Misioneros Nº 138

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Nº 138 . OCTUBRE, 2013

TERCER MILENIO EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS C/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: dir.nal@omp.es http://www.omp.es http://www.domund.org

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en este número... IGLESIA A FONDO El Papa, y con él todos los líderes religiosos de Oriente Medio, claman contra la intervención extranjera en Siria y en favor de una pronta resolución del conflicto que castiga al país desde hace dos años.

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PRIMER PLANO Ruanda avanza lentamente por la senda del progreso bajo una calma aparente tras la cual se oculta una sociedad sometida al control absoluto de la minoría tutsi.

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INFORME El próximo domingo 20 de octubre la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Misiones, nuestro querido DOMUND. Y lo hace bajo una sencilla fórmula que le sirve de lema: FE + CARIDAD = MISIÓN.

32 y además... 7 TRIBUNA

Iglesia diocesana, Iglesia misionera

10 EL OBSERVADOR SOMALIA - MALÍ REP. CENTROAFRICANA COLOMBIA

22 ASÍ VA EL MUNDO NIGERIA - CHILE CUBA - FILIPINAS

38 ENTREVISTA

Expedita Pérez,

misionera en Egipto

42 ANIMACIÓN MISIONERA 45 CARISMAS Instituto de la Santísima Trinidad

48 CULTURA Las opiniones de un "muzungu"

53 EL CUARTO MUNDO 56 MISIÓN VIVA

P. Odilo Cougil,

42 años de misionero en África y en Brasil


EDITORIAL

SUMÁNDONOS A LA MISIÓN

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n ocasiones, sencillas operaciones matemáticas esconden asombrosos resultados. Esto es lo que nos quiere demostrar el DOMUND de este año, que se celebra el próximo 20 de octubre, y que se presenta con el lema “Fe + Caridad = Misión”. Como señala el papa Francisco en su primer Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, los católicos estamos llamados a “anunciar el Evangelio con valentía”. Y no valen excusas, porque, como muy bien trata de reflejar el DOMUND en esta ocasión, para hacer “Misión”, con mayúsculas, no se requieren requisitos especiales. Apenas dos sumandos son más que suficientes. El primero es la fe. ¿Pero en qué o en quién? Pues en un Dios ¡que nos ama!, que, como ha dicho el Santo Padre, “quiere relacionarse con nosotros para hacernos partícipes de su misma vida y hacer que la nuestra esté más llena de significado, que sea más buena, más bella”. Para hacer “Misión”, con mayúsculas, hay que estar convencido de que el Evangelio de Cristo “es anuncio de esperanza, reconciliación, comunión; anuncio de la cercanía de Dios, de su misericordia, de su salvación; anuncio de que el poder del amor de Dios es capaz de vencer las tinieblas del mal y conducir hacia el camino del bien”.

Esta confianza en la necesidad y bondad que para la convivencia humana tienen los valores del Evangelio –que Jesús nos enseñó de palabra y encarnó con su propia vida– nos ha de llevar a compartirlos. Quedárnoslos para nosotros mismos sería egoísta e ir en contra de ellos. “La fuerza de nuestra fe, a nivel personal y comunitario –advierte el Papa–,

cio, justicia, bondad y amor. “Proponer a esa conciencia la verdad evangélica y la salvación ofrecida por Jesucristo, con plena claridad y con absoluto respeto hacia las opciones libres que luego pueda hacer –continúa Pablo VI–, es un homenaje a esta libertad”. Sin olvidar que, como nos recuerda el papa Francisco “evangelizar nunca es un acto aislado,

Nuestra fe en Dios ha de calar, poco a poco, en el corazón y las mentes de los demás, con nuestro decir y con nuestra manera de ser. también se mide por la capacidad de comunicarla a los demás, de difundirla, de vivirla en la caridad, de dar testimonio a las personas que encontramos y que comparten con nosotros el camino de la vida”. Y cuando uno está convencido de la fuerza de aquello en lo que cree, en su necesidad, sabe que la verdad es contraria a imponerse. Como decía Pablo VI, sería “un error imponer cualquier cosa a la conciencia de nuestros hermanos”. Nuestra fe en Dios ha de calar, poco a poco, como la lluvia fina, en el corazón y las mentes de los demás con nuestro decir, pero, sobre todo, con nuestra manera de ser, con nuestro gesto diario, con nuestro testimonio de servi-

individual, privado, sino que es siempre eclesial”. El segundo sumando es la caridad, y viene a ser la consecuencia lógica de nuestra fe en Dios, Padre de bondad y misericordia; de haber tenido el coraje –nadie dice que sea una apuesta fácil– de haber depositado nuestra confianza en Él; de vivir su amor. Una caridad que nos ha de llevar a tener los ojos abiertos ante las injusticias de nuestro mundo, ante los ataques a la libertad, ante el silencio impuesto a los que necesitan clamar por tanto dolor que se les inflige... Hagamos los deberes. “Sumémonos” a la misión para experimentar “la dulce y confortadora alegría de evangelizar”.

DIRECTOR Alfonso Blas REDACCIÓN Rosa Lanoix, Rubén Azuara DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES Anastasio Gil, Rafael Santos, Dora Rivas, Montserrat Vilaseca, Antonio José Molina, José Beltrán, José Carlos RoTERCER MILENIO dríguez, José Ignacio Rivarés, Modeste Munimi, José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Joaquín Martínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente Marqués Ruiz, Lourdes Gabilondo DOCUMENTACIÓN Ana Fernández ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael Santos FOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36


TRIBUNA

Iglesia diocesana, Iglesia misionera Por D. Anastasio Gil.

H

Director Nacional de OMP

ace unos meses, el papa Francisco manifestaba su aprecio a los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias (OMP), “porque ayudáis a tener siempre viva la actividad evangelizadora, paradigma de toda obra de la Iglesia”. La cooperación misionera sigue siendo el mejor indicador del dinamismo evangelizador de una comunidad cristiana. Alguien ha dicho, con acierto: “Si una comunidad cristiana no es misionera, ni es comunidad ni cristiana”. Los obispos se sirven de la Delegación Diocesana de Misiones para que esta dimensión universal y católica, que brota de la fe, impregne cualquier actividad pastoral. Destaca como una de las principales tareas hacer presente el carisma universal de las OMP. Al comenzar el nuevo curso, es muy oportuno revisar el dinamismo y funcionamiento de este servicio de animación misionera, motor dinamizador de la confesión de la fe, la celebración de los sacramentos y el ejercicio de la caridad. Sería un error pensar y aceptar que la principal tarea de los responsables diocesanos de la misión es principalmente promover campañas de cooperación económica para atender a las

Iglesias nacientes que carecen de recursos económicos. Si así fuera, la Iglesia local se hubiera reducido a una ONG especializada en la cooperación económica para proyectos pastorales. Quienes trabajan en una diócesis en la actividad específica de la animación, formación y cooperación misione-

afirmación conciliar: “Hacer que cada diócesis sea misionera”. La Comisión Episcopal de Misiones ha ofrecido a las diócesis españolas el documento base para la creación del Consejo Diocesano de Misiones, con unos fundamentos teológicos y un reglamento interno. El texto no es más que una suge-

