Gurdia 15

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ARTEA Etnografi Elkartea / Asociación Etnográfica ARTEA Arteko Aldapa, 12 01474 Artziniega (Araba) Tl. 945.396.210 artziniegakomuseoa@euskalnet.net www.artziniegamuseoa.org

ARTZINIEGA MUSEOAren ALDIZKARIA REVISTA del MUSEO DE ARTZINIEGA

EDITORIALA Terminan las fiestas, Setiembre, las vacaciones, el buen tiempo y la animación en las calles de nuestra Villa. En el MUSEO también se reflejan estos hechos, pero confiamos que entre todos seamos capaces de seguir promocionando este foco de atracción cultural y turística de Artziniega en los próximos meses. Necesitamos la colaboración personal de todos, vecinos y amigos de Artziniega, y de nuestros familiares y conocidos, para la inclusión del MUSEO y de sus actividades en los diversos medios de difusión, televisión, radio, prensa escrita, … Como unicamente cuenta el MUSEO con un convenio estable de colaboración con el Ayuntamiento de Artziniega, desearíamos que entre todos hagamos llegar un llamamiento a los responsables de Cultura de la Diputación de Alava y del Gobierno Vasco para consolidar con convenios estables esta realidad cultural.

15 ZENBAKIA NÚMERO 15

2005eko iraila Setiembre de 2005

Uda amaitu zaigu guztiok lanera oporrak eta jaiak igarotu dira

Silborra izateko hemendik mundura turismo ta kultura bat joan aurrera

Kaleak hutsik daude desagertu gara udazkenean egon eguraldi txarra

Momentuz bat badago horren besarkada urte osorakoa behera da udala

Zuen laguntza ona guretzat beti da gure asmoa baita aurrera errepara

Eskaleak garenez besteok berberak guretzat nahi duguna noski diru gura

Geuk nahiko genukeena gure MUSEO da laguntza behar duena behar duen bultzada

Beste Erakundeek laguntzaz anpara onurak ekartzeko geurera herrira

Artziniegatarrok sentitu ikara guztiok bat egigu aldez tirakada

Guk eskatzen diegu zabaldu kartera akordioa establez suspertu kultura

AURKIBIDEA

Aviso para los socios y amigos del MUSEO 22 de Octubre Excursión a los Museos de Montejo y Frías Para apuntarse antes del día 16 en la Recepción del MUSEO

1 Editoriala 2 Kultura 3-16 Linoa 17-19 El Hospital (2) 20-21 Denborapasak 22-23 Ipuina 24 Argazkia

Anímate a regalar el

carnet de AMIGO DEL MUSEO Un compromiso en favor de Artziniega y la cultura vasca. 15 € anuales


Kultura En el edificio exterior del MUSEO y durante este tercer trimestre, han tenido lugar una serie de exposiciones que te indicamos a continuación. Durante los meses de Julio y Agosto hemos podido contemplar la exposición fotográfica Argizaiola-2004, 54 obras cedidas por la Federación de Agrupaciones Fotográficas del País Vasco, incluidas dos de un vecino de Artziniega, que participó en este concurso como el resto de ganadores de los concursos sociales de las diferentes agrupaciones fotográficas del País Vasco durante el citado año. Grandes elogios dedicaron los visitantes a la exposición infantil que en el mismo período se pudo contemplar en forma de dibujos y otras obras tridimensionales sobre el solsticio de verano, realizadas por el alumnado del Colegio Público de Artziniega. La Asociación Etnográfica Artea presentó una exposición real y gráfica, complementaria con las muestras vivas realizadas al aire libre en los exteriores del MUSEO a finales de Junio, sobre el proceso completo de la siega y recogida de la hierba, antaño una de las actividades más importantes junto con la cosecha del trigo.

J. M. Arranz, ganador del Concurso de Pintura Villa de Artziniega, junto a la obra premiada. Compitió con otras 27 de otros tantos artistas. Todas ellas están expuestas en el MUSEO.

Del 15 al 28 de Setiembre estuvo instalada en el edificio de Exposiciones Temporales del MUSEO la Exposición Sarekide, cofinanciada por la Unión Europea y el Gobierno Vasco, que recorrerá distintas poblaciones rurales de la Comunidad Autónoma del País Vasco, con la finalidad de tratar de reducir la desigualdad en el acceso a la sociedad de la información de las zonas rurales respecto a las urbanas. Los destinatarios no eran solo el público infantil y el colegio, sino también la mujer rural, agricultores, ganaderos, artesanos, tercera edad, asociaciones culturales… Esta exposición ha tenido éxito sobre todo entre el público infantil y juvenil.

La Asociación también ha realizado un interesante trabajo divulgativo sobre el lino, desde su cultivo hasta la obtención del hilo, cuya muestra resultó muy atractiva en el Mercado de antaño y bastante laborioso para sus miembros. La investigación previa utilizando libros y vídeos, la siembra en mayo, la cosecha a finales de agosto, y entre ambas fechas salidas a Castilla y Cantabria para conseguir material suficiente para la citada muestra han contribuido al éxito final.

El Ayuntamiento ha anunciado el comienzo para Octubre de una variada oferta cultural. Cursos de cestería, pintura, talla en madera, manualidades y restauración de muebles, teatro, gimnasia de mantenimiento, yoga, danzas vascas, bailes de salón, aula de música y navegación por Internet.

Sala de Exposiciones del MUSEO Programación cuarto trimestre de 2005 Octubre (hasta el día 23) Exposición pictórica 8º Concurso de pintura Villa de Artziniega Una muestra de los 28 artistas que acudieron Noviembre (del 29-10 al 29-11) Exposición fotográfica HIRE HIMALAYA Documentos gráficos obtenidos en las expediciones de los hermanos Iñurrategi a la cordillera más alta de la Tierra Diciembre Exposición de fotografías antiguas FELIPE MANTEROLA Fotógrafo en una sociedad rural Una valiosa colección desde el punto de vista etnográfico


Aspalditik zetorren liho landarea ehungitzarakoa bere birtudea.

Merkatuan egon da kanporatu dugu tresnak ta landareak atera ditugu.

Zurtoina nagusia ez berriz lorea etxe askotan zena hura ondarea.

Eguna pasa eta gogoan dauzkagu egiteko asmotan egon ginela gu.

Prestatu eta erein lurra, liherria udako itsasoan urdina horia.

Pabloren sutegian beheko kalean errementariekin elkartasunean.

