Cuaresma 2015

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cuaresma 2015

Abriendo puertas…

Nuestra casa será hogar

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Quienes han tenido la experiencia de llamar a una puerta y no ser recibidos, (como les pasó a aquellos caminantes en una posada de Belén,- Lc.2, 7 -), saben cuán confortador y sabroso es encontrar una casa acogedora, una puerta que se abre, un hogar disponible. El folleto de Cuaresma de SED, que es ya un elemento familiar para nosotros, quiere servirnos para entrar, para acoger o, en todo caso, para preparar nuestro corazón a ser espacio hogareño y de familia. Y lo hace con sus reflexiones, oraciones, canciones… Y sobre todo con las experiencias y la vida que recoge. Y con la Palabra viva que las ilumina.

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2015

ace ya muchos años que SED llama a nuestra puerta cada Cuaresma, con su folleto de recursos, reflexiones y oraciones. Y en este año en que nuestro lema educativo anual es justamente “abriendo puertas” os invito a despejar cada uno la puerta de nuestro corazón y acoger estos recursos como una buena ayuda para el camino.

Ante la zarza ardiente de cada hermano, y en especial de los sufrientes, este año estamos invitados a descalzarnos y acercarnos. A entrar sanamente en la vida de los demás para construir, con solidaridad, abrazo, cercanía y compasión, un verdadero hogar. Descalzos porque el hermano es tierra sagrada. Y apasionados porque el fuego del hogar

se aviva cada vez que nos reconocemos hermanos unos con otros. Por eso, el camino de abrir puertas es espiritual y material. O, como dice con mucha razón el maestro Martínez Lozano, ambas cosas a la vez, ya que “lo espiritual no es lo opuesto a lo material. Porque no tiene que ver con el qué, sino con el desde dónde. Todo es espiritual…, siempre que lo vivamos desde nuestra verdadera identidad”.

A veces, quizá por nuestra mirada poco entrenada, no sabemos “desde dónde”, o no distinguimos la hondura y valor de esos gestos cotidianos, que son en verdad espirituales. Una caricia, un apretón de manos, una mirada amable, ofrecer un vaso de agua, abrir una puerta… Y, sin embargo, son los gestos que construyen fraternidad, y que hacen de nuestro entorno casa y hogar. Qué bien lo sabía Jesús y cómo lo cuenta de bien el Evangelio de Lucas, (lleno de expresiones de misericordia), o el de Juan, (que es el de los signos o, por qué no, el de los gestos)... Cómo supo Jesús multiplicar los gestos solidarios y fraternos. Y cómo supo hacer hogar muchas casas, sólo con su presencia atenta: su casa de Nazaret junto a María y José (Lc 2, 51); la casa de Pedro, con la mano amable tendida a la suegra (Lc 4, 38); la casa de Zaqueo a quien miró con cariño (Lc 19, 5); la casa de Marta y María donde se

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