Mercados 21 - Número 15

Page 3

3

FEBRERO 2013

EN LÍNEA Al no ser convertible el dinero, el Banco Central debería estar obligado a comportarse de manera prudente, sin descartar plazos y sin usar sus pasivos para proporcionar financiación a largo plazo, por ejemplo contra hipotecas a 40 años. O contra pagarés a 30 días de empresas que no son seguras. ¿Cómo se puede discriminar a quién prestar y a quién no? Si tuviéramos oro la respuesta sería sencilla ya que, si saliera de las reservas al prestar iríamos viendo cómo nos íbamos ahogando. Y al contrario, si empezara a llegar a las arcas, tendríamos capacidad para relajar el descuento de activos. Es un mecanismo de regulación automático pero hoy no existe y sí criterios arbitrarios para subir los tipos de interés y endeudarse. El Banco Central camina ciego, como una empresa sin balances de pérdidas y ganancias. Entonces, ¿qué ocurrirá en el futuro? Creo que llegaremos a un escenario en el que habrá que estabilizar de manera creíble el valor de las divisas, hoy en parte anclado al dólar, garantía última del sistema monetario mundial. Cuando hay crisis se intentan conseguir dólares a gran escala y también francos suizos. Pero es un ancla a una moneda que no deja de ser deuda, mientras que el oro no es el pasivo de nadie más. Ahora, la forma de pagar deudas es crear otras nuevas deudas en una refinanciación continua y la propia solvencia de la economía de Estados Unidos, si se gestiona mal su pasivo, se puede poner en duda. El pánico puede llegar si no se pagan las deudas y si eso se hace a través de inflación, es decir, rebajando el valor de las unidades, el dólar dejará de ser una moneda interesante y habrá que buscar otras anclas. El oro es una de ellas, un activo monetario que todo el mundo desea y es una buena forma de despejar incertidumbres. ¿Se colapsará el sistema de pensiones? Apuesto por una transición lenta que implicará su congelación. Pienso que se va a hacer, aunque no quieran los responsables políticos. Es la economía la que va a obligar a que se produzca. El sistema público de pensiones iría siendo cada vez más subsidiario porque la capacidad de afrontar pagos serios de aquí a 20 años es inviable, a no ser que haya un aumento brutal de la productividad del trabajo. En consecuencia, se pagarán prestaciones muy bajas. Más o menos las actuales pero dentro de 30 años, lo que será pura caridad. La gente se irá preparando para su jubilación acudiendo a fondos de inversión privados, comprando inmuebles, deuda pública o privada… Una cartera variada de activos, en definitiva, para garantizarse cierta estabilidad de renta que complementará con una pensión pública más marginal a medida que pase el tiempo. Cuando una gran parte de la población tenga garantizada su renta por fórmulas que no sean el sistema público, se podrá abolir o dejar para casos muy particulares de aquellos que no hayan ahorrado, hayan invertido mal o tengan muy

poca renta. Será un robo porque habrá personas que habrán estado pagando toda su vida y no cobrarán, pero lo mismo sucede con los impuestos de quien paga la Sanidad y no la utiliza. ¿Al lado de qué países nos colocaría este escenario? Sobre todo, de Chile, con una cotización obligatoria a la Seguridad Social que gestiona cada uno destinando el dinero a cinco fondos que invierten en deuda y acciones chilenas. La revalorización media desde 1981 ha sido del 9% anual, es decir, explosiva, y eso permite pagar pensiones conside-

rables a los chilenos, aunque no se puedan comparar con las españolas. ¿No es una fórmula con más riesgo? Para mí, no. En 2009 la Bolsa chilena cayó un 40% y diversos autores argumentaron que eso demostraba lo erróneo de los sistemas privados de pensiones. Pero es que al año siguiente el parqué chileno subió entre un 50% y un 60% y al producirse el ajuste en un año no pasó nada importante. La Bolsa y no sólo la nacional –se puede invertir en una cartera de bolsas para diversificar riesgos– es un termómetro de la economía subyacente. Es muy difícil que la Bolsa esté deprimida durante mucho tiempo y con un nivel de depresión además muy importante. En 30 años tendría que bajar mucho para no recuperar el capital invertido y si experimenta caídas continuas durante tanto tiempo es que la economía a la que representa está muerta. Una economía muerta no es capaz de recaudar fondos suficientes para hacer frente al pago de pensiones. Por eso, no es más arriesgado. ¿Defiende el copago sanitario además de farmacéutico? Se habla mucho de privatización cuando en realidad por lo que algunas administraciones apuestan es por la gestión privada de hospitales públicos. Muy cierto. La gestión privada puede ser buena, pero no necesariamente. La dinámi-