La principal aportación de los responsables diocesanos de la animación y formación misionera debe ser suscitar y desarrollar la catolicidad. ra son conscientes de que su aportación a la vida de la comunidad diocesana es suscitar y desarrollar la catolicidad. Tarea, por tanto, irrenunciable y obligatoria para cada bautizado, pero para algunos a modo de ministerio eclesial: “Ser una herramienta privilegiada para la educación en el espíritu universal misionero y en la comunión y colaboración cada vez más intensas entre las Iglesias para el anuncio del Evangelio en el mundo” (Francisco, Discurso 17-5-2013). Cada obispo, solícito con el Santo Padre en la evangelización de los pueblos, se sirve de este instrumento privilegiado para ayudar a las parroquias y a los fieles a vivir la fe en su dimensión misionera, bien expresada en aquella acertada

rencia que nace de la experiencia positiva de aquellas diócesis donde funciona eficazmente, ya que corresponde a cada obispo la decisión de su institucionalización en su Iglesia particular. El Consejo integra a un grupo de personas que, desde distintos ámbitos y sectores diocesanos, hacen posible que la responsabilidad misionera no quede reducida, en el mejor de los casos, a una simple cooperación económica. Es un instrumento para ayudar a los responsables de la pastoral en el desarrollo de la dimensión misionera, en la formación y en los compromisos particulares y eclesiales para cooperar con la misión ad gentes. La experiencia de las diócesis donde funciona este Consejo es un aval de la conveniencia de su implantación. NÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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IGLESIA A FONDO "¡Nunca más la guerra!". Este es el mensaje claro, conciso, rotundo, que el papa Francisco lanzó a los cuatro vientos el pasado 7 de septiembre para tratar de frenar una intervención militar extranjera en Siria, después de que un bombardeo con armas químicas acabase el 21 de agosto con la vida de más 4.000 civiles en la periferia de Damasco. Tras dos años de guerra civil, saldados hasta ahora con 110.000 muertos, dos millones de refugiados y cuatro millones de desplazados internos, Estados Unidos y Francia habían decidido unilateralmente (sin contar con el respaldo de la ONU) intervenir y atacar al régimen de Bachar Al-Asad. El Papa, y con él todos los líderes religiosos de la región, salieron al paso. Durante semanas no se cansaron de gritar a los cuatro vientos que la violencia solo engendra violencia y que la paz debe ser construida entre todos a través del diálogo. Ellos han sido –son– los auténticos abanderados de la paz. Sus "armas": la palabra, el ayuno y la oración.

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amasco, 21 de agosto. Un bombardeo con armas químicas mata a 1.429 personas a las afueras de la ciudad. El gas tóxico acaba indiscriminadamente con hombres, mujeres y niños, civiles desarmados, inocentes e indefensos. Las imágenes de los cadáveres amontonados en el suelo dan la vuelta al mundo, y medio planeta clama contra los autores de semejante barbarie, atribuida de inmediato a las fuerzas gubernamentales sirias, sin esperar siquiera al informe de los expertos de la ONU desplazados sobre el terreno. De nada sirve que algunas pocas voces periodísticas apunten la posibilidad de que la salvajada pueda ser obra de los propios rebeldes, para tratar de forzar así la intervención extranjera. En Occidente se responsabiliza de inmediato al presidente

CLAMOR DE PAZ 14 misioneros

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Bachar Al-Asad y se comienzan a justificar los inminentes bombardeos ante la opinión pública. “El régimen sirio ha cruzado la línea roja y debe ser castigado”, afirma Barack Obama. Le respaldan Francia, Israel, Turquía y el Reino Unido, si bien en este último país el primer ministro David Cameron no consigue el apoyo del Parlamento y se sitúa en un segundo plano. La coalición tampoco logra el aval de la ONU, en cuyo Consejo de Seguridad China y Rusia se oponen al castigo. La principal oposición a la intervención armada, con todo, llega

El Papa Francisco se ha mostrado rotundo contra la intervención militar extranjera en Siria. de Roma, de la Santa Sede. Consciente del gravísimo peligro que entraña una internacionalización de la guerra en ese avispero que es Oriente Medio, y siguiendo el ejemplo de Juan Pablo II en los Balcanes en los años ochenta y noventa, el papa Francisco convoca para el 7 de septiembre una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria. La iniciativa, a la que en

seguida se suman todos los líderes cristianos de la región, e incluso dignatarios musulmanes como el gran muftí Ahmed Badreddin Sassou, líder del islam sunita sirio, coge con el pie cambiado a los partidarios de las represalias a base de bombas. La postura de la Santa Sede es clara. La anticipa el “ministro” de Relaciones Exteriores del Vaticano, arzobispo Dominique NÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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El Vaticano es consciente del peligro que entraña la internacionalización de la guerra en Oriente Medio. Mamberti. “Ante hechos similares [un bombardeo con armas químicas] no es posible callar. Por ello la Santa Sede espera que las instituciones competentes sean claras y que los responsables rindan cuentas a la justicia”. No obstante –añade–, lo “absolutamente prioritario” ahora es “hacer cesar la violencia”, asistir a las víctimas de la contienda civil, y no echar más leña al fuego con nuevos ataques. El Papa, en la carta que escribe a los líderes del G-20 reunidos durante la primera semana de septiembre en San Petersburgo, va todavía un poco más allá, y afirma que “es un deber moral de todos los Gobiernos del mundo alentar toda iniciativa para promover la asistencia humanitaria a las perso16 misioneros

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nas que sufren a causa del conflicto dentro y fuera del país”.

Intereses ocultos Unos días después, el Pontífice denuncia la hipocresía de los belicistas con estas palabras: “¡Basta de odio entre pueblos hermanos, y basta de guerras que enmascaran intereses más oscuros que los objetivos oficiales que se proponen!”. Francisco pronuncia esa frase al día siguiente de la jornada de oración por la paz. La iniciativa, que congrega en la plaza de San Pedro a unas 100.000 personas, tiene un eco amplísimo. ¡Y no solo porque el Papa llegase a ella a bordo de un humilde Renault 4, el célebre “cuatro latas”! Millones de personas, cristianas y no cristia-

nas, la secundan a lo largo y ancho del planeta. Todos los líderes cristianos de la región –desde el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, hasta el patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, y el resto de dignidades eclesiásticas de Siria, Irak, Líbano y Jordania– se unen de inmediato a la misma. A la catedral greco-católica de Damasco, por ejemplo, acuden a rezar juntos obispos católicos y ortodoxos, pero también líderes políticos y religiosos musulmanes. Y la mezquita de los Omeyas congrega en una oración interreligiosa a suníes, chiíes, alauitas, ismaelitas, drusos, cristianos y judíos. Todos abogan, con el Pontífice, por la búsqueda de una solución pacífica basada en el diálogo y la reconciliación. Todos son conscientes de que esta guerra es en realidad un conflicto entre potencias extranjeras –también, de alguna manera, entre el islam sunita y el chiita– en el que los muertos, esta


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denuncia, por ejemplo, en la misma línea que el Papa, que en los dos últimos años “los Estados de Oriente y de Occidente no han cesado de enviar armas y dinero” a su país. “Hay que dar prioridad a una solución diplomática lo antes posible. Es legítimo ocuparse de buscar la responsabilidad de unos u otros por las masacres o el uso de armas químicas, pero eso debe hacerse después. [...] La violencia solo genera más violencia, y las armas traen más armas”. Claro, muy claro, es también el patriarca de Bagdad, monseñor Luis Sako. “¿Qué justicia se hará a los sirios con los bombardeos aéreos?”, se pregunta. “Nadie conoce el agujero negro en que está cayendo Siria como nosotros, los iraquíes, que entramos en ese túnel antes que ellos y, por desgracia, vez, los ponen los sirios. Como es sabido, el Gobierno del presidente Al-Asad –alauita, una rama del chiismo minoritaria en Siria– cuenta en la contienda con el respaldo de Rusia, China, Irán y el movimiento libanés Hezbolah. En el bando opuesto, y apoyados por Estados Unidos, Israel, Turquía y Arabia Saudí entre otros, están los rebeldes del “Ejército Libre de Siria”, así como decenas de milicias yihadistas, grupúsculos estos últimos próximos a Al Qaeda y participados muchas veces por combatientes extranjeros que luchan no solo para acabar con el “tirano” AlAsad, sino también para instaurar en la región un califato en el que rija la sharia o ley islámica. En su mensaje a los líderes del G-20, el papa Francisco denuncia también, y con toda razón, que en Siria nunca se ha trabajado realmente por la paz, y que desde el principio del conflicto “han prevalecido los intereses unilaterales”,

que –asegura– “han impedido la búsqueda de una solución que hubiese evitado una matanza sin sentido”. Las palabras del Pontífice son una y otra vez respaldadas por todos y cada uno de los líderes cristianos de la zona, independientemente de su confesión. El patriarca melquita (greco-católico) de Damasco, Gregorio III Laham,

todavía no hemos salido”. “¿Por qué los que dicen actuar por el bien del pueblo sirio –añade– no intervinieron antes presionando y con las herramientas de la política? [...] Si se quiere detener la masacre de civiles sirios, en primer lugar se debe suspender el envío de armas y municiones a las partes involucradas y se debe obliNÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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ven a atacar un país? ¿Quién los ha nombrado policía de la democracia en Oriente Medio?”.

