El Caleidoscópico. El último ciclo económico

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dardo sobre un mapa de España, cayese donde cayese, al año siguiente en esa zona habría subido de precio. Así durante años, el nuevo paradigma, los presidentes de los equipos de fútbol eran Señores del Ladrillo , los bancos les prestaban a manos llenas, hasta el pobre jubilado que no tenía otra propiedad que sus cuatro paredes yugoflechistas de 50m2 y 50 años con aluminosis creía que lo podría vender y tener un retiro dorado en un país caribeño. Y lo cierto es que durante esa ventana temporal habría sido así de haberlo hecho. Antes del corralito , cuando por decreto se instauró que el dólar y el peso valían lo mismo , que es como decretar que tienen las mismas proteínas un bistec y una lechuga, a los argentinos les conocían como los gifmitú ( give me two , déme dos) por lo dicharachero de su gasto. Años más tarde se morían niños de hambre en la provincia de Tucumán en el país que alimentaba a 300 millones de personas, el de las cuatro vacas por habitante que, al no poder pagarlas, reajustaban la demanda solvente dejando morir de inanición a los desheredados argentinos. Como ejercicio de salud mental empecé a escribir relatos satíricos en un foro de Internet especializado en economía y en la burbuja inmobiliaria ridiculizando la estúpida soberbia de la mayoría de los propietarios de todos los PAU´s tras leer Pepito Relámpago de Alberto Noguera. El nombre del protagonista se adjetivó para calificar a los personajes que estiraban más el brazo que la manga en materia de pisitos, así, el pepito, la pepitada, lo pepitil…hacía referencia a los efímeros triunfadores del ladrillo a nivel de base prestos a conocer la realidad. Inicié un hilo propio: EL CALEIDOSCOPIO

El caleidoscopio, es el inicio de este hilo. Pero creo que debería sobrepasar un estadio tan nimio para ocupar el verdadero lugar que le corresponde dentro de la literatura castellana, esto es: Un verdadero subgénero literario que entronca directamente con los manantiales de la picaresca ibérica y engarza de modo magistral con la estructura sinusoide del folletín dieciochesco bebiendo, a su vez, las fuentes del realismo social. Este incipiente subgénero que campa por sus respetos desde hace una década (si bien fundamentalmente basado en la tradición oral) ya tuvo su eclosión con el breve relato de Pepito Relámpago, faro y luz que guía la saga. Ante la titánica tarea que nos espera como foro, hemos de empezar a acotar los campos semióticos pepitiles, palilleros, subavalistas, visilleros, panzersuegras… y los híbridos que puedan darse.


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