Todos podemos cambiar el mundo

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nĂşmero 14, abril 2008

a magazine about people and their cities exclusively for vueling passengers

todos podemos cambiar el mundo we can all change the world


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TODO EL MUNDO PUEDE CAMBIAR EL MUNDO “La contribución más importante que cada uno de nosotros puede hacer por nuestra sociedad no es apoyar la solución de un problema concreto, sino incrementar la proporción de seres humanos que se convierten en impulsores de cambio. Éstos, como si fueran células blancas corriendo por la sociedad, se detendrán donde vean que algo no funciona o donde haya una oportunidad que aprovechar. Multiplicar la capacidad de la sociedad para adaptarse y cambiar de manera inteligente y constructiva es la oportunidad más importante que tiene el mundo para resolver sus retos más importantes. Los emprendedores sociales son un factor fundamental para catalizar y lograr esta transformación.”

EVERYBODY CAN CHANGE THE WORLD “The most important contribution every one of us can make to our society is not solving a specific problem, but increase the number of people that become promoters of change. As if they were the white blood cells of society, these people will stop when they see something wrong, or where they spot an opportunity. Multiplying society’s capacity to adapt and change in an intelligent and constructive way is the best chance we have to solve the world’s most demanding problems. Social entrepreneurs are fundamental in catalysing and managing this transformation.”

Una reflexión de María Zapata, directora de Ashoka Emprendedores Sociales · www.ashoka.org · www.emprendedoresociales.es A thought by María Zapata, director of Ashoka Social Entrepreneurs · www.ashoka.org · www.emprendedoresociales.es

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Sin miedo al cambio Without fear of change

SUMARIO

contents

número 14, ABRIL 2008

10 – HELLO! PARIS

Meet eight people in Paris who love their bread

18 – LUZ CON AGUA DE GRIFO

Un inventor de Alicante ha creado una central de electricidad con un mínimo coste ecológico. An inventor from Alicante created a way to produce electricity using a house’s water grid

20 – What I’ve learned lately

How do you make a mirror? + Myth and truth. ¿Cómo se hace un espejo? + Mito y verdad

22 – MIX TAPE

For Pompougnac’s 40th birthday. Pompougnac hace una cinta para su 40 cumpleaños

Que una sonrisa te contagie. Que un trabajo bien hecho te entusiasme. Que un acto solidario te inspire. Que los abusos te enfurezcan. Que las injusticias te subleven. Después será más fácil dar el siguiente paso. El cambio consiste, simplemente, en dejar de ser indiferente. Nada da igual. Let a smile infect you. Let a job well done enthuse you. Let an act of solidarity inspire you. Let abuse infuriate you. Let injustice move you to action. Then the next step will be even easier. Change consists, quite simply, of no longer being indifferent. Every little bit matters.

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– TODO EL MUNDO PUEDE CAMBIAR EL MUNDO

A thought by María Zapata, of Ashoka Social Entrepreneurs. Una reflexión de María Zapata

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– WE CAN ALL CHANGE THE WORLD

Todos podemos cambiar el mundo. Aquí te mostramos algunas maneras de cómo hacerlo

Fotografía de Mawashi Geri

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24 – THE FANTASTIC FOUR

– VAYA, VAYA, AQUÍ HABRÁ PLAYA

Hablamos del proyecto Madrid Río, pero también de las playas de París y Ámsterdam, y de posibles (¿futuras?) playas en Bruselas, Sevilla y Milán

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Watch, read, wear and use. Un DVD, un libro, la moda y un gadget

28 – PURA PASIÓN GITANA

Cinco espléndidas ‘bailaoras’, cinco formas de entender el flamenco en Jerez

30 – VIDA VUELING

Últimas noticias de vuestra línea aérea

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– LA SEGUNDA VIDA DE CATHERINE SAUNDERSON

Perdió su trabajo y a su pareja a causa de su blog. Ahora se habla de una película sobre ella

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– AND IT DOESN’T MATTER WHAT ANYONE ELSE THINKS Cuatro personas que no tuvieron miedo de dar un giro radical a sus vidas. These four people were not afraid to change their lives

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– ADAPTATION

When you move from one country to another, which habits do you leave behind and which do you keep? Five people tell of their experiences

Fotografía de Lea Crespi

70 – LA LISBOETA

La capital de Portugal en un cuento de Eduardo Halfon

76 – 9 PEOPLE

Spotted at the fountain in Place Massena, Nice, on a sunny afternoon in spring

77 – EXPERIENCES

Live the best of 26 cities. Vive lo mejor de 26 ciudades

89 – CÓMO

Cambiar de humor con la ayuda de los colores

90 – HABLEMOS DE

Amor entre generaciones, con el escritor italiano Federico Moccia

92 – WARMING THE COCKLES OF HIS HEART A taste of Barcelona

95 – LA GRAN VIDA

Soledad y Mayer adoptan a un perro

96 – LANDING

Kill the boredom. Mata el aburrimiento

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hL ! L Paris Photos by Lea Crespi

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Interviews by Adam Bil

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In Paris the baguette is king among breads. One Sunday morning in early spring, we asked seven people in the Quartier Montorgueil about their pastry habits.


hello!

En París, la baguette es la reina de los panes. Un domingo por la mañana Estas seis personas pasaron en primavera, por la Rua Garret preguntamos a un jueves de julio. siete personas Allí se tomaron en el Quartier un descanso mientras nos Montorgueil cómo contaban algo les gusta su pan. sobre sus vidas

MIGUEL, kora, julia, diosdado, daniela Y LUIS CAMINaban una tarde por la calle touraL del centro de santiago. allí nos contaron algo SOBRE ELLOS Y SOBRE SU CIUDAD

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la iniciativa

Luz con agua de grifo

Electricity from tap water

Texto y fotos de Marta Parreño

Text and photos by Marta Parreño

qué

what

Abel Martínez, 39 años, inventor ecológico autodidacta, ha creado una central que produce electricidad a través del agua, descomponiéndola mediante una energía alternativa. Dice que con el agua del grifo pueden alimentarse fábricas, hospitales e incluso pueblos enteros con un coste ecológico igual a cero. Como si hablara en arameo, nos explica el mecanismo de su invento: “La innovación de este proceso reside en que a través una turbina vertical –también patentada por mí– cogemos electricidad del aire, electrolizamos, separamos el hidrógeno y el oxígeno, lo almacenamos en hidruro de níquel y este aparatito convierte oxígeno e hidrógeno directamente en electricidad”.

Abel Martínez, a 39-year-old self-taught ecological inventor, has created a power station that generates electricity from water, breaking it up through alternative energy. He says that using just tap water, the method could power factories, shopping malls, hospitals and even entire villages, all with zero ecological cost. Although he could be talking in Aramaic, he explains to us how the mechanism works: “The real innovation of this process is that via a vertical turbine – which I also patented – we take electricity out of the air, electrolyze it, separate the hydrogen and the oxygen and store it in nickel hydride.This apparatus converts the oxygen and hydrogen directly into electricity.”

Para quiénes

who it’s for

Algún día el petróleo se acabará. Por eso Martínez considera que su central ecológica es, hasta ahora, el mejor invento patentado, y por eso varios gobiernos árabes y del este de Europa ya se han interesado en su proyecto. “Esta tecnología es la más limpia que hay. No hay contaminación en todo el proceso porque no hace faltar quemar ninguna molécula de carbono ni aquí ni en ninguna estación lejana. Además, su manejo es sencillo y da mucha potencia sin emitir ruidos. Tampoco lleva ninguna pieza móvil, con lo cual no requiere mantenimiento.” Y si apuramos, también produce calor y se puede utilizar para calentar las viviendas. ¿Algún inconveniente? El precio. “Esta tecnología es carísima”, afirma.

One day, oil will run out. This is why Martínez thinks that his ecological power station is, so far, the best invention ever patented. The claim has lead several Arabic and East European governments to take an interest in his project. “This technology is the cleanest there is. There is no pollution at any stage of the process because you don’t need to burn any carbon molecules neither here nor in some far-off power station. What’s more, it is easy to handle and it produces a lot of power without making any sound. Plus there are no moving parts, which means it doesn’t need maintenance.” And as if that wasn’t enough, it also produces heat and can be used to warm houses. Are there any drawbacks at all? The price. “This technology costs a fortune,” he says.

De quién

from who

Dice que a veces, cuando su mujer le habla, él está pensando en hidrógeno o hidruro de níquel. “Normalmente estoy en el limbo. Sé que es difícil vivir con gente como yo, porque estamos continuamente pensando.” Encerrado en uno de sus talleres (éste tiene 10 metros cuadrados y huele a pegamento y resina), Martínez, autodidacta, ha inventado de todo: él solo acumula 22 patentes, más que cualquier particular y empresa en España. Después de muchos años de trabajar como camionero, ha conseguido bajarse del vehículo para dedicarse a la creación de artilugios a jornada completa: “A veces se me hace de día aquí dentro”. Y lo que más le indigna es que la gente pronuncie la frase ¡Pero si ya está todo inventado! “Jamás se parará de inventar, mientras el hombre tenga imaginación.”

He says that sometimes, when his wife is talking to him, he is thinking about hydrogen or nickel hydride. “I’m usually in limbo. I know that it’s hard to live with someone like me, because we’re always thinking. Shut away in one of his workshops - this one measures 10 metres squared and smells of glue and resin - Martínez, who is self-taught, has invented all sorts of things: he has notched up a total of 22 patents, more than any other individual or company in Spain. After many years working as a lorry driver, he has finally managed to get out of his vehicle and dedicate his life full time to the creation of gadgets. “I sometimes spend the whole day locked away here,” he says. What most annoys him is when people say, “But everything’s been invented already!” “While mankind has an imagination, we will never stop inventing.”

Tras ocho años de investigación, Abel Martínez –inventor de Alicante– ha creado una central que produce electricidad con un mínimo coste ecológico

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After eight years of research, Abel Martínez, an inventor from Alicante, has created a power station that produces electricity with a minimal ecological effect


the initiative

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LO QUE HE APRENDIDO

¿Cómo se hace un espejo? How do you make a mirror?

Ilustración de Céline Robert

MITO MYTH

Y VERDAD AND TRUTH

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Quién iba a decir que en la calle San Bernardo de Madrid encontra-

Who would have thought that I would find the answer on the well-worn

ría la respuesta. La vidriería J. Araque lleva abierta desde 1916 y ya son tres Joaquines los que han pasado por su mostrador. El nieto explica el trabajo que hay detrás de un espejo: “Primero está el vidrio, que se hace calentando sílice (uno de los componentes de la arena) hasta que se funde y luego, cuando se endurece, flota en una piscina de mercurio. A ese vidrio se le aplica nitrato de plata por una cara, pasa por un proceso de secado y al final se le pone pintura para que no transparente ni se raye la plata”. Esta técnica se usa desde 1507 (atrás quedaron el metal pulido y el romántico reflejo en el agua) en Murano (¿dónde más?). Causó tal locura en Italia que se impuso pena de muerte a quien revelara a un extranjero el secreto de su fabricación. Tal vez ahí empezó la fascinación que aún ejercen en nosotros: los siete años de mala suerte (Joaquín Araque dice: “Boberías, yo he roto mil”), el taparlos cuando muere alguien para evitar que su alma se vaya por el pasadizo equivocado, la madrastra de Blancanieves preguntándole quién es la más bella, Alicia colándose en un mundo al revés, Drácula sin reflejo y Borges (que les temía enfermizamente) llamándolos abominables porque “multiplican el número de los hombres”. Quizá lo que de verdad da miedo es nuestra propia imagen; el espejo es sólo el observador que nunca miente.

path that is the San Bernardo street in Madrid. The glassware shop J. Araque has been going since 1916 and three Joaquines have now passed by the counter. The grandson explains the work that lies behind a mirror: “First is the glass, which is made by heating silicon [one of the components of sand] until it melts. When it gets harder, you float it on a pool of mercury. You then apply silver nitrate on one side, put it through a drying process and finally paint it so that it is not transparent and so the silver doesn’t scratch.” This technique has been in use since 1507 (before then it was beaten metal or a romantic reflection in water) in Murano (where else?). It caused such a fuss that in Italy, the threat of the death penalty loomed over anyone who revealed the secret of its fabrication to a foreigner. Perhaps that was where the fascination that so many of us have began: the seven years of bad luck (Joaquín Araque says: “Rubbish, I’ve broken thousands”), the tradition of covering them up when someone dies to avoid their soul going taking the wrong passage, Snow White’s stepmother asking hers who is the fairest of them all, Alice ending up in a backto-front world, Dracula without a reflection and Borges (who was scared stiff of them) calling them abominable because they “multiply the number of men”. Perhaps what really scares us is our own image, and the mirror is simply that observer that never, ever lies.

MARÍA FERNANDA AMPUERO es escritora y periodista, viajera perpetua. Ha publicado columnas, poemas, relatos, ensayos y críticas literarias y de cine en diferentes libros y revistas

MARÍA FERNANDA AMPUERO is a writer and journalist, eternal traveller. She has published columns, poems, stories and literary and cinematic criticism in various books and magazines.

Según una leyenda urbana muy extendida, en el DNI español hay un número que indica cuántas personas comparten el mismo nombre y apellidos (ver el número señalado con la flecha). Es decir, cuántas personas, como tú, se llaman José González Sánchez.

According to a well-known urban legend, every Spanish identity card has some digits that represent the number of people with the same name and surname as you (the number with the arrow next to it). That’s to say, how many people, like you, are called José González Sánchez.

La verdad nos la dieron en la Jefatura Superior de Policía de Cataluña. Un portavoz autorizado lo explicó así: “Dicho número es completamente aleatorio, ya que es una máquina la que lo escoge al azar y no tiene nada que ver con el nombre del poseedor del DNI”.

The truth was revealed to us at the head police station in Catalonia. An authorised spokesman explained it like this: “That number is completely random. A machine chooses it randomly and it has nothing to do with the name of the holder of the ID card.” The same is true for numbers on other countries’ ID cards, by the way.



mix tape

stÉphane pompOUgnac makes a

MIX TAPE 40th birtHday party! For his

Stéphane Pompougnac hace un Mix Tape para la fiesta de su 40 cumpleaños

a side 1. EAGLES, Hotel California

B side

This is the song I danced to with a girl for the first time. You know, slowly… Ésta es la primera canción que bailé con una chica. Ya sabes, despacio…

I like it because I have a lot of sympathy for the devil. Me gusta porque yo también me siento muy cercano al diablo.

2. PINK FLOYD, Money This song just generally reminds me of my teenage years. Esta canción me suele recordar mis años de adolescencia.

Again, this song reminds me of a girl I was in love with at the time. I’ve been in love with a lot of girls. De nuevo, esta canción me recuerda a una chica de la que estuve enamorado en esa época.

3. George Benson, On Broadway

3. Mattafix, Angel On My Shoulder

It just has a great rhythm to it. Simplemente, tiene un ritmo genial.

I could really put any song off their latest album into this mix, because it’s just excellent. Podría poner en esta lista cualquier canción de su último álbum, porque es sencillamente excelente.

4. The Clash, London Calling That is my song of the early 80s, and with it, I started to listen to rock music. Ésta es mi canción favorita de principios de los ochenta, con ella empecé a escuchar música rock.

5. Bob Marley, Jammin’ I like it because I, too, like to smoke. Me gusta, porque a mí también me gusta fumar.

6. R.E.M., Losing My Religion I think it was in the late 80s, no, early 90s, and I was in love with a girl at the time. Esta canción salió a finales de los 80, no, a principios de los 90, y yo estaba enamorado de una chica.

1. ROLLING Stones, Sympathy For The Devil 2. Gotan Project, Época

4. MASSIVE Attack, Unfinished Sympathy It reminds me of the time I lived in London. Me recuerda a la época en que vivía en Londres.

5. Stéphane Pompougnac, Hello Melle I wrote this song, and I’m very proud of that. I love it. Yo compuse esta canción. Y estoy muy orgulloso de ello. Me encanta.

6. ST. GERMAIN, Rose Rouge It’s a perfect mix, not really house, more deep jazz… Es una mezcla perfecta, no es realmente jazz, sino más bien deep jazz…

Stéphane Pompougnac (Paris, 1968) is a French house DJ best known for his residence at Hôtel Costes and his CD compilations of the same name. He has two children, whom he calls “his greatest achievement.” Pompougnac is a food addict; he grew up near Bordeaux, where, he says, the best foie gras is made. The DJ also claims to be a very good cook. His specialty is cep risotto. Stéphane Pompougnac (París, 1968) es un DJ francés de house, más conocido por ser residente del Hôtel Costes y por sus compilaciones en CD que llevan el mismo nombre. Tiene dos hijos, a quienes califica como “su mayor logro”. Pompougnac es un adicto a la comida; le gusta especialmente el foie gras y el caviar. Creció cerca de Burdeos, en un área donde, según él, se hace el mejor foie gras. El DJ también alardea de ser un gran cocinero. Su especialidad es el risotto de setas.

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LOS CUATRO FANTÁSTICOS

FASHION

The past few seasons were dominated by the 80s, but lately we’ve seen a lot of chequered shirts. Are we about to relive the grunge of the 90s?

