La Mesa de Shabat

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Libro: Shuljan Shabat. – 1ra. ed. – Buenos Aires, 2010. Autor: Duer, Gabriel Fecha de catalogación: 15/07/2010 ISBN 978-987-05-8962-4 Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Todos los derechos reservados. Diseño de portada e interior: Federico Dayan - federday@gmail.com | www.federday.com Diseño sección "Birkon": Daniel Tawil - danytawil@yahoo.com.ar Atid - Editorial Multimedia Este libro es el primer emprendimiento de un proyecto que tiene como objetivo producir, editar, publicar y difundir, con la ayuda de Hashem, material en distintos formatos, acerca de nuestro Patrimonio: La Torá. Tenemos pensado ofrecer al amplio público judío de habla hispana: libros, folletos, cuadernillos, videos, Cds, Dvds que porten conocimientos sobre diversos temas de Torá. Los invitamos a visitar nuestro sitio web para disfrutar del material allí expuesto (conferencias, presentaciones, videos etc.). Para adquirir ejemplares de este libro u otro material de la editorial consultar en: Sitio Web: www.atid.blogspot.com e-Mail: gabiduer@yahoo.com.ar Cel.: (5411) 15-30509884 "Dijeron nuestros Sabios de bendita memoria: Así como no existe trigo sin paja, tampoco existe libro sin error". Por eso pedimos nos hagan llegar cualquier error en la presente edición, a los medios arriba mencionados. Muchas Gracias. Impreso en Argentina


este libro esta Dedicado especialmente a la memoria de mi Querido Padre

Iosef Duer Ben Miriam



contenido Bereshit Introducción al Sefer Bereshit. ........................................................... 29 Bereshit

¿A quién le dijo “Hagamos un Hombre?.................. 30

Noaj

¿Qué nos hace humanos?.......................................... 33

Lej Lejá

Tres perlitas para encontrar las soluciones. ............ 36

Vaierá

¿ Por qué discutió Abraham?..................................... 38

Jaié Sará

Time is money ¿o viceversa?..................................... 40

Toledot

Verdad o Consecuencia. ........................................... 42

Vaietzé

Pan para comer. ........................................................ 44

Vaishlaj

¿Dónde está nuestra fuerza? .................................... 46

¿ A qué nos parecemos?............................................ 47

Vaiesheb

El mejor Legado. ....................................................... 48

Miketz

La Providencia Divina y los Milagros. ...................... 50

Vaigash

La verdadera Unión. ................................................. 52

Vaiji

El Secreto de la Supervivencia Judía ....................... 54


Sefer Shemot Shemot

Todo está en uno. ...................................................... 58

Vaerá

Aprendiendo de los sapos. ........................................ 60

Bo

La Fuerza de la Unión. .............................................. 62

Beshalaj

Aguas dulces, aguas amargas... ................................. 64

Itró

La Gran Revelación. .................................................. 67

Mishpatim

Volver... ¡Sin la frente marchita! ..............................69

Terumá

El poder del dinero. ...................................................71

Tetzavé

El poder de la palabra. .............................................. 73

Ki Tisá

Todo es para BIEN. ................................................... 75

Vaiakel

¿Qué nos une? ........................................................... 77

Pekudé

Seamos sinceros... .................................................. 79

Sefer Vaikrá Vaikrá

Grande de verdad. .................................................... 83

Tzav

”¡No te enfríes…!” ................................................... 85

Sheminí

Comida y vida Casher. ............................................ 87

Tazría

Donde buscar soluciones. ....................................... 89

Tahor (Metzorá) Las palabras...¿se las lleva el viento? ....................... 91 Ajaré Mot

El Chivo Expiatorio. ................................................. 93

Kedoshim

La verdadera Santidad. ........................................... 95

Emor

La materia prima de la vida. .................................... 97

Behar

Calidad Vs. Cantidad. ............................................... 99

Bejukotai

La Ley del Mayor Esfuerzo. ...................................... 101


Sefer Bemidbar Bemidbar

Emuná a prueba de todo. ......................................... 105

Nasó

Vivir en Sociedad. ..................................................... 108

Behaalotejá ¿Por escalera o por ascensor? .................................. 110 Shelaj Lejá

La tierra prometida. ................................................. 112

Koraj

Cómo transmitir un mensaje para siempre. ............ 114

Jukat

Hay que “jugarse” al 100%. ...................................... 116

Balak

¿Dónde radica nuestro verdadero poder? ................ 118

Pinejás

Nietos orgullosos, nietos responsables... ................. 120

Matot

Reconociendo lo bueno, a pesar de todo. ................ 122

Mas’e

Un buen Final. .......................................................... 125

Sefer Debarim Debarim

La Torá como antídoto contra el odio. ..................... 129

Vaetjanán

¿Dos corazones? ....................................................... 131

Ekev

La Torá protege. ....................................................... 134

Reé

La Recta Final. .......................................................... 136

Shofetim

Torá: La brújula Eterna. .......................................... 138

Ki Tetzé

La Verdadera Guerra. ............................................... 140

Ki Tavó

¿Para quién es el Regalo? ...........................................142

Nitzavim

Diseñando un plan. ................................................... 144

Vaielej

Volver, pero... ¿Si yo nunca me fui? ....................

Ahazinu

En las buenas y en las... BUENAS. ........................... 148

Ve Zot Ha Beraja Todos

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para uno, uno para todos. ............................. 150


Birkon Encendido de velas ........................................................................... 154 Seder de la noche del Shabat ............................................................ 156 Eshet Jail ........................................................................................... 158 Kidush de la noche de Shabat ........................................................... 160 (Rito Sefaradí)

Kidush de la noche de Shabat ........................................................... 164 (Rito Ashkenaz)

Bendición para los hijos ................................................................... 164 Lavado de manos ............................................................................... 164 Bendición sobre el pan ...................................................................... 164 Bircat Hamazon ................................................................................. 166 (Rito Sefaradí)

Bircat Hamazon ................................................................................. 178 (Rito Ashkenaz)

Kidush del día de Shabat ................................................................... 190 (Rito Sefaradí)

Kidush del día de Shabat ................................................................... 192 (Rito Ashkenaz)

Habdala ............................................................................................. 194 Bircat Meen Shalosh ........................................................................ 196


Bs’D, Bs. As. Julio 2010- Tamuz 5770

CARTA DE

AGRADECIMIENTO "‫"שהחינו וקימנו והגיענו לזמן הזה‬ “...Agradezco al Creador que nos dio vida y existencia para llegar a este momento” Con esta frase, tomada de una de las bendiciones que recitamos en ocasiones festivas y de alegría, quiero comenzar esta carta, para agradecer a todos los que hicieron posible que este sueño se convierta en un proyecto y hoy en día en este ejemplar que usted tiene en sus manos. Como no podía ser de otro modo, en primerísimo y exclusivo lugar, deseo agradecer a Hashem, Nuestro Creador por sus Infinitos Favores hacia mí, permitiéndome tener parte en Su Torá por medio de esta sencilla obra, mediante la cual pretendemos engrandecer Su Nombre, haciendo llegar los conceptos que la Torá nos enseña a todos aquellos que saben de qué se trata y también a los que aún no han tenido ese mérito. A mis queridísimos Padres: A vos Papá, Iosef Duer ben Miriam ‫ז"ל‬, que desde siempre me enseñaste lo bueno y lo correcto, lo recto y decente, pudiendo recibir de vos todo ese Derej Eretz 1 que te caracterizaba, y aún hoy, a veinte años de tu ausencia física, te tenemos presente día a día gracias a tus consejos que supiste trasmitir, siendo hoy una base irremplazable para poder seguir creciendo en el camino de la Torá. A vos Mamá, Flora Sedani de Duer, que Hashem te otorgue larga y buena vida pudiendo disfrutar los frutos de tu labor, cuando junto a Papá forjaron esta hermosa y sólida familia. Hoy en día sos un ejemplo de tenacidad y fortaleza Espiritual a imitar por nosotros e irradiando esa Luz de la Torá a los que te rodean. 1 Buena conducta moral.


A los Rabanim: ▪ Rab Mordejai Babour, que encaminó nuestros primeros pasos para acercarnos a las enseñanzas de la Torá y por dedicar unas líneas de apoyo a esta obra. ▪ Al Rab Mijael Acrich, a quien gracias a su labor, entrega y dedicación durante años, supo guiarnos, para convertir nuestra asistencia al Bet Ha Kneset en Amor por la Torá, a partir del estudio conocimiento, y más tarde, en capacidad para poder trasmitirla, retribuyendo de esta manera lo mucho que recibimos de él. ▪ Al Rab Shaul Husni, por haber aprendido con él mis primeras páginas de Guemará. ▪ A los Rabanim: Rab Eliahu Meta y Rab Daniel Cohen Talgam, quienes, a partir de darme lugar en su Ieshiva Ohel Iaakov, pude profundizar mis estudios, y además confiaron en mí para poder volcar lo aprendido en los cursos que allí compartimos, elaborando la mayor parte del material de este volumen. ▪ A los Rabanim: Rab Abraham Serruya y Rab Daniel Oppenheimer, que dedicaron de su tiempo para leer parte de este ejemplar y enviarnos sus cartas de apoyo respectivas. ▪ A los Rabanim: Rab Abraham Dana y Rab Abraham Antebi por recibirme en el plantel de Morim de la prestigiosa institución que dirigen, Talmud Torá Jazón Obadia, depositando en mí la responsabilidad de trasmitir desde sus aulas, esta herencia milenaria, a las próximas generaciones, permitiéndome a su vez, crecer espiritualmente a partir de la docencia. A mis hermanos: Rab Netanel Duer, compañero de toda una vida, compartimos muchas vivencias juntos y unidos, con toda la responsabilidad que caracteriza a un hermano mayor, es para mí un ejemplo viviente de crecimiento y permanente inspirador en materia de enseñanza y Amor a la Torá. Rab Ariel Duer, innovador y estudioso, quien desde sus primeros años de juventud se dedica a estudiar y ahora a difundir lo más preciado que un Iehudi tiene: la Torá


Al Moré Moshé Sribman, quien tuvo a cargo la tarea de corrección de los textos. A Pablo Moshé Lutenberg, algo así como mi “Productor-AsesorEditor”. Él fue el primero que me insistió para iniciar un reporte semanal vía e-mail con algunas reflexiones semanales y más adelante asumió como un emprendimiento personal la elaboración de este libro, encargándose de detalles, averiguaciones, trámites, etc., y supervisando cada paso para que, de esta manera, este proyecto sea hoy una realidad. Una mención especial para Federico Dayan quien se esmeró por interpretar este proyecto y plasmarlo en el diseño del libro. A Dany Tawil quien editó especialmente el Birkon de esta obra, para que pueda acompañar a la familia en la ceremonia del Shabat. A todos los Auspiciantes y Adherentes de este Proyecto, ya que sin su generosa actitud no hubiera sido posible la realización esta obra. A todos aquellos que a través de su participación en los cursos de Torá nos alientan y nos motivan con su presencia, comentarios y también con sus críticas constructivas. A mi hermana, suegros, abuelos, cuñados y cuñadas que junto con sus hijos formamos un hermoso marco familiar, ideal para crecer y educar a las próximas generaciones. A mis queridísimos hijos: Josi, Abigail, Eliezer, Moshi, Sarita y Mijael, de quienes recibo constantemente satisfacciones, viéndolos crecer, no sólo en edad sino en el área espiritual. Y “Ajarón, Ajarón jabib” 2 : a Cinthia, mi adorada ESPOSA (sí, con mayúsculas), una verdadera Eshet Jail, Mujer Virtuosa, quien no sólo es mi fiel y permanente compañera, sino también fuente de paz y tranquilidad que irradia a su alrededor. A ella le debo el crecimiento espiritual de nuestra familia, ya que de no contar con su apoyo y empuje permanente, hubiera sido imposible poder dedicarme a esto que tanto me gusta, que es estudiar, enseñar y difundir, humildemente, las enseñazas de nuestra Torá. Vaya para ella todo mi reconocimiento y que sigamos viendo satisfacciones, juntos, en este hermoso sendero. A todos, mi sincero agradecimiento, y que Hashem cumpla vuestros deseos, colmándolos de Dicha y Felicidad. Gabriel Salomón Duer 2 En hebreo: “los últimos son los más queridos...”



CARTAS DE

RECOMENDACIÓN En la semana que leemos: “y dijo Hashem: Que sea la luz... Y se hizo la luz.. !” Cierta vez, durante mi paso por la querida asociación acer“Agudat Dodim de Flores”de Buenos Aires-Argentina, me de qué a un asistente del bet Hakenéset, y le dije a modo elogio:

-“Es usted un forjador de brillantes..!” lo El señor me miró asombrado y me preguntó por qué se

decía. Y yo le respondí: luz -“Tiene usted unos hijos que muy pronto brillarán con propia.. Y lo llenarán de orgullo! “ No pasó mucho tiempo y esa predicción se hizo realidad...

Hasta México llegan hoy los reflejos de la luz que prode yectan los hermanos Netanel y Gabriel Duer... y los ecos ela fructífera labor que -B”H- realizan en pro del esclar s. fuente as nuestr cimiento y acercamiento de la juventud a Con motivo de la próxima edición de su libro, el Rab quilaGabriel Duer -convertido ya en un brillante de altos tes..- me pide que lo bendiga… Mi humilde y sincera bendición es: Que Hashem te que brinde el inapreciable zejút.. Y la enorme satisfacción s propio tus de nme has dado a mi, la recibas -vos tambié alumnos.!

Amén..!

Rab Mordejai Babour Rabino de la comunidad “Maguen David” D.F, México Carta enviada via e-Mail



Por medio de estas líneas quiero expresar mi sentimiento de aprecio a mi estimado Moré Gabriel Duer, quien desde algunos años enseña en nuestra Ieshiva demostrando un potencial exitoso para influenciar en sus alumnos, y también tiene el mérito

de contar con Siatá Dishmaia (Ayuda del Cielo) permanente en todo lo relacionado al tema de Kirub Lebabot (Acercamiento y Esclarecimiento de la Torá), reforzando en Torá y en Temor al Todopoderoso. Además posee elevadas cualidades, que le proporcionan rectitud y una cosmovisión correcta. Estoy seguro que este libro será muy útil para el Esclarecimiento del público. Sea la Voluntad de Hashem que pueda continuar con su actividad y de esta manera extraer todo su potencial y volcarlo hacia la gente.

Rabino Eliahu Meta Rosh Ieshiva Ohel Iaakov





PRóLOGO Este libro, como todos los libros, tiene su historia... Hace aproximadamente tres años, uno de los asistentes a los Cursos de Torá que compartimos en Ohel Iaakov todas las tardes me propuso la idea de enviar vía mail algún comentario corto y conciso acerca de la Perasha semanal, para compartir con los allegados a la Ieshiva. Así nació “Ohel Iaakov en Contacto”, un mail semanal, que además del comentario, contenía información acerca de Shabat (encendido de velas, horario de su finalización), y anunciábamos las actividades semanales. Comenzamos con una somera lista de 30 personas, que poco a poco fue creciendo, hasta casi 400. Gracias a su difusión vía mail, la publicación trascendió las fronteras de Buenos Aires y de Argentina, llegando a Iehudim de Tucumán, Posadas, EE.UU. e Israel entre otros puntos. El ejemplar que hoy tiene Usted en sus manos es la recopilación editada de los artículos que apunta a despertar el interés por el estudio y profundización de nuestro Patrimonio: la Torá. Ciertamente, el libro no pretende agotar con su comentario el análisis de cada Perasha abordada, ya que para eso harían falta muchos volúmenes. Nuestro objetivo es que, a partir de este comentario semanal, se pueda comprender que la Torá tiene mucho para enseñarnos, y no como sostienen muchos de sus detractores, diciendo que se convirtió en una pieza de museo- D'os no lo permita-. Hoy más que nunca, ante

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tanta oscuridad, la Luz que la Torá irradia despeja el camino de dudas e interrogantes, allanando el camino para los que la adoptan como su guía. Creo, humildemente, que la grave crisis de valores por la cual la Humanidad entera está atravesando se debe a la falta de valores espirituales que le den sentido a nuestra existencia. Por eso, este libro es una herramienta para utilizarse en ese hermoso ámbito que toda familia judía merece regalarse: “La Mesa de Shabat”, espacio en el cual no sólo se reúnen padres con hijos, amigos, invitados y anfitriones, sino que funciona como “puente” entre cada generación y generación, en el clima de distensión, paz y armonía que Shabat nos brinda. Además, para convertirse en un compañero ideal, el libro cuenta en su parte final con todo lo necesario para poder llevar adelante el Cermonial de la Mesa de Shabat, desde el conocido “Shalom Aleijem”, Eshet Jail, Kidush, Bendiciones para los Hijos y el Birkat Ha Mazón, en fonética, tanto rito Sefardí como Asquenazí. El nombre del libro: Si bien existe la costumbre de nombrar a los libros con un título derivado del nombre del autor para así poder identificarlo, en este caso, elegí el nombre de “La Mesa de Shabat”, que a pesar de no aludir a mi nombre propio, sí hace alusión a mi historia personal, ya que todo nuestro crecimiento en el área espiritual y de Torá surgió a partir de compartir esas primeras cenas de Shabat en casa, donde solamente se hacía un Kidush, pero descubrimos esa piedra fundamental de todo hogar judío y de todo el Pueblo de Israel. Espero disfruten de esta obra y puedan deleitarse con sus enseñanzas, así, de esta manera, Su Mesa de Shabat tendrá un valor adicional.

¡Shabat Shalom!


EL SHABAT... Ese hermoso regalo que semana a semana refresca, no sólo nuestras vidas, sino nuestros vínculos: con el Creador, familias y en definitiva, con nosotros mismos. La Torá nos ordena descansar en Shabat. Pero ¿para qué? Elegimos sólo una de las numerosas respuestas que hay. Debemos saber de antemano que nuestra obligación es cumplir con los preceptos de la Torá, más allá de nuestro entendimiento. Por supuesto, no significa que seamos autómatas, sino que nos viene a enseñar que hay cosas que en un primer momento parecen irracionales e incomprensibles, pero después de adoptarlas a nuestras vidas, poco a poco vemos el sentido que Hashem quiso darles. Shabat es una de esas cosas: al principio parece incomprensible la idea de disfrutar de “no hacer” muchas cosas. De hecho, en un principio, se culpó al Pueblo de Israel de dilapidar la séptima parte de su vida, sin embargo hoy no encontramos ninguna sociedad que no tenga por lo menos un día de descanso a la semana... A medida que incorporamos el Shabat a nuestras vidas, va adquiriendo cada vez más significado... Cuando cuidamos el Shabat, damos un testimonio acerca de la existencia de un Creador. Veamos: Todas las unidades de tiempo (no las convencionales como las horas, minuto o segundo) son resultado de un fenómeno natural que las


origina: • • • •

Año: es el período que tarda la Tierra en circunvalar al Sol. Mes: es el período que la Luna se demora en rodear a la Tierra. Día: es lo que tarda la Tierra en girar sobre su eje. Semana: ¿a qué fenómeno natural responde?