Milurteko batzuetan zen agurgarria bere desagerpena zen penagarria

Helduen azalpenak espaloi berean umeenak ordea bestean, aurrean Hace muchos años, que dejamos de sembrar el lino. Sin embargo cualquiera que haya visitado ARTZINIEGA MUSEOA, se ha podido dar cuenta que la Asociación Etnográfica Artea lo trata de recordar, y además en el MERCADO MEDIEVAL que acabamos de celebrar hemos querido rendirle nuestro pequeño homenaje, sacándolo a la calle. Puesto que ha estado compartido con los herreros, en otros tiempos, actividades muy ligadas. ¿Quién de nosotros, cuando ha leído sobre la Edad Media no ha relacionado estos dos oficios? Miembros de la Asociación organizaron el trabajo del lino en dos actividades: una enfocada a los adultos y otra a los niños.

Pausoz pauso azalduko dizugu. Orrialde hauetara etorri baino lehen, geuk pauso guztiak praktikatu egin baititugu. Adibidez: liherri txiki bat eduki dugu eta, gure MUSEOAn aurten lihoa erein egin dugu eta kolore urdina gozatu egin dugu.

Como en otros artículos, explicaremos paso a paso lo contado por nuestros mayores y lo que hemos podido vivenciar nosotros mismos. Porque cuando te hablamos del color azul de las flores y del linar lo hacemos con la experiencia que nos ha dado el lino que hemos sembrado este año en nuestro pequeño huerto.


Lihoaren historian badaude gauza batzuk aipagarriak direnak, haietatik gurekin, betidanik estaiekin lotuta dagoena da.

Al pasar por nuestra sección de ARTZINIEGA MUSEOA, solemos oír que el lino formaba parte de la dote de la boda.

Emaztegaiak eztei opari jasotzen omen zuen linazi multzo bat. Linazi hauek berak, senideekin edota auzokideekin batera arropak, izarak, zamauak eta abarrak egiteko erabiltzen zituen.

La novia, uno de los regalos de boda que recibía era un saquito con semillas de lino. Estas, las sembraría y así conseguiría lino, que junto con los familiares y/o vecinos utilizaría para confeccionar nuevas prendas de vestir, sábanas, etc.

Liho mota batzuk zeuden. Geuk erabili egin duguna “axamea edo txikia” izenekoa zen.

Entre las diferentes clases de lino, el que nosotros sembramos fue la variante de “lino pequeño”.

Normalean egiten zen.

Normalmente se sembraba en mayo, y así lo hicimos.

maiatzean

erein

Egun gutxi pasa eta, zurtoin arteak hasi ginen ikusten. Hasieran ile berdeak baino ez genituen ikusi. Egunak pasa eta kapulutxoak nabaritu egin genituen. Kapulutxoak, argitasunean zabaltzen zirela ikusi egin genituen. Loreak erakutsi zizkiguten. Petaloen kolorea zeruarena bezain distiratsua zen. Argitasunak iluntasunaren erreinuari lekua uzten zionean, ilunabarrean alegia; loreak ixten ziren eta kapulutxo berdeak geratzen ziren. Horrela jarraituko zen, bolitxoak agertu arte (ernera amaitu arte).

Pasaron pocos días desde la siembra, también las condiciones del terreno y climáticas jugaron a nuestro favor, para que comenzaran a aparecer unos pequeños filamentos verdes y tiesos que miraban hacia el cielo. En la parte superior de los mismos, fueron apareciendo unas pequeños abultamientos que se convirtieron en unos capullos.

Pudimos comprobar que los capullos durante el día se abrían, dejando paso a las flores. El color de los pétalos, era de un azul brillante cuando se reflejaban en ellos los rayos del sol. A la llegada de la tarde las flores se cierran, dando paso a las capullos verdes hasta la mañana siguiente. Así hasta la finalización del proceso de la germinación, donde los capullos dejaron pasos a unas bolitas.


Egunsentian, eguzkia agertu baino lehen eta oilarren kantua entzun barik, lihoa erauzi egin behar omen genuenez horixe zen egin genuena.

Según la tradición al amanecer, antes que los primeros rayos solares hicieran acto de presencia, era el momento oporturno para arrancar el lino.

Eskuz egin genuen. Eskuineko alboa liherriari eman genion aurrez aurre ez begiratzeko, errespetoz egin nahi genuen eta. Eskuina erabili genuen, eta ahurka lihoa polikipoliki erauzi egin genuen. Eskuinak ezkerrari ematen zizkion landareak honek jaso eta meta zitzan.

Para llevar a cabo esta labor, nos colocamos de lado. La mano derecha iba arrancando puñados de plantas, que las pasaba a la izquierda; encargándose ésta de ir acumulándolos junto al regazo.

dugun egiten

Aunque han pasado ya más de tres décadas, sin embargo todavía no nos habíamos olvidado hacer gavillas.

Landare multzoa osatu ondoren, landare batzuk, sustraietatik, atera ostean lotailu bat egiteko asmoz.

Una vez conseguido un montón de plantas arrancadas, extrajimos varias para formar una especie de cordel que recibía el nombre de vencejo.

Galsoroetan lan pertsonok badakigu genituen azaoak.

egin nola

Lotailua multzoaren azpitik ezkerretik eskuinera pasatuz lotu genuen.

Sustraiek osatzen zuten gorputza landarearen atzeko parteak baino zabalagoa zenez honen ingurutik pasatu egin genuen, eta atzera mugituz azpitik pasatu genuen korapilo txiki bat egiteko asmoz. Horrela azaoa lotzen genuen.

Erauzi ahala azaoak lotu behar genituen. Arazo bat bakarrik geneukan, geure lana eguzkia atera baino lehen amaitzea baino ez zen. Horregatik elkartu egin genuen guztiok lan ekiteari egin genion gure liherri txikiari uzta erauzteko. Liho-azaoak egin genituen. Eta guztiak lurrean etzanda utzi genituen kontu handiz Eguzkiak oso ondo berotu eta sika zitzan landarea eta bolitxo guztiak. Egun batzuk eman zituzten eguzkitan, zeru azpitik. Eskerrak eguraldiak gure alde jo egin zuela.

Lo pasamos por debajo, de derecha a izquierda, con la intención de atar la gavilla. Las raíces forman un túmulo mayor que lo que era la parte superior de la planta. Con la mano izquierda, cogemos la zona de las raíces manteniéndola quieta. Con la mano derecha, envolvemos el conjunto de plantas, apretamos y giramos por debajo de la mano izquierda, volviendo hacia atrás y dando un nudo.

A la vez que arrancabamos la planta, ibamos atando las gavillas, y todos nos pusimos manos a la obra para terminar antes de que saliera el sol. Atadas las gavillas, las dejamos que se secaran al sol, con cuidado para que no se cayeran las bolitas. El sol acabaría de secar las plantas y las bolitas que aún no estaban maduras. Así estuvieron varios días.