DVD para reír sin parar

Un funeral de muerte, de Frank Oz (DeAPlaneta, 2007) “¿Es posible morirse de risa en un velatorio? Frank Oz, creador de los entrañables Teleñecos y director de sátiras como In & Out, nos lo demuestra en esta comedia. El patriarca de una familia fallece y sus parientes y amigos se reúnen para despedirlo. Pero con lo que nadie cuenta es con que los imprevistos se sucederán. Desde la inesperada aparición de un enano al que nadie conoce hasta el regreso de un hijo del difunto, un célebre escritor algo presuntuoso, pasando por el alocado trance que sufre uno de los asistentes tras tomar, por error, unas pastillas alucinógenas. Su humor británico de calidad, sus excelentes actores y sus divertidísimas escenas provocaron que fuera, contra pronóstico, todo un éxito sorpresa en las salas de cine.” EDUARDO DE VICENTE es periodista cinematográfico y colaborador del programa El Club de TV-3, Televisió de Catalunya.

A DVD for some endless giggles

“The 1980s have been dominating the catwalks for everal seasons now, with ankle boots, wide elastic belts, skinny pants, leather skirts, over-the-top colours, extreme sleeves… even the typical haircuts, very short bobs and geometrical fringes. What next? The new Grunge, with flannel lumberjack shirts? There will be some of that, but we’ll also see a lot of fluorescent colours and t-shirts with depictions of people like Leonardo DiCaprio. Personally, I really believe in appreciating the style of the 1970s again: dresses with floral prints, flared jeans, fitted Western jackets, and even mixing in something from the 40s and 60s. I think there will be a fusion of different styles, because vintage is even more appealing when you manage to combine the strangest items and create a style that’s really only your own. Alessia Franchini, owner of La Vella Maia, a vintage shop on Riera Baixa, 10, in Barcelona.

UNA MODA

Hasta ahora han dominado los años 80, pero últimamente se ven muchas camisas a cuadros. ¿Estamos a punto de revivir el grunge de los 90?

film critic and collaborator on the TV programme El Club de TV-3, on

“En los últimos años la moda ha sido influenciada por los años 80 en todas las formas: botas y botines con detalle ochentero, cinturones anchos de elástico, pantalones de pitillo, faldas de cuero, colores exagerados, mangas extremas... Incluso cortes de pelo muy marcados, ‘bobs’ cortos y flequillos muy geométricos. ¿Qué vendrá después? ¿El nuevo grunge con camisas de leñador? Creo que algo de eso sí que habrá, pero también veremos colores fluorescentes y camisetas con la cara de personajes como Leonardo DiCaprio. Yo creo mucho en volver a valorar el estilo de los 70: vestidos de flores, denim acampanados, camisetas ‘western’ entalladitas, incluso mezclando toques más retro de los 60 y 40. Creo que será una fusión de todo, porque el vintage tiene un encanto especial cuando logras mezclar las piezas más curiosas combinándolas de tal forma que puedas crear un estilo sólo tuyo. Alessia Franchini, dueña de la tienda vintage La Vella Maia, en Riera

Televisió de Catalunya.

Baixa, 10, Barcelona.

Death at a Funeral, directed by Frank Oz “Is it possible to die of laughter at a wake? Frank Oz, the creator of The Muppets,and director of satires such as In & Out, proves it with this comedy. The patriarch of a family dies and his family and friends come together to bid him farewell. But no one is prepared for what unfolds at the funeral – from the unexpected appearance of a midget that no one seems to know to the return of the deceased’s son, a somewhat pretentious but famous writer, and not to mention the drug-induced trance that one of the attendees suffers after he accidently takes some hallucinogenic pills. Its quality British humour, excellent cast and hilarious scenes made this film a surprise hit at the box office, despite what its detractors said.” EDUARDO DE VICENTE is a

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dvd, libro, moda y gadget

Libro

para viajar de ida y vuelta

Un mundo escrito: Viajes, 1950-2000, de Jan Morris (RBA, 2007) “Escritoras viajeras ha habido muchas –y muchas más están siendo rescatadas–. Pero escritores viajeros que, a la mitad del camino de la vida, se convirtieran en escritoras viajeras sólo hay uno/una: Jan Morris, que empezó su singladura vital llamándose James. Este libro habla de esa metamorfosis, que se concretó en Tánger; pero sobre todo es un repaso por el mapamundi sociopolítico de la segunda mitad del siglo XX. Desde los juicios a los nazis (Morris vio a Eichmann en Jerusalén) hasta la Europa comunista, desde la China maoísta hasta la América Latina de las revoluciones y las dictaduras, pasando sobre todo por la topografía sentimental y literaria de Europa que Morris siempre transita: Trieste plurinacional, Venecia, París, Londres, su Gales natal. Una vida de viajes y una vida de crónicas. Un lujo y una invitación a cambiar la butaca de casa por el asiento de un avión.” JORGE CARRIÓN es escritor y

A BOOK like a return trip A Writer’s World: Travels 1950-2000, by Jan Morris (Faber and Faber, 2003) “There have been many travel writers – and many more are being recovered from oblivion. But there is only one male travel writer who one day became a female travel writer: Jan Morris, who began life called James. This book talks about that metamorphosis, which took place in Tangiers; but above all, it’s a review of the socio-political world map of the second half of the 20th century, from the Nazi trials (Morris saw Eichmann in Jerusalem) to Communist Europe, from Maoist China to the Latin America of revolutions and dictatorships, via plurinational Trieste, Venice, Paris, London, and Morris’ native Wales. A life of travels and a life of stories. A luxury and an invitation to change the living room armchair for the seat on a plane.” JORGE CARRIÓN is a writer and literary critic specialising in travel. He just published Australia. Un viaje (Editorial Berenice, in Spanish).

crítico literario experto en viajes. Acaba de publicar Australia. Un viaje (Editorial Berenice).

New life to Gadgets The polyglot iPod Remember the days when people used to read on public transport? That was before they watched videos on their iPod or chattered on their mobile phones at full volume. But even in the digital age, there is smart a way to use your time on the bus. Just download language courses or audio books in a foreign language and learn how to pronounce the French vowels while you’re crossing the city to visit your grandmother on her birthday.

El iPod políglota ¿Recuerdas los días en que la gente usaba el transporte público para leer? Eso era antes de que empezaran a ver vídeos en sus iPods o parlotear a través de sus móviles a todo volumen. Sin embargo, aun en esta época totalmente digitalizada, hay una forma de aprovechar al máximo tu tiempo en el bus: podrías descargar audio-libros o cursos de idiomas de Internet y aprender a pronunciar todas las vocales que tiene el francés mientras atraviesas toda la ciudad para ir a visitar a tu abuelita por su cumpleaños.

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Pura pasión gitana

Han nacido con el duende y la magia de darlo todo en el escenario, sobre todo cuando se arrancan por bulerías. Desde la veterana doña Manuela hasta su tocaya promesa de 14 años, estas cinco ‘bailaoras’ representan a varias generaciones y sus formas de entender el flamenco en Jerez Selección y textos de Marta Conde Fotografías de Esperanza Moya

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La terremoto

La promesa

Manuela Núñez, 27 Taberna Flamenca Angostillo de Santiago, 3

Manuela Fernández, 14 Peña Flamenca Los Cernícalos Calle Sancho Vizcaíno, 25

Acaba de actuar en la taberna flamenca del barrio de Santiago. Un día más, el escenario ha temblado. Es pura fuerza y pasión, un terremoto. Dice que el baile le ayuda a echarlo todo. “Si tengo pena bailo mejor”, dice esta flamenca madre de dos niñas. A los 13 años actuó en una película de Carlos Saura. Después llegó muy arriba, aunque por sus hijas tuvo que hacer ‘parones’ en su carrera profesional. Pese a ello, se le ilumina la cara cuando dice con orgullo que es una madre joven y que de eso se alegrará en el futuro. Con los pies en la tierra, Manuela es muy consciente de lo exigente que es nacer con el duende dentro.

Con tan sólo un año y medio debutó. Si fuese por ella, bailaría los 365 días del año y todas las horas que hicieran falta. “Cuando me arranco, lo siento to’”, dice. A Manuela le encanta hacerlo por ‘soleá’ y seguidilla, los bailes hondos. Su madre dice que se mueve muy fina y canta muy dulce, y que sin duda es la futura heredera del arte de su tía Ana, ya desaparecida. La niña de grandes ojos claros está emparentada con Los Parrilla de Jerez, toda una saga de artistas. Quien se cruza con ella en el camino se enamora de su espontaneidad y de lo responsable que es pese a su edad. Manuela admira a Los Farruco, a Joaquín Grillo y, cómo no, a su tía. Aspira a llegar a lo más alto, a tener su propia compañía y a ser internacional y a que la conozca el mundo entero.


top 5

La atrevida

La sentimental

La veterana

Salomé Ramírez, 17 El Lagá del Tío Parrilla Plaza del Mercado, s/n

Rocío Soto, 30 Taberna Flamenca Angostillo de Santiago, 3

Manuela Montoya, 77 Peña Tío José de Paula Merced, 11

La primera vez que esta jerezana ‘entreverá’, hija de payo y gitana, se subió a un escenario, se persignó. Cuando lo recuerda, se ríe. A Salomé le encanta bailar por ‘soleá’ y por ‘farruca’, algo que muy pocos suelen hacer. Cada sábado por la noche conquista al público en un tablao del barrio de San Mateo. Ella lo tiene muy claro: “Me gusta lo antiguo, lo puro. Es lo que me tira pellizco”, dice. Esta joven no quiere ni violines ni trompetas que la acompañen; con unas palmas y una guitarra le basta. “Con eso soy yo misma, como bailaba el tío Farruco”, dice orgullosa. Actualmente estudia segundo de Bachillerato y en sus ratos libres disfruta con su grupo flamenquito llamado Zinkiyos.

Rocío no entiende la vida sin compás, sin la música. En el escenario canaliza todas sus emociones: la alegría, la pena, la furia, el enfado, el estrés y hasta la paz, lo que más le gusta de este mundo. “Lo que se siente arriba de las tablas es inexplicable”, dice esta gitana rubia de un barrio con solera, el de Santiago, cuna de grandes artistas como José Merced, Terremoto, Manuel Soto Sordera, La Paquera, Agujeta o Navajita Plateá. Como una nómada en busca de su sueño y su destino, Rocío siempre está dispuesta a hacer la maleta y a llevar su arte donde sea: Italia, Holanda, Francia, América. Está convencida de que cada vez “el flamenco llega a más gente, aunque muchos lo entiendan a su forma”.

Ha bailado desde pequeña. Es autodidacta. Hoy lo sigue haciendo con las gitanas viejas de la Peña Flamenca Tío José de Paula. Con ellas va a donde la llaman. A París, Madrid, Barcelona, Zaragoza. Cuando esta gitana se arranca por bulerías hasta llora de la emoción. “Si el cantaor es bueno, te lleva para arriba como una paloma”, explica con arte y gracia La Chicharrona, apodo que heredó de su madre, también bailaora, quien actuó en París con Lola Flores. En el último bautizo de su saga, Mamá Manuela, como la llaman los suyos, bailó sólo con los brazos, muy paradita, sin moverse de la misma losa. Cuando acabó la piropearon: lo has hecho como Pastora Imperio. O sea, como las grandes.

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todos podemos CAMBIAR el MUNDO WE CAN ALL CHANGE THE WORLD

Y aquí te enseñamos algunas maneras de cómo hacerlo And here we show you some ways to do it Un fotorreportaje de Mawashi Geri

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Tiempo gastado: depende de lo lejos que la persona a la que vas a ayudar esté de su casa, pero serán unos cinco o diez minutos como máximo Dinero gastado: 0€ Time spent: depends on how far away her house is, but it will probably be five to ten minutes maximum Money spent: €0

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Tiempo gastado: tres minutos para poner la mesa y compartir una comida entre compa単eros de piso Dinero gastado: nada Time spent: three minutes to set the table Money spent: nothing

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Tiempo gastado: tres minutos para poner la basura en su lugar Dinero gastado: 0â‚Ź Time spent: three minutes Money spent: â‚Ź0

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Tiempo gastado: de 30 segundos a un minuto para explicar a los turistas cómo llegar al lugar que están buscando Dinero gastado: 0€ Time spent: 30 seconds to one minute to explain the way Money spent: €0

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Tiempo gastado: ninguno, porque el bocadillo te lo hubieras comido igualmente (y solo) Dinero gastado: ya que regalas la mitad de tu bocadillo, te costará de 1,50 a 2€ Time spent: none extra, since you would have eaten the sandwich anyway Money spent: as you give away half of your sandwich, this will set you back €1.50 to €2


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Tiempo gastado: 20 minutos para comprar las flores y plantarlas Dinero gastado: 20â‚Ź Time spent: 20 minutes for buying and planting Money spent: â‚Ź20

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Tiempo gastado: unos diez minutos para buscar coche o pasajeros en www.viajamosjuntos.com, www.compartir.org o www.loquo.com Dinero ahorrado: si compartes tu viaje sรณlo con una persona mรกs, gastarรกs la mitad en gasolina Time spent: about ten minutes to search for national and international rides or passengers at www.mitfahrzentrale.de (also available in English and French), www.drive2day.de (German, English, French, Italian and Dutch) or www.loquo.com for Spain Money saved: if you take just one passenger, you pay only half of what you would have paid travelling alone


cambio

Si todo diera igual, uno podría ir por ahí ocupándose sólo de uno mismo. ¿Pero habrá alguien a quien realmente no le importe aquello que le rodea? Es muy sencillo cambiar el mundo a partir de un gesto mínimo que haga la diferencia. Por ti, para ti. Y para los que te rodean Para amigos, familiares o compañeros de trabajo ~Lleva flores o comida casera a tus colegas de la oficina. ~Convence a tus compañeros de que donen dinero a www.teaming. com, y anima a tu compañía a que alcance la cantidad donada. ~Organiza una sesión de “el amigo invisible”: todos sacan un nombre escrito en un papel de una bolsa y compran un regalo sorpresa a la persona que les haya tocado. ~Dile un piropo a alguien como mínimo una vez al día. ~Dile a tus padres cuánto significa para ti todo lo que han hecho por ti a lo largo de tu vida. ~Da un abrazo a un amigo. ~Dile a tus hijos cuánto les quieres. ~Escribe una nota de agradecimiento a algún mentor o a alguien que haya influido positivamente en algún aspecto de tu vida. ~Deja un ramo de flores en la mesa de algún colega del trabajo con el que no hayas interactuado mucho hasta ahora. ~Recupera el contacto con algún viejo amigo enviando una nota o un pequeño regalo a alguien con quien no hayas hablado desde hace mucho tiempo.

Para el medio ambiente ~Desconecta siempre los enchufes siempre que no estés utilizándolos para nada. Es un dato conocido que el noventa por ciento de la energía que se gasta a través de enchufes (ya sea de cargadores de móviles, de televisión, ordenador o aparatos eléctricos) se pierde en el aire sin ningún sentido. ~Recoge basura que vayas encontrando por la calle en tu día a día. ~Recicla en casa y en la oficina. ~No aceptes bolsas de plástico siempre que te sea posible. ~Cambia tus bombillas por otras de bajo consumo en los lugares donde una luz óptima no sea imprescindible, y apaga siempre las luces que no necesites en cada momento. ~Utiliza una taza en lugar de un vaso de plástico. ~Apaga el grifo mientras te cepillas los dientes.

Para desconocidos al azar: ~Escribe mensajes anónimos simpáticos o notas cariñosas y déjalas por lugares públicos -en el tren, en el metro, en alguna farola, entre las páginas de una revista o en algún periódico abandonado que alguien pueda recoger y hojear-. ~Invita a una pizza a alguien. ~Silencia el tono de tu móvil. ~Reparte globos entre los viandantes que te encuentres por la calle. ~Di algo agradable a la gente con la que te cruces hoy. ~Regala tu libro favorito. Sencillamente, déjalo en el tren, o en unas escaleras, o en algún lugar donde alguien vaya a encontrarlo. Deja es-

crita una nota en la que expliques cuánto disfrutaste leyéndolo y que te gustaría que otra persona lo disfrutase también. ~Ayuda a la gente a meter sus compras en bolsas en el supermercado. ~Sonríe a todo el mundo. ~Reparte tazas de café por la mañana a la gente que te cruces que vaya de camino al trabajo. ~Dona sangre. ~Visita a jubilados o a gente que esté en residencias y que no tengan familiares que les visiten habitualmente. ~Cede tu lugar de aparcamiento a algún conductor. ~Deja una nota de agradecimiento a algún mensajero que vaya a traerte un paquete. ~Deja una propina sustanciosa a algún camarero simpático. incluso puedes añadir una pequeña nota de agradecimiento a tu propina. ~Ofrécete para hacer alguna chapuza en casa de algún matrimonio de ancianos. ~Invita al cine a la persona que esté justo detrás de ti en la cola esperando para entrar a ver una película. ~Deja pasar antes a quien vaya detrás de ti en la cola del súper si lleva pocos productos.