El drama de los cristianos

gar a las potencias regionales que alimentan la confrontación a trabajar para hallar una solución”. Con todo, la voz más contundente de cuantas se oponen a una represalia contra Al-Asad es la del patriarca de Jerusalén. “Estamos siendo testigos de una lógica que hace recordar la preparación de la 18 misioneros

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guerra en Irak en 2003”, afirmaba Mons. Fouad Twal a finales de agosto. “No se debe repetir esa comedia de las armas de destrucción masiva en Irak, cuando en realidad no había ninguna. [...] Nuestros amigos de Occidente y Estados Unidos no han sido atacados por Siria. ¿Con qué legitimidad se atre-

A todas esas voces, lanzadas desde el terreno, hay que sumar los llamamientos desde otras partes del mundo. Todos en la misma línea. Todos contra la guerra y a favor de la paz. Y que pueden resumirse en esta frase del arzobispo anglicano de Sudáfrica y premio Nobel de la Paz Desmond Tutu: “Lo que necesita Siria es una intervención humanitaria, y no una operación militar”. Al presidente Obama escriben, para tratar de frenar los ataques, desde el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill de Moscú, hasta el presidente de los obispos de Estados Unidos, cardenal Timothy


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Los principales líderes religiosos han hecho un llamamiento al diálogo para poner fin al conflicto. Dolan. El primero le pide que escuche “las voces de los líderes religiosos que de forma unánime se oponen a cualquier intervención militar en el conflicto”. El segundo le insta el 4 de septiembre, en nombre de sus hermanos de Episcopado, a buscar una “solución política” a la guerra, y a trabajar para construir “una sociedad inclusiva en Siria que proteja los derechos de todos sus ciudadanos, incluidos los cristianos y otras minorías”. Una de las cartas más emotivas dirigidas a Obama fue la del arzobispo siro-católico de Hassaké-Nsibi, quien le recordó su

condición de Premio Nobel de la Paz y que en su nombre resuena la palabra “baraka”, que quiere decir “bendición”. La petición de los obispos estadounidenses de protección para “todos los ciudadanos sirios, incluidos los cristianos y otras minorías”, no es baladí, toda vez que está en juego nada menos que la milenaria presencia cristiana en el país. Antes de que estallaran las hostilidades, Siria contaba con 22 millones de habitantes y, de ellos, unos 3,5 millones (el 16%) según unas fuentes, 2,2 millones (el 10%) según otras, eran cristianos. Y a

diferencia de lo que ocurría en otras partes de Oriente Medio, la convivencia entre ellos y los musulmanes era allí ejemplar. “No era extraño que el muftí visitara la catedral o a los patriarcas”, asegura una joven cristiana madrileña que viajó a Damasco en 2006. Hoy, sin embargo, al menos 450.000 creyentes en Jesucristo han abandonado ya sus hogares, con destino a los campos de refugiados de los países vecinos. Como ocurriera en Irak, el país se vacía poco a poco de cristianos. En la ciudad de Homs, por ejemplo, antes del inicio de la guerra vivían más de 10.000 fieles, y ahora queda apenas medio centenar. Alepo ha perdido también a más de 30.000; Homs, a otros 10.000, etc. La localidad de Maalula, de unas 3.000 almas, situada a unos 50 kilómetros de Damasco, fue tomada el 7 de septiembre –el día de oración por la paz, precisamente– por yihadistas islamistas. Se trata de un lugar simbólico, testimonio de la presencia cristiana en la región y uno de los tres sitios (todos ellos en Siria) en los que aún se habla el arameo, la lengua de Jesús. Unos días después fue reconquistada nuevamente por las tropas del Gobierno, pero en ese tiempo los islamistas ya habían saqueado las casas de los cristianos y quitado las cruces de los lugares de culto. En uno de esos asaltos asesinaron a tres greco-católicos: Michael Taalab, su primo Antoun y su nieto Sarkis el Zakhm. Según el relato de una mujer que sobrevivió a la matanza, y que resultó herida, los islamistas les conminaron a todos ellos a convertirse al islam bajo pena de muerte. El joven Sarkis respondió: “Yo soy cristiano, y si quieres matarme por ello, hazlo”. Fue asesinado a sangre fría, junto a los otros dos. NÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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IGLESIA A FONDO

No solo los fieles están padeciendo persecución y odio por su fe en esta guerra. El clero también está pagando con su sangre su compromiso y presencia junto al pueblo sufriente en estos duros momentos. El 15 de enero de este año, por ejemplo, fallecía en Alepo, en un brutal atentado que costó también la vida a otras 86 personas, la hermana Rima, una religiosa de las Maestras de Santa Dorotea y de los Sagrados Corazones, de tan solo 40 años de edad. Y desde el pasado 22 de abril están en paradero desconocido los dos obispos ortodoxos de Aleppo: Grego-

Unos 450.000 cristianos han huido de territorio sirio para buscar asilo en los campos de refugiados. rios Yohanna Ibrahim, de la Iglesia siro-ortodoxa, y Boulos al-Yazigi, de la greco-ortodoxa, este último hermano del patriarca grecoortodoxo de Antioquía, Yohanna X al-Yazigi. Ambos prelados fueron capturados por hombres armados (al parecer, extranjeros) cuando se dirigían a negociar la liberación de dos sacerdotes que habían sido secuestrados en febrero: el P. Michel Kayyal, armenio católico, y el P. 20 misioneros

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Maher Mahfouz, greco-ortodoxo. La suerte de todos ellos sigue siendo una incógnita a la hora de redactar estas líneas. Algunos medios han informado de que los obispos podrían haber sido asesinados a finales de mayo por un grupo extremista musulmán denominado Partidarios del Califato, pero se trata tan solo de rumores que no han podido ser confirmados. “Hasta el momento

–aseguraban a mediados de agosto en el patriarcado siro-ortodoxo de Antioquía– no tenemos ninguna pista que contradiga la esperanza de que estén vivos y con buena salud. Lo cierto es que, a día de hoy, no sabemos realmente quién los secuestró”. El sacerdote que conducía el vehículo en el momento de la captura fue asesinado en el lugar de los hechos. Tampoco se sabe nada, desde primeros del mes de agosto, de otro sacerdote, el jesuita italiano Paolo Dall’Oglio, desaparecido en la localidad de Raqqa cuando trataba de mediar en los combates que mantenían distintas facciones por el control de la zona. Así están las cosas hoy en Siria. Las Iglesias presentes en el país –hasta 17 confesiones cristianas– tienen claro que la guerra no es una salida, y que la solución ha de pasar por conversaciones de paz, por un diálogo que “debe ser apoyado y hasta impuesto, si es necesario”, en palabra del obispo