¿Acaso hay semanas de 6 u 8 días? ¿Por qué todas las civilizaciones tienen esta fracción de tiempo en común si, aparentemente, no responde a ningún fenómeno natural? ¿No será que esos 7 días responden a un ciclo primario, que comienza nuevamente de manera sucesiva? Evidentemente, esta unidad de tiempo es el resultado de los días que duró la creación del Universo, que, como lo asevera la Torá, fueron siete. Por eso decimos que cuando cuidamos el Shabat, estamos manifestando nuestra convicción de que el mundo fue creado por un Creador, durante seis días y que el día séptimo descansó. Y este conocimiento es la base de todo. Ya que un mundo sin Creador carece de significado, propósito y sentido: – Significado: Saber que lo que hacemos es importante. – Propósito: para qué hacemos lo que hacemos. – Sentido: Bueno o malo: lo que va a favor del propósito es bueno, y lo contrario, así de simple, es malo. El descanso del Shabat no se relaciona con el reposo del cuerpo. Se refiere más bien otro tipo de descanso, sugiere hacer una pausa en el mundo físico para dar lugar a “algo”. Al no realizar actividades, estamos dando un paso al costado por 24 hs., y al comprobar que el mundo sigue igual sin nuestra intervención, advertimos que Alguien Superior maneja este maravilloso Universo, que hay un Creador, que existe un Orden y una Voluntad. Shabat nos permite, al estar alejados de la apresurada rutina diaria, conocer al Creador, contemplar ese Orden y respetar su Voluntad... Cuando descansamos en Shabat, nos asemejamos a Él, pues de la misma manera que Él descansó (cesó su actividad, ya que no existe en Él esfuerzo físico al ser Todopoderoso, y por lo tanto no hay tampoco


cansancio), así podemos estar serenos y relajados para evaluar cómo estamos según el Sentido y propósito de la Creación. Pero la pausa del Shabat permite una actividad maravillosa e incomparable: la reunión de la familia alrededor de la mesa. No se trata sólo de una ceremonia alimenticia. En ese ámbito de paz y armonía, también el Alma se nutre. Ese es el espacio donde este libro tiene su lugar, aportando contenido espiritual a esa reunión única... Podríamos escribir mucho acerca del Shabat. Pero hasta que no lo experimentemos, no sabremos de qué se trata... Vivencie esta experiencia milenaria... Regálese y viva su propia Mesa de Shabat. Usted y su familia se lo merecen...



BERESHIT g

Le Atzlaja Familias

Daniel y Lahan

Iehuda (Maxi) Salem Flia. Daniel Hakim y Flia.



INTRODUCCIÓN AL SEFER

BERESHIT El primer Libro del Jumash, como todos sabemos, es el Sefer Bereshit, conocido como Génesis, donde se relata desde el primer instante de la Creación, pasando por el primer hombre –Adam– siguiendo por sus hijos Caín y Abel. Más tarde nos relata el diluvio universal, la generación de la Torre de Babel. Para finalizar, la Torá se concentra en la descendencia de Abraham: Itzjak y Iaakov, que luego con sus doce hijos transformó una familia en un pueblo: Am Israel . Concluye este libro contando cómo los descendientes de las doce tribus –una por cada hijo– se trasladaron a Egipto para resguardarse del hambre, iniciando de esa manera el primer exilio. Teniendo en cuenta que la Torá no es un libro de cuentos, debemos entender con que objetivo nos menciona estos relatos. El propósito de esta narración es para que sepamos a priori que existe un Creador del Universo perfecto y ordenado, ya que el Orden implica la existencia de un Ordenador. Esto denota la Voluntad de quien lo Hizo, y que además Supervisa constantemente lo que aquí abajo ocurrre. Suponer que el Universo conocido y desconocido aún fue creado espontáneamente o por sí solo –además de ser fantasioso 1 – desvincula la idea de que existe Alguien a quien rendirle cuentas y obedecer. Pero sepamos que la vida sin sentido resulta más difícil que una vida con sentido, aunque implique esfuerzo. Por eso lo primero que debemos tener en claro es Quién es Él…

¡Adelante!

1 Se necesita más fe para creer en una teoría que depende de miles de factores aleatorios, que creer en la Existencia de Un Factor Único: Un Creador.

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BERESHIT ¿A quién le dijo: “Hagamos un Hombre…” ?

Antes de comentar esta Perashá, conviene hacer una aclaración. Como sabemos, el Jumash, conocido como el Pentateuco, está compuesto por cinco tomos (de ahí su nombre, ya que Jamesh en hebreo significa “cinco”): 1. 2. 3. 4. 5.

Bereshit (Génesis) Shemot (Éxodo) Vaikrá (Levítico) Bemidbar (en el Desierto) Debarim (Deuteronomio)

La Torá en su conjunto contiene 613 Preceptos (Mitzvot), algunos activos, otros pasivos —el abstenerse de hacer determinados actos—, algunos que rigen hoy en día y otros que dependen de la existencia del Beit Ha Mikdash (Gran Templo de Jerusalem). Siendo así, llama la atención por qué en este primer tomo se enumeran en total sólo tres Mitzvot. También podemos preguntar qué sentido tienen las historias en un libro de leyes como es la Torá.

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La respuesta la podemos encontrar en el nombre que los Sabios también le dieron a este Libro: Sefer Ha Iashar (Libro de la Rectitud). Este primer tomo no pretende sólo legislar, como su escasez de leyes lo indica, sino indicar el camino que toda persona en general y Iehudim, en particular, debe seguir. Y esto lo aprendemos de nuestros antepasados ilustres, desde el primer hombre Adam y su lucha ante la tentación, atravesando el diluvio en el arca de Noaj, viajando por los desiertos de la mano de Abraham y así sucesivamente. Con cada uno de los sucesos relatados en el primer libro de la Torá, aprendemos de las pruebas y reacciones de estos “colosos” de espíritu frente a ella. De esta manera, queda constituida una base moral ejemplar para seguir imitándolos aún en nuestros días. Como nos recuerdan siempre nuestros Sabios: Derej Eretz Kadma la Torá (“La buena conducta antecede a la Torá”.) Antes de relatar la entrega de la Torá –narrada en el segundo tomo o Shemot– en primer lugar nos enseña cómo acceder a ella y la manera de mantenerla y mejorarla. Ahora sí, pensemos en la Perashá que elegimos de título: “Hagamos un Hombre…”, con esta expresión, Hashem comienza la creación del más sofisticado ser del cosmos. La pregunta que cae de maduro es: ¿A quién le está hablando, a quién está invitando a crear al hombre? ¿Acaso no podía solo? ¿Había alguien más con Él? Muchas respuestas dieron los Sabios, pero hay una en especial que me pareció más adecuada para comenzar este libro, por supuesto, sin desperdiciar ninguna otra: Seguro que Hashem podía hacerlo solo y que nadie lo acompañaba. Hashem le está hablando a cada uno de nosotros, nos está diciendo: “Hagamos. ¡Sí!: ¡Entre vos y yo! Yo ya hice mi parte. Ahora te toca a vos seguir esta obra. Yo puse lo mejor en tus manos. Es tu turno: Hagamos entre los dos Un Hombre, un Ser digno, ejemplar y elevado que justifique todo el resto de esta magnífica obra.” Es decir, Hashem invita a cada uno de nosotros, con sus atributos y pruebas, a aceptar el desafío en cada generación: Ser Hombre,

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diferenciándose de los demás seres vivos y justificando los elementos con los que fuimos dotados. Aceptemos el desafío porque tenemos de nuestro lado al mejor socio: Hashem. La frase de la semana “Si no hay Torá, no hay Derej Eretz ; si no hay Derej Eretz1, no hay Torá.” Pirké Abot

1

Derej Ertez: normas de rectitud y buenas conductas.

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NOAJ ¿Qué nos hace humanos?

La semana pasada leímos cómo Hashem creó el mundo y todo lo que hay en él. Cuando creó al ser humano, lo diferenció de las demás especies vivientes, invistiéndole características únicas e irrepetibles, para enseñarnos la importancia que tiene la existencia y la vida aunque sea de un solo ser humano. Sin embargo, en la Perashá de esta semana, prácticamente toda la humanidad es borrada del mapa, excepto ocho personas. ¿Cómo podemos entender esta aparente contradicción? ¿Acaso la vida humana no era sumamente valiosa cuando fue creada? Para comprender que en el Accionar de Hashem nunca hay contradicción, debemos primero entender por qué se produjo el Diluvio Universal. La misma Torá lo explica: debido a la corrupción sexual y el robo. ¿Por qué son tan graves estas dos transgresiones? Cuando Hashem crea al Ser Humano, además de otras diferencias que nos separan del resto del género animal, existen tres que nuestros Sabios marcaron puntualmente (Abot de Ribi Natan 4-6): 1. Rostro: Todos los ejemplares de la misma especie animal poseen la misma cara, no ocurre así en las personas.

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2. Voz: todos los mugidos de las vacas, el croar de las ranas, la balada de las ovejas de todo el mundo son idénticos, sin distinción de ubicación en el globo terráqueo. Pero nosotros poseemos un distintivo e individual tono de voz que nos identifica a cada uno. 3. Gustos: cualquier tortuga de cualquier país come lechuga. Lo mismo sucede con los conejos y las zanahorias. No existen leones vegetarianos ni que se mueran por una mesa dulce. Pero entre nosotros están los que prefieren lo dulce a lo salado, frío en lugar de caliente, o comida rápida en lugar de elaborada. ¿A qué se deben estas diferencias? Para que cada hombre pueda reconocer a su esposa y viceversa, Hashem diferenció nuestros rostros. Para que seamos reconocidos en la oscuridad de la noche, nos dotó a cada uno con una voz diferente. Todo esto, con un solo objetivo: mantener una conducta sexual equilibrada y estable, y no deliberada y desordenada donde la única ley sea un “vale todo”. El fundamento por el cual nos distinguió de los animales por medio del gusto particular se orienta a que no estemos todos peleando para conseguir lo mismo. Al haber diversidad de complacencias, nadie tendría que disputar con otro y mucho menos robarle. Ahora podemos entender la gravedad de incurrir en aquellas dos perdiciones: no sólo estamos contradiciendo la voluntad de Nuestro Creador –que no es poca cosa–, sino también las principales diferencias de nuestra esencia humana: el orden en la vida sexual y el respeto por el patrimonio ajeno. Por lo tanto, dado que la generación del Diluvio auto-sentenció su destino, el Diluvio debe interpretarse no como un castigo, sino como la consecuencia de su bajísima conducta, por no cumplir el mandato para el que fueron creados: comportarse como seres humanos. Al corromperse el principal agente de la creación, todo el entorno también lo hizo, mereciendo junto con el hombre el veredicto de la aniquilación total. En suma, fuimos creados a Imagen y Semejanza Divina: ¡Cuidemos la Imagen!

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La frase de la semana “Preciado es el Hombre que fue creado a Imagen y Semejanza Divina” Pirké Abot

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LEJ LEJA Tres perlitas para encontrar las soluciones

La Torá nos relata el comienzo de la historia del Primer Hebreo (¡sí, con mayúscula!): Abraham Abinu. Diez pruebas tuvo que enfrentar Abraham y luego de cada una de ellas, logró elevarse (“pasar de nivel”, como dicen los chicos en los jueguitos), formando en su personalidad el ADN espiritual que nos legó a todos. De ahí que nosotros tengamos el compromiso de ser dignos representantes de su potencial. Entre varias enseñanzas que nos legó, voy a elegir tres para tratar de mantener un estilo “cortito y conciso”. El resto lo dejo para que Uds. lo investiguen: 1. Nunca es tarde para empezar: Abraham a los 75 años fue a Israel, donde comenzaría la parte mas exitosa de su vida 2. Benevolencia: Abraham se caracterizó por su jesed (benevolencia) hacia todos, incluso hacia los desconocidos. Hoy se valora a la gente por sus posesiones, pero debemos valorar según lo que brinda...

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3. Introspección: Hashem le ordenó lej-lejá, textualmente: “viaja hacia ti”, para enseñarnos que para encontrar la felicidad no hace falta recorrer miles de kilómetros ni gastar “x” cantidad de dinero: Todo lo que necesitas está dentro de vos... ¡Descubrilo! También se puede traducir coloquialmente como “Andate para vos”, orden mediante la cual se encomienda a realizar el más emocionante de los viajes que un individuo puede y debe realizar: hacia uno mismo. No obstante, nosotros viajamos a distintos destinos, organizamos tours incluso hasta a la Luna, con tal de no realizar el periplo que Hashem le ordenó a Nuestro Primer Patriarca: “Viaja hacia Ti mismo, conoce tu interior, tus fuerzas, las aptitudes con las que Hashem te dotó para beneficiarte a vos y al Mundo.” Si bien no le dijo Hashem a Abraham hacia dónde debía partir, por lo menos –y nada menos– le indicó por dónde debía iniciar la búsqueda. Todo lo que necesitamos para ser y hacer feliz a los demás es saber con qué contamos y saber utilizarlo para el bien. El buen uso de todas las cualidades –en hebreo Middot (medidas)– depende de la manera en que se utilizan, de ahí el buen o mal resultado. Ahora bien, ¿quién nos da la receta exacta para aplicarlas de la manera correcta? Ya saben la respuesta: en nuestra Torá vamos a encontrar las fórmulas para explotar al máximo nuestro potencial. No busquemos afuera soluciones ni tesoros. La solución está en casa, ¡está en vos! Lej Lejá... ¡Que tengamos el mérito de seguir sus pasos! Las frases de la semana “El que piensa en un año siembra semillas, el que piensa por años planta árboles, el que piensa en generaciones, educa niños...” “El Mundo va a cambiar cuando nos molesten nuestros defectos, de la misma manera que nos molestan los defectos de nuestros semejantes.”

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VAIERÁ ¿Por qué discutió Abraham?

Cuando Abraham se enteró que Hashem quiere destruir Sodoma y Gomorra a causa de la terrible corrupción en todos los ámbitos, no permaneció indiferente, sino que le imploró que anulara su decreto por el mérito de los pocos justos que aún vivían en esas ciudades. Abraham propuso, entonces, que si encontraba allí al menos 50 justos, valía la pena salvar las ciudades. Hashem aceptó la propuesta A medida que la “negociación” avanzaba, Abraham fue disminuyendo el número de justos a encontrar; 45, 40, 30, 20, 10, ¿5? Muchos se preguntan si Abraham estaba “regateando” con Hashem, como si le estuviera “peleando el precio” por la salvación. El Rab Shaul Maleh contestó este interrogante: antes de empezar a hablar con Hashem, Abraham no sabía el valor que un justo puede aportar para la salvación de toda una ciudad. Recién cuando Hashem accede a salvarlos por 50 justos, comprende la importancia que un justo representa. Por lo tanto, considera que no es necesario encontrar 50, si uno solo tiene de por sí un gran Valor ante Hashem. De aquí podemos inferir que los “pocos justos” que cuidan nuestro bienestar son los que se ocupan de la Torá: de su estudio y observancia.

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Seamos uno de ellos, o por lo menos estemos cerca de ellos, para ser influenciados por su protección. La frase de la semana "Es mejor ser cola de león que cabeza de ratón” Tratado de Abot Cap. (4 –20)

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JAIE SARÁ Time is Money, ¿o viceversa?

Uno de los versículos de la Perashá dice: Abraham era anciano, entrado en años (va vaianim). La expresión va "va vaiamim" también se puede entender como “vino con sus días”. ¿Qué mensaje nos quiso trasmitir la Torá con esta expresión? Quiere decir que Abraham llegó a la ancianidad con todos sus días completos, plenos de vida, sin haber perdido tiempo en el camino con cosas vanas y sin sentido. ¡Cuánta falta nos haría a nosotros ser un poquito como Abraham, para así poder aprovechar nuestro tiempo y no desecharlo por ahí! En esta época donde prevalecen los “pasatiempos” inventados –justamente como su nombre lo indica– para matar el tiempo, debemos aprender a cuidarlo en lugar de matarlo. Estamos acostumbrados a escuchar: Time is Money, “el tiempo es oro”. Pero si pensamos, en realidad es al revés. Veamos lo que decía el Jafetz Jaim: Decir que el tiempo es oro significa que el tiempo opera como un intermedio para conseguir un bien más valioso, en este caso, el oro. Sin embargo, la expresión resulta engañosa. Efectivamente, con tiempo podemos comprar oro, pero con todo el oro del mundo no podemos

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comprar ni una milésima de segundo más de vida... Por lo tanto, aprovechemos cada fracción de tiempo, que es agotable, llenándolo con Eternidad, estudio de Torá y cumplimiento de preceptos, porque aquel que le gustan los “matatiempos” lo que está haciendo, en definitiva, es matarse en cuotas. El tiempo es la materia prima con la que está hecha la vida. Cuidando el tiempo, ¡estamos cuidando la vida! La frase de la semana “El presente es una máquina de convertir el futuro en pasado” Rab Efraim Dines

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TOLEDOT Verdad o Consecuencia

Cuando la Perashá narra acerca del nacimiento de Esav y de Iaakov, usa distintos números en sus tiempos verbales para contarnos cómo les designaron sus nombres. Respecto a Esav dice: "...y llamaron su nombre Esav...”. Sin embargo, cuando nos habla de Iaakov nos dice: "... y llamó su nombre Iaakov...” Nuestros Sabios explicaron que la causa del cambio de número – uno está en plural (Esav) y el otro está en singular (Iaakov)– se debe a que Esav simboliza la mentira y el engaño. La misma Torá nos relata acerca de la relación con su padre, a quien engañaba, haciéndole pensar sobre sí que era un verdadero justo, aunque realmente era un siniestro personaje lleno de engaños, trampas y transgresiones de todo tipo. Como la mentira abunda y es ofrecida a todos por medios masivos, está mencionada en plural, del mismo modo que fue nombrado Esav. Contrariamente, Iaakov es el prototipo del portador de la verdad. Pero la verdad no siempre es muy popular. Sólo algunos pocos tienen la valentía de reconocer, asumir y vivir de acuerdo a ella y por eso sobre

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Iaakov está escrito en singular. No nos dejemos llevar por lo que hace y dice "todo el mundo". Recordemos que la verdad es patrimonio de unos pocos. ¡Súmate al equipo de la Verdad (con mayúscula) de la Torá! La frase de la semana “Puede ser difícil vivir según la Verdad. Pero es imposible vivir según la Mentira.”