Para la gente con carencias ~Ofrécete como voluntario para ser tutor externo en escuelas. ~“Adopta” estudiantes, el hijo del amigo de tu vecino, por ejemplo, y ayúdale con sus deberes periódicamente. ~Si algún amigo tiene problemas, tómate tu tiempo para escucharle. ~Ofrécete para hacer de canguro algunas horas a amistades o familiares que tengan niños. ~No mires a otro lado cuando veas a alguien que está siendo atacado, o a alguien a quien hayan atracado. Ni siquiera cuando esa persona esté borracha o sea un turista. ~Llama o visita a alguna persona que vuelve a su casa. ~Ofrécete como voluntario en una agencia en la que necesiten ayuda. ~Lleva de paseo a niños que tengan a su madre en prisión. ~Da ropa y otros objetos que no necesites a otras personas que sí que los necesitan.

Y si sientes que quieres ayudar todavía más… ~Durante una semana, lleva a cabo todas las ideas que tengan que ver con ser más generoso que se crucen espontáneamente por tu mente. ~También puedes hacer tu propia lista de “cosas buenas que podría hacer”. Invita a tus amigos a que redacten la suya también, y cambia tu lista con la suya una vez al mes.

Si necesitas más inspiración: www.generosity.org www.wearewhatwedo.org


change

If you don’t care, you can walk through looking only after your own hide. But are you really not bothered what the world around you looks like? It is so easy to change the world with small, painless gestures that will make a great difference – to you, and to the people around you For friends, family or colleagues ~Bring in flowers or home-made cookies for your colleagues. ~Convince your colleagues to donate money with teaming.com, and encourage your company to match the amount donated. ~Organise a “secret pal”: everybody draws a name from a bag and brings in a present for the person whose name was on the paper. ~Pay someone a compliment at least once a day. ~Offer to water your neighbours’ plants while they’re on holiday. ~Tell your parents how much you appreciate everything they’ve done for you. ~Hug a friend. ~Tell your children why you love them. ~Write a thank-you note to a mentor or someone who has influenced your life in a positive way. ~Leave a bouquet of flowers on the desk of a colleague at work with whom you don’t normally interact much. ~Renew an old friendship by sending a letter or small gift to someone you haven’t spoken to in a long time.

For the environment ~Always unplug your chargers when you’re not using them. Estimates say that 90 percent of all energy used by chargers is lost in the air. ~Pick up rubbish as you go about your day. ~Introduce recycling at your home and office. ~Decline plastic bags wherever possible. ~Exchange your light bulbs for energy-saving ones in places where the light doesn’t bother you, and always turn off unnecessary lights. ~Use a mug instead of a plastic cup. ~Turn off the tap while brushing your teeth.

For random strangers ~Write kind and loving messages on anonymous post-it notes and leave them around public places – on the train, at underground stations, lampposts, on discarded magazines or newspapers that could be picked up again. ~Buy a pizza for someone. ~Turn down the ring tone volume of your mobile phone. ~Hand out balloons to passers-by. ~Say something nice to everyone you meet today. ~Give your favourite book away. Just leave it on the train or on a step or somewhere it will be seen. Leave a little note inside saying how much you enjoyed it and that you wanted someone else to as well. ~Help people pack their groceries into bags at the supermarket. ~Smile at people. ~Hand out coffee to people on their way to work in the morning. ~Give blood.

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~Give your parking spot to another driver. ~Leave a thank-you note for a delivery person. ~Tell a bus driver how much you appreciate their work. ~Leave a big tip for a friendly waiter. You may even add a specific thankyou note. ~Volunteer to fix up an elderly couple’s home. ~Pay for the person behind you in the queue at the cinema. ~Let the person behind you at the supermarket go ahead if he or she has fewer items.

For people in need ~Volunteer to be a tutor in a school. ~“Adopt” a student, your friends’ or neighbours’ child, for example, and check in on them periodically. ~When a friend is in trouble, take time and listen to them. ~Offer a few hours of babysitting to young parents. ~Don’t look away when you see someone being attacked, molested or stolen from. Not even if the person is drunk or a tourist. ~Call or visit a homebound person. ~Volunteer at an agency that needs help. ~Take the children of women in prison for walks. ~Give clothes and other items you don’t need anymore to people you know who need them.

And if you feel like the full treatment… ~For one week, act on every single thought of generosity that arises spontaneously in your heart, and see what happens. ~You may also make a list of “kind” things to do. Get your friends to make one, too, and exchange the lists to do one item per day for a month.

For more inspiration: www.generosity.org www.wearewhatwedo.org


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Hablamos del proyecto Madrid Río,pero también de las playas de París y Ámsterdam y de posibles (¿futuras?) playas en Bruselas, Santiago y Milán. Ling se zambulle en el tema Un reportaje de Leticia Timón

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Cambio

El ayuntamiento de Madrid tiene un plan para convertir una parte de la ribera del río Manzanares en lo que ellos llaman “una Castellana ecológica”, refiriéndose a la vía principal que atraviesa la ciudad. El proyecto es ambicioso e incluye pistas de pádel, parques infantiles, un Salón de Pinos y hasta un embarcadero para la práctica de remo. Muchos opinan que es precisamente lo que le faltaba a la capital de España. ¿Qué tienen las playas que son tan deseadas? Quien piense que Madrid nunca ha tenido playa es porque no conoce bien la historia de la ciudad. Sólo hay que preguntarle a Rosario o a Fermín, un matrimonio que lleva toda la vida en su piso situado al lado del río Manzanares, para averiguar que, allá por las décadas de los 40 y 50, Madrid sí que tenía playa. “Pequeña y llena de gente”, recuerda Fermín. “Y sin la arena de la de verdad, pero a mis hijos les encantaba que fuéramos allí a pasar los domingos de verano”, añade Rosario. Aquella playa les pillaba un poco lejos de casa (estaba ubicada en la carretera del Pardo, en la zona norte de la capital), así que sus hijos fueron creciendo y olvidando esos domingos con manteles a cuadros y tortilla de patatas en esa playa pequeñita a la que llegaban en tranvía. “La gente poco a poco dejó de ir y todo se empezó a descuidar hasta que se abandonó por completo y desapareció”, concluye Fermín con cierto aire de nostalgia en la mirada. Mientras, Rosario sigue paseando por lo que ahora es un caminito embarrado, pero que dentro de un par de años será una enorme zona verde.

Ése es el espíritu que pretende recuperar el proyecto Madrid Río, ideado por el ayuntamiento de la ciudad. Después de soterrar una de las autopistas principales que atraviesan la capital, la M30, en la superficie se creará un inmenso parque de tres millones de metros cuadrados. Y uno de los puntos más curiosos del proyecto es precisamente una playa fluvial que surgirá en un trocito del paseo verde y que recorrerá seis kilómetros de la ribera del Manzanares. Lo más simpático, como declaró la delegada de Urbanismo del ayuntamiento, Pilar Martínez, es que la idea partió de los niños que participaron en el concurso escolar Madrid Río. Muchos de ellos, acostumbrados a pasar el verano lejos de casa en algún punto del litoral (algunos madrileños bromean diciendo que su playa es Valencia), opinaban que ya era hora de tener una playa en Madrid y la pintaron tal y como la imaginaban en los dibujos que presentaron como sus particulares proyectos. Este pequeño pedacito de costa se ubicará dentro del conocido parque de la Arganzuela, que será reformado para adecuarlo a los planes de Madrid Río, y al lado de las instalaciones de Matadero Madrid, un centro de arte que antaño era justamente el lugar donde se sacrificaba el ganado de la ciudad, pero que ahora es un espacio acondicionado para llevar a cabo todo tipo de actividades culturales. De momento, ni siquiera se sabe si dispondrá de sombrillas, tumbonas y demás elementos típicamente playeros. Eso sí, todo apunta a que el agua salada va a seguir siendo algo exclusivo de mares y océanos, aunque –para compensar– la del río aparezca cristalina gracias a la modernización de las depuradoras y la instalación de 13 nuevos colectores y 27 estanques.

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Pero esto es algo que a Ricardo, de 25 años, no le importa mucho. Para él, que trabajar en verano supone la inyección económica casi más importante del año, lo bonito será poder sentir, aunque sólo sea un poquito, la fina arena de playa bajo sus pies a tiro de piedra, es decir, de un par de estaciones de metro. “Hace años solía irme en verano a trabajar de camarero a algún pueblo de la costa, donde siempre hay mucha demanda, pero si ahora me traen la costa a Madrid, pienso buscar como sea que me contraten fijo en alguno de los chiringuitos que pongan.” Ricardo sabe que el tema de las olas es algo más difícil –por no decir imposible, teniendo en cuenta que el Manzanares ni siquiera es un río bravo–, pero si le dejaran practicar surf, que era otra de las razones que le llevaban a la playa, “¡sería lo más!”, dice imaginándose ya con las chanclas preparadas en la puerta de casa, las gafas de sol y la tabla de surf bajo el brazo. Elena, sin embargo, no cambiaría sus fines de semana locos en Valencia por nada de lo que le pueda ofrecer esta “mini-playa”, como ella la llama. “Está muy bien para los que no se puedan escapar un fin de semana, pero vamos, no tiene punto de comparación”. Eso sí, reconoce que alguna vez llamará a sus amigas para poder echarle un vistazo de vez en cuando porque “al final aquí hace mucho calor en agosto y ver un poquito de agua nunca está de más”. Y sonríe pensando que aunque no habrá tantos chicos guapos paseando por la orilla, seguro que se lo pasan bien sin tener que dejarse un euro en gasolina.

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Aparte de la playa, el proyecto también contempla crear pistas de pádel, un polideportivo cubierto, parques infantiles, un Salón de Pinos –como el salón de los espejos de los palacios reales– y hasta un embarcadero cerca del Puente de la Princesa donde se habilitará una zona para la práctica de remo. No se trata de competir ahora con la famosa regata que enfrenta a las universidades inglesas de Oxford y Cambridge, pero ¿quién sabe lo que podría pasar de aquí a unos años? Las expectativas puestas en Madrid Río, tanto por las instituciones como por los vecinos de la zona, son muchas. Lucía, por ejemplo, quien hace ocho años compró un piso cercano al río, se queja de que “tantas obras” realizadas hasta ahora en su barrio “han sido un verdadero infierno, así que espero que se todo se lleve a cabo tal y como está previsto”. Aun así, cree que ha sido una buena inversión, porque cuando acaben los ruidos y las incomodidades, y cambien los coches por peatones, “seguro que será un lugar mejor para vivir y quizá hasta suben los precios”. Javier, su marido, confía en que la zona acabará siendo “un lugar estupendo para los niños que tendrán que venir”. Y sonríe cómplice a Lucía, quien, por si acaso, no se da por aludida. Así que, si todo sale bien, de aquí a un par de años (2010 es la fecha prevista para la inauguración del parque) aquello que los madrileños han extrañado desde hace décadas y han tenido que buscar lejos de casa, pasará a ser –casi– una leyenda urbana de gente mayor. Porque aquí, vaya, vaya, también habrá playa.


¿Ya tienes el bañador? Consejos prácticos para cuando en Madrid haya playa

No pierdas las chanclas A falta de saber si te vas a encontrar fina arena de playa o pedruscos por los que es complicado andar para llegar al agua, mejor es que no te olvides las chanclas. Y si tienes una talla de pie especial (muy grande o muy pequeña), echa un vistazo en la tienda Cordones. Tienen toda clase de zapatos, para todos. Santiago, 6

Surfin’ Madrid, yeah, yeah Lleva más de 30 años ahí y no te habías dado ni cuenta, pero el espíritu de las playas del Caribe está más cerca de Madrid de lo que piensas. Pásate por Caribbean y verás como encuentras todo lo que necesitas para –una tarde de viento– surcar las futuras olas del Manzanares con tu tabla de surf. Columela, 5

Que no te ciegue el sol

Por los bajos fondos Y para que no te pierdas en el mundo “subfluvial” del Manzanares (pues aquí no vale decir mundo submarino), lo mejor que puedes hacer es acercarte a Abyss Diving Club. Aquí, además de ofrecerte cursos de buceo a todos los niveles, puedes salir perfectamente pertrechado con todo el material necesario –trajes de neopreno, bombonas de oxígeno– para investigar qué hay bajo tu colchoneta de cocodrilo. Ponzano, 96

Vuelta y vuelta

Si piensas pasarte el día en la playa, tienes que proteger bien tus ojos; eso sí, sin perder ni un ápice de tu encanto. Puedes elegir las gafas de sol que mejor te queden pasándote por la Óptica Zelai que, en pleno corazón del barrio de Chueca, te asesora para que vayas todo lo glamuroso —o desastroso— que quieras ir. Chueca, 9

Con esto del agujero de la capa de ozono, no debes olvidarte el bronceador si no quieres terminar colorado como un cangrejo. Por eso, déjate caer por la Perfumería Nuria, donde cada verano tienen las mejores cremas para protegerte del sol y, de paso, no pierdas la oportunidad de echarle un vistazo a su escaparate. Lagasca, 54

Para entretenerte

Luciendo palmito

Pero pasarse todo el día en la playa puede ser aburrido si no tienes un buen libro para distraerte un poco. Así que, si además quieres conocer a fondo Madrid, no dejes de visitar La Librería, que sólo vende libros relacionados con la ciudad y el resto de poblaciones de la comunidad autónoma madrileña. Para que no se te escape ningún detalle. Mayor, 80

El verano y la playa están para destaparse, pero con estilo. Si no quieres que el bañador te siente como un tiro, tienes que venir a Boutique Pasarela para poder lucirte sin estar pendiente de si te sale un michelín donde no debería. No les pidas milagros, que de momento no los hacen, pero seguro que pueden echarte una mano. Apolonio Morales, 3 LING 49


París y Ámsterdam, otras dos capitales sin mar, hace años dieron el primer paso. Acuática alegría para sus habitantes y para los que se dejan caer por allí –ahora sí– en verano

La Torre Eiffel y la playa del Sena Si ya de por sí París tenía mil encantos por los que merecía la pena pasear por sus calles, la ‘Paris plage’ llegó para sumarse a ellos en el verano de 2002. A lo largo de tres kilómetros que se extienden entre el muelle Henri IV y las Tullerías, el Sena alberga todo tipo de actividades propias de la costa. Se puede tomar el sol tumbado en una hamaca, beber una piña colada a la sombra de una palmera, navegar en botes de pedales o disfrutar de las vistas desde un pequeño velero. Además, una parte de la zona de arena está dedicada a los más pequeños, para que también puedan disfrutar construyendo castillos y figuras con sus juguetes de playa. Eso sí, hay que tener en cuenta que el baño no está permitido en ninguna de las áreas –salvo en una pequeña alberca habilitada para refrescarse en la zona de Port de la Gare– y que “se ruega decencia en el vestir”. Es decir, no está permitido el topless, ni bikinis mínimos ni, por supuesto, el nudismo. Al fin y al cabo, no deja de ser una playa en medio de la ciudad, donde no todos van a tomar el sol.

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Día de playa en Ámsterdam.

En París.

Cuatro en Ámsterdam Una de las más conocidas es Stenen Hoofd. A orillas del río Ij, justo detrás de la Centraal Station, es de las más pequeñas pero también de las más animadas. Kalf y Susana, por ejemplo, recuerdan que aprovecharon cada uno de los pocos días de calor que tuvo el último verano para darse una vuelta por aquí. Susana dice que para los que viven en Ámsterdam todo el año, un día de playa “permite romper con la rutina”. Otra muy animada es Strand Zuid, en el barrio de Berlage. Con arena de verdad, tumbonas y hasta algún chiringuito de lo más destartalado, es una playa frecuentada por oficinistas, abogados y banqueros. Finalmente puedes visitar las playas de Blijburg Aan Zee y Strand West. La primera está situada en el barrio de Blijburg, a 15 minutos en tranvía de la estación central, y tiene fama por sus noches de baile con fogatas de campamento y actuaciones en directo. En cuanto a Strand West, está ubicada a 20 minutos en autobús y es también la más nueva y la más grande, lo que la convierte en la elegida para jugar partidos de voley-playa o hacer barbacoas en familia mientras se disfruta de la vista panorámica del río Ij.


La imaginación al agua

Pedimos a tres estudios de arquitectura que imaginaran posibles playas para Sevilla, Bruselas y Milán

Sevilla El proyecto

Los detalles

La posibilidad de crear un espacio de playa en ciudades que carecen de costa es un tema ensayado en algunas ciudades del mundo. Sevilla, como ciudad de referencia española y capital de Andalucía, posee un interés turístico innegable y el río Guadalquivir es el protagonista del escenario paisajístico. El trazado del río ha sufrido modificaciones a lo largo de los años, y actualmente existe una dársena desde la cual pueden contemplarse los monumentos más característicos de la urbe, como la Torre del Oro, la Giralda, la Catedral, Plaza de España, Maestranza, y los puentes de El Alamillo, Barqueta, de Triana y San Telmo.

· El baño sería factible si se creara delante de la playa una piscina de agua tratada. · La playa se convertiría en un aporte de espacio lúdico que enriquecería el panorama social y podría ubicarse en la orilla de la isla de La Cartuja, una de la zonas más nuevas y dotada de infraestructuras turísticas desde la Exposición Universal de 1992.

