Lori Meyers Foto Gustaff Choos Chucho Foto Mariano Regidor
CHUCHO
Sala Joy Eslava (Madrid) Fecha 13 abril 2013 Estilo rock Promotor Intromúsica Si hace siete años Fernando Alfaro se quitaba la espina que se le clavó en 1994 con la disolución de Surfin Bichos, este ha decidido resarcirse del final de Chucho, que en 2004 se despedía con el álbum “Koniec”. Grupo de culto y referencia del indie nacional, el reencuentro de la formación original con el escenario era un acontecimiento único, por el que planeaba la nostalgia de tiempos más buenos y quizá más auténticos desde las mismas puertas de una abarrotada Joy Eslava dentro del ciclo Pop & Dance. Abrió el concierto “Conexión de hueso”, y a pesar de sonar menos rotunda de lo esperado fue directa a
la frente de sus auténticos devotos, los que más disfrutaron sin duda al comprobar que el repertorio avanzaba por recovecos de su discografía como “El ángel inseminador”, “Mi anestesia” o “No me importa”. A su ritmo también fueron desapareciendo los problemas iniciales con el sonido, los nervios del estreno y la timidez del público. De “Extrarradio” a “Revolución”, encargada ésta de cerrar el concierto, la noche tomó el pulso que se esperaba. Un Fernando Alfaro en plena forma y un grupo perfectamente ensamblado iban ganando confianza canción a canción, dando forma poco a poco al sueño que era hasta hace unos meses disfrutar (o re-disfrutar) en directo de temas como “Cirujano patafísico”, “Visión Rayos X”, “Gran angular” o “Un ángel turbio”. n Cristina Pancorbo
26 l MondoSonoro.com l Mayo 2013 l Conciertos
Lori Meyers Sala: Apolo (Barcelona) Fecha: 19-04-13 Estilo pop Público: Entradas agotadas Promotor: Spanish Bombs Curioso que un tema nuevo como “Emborracharme” pusiera punto final al concierto de Lori Meyers en una sala Apolo de Barcelona a reventar… aunque pensándolo bien no debería extrañarme demasiado. La canción es un himno rotundo con un estribillo demoledor que provoca el desenfreno y el coro, subrayando un momento álgido que borra de un plumazo algunas consideraciones que solo apreciamos los críticos, los quisquillosos o los que no disfrutan de la propuesta de Lori Meyers y van siempre con el cuchillo en alto. Toda esta fauna, debió darse cuenta de que por momentos el sonido era más embarullado de lo que debería ser en una banda que goza del prestigio de los andaluces. En muchas ocasiones el hecho de incorporar una tercera guitarra para lograr una mayor contundencia en los riffs no funcionó como es debido, más bien al contrario, provocó que se perdieran
detalles que sí transmite el estudio. Da la impresión de que Lori Meyers hayan optado por la fuerza bruta en lugar de por la delicadeza melódica. Eso que funciona en las canciones más duras, les pasa factura en las menos contundentes en el estribillo y la estructura. Sin embargo, nadie le puede negar a la banda una entrega que queda simbolizada en cómo, a medida que transcurre el concierto, los elegantes trajes de Noni y Alejandro van adquiriendo el mismo proceso de derrumbe que el de una boda gitana. Un carrusel festivo que coge volada en el tramo final, donde ya sin cuartel no hay forma de detener la bomba sónica que se va creando sobre el escenario. Y sí, las canciones nuevas encajan en semejante juerga, aunque sin abusar, porque Lori Meyers demuestran tener ya un cancionero lo suficientemente extenso como para no basarlo todo en la presentación de su nuevo álbum. Aquí y ahora, la propuesta de Lori Meyers no esconde su intención de aspirar a ser masiva, aunque eso convierta algunas de sus canciones en una suerte de obsesión por crear estribillos-himnos que rehúyen complicarse la vida. n Don Disturbios