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VAIETZÉ Pan para comer…

Iaakov, el tercero de los Patriarcas, salió de Beer Sheva (su ciudad natal) para cumplir con la voluntad de sus padres: debía buscar una esposa oriunda de las tierras de Jarán. Además necesitaba refugiarse del odio de su hermano Esav que había prometido matarlo. Camino a Jarán, una noche soñó con su “famosa” escalera, apoyada en la Tierra y que llegaba hasta el Cielo, por la cual subían y bajaban ángeles. Entonces se le presentó Hashem y prometió grandes cosas: numerosa descendencia, tierra, protección, sustento, etc. Al despertarse, Iaakov hizo una promesa pero en tono de condición: “Si Hashem me acompaña y me protege durante este viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme...”. La pregunta es evidente: ¿para qué pidió “pan para comer”? ¡Sería suficiente pedir simplemente “pan”, que obviamente es para comer! La misma pregunta la podemos formular con respecto a la ropa. Lo que Iaakov quería pedir constituye una gran enseñanza para nosotros: No alcanza con disponer de bienes materiales, lo bueno es tener la capacidad y las herramientas para disfrutarlos, si no ¿para qué sirve

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tener el pan si no tenemos dientes? ¿Qué utilidad tiene un variado vestuario, si su dueño está postrado en una cama? Por tanto, el mensaje de la Torá debe leerse de esta manera: Lo importante no es poseer, sino poder tener el beneficio de los recursos que Hashem nos da. También podemos explicar: “Pan para que yo lo pueda comer y no que el pan me coma a mí”. Es decir, el pan representa el sustento, pero muchas veces, la actividad que nos sustenta económicamente nos fagocita por completo sin dejarnos tiempo para lo realmente trascendente: Familia, Salud, Valores espirituales, etc. Y eso es lo que precisamente pidió Iaakov: una actividad que no lo absorba ni abstraiga de lo esencial de la vida. La frase de la semana “Que lo urgente no te quite tiempo para lo importante”.

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VAISHLAJ ¿Dónde está nuestra fuerza?

¡Cuántos temas para hablar en esta Perashá! ¿Por dónde empiezo? Voy a compartir con Uds. sólo dos reflexiones cortas, un artículo extra a cambio de la “frase de la semana”, y el resto lo dejo para que lo descubran este Shabbat en sus Templos y Hogares... Iaakov regresa a lo de su padre, luego de más de 20 años de ausencia. Alguien más lo estaba esperando ansiosamente (y no para darle un beso...) su “hermanito” Esav, quien había jurado matarlo. Y no estaba solo. Lo acompañaban 400 guerreros armados para darle la “bienvenida”. Pero antes de llegar a su tierra, un ángel se le interpone en una lucha cuerpo a cuerpo, de la que finalmente Iaakov sale triunfador. Dicen nuestros Sabios que este ángel era el representante de Esav, que vino a matar a Iaakov. Pero ¿por qué no fueron atacados anteriormente Abraham o Itzjak? Recordemos que la virtud resaltante de Abraham fue la beneficencia; la de Itzjak, la plegaria. Sin embargo, el rasgo característico de Iaakov fue el estudio de la Torá.

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De aquí podemos aprender que si el “enemigo” (representado hoy en día por el instinto del mal) atacó sólo a Iaakov, es porque puede haber judíos que recen o que hagan beneficencia (“judío de corazón”). Eso, al “enemigo”, no le preocupa, ya que estos rasgos, a pesar de ser muy buenos, no son suficientes para garantizar la continuidad del Am Israel. Pero cuando uno estudia, conoce y aplica la Torá a su vida, implica que este pueblo seguirá vivo. y esto si que le molesta. Reforzando el estudio de Torá y su cumplimiento garantizamos esta cadena milenaria. No la cortes!

¿A qué nos parecemos?

En esta Perashá se compara a nuestro pueblo con la arena de la orilla del mar. También encontramos que Hashem nos comparó con las estrellas y con el polvo de la tierra ¿qué enseñanza extraemos de estos elementos? Arena: así como la arena frena al mar y lo limita, de la misma manera debemos controlar nuestros deseos e impulsos para obtener de ellos un resultado positivo. Estrellas: no debemos olvidarnos que tenemos un objetivo de vida elevado, espiritual, como las estrellas que están en lo alto, en el firmamento. Polvo de la tierra: cada partícula de polvo resulta insignificante. Su utilidad y valor se da a partir de la suma y unión con otras partículas. De la misma manera nosotros, Am Israel, cuando estamos unidos, constituimos un frente sólido, imposible de vencer.

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VAIESHEB El mejor Legado

Cuando la Perashá nombra a los hijos de Iaakov, comienza diciendo: Ve ele toledot Iaakov: Iosef “Y esta es la descendencia de Iaakov: Iosef”. ¿Por qué nombra primero a Iosef, que era el onceavo hijo de Iaakov, y no a Reubén, su primogénito? Se propusieron muchas respuestas, pero me interesa compartir con Ustedes hoy la que transmite un mensaje actual y aplicable: La palabra Iosef deriva de la raíz hebrea Lehosif, “aumentar”. A su vez, la palabra Toledot tiene dos acepciones: por un lado, significa “descendencia” y, por el otro, “historia”. Entonces, podemos aprender lo siguiente: Al nombrar primero a Iosef, Iaakov nos dejó un legado a nosotros, sus hijos: Leosif, agregar, crecer, evolucionar, avanzar en nuestro conocimiento de Torá y observancia de los Preceptos. Un Iehudí que no avanza retrocede. Esta es la clave de nuestra historia y el legado para nuestra descendencia.

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El mismo mensaje lo encontramos en la Janukiá: se comienza a encender una vela, y se termina con ocho. No nos quedemos donde estamos, como me dijo el Rab Iosef Cohén Imach hace muchos años: “En la Torá no hay un techo, sino un piso...” La frase de la semana “La vida de un Iehudí es como una escalera mecánica para abajo: • Si te quedás quieto, bajás... • Si no te esforzás, te quedás en el lugar. • Pero si te esforzás, ¡avanzás!”

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MIKETZ La Providencia Divina y los Milagros

En esta ocasión quería compartir con Ustedes un comentario “combinado” entre la Perashá y Januká: La Torá comienza relatando dos sueños proféticos que tuvo el Faraón, y que gracias a la interpretación de Iosef y su posterior consejo, resultó muy positivo para el imperio egipcio. Los sueños tenían un mensaje similar, aunque presentado de distinta manera: el Faraón soñó primero con siete vacas gordas, que presagiaban siete años de mucha abundancia, pero luego aparecieron siete vacas muy flacas y demacradas que devoraban a las primeras, sin dejar huellas en su cuerpo de haber comido semejante “banquete”. Esta segunda parte pronosticaba los siete años de escasez y hambre de tal magnitud, que no se acordarían de la abundancia. El segundo sueño era parecido, pero con espigas de trigo. De aquí podemos notar una de las conductas benéficas de Hashem: nunca envía algo negativo sin antes dotar al destinatario de lo necesario para enfrentar y salir del problema, como en este caso, que primero mandó siete años de abundancia como preludio a los siete años de escasez.

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¿Cómo se relaciona con Januká? En esta fiesta debemos afinar nuestros sentidos para detectar los milagros de Hashem, no sólo los que se dan esporádicamente, sino todos los días y a cada momento. Muchas veces cuando nos pasa algo en el momento indicado solemos decir: —¡"Justo" llegué antes que se vaya! —¡"Justo" me lo encontré donde menos pensaba! Y muchos "justo" más... Januká nos enseña que no hay justo ni casualidades ¡no! Hay Un Solo "JUSTO", que es Hashem y es el que hace Justamente todo. La frase de la semana “Todo tiempo que la vela (el alma) arda se puede arreglar” Rabí Israel Salanter

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VAIGASH La Verdadera Unión

Cuando Iehuda pretende liberar a su hermano menor de las manos del gobernador de Egipto (sin saber que precisamente era su desaparecido hermano Iosef), le dice: Nafshó Keshurá ve Nafshó “Su alma está Ligada a su alma”. La palabra Keshurá (“ligada”) suma 611, como la palabra “Torá” (en hebreo). De aquí podemos aprender que si queremos unir, ligar nuestras almas, ya sea con amigos, hijos o cónyuges, la única y más efectiva fórmula es a partir de la Torá. De esta manera la unión se establece a nivel espiritual y es más resistente al tiempo y a las distintas vicisitudes de la vida. En efecto, después de que Iosef revela su identidad a los hermanos, envía a buscar a su padre y toda su familia para que se asienten con él en Egipto hasta que terminen los años de hambruna. Pero antes de partir, Iaakov ordena a Iehudá que prepare un lugar de estudio para los niños y los jóvenes.

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Vemos que su inquietud por que “se mantengan judíos” en su primera diáspora no fue por instalar una falafería, club deportivo, o alguna fundación cultural, sino que él bien sabía por dónde pasa la identidad judía: Por medio del estudio de la Torá y su posterior puesta en práctica. Recién después se puede empezar a hablar de otras instituciones que formarán los judíos. Pero a no confundirse: estos lugares no remiten a la esencia judía, sino a actividades que un judío puede hacer, como: comer, practicar un deporte o escuchar música, pero primero se debe ser judío propiamente dicho.

La frase de la semana “Todo amor que depende de algo. Cuando ese algo se pierde, se pierde también el amor” Pirké Abot Esta enseñanza tiene una sola excepción: La Torá, ya que al ser Eterna, ¡nunca se perderá!

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VAIJÍ El secreto de la supervivencia Judía

Con esta Perashá, se cierra la primera etapa de nuestra historia, en la cual nos convertimos de una familia liderada por Iaakov Abinu en un Pueblo: Am Israel. También sirve de introducción a la próxima etapa que la Torá va a relatar: la estadía, esclavitud y salida de la Tierra de Egipto. La Perashá comienza con los últimos acontecimientos que protagoniza nuestro Patriarca Iaakov, en donde le solicita a su hijo Iosef que lo entierre en la Tierra de Israel. Luego, le pide que le traiga a Efraim (que era el menor) y Menashé (que era el primogénito), los dos únicos hijos de Iosef, que habían nacido en Egipto, con el propósito de bendecirlos. Cuando sus nietos se hacen presentes, Iaakov les dice lo que Hashem le advirtió una vez: “Los hijos que has engendrado después serán tuyos, tanto ellos como su patrimonio serán registrados con los nombres de Efraím y Manashé”. Más adelante dice Iosef: “Que en ellos se perpetúe mi nombre y el nombre de mis padres Abraham e Isaac. Que lleguen a ser muy nume-

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rosos en esta tierra.” ¿A qué aspecto se refirió Iaakov cuando deseó que sus descendientes se perpetúen en ellos dos? Nuestros Sabios nos descubrieron dos respuestas: 1. Desde la creación del mundo, todos los hermanos que aparecen en la Torá no tuvieron buen final: Caín y Hebel (Abel, en hebreo), ItzjakIshmael, Iaakov-Esav, incluso entre los 12 hijos de Iaakov hubo disputas, la mayoría contra Iosef. Pero Efraim y Menashé son la excepción, ya que a pesar de que Efraim era el menor y que su abuelo lo privilegió en la bendición por encima de su hermano mayor, no sintió orgullo ni supremacía con respecto a él. Tampoco Menashé sintió recelo u odio por haber sido desplazado por el benjamín de la familia. A este aspecto se refirió Iaakov cuando instó a imitar a este par de hermanos. 2. Efraim y Menashé fueron los primeros judíos galúticos (nacidos en el Galut, exilio fuera de Israel) que a pesar de haberse criado en un ambiente adverso a sus valores y principios, pudieron mantenerse incólumes en su formación de judaísmo que su padre Iosef les supo transmitir. Sabiendo Iaakov que su descendencia estaba destinada a convertirse en una nación errante entre los demás pueblos y culturas del planeta, nos indica el ejemplo a seguir en cualquier confín del mundo que nos toque vivir. No importa su latitud, clima, época o idioma: debemos tomar como guía la actitud de estos dos hermanos, que, en medio de una sociedad pagana y corrupta, pudieron llevar con responsabilidad y orgullo su judaísmo, con su padre como único referente válido. Hoy en día, que contamos con más de un solo referente, es nuestro deber seguir el consejo de nuestro patriarca. La reflexión de la semana: Si Hashem le prometió a Abraham que el pueblo de Israel nunca desaparecerá, ¿por qué luchar contra la asimilación y por la preservación de la identidad judía? Es verdad que nuestro pueblo nunca desaparecerá. Sin embargo nuestra preocupación debe enfocarse en que nuestros descendientes formen parte de ese Pueblo.

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SEFER SHEMOT Leilui Nishmat Guitel bat Iaakov Moshe (Flia Gerstel)

Abraham ben Bahie Bahie ben Sara


SHEMOT Todo está en uno

Al igual que muchos de nuestros patriarcas, Moshé Rabenu fue pastor de ovejas antes de conducir al pueblo de Israel; esta ocupación le permitía meditar, encontrarse consigo mismo. También aprendió a dirigir un rebaño, defendiendo a las ovejas más chicas de las grandes y demostrar su cariño y dedicación por cada una de ellas. Es en este ámbito donde Hashem lo evalúa y lo elige como Pastor de Su Rebaño: Am Israel. La primera aparición de Hashem ante Moshé sucede a través de la famosa Zarza Ardiente, episodio milagroso en el que la Presencia Divina se posó en un arbusto espinoso que no se consumía con el fuego. Por supuesto, el espectáculo llamó poderosamente la atención de Moshé que se desvió para contemplarlo. Y viendo el Eterno que se desviaba para mirar, lo llamó Hashem desde dentro de la zarza, diciendo: “¡Moshé! ¡Moshé”. Y él respondió: “Heme aquí”. Y El dijo: “No te llegues acá; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que estás tierra santa (kodesh) es”.

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Y esa fue la primera orden que Hashem le impartió al “Padre” de todos los profetas. Así empezó un diálogo profético que duró por más de cuarenta años, por medio del cual se nos transmitió todo nuestro patrimonio espiritual: la Torá. Ahora bien, ¿qué mensaje le quiso transmitir diciéndole que la tierra donde estaba parado era Sagrada? Lo que Hashem le quiso decir a Moshé, y también a nosotros mismos, es que muchas veces pensamos que nos faltan cosas, elementos para poder triunfar en la vida, con argumentos del tipo: “si yo fuera…”, “si yo tuviera…”, “si hubiera nacido…”, y de esta manera tratamos de justificar nuestra falta de éxito: siempre buscando los motivos AFUERA. Como dice un viejo y conocido refrán: “desde que se inventaron las excusas, se acabaron los culpables.” Para que no equivoquemos nuestro pensamiento, Hashem le dice a Moshé: “El Lugar donde vos estás, con las herramientas que vos tenés y con todo lo que sos, y también lo que no sos, es Santo: ESE es TU Lugar”. En otras palabras: todo lo que necesitamos para cumplir con nuestro rol en la vida está en nuestras manos, sólo debemos reconocerlo, identificarlo y saber cómo aplicarlo. Lo que queda por dilucidar es cómo podemos conocer nuestro potencial, para luego poder utilizarlo de la mejor manera. Pues únicamente a partir del estudio de la Torá y conociendo su sabiduría, podremos identificar nuestro potencial, para darle así, su máximo rendimiento. La frase de la semana “El lugar no hace importante a la persona, sino que la persona hace al lugar importante.” Talmud

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VAERÁ Aprendiendo de los sapos...

Las diez plagas constituyeron, por un lado, el castigo para los egipcios por haber esclavizado y maltratado al pueblo de Israel, pero por el otro también sirvieron para enseñarnos a los integrantes de Am Israel el poderío del Creador del mundo, como dice Pirké Abot (Cap. 5 Mishna 4): “Diez milagros presenciaron nuestros padres en Egipto y Diez castigos trajo Hashem sobre los egipcios...” Analicemos la segunda plaga, la de los sapos, la cual atormentó a los egipcios de una manera atroz, ya que tenían la orden de introducirse en las casas, en las camas, en las masas, en los estómagos de los egipcios, pero también... ¡en los hornos! Imaginemos por un momento un supuesto diálogo entre los anfibios atacantes: —Ey, sapo: ¿Adónde vas? —Yo voy a aprovechar para conocer el palacio del Faraón y des-

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pués paso por las Pirámides. ¡Dicen que está buenísimo! —¡Ah, qué buena idea! Pero como yo tengo hambre, voy directo a las masas. ¿Sabés quién se va a meter al fuego de los hornos? —¡Qué se yo! ¡Que vaya otro! Es verdad, alguien tenía que ir al fuego. Pero ¿por qué yo?, se preguntaba el sapo. Sin embargo, hubo sapos que así lo hicieron. Y cuando Moshé pidió que se retire la plaga, todos los sapos murieron, apestando todo el imperio, menos los que se habían introducido en los hornos. Pero ¿por qué se metieron al fuego? Sencillo y simple: porque Hashem así lo ordenó. A diferencia de los sapos que actuaron instintivamente, nosotros los humanos, que sí tenemos el poder de decisión, debemos trabajar de tal manera para lograr decidir en obediencia a Hashem, incluso cuando no le vemos provecho o cuando –por nuestra falta de visión– pensamos que nos estamos perjudicando. De los sapos podemos aprender que uno nunca se va a perjudicar por hacer la voluntad de Hashem, y menos cuando se hace con esfuerzo. Es cierto que cuesta hacer actos bondadosos sin reconocimiento, o más aun, recibiendo “palos” por parte de los que no hacen nada. No obstante, no debemos dejar de hacer las cosas nobles, aunque nadie las haga y aunque nadie lo reconozca… Perdón, aunque el único que lo reconozca sea Hashem. La frase de la semana Había una vez cuatro amigos: Todos, Alguien, Nadie y Cualquiera. Surgió un problema del que Todos estaba enterado, y que Alguien podría haberlo solucionado. Pero como Nadie se encargó, el problema no se solucionó, aunque Cualquiera podía haberlo resuelto. ¡SEAMOS RESPONSABLES!

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BO La Fuerza de la Unión

En esta Perashá se relata la epopeya más grande de nuestro pueblo: El Éxodo de Egipto, que marcó un antes y un después en nuestra historia. Asimismo, generó varios preceptos, como las Festividades (Pesaj, Shabuot y Sukot) y también otros que practicamos todos los días, como el Tefilin, la Mezuzá, Pidión ha Ben (rescate del primogénito varón), entre otros, que tienen como objetivo recordar este magno acontecimiento. El Rambán afirma que estudiando la salida de Egipto, podremos tener y aumentar nuestra Emuná 1 en Hashem, analizando los milagros que realizó para liberarnos, cómo ÉL manejó la naturaleza a Su Voluntad, por medio de Las Diez Plagas y el Resto de los milagros. Recordemos que para terminar de convencer al Faraón que liberara a los Iehudim, Hashem dispuso las tres últimas plagas, relatadas en el transcurso de esta Perashá e insinuadas ya en su nombre: Bo (en hebreo ‫)בא‬, cuyo valor numérico suma tres: Langostas, Oscuridad y Muerte de los primogénitos. Cuando la Torá nos relata la plaga de la Oscuridad nos dice: 1 Emuná: Convicción Absoluta en la Existencia de Hashem.