Landareak aletu behar genituen, sikatu ostean. Geuk bi era erabili genituen. -

-

Landareak lihotu egin genituen egurrezko mailu batez oinarri baten gainean. Golpeak bolitxoek jaso egin zituzten, baita zurtoinak ere. Horrela zurtoina apurtu ahala bolitxoak apurtu egiten ziren haziak aske geratuz.

Lihoari erauzi eta sikatu ondoren, bolitxoak kendu genituen eskuz (ahurka), aletu egitea. Bolitxo horiek barruan haziak gordeta zeuzkatenez, haziak atera behar genituen. Hori egiteko posibilitate batzuetatik egin genuena zera.

Lurrean izar bat jarri ostean bolitxoak aletu egin genituen. Izarak haziak, lastotxoak,... jasotzeko balio zuen. Kanpoan jaisten zen materiala ere, amaitzean jasotzen zen. Aletu eta gero, lihaziak bolitxoen barruan gelditzen zirenez, eskuak erabiltzen ziren haziak eta bolitxoen azalak bereizteko. Eskukadaz hartzen ziren. Bi eskuen artean, barruan zegoen materiala irten erazten zitzaion. Haziak astunak, besteekin konparatuz zirenez izar gainean geratzen ziren.

Completado el proceso de secado, procedimos a desgranar las semillas utilizando dos técnicas diferentes. -

Con la primera procedimos a golpear con una maza de madera sobre base también de madera toda la planta, incluidas las bolitas. A la vez que se rompía la parte leñosa del tallo, también se abrían las bolitas quedando libre las semillas.

-

Utilizando la segunda técnica, procedimos a desgranarlo con las manos.

Dentro de estas bolitas, se encontraban las semillas que debíamos guardar. De las posibilidades que teníamos optamos por realizar la siguiente:

Al desgranar las bolitas lo hicimos sobre una sábana con el fin de recoger las semillas, cáscaras, pajitas...; las que caen fuera serían la minoría que después recogimos. Desgranado el lino, todo el material obtenido (cáscaras, semillas, paja...) se iba cogiendo a puñados con las dos manos. Colocándose a contraviento, se abrían muy despacio las manos para que el material encerrado entre las dos cayera despacio. El viento arrastraba las cáscaras, pajitas, polvo; y las semillas de lino caían a la sábana blanca colocada previamente debajo.


Aletu ostean, azaoak ur putzu batean sartu egin genuen. Ur putzuak ubideetan, erreketan edo ibaietan aurkitzen ziren.

Después de desgranar las gavillas se introducían en un pozo de agua, colocando encima losas para que la corriente no los arrastrara.

Harriak erabiltzen ziren, gainetik jartzeko eta urak landareak ez eramateko.

Los pozos solían encontrarse en los regatos, arroyos o en los ríos.

Uretan sartu genuen zuntza eta azala bereizteko.

Entre nosotros se decía que se introducía para que se pudriera, aunque en realidad es para facilitar un proceso químico. La fibra y la parte leñosa de la paja están unidas por una sustancia gomosa. Al introducirlo en agua, esta sustancia se disuelve quedando despegada la fibra de la parte leñosa.

Gure artean usteltzeko esaten dugu, baina funtsean badago prozesu kimiko bat. Zuntza eta azalaren zati egurtsua lotuta daude. Urak lotzen dituen substantzia gomatsua disolbatzen du, zuntza zati egurtsutik aske geratuz. 10 egunetan egon ziren geuk uretan sartu egin genituen landareak. Epe hau pasa ondoren, bi landare atera genituen. Bi liho landare horiek elkar igurtzi genituen eskuz, bata bestearen kontra. Ekintza honek zati egurtsua eta zuntza bereizten zirela baieztatzeko balio zuen. Banatu ez balira egun batzuk gehiago pasatu eraziko geniekeen banaketa eratu arte.

Uretatik atera genuen eta berriro eguzkitan utzi genuen sikatu arte. Eguraldia gure aldekoa izaten ez zenean labeetan sikatzen zen.

Mantuvimos sumergidas las plantas de lino desgranadas durante 10 días. Pasados estos, cogimos dos plantas y las frotamos entre sí. Comprobamos que se separaban la corteza y la fibra; por lo que procedimos a sacar el resto de las plantas. Si no se hubieran separado la fibra y la parte leñosa hubieran estado sumergidas más días.

Lo sacamos del agua y lo dejamos secar al sol. Cuando el tiempo no era propicio, se solía secar en los hornos.


Landare multzo bat edo azao bat hartu genuen. Harri baten gainean jarri genuen. Mailu bat hartu ostean lihotu egin genuen. Mugimendu hauen bidez zati egurtsua apurtu egin genuen. Jo ahala zati egurtsua askatzen zen.

Cogimos una gavilla o grupo de plantas. Colocadas encima de una piedra, con un mazo comenzamos a golpear. Con estos movimientos lo que conseguimos fue romper la parte leĂąosa y que se fuera separando de la fibra.

Tranga edo garba izeneko aparatua erabili genuen trangaketa egiteko. Tresna honekin zati egurtsua gehiago zatitzea edota apurtzea lortu egin genuen. Zati egurtsua txikitu ahala, trangaren mugimenduari esker zuntzetik bereizten zen. Tresna honek beso mugigarri bat eta oinarri bat dauzka. Besoa bere luzera-ardatza hutsik dagoenez, jaisten denean oinarrian jarritako lihoa jotzen du.

La planta de lino, que habĂ­amos golpeado previamente, la pasamos a la agramadera. Colocamos las plantas entre el brazo y la base superior de la agramadera. El brazo es hueco en su eje longitudinal, de forma que al moverlo de arriba-abajo encaja en la base. De esta forma seguimos golpeando el lino, troceando su parte leĂąosa y separarla de la fibra.


Gure eskuetan bageneukan beste tresna bat: ezpata-eskua eta linolaria (ezpata-oina). Bi egurrezko zatiak dira. Bata geuk eskuz mugitu genuen goitik behera. Eta bestea oinarria da. Landareak oholaren sorban jarri genituen (ezpata-oinean), ezkerreko eskuak landareei eutsi zien kolpeak jasotzean jausi ez zedin. Ezpatak jotzean aske eta zuntzaren artean zeuden zati egurtsuak beherantz eramaten zituen. Horrela zuntzean gero eta zati egurtsu gutxiago geratzen ziren, lino zakarra desagertuz.

