MODA ¿MASCULINA? POCO A POCO, LA DIVISIÓN ENTRE LA ROPA FEMENINA Y LA MASCULINA SE VA DILUYENDO. LOS HOMBRES EUROPEOS EXPERIMENTAN MÁS Y MÁS EN CORTES, COLORES Y FORMAS. LA MODA HA DEJADO DE SER ABURRIDA PARA ELLOS, Y PIENSAN QUE SI ELLAS SE ADUEÑARON DEL PANTALÓN, ELLOS VAN POR LA FALDA. Martin y Colin viven en Leicester Shire en Inglaterra. Los fines de semana lo pasan en Londres en un pequeño departamento que rentan entre ambos. Sus ingresos son importantes y no gastan más que en si mismo. Son una pareja gay muy bien conformada. Se apoyan mutuamente y comparten el placer de usar ropa ‘divertida’ los fines de semana. ‘Leicester es muy pequeño y conservador, la gente tiende a vestir de manera común, tanto Colin como yo hacemos lo mismo, pero al llegar a Londres, todo cambia: nos vestimos con un mix
No nos fijamos en eso, si nos gusta y nos queda, ¿qué importa si son prendas de hombre o de mujer? entre prendas masculinas y femeninas. No nos fijamos en eso, si nos gusta y nos queda, ¿qué importa si son de hombre o de mujer’ indica Martin. Colin agrega: ‘la ropa nos divierte, somos felices usando mezclas de ropa de hombre y de mujer, y todo el mundo termina preguntándonos qué donde compramos tal o cual cosa. A la gente le gusta nuestro estilo de vestir’.
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Pierre tiene 28 años, vive en París y trabaja en una oficina dedicada a inversiones bursátiles en el extranjero. Su novia Sasha, es booker en una agencia de modelos. Ambos conforman una pareja feliz... y atípica. Para ir a trabajar, Pierre usa un traje convencional, si no fuera por que se trata de un terno adherido al cuerpo como segunda piel, parecería uno más de los empleados de la empresa. Los fines de semana eso cambia rádicalmente. Pierre usa falda escocesa para salir, mientras Sasha usa pantalones. Algunos han puesto en duda la sexualidad de Pierre, pero su novia está muy segura de que es un hombre muy hombre (en sus propias palabras), además de que le encanta ver las bien torneadas piernas de su novio en falda, y un encuentro sexual se torna en algo más fácil para ambos, ‘solo yo debo quitarme el pantalón, mientras que él puede levantarse la falda’ dice Sasha mientras sonríe con picardía. Pierre sonríe también, le tiene sin cuidado lo que otros piensen, ya que se siente seguro de su masculinidad a pesar de usar falda, e indica que las mujeres le coquetean mucho más que con pantalones....
Alberto es español, recio y con duro carácter, le gustan las mujeres pero también le gusta la moda, le gusta verse bien. ‘Yo siento que soy guapo, vamos, las mujeres me lo dicen, y a mi me encantan las mujeres, y me arreglo para ellas, pero también para mí, para pasarla bien, yo creo que la moda es para eso: para levantarte el animo, que te sientas bien contigo mismo ¿no?’. Y el se pone lo mismo ropa rosa que un turbante con flores en la cabeza. ‘Me gusta pensar en mi mismo más como en gitano que en un hombre regular que va a la oficina de Lunes a Viernes’. Alberto trabaja en su propia tienda de diseño de muebles, y no niega que hay quienes se confunden, ‘algunos me han tirado los tejos (se le han insinuado) pero les aclaro que me gustan las mujeres y ya está. Tal vez ha quienes dudan de mi hombría, a mi me da igual, sé quien soy, lo que quiero y me gusta, y lo demás no me importa’. En México mientras tanto, el hombre común viste como un hombre común. Aún quedan lejos los días en que veremos a los hombres experimentar con su atuendo sin ver amenazada su sexualidad. Tal vez algún día.... Tal vez.