Deber de injerencia

humanitaria

auxiliar de Jerusalén y vicario patriarcal para Palestina, Mons. William Shomali. La guerra es un camino sin retorno. “Todos son perdedores y nadie es vencedor”, afirma el P. Nawras Sammour, responsable del Servicio Jesuita a Refugiados en Oriente Medio y el Norte de África. Sabe de lo que habla. En Zatari, Jordania, se levanta ya el que es el segundo mayor campo de refugiados del mundo, con 120.000 acogidos sirios, solo superado por el de Daadab, en Kenia. Mientras las potencias deciden la suerte final de Siria, la Iglesia, con el papa Francisco a la cabeza, sigue orando por el país y sus atribuladas gentes. Lo hace con dolor, pero también con esperanza. Y es que, como recuerda el arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede en la Oficina de la ONU en Ginebra, parafraseando al Papa: “Nosotros no nos dejamos robar las esperanzas”. JOSÉ IGNACIO RIVARÉS

oda acción bélica que tienda indiscriminadamente a la destrucción de ciudades enteras o de extensas regiones junto con sus habitantes es un crimen contra Dios y

“T

ligro la supervivencia de pueblos enteros y grupos étnicos" (Juan Pablo II, 1992). A la luz de esta doctrina, ¿no estaría moralmente legitimada una intervención militar en Siria por motivos humanitarios,

mayor del bien que se quiere realizar. Y aboga, por ello, por el diálogo y la negociación a través de la vía diplomática. A la hora de redactar estas líneas, la apuesta por la paz estaba ganando la

la humanidad que hay que condenar con firmeza y sin vacilaciones", afirma la constitución apostólica Gaudium et Spes, del Vaticano II. Y el Magisterio pontificio posterior subraya el deber de injerencia humanitaria de los Estados en aquellas "situaciones que ponen gravemente en pe-

máxime cuando antes de la matanza del 21 de agosto ya había habido al menos otras dos denuncias por ataques químicos? La Santa Sede considera que no. Estima que no se dan las circunstancias que justifiquen esa intervención, consciente de que esta podría acarrear un mal mucho

batalla, y Siria, uno de los siete países del mundo que no habían firmado la Convención de Armas Químicas de 1997, parecía dispuesta a poner su arsenal químico bajo supervisión de la ONU y a suscribir dicho tratado, hechos estos que evitarían, supuestamente, el ataque exterior.

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PRIMER PLANO

RUANDA ELECCIONES LEGISLATIVAS

IMPOSIBLE LA DISIDENCIA El pasado 16 de septiembre Ruanda celebró elecciones legislativas. Como se esperaba, el partido en el poder obtuvo una mayoría aplastante. Bajo una apariencia de orden se oculta una sociedad bajo presión y un poder absoluto de la minoría tutsi que no tolera la más mínima disidencia.

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E

l Parlamento de Ruanda es el único del mundo donde hay más mujeres que hombres, nada menos que el 56%. Pero la diversidad se acaba en el género. Si entramos en el respeto a otra pluralidad, la política, esta no existe. El Frente Patriótico Ruandés (FPR), en el poder desde 1994, ha tenido siempre una mayoría aplastante de diputados y volvió a tenerla tras las últimas elecciones legislativas, celebradas el pasado 16 de septiembre, en las que consiguió el 76% de los votos. Dos de los otros tres partidos que se presentaron son vistos como una réplica del poder: baste pensar que el Partido Social Demócrata (que obtuvo el 13% de los votos) está dirigido por el mi-

nistro de Educación, y el Partido Liberal (que alcanzó el 9%) lo encabeza el ministro de Deportes. En cuanto al tercero de ellos, el PS-Imberakuri, que participó por primera vez en unas elecciones, tiene una historia muy particular: su líder, Bernard Ntaganda, está en la cárcel desde 2011, acusado de “incitación a la división étnica”, y su vicepresidente, Alexis Bakunzibake, fue secuestrado y torturado el año pasado por agentes de la seguridad estatal. El partido está dividido entre los fieles a Ntaganda y a su actual presidenta, Christine Mukabunani, vista como menos radical. Durante la campaña electoral hubo varios mítines de este partido que terminaron en fiasco. “Las autoridades decían a la gente


que si venían a nuestros actos tendrían problemas”, se quejó la señora Mukabunani. No es de extrañar que el Imberakuri no llegara al 5% de votos necesario para obtener un escaño. ¿Oposición en Ruanda? “El poder no distingue entre partidarios del Gobierno y opositores, sino entre leales al poder y terroristas”, sentencia el periodista español Alberto Rojas, quien visitó esta nación centroafricana en julio de este año. Rojas señala que “la verdadera oposición está o en el exilio o en la cárcel”, lo que explica que no haya participado nunca en ninguna elección. El Partido Verde, autorizado in extremis en agosto pasado, tiró la toalla en el último minuto. El que tendría más posibilidades de presentar una verdadera oposición al presidente Paul Kagame, las Fuerzas Democráticas Unificadas (FDU), no ha sido nunca autorizado a registrarse, y su líder, Victoire Ingabire, languidece en una prisión de Kigali, después de que fuera condenada a ocho años de cárcel en 2010, acusada de “minimizar el genocidio” y de conspiración. Las elecciones legislativas se realizaron en el curso de tres días consecutivos. El 16 de septiembre se eligieron 53 de los 80 diputados, los que representan a los partidos políticos. Durante los dos días siguientes, asociaciones de mujeres y consejeros locales eligieron a los representantes de los llamados “grupos de interés”: 24 mujeres, más dos diputados para los jóvenes y uno para los discapacitados. Tres días antes de los comicios, hubo en Kigali dos ataques con granadas, que se cobraron dos muertos y 14 heridos. Las autoridades culparon al FDLR (Frente Democrático de Liberación de Ruanda), la guerrilla ruandesa que lucha en el este de la República Demo-

crática del Congo, algunos de cuyos dirigentes participaron en el genocidio contra los tutsis de 1994. Poco antes de las últimas elecciones presidenciales de 2010 ya hubo otro ataque similar, que causó cuatro muertos y 50 heridos.

Alguna luz, demasiadas sombras Desentrañar la realidad en Ruanda es un ejercicio que obliga a mirar más allá de las apariencias. Desde hace muchos años, Kagame

es visto por los donantes occidentales como un modelo de líder que ha conducido a su país hacia el progreso. Ruanda es aún muy pobre –la mayor parte de la gente vive con menos de un euro al día–, pero es mucho menos pobre que hace dos décadas. La mortalidad infantil se ha reducido en un 70%, la economía ha crecido a una tasa anual del 8% durante los últimos cinco años, y el país está entre las pocas naciones africanas que han puesto en marcha un programa

Desde 1994 el Frente Patriótico Ruandés ha tenido siempre una mayoría aplastante en el Parlamento.

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de seguro médico universal. La esperanza de vida se ha incrementado de los 34 años en que se fijaba en 1994, a los 56 años de ahora; las muertes por malaria han descendido muchísimo gracias a programas de prevención. El autor de este artículo visitó el país hace cinco años y pudo ver en la capital, Kigali, y en otras localidades, como Ruhengeri y Butare, una gran limpieza (entre otras cosas, por la prohibición de utilizar bolsas de plástico), orden y seguridad. Las carreteras son excelentes y el transporte público es seguro, barato y puntual. Sectores como la producción

del café y el turismo se han desarrollado mucho, y sorprende ver que el país hace grandes progresos de tecnología punta en informática. Kigali se transforma con rapidez en una ciudad donde los rascacielos surgen como hongos y abundan las inversiones extranjeras. En parte, estos avances se deben al hecho de que Ruanda es un país pequeño y bien comunicado, con una cultura tradicional que favorece la disciplina. Con circunstancias así, es más fácil implementar programas de desarrollo que en otros países africanos. 28 misioneros

