lo que hoy sabemos, el anciano Pontífice apenas compartió, pero no consultó su grave determinación de dimitir a sus más íntimos amigos o colaboradores; basta revisar el video del consistorio ordinario en el que dio lectura al texto de la renuncia en latín, para ver cómo todos lo escuchaban con incredulidad y los cardenales se miraban estupefactos entre sí.

“El Papa Benedicto XVI en su impecable texto de renuncia argumentó que ya no tenía fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio de Papa”.

patibles y dividieron la opinión y los sentimientos de los católicos, pero que, a mi parecer, son más bien conciliables. Hubo quienes, desde el inicio del pontificado del Papa Benedicto XVI no lo dejaron de comparar con Juan Pablo II y contrapusieron el heroísmo del Papa polaco, que llevó su ministerio a cuestas, arrastrando un lento deterioro físico hasta su muerte, con lo que algunos consideran la debilidad de Benedicto, que sin llegar a ese extremo de sufrimiento y deterioro físico, dejaba el timón de la barca de la Iglesia.

también el vigor, tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, había venido disminuyendo en su persona, de tal forma que reconocía su incapacidad. Evidentemente le asistió no solo la razón, sino también el derecho eclesiástico, que mantenía como pieza rara el Canon 332, en concreto el párrafo 2, que señala: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”.

ción y la deslealtad de altos prelados de la Curia Romana; la traición de su círculo más cercano, como el triste caso del mayordomo Paolo Gabriele; el cuestionamiento que entidades internacionales habían puesto al manejo de las finanzas del Vaticano y la arrogancia e hipocresía de muchos eclesiásticos que, como dijo el Papa en su homilía del Miércoles de Ceniza posterior, ensucian y deforman el rostro de la Iglesia, esa Iglesia que es santa, pero compuesta por pecadores, que no pueden ocultar sus ambiciones y miserias.

La dimisión, lo podemos decir, fue al más puro estilo de Benedicto XVI: sencilla, clara y contundente; marcó con toda precisión día y hora. Hecha la lectura, ya no había marcha atrás, pues el derecho eclesiástico prevé que para que la dimisión del Romano Pontífice sea válida requiere que se haga con absoluta libertad y sea manifestada de manera formal. El Papa cumplió cabalmente con ambas condiciones y la Iglesia entró en una sensación de orfandad, pues el Papa, como la palabra lo indica, es el padre de sus fieles, y Benedicto dejó de serlo el jueves 28 de febrero, a las 20:00 horas tiempo de Roma.

Si bien hubo un consenso público a favor de la dimisión del Papa Ratzinger, en su momento se abrieron dos posturas que parecían incom-

El Papa Karol Wojtyla siempre tuvo una visión mística -así la podemos llamar- de su ministerio; por eso, ante las especulaciones de su posible dimisión, dijo públicamente que si Cristo se hubiera bajado de la Cruz él tendría el de recho a renunciar. Quienes somos creyentes podemos entender y valorar el sentido de esta entrega generosa y heroica, no así quienes entienden el papado como una forma más de ejercer el poder, y veían en la decadencia física del anciano pontífice una especie de espectáculo poco presen table e indigno. Pero la cruz nunca ha sido presentable, conlleva en su esencia el escándalo, lo que muchos también tildan de locura.

En cambio, el Papa Benedicto -hijo del pueblo alemán, más regido por la razón y un sentido práctico de la realidad, con una brillante trayectoria intelectualen su impecable texto de renuncia argumentó que ya no tenía fuer zas para ejercer adecuadamente el ministerio de Papa, pues para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio es necesario

Las especulaciones de especialistas y aficionados sobre lo que llamaron las “verdaderas razones” de la renuncia del Papa fueron de

Pero más allá de las intrigas reales o imaginarias, para entender la dimisión del Papa Benedic to que, como pocos

do una claridad y profundidad teológica sobre el significado del ministerio del Obispo de Roma, es preciso ir a la fuente principal que es su propio

9 ESPECIAL BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023
Por: Pbro. Hugo Valdemar Romero, ex Director de Comunicaciones de la Arquidiócesis de México

nuncia, elaborado con una sencillez abrumadora, donde explica que su decisión fue largamente sopesada, en primer lugar, en su propia conciencia puesta en la presencia de Dios. Es desde este íntimo espacio, que es el más sagrado para toda persona, que toma esta grave, clara e irreversible decisión.