El arquitecto Ignacio García Moliz

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Bruselas El proyecto

Los detalles

Bruselización: la variante autóctona de la ‘gentrificación’, proceso de metamorfosis urbana en el que la población original de un barrio céntrico es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo, atraída por las ventajas de la zona. En el centro de Bruselas hay varios solares y espacios vacíos derruidos, esperando al mejor postor. El movimiento masivo de ciudadanos (hay 1.700.000 de población flotante frente a 148.000 de población residente) plantea a los promotores un negocio consistente en dejar que los edificios de viviendas se abandonen para poder así convertirlos en edificios destinados al sector terciario. El resultado de eso es la desertización del núcleo urbano durante los horarios de éxodo, de-generando así las relaciones sociales. Nuestra propuesta para regenerar el centro aparece con los playas urbanas o verticales, que actúan como atracciones espaciales y enfatizan una tercera dimensión. La playa transforma lo estéril en fértil y suaviza la aridez de una ciudad desestructurada como es Bruselas.

· El contexto específico de actuación son las medianeras. Utilizamos los vacíos urbanos entre medianeras como medio potenciador de las relaciones sociales. El volumen entre medianeras se rellena de espacio público y de actividades. Dentro de este espacio se crea una playa artificial con elementos básicos como agua y arena, y medios en los que practicar actividades culturales, de ocio, deportivas, entre otras. · La fachada principal actúa como escaparate de la vida, dando una nueva perspectiva de la ciudad y sus relaciones. · La línea del horizonte traslada al ciudadano mas allá de los límites de lo construido. Las medianeras actúan como superficies interactivas y soporte estructural.

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cambio

cielo

Los arquitectos Bernat Argemí (28), Xavier Canals (29), Mireia Cardús (26), Sandra Hernández (31) y Álvaro Solís (29) se conocieron en la Universitat Internacional de Catalunya. Tras licenciarse, Bernat, Xavi y Mireia fundaron Aquellos Arquitectos, mientras que Álvaro y Sandra formaron Konkritblu Arquitectura. Los cinco se unieron para el reto de imaginar una playa en la pálida y sensata Bruselas. www.aquellosarquitectos.com www.konkritblu.com

línea horizonte

Agua

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Lyubomir Iliev y Simeone Maluta

Los arquitectos

Decidimos crear una playa muy urbana: justo en el centro de la ciudad, al lado de una plaza y de una de las antiguas entradas a la ciudad, un mercado de pescado, bares y restaurantes, y por supuesto, el actual puerto de Milán. Hemos incluido estos elementos y los hemos conectado con la playa, mientras que al mismo tiempo hemos creado una zona para bañarse, relajarse y disfrutar del sol. El puerto de Milán se usó sobre todo para el transporte de materiales de construcción –ladrillos, piedras, mármoles y, por encima de todo, arena–. Además, creamos una duna artificial (1) con la ayuda de una estructura de madera que hizo las veces de puente entre las dos orillas del puerto, y esto supuso una posibilidad maravillosa para poder disfrutar de la vista de los canales (2). En la plaza, hemos puesto una cancha de voley-playa (3), en el lado de las dunas hemos puesto una piscina y una playa algo más tradicional (4).

3

Los detalles

2

La zona de playa está en el mismísimo centro de Milán, en la Darsena, que nace en Porta Genova y llega hasta Porta Ticinese. La elección tiene sentido desde un punto de vista histórico: la Darsena solía ser el puerto de Milán y formaba parte de una red de canales originalmente diseñados por Leonardo da Vinci. El puerto se cerró en los años setenta, y desde entonces no se ha usado para nada, aun cuando ocupa un lugar muy de moda en la ciudad.

1

El proyecto

Milán

4


CAMBIO

¿Qué se necesita para hacer una playa?

El enfoque científico

Texto de Solveig Steinhardt, titulada en Geología especializándose en Sistemas Costeros

Receta para hacer una playa (del libro de cocina de la Madre Naturaleza)

Ingredientes: · Sedimento (es decir, piedras, de las que se acumulan en la orilla de lugares con agua). El tamaño y la forma de sus granos pueden variar desde arena fina hasta guijarros y el color puede estar entre el blanco translúcido del cuarzo al rosa de las conchas o al negro lava. · Agua en movimiento.

Preparación: Esperar a que los sedimentos lleguen al lugar con agua procedentes de corrientes del interior o de arrecifes cercanos (este proceso puede tardar cientos de años o, en caso de tormenta, un solo día). Después, crear movimiento de olas durante un cierto número de años. Las olas, las mareas y las corrientes moverán, cambiarán de lugar y romperán en fragmentos más pequeños la arena, en función de su fuerza y del tamaño de los granos. Para terminar, espolvorear la playa con animales marinos y gente tomando el sol.

La naturaleza ha utilizado esta tradicional receta durante largas eras geológicas para crear las superficies arenosas que tanto nos gustan. La idea de que las playas son sinónimo de verano está tan arraigada en nuestra mentalidad que nos sentimos atraídos por cualquier cosa que tenga arena y agua, incluso aunque se trate de una simple plataforma de cemento a la orilla de un río con una capa invisible de polvo. Las playas urbanas están apareciendo como setas en toda Europa, la mayoría de las cuales están formadas por arena cubierta por sillas de terraza a la orilla de un río, con piscinas en algunos casos, bebidas de colores y sin contacto alguno entre la arena y el agua del río, a la que a menudo la gente prefiere no mirar. Intentar imitar la naturaleza creando una playa desde cero es una tarea complicada que requiere la colaboración de planificadores urbanos y de arquitectos, pero principalmente el conocimiento de sedimentólogos. “Cuando elegimos el mejor lugar para nuestra playa nueva, uno de los factores que debemos tener en cuenta es la inunda-

ción producida por los ríos”, afirma el profesor Enzo Pranzini, geógrafo físico principal de la Universidad de Florencia. “Las lluvias tardías de verano y de otoño provocan el aumento del caudal de agua, que trae consigo mucho lodo espeso. Éste es el motivo por el que las playas urbanas suelen estar situadas por encima del nivel de inundación. En otras palabras, no puede haber contacto entre la playa y el río, a menos que estemos dispuestos a invertir grandes cantidades de dinero y mucho esfuerzo en la limpieza de la playa.” La ‘higiene personal’ de la playa parece un factor crucial: “Algo en lo que los arquitectos a menudo no piensan es que las playas viven gracias al movimiento de las olas”, afirma Pranzini. “Sin las olas, se llenan de polvo y se cubren de vegetación, con lo que necesitan limpieza constante. Por este motivo recomendaría el uso de arena gruesa o de gravilla fina, de manera que la lluvia (o el agua de manguera) pueda penetrar en la playa para limpiarla de polvo; además, la arena tiene que tamizarse periódicamente para eliminarle el polvo.” Por lo que respecta a la estética de la arena, Pranzini optaría por sedimentos de colores pálidos, puesto que “la arena oscura se calienta de manera muy rápida y desagradable para los pies... y los traseros de los bañistas”. ¿Pero dónde conseguimos la arena? “El mejor sitio para ‘robar’ material de playa en general es el propio río”, dice Pranzini. “Para rellenar las playas marítimas en erosión, solemos machacar grava de río y dejamos que el mar haga el resto del trabajo: las olas redondean rápidamente los guijarros y se crean playas de arena pedregosa. En el caso de las playas urbanas, este proceso no tendría lugar. Por lo tanto, si no encontramos la arena que queremos en un río, tendremos que elegir rocas blandas de una cantera y darles vueltas en una hormigonera hasta que adquieran una bonita forma redondeada. Este material a menudo procede de zonas muy lejanas de la costa y muchas regiones de Italia ‘exportan’ millones de metros cuadrados de arena.” Sin embargo, aunque no sean naturales, las playas urbanas no suponen una amenaza para el medio ambiente y aumentan el número de zonas al aire libre de nuestras ciudades. Al fin y al cabo, crear una playa artificial en una ciudad bonita es mucho más sano para la naturaleza que construir una ciudad artificial en una playa bonita.

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cambio

La segunda vida de

Catherine Sanderson

Su blog Petite Anglaise provocó un despido improcedente y liquidó la larga relación sentimental que mantenía con el padre de su hija. Ahora acaba de publicar su primer libro, tiene un contrato para el segundo y ya se habla de una película con Kate Winslet haciendo de ella. Sí, toda una second life, pero en el mundo real

Una crónica de Álex Vicente Fotografías de Lea Crespi

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cambio

Para variar, llueve a cántaros sobre Belleville, el barrio popular del nordeste de París. No muy lejos de aquí debutó Edith Piaf, aunque la sala de conciertos que acogió tan ilustre actuación se ha convertido en un enorme supermercado que llena las neveras de la gran comunidad asiática instalada en la zona. Aquí es donde Catherine Sanderson encontró su hogar. Esta inglesa de 35 años llegó a la capital francesa hace casi quince. “Siempre quise vivir en Francia. Cuando tenía 11 años empecé a estudiar francés porque ya tenía este sueño irracional. Veía películas francesas y leía novelas en francés. Cuando terminé mis estudios, decidí venir.” Desde entonces no se ha movido de aquí: se enamoró de un francés y tuvo una niña con él. Todo parecía conducirla hacia una vida serena, las largas tardes en el parque junto a su hija y la estabilidad sentimental del matrimonio. Hasta que, de repente, algo irrumpió en su apacible existencia: un blog. Lo llamó Petite Anglaise, como solían apodarla los autóctonos. “Sumar las dos palabras suponía todo lo que quería que fuera mi vida: una inglesa traducida al francés.” El blog, que puso en línea durante el caluroso verano de 2004, consiguió un éxito instantáneo y fue a más a medida que iba incorporando textos cada vez más personales. “Al principio escribía sobre cosas que observaba en París. Lentamente, casi sin darme cuenta, fui incorporando experiencias más íntimas. Nunca pensé que iba a pasar la frontera porque nunca tuve la percepción de que estaba hablando sobre mí misma. Mi vida no era nada glamurosa: era una madre que trabajaba de secretaria. En cierta forma me gustaba tener ese lado secreto a través de un blog que la gente seguía con devoción”, dice en uno de sus café favoritos, al pie del majestuoso parque del Buttes-Chaumont. Un día escribió algo que le preocupaba: su compañero no quería casarse con ella. Su servidor de Internet no pudo soportarlo. La respuesta se manifestó en forma de una avalancha de visitas, comentarios y emails. “Fue algo increíble. Los lectores querían más y más, así que empecé a hablar de mí cada vez más, hasta que el blog se convirtió en un diario verdaderamente personal.” Relató sus problemas sentimentales sin demasiado pudor, hasta tal punto que consiguió verbalizar lo que sentía: se dio cuenta de que la relación con el padre de su hija no funcionaba. Un misterioso lector, un británico residente en la Bretaña, empezó a dejar enigmáticos mensajes en su comments box. Un día decidieron conocerse: él iba a París a ver un concierto y la invitó. Así empezó con él una relación sentimental que dinamitó su historia anterior. “Obviamente, nada fue intencionado. Supongo que mi relación con el padre de mi hija estaba en un punto muerto y que hubiera pasado de todas formas, con blog o sin él”. Pero poco tiempo después descubrió que tampoco funcionaría con este misterioso personaje de quien nunca ha dado demasiados detalles. Estaba sola, con su hija y con su blog, llevando una especie de second life entre lo real y lo virtual. “Sí, tenía algo de una doble vida. Lo peor era no tener claro si me había convertido en mi propio personaje, no saber dónde terminaba una Catherine y empezaba la otra, que era como un retrato mío con buena luz. Cuando escribes un blog tiendes a embellecer las cosas y a ser más

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El jefe descubrió su blog y decidió despedirla, alegando que dañaba la imagen de la empresa. “En realidad, le molestó que revelara que llevaba tirantes para los calcetines” ingenioso. Se te ocurren ese tipo de cosas que en la vida real llegan siempre cinco minutos tarde.” No fue sólo su vida sentimental la que sufrió cambios en profundidad. Su jefe descubrió el blog –“el informático me delató”, dice entre risas– y decidió despedirla, alegando que dañaba la imagen de la empresa. “En realidad, le molestó que revelara que llevaba tirantes para los calcetines.” Catherine decidió denunciar a la empresa ante la justicia francesa. Ganó el caso, así como una asignación equivalente a un año de salario. Lo suficiente para tomarse unas largas vacaciones. Y si las malas noticias suelen llegar acompañadas, hay veces que las buenas también. Poco antes de ganar el caso, recibió decenas de ofertas de editoriales británicas, fascinadas por su historia. Su libro, escrito con un estilo similar al del blog, acaba de aparecer en el Reino Unido y saldrá antes del verano al otro lado del Atlántico. Se dice que hay una película en preparación. ¿Está dispuesta a ver su vida convertida en un melodrama con Kate Winslet como protagonista? De momento, Catherine no se mueve de Belleville, donde sigue viviendo con su hija de cuatro años. Su nombre en clave en el blog es Tadpole, es decir “renacuaja”. Ranas: así es como los anglosajones llaman despectivamente a los franceses, tal vez por los extraños ruidos guturales que producen sus impronunciables consonantes. El blog sigue batiendo sus propios récords de visitas, mientras la atención mediática se multiplica. Para su desgracia, con una referencia constante: Bridget Jones. “La verdad es que me molesta un poco. Sí, soy una mujer escribiendo un diario. Pero estoy en Francia y soy madre”, aclara. Otra diferencia: no parece que busque marido como una desesperada. Hace poco encontró a otro francés, al que se refiere como The Boy debido a su relativa juventud. No parece que se arrepienta de nada de lo que ha pasado. “No puedo lamentar nada porque todo ha terminado bien. Hubo un punto en el que creí que era auténticamente estúpida por haber abierto ese maldito blog, pero dos semanas más tarde firmaba un contrato para escribir dos libros, así que se me pasó bastante rápido.” En París las historias siempre terminan bien, aunque nunca deje de llover.



Y no importa

lo que opinen los demás And it doesn’t matter what anyone else thinks

Cuatro personas que no tuvieron miedo al cambio, y dieron un giro decisivo a sus vidas These four people weren’t afraid to make a change that would give their lives a radical twist

“Life is trying to show me something.What could it be?” Jan Mikael Reuterberg, 40 Jan has seen his life take him to a place of serenity surrounded by the sea and the mountains of Sitges, Barcelona. his house is open to anyone who wants to give themselves over to meditation, music and a spiritual life Interview and photography by Leonardo Faccio

“I don’t want to be a guru, but I live alone in the mountains. The neighbours say, ‘What a strange boy. Where does he get his power from?’ They don’t know that I’m actually a singer and an actor. I’ve appeared in Les Miserables more than once, and I studied at the Royal Drama Theatre in Sweden, the country where I was born. My friends tell me that I should wear a tunic, grow a beard and have long hair, because that image would go better with my current business. But the hippy look is not for me. All I am trying to do is to help the people who visit me. And my house, which is enormous, is the perfect place. I live opposite the sea, in Llevantina, the high area of Sitges, where the light and the silence invite meditation and contact with nature. The idea is that you find the key to your life here, as I started

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to do, quite by accident. It was the 30th of March 2007, the day of my birthday. I had arranged to meet with some friends to have dinner, and when I left my flat, at 8.30pm, I had a strange sensation: I was seeing double. Two cars, two traffic lights, and the trees were moving. At first, I got scared – I thought it was all down to stress. At the time I was living in Barcelona, and I’d just sold my business, which I adored: a lovely bar called El Sueño. It was a Nordic-style place, with rustic tables and a delightful combination of gold, blue and beige colours. Perhaps it was the nervous tension from that time that was making me dizzy. So I said to myself, relax, and I ordered an Irish coffee. It was my birthday, after all, and I didn’t want to worry! But the next day I got up with the same symptoms, and that was enough for me to see it as a sign.


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Changes in a man’s life come for different reasons, and are difficult to explain. But I can sum my case up: the doctors told me I had miastenia gravis, a neuromuscular problem that only three in every 100,000 people develop. Life was trying to show me something, I thought. What could it be? In order to treat me, they had to remove my thymus, a gland that controls the immune system. As it is close to the heart, it requires a risky procedure. That’s why I say that I was born once more. If you ask the universe for help, you’re going to get it. That’s what I learned from my own personal disaster. And the lesson was so strong that I now want to transmit it in my own home through different means: spiritual retreat, music therapy and Mediterranean food. There are also tango sessions, yoga, singing classes and tai-chi. Of course, there will be a teacher for each activity; you can find out about it at www.lifejourneyspain.com. I’ll just be a mediator and maybe, further down the line, I’ll start to sing again. If that happens, I’ll use my Latin artistic name, ‘Monterojo’.”