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Pero estos avances tapan una realidad social potencialmente explosiva. Nadie en Ruanda puede hablar del genocidio del 94 cuestionando la versión oficial, que afirma que solo hubo un genocidio, el perpetrado contra los tutsis. Todas las sociedades tienen su gran mito fundacional, y en el caso de la Ruanda de Kagame este es el suyo. Quienes se han atrevido a hablar en público de las matanzas perpetradas por el FPR contra la mayoría hutu durante la guerra de 1990 a 1994 o en años posteriores han acabado en la cárcel, como es el caso de Victoire Ingabire. El apa-

Nadie en Ruanda puede cuestionar con libertad la versión oficial sobre el genocidio de 1994. rente orden social oculta una realidad de auténtico miedo, lo que no es extraño en un país con un sofisticado sistema de inteligencia, presente en todas partes. Basta entrar en un autobús o en un bar para ver que, al contrario de lo que uno se encuentra en cualquier otro país africano, nadie habla. Muy relacionado con este problema está el de cómo mantener la

ficción de unidad y concordia, cuando en realidad es la minoría tutsi (sobre todo, la que ha emigrado de Uganda y Burundi durante las dos últimas décadas), que representa el 15% de la población, la que gobierna a la mayoría hutu, oficialmente acusada en bloque de haber participado en el genocidio. Astutamente, Kagame ha intentado en los últimos años inte-


PRIMER PLANO

grar a líderes de etnia hutu en su partido y su Gobierno para ofrecer una apariencia de unidad. Pero los puestos más altos corresponden siempre a tutsis, casi todos ellos de origen ugandés. En el país existen programas gubernamentales de “acción en favor de los supervivientes del genocidio”, y de este modo se aseguran becas de estudio y los puestos de trabajo de mayor responsabilidad a los miembros de la minoría en el poder. El artífice de este sistema, Paul Kagame, ganó las últimas elecciones presidenciales, en 2010, con el 93% de los votos. En aquella ocasión, hubo bastantes casos de colegios electorales donde los agentes del partido en el poder rompían la papeleta si no se había marcado el nombre de Kagame. Según la Constitución en curso, que limita a dos mandatos de siete años el tiempo que el presidente

puede estar en ejercicio, Kagame no podría presentarse a los próximos comicios, previstos para 2017. Pero en los círculos del poder en Kigali se habla cada vez más de una inminente reforma de la Constitución, aduciendo razones de seguridad. El escepticismo de la gente crece cada vez más, ante la fic-

ción de un sistema al que se puede calificar de todo, menos de democrático. Esto podría explicar por qué durante las recientes elecciones municipales hubo un 25% de abstención (la obligatoriedad del voto ha sido abolida hace poco). En un ambiente así, no sorprende que los pocos que se atreven a criticar al régimen en el poder, particularmente los periodistas, arriesguen seriamente su vida. Abundan los ejemplos. En marzo de 2011, René Claudel Mugenzi, un activista pro derechos humanos que vive en Reino Unido, habló en un programa-debate de la BBC sobre la posibilidad de una revolución en Ruanda de corte similar a la “primavera árabe”. Pocas semanas después, recibió una carta de Scotland Yard avisándole de que tenían información seria sobre la preparación de un atentado contra él. En diciembre de ese mismo año, el periodista Charles Ingabire, que dirigía un periódico digital muy crítico con Kagame, fue asesinado a tiros en un bar de Kampala. La periodista de Umurabyo Saidati Mukakibibi permanece, desde 2010, en una cárcel de Ruanda, por haber comparado a Kagame con Adolf Hitler. Otra informadora, Agnes Uwimana Nkusi, fue condenada reciente-

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mente a cuatro años de cárcel después de editar artículos críticos con el presidente. Peor suerte corrió Jean-Leonard Rugambage, que recibió un tiro en la cabeza el día después de publicar un artículo en el que acusaba al Gobierno de Kagame de estar detrás del atentado contra su antiguo colaborador el general Kayumba Nyamwasa, en Sudáfrica, a finales de 2010. El último de esta larga cadena de incidentes ocurrió en agosto de este año. Pascal Manirakiza, un refugiado ruandés que desapareció en Kampala, fue encontrado inconsciente y con signos de haber sido torturado en un cementerio cerca de la capital ugandesa. Era uno de los cuatro ruandeses que pocos días antes habían declarado a la BBC haber sido víctimas de un reclutamiento forzoso por parte de militares gubernamentales para combatir con el M23 –grupo rebelde formado por tutsis– en la vecina República Democrática del Congo.

Kagame y el Congo Es precisamente este apoyo de Ruanda al M23 lo que ha provocado un giro decisivo en las políticas de países occidentales donantes y de la ONU, de cuyos sentimientos de culpabilidad por su falta de acción durante el genocidio del 94 Kagame ha sabido sacar buen partido. Durante muchos años Ruan30 misioneros

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da ha apadrinado a varios grupos congoleños dominados por tutsis en un intento de formar una zona satélite al otro lado de su frontera. Los beneficios han sido enormes: baste pensar que, aunque el país no tiene minas de oro ni de diamantes, durante los últimos años ha sido uno de los grandes exportadores de estos minerales preciosos, además de otros de gran valor para la industria electrónica de última generación, como el coltán y la casiterita. Dos informes publicados por grupos de expertos de Naciones Unidas acusaron al Ejército de Ruanda de estar al final de la cadena de mando del M23 y de haber enviado tropas a la R. D. del Congo para apoyar a este grupo. Aunque Kagame siempre ha negado estar implicado, sus argumentos de defensa han pesado menos que la abrumadora evidencia de estos informes. La ocupación de Goma durante diez días por parte del M23, en noviembre del año pasado, marcó el punto álgido de hartazgo. Poco después, Estados Unidos cortó 200.000 dólares en ayuda militar, una cantidad muy modesta, pero fue una señal que siguieron otros países. Reino Unido, Alemania, Suecia, Holanda, Bélgica y la Unión Europea suspendieron o retrasaron parte de sus programas de asistencia al país, y en julio un

portavoz del Departamento de Estado dijo por primera vez que Ruanda tenía que cesar su apoyo militar al M23. Fue la primera vez que Kagame perdió una batalla de relaciones públicas internacionales. Tal vez para intentar restaurar su imagen, en septiembre de este año accedió a ser entrevistado por el periodista Jeffrey Gettleman, del New York Times, quien había intentado en vano durante tres años ser recibido por el mandatario. El resultado para Kagame fue como dispararse en el pie. La larga entrevista –contestada por la Oficina de Prensa de la Presidencia tras su publicación– presenta el retrato de un dictador cruel y caprichoso, que responde a la defensiva con argumentos débiles que rayan en la mentira descarada. También en la ONU se ha empezado a usar otro lenguaje: a finales de agosto, el subsecretario de la ONU para Misiones de Mantenimiento de Paz, Edmont Mulet, presentó un informe muy severo al Consejo de Se-


intervención de la ONU en el este del Congo, que consiguió alejar al M23 de Goma en agosto, esté formada en su mayoría por militares tanzanos. Solo una intervención diplomática de Uganda a última hora consiguió salvar la tensión, que amenazaba con convertirse en un conflicto militar. En un análisis muy certero sobre el papel de Ruanda en el Congo, el presidente de la African Royal Society de Londres, Richard Dowden, afirmaba el año pasado: “Cuando una situación similar ocurrió en Sierra Leona, la comunidad internacional fue tras la pista de los principales padrinos de los rebeldes, particularmente el

guridad –del que Ruanda es miembro–, acusando a soldados ruandeses de haberse infiltrado en la última ofensiva sobre Goma. Sin pelos en la lengua, Mulet señaló también a los milicianos del M23 como responsables de los obuses que cayeron cerca de Gisenyi, en territorio ruandés, para que Ruanda tuviera un pretexto para intervenir de nuevo en el Congo. Pero Kagame no está perdiendo solo batallas diplomáticas con los países occidentales, sino también con algunos de sus vecinos más

influyentes. En una cumbre internacional de los países de los Grandes Lagos, celebrada en mayo de este año, el presidente tanzano, Jakaya Kikwete, dijo que la solución a los problemas del Congo pasaba, no solo por la negociación entre el gigante africano y el M23, sino también por unas conversaciones de paz entre el Gobierno ruandés y los rebeldes hutus del FDLR. Ruanda respondió que tales declaraciones eran un “insulto”. Tampoco ha ocultado su disgusto ante el hecho de que la nueva brigada de

presidente de Liberia, Charles Taylor, por haber financiado los asesinatos y la destrucción en Sierra Leona. La evidencia que apunta al apoyo de Ruanda a grupos rebeldes en Congo es incluso mayor, pero debido al genocidio y a los buenos programas de desarrollo en Ruanda, los donantes occidentales no la criticarán y el este del Congo seguirá sufriendo”. Desde que escribió estas líneas, sin embargo, muchas cosas han empezado a cambiar. JOSÉ MANSO ORTIZ NÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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INFORME