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No se veían los unos a los otros, y no se podían levantar de sus moradas. De aquí aprendieron nuestros Sabios que la oscuridad de esos días no significa la mera falta de luz, sino que esa especie de neblina espesa impedía no sólo la visión, sino también los movimientos del individuo. Incluso más, nuestros Sabios, que saben leer los mensajes que la Torá nos envía entrelíneas, analizaron este versículo y lo interpretaron como un mensaje acerca de cómo deben ser nuestras relaciones interpersonales cuando interactuamos en la sociedad. Y así lo explican: No se veían los unos a los otros…: Cuando reina la indiferencia, el desinterés y la despreocupación de los integrantes de la sociedad por sus prójimos, y cada uno se preocupa sólo por lo suyo, entonces la consecuencia no tarda en venir… y no se podían levantar de sus moradas: resulta imposible avanzar, prosperar y desarrollarse en estas circunstancias, ya que para poder lograr esos objetivos es condición indispensable la unión, preocupación mutua y solidaridad de cada uno de los individuos. En estos días, donde tanto nos hace falta salir adelante, mejorar y avanzar, probemos con la enseñanza de la Torá, y seguramente vamos a llegar a lo que dice después la Perashá: Y en todo el Pueblo de Israel Hubo Luz en sus Moradas La frase de la semana Ajdut hi Koaj: “La unión hace la fuerza”

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BESHALAJ Aguas dulces, aguas amargas...

Am Israel salió de una manera triunfal de la tierra de Egipto, la tierra donde por siglos fueron esclavos, para dar comienzo a la travesía por el desierto del Sinaí. Pronto los egipcios, a pesar de haber aceptado la liberación, se percataron del perjuicio de la falta de “mano de obra” gratuita, y emprendieron una espectacular persecución, dirigida por el mismísimo Faraón quien, para motivar a su alicaído pueblo, prometió no sólo compartir el botín que pensaba recuperar, sino también llevó joyas y tesoros personales para repartir después de la supuesta victoria. Todos sabemos en qué odisea concluyó dicho emprendimiento: caballos, jinetes y miles de soldados fueron hundidos en el mar, demostrando así uno de los aspectos de la Justicia Divina: Medida por Medida1. Lo que no muchos recuerdan es cómo sigue la historia... El pueblo de Israel notó que el mar Rojo comenzaba a expulsar con su oleaje aquellas joyas que el Faraón había llevado, y se lanzaron a recogerlas de manera ininterrumpida, olvidándose que la travesía debía continuar hacia su parada más importante: el Monte Sinaí (para recibir 1 No estamos hablando de un criterio de venganza, “placer de los dioses” mitológicos, sino que mediante este sistema, Hashem nos muestra en lo que nos estamos equivocando, para identificar el problema y después poder corregirlo.

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allí la Torá). A tal punto se desesperaron por la recolección del enorme tesoro, que Moshé tuvo que “hacerlos viajar” (así reza textualmente el versículo), provocando el descontento de la muchedumbre, al privarlos de semejante oportunidad de enriquecimiento. Cabe agregar un dato: al salir de Egipto, y como leímos en la Perashá anterior, cada integrante del pueblo de Israel llevó consigo varios burros cargados con los tesoros que los egipcios les dieron para resarcirlos por tantos años de trabajo impago. Pero volvamos a la marcha por el desierto. Ante la falta de agua, el pueblo se quejó de encontrar una laguna ¡de aguas amargas! Es allí donde Hashem le indicó a Moshé arrojar un trozo de un árbol específico —además de ordenarle algunos preceptos básicos, como el Respeto a los Padres, el Shabat y algunos principios de convivencia en el orden monetario— y de esta manera el agua se convirtió en dulce y potable. Los interrogantes que quiero compartir con Uds. son los siguientes: 1. ¿Dónde encontramos en la naturaleza la existencia de aguas amargas? Encontramos dulces, saladas… ¿Pero amargas? 2. ¿Cómo se endulzó esa laguna con un simple trozo de madera (además, dice el Midrash que era una madera justamente con sabor amargo)? Explica el Rab Shaúl Maleh que cuando no estamos contentos con lo que tenemos (que en definitiva, es lo que Hashem decidió darnos para cumplir con nuestra labor en este mundo), le sentimos gusto amargo a todas nuestras pertenencias, ya que creemos que no satisfacen nuestras expectativas. Lo malo no está en nuestras pertenencias, sino en nuestras expectativas. La solución para esta problemática consiste, como sigue relatando la Torá, en “arrojar un árbol al agua”. El árbol, etz en hebreo, se relaciona con la palabra etza, “consejo”. El consejo de Hashem es “arrojarnos “de lleno a las aguas de la Torá, ya que cuando tomamos las palabras de la Torá en forma parcial, tendremos una visión distorsionada de sus conceptos, y podemos percibir un gusto “amargo” como les sucedió a nuestros ancestros. Pero si hacemos de la Torá nuestro modus vivendi, advertiremos, a pesar del esfuerzo que implica en un principio, ¡qué acertadas son sus palabras y consejos!

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En este caso puntual, la Torá nos enseña que la riqueza no depende de cuánto tenemos, sino de lo contentos que estamos con esos bienes que Hashem nos destinó. Como dijo nuestro patriarca Iaakov: “Tengo todo”, en contraposición a su ambicioso e insatisfecho hermano Esav, que declaró:“Tengo mucho” (pero no todo lo que necesito...) Dejémonos llevar por la Torá que, como su etimología en hebreo nos indica, Torá viene de la palabra oraá, “enseñanza”, nos dirige por el camino apropiado. La frase de la semana “¿Quién es rico? El que se contenta con su parte.”

Pirké Abot

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ITRÓ La gran Revelación

La única vez en la historia de la Humanidad que hubo una Revelación Divina frente a una multitud de personas (se calcula alrededor de 3 millones) ocurrió frente al monte de Sinaí. Allí nuestros ancestros aceptaron recibir de Hashem los Diez Mandamientos que introdujeron en la sociedad conceptos del respeto por la vida por medio del “No matarás”, el derecho a la propiedad privada a través del “No robarás”, entre otros, generando así las bases para una vida pacífica y respetable, en comunidad. Este hecho marcó un hito en la historia, no sólo de Am Israel, sino también de las demás sociedades monoteístas que aceptan el suceso como válido. Un mensaje interesante que nos ofrece el primero de los Mandamientos, es entender porqué cuando Hashem se presenta, lo hace diciendo: Yo soy tu Di’s, que te sacó de la tierra de Egipto, donde eras esclavo. ¿Por qué hace alusión a la salida de Egipto, en lugar de decirnos que es el Creador del Mundo?

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Contestan nuestros Sabios que basta con la observación del Universo material, su estudio y reflexión, para llegar a la conclusión que hay un Creador Todopoderoso y Único. Pero para entender que este Creador también es el que Supervisa constantemente lo que aquí ocurre, hace falta algo más: conocer acerca de su Comportamiento, cómo premia y castiga, cómo maneja las fuerzas que Él mismo creó (llamadas por nosotros Naturaleza) según su Voluntad. Todo esto tuvo lugar en un mismo escenario: Egipto. Las Diez Plagas y la partición del Mar Rojo obraron como demostraciones irrefutables del poderío y accionar de Hashem. Constituyen –así decía el Jafetz Jaim ‫ –ז"ל‬una lección para las generaciones y una Carta de Presentación para el mundo y para todos aquellos que quieran saber sobre Él. Por eso, en el momento de entregar los Diez Mandamientos, Hashem quiere que entendamos bien lo siguiente: que Él es el Único que Supervisa y Dirige todo lo que ocurre, y que nada se escapa a su Voluntad. Una vez seguros de esto, podemos seguir adelante... La frase de la semana Reshit Jojmá, Ir’at Hashem: “El principio de la sabiduría es el temor a Hashem.” Tehilim (Salmos)

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MISHPATIM Volver... ¡sin la frente marchita!

Después de entregar la Torá en el Monte Sinaí, Hashem le enseñó a Moshé algunas de las Leyes que debía transmitir a Am Israel. Lo sorprendente es que la primera ley de esta Perashá se refiere al “esclavo hebreo”, es decir, aquel Iehudí que al no tener con qué pagar su multa por el robo cometido, lo hacía con su trabajo, sirviendo como esclavo del damnificado que sufrió el delito, por el transcurso de seis años. Teniendo en cuenta que en la Perashá anterior recibimos la Torá, y por lo tanto adquirimos un nivel espiritual más elevado: ¿no había otra ley más alegre para empezar la lista, que esta que habla de un ladrón? De la respuesta a esta pregunta podemos sacar fuerzas para cuando nos equivocamos. Seguro que hay leyes más lindas, pero aquí Hashem nos está demostrando cómo se preocupa en primer lugar por aquel Iehudí que comete un error: lejos de despreciarlo, marginarlo, Hashem se ocupa por su reinserción en la sociedad como hombre de bien, para que de esta manera corrija sus malas inclinaciones, en este caso, el robo. Hashem se interesa y nos sigue queriendo, a pesar de nuestros errores, como un padre a un hijo, pues lo único que desea es el bien de este hijo.

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La frase de la semana: “Todo tiempo que la vela arda, hay tiempo de arreglar.” Frase del gran Rabino Israel Salanter, haciendo un analogía entre una vela y el alma judía que cada uno de nosotros poseemos y debemos procurar mantener encendida.

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TERUMÁ El poder del dinero

En esta Perashá nos relata la Torá la orden de Hashem de construir Su Mishkán 1, Santuario, así su Presencia Divina moraría entre nosotros. Pero para ello, era necesario el aporte generoso de cada uno de los integrantes de Am Israel, como oro, plata, cobre y diversos materiales para la construcción del mismo, el cual sería el nexo material con Hashem. Al contrario de lo que pensamos muchas veces, que el “el vil metal” nos aleja de Hashem, la Perashá nos enseña: el dinero no es tan vil, depende del uso que le demos: Si lo utilizamos para ayudar al prójimo, comprar distintos elementos para cumplir Mitzvot, y otros fines altruistas, estamos elevando el dinero a un nivel espiritual, favoreciendo que Hashem habite entre nosotros, como en el caso de la construcción del Mishkán. Pero si lo usamos sólo para saciar nuestros deseos (aunque en realidad nunca quedamos satisfechos), entonces sí el dinero convierte a su dueño en vil. 1 Tabernáculo o Templo ambulante

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Por eso dijeron Nuestros Sabios: “Los Justos quieren más su patrimonio que su cuerpo; los perversos quieren más a su cuerpo que a su patrimonio”. Es decir: los Justos, que saben lo que pueden hacer con su capital, lo valoran más que a su propio cuerpo, cuyo potencial es más limitado. Mientras que los perversos malgastan su capital para satisfacer a su cuerpo. ¡Que Hashem nos ilumine para poder emplear correctamente nuestros recursos! La frase de la semana:” “No pienses en el mundo del dinero, ¡pensá en el mundo venidero!”

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TETZAVÉ El poder de la palabra

En esta Perashá, en la que se describe las vestimentas del Cohén Gadol (Sumo Sacerdote) y demás utensilios del Templo, ocurre algo único: el nombre de Moshé Rabenu no se menciona en ninguna parte, lo que llama la atención, pues desde que la Torá relata su nacimiento hasta su muerte, no hay porción semanal que Moshé no sea nombrado. ¿A qué se debe este extraño fenómeno? Cuando Moshé estaba alegando frente a Hashem a favor de Am Israel, después de que cometieran el pecado de idolatría al becerro de oro, en un momento crítico de la “negociación”, Moshé le dijo a Hashem: “Si los perdonas, bien; y si no, bórrame a mí de Tu Libro”, ya que él no quería pasar a la historia como el líder que no pudo defender idóneamente a su pueblo. De todos modos, Hashem perdonó a los Iehudim y no los destruyó. Sin embargo, borró el nombre de Moshé de Su Libro, la Torá, en esta Perashá. Aprendemos de aquí el poder tremendo que tienen nuestras palabras una vez que salen de nuestra boca, ya que a pesar que Hashem los perdonó, la condición de borrar el nombre de Moshé igualmente

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fue cumplida. Sepamos valorar y cuidar nuestras palabras, porque con ellas podemos alentar a un caído, o destruir: ¡depende de nosotros! La frase de la semana “El que cuida su boca y su lengua salva de problemas a su Alma.” Shlomo Ha Melej (el Rey Salomón)

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KI TISÁ Todo es para BIEN

A los cuarenta días de recibir la Torá, Am Israel esperaba desesperado que su líder, Moshé Rabenu, descendiera del Monte Sinaí con las Tablas de los Diez Mandamientos. Pero por un error en el cálculo, pensaron que su conductor había fallecido, y se sentían solos y desamparados. Aprovechando la confusión, la muchedumbre pagana que subió con ellos de Egipto los incitó a fabricar el becerro de oro. Para que tengamos una idea, esta trasgresión equivale a un adulterio cometido inmediatamente después de la Jupá 1 , ya que todavía se encontraban en el mismo lugar que habían pactado fidelidad a Hashem. Es entonces cuando Hashem decidió eliminar al pueblo debido a la gravedad de los hechos. Nuevamente, gracias a las súplicas de Moshé, el pueblo es salvado de la aniquilación total, pero no del castigo, siendo la palabra de Hashem: Y el día que los recuerde, recordaré también su pecado. Esto significa que cada desgracia que Am Israel sufriría a lo largo 1 Palio nupcial.

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de la historia equivaldría como una “cuota” a cuenta de aquel gran castigo. Podemos ver de aquí que aunque las desgracias nos duelen en su momento, son fruto de la Gran Misericordia que Hashem tuvo hacia nosotros, ya que en lugar de eliminarnos, nos dejó con vida, dándonos la posibilidad de pagar la deuda pendiente. Debemos saber entonces que lo que hoy consideramos un castigo, en definitiva, es un gran acto de Su Bondad. Así se maneja la Justicia Divina, no podemos entenderla, pero sepamos que es Justa y Benévola… La frase de la semana Kol má de Avid Rajamana, le Taba Avid: “Todo lo que hace Hashem es para Bien” Talmud

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VAIAKHEL ¿Qué nos une?

Luego de recibir las órdenes y detalles relativos a la construcción del Mishkán, Moshé reunió a todo el pueblo de Israel para transmitirle este conocimiento y mandato de Hashem. De aquí aprendemos que Él se hará presente entre nosotros, si estamos todos unidos. Justamente, así procedió Moshé para hablar del Mishkán: Unir a todo Am Israel. Antes de comenzar la construcción, Moshé les advirtió sobre el precepto de cuidar el Shabat, ya que ni siquiera para algo tan elevado como erigir el Tabernáculo, está permitido profanar el Shabat. Y para ello también reunió a todos. Por lo tanto, el Shabat es un factor de unión entre nosotros: Individuos-Familias-Pueblo y, a su vez, todos con Hashem… Dos conceptos que nos ayudan a erradicar el prejuicio que muchos de nuestros hermanos Iehudim tienen sobre la Torá: que (Hashem no lo permita) desune a las familias y amistades. ¡Todo lo contrario! • ¿Cuánto afianza los vínculos conyugales y paternales una Mesa de Shabat? • ¿Quién se separa de quién: el que come casher o el que no? El primero, por ejemplo, puede invitar al segundo a su casa a comer sin

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que este último tenga que renunciar a ningún principio (pues comer casher para él no implica una violación, sino todo lo contrario, constituye un mérito para sí mismo pese a su voluntad). En cambio, el que no come casher no puede invitar a su casa al que come casher, porque este último estaría perjudicándose, entonces: ¿quién separa? Humildemente creo que esas diferencias pueden y deben ser superadas. La pregunta es ¿cómo? Sencillo: Cualquiera puede ver diferencias, pero sólo la gente bien intencionada puede distinguir lo que nos une. Y ¿qué es lo que nos une? Ninguna comida (askenazí o sefardí, por más ricas que sean ambas), ningún deporte, ninguna música, baile o actividad social tiene el poder de establecer un vínculo sólido y uniforme entre todos nosotros. Todos estos elementos no forman parte de nuestra esencia sino como producto de todas nuestras peregrinaciones por el tiempo y espacio (si bien pueden y a veces es sano que estén). Sin embargo, la Torá y sus preceptos sí son patrimonio exclusivo de todo Iehudi, sin diferenciar su origen, comunidad o costumbres. Por lo tanto, si aspiramos a la unión y, de esta manera, a que la Presencia Divina resida nuevamente entre nosotros, ya sabemos dónde poner el acento: Torá y Mitzvot con Alegría… La Frase de la semana “Que no te sean muchos mil amigos, ni te parezca poco un enemigo”

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PEKUDÉ Seamos sinceros...

Sabemos que desde la primera hasta la última letra de nuestra Torá, ninguna está demás ni está escrita porque sí, sino que cada letra contiene un mensaje especial. Siendo así, no se entiende muy bien, a primera vista, con qué intención nuestra Perashá se dedica casi en su totalidad a rendir cuenta del destino de las donaciones para construir el Mishkán. No hace mucho tiempo atrás, la Torá contó otra colecta que tuvo lugar entre el pueblo, lamentablemente con otro destino: el becerro de oro, cuya idolatría provocó una gran desgracia. Allí todos contribuyeron con grandes cantidades de oro. Pero cabe destacar un contraste: en la colecta del Mishkán hubo quienes sospecharon de malversación de fondos por parte de Moshé, motivo por el cual Hashem decidió publicar en su Torá qué se hizo en detalle con cada gramo de oro. Sin embargo, cuando se hizo lo propio para el becerro, si bien fue evidente que no se utilizó toda la cantidad recolectada, nadie alzó su voz para averiguar qué destino tuvo aquel abundante donativo... Lamentablemente hoy en día ocurre algo similar: gastamos cifras considerables en cosas superfluas (cuando no en cosas contrarias al espíritu de la Torá), y allí no somos puntillosos en cuánto y cómo se gasta

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el dinero, ni nos fijamos el precio, incluso a veces pagamos sobreprecios excesivos para adquirir una “marca exclusiva”. Pero cuando nos toca adquirir algún elemento de espiritualidad, Tefilin, Mezuza o pagar la cuota del Talmud Torá o alguna donación, ahí sí que nos ponemos exigentes: “¿Por qué tan caro un pedacito de cuero escrito? ¿Qué tiene, tinta de oro? ¿Qué harán los dirigentes con todo el dinero que reúnen de las donaciones?” Estos y otros interrogantes provienen desde la época de Moshé. Para enseñarnos cuánto nos equivocamos, Hashem no dudó en relatar en la Torá todo el destino de lo recolectado, aunque parezca algo superficial... Seamos sinceros... La frase de la semana “Juzga a toda persona para bien.” Pirké Abot

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SEFER VAIKRĂ Leilui Nishmat Mordejai Ha Cohen ben Hana Efraim ben Esther

Raizl bat Anzel Usher HaCohen Iaakov ben Eliahu Iosef Pesza bat Iankl Moshe (flia. Lutenberg)



VAIKRÁ Grande de verdad

Comienza el tercer libro de la Torá con la palabra que le da Su nombre: Vaikrá. Lo que llama la atención es que la última letra de esta palabra escrita en el Sefer Torá, la Alef, es más pequeña de lo común. Veamos algunas de sus interpretaciones: Hashem llamó a Moshé para ingresar al Santuario que él mismo terminó de armar, pero no se animaba a entrar sin el permiso de Hashem, demostrando una vez más la Humildad que lo caracterizaba. Como se abstuvo hasta ser llamado, la Alef está más chica: para enseñarnos que debemos comportarnos con humildad, y cuanto más grande uno llegue a ser, mayor debe ser su modestia. El Rab Bunim Mishspaija Z”L lo compara con un hombre que sube a un rascacielos: a pesar que está a una altura elevadísima, su estatura es la misma que si tuviera los pies sobre la tierra, su dimensión sobre sí mismo no cambia, porque sabe que la altitud lograda no corresponde al mérito propio sino a algo externo a él. En el caso de Moshé, él había logrado “elevarse” por su cercanía a Hashem y su conocimiento de Torá. Moshé era un grande que se ocultaba, y eso la hacía más grande aún… Ejemplo para imitar.