“La fe es lo que siento yo cuando rezo” Cristina Vilaplana o Ikram (nombre musulmán), 23

Educadora social y estudiante avanzada de árabe, esta barcelonesa se convirtió al Islam hace dos años. Si al principio ocultaba su conversión por miedo al rechazo, hoy asegura que de lo único que se arrepiente es de no haber dado antes el paso. Entrevista de Marta Parreño Foto del archivo de Ikram

“Convertirme al Islam es el paso que más he meditado en mi vida. Las cosas que realmente nos importan son aquellas que van a hacer que nuestro futuro cambie, y un paso en falso podría trastornar nuestra vida negativamente. A los que creen que he dado un paso atrás porque piensan que la mujer está discriminada en el Islam les diría que yo misma también pensaba así antes de conocer esta religión y que se sorprenderían si en vez de hablar tanto, escucharan más. No sería feliz si no hubiera dado ese cambio con convicción, el engaño no duraría mucho. Cuando tenía 10 años, mis padres me brindaron la oportunidad de acoger a dos niños saharauis durante el verano, experiencia que se fue repitiendo verano tras verano. A los 12 viajé por primera vez a los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf (Argelia) junto a mis dos hermanas. Quedé asombrada de la hospitalidad de una sociedad que vivía en tiendas de tela (khaymas) y en pequeñas construcciones de adobe, rodeados de arena y viento, y de la paciencia que como pueblo nómada y musulmán tenían. Llevaban décadas siendo ‘prisioneros’ de la arena y aun así rezaban a Allah con toda su fe, agradeciéndole cada minuto de sus vidas. Empecé a trabajar con el mundo de la inmigración y llegó un día en que me empecé a preguntar muchas cosas. Yo me eduqué en una escuela concertada de monjas y a mi paso por el instituto caí en el agnosticismo. Pero con mi madurez me planteé que algo debía tener el Islam para que tantos hombres y mujeres se reconocieran en él. Así que empecé a leer, a preguntar, a investigar y a compartir opiniones. Y me llevé la gran sorpresa de que, lo que encontré, nada tenía que ver con lo que conocía sobre el Islam, siendo una ciudadana europea. Hasta que llegó el día en que necesité ayunar al mismo tiempo que millones de musulmanes, en el mes sagrado de Ramadán, y necesité rezar las cinco oraciones prescritas.

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Dicen que la fe es algo que se siente, que no se puede explicar. La fe es lo que siento yo cuando rezo, cuando mi corazón y mi cuerpo se tranquilizan. La fe es lo que siento cuando salgo a la calle con mi vestimenta ancha y mi velo, gritando a los cuatro vientos que soy musulmana y que estoy muy orgullosa de serlo, hablando en catalán y siendo más simpática que nunca con la gente que me observa con mala cara, con la gente que prefiere seguir de pie en el metro antes de sentarse a mi lado. Lo que más miedo me daba era la reacción de mi entorno, pues las noticias y la opinión que se tienen de esta religión, por puro desconocimiento, no jugaban a mi favor. Tampoco quería que lo achacasen a la influencia de mi marido, pues me considero una persona inteligente, coherente y con capacidad de decisión sobre lo que me conviene. Aunque mis padres aceptan la idea, cada vez que visito a mi madre me pregunta por qué no me quito el velo, que soy catalana y no musulmana (véase aquí la confusión generalizada de términos entre nacionalidad y religión), que no voy a encontrar trabajo vistiéndome así; y ya que no puede lograr que me desprenda del velo, me asesora en cómo ponérmelo para que esté más guapa. Ahora estoy sin trabajo aunque he hecho muchas entrevistas para trabajar como educadora social. Me fascina el mundo de la inmigración y mis conocimientos de árabe, cultura y religión me facilitan muchísimo el trabajo, tengo experiencia en el ámbito y soy una profesional, pero cuando voy a la entrevista con el velo, me dicen que debo quitármelo para trabajar. Yo creo que tienen miedo. Los cambios provocan inseguridad.”


CAMBIO

“No es sólo una cuestión de sexo, es tu identidad” Lizethe Álvarez

Coordinadora del área de transexuales de COGAM (Colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de Madrid) y coordinadora del proyecto de inserción social y laboral. Entrevista de Leticia Timón Fotografía de Daniel Torrelló

“Soy una mujer transexual, pero eso no significa que naciera en un cuerpo equivocado, sino con una anatomía distinta. La situación de una persona transexual es que su identidad sexual, es decir, su conciencia de ser hombre o mujer –en mi caso, mujer– no está en consonancia con su identidad de género, es decir, los roles que la sociedad le otorga en base a su físico. Por eso queremos realizar todos los cambios que sean necesarios en nuestro cuerpo para poder alcanzar el equilibrio entre una identidad y la otra. Yo desde muy pequeña sabía que era una niña, aunque estuviera ‘travestida’ de niño. Incluso los juguetes típicos, los cochecitos, los convertía en reinas y princesas que sí encajaban con mi feminidad. Fue ya en la preadolescencia cuando viví una situación conflictiva, de ansiedad, de desaliento, porque era una chica con una anatomía masculina y no coincidía lo que veía con lo que sentía. Si a esto se le suma la presión de la sociedad, con frases del tipo “no vas a responder como hombre”, resulta un momento muy doloroso. Yo, por suerte, conté siempre con la comprensión y el apoyo de mis padres. Inicié entonces la búsqueda de respuestas, y gracias a que cada vez hay más información, vi que podía iniciar procesos hormonales y cirugías que me permitirían hacer los cambios necesarios para seguir con mi vida, por fin, con mis identidades equilibradas.

Tras eso, empecé los tratamientos hormonales en mi país antes de comenzar la carrera universitaria. También encontré las respuestas gracias a la ayuda de un psicólogo, que es quien al fin y al cabo me diagnosticó la disonancia entre mi identidad sexual y mi anatomía, pero no como una enfermedad, sino como una situación que podía y debía regular. Después tuve que enfrentarme a la ‘prueba de vida social’. Debía empezar a cumplir mi papel en la sociedad como mujer y cambiar el rol que me habían otorgado antes. Y para construir ese rol tuve la suerte de tener a mi madre como referente, lo que me permitió ver cómo era ella y cómo quería que los demás me vieran a mí: trabajadora, fuerte, luchadora, maravillosa. Su modelo fue, sin lugar a dudas, mi gran ayuda para reafirmarme en lo que he sido siempre. Pero sé que no todo el mundo ha tenido la misma suerte y por eso ahora me gratifica trabajar en Cogam. Porque muchas veces la persona transexual vive situaciones de exclusión que derivan en depresiones de las que es muy difícil salir; somos víctimas fáciles de burlas y rechazos. Mi labor es ayudarles a reafirmar su identidad y darles el apoyo que necesitan para aceptarse y saber que no tienen por qué ser excluidos. Además, tenemos cursos de formación e información y una bolsa de trabajo digno, básicamente porque tenemos los mismos derechos y deberes que cualquiera y ya va siendo hora de que la sociedad lo sepa.”

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“When I was small, I always played at being Robin Hood, the mythical prince of thieves. I was born a woman, but I have felt like a man ever since I was conscious. I knew that something just wasn’t right, but I couldn’t work out exactly what it was. I always thought that one day, just like that, I would be transformed; that the normal evolution of my body would allow me to become a man. But that day never came. Adolescence was, without a doubt, the worst time of my life. Condemned to be what society expected of me, I became isolated. I engineered love stories that were doomed to failure. I succumbed and disguised myself. But that person wasn’t me. I went to university. A stranger to myself, I went to find my identity in another country: England. I began to get information and to do away with my own prejudices. I took the next step: Holland. I finally found answers, and the word that defined who I was: transsexual. But how was I going to talk about something like this at home? I thought about the balance. On the one side, my freedom; on another, my family and friends, who I loved more than anything in the whole world. I was implicitly required to give something up. If I chose to have my gender reassigned, I would live far away. I wouldn´t see my parents again because I could never make them deal with something like that. I would finally be who I really was, but could I live? I broke down. I went back home and became depressed. I looked for help with a psychologist, but all I did was spend time covering up the problem. One

day I dropped some hints, and she picked up the thread. I spewed out everything I had been holding inside. I felt such relief. The time bomb started ticking: first of all I told my older sister, and then, bit by bit, everyone else. I didn’t try to make them understand – I just asked for their respect. And I found so much more – their unconditional support and defence against everyone else’s prejudices, even my own. Hormones, operations and changes. You hope with all your heart that it’s quick. You cross your fingers and you just be yourself. But the process is slow, painful and expensive. As well as all the medication and the psychological therapy, you need to have several operations before you’ve undergone a complete transformation. They have to remove your breasts and your ovaries, and reconstruct your genitals… I am Alec Casanova, a transsexual man. Until recently, it was only my ID card that linked me to a gender to which I didn’t belong. Voting, police checks or using my credit card always brought problems and uncomfortable explanations. Thanks to the Gender Identity Law, that is all behind me now. Nothing links me to Her. Now people always refer to me as “he”, whether they knew me before the treatment or not.There will always be someone who wants to do you harm and shouts ‘You’re a woman!’ It makes me laugh, because that’s precisely what I’ve never been. Robin Hood: I’m no longer a child, but sometimes I feel just like the mythical prince of thieves. Because, although I am a fair man, there will always be someone who considers me an outlaw.”

“I didn’t ask for understanding. Only for respect.” Alec Casanova Ferrer, 37 Primary school teacher and Coordinator of the Transsexual section of FELGT (State Federation of Lesbians, Gays, Transexuals and Bisexuals) Interview by Mireia Llinares Photography by Laura Encursiva

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a d ata p t Tens of millions of people cross borders every year to settle in a foreign country. With them they bring traditions and views that are often strange to their new surroundings. Which customs do you shed? How do you retain the others? Six people tell us about the differences between their place of origin and their new home, and how they have adapted to them

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From St Petersburg to Granada Interview by Pablo Ibáñez Photo by Sandra González

Alim Akimov was born in Bryansk, nearly 400 kilometres southeast of Moscow, but he has spent most of his life in Saint Petersburg. He came to Granada a year and a half ago, his relatives fleeing the economic policies of Vladimir Putin. He left behind a family vodka distillery and his university studies. But ahead of him lay a city that was to fascinate him. Alim’s new home is the Albaicín, his favourite neighbourhood in Granada. He likes the independent spirit of the area and the village smell that he breathes on its streets. Moreover, history invades every corner, such as the old wall, alongside which he often takes a stroll. “I only miss Saint Petersburg during June nights,” Alim confesses, “because that’s the time of year when I used to wander about with my friends during the White Nights to watch the bridges over the River Neva.” But the nostalgia doesn’t last long, because Alim knows how to remember his country from Granada. In the grocery shop Maxim on Avda. Andaluces, 12, he buys his ‘pelmeni’ (Russian ravioli), ‘brinza’ (a grainy ewe’s milk cheese), Baltica (a brand of beer) and ‘borscht’ (a Slavic beet soup). And at night, he heads to the bar La Bodeguita on CalleLavedero de la Cruz, 18, where he meets up with plenty of his countrymen. But if his football team, Zenit, or the Russian national team are playing, he prefers the giant screens in the Irish pub Hannigans (Cetti Meriem, 1) to watch the game. Once the duel is over, and he’s back at home, he might use his mobile phone to call some of his friends in Russia. They’ll talk about music – his favourite bands are Splin, Kino and DDT – the latest YouTube video of his favourite martial arts fighter, Fedor Emelianenko, or the news from his country, which Alim checks out at www.newsru.com. His last telephone bill was €300.

From Naples to Amsterdam Interview and photo by Roos Smit

Diego Bucciero, 24, has been around. Born in Naples, he moved to Milan at the age of 18, only to relocate to Amsterdam in the winter of 2007. “In Naples I practically lived on the street; my friends and I were always outside playing football. Football is the conversation of choice in the streets of Naples. You either take part in it, or you are out. It’s as simple as that.” The thing he likes best of Naples is its liveliness, the people and the noise. “That’s something I missed when I moved to Milan,” he says. “In the North of Italy life is much colder. Moving to Amsterdam was like coming home again. The people here are very open.”

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Diego lived in Rotterdam before, and although he generally liked it, Amsterdam strikes him as much more cosmopolitan. “It offers a mix of cultures from all over the world, which has brought a high level of acceptance to the city. In Amsterdam, people regard me as an expat rather than a foreigner.” To live that cosmopolitan feeling, Diego regularly goes to the bar at the Kriterion cinema on Roetersstraat 170 to mingle with people from all over the world. A favourite meeting place among Italians in Amsterdam is the Nubb’s chocolate bar on Amstelstraat 18-20. The café serves everything chocolaty, from milkshakes to truffles, but Diego prefers their chocolate fondue: a plate of Grand Marnier-drenched fruit, ready for dipping in three kinds of molten chocolate. And his beloved football? Diego plays regularly in the Vondelpark with his international team, comprising Germans, Italians and Dutchmen. And when he doesn’t play, he buys La Gazzetta, his favourite Italian sports newspaper, at the Athenaeum bookshop at Spui 14-16, which stocks an extensive collection of international newspapers and magazines. Finally, once the tasks of the day are done, Diego usually settles down for some nice Moroccan produce at The Bronx, a coffee shop on Marnixstraat 92. After all, he is in Amsterdam.

From Tel Aviv to Rome Interview and photo by Solveig Steinhardt

Shay Zabari, 30, is an Israeli of Yemenite origin. Two-and-a-half years of travelling around the world have led him to Rome, where he studies architecture and, after working as a VJ for MTV, has also launched a career as a DJ. The idea to move to Italy came to him when he was taking a nostalgic look through his world-trip photos and realised that he had spent two-and-a-half years taking pictures of buildings. It took him no time to decide he wanted to study architecture, and Rome was the best place he could think of. “Another choice could have been Milan, but Rome is warmer in every sense,” he explains. “Better weather, warmer people, and it’s close to the sea, which, for someone from Tel Aviv, is very important!” The thing he likes best about Rome is the people. Shay lives in San Lorenzo, a small student neighbourhood, where it’s easy to make friends with everyone. “When I arrived, I didn’t speak much Italian, and it’s the people I met on the street who taught me the language,” he remembers. “Everyone here is always interested in foreigners; they like to hear my stories and I like to hear theirs, and we open each other’s eyes.” Despite the proximity of the sea, Shay finds living in Rome very different from his life in Israel. For a start, Israel is more international; there are many people from other countries, and nearly everybody has travelled widely. And then of course, there’s the food. “Italian food is simple, it’s good, but I miss the variety we have in Israel, where food is more international and restaurants are open until 2am. Here, if you’re hungry during the night, all you can do is look for the closest cornetto bar.” Not surprisingly, what Shay misses most is his mother’s food


change – “the best Yemenite food on the planet. And her schnitzels with chips. They are not Yemenite, but they are delicious.” Shay doesn’t think Rome offers good Israeli food. However, there’s a small shawarma and falafel bar in the Jewish ghetto, Chagat (Via Santa Maria del Pianto 66), where the hummus is really good, the meat is kosher, and snacks are Israeli. “Israeli restaurants always add this Italian touch I don’t like. Israelis cook at home a lot. On our Shabbat dinners each of us prepares our specialty. Yemenite food is very complicated, so I usually bring my Jerusalem-style spicy chicken breast.” A place Shay considers “as cool as Tel Aviv” is Bar à Book, a vintage-style bookshop that also serves food and drinks and offers live DJ sets, on Via dei Piceni 23. Sometimes he DJs there, and when he’s off duty, it’s where he hangs out with his Israeli and Italian friends. The place that reminds him the most of his home town is Necci on Via Fanfulla da Lodi 68, a historical bar that was recently renovated with retro items and design objects. Its garden and the relaxed atmosphere are particularly un-Italian, as is the fact that you can read your book for hours and nobody will kick you out – just like in Tel Aviv.

From Trondheim to Nice Interview and photo by Tristan Rutherford

Make-up artist Inga Govasli Nilsen isn’t the first person to leave Norway for Nice: among others, former Norwegian Prime Minister Gro Harlem Brundtland has also relocated to the Mediterranean coast. One of the first differences Inga noticed was people’s attitude to life. “People are less career- and status-oriented here,” she says. “They want to have as much fun as possible.” Norway, on the other hand, is more peaceful than Nice. “Where I live, by place Rossetti in the Old Town, it’s picturesque and full of cafés, but it’s so noisy!” To keep stocked up on Norwegian food, Inga goes to Fjord on rue François Guisol in the Port. They sell herrings, aquavit and Scandinavian caviar, next to “horrible Norwegian jumpers”, as Inga calls them. “Plus, it’s a very good lunchtime restaurant in its own right.” Inga does miss some foods, though, especially the bread. “I know we are in the land of baguettes, but Norwegian breads are varied and healthier.” Luckily, her mother visits her from time to time and brings goodies like smoked salmon from her neighbour’s farm. Her mother loves French food, and Inga usually takes her to Le Tire Bouchon on rue de la Préfecture for elegant eating, or Café de la Bourse on place St Francois for the €10 three-course lunchtime menu. Some things are easier to get hold of in Nice. “Vogue costs over €10 in Norway, but here it’s €2.99. As a make-up artist I only look at the pictures…but so do most people, I guess.” Inga buys her magazines from a kiosk in place du Palais, which stocks English, Spanish and Scandinavian press, and reads them in the Bar de la Dégustation on the same square. “Also, make up and makeup brushes are so much cheaper here. I get them at Mac on rue Massena and Sephora on avenue Jean Médécin.”

One thing you can’t get in Nice, however, is salt liquorice – a Norwegian specialty. “It’s Norway’s most popular candy, but any nonScandinavian would hate it!”