La fórmula matemática que sirve de lema para el DOMUND 2013, "Fe + Caridad = Misión", esconde tras de sí la llamada del Papa a no desligar nunca la acción de la oración, la labor puramente asistencial del anuncio del Evangelio. De cómo este maridaje se hace posible en el día a día dan testimonio los 13.000 misioneros españoles repartidos en 130 países de los cinco continentes. Ellos saben sobre el terreno que "la fuerza de nuestra fe, a nivel personal y comunitario, se mide por la capacidad de comunicarla a los demás, de difundirla", como subraya el papa Francisco.

L

a Iglesia no es una ONG. Tampoco una empresa. Desde que fuera elegido como sucesor de Pedro, el papa Francisco ha insistido en esta idea cada vez que ha ahondado en la naturaleza y el papel de la Iglesia, y en el sentido de su labor asistencial. En el Mensaje de este año para la celebración de la Jornada Mundial de la Misiones también ha querido subrayar este aspecto, para dar sentido pleno a la tarea evangelizadora de los cristianos. De ahí la sencilla fórmula matemática en la que se enmarca este año el DOMUND, que se celebra el 32 misioneros

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próximo 20 de octubre: “Fe + Caridad = Misión”. Acción y contemplación de la mano. Ser y hacer, justo cuando está a punto de ponerse el broche final al Año de la Fe y en el momento en el que la Nueva Evangelización se presenta como el reto. Una suma de esfuerzos que se refleja en la entrega abnegada de todos los misioneros y misioneras –entre ellos, los 13.000 misioneros españoles repartidos por 130 países– que se encuentran en aquellos lugares donde es más necesario dar a conocer el Evangelio. En 2012 se recaudaron en España 13,76 millones de euros a través


de las colectas, suscripciones domiciliadas, herencias, legados y testamentos de las diócesis de nuestro país, para responder a las necesidades misioneras a través de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe. En cuanto a la distribución de los 14,68 millones alcanzados en 2011 y puestos al servicio de la Santa Sede desde España en 2012, África fue la principal beneficiada. Hasta 40 países africanos llegaron los 10,77 millones que se distribuyeron por todo el continente, siendo Tanzania, Camerún y Uganda los países donde se concentraron las ayudas más cuantiosas. A Asia se enviaron casi dos millones de euros, mientras que América recibió 1,68 millones, y Oceanía, algo más de 270.000 euros. Hoy por hoy 1.103 circunscripciones eclesiásticas dependen de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Son los tradicionalmente conocidos como “territorios de misión”, que representan el 37% de la Iglesia universal. En ellos, cada sacerdote se ve obligado a atender una media de 45.874 habitantes, una cifra que supera en más de dos veces la me-

dia mundial. En estos ámbitos, la Iglesia se hace cargo de 26.711 instituciones sociales, entre hospitales, residencias de ancianos, orfanatos, comedores... Eso, sin contar con los 99.045 centros educativos, desde guarderías hasta universidades, que llevan adelante sacerdotes, religiosos y laicos. En cada uno de estos lugares es donde se hace palpable la imagen utilizada por el Papa en su primera entrevista a un medio impreso, La Civiltá Cattolica, en la que expresa su sueño de una Iglesia similar a “un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene alto el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas”. Y en esta “Iglesia-hospital de campaña”, en medio de todo tipo de conflictos, se encuentra el misionero, que trata de salvar vidas, incluida la suya, y también de darla; y de devolverle a la existencia la dignidad arrebatada.

A los “suburbios” Bien lo sabe Isabel Elizari, misionera dominica del Rosario, que ha vivido 44 años en la localidad de Pingtung, en Taiwán. Desde NÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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INFORME DOMUND 2013

hace tres años es la coordinadora de la comunidad que las religiosas tienen en Barañáin (Navarra), pero está deseando volver a la misión. “A menudo se nos dibuja a los misioneros como seres especiales, pero no es tan heroico como lo pintan”, dice con cierta modestia Elizari, quien, después de una primera experiencia en Filipinas, fue destinada a la mencionada isla asiática. Allí dedicó los primeros 20 años de su labor evangelizadora a ser, entre otras cosas, una madre para las huérfanas de una casa de acogida, además de participar activamente en la animación pastoral. “Cuando la sociedad taiwanesa evolucionó y comenzó a aumentar la asistencia social a los menores, nos volcamos en la ayuda a los presos, a los drogadictos y a los enfermos de sida, una labor que compaginábamos con la catequesis de adultos”. En su Mensaje con motivo del DOMUND, el papa Francisco recuerda que “toda comunidad es ‘adulta’, cuando profesa la fe”, y cuando es capaz de salir “del propio ambiente para llevarla también a los ‘suburbios’, especialmente a aquellos que aún no han tenido la oportunidad de conocer a Cristo”. Isabel lo sabe bien. Y es que, teniendo en cuenta que Pingtung celebra este año el 70 aniversario de la llegada de los primeros católicos a la ciudad, esta misionera dominica del Rosario puede ser considerada uno de los referentes de este desafío evangelizador, una labor puerta a puerta durante cuatro décadas. “Actualmente en la ciudad puede haber unos 2.500 católicos; para acompañarles solamente hay allí dos sacerdotes, y nuestra comunidad de seis religiosas: tres de ellas jóvenes y otras tres mayores”, explica al referirse a las limitaciones con las que se encuentran; aunque 34 misioneros

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a renglón seguido bromea: “Eso sí, tenemos una moto que corre mucho y que nos permite llegar a más de lo que creemos”. Al echar la vista atrás, a Isabel le resuenan con especial fuerza las escenas de todo aquel que daba el paso para bautizarse, todo un salto de fe en una sociedad como la taiwanesa, que vive abierta a la trascendencia, con el taoísmo como principal corriente religiosa. “Tengo presente a un profesor budista que había dedicado gran parte de su vida a investigar las religiones. Todas, menos el cristianismo. Tuvimos un encuentro en el que apenas le planteé unas nociones básicas, pero fue escucharme

Isabel Elizari, misionera dominica del Rosario.

Con entrega abnegada, los misioneros realizan su labor allí donde es más necesario dar a conocer el Evangelio. decir que Dios es Padre y descubrió que había encontrado la verdad. Desde ese momento me insistió en que quería bautizarse, y eso que todavía ni siquiera habíamos ahondado en la figura de Jesús. Aquel encuentro me llenó también a mí, sobre todo, por saber que había descubierto por fin el sentido de la vida y de la muerte”.