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Frase de la semana “El que persigue el honor, el honor se escapa de él. El que se escapa del honor, el honor lo perseguirá a él” Pirké Abot

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TZAV “¡No te enfríes…!”

En esta Perashá, la Torá narra los detalles acerca de los distintos sacrificios. En Uno de sus versículos describe una característica del Altar (Mizbeaj) y dice así: …Y habrá en él fuego permanentemente, no deberá ser apagado. Desgraciadamente hoy no tenemos Sacrificios que expíen nuestras culpas, ni Santuario ni Altar, pero en su lugar tenemos las Tefilot (Plegarias) y las Mitzvot (Preceptos). Podemos inferir de esta descripción que debemos servir a Hashem con entusiasmo, calidez y, por qué no, pasión. Esta Perashá suele coincidir con la hermosa festividad de Purim, en la cual recordamos la salvación de Am Israel de las Manos del perverso Amán, descendiente de Amalek. ¿Cuál era una de las características de Amalek? Enfriar el entusiasmo en nuestro servicio a Hashem, entre otras cosas asistiendo al banquete del rey Ajashverosh, lo que le abrió las puertas al representante de turno de Amalek: Aman. En realidad Amalek no tiene existencia propia, sino que es produc-

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to del “vacío” que se produce entre nosotros y Hashem. Esa “franja” no puede estar vacía: o la ocupamos nosotros acercándonos al Creador con buenas acciones, plegarias hechas con entusiasmo o, en su defecto, viene Amalek y lo llena. Como decía un conocido deportista: “¡No Existís…!” Lo mismo ocurre con Amalek: “Amalek: ¡No existís!”. No lo dejemos ser. Procedamos con fervor, calidez, emoción para revertir así todas las angustias provocadas por los amalekitas de turno, del mismo modo que por medio de Mordejai y Esther, Am Israel reanudó su vínculo con Hashem sin dejar huecos en su relación. La Frase de la semana “Sirvan a Hashem con Alegría” Tehilim (Salmos)

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SHEMINÍ Comida y vida casher

Entre otros asuntos, esta Perashá trae un tema cotidiano para nosotros: los alimentos permitidos y no permitidos. En otras palabras: la Comida Casher. Si la Torá es espiritual, ¿qué tanto importa lo que comemos o dejamos de comer? ¿Comer no es un simple acto material? Al parecer no es tan simple como lo vemos, ya que el Rambam, Maimónides, al compilar su libro de Leyes, pese a dedicar una sección al cuidado del cuerpo, trae las normas del Cashrut en el capítulo de Kedusha (“Santidad”, literalmente traducido) donde también menciona las leyes de las relaciones permitidas y prohibidas. Podemos apreciar que el mero hecho de consumir un alimento se relaciona con la parte más trascendental de nuestra existencia: Nuestra Alma. Como dijo el Ari’ Z”L Ha Kadosh, Rabi Itzjak Luria: la fuerza espiritual de los alimentos le da vida al alma, pues si una persona no come por un tiempo determinado, seguramente morirá. Entonces podemos entender la importancia que reviste el tipo de alimento que consumimos: según la estructura que el Creador le dio a las criaturas, así será el aporte que nos darán a nuestro cuerpo y alma: si es algo positivo,

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bienvenido; de lo contrario, mejor abstenerse. El alimento provee la energía necesaria para vincular el cuerpo con el alma. No es casualidad que hagamos tres acciones –aparentemente dispares– con la misma parte del cuerpo, la boca: comer, hablar y besar. ¿Qué relación tienen? Las tres vinculan: – – –

Hablar: a dos personas Besar: a dos seres que se quieren Comer: Al Cuerpo con el Alma

Por lo tanto, la Torá nos indica que seamos cuidadosos en nuestra forma de hablar, en nuestras relaciones, y también en lo que comemos, ya que detrás de un simple acto hay algo mucho más profundo: el vínculo que se produce después de hablar, besar o comer. Como el Rambam lo clasificó: el comer y la actividad reproductiva deben estar en un marco regulado para obtener de ellos el mejor resultado, ya que en estos dos aspectos nos podemos diferenciar o —Di’s no permita— parecernos a los animales. ¡Vivamos una vida Casher! La Frase de la Semana “Dime lo que comes y te diré qué eres.”

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TAZRÍA Dónde buscar soluciones

La mayor parte de esta Perashá y la próxima habla de unas extrañas manchas que solían aparecer en las paredes de la casa, en las ropas y, por último, en la piel de la persona (así, en ese orden progresivo). Evidentemente este fenómeno fuera de lo común llamaba la atención. Pero según explican nuestros Sabios, tenía el propósito de alertar a la persona acerca de diversas conductas inapropiadas, como el hablar mal de otro, la avaricia y demás. Si el sujeto afectado ignoraba la primera señal (manchas en la pared), adjudicándolo a un efecto casual, el próximo paso lo afectaba más de cerca, en su ropa, y por último, si también se desentendía de este llamado de atención, afectaba el cuerpo mismo de la persona. Cuando estamos en la senda equivocada, desde “Arriba” nos sugieren que cambiemos de rumbo, enviándonos “señales”, que a veces pueden provocar trastornos e incluso molestias y dolor, con el objetivo de evitar un mal mayor. Y ¿cómo cambiar? También lo podemos aprender de la Torá: La persona afectada no iba a un médico, ni a un sastre ni mucho menos a un albañil (con todo el respeto que ellos merecen) para solucionar el problema. El destino

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de la consulta era un Cohén (sacerdote) que entendía la naturaleza de estas manchas, de origen espiritual, por lo tanto, la mejora debía surgir del refinamiento de la conducta y las cualidades espirituales. Frase de la semana “Conociendo el origen del problema, se llega mas rápido a las soluciones”

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TAHOR (METZORÁ) Las palabras...¿se las lleva el viento?

El nombre real de esta Perashá es Metzorá (literalmente, “leproso”). Por eso en muchas comunidades la llaman Tahor, “Puro”, para que suene mejor. Su contenido se asemeja a la Perashá anterior, sobre los distintos estados de pureza o impureza de la persona. El estado de Metzorá, leproso, surgía básicamente como consecuencia de tres actitudes negativas: 1) 2) 3)

Arrogancia Avaricia Maledicencia (mal uso del poder del Habla, en hebreo: Lashón Ha Ra).

Cuando se daba este tercer caso (el que no cuidaba su habla), unas ampollas impurificaban su cuerpo, inhibiéndolo de permanecer en el campamento. Como consecuencia, se alteraba su ritmo de vida y quedaba aislado como mínimo durante siete días, período que se podía extender, según la evolución de la llaga. ¿Cómo le daban “de alta” para que se reinsertara en la con-

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gregación? Era el Cohén el responsable de analizar si la llaga impura se había transformado en pura. Recién cuando el Cohén decía Tahor, este hombre quedaba habilitado a volver a su vida normal. Entonces, para concientizarlo del valor de las palabras, su restitución dependía justamente de este conocimiento: Las palabras no se las lleva el viento, ¡pueden cambiar vidas! Hoy lamentablemente vivimos en una sociedad donde la palabra no tiene ni le damos el valor que realmente le corresponde: se pondera más al que habla que al que permanece callado, siendo el primero un ilustre y el segundo un tonto ¿es así para la Torá también ? Veamos: – “Si la palabra vale un peso, el silencio vale dos” (Talmud) – “Al sabio se lo conoce por su silencio, al necio por sus palabras” (Rey Salomón) – …y muchas citas más. ¿Por qué la sociedad se maneja al revés? Simple: la necesidad de llenar espacios mudos con música (o ruidos), chismes y palabras (a veces malas y muy malas palabras incluso en ámbitos “culturales”) refleja un Mundo Interior inexistente, que al no estar satisfecho, busca afuera formas de sentirse realizado. No arruinemos este potencial, que es una de las características que más nos asemeja a Hashem: así como Él habló y creó mundos, nosotros tenemos la misma posibilidad. Frase de la Semana “Aprendemos a hablar en dos o tres años, y no nos alcanza la vida para aprender a callar…”

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AJARÉ MOT El Chivo Expiatorio

El tema central de esta Perashá es el servicio que se llevaba a cabo en el día de Iom Kipur en el Beit Hamikdash, que estaba conformado por una serie de sacrificios exclusivos, baños rituales, ofrendas de incienso, entre otras, que a cargo del Cohén Gadol, cumplían con el objetivo del día: expiar y perdonar las faltas de todo Am Israel. Uno de los sacrificios más distintivos de este día era el del Chivo Expiatorio, que no se lo ofrecía en el altar, sino que luego de haber sido sorteado con otro idéntico a él, se efectuaba una confesión sobre su cabeza y de esta manera “cargaba” con las transgresiones de todo el pueblo. Muchas veces nosotros, el Pueblo de Israel, fuimos (y somos) el chivo expiatorio de las naciones, cargando acusaciones, calumnias, como la peste negra en Europa, las calumnias de las Matzot (que incluso hoy en día la siguen difundiendo algunos antisemitas), y de toda actividad negativa del mundo siempre seremos los culpables: para los comunistas éramos los explotadores capitalistas, mientras que para los países ricos éramos los bolcheviques desestabilizadores. Siempre estamos bajo ese fuego cruzado.

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Pero… a no preocuparse, ya que según la Torá, el hombre que llevaba al chivo era designado como ish iti, (en hebreo: “individuo designado”). Explican nuestros sabios sobre la identidad de este hombre, que es designado para fallecer en ese mismo año. De aquí vemos que aquellos que nos opriman no tendrán un final feliz. Coincide este mensaje con uno de los mencionados en la Hagadá que se escuchará en todos los hogares judíos: …en cada generación se levantan contra nosotros, y Hashem nos salva de sus manos…! En ese entonces fue el faraón de Egipto, más tarde el ministro persa Amán, siglos después Tito de Roma, no hace mucho Hitler (que Hashem borre sus nombres y recuerdo, de todos ellos), hace muy poco Saddam Hussein, ahora Ahmadineyad y otros tantos que seguirán seguramente el destino de sus antecesores: se esfumarán en el devenir de la historia, mientras que Am Israel Jai ve Kaiam (“El Pueblo de Israel Vivirá y Existirá”), todo tiempo que reconozcamos Quién es el que realiza la salvación, como lo vamos a declarar y a agradecer en la Hagadá de Pesaj. Frase de la Semana “Que pronto veamos la Gueulá Shelema (pronta Redención) y podamos festejar Pesaj en Ierushalaim Ha Benuiá (reconstruida) ¡Amén!”

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KEDOSHIM La verdadera Santidad.

Al comenzar la Perashá, Hashem nos ordena Sean Kedoshim, que equivale a decir en español: “Sean Santos”. Pero… ¿Qué significa ser Santos para Hashem? Por defecto, solemos asociar este término con algunas pocas personas que llevan una vida ascética, solitaria, privada de placeres materiales, mártires que dedican su existencia a la plegaria y a la soledad, para alcanzar el máximo refinamiento espiritual, como ángeles. Puede ser cierto, pero no dentro de la Torá, ya que cuando Hashem nos ordena esto, antecede sus palabras diciendo: Diles a Toda la Congregación del Pueblo de Israel El hecho de ser Kedoshim, en primer lugar, no se reserva para unos pocos, sino para todos. Y segundo, el máximo nivel de perfeccionamiento se logra en la convivencia con el prójimo, renunciando y controlando nuestras tendencias egocéntricas en beneficio de los demás. Por eso, no es casualidad que la mayoría de preceptos que esta Perashá correspondan a las Mitzvot del hombre para con sus semejan-

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tes, por ejemplo: No mentir, no poner obstáculos, pagar los sueldos en término, y por último el tan conocido y famoso: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, y así y todo, el pedido de Hashem es: “Sean Santos”. En cuanto al aspecto ascético del “santo”, el concepto de la Torá es diametralmente opuesto, ya que Hashem no pretende que seamos Ángeles, para eso ya tiene millones allí arriba, sino que lo que nos ordena es ser Kedoshim: • Comer, pero con moderación. • Vida matrimonial, con altura y distinción. • Tener bienes materiales, pero ganados en buena ley y compartiendo con los demás. El mensaje es claro: la santidad que Hashem pretende de nosotros deriva de interactuar con Su Creación y con Sus criaturas, logrando, gracias a las pautas de la Torá, el mejor rendimiento, no sólo en el Mundo Venidero, sino en Este Mundo también.

Frase de la Semana “Tu Mundo Venidero consiste en hacer mejor Este Mundo para tu prójimo.”

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EMOR La materia prima de la vida

Y contarán para ustedes siete semanas (Vaikrá 23:15) Del versículo correspondiente a esta Perashá aprendemos el precepto que cumplimos desde el segundo día de Pesaj: La Cuenta del Omer, en hebreo Sefirat Ha Omer. A su vez, del precepto podemos aplicar algunas enseñanzas en esta época del año, en la cual nos preparamos para poder recibir en Shabuot, la Torá: Sefira: La palabra, que quiere decir “Cuenta”, se parece a la palabra Safir que significa “Zafiro”. La similitud no es casual, pues nos quiere transmitir que debemos pulirnos, como una piedra preciosa, quitando lo que no sirve, y dejando lo bueno. ¿Por qué contamos el tiempo?: Como dijimos antes, estamos preparándonos para recibir la Torá. Para eso hace falta Tiempo. Desgraciadamente durante el año, dilapidamos mucho tiempo en cosas vanas, innecesarias y hasta contraproducentes a la vida Judía. Por eso contamos el Omer: para revalorizar el Tiempo. Entendemos ahora el motivo

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por el cual no dice Berajá (Bendición) quien algún día olvidó de contar el Omer. Para enseñarnos que cada día cuenta, y que un día perdido no sólo afecta su lugar en la cuenta, sino que también afecta a toda una unidad, en este caso: la Cuenta Total del Omer, y en nuestro caso, la Vida Misma. La frase de la semana “El tiempo es la materia prima con la que está hecha la vida. El que pierde tiempo está malgastando la vida.”

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BEHAR Calidad Vs. Cantidad

El primer precepto que nos enseña esta Perashá es el que regula la actividad agrícola. Cada agricultor debe trabajar su campo durante 6 años y en el año séptimo (equivalente al Shabat, pero en años) deberá abstenerse de todo trabajo. A primera vista, esto podría resultar en una gran pérdida para los poseedores del campo. Pero inmediatamente Hashem declara: Y la tierra dará su fruto, y comerán hasta satisfacerse, y habitarán tranquilos sobre ella (Cap. 25, vers. 19) De manera asombrosa la Torá sigue diciendo: y si preguntan: “¿Qué comeremos en el año séptimo si no sembramos ni aramos?” Entonces ordenaré mi bendición sobre ustedes y la tierra producirá el triple. (Cap. 25, vers. 20-21) ¿Qué necesidad hay de preguntar si ya en el versículo anterior nos aseguró sustento y tranquilidad? ¿Qué sentido tiene la segunda pro-

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mesa? El Rab Eliahu Lapián Z’L brinda una respuesta que, además de contestar este interrogante, nos servirá para aplicar a la vida diaria en relación con nuestra actividad económica y convicción acerca de la Supervisión Divina. En el primer versículo citado, Hashem se dirige a los que trabajan teniendo plena confianza en lo que la Torá asegura. Al no dudar de Su palabra, la bendición recaerá sobre ellos sin hacer ningún esfuerzo extra. Es decir, la bendición que Hashem les deparará será en calidad, y no en cantidad: lo mismo que recolecten en un año (el año sexto), les rendirá por tres años (sexto, séptimo y octavo...). Pero si los agricultores no confían plenamente en lo que la Torá promete, preguntando acerca de su destino económico durante el año séptimo, la bendición de Hashem recaerá de todos modos, pero con una diferencia: la cosecha se triplicará, demandando así triple esfuerzo, inversión y preocupación. Habrá que contratar más empleados, alquilar más depósitos y recursos para poder contener esa extraordinaria bendición... en esta ocasión la bendición será en cantidad, perjudicándose a sí mismos, pues si no hubieran preguntado, habrían estado igual de satisfechos, pero sin esforzarse tanto. Ahora, al preguntar, necesitarán el triple para sentirse realizados. A la luz de estas sabias palabras del Rab Lapián, podemos afirmar que la Emuná 1 es el complemento necesario para salir adelante en las vicisitudes de la vida. Del mismo modo que una lente con aumento nos ayuda a ver los objetos en su verdadera dimensión, así también la Emuná nos ayuda a distinguir las cosas indescifrables de la vida tal cual son: ni más grandes ni más chicas, evitando de este modo dudas e incertidumbres, que lo único que provocan es paralizarnos. La frase de la semana “El que tiene Emuná no tiene preguntas. El que no tiene Emuná, no tiene respuestas...”

1 Concepto hebreo que significa mucho más que su traducción textual clásica: “fe”, porque alude más bien a la convicción y seguridad plena en Hashem, a pesar de no entender, por ahora, Sus caminos.

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BEJUKOTAI La Ley del Mayor Esfuerzo

Con esta Perashá se concluye el tercer libro del Pentateuco, Vaikrá. Asegura lluvias y bienestar a los que atiendan y observen los preceptos de la Torá: si en Mis leyes anduvieren y Mis preceptos cuidaren y cumplieren, Daré las lluvias en su tiempo... y comerán su pan hasta satisfacerse... Nuestros Sabios cuestionaron a qué se refiere cuando detalla en Mis leyes anduvieren: ¿Acaso no está incluido en la segunda parte del versículo cuando habla de los preceptos? Ellos interpretaron que aquí se está aludiendo a otra actitud, y no a la mera observancia de las leyes de la Torá: aquí Hashem nos está pidiendo que además de cumplir con los preceptos de la Torá, nos esforcemos en su estudio y comprensión, ya que únicamente a través del esmero constante para conocer su contenido, podremos lograr el objetivo: apegarnos a Él y a su Torá. En los tiempos que corren, el “esfuerzo” no suma muchos adeptos.