From Cali to Madrid Interview and photo by María Fernanda Ampuero

“It’s been the longest six months ever,” laughs Snedy Quiñones, office manager at Latino, a weekly paper for Latin American immigrants in Spain. She came to Madrid to complete a Master’s degree, which was supposed to last just a semester. She’s now been here eight years. “Changes after I emigrated? Wow, hundreds darling, hundreds,” she says, casting her eyes back. “In my case, everything changed, because I came from a family company with relaxed working hours and in Spain, as you know, you just have to work and work. It was difficult. The people here are colder, and they don’t all get together round each other’s houses like they do there. The worst thing is that I didn’t get to go to Colombia for seven years, so I didn’t see my people. Nieces and nephews were born while I was over here, making me feel like a dove with its wings clipped.” To relieve the sense of nostalgia for her beloved Cali, Snedy escapes to her favourite Colombian restaurant, El Miños (Santa María de la Cabeza, 116). “It’s small, basic and totally unpretentious but so, so good…” she says. “I always order steak or ‘sobrebarriga’ (flank steak). Two people can eat from one plate, and it’s to die for.” As any good Colombian would, she treats coffee like it’s a religion; she buys it – along with flour to make ‘arepas’, the traditional Colombian cake, and bananas for frying – at Nativo on General Ricardos, 136. Another big favourite of Snedy’s are designer jeans from Colombia: “I won’t wear a pair if they’re not Go-Go (www.gogojeans.es). We Latinos have different body shapes, and with other types I look flat. If you’ve got no arse, this brand will give you a great bum.” For the same reason, she won’t wear underwear or swimwear that’s not made in Colombia. She picks that up in Millenium on Plaza Felipe II: “it lasts a long time, is a lot sexier and arms your body perfectly.” Although she misses the warmth of Colombia and its people, Snedy is living through a happy time. “I’m in love, and right now I’m not thinking about returning… who knows, maybe I’ll stay for another six months.”

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La Lisboeta Un cuento de Eduardo Halfon Ilustraci贸n de Sherley Freudenreich

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CUENTO

No es difícil enamorarse en Lisboa. Aunque en realidad no es difícil enamorarse cuando uno sigue solo al cumplir los treinta años y decide, entonces, renunciar a su trabajo y gastarse sus pocos ahorros en un viaje –limítrofe de dos etapas–, un último viaje largo y en tren de Lisboa hacia el norte, y a través de toda la Península ibérica, y luego despacio y generoso por el resto del continente europeo. Pero yo, claro, nunca llegué más allá de Lisboa. Me alojé en un pequeño cuarto de la Pensão Duas Nações, en la entrada del barrio conocido como la Baixa, un barrio de calles perfectamente cuadriculadas construido o reconstruido en 1755, sobre los escombros que había dejado una serie de tres terremotos. Mi cuarto era más bien una buhardilla. Quedaba en el último piso. Tenía el techo angulado y una ventanita que daba hacia la Praça da Figueira, con una cortina de tafetán permanentemente clavada a la pared. En una esquina había un lavabo viejo y lleno de manchas color sepia y cuyo desagüe, por momentos, como si estuviese respirando, emitía un fuerte tufo a amoníaco. El baño comunal quedaba afuera, al final del pasillo, y para mi asombro se mantenía bastante limpio o al menos lo más limpio que puede mantenerse un baño comunal, gracias a los esfuerzos de la única empleada que llegué a conocer, una señora de pelo negro y piel color trigo, llamada Manuela. El dueño se llamaba Sandro y parecía estar siempre en la recepción. Era un viejo amable, excesivamente calmado, taciturno en todo momento –salvo en el ascensor–. Lo noté desde que subió a mostrarme el cuarto. Apenas habíamos entrado al ascensor cuando Sandro empezó a presionar el botón para que se cerraran las puertas, pero a presionarlo de una manera desesperada, obsesiva, casi paranoica. Las puertas por fin se cerraron y el ascensor se puso en marcha y, en el silencio obligatorio, Sandro de inmediato recuperó su calma mientras yo descubría, en el desgaste de ese único botón, todo el desasosiego de los portugueses. Pasé mis primeros dos días –los dos días antes de enamorarme– como un turista cualquiera, recorriendo los distintos barrios de la ciudad. El laberinto de callejones empinados (‘becos’, en portugués) y peldaños de tejas rojas de Alfama; los cafés y librerías del Chiado, famoso primero por su ambiente poético (simbolizado por el Fernando Pessoa en bronce sentado en la terraza del Café A Brasileira), y segundo por el incendio que casi lo destruye por completo en 1988; los jardines y palacios del hermoso Belém, para mí, sin embargo, eclipsados por el misterioso encanto de Pastéis de Belém, una pastelería inmensa, aunque no lo suficiente, célebre por unos exquisitos pasteles de nata, confeccionados desde 1837, dicen con orgullo, a partir de una fórmula aún secreta. Subí al barrio Alto en el imponente Elevador de Santa Justa, diseñado, obviamente, por un discípulo de Eiffel. Di vueltas hasta marearme en un anacrónico tranvía. Contemplé los cincuenta y dos metros de altura del Padrão dos Descubrimentos, monumental escultura a la orilla del Tajo. Me sacié de tantas iglesias. Conocí todos los parques y plazas y fui comprobando, a lo largo de mis caminatas, el infalible gusto lusitano por el café. Pero Lisboa entera se transformó al final de mi segundo día, al volver agotado y hambriento a la Pensão Duas Nações y preguntarle a Sandro dónde podía cenar buena comida local. Una pregunta inofensiva, casi circunstancial, pero que él, sin pensárselo, como si supiera que con eso cambiaría el rumbo de mi viaje y asimismo el rumbo entero de esta historia, respondió levantando el teléfono y haciéndome una reserva para las ocho y media, en la Casa do Alentejo. Lo primero que pensé al llegar fue que me había equivocado. Pero no que me había equivocado de restaurante –no había ni mesas ni sillas

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Lisboa entera se transformó al volver agotado a la Pensão Duas Nações y preguntarle al dueño dónde podía cenar comida local. Él, sin pensárselo, como si supiera que con eso cambiaría el rumbo de mi viaje, me respondió haciendo una llamada


ni seña alguna de un restaurante–, sino que me había equivocado de siglo. Me quedé contemplando aquel patio colosal, ostentoso, de doble altura, revestido de azulejos moriscos o neomoriscos, con palmeras tropicales por todas partes y pequeños balcones elegantemente tallados y una fuente redonda justo en el medio. No supe qué hacer hasta que descubrí, en la esquina más próxima, a un señor sentado detrás de una ventanilla como de compra de boletos o apuestas de caballos. Al acercarme noté que estaba muy concentrado leyendo el periódico. –Tengo reservada una mesa –le dije en español a través de un agujero en el vidrio, y sintiéndome absurdo. En silencio, mostrándome las gradas con su mirada, el señor sólo apuntó hacia arriba con el índice. El segundo piso era aún más extravagante que el primero. Permanecí en el enorme vestíbulo, admirando los azulejos que eran ahora escenas enteras, dibujadas siempre en esa tonalidad celeste tan portuguesa. Entré en la primera puerta abierta a mi derecha, que resultó ser el baño –por suerte– de caballeros. Todos los artefactos eran demasiado grandes y color crema podrida y parecían de los años treinta, como sacados de una película búlgara. Me lavé las manos rápidamente, por hacer algo, y volví a salir al vestíbulo. Entré luego a un salón pequeño, sus paredes revestidas de azulejos con las mismas escenas celestes, una barra larga en el fondo y todas las mesas llenas de comensales. Volví a salir. Caminé como flotando hacia la última puerta abierta. Era un salón imponente, rectangular, que me hizo pensar en los clásicos salones de baile de antaño. Una inmensa lámpara, tipo araña, colgaba del centro. Había tal vez treinta o cuarenta mesitas, todas vestidas de blanco, todas perfectamente enfiladas, casi todas vacías. De pronto se me acercó un camarero con camisa blanca y corbatín negro y, sonriendo ligeramente, me invitó a entrar. Le seguí mientras él atravesaba todo el salón y nuestros pasos crujían sobre la duela. Finalmente se detuvo ante una de las mesitas del fondo, me señaló con una mano la silla pegada a la pared, y me preguntó en portugués si esperaba a alguien más. –No, estoy solo –le contesté en español, sin querer pero seguramente sonando algo melancólico. Coloqué mi saco en el respaldo de la silla y me senté. –Muy bien, señor –dijo en español, levantando los demás servicios. La mesa quedó demasiado blanca y desnuda. –El menú. –Gracias –recibiéndole el pesado estuche de cuero color marrón. Se acercó un camarero más joven y quiso dejar sobre la mesa una canasta de pan, un platito con diferentes quesos y otro platito con aceitunas verdes. Pero le dije que no, gracias, que sólo una cerveza tipo bohemia, y ambos se marcharon con semblantes confundidos. En Lisboa se cobra todo aparte. Únicamente había tres mesas ocupadas: las tres iniciales de la primera fila, como si hubiesen decidido ir llenando así, ordenadamente, el magnánimo salón. En la primera mesa cenaban dos viejitos, que apenas se dirigían la palabra mientras sorbían despacio sus sopas; dos amigos o dos hermanos ya viudos, sospeché. En la segunda mesa, justo a mi derecha, una pareja de turistas, acaso norteamericanos, bebía una botella de vino tinto, aparentemente a la espera de sus platos principales. Permanecí un rato maravillado ante la extensión del espacio, ante el lujoso detalle de los azulejos y las lámparas y las extraordinarias ventanas y cornisas, ante tanta mesa vacía. Y me sentí imperceptible. Como estar nadando solito en el mar.

–¿Sabes qué has pedido? Ella, en un español impecable, me estaba hablando a mí. –Sí, quiero decir, no –le respondí. –Cerdo con almejas, muy típico de la región del Alentejo.

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CUENTO Abrí el menú y estaba ojeándolo distraídamente cuando escuché pasos de tacón sobre la duela. Levanté la mirada. El mismo camarero que me había guiado estaba de pie a mi izquierda, su mano extendida hacia la siguiente mesa disponible: la cuarta. Pero ignorándolo, una señora se había quedado plácidamente al lado de la mesa frente a la mía, es decir, en la tercera mesa de la segunda fila, interrumpiendo y trastornando así todo el sistema. El camarero corrió de vuelta para ayudarla con la silla que daba hacia el resto del salón, inútilmente. La señora ya se había sentado mirando hacia la pared, viendo hacia mí. Apenado, casi sumiso, el camarero quiso entregarle el menú, pero ella sólo le dijo algo en portugués que no alcancé a escuchar, y él se retiró. Luego llegó otro camarero y le dejó sobre la mesa el pan, los quesos y aceitunas, mientras ella buscaba algo en su bolsón. Aunque tenía el pelo muy negro y muy corto y la piel sana y pálida de una adolescente, me pareció un poco mayor que yo, quizás acercándose a los cuarenta. Sus ojos eran claros, sus labios finos, sus gestos y movimientos pausados. La observé sacar un paquete de cigarrillos de su bolsón y, acaso por estar observándola yo con tanta minucia, me castigó con una larga mirada glacial. Pero era mucho más incómodo no observarla. –¿Señor? –preguntó el camarero sirviendo ya mi cerveza en un vaso alto. Me puse a leer el menú, un poco nervioso. Ahora era ella quien me observaba y juzgaba. –Esto –logré musitar¬ señalando a saber qué. –Porco à alentejana –dijo, me quitó el menú y se marchó. Tomé un sorbo de cerveza mientras la señora encendía un cigarrillo y casi de inmediato llegaba uno de los camareros a decirle con firmeza que allí estaba prohibido fumar. –¿Sabes qué has pedido? Tardé algunos segundos, viendo la perplejidad del viejo e ignorado camarero, en entender que ella, en un español impecable, me estaba hablando. –Sí, quiero decir, no. –Senhora... –le reprochó el camarero, ahora menos firme. Ella sopló hacia mí una larga tira de humo azul. –Senhora... –Cerdo con almejas, muy típico de la región del Alentejo –dijo y echó las cenizas al piso de madera. –Suena bien –dije por decir algo. El camarero caminó hacia una repisa, refunfuñando, y volvió con un cenicero de cerámica. Muy interesados en el desenlace de la prohibición tabaquera, los dos viejitos de la primera mesa sacaron un par de largos habanos, mordieron las puntas, y los encendieron. La mujer norteamericana empezó a toser. Su marido se quejó en inglés a uno de los camareros, quien sólo alzó los hombros como si no comprendiera nada. –¿Tienes otro cigarrillo? –le pregunté a la señora. Ella sacó uno y me preguntó con la mirada si estaba listo para atraparlo. Le dije que sí con la cabeza y mis palmas abiertas. Pero el cigarrillo aterrizó espléndidamente sobre la mesa, cerca de un pequeño velador. –Gracias. –No hay de qué. –Oye, tu español es muy bueno –le dije tras encender el cigarrillo. –Mi marido era de Cádiz.

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–Oye, tu español es muy bueno –le dije. –Mi marido era de Cádiz. Lo dijo sin titubear, como si esas cinco palabras fuesen cinco ladrillos erguidos entre nosotros. ¿Y esa conjugación verbal? ¿Por qué su marido “era” de Cádiz?


Lo dijo sin titubear, como si esas cinco palabras fuesen cinco ladrillos erguidos verticalmente entre las dos mesas, entre nosotros. ¿Y esa conjugación verbal? ¿Por qué su marido “era” de Cádiz? ¿Por qué no “es” de Cádiz? Se me ocurrieron, así, apresuradamente, tres posibilidades. Uno: Que su marido, ya muerto, era de Cádiz, o sea, que había sido de Cádiz. Dos: Que su ex marido era de Cádiz, o sea, que seguía siendo de Cádiz pero ya no era su marido. Y tres: Que su marido era de Cádiz, o sea, antes de mudarse a Lisboa. No lo entendería hasta mucho después. –Ah –dije–, muy bonito Cádiz. En mi vida había estado en Cádiz. Es más, ni siquiera hubiese podido ubicarlo en un mapa. –¿Tú eres de Lisboa? –pregunté por cambiar de tema y territorio. –Sí, soy de Lisboa. Guardé silencio, esperando a que ella me preguntase lo mismo, pero el silencio se prolongó hasta que llegó un camarero con una copa de vino blanco para la señora. Ella la cogió y, justo antes de tomar un sorbo, me observó por encima del vidrio, brevemente, muy seria, y dijo: –Lisboeta. –¿Perdón? –Soy lisboeta. Tomé un trago de cerveza. –¿Y trabajas aquí en Lisboa? De súbito me arrepentí de haberle hecho una pregunta tan directa, y agradecí cuando vi asomarse a otro camarero con una enorme y llena bandeja, que acomodó sobre una de las mesas desocupadas. Primero les llevó a los norteamericanos dos sopas, que parecían caldos verdes, y un plato de sardinas asadas. Luego me colocó enfrente mi cerdo con almejas, decorado con finas rodajas de limón. Y finalmente, en un ovalado azafate metálico, le sirvió a la señora un pulpo entero, aunque no muy grande, y lo que adiviné eran patatas redondas en mantequilla. Machaqué mi cigarrillo en el suelo con algo de pena, y me puse a comer en silencio. Pero de vez en cuando levantaba la mirada hacia la señora, quien también comía en silencio, casi glotona, con mucha prisa o mucha hambre. No volvió a hablar hasta haberse terminado todo el pulpo y todas las patatas y haber encendido otro cigarrillo. –Soy profesora –dijo, y me costó un poco captar que estaba ella, hasta ahora, respondiendo mi pregunta. La mujer norteamericana de nuevo empezó a toser y a ventilar el aire con una mano. Su marido llamó a varios camareros, quejándose timorato y resoplando por la nariz. Ambos entonces se pusieron de pie y, vencidos, sin ni siquiera haberse terminado su comida, se marcharon. –Doy clases de dibujo. Y me lanzó ella otro cigarrillo que tuve que recoger del suelo. –¿A niños? –A quien quiera –dijo mirándome directamente, casi retándome. –Nunca he sabido dibujar. Subí la mirada hacia los azulejos celestes. –¿Te gusta esto? –me preguntó ella y, quizás notando la confusión en mi rostro, se puso a señalar hacia todas partes con su cigarrillo, y añadió–: Esto, esto. ¿Te gusta? –Sí, claro, es hermoso. –¿Hermoso? Lo dijo sonriendo, pero sonriendo irónica, sonriendo cruel. –Es también triste –dijo–. Es como estar cenando en un museo. O aún peor, es como estar cenando en un mausoleo, en una cripta que

alberga las últimas y empolvadas ruinas de lo que algún día fue un gran imperio. Me quedé callado, contemplando nuevamente la inmensidad del salón. –Así es Lisboa –dijo–. Hermosa y triste. Y aún mirándome, la señora llamó al camarero y le pidió un café. –¿Usted, señor? –me preguntó el camarero en español. –Sí, café, gracias –y por fin encendí el cigarrillo. Los dos viejos de la primera mesa seguían fumando sus habanos sin hablarse, vigilándonos y escuchándonos como si todo aquello fuese una escena de teatro. Volvió el camarero con dos expresos y la señora le dijo algo en portugués que no logré comprender hasta que él caminó hacia mí y colocó, a la par de mi taza de expreso, su talonario de hojas en blanco y una pluma roja. –Dibuja un hombre. No entendí si estaba bromeando o no. –Dibuja un hombre. –¿Un hombre? –Anda, como quieras. Prensé el cigarrillo entre mis labios y cogí la pluma roja con la mano derecha. Acerqué el talonario. En una hoja nueva, dibujé un pésimo círculo, después una línea vertical no muy recta hacia abajo, después una línea horizontal a forma de brazos y después, aún más abajo, dos líneas anguladas a forma de piernas. Observé a mi hombre de palitos con una mezcla de pavor y vergüenza. No sé por qué sólo le añadí un grueso bigote. Y subí la mirada. –Ahora dibuja a una mujer. Al lado del hombre, tracé un círculo más pequeño y menos redondo que el anterior, después otra línea nada recta hacia abajo, con su línea horizontal de brazos y sus dos líneas anguladas de piernas, y después, para feminizarla un poco, un terriblemente desbalanceado pelo largo. –Ahora muéstramela. Levanté el talonario hacia ella, fumando torpe con la izquierda y notando que, desde la primera mesa, los dos viejos nos contemplaban muy atentos. –¿Has terminado? –me preguntó ya de pie y poniéndose su abrigo. –Sí. –¿Seguro? –Sí, he terminado –le dije con una sonrisa patética, como para pedirle ayuda. Pero ella no dijo nada, no cambió de expresión. Volví la mirada hacia el papel. Y no sé por qué supe entonces, pero lo supe de una manera categórica, que al dibujo le hacían falta dos cosas. –Espera –dije. Tomé la pluma de nuevo y dibujé en silencio y seguí dibujando en silencio mientras escuchaba el lento crujir de sus tacones sobre la duela y luego, aún dibujando con el cigarrillo prensado entre mis labios, la sentía de pie justo a mi lado, muy cerca, mirando meticulosamente el dibujo. –Soy Filipa –susurró.