PERFIL PREMIO JULIÁN MARÍAS Juan Ramón Rallo es doctor en Economía y licenciado en Derecho con Premio Extraordinario de fin de carrera por la Universidad de Valencia, así como máster en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, en la que es profesor de Economía. Ha recibido el Premio Julián Marías 2011 a la trayectoria científica en el ámbito de las ciencias sociales para menores de 40 años. Es también analista económico de esRadio y autor de varios libros. Una de sus últimas incursiones en el mundo editorial ha sido la coordinación del volumen ‘Un modelo realmente liberal’ (LID Editorial), que prologa Carlos Rodríguez Braun. Dirige además el instituto Juan de Mariana que, en el ámbito de la Formación participa en el centro de estudios OMMA, con varios máster, y prevé iniciar seminarios por internet y presenciales. Además, realiza boletines de coyuntura económica, estudios y publicaciones económicas y organiza conferencias y encuentros con afán divulgativo.

de libre competencia y en España existen sólo dos operadores. Sí. Aún así, pueden mejorar una gestión pública en la que hay muchas ineficiencias. Lo privado raciona más los recursos y prioriza, frente a las rigideces de lo público. Si a los gestores públicos se les permitiera tener la misma flexibilidad, por ejemplo respecto a las contrataciones, lo podrían hacer mejor. Hay costes como la comida en los hospitales que no entiendo por qué se han de subvencionar. La valoración del cliente empeorará pero es un sistema mucho más racional. ¿Camina España hacia un verdadero modelo liberal? Hay gente que se autoproclama liberal en el Gobierno y quizá lo sea o tenga esas inquietudes, pero la reforma liberal que a muchos nos gustaría ver va mucho más allá de lo que ellos estarían dispuestos a proponer y, además, y eso es lo fundamental, aunque se propusiera no se iba a aceptar. Es una carrera a largo plazo. El Gobierno no hace lo suficiente. La crisis ha sido una oportunidad para avanzar hacia reformas liberales y a menudo se ha hecho lo contrario, en materia fiscal o en cuanto al mercado eléctrico. ¿Llegaremos al despido libre, a salarios más vinculados a productividad...? No. El mercado de trabajo está experimentando cambios en las relaciones laborales como realizar las tareas desde casa, no tener remuneración fija y sí por objetivos… Están en vigor relaciones laborales propias

El sector privado debería haber pasado ya lo peor. El problema es el público, que no ha realizado su ajuste ni parece que lo vaya a hacer y eso genera mucha incertidumbre ca del sistema que funciona es que exista un entorno competitivo en el cual se han de satisfacer las necesidades de los clientes para conseguir su favor. Si se logra se pueden acometer más inversiones y captar más clientes y, si no invierto bien o no me adapto, muero. Los empresarios se pueden equivocar, rectificar y mejorar. Eso es un mercado privado y en competencia donde no hay rentas garantizadas y uno que llega con una idea mejor te puede quitar tu puesto… Otro sistema es que el Estado te garantice una renta y entonces el beneficiario puede hacer las cosas bien o mal. Según esto, ¿un sistema realmente privado funcionaría mejor? Sí, seguro. ¿Uno concertado? Puede funcionar mejor que el que tenemos ahora, ahorrando costes, o puede ‘rapiñar’ dinero estatal. Creo que lo que algunos gestores de la Sanidad han hecho es un gesto valiente que implica un cambio de mentalidad pero no exento de riesgo. Pero es que la gestión privada de servicios públicos debería darse en un entorno

de la economía fabril del XIX y de la masiva proletarización de la sociedad. La reforma laboral no ha sido mala y para capear la crisis sirve, por eso no creo que la toquen y quizá si mejoramos den marcha atrás, cuando el mercado laboral debería ser flexible siempre. ¿Ha pasado ya lo peor? ¿Llegan mejores tiempos para los emprendedores? Pedir prebendas estanca y no sirve para crear riqueza e innovar. El sector privado debería haber pasado lo peor, el problema es el público que, al no haber realizado su ajuste, genera mucha incertidumbre sobre el futuro. No soy optimista respecto a eso porque no veo una buena actitud en el Gobierno. Quienes sobrevivan a la crisis van a salir muy reforzados, eso desde luego, serán mucho más productivos y estarán bien posicionados.

Lea la entrevista completa en www.mercados21.es


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.