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En la época del “control remoto para el control remoto”, todo esfuerzo implica una actitud innecesaria. Pero nosotros debemos saber que no es así. Sólo a partir del esfuerzo lograremos superarnos y no retroceder. Aquél que se niegue a esforzarse vivirá cómodo, pero no cumplirá con el objetivo del ser humano: crecer espiritualmente cada día. Nuestros Sabios nos dieron un ejemplo con respecto al tema: la vida del salmón. Si observamos con detenimiento un río torrentoso, distinguiremos a los salmones dejándose llevar por la corriente. Pero otro grupo, menor que el primero, lucha contra la corriente, para llegar río arriba, donde fecundarán a sus hembras y de esta manera se estarán asegurando la continuidad de la especie. El pez fuerte lucha contra la corriente; el débil es cómodo, se deja llevar, pero no se reproduce... Además de ser positivo, el esfuerzo produce que valoremos más lo que logramos. Porque, como es sabido, lo que conseguimos fácilmente no nos preocupa perderlo; a diferencia de aquello a lo que le consagramos tiempo y dedicación. Las generaciones anteriores estaban más familiarizadas con el esfuerzo, ya sea por la escasez de recursos, medios o tecnología (que abunda hoy en día), pero gracias a ese ahínco pudieron lograr y valorar lo que alcanzaron. Sigamos su ejemplo, y de ese modo seremos acreedores a todo el bienestar que la Torá depara para los que hacen del esfuerzo, empeño y dedicación, una forma de vida. La frase de la semana “Según el esfuerzo, es la recompensa”

Pirké Abot

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SEFER BEMIDBAR Leilui Nishmat MoshĂŠ Heffes ben Sara (Flia Kaleka)

Rajamim Masri Hemsani ben Sara (Flia. Hemsani)



BEMIDBAR Emuná1 a prueba de todo

Esta semana comenzamos el cuarto Jumash (uno de los cinco tomos en los que se divide la Torá): Bemidbar, “En el Desierto”, en el cual se relatan los distintos sucesos que le ocurrieron a Am Israel durante su periplo de 40 años por el Desierto. Dice el Midrash sobre el principio de esta Perashá: En tres cosas fue dada la Torá: En Fuego, en Agua y en el Desierto. Para interpretar la profundidad de estas palabras, debemos hacer una breve introducción: Una característica que poseemos y la demostramos a través de los tiempos es nuestra entrega, a veces hasta las últimas consecuencias: desde el cumplimiento de los preceptos a pesar de estar terminantemente prohibidos (en la época de la Antigua Roma y aún en la no tan antigua Rusia Comunista ya desaparecida), hasta las tristemente célebres matanzas en las cuales muchos de nuestros hermanos prefirieron 1

Convicción plena y absoluta de la Existencia y Supervisión constante de Hashem sobre el Universo y sobre cada uno y uno de nosotros.

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morir como judíos, que vivir dejando de serlo… ¿De dónde proviene esta fuerza? Este rasgo que nos caracteriza lo llevamos en nuestro “ADN espiritual” impreso en tres momentos de nuestra historia: FUEGO: Ante la disyuntiva de vivir como un pagano o ser arrojado a un horno de fuego por mantener su convicción monoteísta, Abraham Abinu eligió la segunda opción. De aquí heredamos parte de esta fuerza de resistir a la adversidad. Quizás podríamos decir: “Esto lo hizo un solo hombre, ¿por qué inferir que caracteriza a toda su descendencia?” Para despejar esta duda, continúa el Midrash con la segunda característica: AGUA: Luego de salir de Egipto, Am Israel fue perseguido y alcanzado por el poderoso ejército del Faraón. El pueblo se vio acorralado entre las tempestuosas aguas del mar Rojo y el enfurecido Faraón y sus soldados. En ese momento, los Iehudim, siguiendo las indicaciones de Moshé, emprendieron la marcha internándose en el mar, hasta que las aguas les llegaron a sus narices, esperando la pronta Salvación de Hashem. En ese momento se produjo uno de los más maravillosos milagros relatados en la Torá: La partición del mar Rojo, donde todo un pueblo manifestó su entrega al Creador del Mundo, luego de haber experimentado en carne propia la magnificencia del poder inconmensurable de Quién los salvó. Aún existe la posibilidad que algún escéptico diga que esa particular circunstancia sólo se podía mantener por un momento y no en forma constante durante mucho tiempo… Para no dejar lugar a dudas, los Sabios del Midrash traen la tercera y contundente prueba, de la cual aprendemos el antecedente de una entrega total e incondicional hacia Hashem: EL DESIERTO. Durante cuarenta años, un pueblo entero conformado por hombres, mujeres y niños protagonizó una travesía por el más inhóspito hábitat de la Tierra, desprovisto de alimento, ropa y pro-

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tección. Sin embargo, la entrega y Convicción en que Hashem los asistiría en todas sus necesidades fue tan grande, que provocó que así sea. Como conclusión, vemos claramente que somos portadores de esa energía que nos fuera legada oportunamente, la cual nos permite resistir —gracias al Creador— al fuego, al agua y al desierto, sobreviviendo así a varios exilios y persecuciones. ¡Sepamos cuidar y valorar ese potencial! La frase de la semana “Lo que con lágrimas se siembra se cosecha con alegría” Tehilim (Salmos)

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NASÓ Vivir en sociedad

Esta Perashá de 176 versículos es la más larga de todo el Jumash y trata varios temas. Uno de ellos se refiere al Nazir, una persona que se comprometía por un período no menor a treinta días a: √ no beber vino. √ no cortarse el cabello ni rasurarse. √ no estar en contacto con los muertos (ya que de esta manera contraía cierto tipo de impureza). A pesar que la Torá pondera el hecho de ser Nazir, y lo coloca a la altura de los Cohanim (los Sacerdotes), cuando termina su etapa de Nazir, éste debe traer un Sacrificio, el mismo que se traía cuando una persona transgredía un precepto. ¿Pero cuál es la Transgresión del Nazir como para que traiga tal sacrificio? Entre las distintas repuestas, se encuentra la siguiente: • Al no tomar vino, se está privando de festejar los eventos socio-religiosos de la Torá con sus semejantes (casamiento, Brit Milá, entre otros) en los cuales el vino es protagonista. No participa en las alegrías del prójimo.

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• Si no se impurifica por un muerto, seguramente no estará cerca de aquel amigo que lo necesita en un momento tan crítico como lo es la pérdida de un ser querido. • Al no cortarse el cabello, tendrá un aspecto un tanto desprolijo y poco deseable para estar en compañía del entorno. Por eso, a pesar de lo importante que representa ser Nazir, Hashem considera que con su conducta se aparta del resto de las personas, y debe traer un sacrificio para ser perdonado. La frase de la semana “¿Cuál es el camino correcto? El que es bueno para uno y agradable para los demás.” Pirké Abot

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BEAHALOTEJÁ ¿Por escalera o por ascensor?

Al principio de esta Perashá tan rica y variada en su contenido, se nos relata acerca del encendido de la Menorá (Candelabro macizo de oro puro) que estaba en el Beit Ha-Mikdash. Para prenderla, el Cohén debía subir unos peldaños y luego, desde esa altura, encenderla. También había otra parte del Santuario construida “en las alturas”: el Altar, pero se accedía mediante una larga rampa. Si bien existen motivos técnicos para ello (ver al final de la Perashá Itró en el Jumash), interesa el mensaje actual que extraemos de la diferencia entre la escalera y la rampa. Mientras que por la escalera se sube en forma pausada, escalón por escalón, el ascenso por la rampa se realiza mucho más rápido. Hoy no tenemos el Santuario, desgraciadamente, pero de igual modo podemos adaptar sus elementos a los de nuestra vida cotidiana: La Menorá representa, con su luz pura, la Sabiduría y el Conocimiento de la Torá. Por otro lado, el Altar, en el cual se llevaban a cabo los sacrificios, representa la acción y realización de los Preceptos. Entonces, cuando deseemos conocer y abordar el Estudio de nuestra Torá, representado por la Menorá, debemos hacerlo en forma gradual, sin

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saltear ningún escalón, ni tampoco pretendiendo empezar desde el “piso de arriba”. Me estoy refiriendo a aquellos que se inician con buena voluntad, por ejemplo, en cursos de “Kabalá” (con “C” o con “K”, incluso puede tener una “h” al final para que suene más interesante), y ni siquiera manejan o conocen conceptos básicos del Judaísmo. La Kabalá representa lo más profundo en el estudio de Torá, ¡pero no es para principiantes! Es como darle un rico asado... ¡a un lactante! Pero por otro lado, cuando hablamos de la Acción, simbolizada por el Altar, aquí nos debemos predisponer a asumirla con agilidad, de la misma forma que se sube por una rampa, sin postergar para “más adelante” (que casi nunca llega) la realización de los preceptos. Para el Estudio de Torá debemos subir en forma escalonada y continua, según el paso que cada uno puede dar. Sin embargo, a la hora de actuar, cumplir los preceptos, debemos hacerlo de forma inmediata y sin postergaciones, como se sube por un ascensor… La frase de la semana “Lo importante no es sólo el estudio, sino la acción” Pirké Abot

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SHELAJ LEJÁ La Tierra Prometida

La fecha más triste de nuestro calendario es sin duda el día 9 de Av, Tish’á be Ab, relatado en esta Perashá: cuando los espías hablaron mal de la tierra de Israel. Estos 10 hombres fueron enviados junto a otros dos justos, Iehoshúa y Kaleb, pero a diferencia de estos dos últimos, sólo repararon en los aspectos negativos de esta hermosa tierra, que Hashem destinó para nosotros. Cuando regresaron, el pueblo estaba esperando ansiosamente el informe, pero lo que ellos declararon los desanimó a punto tal de quejarse de Hashem, llegando a decir que Él los odiaba y por eso los enviaba a semejante tierra. El pueblo lloró por esta supuesta “desgracia” provocando que Hashem decidiera, a partir de esta reacción, que no merecían entrar a esa tierra que tanto despreciaban. Por ello, los condenó a vagar por el desierto durante 40 años, hasta que una nueva generación fuera digna de ingresar allí. Debemos tomar lección de esa actitud negativa de los espías para no repetirla. ¿Cuál fue uno de los argumentos para despreciar a Eretz Israel? Ellos no supieron interpretar los mensajes que Hashem les había enviado para facilitar su tarea. Dado que conformaban un grupo numeroso y llamativo —doce personas extranjeras—, Hashem hizo que ese día hubiera entierros masivos para que los residentes locales no ad-

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virtieran a los espías. Sin embargo, ante semejante espectáculo, los espías reaccionaron de manera desagradecida. Ellos le dijeron al pueblo: ...la tierra a la que fuimos es una tierra asesina se devora a sus habitantes... Cabe preguntar: ¿acaso ellos mintieron cuando dieron el informe? ¡Dijeron lo que presenciaron! ¿Por qué el castigo? El Rab Neiman nos descubre un gran secreto: Es cierto, dijeron la verdad, pero no tuvieron en cuenta algo muy importante: ahora la tierra tenía esta cualidad negativa. Pero cuando ellos ingresaran con la Torá que Él les dio, su influencia la transformaría en un vergel paradisíaco. Por ejemplo, nos sucede lo mismo cuando entramos a una casa toda oscura porque sus ventanas están cerradas. Si abrimos aunque sea una ventana, ya habrá luz, y si abrimos todas, una gran fuente de luz irradiará a sus ocupantes. Del mismo modo Eretz Israel con la Luz de la Torá: sin ella, es una tierra “oscura”, física y espiritualmente. Pero con la Luz que la Torá brinda, a partir de su estudio y observancia, se transforma el panorama de manera positiva. Porque la Torá es la atmósfera natural de esa tierra. Y cuando ella falta, no se puede vivir allí, ya que no se puede ni siquiera respirar. A la luz de esto podemos entender que cuando Hashem nos expulsó hacia la Diáspora, nos hizo un gran favor, pues con la moral tan baja, no podíamos seguir viviendo en Nuestra Tierra, pero fuera de ella, donde no se exige un nivel de santidad tan elevado, podemos subsistir (obviamente que este estado no es el ideal, pero es preferible a la aniquilación). Por tanto, nuestro objetivo debe enfocarse en regresar a ese status inicial, habitando nuestra amada tierra, en donde se potencian estas tres dimensiones, dando lo mejor de ellas: ¡Pueblo, Tierra y Torá! La frase de la semana “Tres cosas se adquieren con esfuerzo: Torá, Eretz Israel y el Gan 1 Eden ” 1 El Paraíso Celestial

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KORAJ Cómo transmitir un mensaje para siempre

Koraj, un importante integrante del pueblo de Israel, envidiaba los cargos que sus primos mayores, Moshé y Aharón, ocupaban. Si bien era uno de los pocos afortunados que transportaba el Arca Sagrada de la Alianza, se alzó en rebelión contra Moshé, cuestionando no sólo su autoridad como líder de Am Israel, sino la autenticidad del Origen Divino de la Torá y las enseñanzas que Moshé trasmitía al Pueblo. Ante la gravedad del caso, Hashem decidió cortar la rebelión de una manera categórica: ordenó, por primera y única vez, que la tierra se abriera y tragara a Koraj y a sus seguidores. A pesar de la contundente demostración, en la que Hashem estaba avalando a Moshé como el verdadero dirigente, el pueblo objetó la muerte de Koraj y su gente. Otra vez Hashem reaccionó de inmediato, castigando mortalmente a los difamadores por medio de una epidemia fulminante. Para poner fin de una vez por todas a las disputas y cuestionamientos acerca del poder, y que quedara bien claro que el Mandato de Moshé correspondía a una Orden Divina, como así también la designación de Aharón como Cohén Gadol, Hashem le pidió a Moshé que

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ordenara a los príncipes de cada una de las doce Tribus que colocaran sus varas de madera en la parte más sagrada del Tabernáculo. Aquella que floreciera designaría a la Tribu de la cual surgiría el Cohén Gadol. Como era de esperar, la Vara de la Tribu de Levi fue la que floreció, evidenciando la Voluntad de Hashem. De allí en adelante, incluso hasta nuestros días, nadie más ha dudado la legitimidad de la autoridad de Moshé ni del sacerdocio en manos de la descendencia de Aharón. Hasta aquí el relato de nuestra Perashá. La pregunta que surge es: ¿Cómo puede ser que unas simples flores resulten una demostración más efectiva y contundente de la Voluntad de Hashem, que la apertura de la Tierra o la epidemia mortal contra los rebeldes? La respuesta es una vital enseñanza para aplicarla en todas las áreas de nuestras vidas, en especial cuando se trata de la educación de nuestros hijos: Por más verdadero que sea el mensaje, si deseamos que trascienda y quede bien claro, debemos enviarlo con “flores”, es decir, de un modo ameno y agradable. No lo olvidemos. La Frase de la Semana “La lengua suave, quiebra el hueso”

Mishlé (Proverbios del Rey Salomón)

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JUKAT Hay que jugarse al 100%

Luego de deambular 38 años por el desierto de Sinaí, Am Israel sufrió una importante baja: la de Miriam la profetiza, cuyo deceso provocó la desaparición del Maravilloso manantial de agua, que fluía de una roca gracias a su mérito. El pueblo pidió agua a Moshé, quien recibió la orden de “hablarle” a la roca, junto con su hermano Aharón, para que hiciera brotar “sus aguas”, y así satisfacer las necesidades del pueblo y también las de su ganado. Ante la presión del pueblo y otros factores (hay muchísimas explicaciones acerca del proceder de Moshé, pero no es el punto que quiero desarrollar), Moshé golpeó a la piedra en lugar de hablarle, de donde brotó “muchísima agua”, pero no “Sus aguas”, como había pedido Hashem. Esta desobediencia de los Grandes dirigentes les costó bastante caro: se les prohibió el ingreso a la Tierra de Israel. Sepamos que si Moshé entraba a Eretz Israel, una vez construido el Beit Ha-Mikdash, éste nunca se habría destruido y estaría en pie hasta hoy en día, en lugar de representar hoy una gran pérdida no solo para ellos, sino para todas las generaciones posteriores. Escuché del Rab Eliézer ben David Sh’’lita una explicación sobre

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por qué la Torá cambió la expresión de “muchísima agua”, en lugar de decir como al principio “Sus aguas”: ¿Cuánta agua contiene originalmente una piedra para brindar? Obviamente muy poca cantidad. No obstante, Hashem le ordenó a Moshé que “hablando”, extrajera esa mínima cantidad de agua, la cual produciría lo suficiente para satisfacer la necesidad de Am Israel. Nuestros Sabios explican que el término “hablando” alude al estudio de la Torá, como decimos en el Shemá: Vedibarta bam (“y hablarás de Torá”). Significa que por más pequeño que sea nuestro potencial, si lo desarrollamos por medio de la Torá, el milagro de Hashem se hace presente y puede alcanzar niveles impensados. Pero si no “hablamos”, no estudiamos Torá, sino que mediante “golpes” obtenemos muchos resultados, “muchísima agua”, menores al potencial inicial, ello traerá consecuencias desastrosas para la posteridad. A nosotros nos compete poner todo nuestro potencial y encausarnos en los caminos de la Torá. Luego la ayuda provendrá de Hashem. Frase de la semana “En el Camino que la persona quiere ir, por allí, desde el Cielo, lo conducen” Talmud

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BALAK ¿Dónde redica nuestro verdadero poder?

Esta Perashá nos cuenta cómo Balak, rey de Moab, ante una inminente guerra con el pueblo de Israel, decidió contratar a Bilaam, Profeta de las Naciones, para maldecir a Israel. ¿Por qué se le ocurrió a Balak esta estrategia y no, por ejemplo, lanzar su ejército contra el pueblo? Evidentemente él conocía la fuente de nuestro poder: La Fuerza Espiritual. Al ver que Israel venció anteriormente a dos grandes reyes, el rey de Moab no quería aplicar un método convencional de Guerra, sino utilizar en contra de los Iehudim su propia arma: La palabra, base de lo espiritual, por medio de una maldición de Bilaam. De aquí podemos aprender que a veces no conocemos nuestras virtudes, pero nuestros oponentes, en muchos casos, saben mejor que nosotros dónde radica nuestro verdadero potencial: La Fuerza de lo Espiritual... Como ocurrió en la Antigüedad, cuando los griegos quisieron destruir a Nuestro Pueblo –Di’s no lo permita–, ellos no optaron por una guerra, sino por la prohibición de preceptos como el Brith Milá (circuncisión), la fijación de los meses –gracias a los cuales sabemos cuándo festejar nuestras Fiestas–, y el Shabat, de los cuales nos nutrimos espi-

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ritualmente, además de “inmunizarnos” contra la asimilación... ¡Sorprendente!