Contamos con dos piezas de madera que nos permitieron espadear la planta del lino. Una de estas piezas tiene forma de espada roma (espadilla). La otra es una pieza vertical que tiene una base también de madera (gramejón). La espadilla la movimos de arriba-abajo golpeando las plantas colocadas sobre el bisel del gramejón y que manteniamos sujetas gracias a la mano izquierda. Con los sucesivo movimientos de la espadilla lo que conseguimos fue arrastrar hacia abajo partes leñosas que se encontraban junto a la fibra, con lo que nuesttro lino es cada vez menos tosco.

Landareak kardatu egin genituen. Hori zela eta karda erabili genuen. Landareak kardatzean azken zati egurtsuak kendu genituen. Aldi berean lihozuntzak zuzendu egin genituen. Horrela lihazkia lortu genuen. Bildu eta maluta bihurtu genuen.

Posteriormente cardamos la fibra utilizando la carda. Al cardar quitamos el resto de partes leñosas que aún quedaban entre la fibra, a la vez que las fibras las fuimos peinando y conseguimos la hilacha. Con ella formamos un copo.


Maluta goruaren goiko partea sartu egin genuen. Beheko partea gerrian jarrita geneukan eskerreko eskuak eutsi egin ziolarik. Liho-hari zati bat atera genuen malutatik. Haria ardatzaren goiko partean lotu egin genuen. Ondoren ardatzari giroa eman genion haria bira zedin. Hatz erkusle eta erpurutsuak erabiliz jarraitu egin genion haria ateratzen ardatzarekin batera biratzen zen bitartean. Eskua eta ardatzaren artean gelditzen zen haria, giroak gelditu ostean ardatzaren ingurutik hariltzen zen. Ardatzean liho metatu egin genuen. Multzo bat egin ostean, ardatza atera egin genuen eta liho-harila geneukan eskuetan.

Colocamos el copo en la parte superior de la rueca, mientras la parte inferior de ésta la apoyamos en la cintura, sujetándola con la mano izquierda. Utilizamos los dedos pulgar e indice de la mano derecha para conseguir extraer un poquito de hilo que atamos a la parte superior del huso. Hicimos girar el huso, aprovechando su movimiento para que el hilo que sacabamos con los dedos se fuera enroscando sobre sí mismo. Cesaba de girar el huso y el hilo que teníamos entre la mano y él mismo lo enrollabamos. Cuando teníamos suficiente lino en el huso, retirabamos éste obteniendo la husada (ovillo de hilo de lino)

Erabili ez genuen tresna tornua izan zen. Gutako gehienek, agian, liho tresnarik ezagunetarikoa (ezaguna ez bada). Baina MUSEOAn daukaguna ez dago era onenean trebetasunik gabeko pertsonak erabiltzeko. Funtsean, gorua eta ardatza erabili egin genituen lana egiteko balio du.

El torno también nos permitiría obtener de la hilacha el hilo. Quizás sea una de las piezas más conocida y vista por todos nosotros. Es una pieza, que a pesar de tenerla en el MUSEOA, no llegamos a utilizar, porque su estado no está para unas manos inexpertas.


MUSEOAN aspalditik zegoen matazuskia edo matazura erabili genuen matazak egiteko, baina ez egun horretan, geuk saiakerak egin genituen egunean baizik. Lau besoko tresna da. Beso bakoitzean eta ardatzarekin lotuta ez dauden muturrek oinarri bana daukate handik haria pasatzeko eta gelditzeko. Besoak girotu ahala haria oinarrietan geldi erazten genuen. Bukatu ostean, oinarrietatik atera ondoren mataza edukitzen genuen eginda. Guztiok badakigu badaudela lihohari mota desberdinak kolore eta ehundura aldetik. Eta kalitate handikoak zertarako erabiltzen ziren ere bai, baita beste kalitateak ere.

Utilizando el madejador del MUSEOA se podía obtener la madeja de lino, cosa que hicimos en las pruebas previas al día del Mercado. Tiene cuatro brazos unidos en un eje por uno de los extremos. Los otros extremos cuentan con una base plana. Cuando giramos los brazos, el hilo que vamos desenrollando lo colocamos en las bases planas. Al terminar y desprenderlo de las bases se quedaban formadas las madejas. Hay distintas clases de hilo de lino según la clase de la planta y de la textura al hilarlo. De ahí las diferentes calidades y utilidades que se daban a la hora de confeccionar tejidos.

Hala eta guztiz ere, geuk garbitu eta zuritu egin genituen lortutako matazak. Lapiko bat urez beteta jarri genuen berotzeko.

A continuación procedimos a su lavado y blanqueado. Para ello pusimos agua a calentar en una olla.

Beheko partean irteera bat zeukan lapiko bat liharrian jarri genuen (gure kasuan liharria egurrezkoa zen).

Teníamos otro recipiente con una abertura en la parte inferior y que descansaba sobre una pieza de madera (podría haber sido de piedra).

Barruan, egindako matazak sartu eta ondo jarri genituen. Ahoan, oihal edo trapu bat jarri genuen. Honen gainean arte errautsa zuriak jarri genituen. Berotzeko jarritako ura zirakielarik atera genuen eta errautsetik eta traputik iragazi genion. Prozesu honetan erreakzio kimika bat gertatu zen. Urak hartu egin zituen substantziek lixiba bihurtu zuten eta lihoa zuritu zen. Ura, behetik irten bezain laster sutan zegoen lapikora behin eta berriz itzuli genuen.

En su interior colocamos las madejas, plegadas y ordenadas. Y en la parte superior colocamos un paño (cenicero), y en cima de éste ceniza de encina (de color blanca). Cuando el agua colocada en el fuego estaba hirviendo, la fuimos vertiendo y haciendola pasar a través de la ceniza y trapo (que hacía de filtro). El agua caliente con la ceniza reaccionó convirtiéndose en lejía que aclaró el lino. El agua que salía por la parte inferior la recogimos una y otra vez, para volverla a calentar y verterla nuevamente.


Matazak atera ondoren sikatu arte utzi genituen.

Sacamos las madejas para que se secaran.

Eguzkitan uztekotan, honek zuritze prozesua berrindartzen du.

Si las dejamos al sol, éste refuerza el proceso de blanqueado.

Harilkari batean jarri ziren matazak, harilkatzeko eta lihoharilak ehungintzarako edo puntua egiteko. Antes de pasar al telar o simplemente tejer, solamente nos quedaban ovillar las madejas. Se colocaban en una devanadera y se hacían los ovillos.

