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La niña co n heridas e n las rodill mira porno as grafía exqu isita detrás de un sillón n aranja. Nadie la p erdonó. Nunca. (¿Pero es que había algo que p erdonar?) Su voz es hilo que so lloza. Con diez a ños le prometie ron el eterno in fierno del dolor y el sufrimie nto. Dos años insomne, lágrimas p udriendo la almohada. No crecerá hasta pren der el cielo , helar el infi erno, matar a dio s y al diab lo y enterrarl os en el ce m enterio de su conc iencia.