Frase de la semana “De mi enemigo aprenderé tus preceptos.”

Tehilim (Salmos)

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PINEJÁS Nietos orgullosos, Nietos responsables...

Esta semana podemos compartir, a raíz de dos sucesos aquí relatados, un mensaje muy actual y aplicable a nuestros roles de Padres, Maestros o guías de otras personas y, por otro lado, también como hijos o receptores. Tzelofjad era un hombre justo, que partió de este mundo dejando solamente hijas mujeres. Cuando se distribuyeron las porciones de la tierra de Israel según las tribus y los jefes de las casas paternas, estas mujeres, tan justas como su padre, reclamaron a Moshé Rabenu porque ellas debían quedarse sin su tierra. Ahora bien, cuando la Torá presenta a estas mujeres, lo hace citando toda su ascendencia hasta llegar al mismísimo Iosef Ha Tzadik. Sin saber la respuesta a este reclamo, Moshé decidió consultarlo con Hashem, quien accedió al pedido de estas dignas mujeres de Am Israel. ¿Qué necesidad tuvo la Torá de rastrear la ascendencia de ellas hasta más de cuatro generaciones anteriores? Para enseñarnos de dónde les surgió ese amor a la Tierra de Israel: de Iosef, ya que este, antes de morir, hizo jurar a sus familiares que al salir de Egipto, llevaran consigo sus restos mortales a Eretz Israel.

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El otro suceso narra el pedido de Moshé poco antes de ingresar a Israel. Sabiendo que él no iba a poder ingresar allí, pidió a Hashem un sucesor. Nuestros Sabios indican que esperaba que uno de sus propios hijos lo reemplazara. Sin embargo, recibió otra respuesta: Iehoshúa ocuparía su puesto después de su muerte, por su dedicado esfuerzo a servir, estudiar y acompañar a Moshé, a diferencia de su propio hijo que, si bien tenía el mismo nivel que Iehoshúa, simplemente recibió las enseñanzas, sin esfuerzo. De estas dos historias podemos aprender dos mensajes: • Como padres e inspiradores: aprendamos de Iosef, que pudo imprimir sus valores en su descendencia (en este caso expresado por el Amor a Eretz Israel), a pesar de los años y las generaciones transcurridas. Pero, cuidado, a no “dormirse en los laureles”: • Como hijos: no nos conformemos con lo que recibimos. ¿Quién menos que los hijos de Moshé? Así y todo, el hecho de tener un padre ejemplar no sirvió a la hora de convertirse en su legítimo heredero. Sólo el mérito personal nos dará nuestro nivel, apoyado como en el caso de las hijas de Tzelofjad por una virtud ancestral, pero no pensemos que eso es suficiente… Frase de la semana “Estamos orgullosos de nuestros abuelos (mi abuelito era rabino en…). ¡No les quitemos esta posibilidad a nuestros nietos!”

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MATOT Reconociendo lo bueno, a pesar de todo.

Moshé recibió la orden de Hashem de salir a la guerra contra los midianitas, que instigaron a 24.000 israelitas a transgredir con mujeres de ese pueblo, ocasionando la muerte de estos hombres como castigo por esa baja conducta. Sin embargo, en lugar que Moshé mismo encabezara el ejército de guerra, le ordenó a Iehoshúa que se encargara del emprendimiento porque Moshé, que había vivido en Midián y beneficiado de ellos, no quería ser quien los castigara. ¿En qué cambia si el que castiga a los midianim es Iehoshúa y no Moshé? Lo mismo podemos observar en el caso del Río Nilo, durante la primera y segunda plaga (sangre y ranas respectivamente), no lo hizo Moshé sino Aharón, ya que al nacer, Moshé fue beneficiado por las aguas, cuando lo pusieron en su cuna flotante (el primer “moisés”), y el río no lo hundió. De aquí inferimos el concepto de reconocer el bien que, según la Torá, difiere del simple agradecimiento que podemos llegar a albergar en nuestros corazones. En la vida cotidiana “reconocer el bien” resulta del balance entre lo positivo y lo negativo. Si el balance da positivo, se agradece, pero un poco de mal puede nublar por completo el bien

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que hemos recibido… La Torá nos enseña otro tipo de “reconocimiento del bien”: Según el Rab Dessler, Hashem quiere que nosotros seamos buenos. Por eso cumplimos tantas mitzvot que representan motivos para hacer el bien: Jesed, Tzedaká. Un Iehudi vino al mundo para ser bueno y para beneficiar a los demás. Existe en la persona un sentimiento de devolver lo bueno cuando lo recibió. Al hacerlo, beneficia a su benefactor y por lo tanto el dador se convierte en una persona mejor, es decir, más buena. Por el contrario, si alguien que recibe algo bueno devuelve algo malo, está arruinando ese sentimiento de beneficiar innato en nosotros, y destruye parte de su personalidad. Por eso estamos obligados a reconocer el bien, más allá si le corresponde o no al otro el bien que nosotros hagamos. Pues debemos hacer el bien por nosotros mismos, independientemente de la reacción de los demás (o dejar de hacer si es algo malo). Si al otro le corresponde o no recibir, no es asunto nuestro, pero ciertamente a nosotros nos corresponde ser benefactores. Si no, nos estaremos acostumbrando a hacer el mal que se anidará progresivamente en nuestro ser. Hasta un piadoso que cometa muy de vez en cuando actos de crueldad, con el tiempo será cruel. Entonces, por medio de los actos, es posible modificar las cualidades de las personas, para bien y para mal. Si cometemos actos malos, por ejemplo, no agradecer, nos convertiremos en personas malas. Ahora, teniendo en cuenta este concepto, podremos responder las preguntas anteriores: Moshé no castigó personalmente a Midián, aunque merecían un severo castigo, porque si lo hacía estaba destruyendo su temperamento. Lo mismo sucedió con el río Nilo: no era por ellos, ya que por un lado los medianitas merecían la pena por su baja actitud, sino por Moshé mismo, que al ser salvado por ellos, debía sentir un sentimiento de gratitud. Nuestra obligación como Iehudim consiste en desarrollar nuestra personalidad benefactora, ¡no destruirla! Rabbi Jiha nos enseña: Agradecer todo lo bueno que recibimos, aunque no seamos el único beneficiado, incluso cuando el que nos favoreció también resulta ganando. Es más: aunque no tuviera intención

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de beneficiarnos, estamos obligados a agradecer para crecer y desarrollarnos. Si yo me beneficio por obra de alguien, a pesar de las cosas negativas, no puedo desentender de mi obligación de hacer el bien, de ser agradecido y de esta manera mejorar mis cualidades. Frase de la Semana Ajaré ha Maasim, Nimshajim Ha lebabot. “Detrás de los actos, se encaminan los Corazones”

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MAS’É Un buen Final....

Con esta Perashá, damos término al cuarto libro del Jumash Bemidbar, concluyendo de esta manera el relato de la travesía de Am Israel desde la Salida de Egipto. Por eso la traducción del nombre de la Perashá, Mas’é, significa: “Los Viajes”. La Torá nos cuenta aquí los 42 lugares en donde acamparon en el transcurso de los 40 años. Existe una costumbre al leer la Torá en el Bet Ha-Kneset, que consiste en no interrumpir cuando la Perashá relata cada una de las estaciones. El motivo de esta tradición radica en transmitirnos un sabio concepto que puede iluminarnos en el camino de la Vida, cuando se torna algo difícil, ya que entre esas 42 estaciones había algunas en las que ocurrieron cosas muy positivas, como ser: La Partición del Mar Rojo, la caída del maná y la entrega de la Torá. Pero también hubo otras, en las que ocurrieron cosas bastantes negativas, como: el ataque de Amalek, “Las aguas amargas”, el episodio de los espías, entre otros, concluyendo felizmente este itinerario en las puertas de Eretz Israel. La enseñanza que recibimos mediante la no interrupción de la narración es que a veces, en la vida, nos suelen ocurrir sucesos desagradables que nos desaniman a continuar nuestro normal desarrollo, y nos

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dejan sin “ganas de vivir”. Nos enseñan nuestros Sabios que un Iehudí, al encontrarse con adversidades, debe tener una visión más amplia y saber que así como Am Israel llegó a su destino, a pesar de todas las vicisitudes, de la misma manera, todos los imprevistos constituyen los pasos necesarios para llegar a buen puerto. Frase de la Semana “‫’’להגיד בבוקר חסדך באמונתך בלילות‬: “Recitaré por las mañanas tus favores, por haber confiado en Ti por las noches”

El Rey David , Tehilim (Salmos)

El Rey David nos está enseñando que gracias a que confió en Hashem por las noches – es decir, en los momentos oscuros de la vida–, a la mañana, cuando todo se aclara, reconoció la bondad de Hashem, a pesar de los problemas.

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SEFER DEBARIM Leilui Nishmat Braji Chammaa bat Leti Ieudith (Flia Jachfe)

Abraham ben Latife Iaakov ben Sara (Flia. Hallak)



DEBARIM-SHABAT JAZÓN La Torá como antídoto contra el odio

A este Shabat se lo denomina Shabat Jazón, debido a que la Haftará (porción que se lee al terminar la lectura de la Torá) comienza con las palabras: Jazón Ishaiahu, la profecía que advierte acerca de la destrucción de Ierushalaim, fecha que siempre cae en la semana de esta Perashá. Cuenta el Talmud que el segundo Templo de Jerusalem fue destruido por Sinat Jinam (odio gratuito) y hoy en día aún estamos pagando las consecuencias de este grave error. Pero otro pasaje talmúdico asegura que el abandono de la Torá fue el verdadero motivo. Entonces ¿cuál es el verdadero motivo de la destrucción y posterior desolación de Eretz Israel: el primero, el segundo o... ambos? De este interrogante surge una lección muy importante para nuestras vidas: Hay cuestiones que muchas veces nos hacen enojar, molestar y hasta pueden provocar odio entre las personas. Para llegar a ese punto, deben tratarse de asuntos realmente graves, todo depende con qué patrón las midamos: Cuando nuestro parámetro es subjetivo o personal, cualquier cosa nos puede parecer gravísima. Pero si tomamos un parámetro objetivo,

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externo, neutro, como es la Torá, nuestra visión será más acertada y cercana a la realidad. Por ello AMBAS razones provocaron la destrucción: al abandonar la Torá, se nos nubla la vista, perdemos la claridad mental y todo nos parece terrible, a tal punto que cualquier palabra, hecho o comentario es capaz de llevarnos incluso hasta odiar a nuestros semejantes... Aprendemos de aquí el efecto positivo que tiene la Torá en nosotros y cómo podemos mejorar nuestras relaciones interpersonales, reconstruyendo de esta manera nuestras vidas y en consecuencia nuestro preciado Beit Ha Mikdash. Frase de la semana “En la vida nunca se pierde: se gana o se aprende.”

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VAETJANÁNSHABAT NAJAMÚ ¿Dos Corazones?

Después de la destrucción, el resurgimiento y el consuelo… Por eso la Haftará (párrafo que se lee al finalizar la Perashá) comienza con las palabras: Najamú, Najamú Amí: “Consuélate, consuélate, Pueblo mío”, para hacernos saber que Hashem nos quiere a pesar de habernos alejado de Él, y desea que nos consolemos. Como aquel padre que castigó a su hijo por alguna falta grave, luego, desea verlo nuevamente bien encaminado. Aquí algunos consejos de “Nuestro Padre” para consolarnos y mejorar nuestras vidas: Dentro de los distintos temas de nuestra Perashá (contiene la repetición de los Diez Mandamientos, profecías acerca de lo que ocurrirá en los últimos días, entre otros), hay una sección que leemos dos veces por día, todos los días. Hasta los niños más pequeños, al comenzar a balbucear sus primeras palabras, ya la empiezan a decir. ¡Sí, adivinaron! Es el Shemá Israel, el verdadero “Grito Sagrado” que nos acompaña a través del tiempo, asumiendo preceptos básicos y trascendentales, como la creencia en Hashem y el cumplimiento de sus preceptos. Dentro del Shemá, hay un versículo que dice así:

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…servirás a Hashem con todos tus corazones Como todos sabemos, los seres humanos poseemos un sólo corazón, entonces ¿a qué se refiere la Torá con los dos corazones de este precepto? La respuesta nos brindará una llave para entender la diferencia entre la propuesta de vida que la Torá nos ofrece a diferencia de otras filosofías de vida, opuestas a ella. Los dos corazones que aquí se mencionan se refieren a los dos instintos que cada uno de nosotros poseemos: el bueno y el malo. El bueno se encarga de hacernos desarrollar los sentimientos y actitudes positivas tanto hacia Hashem, como hacia nuestros semejantes, y por lo tanto es el responsable de nuestras buenas acciones (Mitzvot). El instinto “malo” representa nuestros impulsos básicos: comer, poseer y reproducirse. En la mayoría de los casos, estos impulsos, si no son canalizados de la manera correcta, nos llevan a cometer desmanes y transgresiones, porque se encarga de distraernos de nuestro objetivo, con ideas egocéntricas que despiertan la envidia, los celos y odios, alejándonos del Creador y de nuestro entorno social. Podríamos pensar que convendría abstenernos por completo de esas necesidades, para así no caer en la tentación. Sin embargo, es aquí donde interviene la Torá y nos dice: con tus dos corazones, es decir, que no sólo podemos servir a Hashem con nuestras tendencias espirituales, sino que debemos también hacerlo a partir de la utilización de nuestros impulsos materiales. ¿Cómo? Canalizándolos a partir de las indicaciones de la Torá, por ejemplo: • Comida: Comer para vivir y no vivir para comer, sabiendo qué comida la Torá permite y cuál no. • Posesión: Está permitido tener y disfrutar de los bienes, sabiendo que debemos compartirlos con aquellos que no los tienen, y que las pertenencias materiales no son la adquisición más importante. • Procreación: es uno de los más elevados atributos con que Hashem nos dotó, a partir del cual tenemos la misma facultad que Él: el poder de crear nuevas vidas. Por eso, contraer matrimonio para la Torá se denomina Kidushim, que deriva de la palabra “sagrado”. Por lo tanto,

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bien utilizado, estamos imitando a Hashem, creando nuevas vidas. Sin embargo, su manipulación de manera instintiva y pasional es la fuente de muchas desgracias. Conocemos acerca de otras doctrinas que afirman lo contrario: el celibato, la abstinencia total, y la no posesión de bienes. Esto, además de oponerse a la Torá, niega las necesidades fundamentales de las personas, provocando, a partir de su innecesaria abstinencia, que terminen excediéndose, al no saber medirse en su uso. Frase de la semana “Y ustedes, los que se apegan a Hashem, permanecen vivos hoy” Un versículo de la Perashá de esta semana que nos sirve como guía para sobrevivir a este y a todos los Galuiot (“exilios”) que atravesamos. ¡Que pronto veamos la llegada del Mashiaj, amén!

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EKEV La Torá protege

Moshé continúa hablando con la nueva generación, y les describe la Tierra Prometida a la cual arribarán dentro de poco tiempo, alabándola por las especies que produce. Así les dice: “Una tierra de trigo, cebada, uvas, higos y granadas; una tierra de aceite de oliva y miel (de dátiles)” Cabe preguntar por qué, mientras que a las primeras cinco especies las nombró de acuerdo al producto original, a las últimas dos (dátiles y aceitunas) las tuvo en cuenta por su producto derivado. El Talmud dice que aquel que come muchas aceitunas puede olvidar todo lo que aprendió, de ahí que para contrarrestar el efecto negativo, hay que rociarlas con un poco de aceite de oliva. También dicen nuestros Sabios que aquel que consume aceite de oliva podrá fácilmente recordar lo aprendido, incluso después de muchos años. Con respecto al dátil, también el Talmud cuenta que quien los consuma en cantidad se verá afectado por una severa molestia intestinal, que le provocará interrumpir su estudio de Torá por un tiempo. Sin embargo, en otro pasaje talmúdico, se alaba la condición que tiene la miel como aquella “luz que ilumina el ojo del hombre”. Por eso la Torá no alaba a los productos que interfieren en el estudio

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de ella, sino a aquellos que benefician al hombre y aumentan su estudio y entendimiento. Otra vez más vemos cómo la Torá se preocupa por todos aquellos que se dedican a ella, diciéndonos qué es bueno y qué no lo es. La frase de la semana “Sus caminos son agradables y todos sus senderos conducen a la paz.” El Rey Salomón

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REÉ La Recta Final

Esta porción semanal cae, por lo general, en la cercanía de Rosh Jodesh Elul, con el cual comenzamos el último mes del año. Un momento de merecida reflexión sobre lo que hemos hecho (o no) durante el corriente año. Este mes se considera “La Recta Final”, en la cual, a pesar de no haber realizado un buen papel durante el año, en cuanto a nuestras obligaciones espirituales, en esta época existe una fuerza especial proveniente desde “Arriba” que nos ayuda a repuntar nuestra “pole position”, y así terminar el año bien posicionados. Y es precisamente el principio de esta Perashá que, según el Gaón de Vilna, nos da una pauta de cómo mejorar, a partir de un análisis de cada una de las palabras del primer versículo de esta Porción semanal (primero en fonética y luego la traducción entre paréntesis): Reé: (¡Mirá!) En singular. No te consueles pensando que hay mucha gente que hace menos que vos, sino Mirá si realmente estás cumpliendo con tu obligación. Anoji: (YO, Hashem) Yo mismo, el creador del Mundo te hago esta

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recomendación… Notén: (Te doy) Conjugado en tiempo presente, para enseñarnos que Hashem no sólo a la Generación del Desierto le entregó la Torá, sino que es también para cada generación. Lifnejem (Delante de ustedes): No Pienses que la Torá es algo inalcanzable, ¡todo lo contrario! Hashem te la pone al alcance de tu mano, está dentro de Tu área de cobertura… Haiom (Hoy): No creas que ya es suficiente con lo bueno que has hecho hasta ahora, todavía HOY puedes rendir un poco más, ¡intentalo! Et Ha Berajá Asher Tishmeún (la bendición, cuando me escuchen…): La bendición de Hashem recae sobre el que atiende sus consejos y preceptos, ya que la observancia de la Torá es en sí misma una Bendición, al contener todo lo necesario para ser y hacer feliz al mundo entero, como un Manual de Instrucciones de este Mundo, beneficiando a quienes Eligen seguir dichos Mandamientos. Ahora tenemos algo para empezar a evaluar nuestro desempeño desde el Rosh Ha Shaná pasado hasta hoy, y aprovechar la Gran Fuerza de este mes de Elul para poder, en este último tramo, concluir favorablemente el año. La Frase de la Semana Tov Ajarit Dabar Mereshitó: “Es mejor el final que el principio.” Proverbios del Rey Salomón

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SHOFETIM Torá: La brújula Eterna

Una sección de nuestra Perashá está dedicada a las leyes que debe cumplir el Rey de Israel. Dentro de sus obligaciones, había una exclusiva para él: Además del Sefer Torá que todo Iehudí debe poseer, el Rey debía tener otro adicional, de tamaño reducido, que debía llevar consigo a todas partes y leer siempre de él. Así dice el texto: Ve kará bó kol iemé jaiav: “y leerá en él todos los días de su vida” Nuestros Sabios explican que este precepto,-que podemos aplicarlo hoy a nuestra vida ya que somos los reyes de la misma- se refiere a que podemos “leer en la Torá” todos los días de nuestras vidas, todas las respuestas a nuestras dudas e inquietudes que muchas veces nos atormentan sin saber “para dónde salir corriendo”, porque todo, absolutamente todo, está en ella: Conocimientos científicos, legales, pautas de conductas y criterios que nos enseñarán a hacer de nuestros matrimonios, relación padres e hijos o amistades, la mejor experiencia posible. En la Torá está expresada la Sabiduría del Creador del Mundo, y en su inmensa bondad, no nos dejó a la deriva sino que nos indicó el

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camino a seguir. ¿Y quiénes son los “buscadores” de estos criterios o pautas de conducta ocultos en la Torá? Ella misma dice acerca de los Sabios: No te apartes de sus palabras a derecha o hacia la izquierda. Entonces, sigamos las enseñanzas de Nuestros Sabios, que supieron y saben, según la tradición de siempre (y no con nuevas fórmulas), encontrar en la Torá los mensajes para cada época, ya que al ser una Creación de Hashem, se aplica a todos los tiempos, lugares y personas. Sepamos valorar este inmenso regalo. ¡Nos pertenece!