Desde el inicio hemos querido dejar claro que Hasieratik argi eta garbi utzi nahi egin genizun guztiok hala nola parte hartu egin dugula, hauxe todo el proceso del lino desarrollado el día del liho landareari buruzko lana auzolan egin dugula Mercado Medieval y transcrito en este trabajo. alegia. Fue el fruto de toda la Asociación Etnográfica Horri esker Antzinako Merkatuan garatu egin Artea, de todo un trabajo en grupo que implicó ensayos, acuerdos-desacuerdos, genuen ekintza oso ondo atera zitzaigun han reuniones, gauzatu baino lehen hainbat bilera, saiakera, reflexiones, esfuerzos y demás; cada cuál aportando adostasun eta desadostasun, hausnarketa, neke eta su granito de arena. abar egin egiteagatik.

Normalean zuk artikulua irakurri arte, zure iradokizunak, pentsaerak, iritziak ez ditugu inoiz jaso. Ez dakigu zergatik, agian MUSEOAren lagunek bazekitenez geuk azalpen edo argibideren bat gehituko dugu.

Hasta ahora, tú querido lector y después de leer la revista GURDIA, te has podido dirigir a nosotros para darnos tus opiniones, aclaraciones, sugerencias, etc. Sin embargo, en este artículo, y antes de que lo leas ya tenemos que introducir alguna sugerencia.


Landareak erauzi ostean, batzuetan ez ziren lotzen azaoak egiteko asmoz, kasu hauetan landareen egoerak bazeukan zer esanik, heldu ez zeudenean adibidez.

En algunas ocasiones, cuando se arrancaban las plantas del lino, no se ataban en gavillas, dejándose secar sueltas y extendidas. Solía ser cuando la planta no estaba muy madura.

Landareak lehortzen uzten ziren lotu gabe. Malgutasuna galdu gabe, lotzen ziren.

Se ataba la gavilla cuando el tallo no había perdido toda su flexibilidad, para poder formar el vencejo.

Liho landarea batzuetan burdinazko orrazi (txarrantza) edo karda bat erabiliz aletu egiten zen. Honek kirten edo oinarri bat zeukan, banku baten eserlekua alegia.

Algunas veces la planta de lino se desgranaba utilizando un peine de púas de hierro (rastra) o una carda que podía estar aclopada a una base que se colocaba en un asiento o era el propio banco.

Aletu ostean beste posibilitate bat:

Otra posibilidad después de desgranar podría ser:

Lurrean izar bat jarri ostean bolitxoak aletu egiten ditugu. Izarak haziak, lastotxoak,... jasotzeko balio du. Kanpoan jaisten zen materiala ere, amaitzean jasotzen da.

Al desgranar las bolitas lo hacemos sobre una sábana con el fin de recoger las semillas, cáscaras, pajitas,...; las que caen fuera serán la minoría que después recogemos.

Lortutako materiala bahe baten gainean jartzen da. Irauli erazi genuen materiala gora botatuz eta bahe berean hartuz lurrera jaitsi baino lehen. Gu haizearen kontra jartzen gara. Poliki-poliki bahetik jasotakoa atera erazten dugu haizeak haziak izan ezik gainerako materiala eraman dezan.

Lo echamos sobre una criba. Sobre ella misma lo volteamos repetidamente, no dejando que caiga al suelo, para que junto con la mano seguir rompiendo alguna bolita que no estaba aún. Nos viento.

colocamos

a

contra

Aventamos sobre la sábana, de forma que por su propio peso la semilla cae dentro de ésta y las cáscaras se las lleva el viento.


Lihaziak eskuratzeko beste posibilitate bat hauxe da:

-

Bolitxoak bahe baten gainean jartzen ziren. Honetan zeuden hutsunetatik haziak pasatzen ziren eta ez bolitxoak.

-

Bahea mugitzen zirenean, bolitxoak siku zeudenez zabaldu egin ahala barruan zeuden haziak askatu ziren.

-

Lihaziak zetatxu batean jaso egiten ziren, gordetzeko.

Otra posibilidad para desgranar el lino consistía en: -

Colocar las bolitas en una criba, que permitía el paso de las semillas pero no de las bolitas.

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Con el movimiento de la criba, las bolitas al estar secas y abiertas dejaban libre la semilla.

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Las semillas, pasanan por la criba y se recogían en un cedazo para guardarlas.

Ardatzak burdinazkoak izaten ziren. Baina egurrezkoak ere posibilitate bat.

Normalmente los husos solían ser de hierro. Sin embargo también existía la posibilidad de que fueran de madera.

Bazegoen beste halako bat, malardatza, haizagailu txiki bat bezalakoa.

También se solían utilizar la torcedera, pequeño molinete de madera.

Bi makila lau txiki (izotzetan aurkitzen ziren antzekoak hartu ostean, mutur bat bestea baino estuago uzten zen, eta erdian zulotxo bat.

Se cogían dos palitos planos tipo de los polos. Un extremo tenía que ser más estrecho que el otro, acabando en punta. En medio se hacía un agujero.

Adar txiki batetik kono itxurako zati bat moztu, eta mutur argalenean kako txiki bat egin.

A un trozo de una ramita se le daba forma cónica, haciéndole en la punta una especie de pequeño garfio.


Se cruzaban los palitos coincidiendo el agujero, y se pasaba la pieza cónica a través de él hasta que la parte más ancha hiciera tope.

Makilak gurutzatu ostean, konoa, kakotik hartuz, makilen zulotxotik pasatzen zen. Harila egin ostean, konoa kentzen zen azpitik. Azkenean makiltxoak atera baino ez zen egin behar.

Después de conseguido el ovillo, se procedía a sacar el cono hacia abajo y los palitos hacia los laterales.

Matazak egiteko, harilkariren bat lortzen ez bazen gure gorputza erabil zitekeen. Pertsona bat eseriko zen. Oin bat eta esku bat erabiliz haria pasatuko zen behin eta berriz mataza lortuz.

Nuestro cuerpo también se podía utilizar como herramienta. Una persona sentada. Haciendo pasar el hilo a través de un pie y una mano puede conseguir una madeja.

Mataza eskuetan jartzen ziren. Bi pertsonen artean harila lortzea oso erreza zen. Batek edukiko zuen mataza bi besoen artean. Besteak, eskuak erabiliz harila lortuko zen mataza desegin ahala.

También entre dos personas se podía conseguir el ovillo, con solo deshacer la madeja. Mientras que una sujetaba la madeja entre sus brazos, la otra persona podía con la ayuda de sus dos manos soltar vuelta a vuelta y enrollar el ovillo.


Matazatik harila lortzeko edo viceversa aulki bat (a) erabiltzen zen. Eserlekuan harri bat (b) jarri zen erresistentzia egiteko. Urritz baten makila luze eta heze bat (c) mozten zen, bere malgutasuna erabiliz irudi zirkular bat edo egin osten muturrak lotzen ziren.