Efectivamente, fue un gran gesto de desprendimiento y de humildad, de una honradez moral y una responsabilidad no solamente ética sino profundamente religiosa, pues Benedicto supo que una vez que había llegado a su límite, era mejor dejar el gobierno en alguien que contara con el vigor que él ya no poseía; finalmente, como dijo aquel memorable día en que fue presentado como el nuevo pontífice, ante una abarrotada plaza de San Pedro, él era solo un humilde trabajador en la viña del Señor, y esa convicción la reiteró

“Efectivamente, fue un gran gesto de desprendimiento y de humildad, de una honradez moral y una responsabilidad no solamente ética sino profundamente religiosa”.

al final: él no era imprescindible, la Iglesia seguiría avante sin él, porque su pastor supremo es Cristo y Él proveería de un nuevo pastor a su Iglesia, para no dejarla huérfana ni desamparada.

Me parece que es innegable. Benedicto era un hombre disminuido en su vigor físico, pero no débil. Aunque su timidez y su bondad hayan sido interpretadas por muchos como vulnerabilidad, la decisión de renunciar, la manera sencilla como lo hizo y que dejó pasmado al mundo, la serenidad con la que se le vio en los días posteriores a la dimisión, presentaron la imagen de un hombre humilde, más no débil; él sabía muy bien la tormenta que iba a desatar su renuncia, la avalancha de críticas, descalificaciones y mofas, pero lo hizo, como lo explicó posteriormente, por el bien de la Iglesia, y a eso se le llama valentía.

Su decisión ha sido coherente con su vida, en la que la Providencia lo llevó por caminos que él nunca pensó transitar, pues su anhelo fue permanecer dedicado a la vida intelectual y académica, pero pronto tuvo que asumir responsabilidades de gobierno y de poder: fue nombrado arzobispo de Múnich, y creado cardenal siendo aún muy joven, y poco después prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, labor de guardián que siempre ejerció con una extraña mezcla de firmeza, bondad y caridad.

Nunca fue el gran inquisidor como el personaje malévolo y sombrío de Los hermanos Karamazov de Dostoievski; jamás alzó la voz a alguien, por el contrario, como hombre racional que es, fue profundamente abierto y dialogante; firme, sí, pero no arrogante, defensor de la integridad de la fe, sí, pero nunca agresivo, y esa forma de proceder no la pueden negar ni siquiera quienes, por su obstinación o soberbia, tuvieron que recibir la reprensión de la Iglesia.

Así, pues, un hombre no apegado al poder y que nunca se acostumbró a él, se despojó a sí mismo con mucha serenidad, pues sabía que

“Su decisión ha sido coherente con su vida, en la que la Providencia lo llevó por caminos que él nunca pensó transitar, pues su anhelo fue permanecer dedicado a la vida intelectual y académica”.

actuaba honestamente y que dejaba a la Iglesia no a la deriva, sino en las manos de Cristo, su Señor.

Declaratio Benedictus PP XVI

he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al mi-

Os

nisterio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Vaticano, 10 de febrero de 2013

10 ESPECIAL
BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023
¿Fue libre su renuncia?

“Solo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia”

Con estas palabras, finalizó el mensaje que posteó el Papa Francisco al conocer la noticia del fallecimiento de su predecesor, el Papa emérito Benedicto VXI, con quien compartía el amor incondicional hacia la Iglesia, pero contrariaban en estilo y algunas orientaciones.

“Pido una oración especial para el Papa Benedicto XVI, que en el silencio está sosteniendo la Iglesia y recordar que está muy enfermo y pidiendo al Señor que lo consuele y lo apoye en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final”.

La despedida

• Los restos mortales descansaron en el Monasterio Mater Ecclesiae hasta la madrugada del lunes 2 de enero.