La Frase de la Semana Hafoj ba, ve hafoj ba, de kulhá ba: “Buscá y seguí buscando en ella (en la Torá), que todo está en ella.” Pirké Abot

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KI TETZÉ La verdadera Guerra

El principio de esta Perashá trata acerca de algunas normas que deben tenerse en cuenta al salir a una guerra: Cuando salieras a la guerra contra tus enemigos, y el Eterno, tu Di´s te lo entregare en tu mano... Es llamativo: ¿por qué la Torá comienza hablando en plural (“tus enemigos”), y concluye en singular (“te lo entregare”)? El Rab Shternbuj, de Sudáfrica, nos brinda una explicación brillante, mediante la cual conoceremos una táctica utilizada en nuestra contra, por nuestro peor enemigo: El Instinto del Mal que cada uno posee en su interior. Así lo explica: La Torá, en esta porción, no está hablando sólo de una guerra convencional, sino que alude a la más importante de las batallas que debemos librar a diario. Se refiere a nuestro enfrentamiento con las tentaciones que el instinto del mal nos propone a cada instante: cometer transgresiones, comer alimentos no permitidos, actuar de manera deliberada sin pensar en las consecuencias. En definitiva, distintas versio-

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nes de una sola causa: actuar en contra de Hashem. Por eso, la Perashá se refiere al enemigo en plural: son distintas versiones de lo mismo. ¿Cómo hacemos para enfrentarlo? Dice el Talmud: Hashem creó el instinto del mal (para superarlo y elevarnos), y ÉL también creó su antídoto: La Torá. De aquí aprendemos que la única solución a estos múltiples enemigos es mediante el estudio y práctica de la Torá que nos brinda los elementos para sortear los obstáculos presentes en nuestro camino de Ascenso. Con este secreto en nuestro poder, en los días previos a Rosh Ha Shaná, tenemos material más que suficiente para prepararnos como corresponde. No perdamos tiempo, ya que como el mismo versículo lo dice: cuando salimos a enfrentar al mal instinto, ¡Hashem lo entrega en nuestras manos! La Frase de la Semana Dice Hashem: “Yo creé el instinto del Mal, pero también creé su antídoto: La Torá” Talmud

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KI TABÓ ¿Para quién es el regalo?

Las primeras líneas de nuestra Perashá nos describen que la ofrenda de las Primicias (Bikurim, en hebreo) consistía en traer los primeros frutos de las siete especies principales de la tierra de Israel. Al traerlos, el dueño de los frutos hacía una declaración, agradeciendo a Hashem por todo lo recibido de Él. Sobre los Bikurim, está escrito en el Midrash que por su mérito fue creado el mundo entero. ¿A qué se debe tanta importancia a unas pocas frutas? Nos explica el Rab Neiman Z’’l que es relativamente fácil reconocer que el mundo tiene un Creador. Con sólo observar la Creación nos daremos cuenta, por lógica, que si existe una criatura, existe un Creador. Pero reconocer que ese Creador conduce y supervisa minuciosamente el Universo ya da más trabajo, y nos compromete, porque saber que Él dirige todo implica conocer Su Voluntad y, como consecuencia, conducirse de acuerdo a ella. Cuando el campesino trae sus primicias, después de haber adquirido las semillas él mismo, arado con sus propias manos, sembrado bajo el sol con su esfuerzo, cosechado y realizado todas las tareas necesarias en la producción agrícola, tal vez piense que el único factor que produjo

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semejante rendimiento se debe a la obra de sus propias manos, dejando de lado la ayuda que Hashem le proveyó en cada uno de los pasos. Por eso, en el preciso momento que trae sus primicias, lo primero que sacó de su campo, al agradecerle a Hashem por lo recibido, se hace merecedor de semejante bendición, y le da sentido a toda la Creación, ya que el objetivo principal de nuestra vida reside en reconocer a Hashem y agradecerle en cada uno de los momentos de nuestra vida. A ello se refiere el Midrash cuando dice que por mérito de los Bikurim el mundo fue creado, pues quien reconoce a su Creador, a pesar de haber realizado por sí mismo un emprendimiento, grande o chico, está cumpliendo con su Misión en la vida. A partir de este concepto, podremos entender por qué la Torá utiliza el vocablo: “y tomarás tus primicias” en lugar de decir “y entregarás tus primicias” Esto se debe a que cuando uno le obsequia a alguien importante, se considera que más que dar, recibió, ya que el hecho de que alguien importante le haya aceptado su regalo le ocasiona un placer mayor a él que al que lo recibió . Por eso aquí, cuando este campesino le ofrece el fruto de su esfuerzo a Hashem, realmente está tomando el placer que le ocasiona la aceptación de su ofrenda por parte del Creador del mundo. El criterio no se remite solamente a las primicias, sino que se aplica a todos los preceptos. Es decir: cada vez que “entregues” a Hashem un precepto (realizándolo), no pienses que le estás dando, sino que te estás beneficiando, que estás tomando la posibilidad que nos da Hashem con cada Mitzvá, de acercarnos cada vez más a Él, ya que la palabra Mitzvá deriva de la palabra Tzevet que significa “Grupo”, insinuándonos que con cada precepto realizado, nos apegamos más a Él. La Frase de la Semana “El que vive para servir sirve para vivir...” Talmud

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NITZAVIM Diseñando un plan

Esta Perashá, por lo general toca ser leída siempre antes de Rosh Ha Shaná, al comienzo del Nuevo Año, diciendo: “Ustedes están parados hoy...” Parados estaremos en esta fecha cuando Hashem abra nuevamente los Libros para evaluar nuestra conducta en el año saliente y designar nuestro proyecto para el próximo año, y si vale la pena que Él invierta nuevamente en nosotros. ¿Pero cómo hacemos para que “invierta” en nosotros? Como en toda inversión, debemos ser confiables y previsibles mostrándole a Hashem que somos dignos de que nos “renueve el contrato”, y nos dé otra chance. Para eso debemos ofrecer un plan, un proyecto que justifique esta inversión. En pocas palabras: démosle a Hashem una causa verdadera y realizable digna de Él y del mundo por la cual valga la pena que sigamos vivos.. Como decimos en la Tefilá: Lemaanjá Elokim: “Por tu Honor Hashem”. De ser así, seguramente nuestro juicio resultará sumamente positi-

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vo y Él nos proveerá de los recursos necesarios para desarrollar el plan, que también Le interese. La Frase de la Semana “Mientras muchos se desviven para ser famosos, olvidan que lo importante es vivir para ser útil” En estos días donde es importante ofrecer un plan exitoso, conviene tener en cuenta este consejo.

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VAIELEJ Volver, pero... ¡si nunca me fui!

Generalmente este Shabat cae entre Rosh Ha Shaná y Iom Kipur, y se lo denomina: Shabat Shubá (haciendo alusión a la primera palabra de la Haftará) que quiere decir: “Shabat del Retorno”. Si uno retorna hacia el lugar de donde se fue, entonces, ¿hacia dónde tenemos que retornar? ¿De dónde nos fuimos para que tengamos que regresar? Nuestros Sabios, que nos alumbran con su sabiduría, nos dicen que cada Iehudí en su origen tiene un Alma Pura, libre de transgresiones y lo único que aspira es acercarse cada vez más a su Creador. Pero al llegar “envasada” a este Mundo Terrenal dentro del cuerpo, olvida su objetivo principal y guía su existencia según sus instintos, que distan bastante de ser muy espirituales… De esta manera, nos alejamos cada vez más de lo que deberíamos ser: Seres Espirituales con aspecto material, y nos transformamos en seres cada vez más materiales, con un agravante: poseemos esa Alma Divina sin utilizarla como es debido. Por eso en estos días de reflexión acerca de nuestro pasado, debemos orientar nuestro futuro hacia una existencia más espiritual, sin

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descartar lo material, sino utilizándolo en su debida manera, tiempo y forma. Eso es lo que la Torá nos enseña: Tener en el presente una Vida en esencia espiritual con vivencias materiales positivas. A esto debemos apuntar en estos días de Retorno: Volver a ser el “Ser”, sí, con mayúsculas y subrayado, que Hashem planificó al crearnos. La Frase de la Semana “Hagamos un Hombre…” Recordemos que Hashem dijo esta frase en plural, para asociarnos a cada uno de nosotros en este emprendimiento, que consiste en transformar un puñado de células, en un verdadero Hombre (Ser Humano: hombre o mujer).

¡Aceptemos el desafío!

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AAZINU En las buenas y en las... BUENAS

Esta porción semanal adopta la forma de un canto, en el cual Hashem describe su relación con nosotros, el Pueblo Elegido, y además nos dice qué no ocurrirá en caso de desobedecer sus mandatos. Uno de sus párrafos dice así: ÉL es un Di’s Fiel, sin error, Justo y Recto es Él (Cap. 32-vers.4) El Rab Neiman deduce de estas palabras un principio crucial para afrontar todas las dificultades que la vida nos depara, tanto a nivel personal como a nivel general. No hace falta tener una mente privilegiada para reconocer que hay un Creador del universo (ver Perashá Itró). Pero creer en un Creador que dirige el mundo, cuando las cosas se complican, requiere una férrea convicción. Si en una situación adversa uno se mantiene en su convicción, estará pasando una prueba a su Emuná, y de esta manera, se estará superando. Como dirían los chicos, “pasa de nivel”. Si tenemos bien firme lo que este versículo proclama: “...sin error, Justo y Recto es Él”, no será difícil superar la prueba, ya que nuestra incomprensión la adjudicaremos a nuestra falta de capacidad y

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no a una injusticia de Su parte. Esto es comparable a un niño que contempla a un sastre que se apresta a realizar su tarea frente a un costoso corte de tela importada. Cuando el sastre sacude la tela para acomodarla, cuando la marca con la tiza, y ni qué hablar cuando la corta con sus inmensas tijeras, el niño tal vez lo alertará para que no dañe la tela para siempre. Sólo resta que ese mismo niño visite al sastre unos días más tarde para comprobar lo que esas manos maestras hicieron de ese simple corte: un elegante traje para fiesta. De no sacudir la tela, “mancharla” con la tiza y de no cortarla, no habría surgido jamás esa prenda. Así somos nosotros frente al Gran Sastre... Vivimos sucesos que nos atormentan, nos conmocionan. Pero debemos saber que en Él no hay error, que es Justo y Recto. Nuestra Emuná en Él no se demuestra en las cosas que entendemos, sino justamente en las que son incomprensibles para nuestras mentes, allí debemos demostrarnos, cuánto creemos en Su Integridad. De esta manera nos estaremos reforzando nosotros mismos y acercándonos a Él. La Frase de la Semana “Como un bebé en brazos de su madre, así siento mi alma con vos, Hashem”

Tehilim (Salmos)

El rey David nos está enseñando que así como un bebé se siente contenido por los brazos de su madre, de la misma manera debemos sentirnos nosotros, siempre en los brazos de Hashem, en las buenas y en las...BUENAS.

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VE ZOT HA BERAJA todos para uno, Uno para todos...

Con esta Perashá cerramos el círculo de las lecturas semanales de la Torá, aunque no tiene un Shabat propio ya que su lectura se efectúa en la festividad de Simjá Torá en la cual simultáneamente concluimos y recomenzamos su lectura desde el principio, es decir, desde Bereshit. Por eso, al llegar aquí no podemos decir que terminamos, sino que “pegamos la vuelta”. Si bien podríamos leer otros textos, ya que el Tanaj, la Biblia, posee veinticuatro libros, nuestros Sabios nos enseñan con esta repetición anual que el mensaje de la Torá es muy profundo, y a medida que uno va pasando nuevamente por el mismo punto, puede descubrir aspectos y conceptos que el año anterior le eran desconocidos. La Torá no cambia, cambiamos nosotros al leerla, estudiarla y aplicarla. Hay un versículo en esta última porción, que lo repetimos casi a diario, y es el primero que debemos enseñarle a nuestros niños apenas comienzan a balbucear: Torá Tzivá lanu Moshé Morashá Kehilat Iaakov: “Esta es la Torá que nos enseño Moshé, herencia para la congregación de Iaakov” (Cáp. 33 vers.4)

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Un poderoso mensaje se encierra en estas palabras: en la Torá existen seiscientos trece preceptos, de los cuales seiscientos once nos fueron transmitidos por Moshé (así suma la Guematria 1 de la palabra Torá), mientras que los dos restantes corresponden a los primeros dos mandamientos, que Hashem mismo dijo en la histórica e inigualable revelación del Monte Sinaí. De la totalidad de los preceptos, no todos son realizables por cada uno de los individuos de Am Israel, ya que algunos se destinan exclusivamente a los Cohanim (como los Sacrificios), otros a los Leviím, etc. También hay exclusivos para hombres y otros que son específicos para las mujeres. En efecto, resulta imposible que cada individuo pueda cumplir con toda la Torá, y acceder al perfeccionamiento espiritual que aporta el cumplimiento de los seiscientos trece mandamientos. ¿Entonces, cómo se puede hacer para alcanzar todo ese potencial si no podemos cumplir con todos los preceptos? El final del citado versículo nos lo dice: “...herencia para la CONGREGACIÓN de Iaakov” Cuando estamos congregados, los méritos de unos se computan para otros. De esta manera, al estar unidos logramos lo que por separados no podríamos. ¡Qué hermoso mensaje para terminar la Torá! Ahora comencémosla de nuevo, pero esta vez, ¡todos juntos y unidos! Bereshit bará Elokim et ha shamaim ve et ha aretz... La Frase de la Semana “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” es una regla fundamental en la Torá”, ya que solamente a partir de la unión entre nosotros, se puede considerar que cumplimos con toda la Torá. Rabí Akiba

1 Sumatoria del valor numérico de las letras.

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BIRKON Secci贸n de Berajot para el Kidush, Comidas y Abdalah de Shabat

Auspiciado por AISA

"Siempre junto a la Comunidad"


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ADHESIONES

LE ATZLAJA Rab Netanel Duer y Flia

Rab Ariel Baruj Duer y Sra. She Tizku le Zera shel kaiama Itzjak Ariel ben Eliahu She Tizku le Zera shel kaiama

Pablo Uriel Haboba

Fernando y Betiana Rudnevich

Familia Ohana

David Daniel ben Gabriela Ionatan jaim ben Gabriela Miriam Esther batGabriela Hannah Simja bat Gabriela

Javier y Sheila Levy Yeyati

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Debra Mirl y Tamar Mashe Goldberg

Familia Mandelaui JosĂŠ Luis Dana y Flia. Familia Cataife Sergio y Daniel Duek y Flias. Claudio, Elizabeth Gulchin e hijos

ADHESIONES

LE REFUA SHELEMA Mordejai Daniel ben Margarita Jana

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ADHESIONES

LEILUI NISHMAT

Isaac ben Faride ‫ז"ל‬ Rajamim ben Yemile ‫ז"ל‬ « Flia. Chami »

Eliahu ben Esther ‫ז"ל‬

Moshé ben Zahie ‫ז"ל‬

Tofic ben Regina ‫ז"ל‬ Miriam bat Yemile ‫ז"ל‬

Felisa bat Julia ‫ז"ל‬

Itzjak Ha Cohen Falah ben Zahie ‫ז"ל‬ « Flia. Cohen Falah »

David ben Simja ‫ז"ל‬ Alberto Levy ben Esther ‫ז"ל‬ « Flia. Baredes »

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Eliahu ben Sofía‫ז"ל‬ Aharon ben Malia ‫ז"ל‬ « Flia. Hadid »

Menashe ben Bahie ‫ז"ל‬ « Flia. Salem » Eduardo ben Simja ‫ז"ל‬ Moshé ben Zade ‫ז"ל‬ Simja bat Margarita ‫ז"ל‬ « Flia. Ajami » Rafael Habib ben Sara ‫ז"ל‬ Sara bat Bahie ‫ז"ל‬

Moré Abraham Rynkyewycz ben Shaul ‫ז"ל‬

Ram ben Brana ‫ז"ל‬

David Ha Cohen Soae ben Ragina ‫ז"ל‬

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Alegre bat Elisa ‫ז"ל‬ « Flia. Allami »

Abraham ben Sara ‫ז"ל‬ « Flia. Salama »

Moshé ben Sabra ‫ז"ל‬ « Flia. Duek »

Eliezer ben Reuben ‫ז"ל‬ Nisim Ha Cohen ben Victoria ‫ז"ל‬

Sultana Telias bat Sara ‫ז"ל‬ Moshé Miles ben Sultana ‫ז"ל‬ Joia Miles bat Sultana ‫ז"ל‬ « Flia. Miles »

Rafael Hazan ben Rika ‫ז"ל‬ Malka Buchuk de Hazan bat Rajel ‫ז"ל‬ « Flia. Hazan »

Dina bat Guershon ‫ז"ל‬ Anzel Usher ben Moshé Ha Cohen ‫ז"ל‬ Dvora bat Iehuda ‫ז"ל‬ Abraham ben Leib ‫ז"ל‬

Shelomo ben Berta ‫ז"ל‬

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Isaac ben Amelia ‫ז"ל‬ Dora bat Aida ‫ז"ל‬ « Flia. Cohen »

« A mis Queridos Abuelos » Netanel ben Miriam ‫ז"ל‬ Miriam bat Mazal ‫ז"ל‬ Shelomo ben Faride ‫ז"ל‬ Amelia bat Nazira ‫ז"ל‬ More Eliahu Halife ben Sara ‫ז"ל‬

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