Beste muturretik (d) mataza jarri zen eta poliki- poliki desegiten zen harila gauzatu ahala.

Merkatuaren egunean ikus zitekeen posibilitatea urritza goiko partean kokatzean zetzan.

Aulkia urritza erabili gabe oso erreza zen. Aulkiaren bizkarraldeko goiko partea mataza sartzen zen. Eskuak erabiliz harila lortzen zen, mataza desegin ahal.

Para conseguir el ovillo de la madeja o viceversa también se solía utilizar una silla (a). Se colocaba en el asiento una piedra (b) que hacía de contrapeso. Se cortaba una vara de avellano larga y verde (c) para aprovechando su flexibilidad hacer una figura circular que se une en un extremo. Por el otro extremo (d) se introducía la madeja y se iba deshaciendo en la medida que se realizaba el ovillo.

La posibilidad que se pudo ver el día del Mercado consistía en sujetar la vara de avellano en la parte superior del respaldo de la silla.

Cuando no se conseguía la vara de avellano, se podía colocar la madeja directamente en la silla, cuando el respaldo de ésta terminaba en dos vástagos.

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HOSPITAL DE ARCENIEGA (2)

DATOS DE LA PRIMERA ÉPOCA

pasajeros. Hállose tener cuatro camas, de que es administrador el Lic. D. Pedro Ortiz de Retes, como cura y beneficiado más antiguo de estas parroquias unidas, a quien se le tomó cuenta de su renta, que tiene libro aparte. Mandó se guarden los mandatos que en él quedan proveídos para su buena administración y conservación”. Se dice en 1708 que el Hospital cuenta con 5 camas, y en 1752 se habla de cuatro camas en un cuarto sumamente reducido.

Establecido el hospital poco después de la muerte del fundador, sabemos que el administrador llevaba cuentas detalladas de ingresos y gastos, los cuales debía rendir ante los compañeros del cabildo eclesiástico y, en especial, ante el obispo de la diócesis en las periódicas visitas pastorales. Dice al respecto Nuñez de Cepeda: “ Desde que se publicó en España como ley del Reino el Concilio de Trento y en cumplimiento de sus decretos, extremaron los sres. Obispos su vigilancia en hacer visitas a todos los establecimientos benéficos, enclavados dentro de la jurisdicción, y pedir cuentas a sus administradores y patronos, para evitar fraudes y hacer que tuvieran exacto cumplimiento las disposiciones de tantas personas como dejaron bienes para obras piadosas”.

A finales del s. XVIII, en unos folios que elaboró don Tomás de Murga, natural de Llanteno, de la torre Zubiete y, cura más antiguo en Artziniega, administrador del Hospital, se dice que con arreglo a una Orden Real, se creó en Artziniega en 1788 la llamada Junta de Caridad, dentro de la cual quedó integrado el hospital de la Villa.

Así sucedió en Artziniega. Aunque los libros antiguos, propios del Hospital, se han perdido y con ellos la mejor fuente para el conocimiento de su historia, encontramos referencias a las visitas en otros libros parroquiales. La primera es de 1620, y dice solamente esto:

Esta Junta de Caridad compuesta por Don Tomás Antonio de Murga, cura más antiguo, Don Manuel Francisco de Lucio y Hierro, Teniente Alcalde Ordinario y don Agustín de Villachica y Braceras, comisario de Guerra honorario, Regidor decano y Síndico procurador general y don José Ignacio de Norzagaray toman la decisión de vender la casa y construir nuevo edificio para el Hospital.

“ Visitó el hospital de la Villa” Vivía en la casa del hospital un matrimonio, a veces una señora solamente, que atendía a los pobres que pedían posada y a los enfermos que permanecían en cama. Se les llamaba en el pueblo “el hospitalero” y “la hospitalera”. Observamos que a su cargo estaba la limpieza del templo parroquial, servicio por el que recibían una gratificación. En el acta general de la visita de 1673 se nos dan algunos datos más precisos sobre el Hospital: “ Otrosí visitó S.I. el Hospital, que está fundado en esta Villa para hospicio de pobres

En 1786, D. José Ramón de Luengas, cura beneficiario y Vicario Ecc. de esta Villa, con comisión del Tribunal eclesiástico, edificó el nuevo Hospital en el Campo de Abajo de esta Villa.


En 1785 tiene lugar la fundación del Patronato de las Escuelas de la Villa por el Obispo de Santander, don Rafael Tomás Menéndez de Luarca. Dicha junta, presidida por don José Ramón de Luengas, juzga que la casa hospital reúne las condiciones idóneas para escuelas de niños. No se encuentra otro local disponible, se encuentra en el centro del pueblo, cerca de la parroquia … Por otra parte, es probable que se juzgase conveniente alejar el Hospital del núcleo urbano, para evitar el contagio de enfermedades y el tránsito de pobres ambulantes y desconocidos. En consecuencia, se efectúa la permuta: la casa del Fundador del Hospital se destina a escuelas, y, con el dinero de esta venta, se construye una nueva en el lugar señalado, no lejos del antiguo Campo de Fútbol, en el solar en que posteriormente se edifica la casa de Zubiaur. En este lugar estuvo el Hospital desde 1785 hasta 1914. En 1805 se compra un libro destinado a llevar las cuentas de la institución. Llevaba la copia del testamento y a continuación las cuentas anuales. Cuando llegan los franceses en 1808 cometen toda clase de atropellos y, entre ellos, desguazan el libro.

De la misma manera acontece en 1784, cuando se levanta el nuevo edificio a las afueras de la Villa. La citada Junta proporciona todas las maderas necesarias para su construcción. Acuerdo tomado el día 7 de marzo de 1784.

ATENCION A POBRES Y ENFERMOS EN EL SIGLO XVIII

La pérdida de los libros antiguos nos impide conocer las vicisitudes por las que pasó esta institución y los servicios prestados durante las largas etapas de su existencia. Sin embargo podemos clasificar los servicios prestados de la siguiente manera: 1. Llegaban los pobres ambulantes al Hospital, pasaban la noche y seguían su camino. Tenían un recorrido, más o menos previsto, en el que se incluían los pueblos en que había casa hospital para pasar la noche.

Hay otro aspecto que conviene anotar y poner de relieve: se trata del apoyo que el Hospital encuentra en el pueblo, tanto de parte de los vecinos como de las instituciones.