El salesiano Antonio Gutiérrez también revive con intensidad esos primeros encuentros de las comunidades indígenas con Cristo; primero en Benín, durante 19 años, y después en Togo, donde vivió otros seis. “Con los mocolé, en Benín, empezamos desde cero, tanto en la comunicación básica como en la evangelización. Tanto es así que


xima fue la que aplicó los cuatro años que vivió en la localidad de Parakou, donde los salesianos levantaron una parroquia y una escuela profesional, que continúa hoy a pleno rendimiento. Los quince años que pasó luego en Kandi, también en Benin, permitieron a los misioneros salesianos pasar de una parroquia a edificar cinco, además de llevar a cabo la construcción de decenas de pozos, con consecuencias directas en la promoción femenina y el fortalecimiento de la familia: “Cuando logras que un pueblo tenga un pozo cerca, las cuatro horas que

creamos un evangelio y un catecismo con dibujos para poder explicarles el significado, además de elaborar el primer diccionario mocolé/francés”, detalla Antonio, quien defiende que “yo no me presentaba con la intención de convertirles, simplemente iba a compartir la vida con ellos”. De esa convivencia, surgieron experiencias pastorales que para nuestro misionero tienen un valor impagable. Como el grupo de ocho jóvenes “con los que me reunía cada jueves por la tarde durante una hora a la luz de la linterna y de la Palabra. Comentábamos el Evangelio y ellos expresaban cómo se iban sintiendo. ¡En una ocasión, uno de ellos me llegó a decir que me consideraban el ‘Espíritu Santo’ en mocolé!”. Esta labor de catequesis iba siempre ligada a proyectos de desarrollo: la fe, de la mano de la caridad. “¿Qué fe te voy a transmitir, si no me preocupo de lo que te ocurre? Caridad es acoger al otro, contar con el otro desde lo que creemos”, reflexiona. Esta máNÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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INFORME DOMUND 2013 José Luis Román, misionero comboniano.

suelen invertir las mujeres cada día para buscar agua se reducen a 20 minutos, lo que les permite tener más tiempo para poder acudir a la escuela, además de encontrar en la agricultura un medio de supervivencia”. En Cinkasse, pequeña población al norte de Togo, el cometido de Antonio Gutiérrez se centró en apoyar el proyecto de formación de niños y la alfabetización de adultos, aunque él se siente especialmente orgulloso del acompañamiento a los matrimonios. “Aunque eran cristianos, seguían viviendo según los cánones de su tradición ancestral, la cual marcaba que, si el hombre se dejaba ver con su esposa, era signo de debilidad, por lo que apenas hacían vida en común. Trabajando con el Evangelio, descubrieron la fuerza del matrimonio”, comenta. El destino más reciente del salesiano ha sido Túnez, donde ha vivido un año y medio muy intenso, marcado por la “primavera árabe”. “No creo que todos aquellos 36 misioneros

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esfuerzos hayan caído en saco roto. Lo que ocurre es que todavía les queda un largo camino por recorrer, que no podemos juzgar desde nuestra mentalidad y manera de ver las cosas”, explica a la espera de su nuevo destino, que pasa por el África anglófona.

Apostar por Jesús “Cuando has nacido prácticamente siendo católico, uno de los hechos que más te sorprende de la misión son las conversiones adultas. Entre otras cosas, porque caes en la cuenta del paso vital tan grande que tienen que dar aquellos que deciden apostar por Jesús y las renuncias que conlleva, romper con la tradición de su pueblo y aceptar unos valores que, en cierto sentido, vienen de fuera”, subraya también José Luis Román Medina, misionero comboniano que ha vivido 18 años en Sudáfrica, los diez primeros en una misión rural con los changanas, a los que hay que sumar otros ocho como formador de jóvenes. Durante

tres de estos años fue el promotor vocacional de la provincia comboniana a la que pertenecía, lo que le hizo vivir aún más de cerca “cómo este salto al vacío era más pronunciado en aquellos que deciden consagrarse, puesto que el arraigo familiar es muy fuerte”. Aun así, Román confirma que los seminarios diocesanos están prácticamente llenos desde hace una década: “Podemos afirmar que el hecho de que haya un cristianismo de segunda generación ha provocado que los jóvenes sientan la fe en Cristo no como algo ajeno, sino propio, que les permite vivir la liturgia y el compromiso de forma muy intensa”. Precisamente en la hoja de ruta para el DOMUND 2013, el Papa subraya la labor de estas Iglesias jóvenes, que “están trabajando generosamente en el envío de misioneros a las Iglesias que se encuentran en dificultad –no es raro que se trate de Iglesias de antigua cristiandad–, llevando la frescura y el entusiasmo con que estas viven la


Dar relieve a la dimensión misionera

U

Anselmo José Alfândega, misionero de Mariannhill.

fe que renueva la vida y dona esperanza”. Nuestro país cuenta con medio millar de sacerdotes procedentes de otros países, una cifra que va en aumento y que responde también al descenso de vocaciones en el mundo occidental. Uno de ellos es el padre Anselmo José Alfândega, misionero de Mariannhill, destinado desde 2007 en la comunidad que su congregación tiene en Salamanca y ordenado sacerdote hace ahora dos años en su Mozambique natal: “No nos podemos quedar de brazos cruzados”, opina Anselmo. Esta inquietud fue la que le hizo toparse con su vocación misionera. En 1994, con 31 años, aprobó unas oposiciones en su país, haciéndose con una plaza en el Instituto Nacional de la Seguridad Social, un empleo que le llevó a tratar diariamente con personas que acumulaban problemas sociales, económicos, personales... y espirituales. Se sentía limitado. “La semilla nació ahí. Yo quería ayudar más, dar más. Tenía la gran suerte

de tener un puesto de trabajo y un sueldo fijo, algo muy complicado en mi país. Sin embargo, veía que aquello no me llenaba”. Cuatro años después, Anselmo era admitido al postulantado de Mariannhill. “Me hice misionero para evangelizar, para ir a aquel lugar donde haya necesidad de que la voz de Dios se escuche, donde haya un grito, aunque sea silencioso, de un pueblo que necesita de Palabra y de alimento”. En Salamanca, formando parte del equipo del Centro Internacional de Formación que tiene su congregación y donde se preparan ocho jóvenes africanos para la misión, celebrará el domingo misionero por excelencia con una idea clara: “En nuestra Iglesia tenemos que mirarnos con ojos de amor; es ahí donde nace la caridad de la que habla el lema. Y vivir en la línea de la caridad implica ser humildes, porque sin humildad no podemos reconocer que hay personas que sufren a nuestro lado y que nos necesitan”. JOSÉ BELTRÁN

no no puede dar aquello que no tiene. Lo deja claro el Papa en este octubre misionero, que busca "dar relieve a la dimensión misionera en los programas pastorales y formativos, sintiendo que el propio compromiso apostólico no está completo si no contiene el propósito de «dar testimonio de Cristo ante las naciones»". "Aunque en el caso de los sacerdotes y religiosos los estudios de Teología y Ciencias Religiosas están incluidos en su formación, también en los laicos se percibe un deseo cada vez mayor de formarse. Sin embargo, estos se topan con la dificultad del tiempo y cómo encauzar esa inquietud dentro de su planificación vital", reflexiona Eduardo Toraño, profesor del Curso de Evangelización Misionera dentro de la Cátedra de Misionología, creada en 2007 en la madrileña Universidad San Dámaso. "Todo aquel que ha tenido una experiencia de fe necesita profundizar en ella, tanto para crecer, como para comunicárselo a los demás, y para ello hay que prepararse", comenta Toraño. "El primer paso es generar un encuentro vivo con Cristo. Hay que propiciar un espacio alegre y entusiasta, una comunidad donde haya gente que vibre con su fe. En este aspecto es donde fallamos a menudo los cristianos; damos la imagen de que la fe es algo encorsetado, normativo. Por eso, hemos de volver a esa Iglesia de Pentecostés, que actúa movida por el Espíritu Santo", detalla el sacerdote, que considera esto como paso previo para poder contagiar la Buena Noticia "por medio de la predicación y de los signos, con gestos y actitudes que se reflejan a través de la caridad". NÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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CARISMAS MISIONEROS INSTITUTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Sembrando la necesidad de Dios