EDUARDO HALFON (Guatemala, 1971) ha publicado Esto no es una pipa, Saturno (Alfaguara, Punto de Lectura), De cabo roto (Littera Books) y El ángel literario (Anagrama; semifinalista del Premio Herralde de Novela 2003). Este otoño publicará El boxeador polaco (Pre-Textos). Sus obras se han traducido al serbio y al portugués. Actualmente vive en La Rioja, España.

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Eyewitness

9peOPLE spotted at the fountain in Place Massena, Nice, on a sunny afternoon in spring

Descriptions by Kathryn Tomasetti Illustrations by Bárbara Perdiguera

Eyes obscured by large sunglasses, a young woman keeps checking her watch, shifting her file of papers from one hand, to another. She sighs with exasperation when her friend turns up 20 minutes later,

Passersby begin to gather, drawn in by the pumping music and clapping hands. All attention is focused on the limber youth breakdancing in the centre. Finishing his routine, he relinquishes his spot self-consciously to the sound of applause.

Two young girls, sisters apparently, stand in front of the fountain, waiting expectantly. As the jets of water surge skywards, they raise their joined hands above their heads, screaming with delight.

This girl’s movements are stiff, yet she patiently practices again and again, gliding around the square on her shiny new rollerblades. After a couple of dangerous stumbles, she sits down, frustrated, and puts on her shoes.

Obsessed with the perfect angle, a man leans against a lamppost, waiting. He holds his video camera in his hand, but does not raise it to his eye. Wheninspiration strikes, he jumps on a nearby wall and begins to film.

A miniature Chihuahua rounds the corner, jumping and yapping and pulling its owner by the lead. She is unconcerned and walks slowly, too busy smoking and talking on her mobile phone to pay much attention to the pup’s antics.

Revelling in the sun’s warmth, a man sits at a café table, so still he could almost be asleep. His eyes are closed as he smiles, totally ignoring the chattering friend beside him.

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A banker stands outside of the nearby branch of Caisse d’Épargne. Waving his cigarette for emphasis, he speaks heatedly into the mobile phone he cradles to his ear. Work, it seems, can’t wait.


EXP ERIEN CIAS Vas por la calle y descubres un lugar fascinante. ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza? Compartir tu descubrimiento con la gente a la que quieres. Invitar a tu pareja. Llamar a tu mejor amigo para contárselo. Convencer a tus compañeros de trabajo de que dejen de hacer lo que estén haciendo y vayan a encontrarse contigo inmediatamente. Eso es compartir una experiencia inolvidable. Eso es Ling. You walk down the street and suddenly discover a fascinating place. What do you do? You share your discovery with the people you love. You invite your other half. You call your best friends to tell them about it. You convince your colleagues to stop whatever they are doing and come to meet you immediately. You share an unforgettable experience. This is what Ling is all about.

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EXPERIENCIAS

ÁMSTERDAM ¿UNA CENA ROMÁNTICA?

Si no te llega para alquilar una casa flotante y llenarla de velas, el lugar más romántico para una cena es la pequeña casita blanca construida en los años treinta que hay detrás de la Estación Central. Estamos hablando del restaurante Pier 10. El edificio solía ser la oficina de la naviera de West-Friesland, y su director se aseguró de tener una vista clarísima del río Ij construyendo un semicírculo de cristal en la parte trasera del espacio. Reserva mesa y lleva a tu cita a que disfrute de un buen filete de ternera o rape mientras observáis el sol ponerse tras los barcos. De Ruyterkade, Steiger 10 · Tel. +31 020 427 2310

ALICANTE

10.000 CANCIONES Y MÁS Las canciones de amor empalagosas, las lentejuelas y las camisas brillantes son elementos indispensables de cualquier karaoke. Por suerte, en el Karaoke Feeling’s, la cutrez intrínseca de este tipo de locales brilla por su ausencia. Aparte del espectáculo que ofrecen los que se amorran al micrófono con la esperanza de ser fichados por un cazatalentos, cada noche se ofrecen espectáculos de música en directo, monólogos, concursos y magia. Y a los que les gusta dar el cante disponen de una lista de canciones que no se acaban, con más de 10.000 temazos que van más allá de Bisbal y Rafael. ¿Quién dijo que el karaoke no podía evolucionar? Marina Deportiva, muelle 6, local 9 · Puerto de Alicante

ATENAS

TIEMPO DE PASCUA

DOBLE TERRAZA

Tienes que venir a Fragments Café. Está en una de las placitas más apacibles de la ciudad, donde todo parece haber sido puesto allí por un diseñador de exteriores: la floristería, la iglesia, el quiosco de periódicos y la preciosa fachada del Fragments. Pero lo mejor, sin duda, está dentro: comida sencilla preparada con un cariño, un gusto y un estilo que ya quisieras encontrar en los restaurantes llamados de autor. Desde las patatas bravas para el aperitivo hasta su revuelto de ceps con foie y aroma de trufa, pasando por platos de pasta como los girasoles de Parma y nueces con carbonara de ibérico y yema de huevo, o su selección de vinos, este lugar es el cielo con doble terraza, exterior e interior. Plaça de la Concordia, 12 · Metro Les Corts · Tel. +34 93 4199613 · Menú de mediodía: 12€ · Cierra los lunes y martes

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Fotografía de Lady Vervaine

Fotografía de Basheem

Fotografía de Óscar Aragón

Efervescente como la Nochevieja pero con un poso chispeante de fervor religioso –y tras el descanso después de un mes de ayuno– llega la Pascua griega ortodoxa. El viernes santo (25 de abril) únete a la procesión por los alrededores de la Catedral de Atenas. Después de la misa de medianoche del sábado santo espera a que aparezca el arzobispo en los portales de la iglesia cantando a la resurrección de Cristo. Luego sigue a la muchedumbre a la Plaka para probar la sopa de entrañas de cordero, aplastar en la frente de tu vecino huevos duros teñidos de rojo y beber un montón de vino.

BARCELONA

Fragments Café está en una de las placitas más apacibles de la ciudad, donde todo parece haber sido puesto allí por un diseñador de exteriores


EXPERIENCIAS

BRUSELAS

Los niños, al ver al pobre cetáceo encallado, gritaban: “¡Un chacalote! ¡Un chacalote!” Y Chacalote se llamó el restaurante

Para acceder a la Maison Toone hay que tomar un pequeño y estrecho pasaje desde la calle Marchéaux-Herbes. Y vale la pena hacerlo: parece una típica taberna belga, pero es además un teatro de marionetas con más de un siglo de historia. Todos los días a las 20.30h, y los sábados también a las 16h, puedes disfrutar de los grandes clásicos en forma de un entretenido espectáculo que se ha convertido en visita obligada de la ciudad. RImpasse Ste Pétronille, 66 rue du Marché-aux-Herbes · 10€

BILBAO

ROCK AND ROLL EN ESTADO PURO Que el Izangoan es uno de los mejores bares rockeros de Bilbao está muy claro para sus asiduos, pese a que conserva aún su anonimato relativo. Su puerta metálica y el graffiti en la pared de entrada hacen que pase inadvertido, aunque basta con acercarte para oír cosas como el clásico “Hey ho, let’s go!” de los Ramones. Y no es extraño, porque en la discografía de Txarly, el dueño del local, se encuentran los mejores grupos de rock and roll. Sus mesas son curiosas bobinas de madera, sus paredes están adornadas con cómics, y posters de grupos fetiche se colocan tras la barra. El jueves es el Día de la Eurocaña (la cerveza más fresca por sólo 1€) y no es extraño encontrarte de improviso con alguna actuación humorística, concierto gratuito o fiesta temática. Lehendakari Aguirre, 6

GRANADA

LA PAZ ESTÁ AQUÍ Uno de los lugares más bulliciosos de Granada es la cuesta de San Gregorio, la calle que sube al Albaicín escoltada por teterías y tiendas de souvenirs. La tranquilidad se encuentra en la terraza de la Taberna 22, un local mítico por su ubicación y las buenas vibraciones que transmite. Para captarlas sólo hace falta sentarse al sol, beber una cerveza, acercarse serenamente a la gastronomía granadina y observar cómo el tumulto pasa sin rozarnos. Si hace frío, basta con refugiarse en el interior del local y disfrutar de la música. Cuesta San Gregorio, 5 · De 13 a 0.30h; los fines de semana, hasta la 1.30h

GRAN CANARIA

Fotografía de Elena García

CETÁCEO DE LEYENDA Hace 56 años, un cachalote encalló en las rocas del barrio de San Cristóbal. Los niños, al verlo, gritaban: “¡Un chacalote! ¡Un chacalote!” Y Chacalote se llamó el restaurante que hace 30 años abrió Guillermo Santana. Los marineros lo frecuentan y la decoración del local, inspirada en el universo marino, les hace sentir como en casa. Y también la comida, porque aquí cualquier deseo en forma de pescado se hace realidad: merluza, cherne, besugo, rascacio, salmonetes (según la época del año). Ah, y muchos de los platos tienen su versión ‘al estilo Chacalote’. Seguro que el espíritu del cetáceo vela por sus derechos de autor en este lugar impostergable. Proa, 3 · Barrio de San Cristóbal · Tel. +34 92 831 2140

Fotografía de Laura Tur

MARIONETAS Y CERVEZA

IBIZA

SABORES DE TODA LA VIDA Es habitual encontrar una pequeña cola de gente esperando que las puertas del BonProfit se abran. Este restaurante pasa de ser familiar y tumultuoso a mediodía, a un ambiente mucho más relajado por la noche. En sus paredes de piedra vista cuelgan fotografías realizadas por Ramón, el dueño, quien junto a su madre, Maruja, cuida personalmente de todos los detalles. No se marchen sin probar la paletilla de cordero o la dorada. Y si pasan por allí en sábado, apresúrense a pedir canelones; son exquisitos y suelen terminarse antes de la hora de cierre. Plaza del Parque, 5 · Cerrado domingos y festivos

JEREZ

LA PLAZA MÁS PARISINA DE JEREZ Camina por la calle Larga. Cuando llegues a la plaza del Arenal, gira a la derecha, por Consistorio. Una vez que pases el Ayuntamiento, la descubrirás. Es la plaza de la Yerba, una de las más hermosas y tranquilas de Jerez. Por su arquitectura y su aire romántico creerás que estás en París. Te enamorarán sus colores y el escaparate de una antigua librería-papelería. Siéntate en el bar La Cruz Blanca, pide algo de beber y disfruta. En primavera, todo el suelo de esta placita se cubre de un manto morado. Son las flores de su jacaranda. Mágico. Al final de la calle Larga LING 79


EXPERIENCIAS

LISBOA

MILÁN

Piensa en un lugar creado para saborear, cada día, una disciplina artística diferente. Martes, cine y cena vegetariana. Miércoles, las más sabrosas danzas. Jueves, instalaciones y performances. Viernes, música enlatada a veces con condimento instrumental. Sábados, conciertos. Domingos, acústicos. Lunes, descanso. Ese lugar se llama Bacalhoeiro. La creatividad cubre cada rincón de este centro de expresión artística, y en el aire hay siempre buena música para respirar. Rua dos Bacalhoeiros, 125

La Usa Shop (o sea, donde puedes encontrar ropa ‘usata’, de segunda mano en italiano) abrió hace treinta años, pero se ha convertido en el último grito de la moda desde que algunos artistas jóvenes milaneses se han puesto a diseñar camisetas para ellos. Entre las marcas más populares está la de Straightjacket, con camisetas diseñadas con los nombres de diversos barrios de Milán; Slangypeople, con reproducciones de divertidos personajes, e Il Deboscio, que hasta han presentado su primera colección en la última edición de la Semana de la Moda de Milán. Si quieres renovar el contenido de tu armario esta primavera, éste es el lugar. Via Torino, 73

LAS ARTES AL MENÚ

MADRID

UN CAPRICHO DE PARQUE Vamos, un poco de fantasía: imagina que de pronto te has convertido en un duque o una duquesa del siglo XIX y necesitas descansar de tus compromisos sociales en un sitio tranquilo y un poco apartado. ¿Lo tienes? Bien, pues ahora coge el metro (tranquilo, tu ropa imaginaria no es incompatible con esta aventura) y baja en la estación del Capricho. ¿Ves unos árboles altos tras una pequeña urbanización a tu derecha? Síguelos. Si te pierdes, sólo tienes que preguntar por el Parque del Capricho. Seguro que alguno de los paseantes hasta te acompaña encantado y te explica que no te puedes perder su pequeño estanque, el embarcadero, su “casa de la vieja” y su palacete. Pero no te quedes sólo con eso, que hay muchos más secretos por descubrir. De abril a septiembre abre de 9 a 21h

CAMISETA-MANÍA

MÁLAGA

PAZ ENTRE HADAS Lo mejor de un paseo por la tarde es la parada para descansar. Si el ruido de los coches enturbia este descanso, te proponemos un aromático té marroquí con una crepê de masa artesana en un lugar apartado, lejos del bullicio. El bosque de las hadas es una tranquila tetería llena de libros y juegos de mesa, música oriental, decorada con docenas de hadas traídas de Grecia, y sillas y mesas de nogal. La carta es kilométrica: más de cien variedades de ensaladas, gofres, batidos, crepês, tés calientes y fríos, sorbetes y lassi, esa bebida de la India preparada con yogur y frutas. Como dice Felipe, “aquí se hace todo con mucho cariño, y especialmente con tranquilidad”. Brahms, 4, Barriada de la Paz · Tel. +34 610 235 705

MALLORCA

Fotografía de J. Miguel Rodríguez

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Si has venido a Palma por primera vez, puedes pensar que en la capital mallorquina no se come otra cosa que paella, pa amb oli (pan con aceite de oliva) y sangría. Para corregir esta primera impresión existe la Bodega La Rambla, un lugar céntrico y acogedoramente rústico donde puedes comer de las mejores tapas que se sirven en la isla. Destacan sobre todo sus albóndigas, la tortilla de patatas y el clásico frit (frito) mallorquín. Lo mejor de todo es que sus precios están pensados para los vecinos del barrio de toda la vida. Rambla dels Ducs de Palma · Tel. +34 97 172 1190 · Cierra los miércoles

Fotografía de Tooru Shimada

¿AMANTE DE LAS TAPAS?

El Bacalhoeiro es un lugar para saborear, cada día, un arte diferente. Martes, cine. Jueves, instalaciones. Sábados, conciertos


EXPERIENCIAS Esta tienda de ropa de segunda mano se ha convertido en el último grito desde que unos artistas diseñan camisetas para ellos

NÁPOLES

Escondida en el Quartieri Spagnoli de Nápoles se encuentra la trattoria da Nennella, uno de los mejores lugares napolitanos tradicionales para comer. Aun así, cuidado: comer en da Nennella implica ser molestado constantemente por sus pendencieros camareros, pero es parte del trato: tú soportas sus pequeñas bromas, y a cambio ellos te sirven su deliciosa “pasta e patate”, la mejor y segurmente la más barata de toda la ciudad. En ningún otro lugar comer te pone tan de buen humor. Vicolo Lungo Teatro Nuovo, 103 · Tel. +39 081 414 338 · Cierra los domingos

MENORCA

HACE 4.000 AÑOS Al recorrer Menorca por carretera llaman la atención unas pirámides de piedra que se ven hacia el horizonte. Son los talayots, construidos hace aproximadamente 4.000 años con fines defensivos. Salpicados desde la costa hasta el interior, desde cada talayot se ven al menos otros dos. Así, al avistar peligro, se encendían hogueras en la cima de cada pirámide, generando una cadena que lograba alertar a cada poblado cercano de las posibles amenazas. Otras construcciones que llaman la atención –por su forma de pequeñas casitas– son las navetas, los sepulcros de los antiguos habitantes de la zona. En invierno, los restos de los poblados de Trepucó, cerca de Mahón, Son Catlar en Ciutadella y Torre d’en Galmés, cerca de Alaior, están abiertos al público, y uno puede pasearse tranquilamente en solitario y trasladarse muchos, muchos años atrás.