Si se encontraban enfermos, permanecían varios días en la casa, corriendo los gastos en este caso a cuenta del Hospital. Una vez repuestos o aún convalecientes, eran acompañados por el hospitalero hasta una población próxima, quizás hasta otro hospital. Veamos algunas notas textuales que lo especifican:

El edificio precisa frecuentes reparaciones, y en los libros parroquiales encontramos anotaciones sobre las mismas, como si de la misma parroquia o del santuario se tratara:

“Yten 44 rls por el alimento de tres pobres forasteros, que vinieron enfermos, y seis reales por su conducción a los lugares inmediatos , al hospitalero, según costumbre” (año 1788)

“… por unos clavos y clavijas para el tejado del Hospital y por los jornales de 29 días en poner maderas y texas en el Hospital” (a. 1622)

2. También son frecuentes las muertes de pobres vagabundos, mendigos que mueren en le hospital de Artziniega. Se les presta las atenciones precisas y tienen un entierro digno.

La Junta de Ordunte, que reúne a los vecinos de Artziniega, Mendieta, Santa Coloma, Retes de Tudela y Sojoguti, para el gobierno de los montes comunes, ofrece gratuitamente los materiales necesarios para las obras del Hospital. Entre otras tomamos esta nota: “asimismo, el Hospital de la Villa necesitaba para su reparación de hasta 40 brazas de tabla, y se le concedió” (Junta del 11 de octubre 1699)

“Yten en el año 1790, 64 rls por el gasto de dos pobres forasteros que murieron en referido Hospital. Yten por las mortajas y ceras 28 reales”. 3. En el hospital tenían especial acogida los pobres del pueblo, cuando enfermaban. Se trataba de quienes no tenían familia o que no podían ser atendidos en su domicilio.


“Yten en el año 1789, sesenta y quatro reales por el alimento de Santos de Molinuevo, vecino de esta villa, hasta que murió. Yten 30 reales por el hábito, pues lo demás lo suplió don Juan Antonio de Vivanco, y 4 reales de cera para el entierro”. 4. Hay otro capítulo entre las atenciones prestadas por el hospital. Se trata de donativos entregados a los necesitados del pueblo. Veamos algún ejemplo de entre los apuntes de las cuentas: “Yten entregué para la mujer de Marcos de la Cámara, vecino de esta villa, 26 reales” (año 1790)

DESTRUCCIÓN DEL EDIFICIO EN 1839 Se ha indicado que los franceses destruyeron, entre otras muchas cosas, el libro de cuentas del hospital. La etapa de la Guerra de la Independencia (1808 – 1813) estuvo llena de dificultades para el vecindario; es probable que esa institución benéfica contribuyera a paliar algunas situaciones difíciles, particularmente, de los más pobres, como sucedió posteriormente con motivo de la Guerra Carlista. En la Primera Guerra Carlista, el hospital vive una etapa de protagonismo en la Villa por diversas y contradictorias circunstancias. Sabemos que Artziniega fue baluarte carlista durante gran parte de la citada guerra. Al parecer, aquí residió Don Carlos durante algunas temporadas. El 25 de Octubre de 1837, después de la expedición militar por el centro y sur de España, don Carlos hizo pública su proclama de Artziniega. Y el 27 del mismo mes visita el Convento de las Agustinas, “acompañado de sus gentiles hombres”, y entrega un donativo de mil reales a las monjas, que estaban pasando problemas serios de subsistencia.. Las defensas de la Villa amurallada no eran demasiado consistentes, y se preveían innecesarias con antelación a la contienda civil. La misma configuración del terreno colaboraba a crear una

población apiñada y defendida sobre una colina, protegida por el desnivel del terreno por el Sur, y por el exterior de la continuada hilera de viviendas por el Norte. Una travesía o paseo exterior rodeaba a éstas. Y unos muros cerraban la Villa por el Este y el Oeste, dejando el acceso a la misma por dos grandes puertas, una en cada dirección. Poco antes de comenzar la guerra en 1833, la puerta del Este estaba derribada, y parte de las piedras y losas fueron llevadas ante el hospital. Durante la ocupación carlista se reforzaron las defensas y se reconstruyó la puerta caída. En esta tarea trabajaron varios profesionales de la Villa, tales como el herrero, canteros, carpinteros, los cuales, pasada la guerra, pedirán al ayuntamiento el pago de sus trabajos. Pero la llegada de las tropas de la Reina Isabel acentuó estos trabajos. Ante un posible contraataque carlista, se toma la decisión de defender mejor la Villa, haciendo de ella una fortaleza, así la llaman, para residencia permanente de la tropa. Y, para reforzar las murallas, tomaron materiales de las edificaciones exteriores a la población, entre ellos los del hospital. Se refiere, también, Don Luis de Norzagaray, al desvalijamiento progresivo que sufrió el hospital durante los 6 años de la contienda por los soldados y mandos de ambos ejércitos. Por otra parte, la presencia continuada de las tropas en la Villa, antes y después de la pacificación, empobreció a la población, recargada de impuestos, servicios y abusos. En el año 1839, al fortificarse la Villa por las tropas nacionales, demolieron éstas el edificio que servía de hospital, previa tasación que ascendió a veintiséis mil y pico reales, sobre cuya indemnización se practicaron las conducentes diligencias ante el Gobierno de su Majestad con el objetivo de reedificarlo, pero fueron infructuosas, al no haber sido presentadas a tiempo, corriendo igual suerte las reclamaciones de los particulares, que se encontraban en igual caso. (año 1855)

Extractos tomados de la publicación EL ANTIGUO HOSPITAL DE LA VILLA DE ARTZINIEGA por D. José Iturrate


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A D L A B E A C B E W T O

D T I A E S S F K T O E A

C U H B R T F G O Y L T H

G Y A G O R R T Z A K R N

J H Z H T T H N F K M A N

K J I I U U I E E L O N E

I I A K I J O A R L I G E

O G K L O G L Z T O M A A

R F C Ñ J F J A Y I G B N

E D F J G D M O G M B M I

F S G H V V M A T A Z A K

G A H F F N B K S E E D B

M T O R N U A U V R T O U

1) Haziak dira 2) Sikatzeko balio du 3) Erauzi ostean multzoka jarri zen 4) Zati egurtsua eta zuntza bereizteko balio du 5) Haria egiteko tresna 6) Ur bero eta errautsez zuritzen ziren 7) Puntua egiteko tresnak


TÜàé| xáàâäÉ vÉÇ ÇÉáÉàÜÉá xÇ xÄ ÑtátwÉ `xÜvtwÉ w|áyÜtétwÉ xÇ áã {té wx Ä|ÇÉA aÉá tçâw™ t xåÑÄ|vtÜ xÄ ÑÜÉvxáÉ wxÄ Ä|ÇÉ?ÑxÜÉ xÇ âÇ ÅÉÅxÇàÉ wxàxÜÅ|ÇtwÉ áx {|éÉ âÇ Ä•É vÉÇ xÄ ÇÉÅuÜx wx tÄzâÇtá Ñ|xétáA ”fxÜ•tá vtÑté wx âÇ•ÜáxÄtá vÉÇ áâá ÜxáÑxvà|äÉá ÇÉÅuÜxáR ADRAC OZAM AJUGA ADAZA