• Desde el lunes 2 de enero el cuerpo estuvo expuesto para la visita de los fieles en la Basílica de San Pedro. La Basílica estuvo abierta el lunes de 9:00 a.m. a 7:00 p.m., y el martes 3 y miércoles 4 de enero, de 7:00 a.m. a 7:00 p.m.

En este momento, el pensamiento se dirige espontáneamente al queridísimo Papa emérito Benedicto XVI, que nos ha dejado esta mañana. Recordamos con conmoción su persona, tan noble, tan amable. Y sentimos en el corazón tanta gratitud: gratitud a Dios por haberlo donado a la Iglesia y al mundo; gratitud a él por todo el bien que ha hecho y por su testimonio de fe y oración, especialmente en estos últimos años de vida retirada. Solo Dios conoce el valor y la fuerza de su intercesión, de sus sacrificios ofrecidos por el bien de la Iglesia.

La salud del Papa emérito Benedicto XVI comenzó a decaer desde el año 2020, cuando sufrió grave infección llamada herpes zóster; a finales del 2022, la Santa Sede confirmó que, por su avanzado estado de edad, su salud habría empeorado. El miércoles 28 de diciembre, al finalizar la Audiencia General, el Papa Francisco alertó sobre el padecimiento del Papa emérito:

El sábado 31 de diciembre, a las 9:34 a.m. (hora en Roma), en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, el Papa emérito Benedicto XVI, a los 95 años de edad, partió de regreso a la Casa del Padre, día que había estado esperando con la confianza en que Dios lo recibiría con su infinita misericordia: “Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo al mirar hacia atrás en mi larga vida, me alegro, sin embargo, porque creo firmemente que el Señor no sólo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya ha sufrido Él mismo mis defectos y es, por tanto, como juez, también mi abogado”, escribió el Papa emérito en una carta a comienzos del año pasado.

Su funeral se llevó a cabo el jueves 5 de enero. El Vaticano solo invitó a delegaciones oficiales de Alemania e Italia, ya que no era el actual Pontífice en la silla de Pedro, por ende, no era el actual jefe de estado de El Vaticano. Además, él mismo pidió unas honras fúnebres sencillas.

Es la primera vez que un Papa preside las exequias de otro Papa; Su Santidad, el Papa Francisco celebró la Misa exequial el jueves 5 de enero en la

• Las exequias fueron presididas por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro el jueves 5 de enero a las 9:30 a.m.

• El féretro del Papa emérito fue llevado a la Basílica de San Pedro y luego a las grutas vaticanas, para el entierro en el espacio donde estuvo inicialmente el Papa Juan Pablo II.

plaza de San Pedro, donde acudieron miles de personas. Según información del portal oficial del Vaticano -Vatican News-, la Eucaristía fue concelebrada por aproximadamente 130 Cardenales, 400 Obispos y 3.700 sacerdotes, todos ellos de diferentes partes del mundo. Además, fueron acreditados unos 1.500 periodistas de diversos medios de comunicación internacionales.

En su homilía, el Sumo Pontífice, describió a su predecesor como “el fiel amigo del Esposo”, encomendando a Dios su espíritu, para que su gozo “sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz”. El Papa Francisco señaló a todos los presentes como “el pueblo fiel de Dios que, reunido, acompaña y confía la vida de quien fuera su pastor. Como las mujeres del Evangelio en el sepulcro, estamos aquí con el perfume de la gratitud y el ungüento de la esperanza para demostrarle, una vez más, ese amor que no se pierde; queremos hacerlo con la misma unción, sabiduría, delicadeza y entrega que él supo esparcir a lo largo de los años”

El Papa destacó “la entrega agradecida de servicio al Señor y a su pueblo, que nace por haber acogido un don totalmente gratuito”, esto, recordando las palabras de Benedicto XVI en la Misa Crismal de 2006, cuando afirmó que Jesucristo tomó posesión de su vida y servicio, diciéndole: «Tú me perteneces» Pero con ese gesto también me dijo: «Tú estás bajo la protección de mis manos. Tú estás bajo la protección de mi corazón. Tú quedas custodiado en el hueco de mis manos y precisamente así te encuentras dentro de la inmensidad de mi amor. Permanece en el hueco de mis manos y dame las tuyas»”.