E

l Instituto de la Santísima Trinidad fue fundado en Valencia (España) en el año 1885 por Rosa Cuñat, Tomasa Balbastro, Salvadora Cuñat, Ana María Gimeno y Rosa Campos, bajo

la orientación del presbítero don Juan de la Concepción Calvo. San Pío X le concedió la aprobación pontificia el 17 de agosto de 1909. Tiene su Casa Generalicia en Valencia, C/ Orihuela, 45. Desde los orígenes del instituto el sentir de nuestras fundadoras se centró en la educación y la catequesis. Empezaron a vivir en comunidad el día 6 de enero de 1881, fiesta de la Epifanía del Señor, y el día 7 abrieron la escuela. Había, sobre todo, que “enseñar a los pequeñuelos la Doctrina Cristiana”, dar a conocer a Dios y que todos le amasen y sirviesen. Siempre hemos querido ser fieles al carisma de nuestras fundadoras y, por eso, resaltamos la identidad de nuestra escuela, que tenemos escrita en el carácter

propio de nuestros colegios: “El Instituto Santísima Trinidad, fiel a los principios que le dieron origen, se hace presente en el mundo de la cultura a través de la escuela. Su finalidad es la formación integral de los alumnos y alumnas de acuerdo con la concepción cristiana del hombre, de la vida y del mundo, y prepararlos para participar en la transformación y mejora de la sociedad”. Desde el Carisma Trinitario-Redentor, entendemos la educación como una tarea liberadora y creadora de comunión. Acogemos a todos los que están interesados en este tipo de educación, especialmente a los más necesitados. Deseamos dar buenos conocimientos, preparar bien a nuestros alumnos, pero, sobre todo, nuestra gran tarea es evangelizar. Desde que llamaban a Jesús “el Maestro”, la escuela sigue teniendo la capacidad de ser Buena Noticia –Evangelio– para la comunidad educativa y el entorno.

Propuesta educatica: evangelizar Nuestra sociedad capta muy bien los signos del Espíritu. Está sedienta de Dios, aunque muchas veces no sea del todo consciente. No hay Nueva Evangelización sin contemplación; sin interiorización. Conscientes de esto, ofrecemos en nuestros colegios la 1ª siembra, u oratorio, para niños desde los cinco años, con el fin de cultivar la interioridad desde el silencio y el encuentro con Jesús. NÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

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Es un inicio en la oración basándonos en pasajes bíblicos y en los tiempos litúrgicos. Se lleva a cabo en horario escolar hasta 6º de primaria. A partir de 1º de ESO seguimos ofreciendo grupos de oración y compromiso. También para profesores, ex alumnos y alumnas y otras personas que tienen contacto con nosotras. Sembrar la necesidad de Dios en esta sociedad, como hicieron nuestras fundadoras Rosa Cuñat, Tomasa Balbastro, Salvadora Cuñat, Ana María Gimeno y Rosa Campos, que no se acobardaron ante las dificultades. Tenían una gran fe y confianza en Dios. En todo buscaban dar Gloria a la Trinidad. Nos toca mantener vivo el carisma, para ello el testimonio es la mejor palabra tanto a nivel individual como comunitario.

Sanidad y otros servicios En nuestra congregación siempre ha tenido fuerza la sanidad, la presencia de hermanas en los hospitales, pero, con el tiempo, esta se ha ido reduciendo. A pesar de esta circunstancia, continuamos atendiendo la pastoral de la salud y colaboramos en el servicio sanitario de los hospital públicos. Algunas hermanas hacen guardia en 46 misioneros

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estos centros, administrando la Eucaristía, visitando los enfermos y, si alguno de ellos precisa la extremaunción o confesión, llaman al sacerdote que tiene asignado el hospital. Otras hermanas colaboran en Cáritas parroquiales y atención a domicilio. Realmente la misión de nuestro instituto es muy amplia, como muy bien expresan nuestras Constituciones en el nº 20. Por ello, prestamos diversos servicios a la comunidad humana y cristiana: catequesis, educación, asistencia a enfermos, promoción humana y otras actividades que el instituto asume de acuerdo con su carisma y con el compromiso evangelizador de la Iglesia. La acción social se realiza, entre otras labores, a través de la atención a comedores de transeúntes:

en Córdoba (España), en Madrid, con el Comedor del Ave María... Nos volcamos con los niños en proceso de desnutrición: en América Latina, Madagascar... Atendemos y acompañamos a inmigrantes, a personas que están en la cárcel y también a excarcelados: en Madrid, Vallecas; en Valencia, Casal de la Pau; en Madagascar... La misión de Argentina está respondiendo sobre todo a las necesidades educativas, según el primer impulso de las fundadoras. Esta labor se realiza en dos grandes colegios: uno en Buenos Aires y otro en Córdoba, donde se forma cristianamente un alto número de alumnos y alumnas. Tenemos también una misión que atiende a los más necesitados del lugar. Se trata de una “villa miseria” –nombre que expresa perfectamente la si-


tuación de la población en esa zona– en Wilde, muy cerca de Buenos Aires. Allí las hermanas trinitarias dan calor humano y cristiano a los niños, madres, discapacitados y vecinos del entorno. Se ofrece comida a los niños que carecen de lo básico, preparada por un grupo de madres, junto con las hermanas. Se ofrece también apoyo escolar; catequesis en los sacramentos de Bautismo, Primera Comunión, Confirmación y preparación al Matrimonio, y ayuda moral y material a las gentes de la zona en sus viviendas de chabolas. En Colombia las hermanas atendemos a niñas abandonadas en dos albergues que se encuentran dentro de la misma capital, Bogotá. Sus carencias afectivas son tales que requieren entereza y compasión hacia cada una de ellas. Hay situaciones muy duras, que las hermanas tratan con total cariño y efectividad. En Cúcuta, en medio del campo, recogemos y acompañamos a niños de las veredas, expuestos a peligros de todo tipo. En Medellín, junto al colegio, hay un servicio de comedor para pequeños que reciben en algunos casos la única comida del día. En Bolivia, en Sucre, recogemos a los pequeños en una guardería,

¿Dónde estamos? as Religiosas Trinitarias somos sensibles a todo aquello que suponga favorecer la dignidad y promoción de la persona, y su liberación desde distintos aspectos.

L

Nuestro instituto está presente en España, en Austria, en Argentina (Buenos Aires, Córdoba y Bernal Oeste), en Bolivia (Sucre y Santa Cruz de la Sierra), en Colombia (Medellín, Bo-

donde los atendemos en su higiene, alimentación y enseñanza. También atendemos el centro de salud, Virgen del Remedio, y así ofrecemos asistencia médica a la población pobre de la zona. En Madagascar, en Antsirabé, desde el colegio, impartimos educación a todos los alumnos que podemos, mejorando con ello la calidad de vida de estos niños y jóvenes. A ellos también les damos la comida en diferentes turnos y edades, cuyo menú es el arroz con verduras, único alimento de cada

gotá y Cúcuta) y en Madagascar (Antsirabé, colegio y dispensario, en Tsiroanomandidy –comedores– y en Antanananarivo, la capital que posibilita la formación de las hermanas).

día para muchos de ellos. En el dispensario cuidamos de la salud tan precaria de la población que nos rodea. En Tsiroanomandidy, tenemos abiertos comedores para los pequeños del entorno. Y en Antananarivo se encuentran las hermanas en periodo de formación. En todas estas misiones buscamos que el carisma de nuestras fundadoras oriente la acción evangelizadora, haciéndonos presentes donde el Espíritu nos empuja, según nuestras posibilidades. RELIGIOSAS TRINITARIAS NÚM. 138, OCTUBRE DE 2013

DE

VALENCIA

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