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ADAPSE

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Ipuin etnográfico amerikarra

La Yuca Algunos árboles truncados explicaban acontecimientos extraños. Igualmente el recelo de las miradas de los lugareños para con cualquier foráneo. No es habitual en la gente de este sector. ¿Qué pasaba? La gente había recuperado el silbido del pájaro que cantaba ¡¡¡Cuidado!!! ¡¡¡Cuidado!!!. Y otro que repetía ¡¡¡quienandahí!!! ¡¡¡quienandahí!!! Lo que ciertamente extrañaba era la presencia de una capilla que parecía eternamente inconclusa de tejado: como si hubiera nacido como un grito interrumpido. El lugar llevaba varios años en vigilia pues el señor Pimentel, por medio de las habituales patrañas que utilizan los poderosos, había conseguido la escritura de toda aquella tierra y de otras pequeñas aldeas vecinas que miraban de soslayo al lugar. -

Cuando tomen La Yuca vendrán a por nosotros. Y algunos ya habían puesto el cartel de SE VENDE en la entrada de su pequeño rancho.

Todo el pueblo de La Yuca se había desangrado en abogados hasta vaciar los últimos bolsillos. Las casas habían detenido también sus mejoras, como que una tensión se venía mascando. Un amanecer de septiembre vino como una poderosa tormenta o como un movimiento sísmico: cayeron sobre el pueblo 600 policías bien armados como si fueran a combatir a la más feroz guerrilla. A la tarde quedaba el polvo levantado por las 13 casitas que habían sido lanzadas al suelo como vasos de cristal. No se salvó tampoco la escuela donde se apretujaban 52 niños para trabar unas cuantas letras y llegar a leer algún periódico. Los más jóvenes habían corrido por los pajonales de maíz y los mayores se paraban ante la policía levantando una mano para intentar aliviar aquel desastre. Su llanto se confundía con el de los pájaros llorones: ¡¡¡Uuuuuyuyu!!! ¡¡¡Uuuuuyuyu!!! ¿Era el principio de la muerte de La Yuca? ¿Había silencio por una tierra perdida? ¿Habían escapado todos los pájaros con sus nidos a cuestas? Alguna prensa local había recogido la noticia y la esparcía como esporas al viento; y los relatos orales volaban sin saber a ciencia cierta quien las llevaba, como un sortilegio. Todos los campesinos tenían miedo. ¿Cuándo nos tocará el turno de salir en un éxodo que para nosotros será eterno? ¿Cuántos años tendrán que pasar para que un montubio sin tierra llegue a ser una simple sombra? En el día después, fuera de La Yuca no había acontecido nada. El tercer día igual, y el cuarto; así hasta dos semanas. Pero la semilla de los acontecimientos había crecido en silencio; y muchos


campesinos de la región salieron cuando canta el primer gallo sin hacer ruido, llenando la noche de caminos, de pasos, de camionetas, de caballos como un hormiguero que se traslada. A las siete de la mañana Palenque era como un mercado vacío de mercancías y lleno de incertidumbres y decisiones: vamos a Babahoyo para que el Gobernador que dio la orden de desalojo la revoque y los compañeros de La Yuca puedan trabajar la tierra. Pediremos que rehagan las casas destruidas y levanten la escuela. Y tras los compañeros llegaron siete autobuses, que quedaron bien fecundados con tanta gente, varones y mujeres, ancianos y jóvenes. Salieron tras ensayar lo que sería el canto de guerra.

Aquí estamos, Señor, aquí estamos, humillada hasta el polvo la frente; te pedimos nos libres de gente que nos trae tal humillación.

En el camino se inició la primera estación de este vía crucis. Un fuerte destacamento policial obligó a bajar de los autobuses para ser registrados. Posteriormente la policía dio nueva orden de ALTO. Pero ya no eran unos pocos sino una muralla de contención. Los gases de humo dispersaron a todos aquellos campesinos despojados que iban solamente a entregar una carta. “Estamos aquí para que nos dejen trabajar en lo que es nuestro. Hay mucha gente con nosotros porque la justicia reside en la conciencia pueblo”. Y con los gases y las carreras empezaron otros llantos, otras indignidades pues ahora les expoliaban de lo que se llamaba derecho político, es decir, a pasear y a hablar, en un país que se sentía como ajeno. Aquellas personas se iban despojando de todo para ser simplemente hombres. Algunos de ellos fueron apresados y llevados en camionetas, como el ganado a conocer el Estado, es decir, la cárcel. Tras los primeros asombros se fueron organizando hasta buscar vericuetos y recobrar caminos perdidos hasta llegar a Babahoyo. Allí se pusieron ante el gobernador, de pie, silenciosos, mirando como miran las garzas en el lago. Todo el día. Hasta que a la noche salieron en un tiempo infinito los dieciocho presos. Nadie podía faltar. Era un requisito para salir de aquella extraña capital de provincia. Cuando fueron saliendo de la prisión, los corazones esparcidos por los 556 km2 de Palenque se redujeron a uno solo. Nos han quitado todo y ahora somos una familia. Y todos los campesinos siempre divididos porque una gallina que se había perdido, porque tu vaca amenaza mi cosecha, porque miró a su mujer, porque aquel madruga mucho y este se acuesta tarde, porque tu música es rancia, porque yo soy Peñafiel y tú Quispe, todos ellos unidos por esa dignidad que se recobra cuando alguien es desvestido se fundieron en un abrazo, en una música, en un grito. Volvieron al campo y se fueron perdiendo en la noche, por intrincados caminos misteriosos hasta llegar a sus casas ya con las estrellas apagadas. Nos hemos encontrado, ahora somos más, ahora somos campesinos, somos montubios, somos pueblo, tenemos nombre propio, cada uno y todos, nos hemos encontrado en un viaje.


Argazki honetan agertzen den norbait ezagutzen baduzu deitu.

Nortzuk dira?

A ver si entre todos podemos identificar a este grupo de nuestros convecinos reunidos hace unos 70 años.

Queremos reunir en el archivo del MUSEO, todas las fotografías de grupos de Artziniega que podamos hallar. Si conservas fotos antiguas, te pedimos nos las prestes unos días para hacer una copia. Te las devolveremos en la misma semana y agradeceremos tu colaboración. Puedes ponerte en contacto con Begoña, Gotxi, Luis Angel o Zurbi o deja un mensaje en el teléfono del Museo


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