El Papa emérito habría pedido ser sepultado en la tumba inicial de san Juan Pablo II, cuyos restos mortales fueron llevados en el año 2011 a la capilla de San Esteban, dentro de la Basílica de San Pedro.

11 ESPECIAL BENEDICTO XVI (QEPD) ENERO 8 DE 2023

BENEDICTO XVI

Si en esta hora tardía de mi vida miro hacia atrás, hacia las décadas que he vivido, veo en primer lugar cuántas razones tengo para dar gracias. Ante todo, doy gracias a Dios mismo, dador de todo bien, que me ha dado la vida y me ha guiado en diversos momentos de confusión; siempre me ha levantado cuando empezaba a resbalar y siempre me ha devuelto la luz de su semblante. En retrospectiva, veo y comprendo que incluso los tramos oscuros y agotadores de este camino fueron para mi salvación y que fue en ellos donde Él me guio bien.

Doy las gracias a mis padres, que me dieron la vida en una época difícil y que, a costa de grandes sacrificios, con su amor prepararon para mí un magnífico hogar que, como una luz clara, ilumina todos mis días hasta el día de hoy. La clara fe de mi padre nos enseñó a nosotros los hijos a creer, y como señal siempre se ha mantenido firme en medio de todos mis logros científicos; la profunda devoción y la gran bondad de mi madre son un legado que nunca podré agradecerle lo suficiente. Mi hermana me ha asistido durante décadas desinteresadamente y con afectuoso cuidado; mi hermano, con la claridad de su juicio, su vigorosa resolución y la serenidad de su corazón, me ha allanado siempre el camino; sin su constante precederme y acompañarme, no habría podido encontrar la senda correcta.

De corazón doy gracias a Dios por los muchos amigos, hombres y mujeres, que siempre ha puesto a mi lado; por los colaboradores en todas las etapas de mi camino; por los profesores y alumnos que me ha dado. Con gratitud los encomiendo todos a Su bondad. Y quiero dar gracias al Señor por mi hermosa patria en los Prealpes bávaros, en la que siempre he visto brillar el esplendor del Creador mismo. Doy las gracias al pueblo de mi patria porque en él he experimentado una y otra vez la belleza de la fe. Rezo para que nuestra tierra siga siendo una tierra de fe y les ruego, queridos compatriotas: no se dejen apartar de la fe. Y, por último, doy gracias a Dios por toda la belleza que he podido experimentar en todas las etapas de mi viaje, pero especialmente en Roma y en Italia, que se ha convertido en mi segunda patria.

A todos aquellos a los que he agraviado de alguna manera, les pido perdón de todo corazón.

Lo que antes dije a mis compatriotas, lo digo ahora a todos los que en la Iglesia han sido confiados a mi servicio: ¡Manténganse firmes en la fe! ¡No se dejen confundir! A menudo parece como si la ciencia -las ciencias naturales, por un lado, y la investigación histórica (especialmente la exégesis de la Sagrada Escritura), por otro- fuera capaz de ofrecer resultados irrefutables en desacuerdo con la fe católica. He vivido las transformaciones de las ciencias naturales desde hace mucho tiempo, y he visto cómo, por el contrario, las aparentes certezas contra la fe se han desvanecido, demostrando no ser ciencia, sino interpretaciones filosóficas que sólo parecen ser competencia de la ciencia. Desde hace sesenta años acompaño el camino de la teología, especialmente de las ciencias bíblicas, y con la sucesión de las diferentes generaciones, he visto derrumbarse tesis que parecían inamovibles y resultar meras hipótesis: la generación liberal (Harnack, Jülicher, etc.), la generación existencialista (Bultmann, etc.), la generación marxista. He visto y veo cómo de la confusión de hipótesis ha surgido y vuelve a surgir lo razonable de la fe. Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es verdaderamente su cuerpo.

Por último, pido humildemente: recen por mí, para que el Señor, a pesar de todos mis pecados y defectos, me reciba en la morada eterna. A todos los que me han sido confiados, van mis oraciones de todo corazón, día a día.

Benedicto XVI, 29 de agosto de 2006. Publicado por la Santa Sede el 31 de diciembre de 2022

Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.