NIZA

UN PASEO SUBLIME Una vez pasada La Reserve –un impresionante punto de referencia artdéco del lado este del puerto de Niza– encontrarás un sereno camino costero que desemboca en unas calas de agua azul cristalino. Algunas calas tienen plataformas habilitadas para sentarse, las cuales hacen del lugar un espacio magnífico para ir de picnic. Encontrarás piscinas naturales, algas verdosas y peces forrajeros protegidos, hasta que todo se convierte en piedras en un espigón que se adentra en el mar.

PARÍS

Fotografía de Elena Parreño

Fotografía de Cristina Costa Saura

OLVÍDATE DE LA PLAYA Cuando Jacques Chirac era alcalde de París hizo una promesa memorable: que limpiaría el Sena de polución, y que una vez lo hiciera, se podría nadar en el río. Jamás la cumplió. Pero si sueñas con nadar en las aguas más románticas del mundo sin contraer una grave enfermedad en la piel, visita la Piscina Joséphine-Baker en las aguas del lado izquierdo del río, justo a la salida de Quai de la Gare. La piscina municipal más nueva de París es una estructura elegante con techo de cristal que se abre al cielo abierto en los meses de verano. Su agua se extrae directamente del río y se purifica y clora allí mismo. En nuestro manual, ¡adiós a los microbios de la disentería! Quai François Mauriac · Desde las 7 hasta las 21h · 2,60€

Fotografía de Tristan Rutherford

COMIDA Y HUMOR A LA CARTA

ROMA

POESÍA IMPROVISADA Cada lunes a las diez de la noche, poetas épicos, tristes, líricos, y artistas de la palabra en general se dejan ver en el lugar de moda para la literatura en Roma, el Lettere Caffé, para recitar sin miedo sus creaciones verbales ante una audiencia sin compasión alguna que no da signo alguno de vergüenza a la hora de expresar a voz en cuello sus opiniones y preferencias. El show está moderado por una musa sexy y caprichosa de nombre Caliope armada con bastón, y aunque la mayor parte de la poesía es en italiano, la diversión, el asombro y las copas están garantizadas para todos. Via S. Francesco a Ripa 100/101 · +39 0664561916

SEVILLA

LA MÁS PEQUEÑA Descúbrela. Es una de las plazas más pequeñas y desconocidas de Sevilla. Para encontrarla, sitúate en el centro de la plaza Virgen de los Reyes. Camina hacia la calle Mateos Gago y, justo a la entrada, encontrarás el callejón a la derecha. Es estrecho, retorcido y romántico. La placita Santa Marta no tiene salida. Cuando llegues, siéntate en uno de sus bancos. Sólo hay una cruz de piedra blanca en el centro, buganvillas, jazmín, tres casas y seis naranjos que siempre dan sombra. Es un lugar encantador, el más tranquilo de la ciudad, un escondite inolvidable. Dicen que aquí Don Juan Tenorio secuestró a su amada Doña Inés. ¡Qué buen gusto! LING 81


EXPERIENCIAS

SANTIAGO

TENERIFE

“Si no estoy en casa, búscame en El Matadero”. Una generación de santiagueses ya ha visto transcurrir su vida entre estas locas paredes donde nada es demasiado raro para estar expuesto. Uno de sus atractivos es justamente su ecléctica decoración, que se puede definir como “lo que pondría Tim Burton dentro de una piñata mexicana”. Otra cosa que vuelve irremplazable a El Matadero es que la música, en vivo o de dj, nunca decepciona. Y también que los muebles son más cómodos que los de tu casa. ¿Será por eso que nadie se va? Plaza del Matadero, 3, bajo

Mar Azul en Polinesio, el Vai Moana es una mezcla de estilos étnico y hippie en las faldas de un volcán. Una barca en la terraza a modo de asientos y camas en el interior para darle un toque más romántico. La música en directo y las varias salas decoradas con motivos distintos hacen de este rincón canario un lugar inigualable sobre el Atlántico. Mezcla de espacio chill out y ambiente trendy, el Vai Moana es un café-pub-restaurante donde puedes pasar un buen rato a casi cualquier hora del día. Para tomar un café, una copa, escuchar música, comer o cenar. También organizan sonadas fiestas –como la de la Luna Llena– a las que acuden muchas caras guapas. Un lugar que nadie en la isla se debería perder. Cruz Roja, Las Galletas, Arona

COMO EN CASA

Déjate seducir por Nadima y su danza del vientre. Y más vale que dejes la vergüenza en casa, porque admite voluntarios

VENECIA

Fotografía de Daniella Schoch

VERDURA BAJO EL PUENTE Fulvio Tiozzo recuerda que cuando era pequeño ya recorría los canales vendiendo sandías con su padre. Y aunque hace más de 50 años que su barca está amarrada bajo el mismo Ponte dei Pugni, Fulvio sigue vendiendo fruta y verdura, como si no quisiera abandonar el canal. Cuando tiene pocos clientes, es fácil charlar con él mientras corta fondos de alcachofa. Después, se puede ir a tomar un spriz al Campo Santa Margherita. Ponte dei Pugni, entre Campo San Barnaba y Campo Santa Margherita · Sestiere di Dorsoduro 2839

VALENCIA

FUERA DE LA MODA

Fotografía de Renata Gómez

Fotografía de Guadalupe de la Vallina

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La ecléctica decoración de El Matadero se puede definir como “lo que pondría Tim Burton dentro de una piñata mexicana”

SI HAY LUNA LLENA...

A unos metros de la concurrida plaza del Cedro se abre una puerta al Lejano Oriente, el restaurante-tetería La Kasbah. Nada hace sospechar desde la calle que el interior está inspirado en la decoración de La Alhambra. Excelente cuscús y comida marroquí, dulces árabes típicos, amplia carta de tés fríos y calientes. Es el único en la ciudad con una cuidada selección de tabaco para fumar en arguila (pipa de agua). Ideal para desconectar. Además, déjate seducir jueves, viernes y sábados por Nadima y su danza del vientre. Y más vale que dejes la vergüenza en casa, porque admite voluntarios; al fin y al cabo, si después de la experiencia crees que te falta gracia, puedes asistir a sus clases. ¿Te atreves a probar? Poeta Más i Ros, 36 · Tel. +34 96 320 9367 · Cierra los lunes · Precio medio: 25€ · Hay menú degustación para grupos


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EXPERIENCES

AMSTERDAM

ALICANTE SING STAR

Sickly sweet love songs, sequins and sequins on garish shirts are indispensable elements of any karaoke bar. Except for at Karaoke Feeling’s, where such intrinsic cheesiness is notable by its absence. Apart from the spectacle offered up by those who hog the microphone in the hope of being signed up by a talent-spotter, there are live music shows, standup, competitions and magic. And for those who like to sing, there is an endless list of songs, with more than 10,000 hits that go beyond Spanish crooners such as Bisbal and Rafael. Who ever doubted that karaoke would one day become a respectable form of entertainment? Marina Deportiva · dock 6, local 9 · Puerto de Alicante

LOVE IS IN THE AIR

Short of renting a houseboat and covering it in candles, the most romantic place for dinner in Amsterdam is a small white 1930s house behind Central Station – restaurant Pier 10. The building used to be the office of the West-Friesland shipping line, and its director made sure he had an untarnished view over the river IJ: a semi-circle in the back of the place made entirely of glass. Book a table there and take your date to enjoy a veal filet or monkfish while watching the sun go down behind the boats. De Ruyterkade, Steiger 10 • Tel. +31 0204272310 • www.pier10.nl

Photo by Óscar Aragón

At Karaoke Feeling’s, intrinsic cheesiness is notable only by its absence

BARCELONA LOVE, STYLE, FOOD

The Fragments Café lies in one of the city’s most tranquil squares, which seems to have been laid out by a designer: the flower shop, the church, the bakery, the newsstand and the beautiful façades. But the best part is inside: simple dishes prepared with so much love, taste and style, you can only dream of finding them in the highest-starred restaurants. The ‘patatas bravas’, the pasta dishes, the excellent wine list… It is like heaven with two terraces – one on the square, the other in the back. Plaça de la Concordia, 12 • Tel. +34 93 4199613 • Set lunch menú: €12 • Closed Mon and Tues

ATHENS

EASTER WITH PASSION Ebullient as New Year’s Eve but with a heady dash of religious fervour and the release after a month of fasting: that’s Greek Orthodox Easter. On Good Friday, 25th April, join the congregation in a procession around Athens Cathedral, while after midnight mass on Holy Saturday, wait for the archbishop to appear in the portals of the church singing “Christ is risen”. Then follow the crowds into Plaka to tuck into lamb tripe soup, red-dyed hardboiled eggs that you can crack competitively against your neighbour’s, and plenty of wine.

BILBAO

HEY, HO, LET’S GO!

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Photo by Lady Vervaine

Photo by Basheem

The fact that Izangoan is one of the finest rock bars in Bilbao is indisputable, even though it maintains an air of anonymity. But all you need to do is get near the place to hear some Ramones classic thumping out through the door. And the record company belonging to the owner of the bar has a few decent bands on its roster. Thursday is the Day of the Eurocaña (beers for just €1) and it’s not unusual to find yourself watching a free concert. Lehendakari Aguirre, 6

The Izangoan has an air of anonymity, but walk by the door to hear the Ramones thumping out


EXPERIENCES

GRANADA

JEREZ

One of the most bustling places in Granada is the San Gregorio, the street that climbs up to the Albaicín, flanked by tea houses and souvenir shops. Tranquillity is to be found on the terrace at Taberna 22, a legendary place thanks to its location and the good vibes it gives off. To tune into them, all you need do is sit in the sun, drink a beer, enjoy the Granada-style gastronomy (‘salmorejo’ soup and tripe) and watch the world go by. Cuesta San Gregorio, 5 · 1pm12.30am; weekends, until 1.30am

Walk up the Calle Larga, and when you get to the Plaza del Arenal, turn right onto Consistorio. Once you’ve passed the Town Hall, you’ll find it: the Plaza de la Yerba, one of the most beautiful and peaceful squares in Jerez. Thanks to its architecture and romantic atmosphere, you’d be forgiven for thinking you were in Paris. You’ll quickly fall in love with the colours and the window display of the old bookshop-cum-newsagents located there. Sit at the bar in La Cruz Blanca, order a drink and enjoy. In spring, the whole square is covered with a purple blanket; they are the flowers of the Jacaranda.

WATCHING THE WORLD GO BY

BRUSSELS PUPPET PUB

Photo by Laura Tur

Photo by Elena García

To get to Maison Toone, you have to take a small and narrow alleyway from the Rue Marché-aux-Herbes. It’s worth the trip. Although it may look like a typical Belgian tavern, it’s also a puppet theatre with more than a century of history behind it. Every day at 8.30pm, and on Saturdays at 4pm too, you can enjoy the classics in the shape of an entertaining show that has become a must-see for everyone in the city. Rimpasse Ste Pétronille · 66 rue du Marché-aux-Herbes · €10

GRAN CANARIA

A LEGENDARY WHALE

THE CITY’S MOST PARISIEN SQUARE

56 years ago, a young sperm whale ran aground on the rocks of the waterfront area of San Cristóbal in Las Palmas. The children who found it ran through the neighbourhood, shouting: “Un chacalote! Un chacalote!” (A sperm whale!) And Chacalote is the name of the restaurant Guillermo Santana opened in the area 30 years ago – one of the oldest in Gran Canaria. It’s a popular fishermen’s haunt, thanks to its marine decoration and the food: at Chacalote, any dream in the form of fish or seafood comes true. The menu varies from season to season, but the fish is always fresh. Placeta de Fátima, 4· 12-5pm and 8pm-midnight · Closed Tue

IBIZA

FAMILIAR LUNCH It’s not unusual to see a small queue of people at the doors of Bon Profit, waiting for the restaurant to open. But the place switches from a familiar and chaotic atmosphere at lunchtime to a much more chilled vibe at night. Adorning the stone walls are photos taken by Ramón, the owner, who, along with his mother, Maruja, takes care of all the little details. Don’t even think about leaving without trying the shoulder of lamb or the bream. And if you happen to be there on a Saturday, be sure to order the cannelloni – they’re divine, and usually run out before closing time. Plaza del Parque, 5

Photo by Pablo Ibáñez

It may look like a typical Belgian tavern, but it’s also a puppet theatre that’s over a hundred years old

If you happen to be there on a Saturday, be sure to order the cannelloni – they’re divine

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One of the park’s fans will no doubt escort you there, delighted to explain to you that you can’t miss the small lake

MADRID

WHIMSY IN THE PARK Let’s go on a flight of fancy. Imagine that you’ve become a duke or a duchess from the 19th century and you need a break from your social commitments in a peaceful, isolated place. Are you with me? Good. So, take the metro (don’t worry, your imaginary clothing is not incompatible with this adventure) and get off at the Capricho station. Can you see some tall trees behind a small development to your left? Follow them. If you get lost, all you have to do is ask for the Parque del Capricho. One of its fans will no doubt even escort you there, delighted to explain to you that you can’t miss the small lake, the pier, its “old woman’s house” or little palace. But don’t settle just for that – there are plenty more secrets to discover. Open from April to September, 9am-9pm 86 LING

LISBON

ART ON THE ROTA Think of a place that was created simply for you to try a different artistic discipline every day. Tuesdays, cinema and vegetarian dinner. Wednesdays, exotic dances. Thursdays, installations and performances. Fridays, music with an instrumental flavour. Saturdays, concerts. Sundays, acoustic sets. Mondays, rest time. The place is called Bacalhoeiro. Creativity simply swamps every nook and cranny of this centre for artistic expression. Rua dos Bacalhoeiros, 125

MALAGA

Photo by Tooru Shimada

Photo by J. Miguel Rodríguez

EXPERIENCES

MALLORCA TASTY MELODIES

If you’re visiting Palma for the first time, you might well think that they don’t eat or drink anything in the city other than paella, pa amb oli (bread with olive oil) or sangria in the Majorcan capital. To snap you out of this misconception, visit Bodega La Rambla, a central and charmingly rustic bar where you can enjoy the best tapas on the whole island. Of particular note are the meatballs, the potato omelette and the classic Majorcan frit (fry up). The best thing here though is the price, which is set with the locals from the neighbourhood in mind. Bellver, 7 · Tel. +34 97 173 0739

MENORCA

AMONG FAIRIES

REMNANTS FROM A DIFFERENT ERA

The best thing about a walk in the afternoon is stopping for a rest along the way. We suggest an aromatic Moroccan tea with a homemade crepe in a place off the beaten track, away from all the hubbub. El bosque de las hadas is a peaceful teahouse full of books and board games, decorated with dozens of fairies brought from Greece, and tables and chairs made of walnut. The menu stretches for miles: over a hundred types of salads, waffles, milkshakes, crepes, teas, sorbets and lassi, that Indian drink made with yoghurt and fruit. As the owner puts it, “everything here is done with a lot of love, but more than anything, with calm.” Brahms, 4

When you drive around Menorca on the motorways, you can see several stone pyramids on the horizon. They are the talayots, built some 4,000 years ago with defence in mind. The idea was that if danger was spotted, bonfires would be lit atop each pyramid, creating a chain effect that would raise the alert with each nearby village. Other constructions are worthy of attention too, such as the small houses that belonged to the former inhabitants of the area. Walk through the remains of the villages of Trepucó, near Mahón, Son Catlar in Ciutadella and Torre d’enGalmés, near Alaior, and teleport yourself to an era many thousand years ago.


EXPERIENCES

NAPLES

ROWDY LUNCH Hidden deep in Naples’ Quartieri Spagnoli lies the trattoria da Nennella, one of the best traditional Neapolitan eateries there is. Eating at da Nennella means being constantly teased by the rowdy waiters, but that’s part of the deal: you bear their little jokes, and in turn you get to taste their delicious ‘pasta e patate’ – the best (and probably cheapest) in town. Vicolo Lungo Teatro Nuovo, 103 • Tel. +39 081414338 • Closed Sundays

MILAN TEE-MANIA

A historic vintage store in one of Milan’s central arteries, only minutes away from the Duomo, has become all the rage since it started selling t-shirts by young local designers. The USA Shop (short for “usato”, second-hand in Italian) opened 30 years ago and has always provided the city with very unique clothing items. Now they have started collaborating with artists who design tees that speak the language of Milan’s youth. Among the most popular labels are Straightjacket, with t-shirts playing on the name of various Milan neighbourhoods, Slangypeople with their funny characters, and Il Deboscio, who even presented their first collection at the last edition of Milan Fashion Week. Via Torino, 73

NICE

Past La Reserve, a towering art deco landmark on the east side of Nice’s port, you will find a serene seaside path leading to creeks of cool blue water, some with flat seating platforms hidden from the path that form magnificent picnic spots…past rock pools, kaleidoscopes of purple fans, green seaweed and minnows protected from harm…until it becomes just rocks, stepping stones by the sea, and then peters out into wavelapped pebbles in the ocean beyond. 14 Place Garibaldi · Open daily 8am-7.30pm

PARIS

Photo by Amanda

FORGET THE BEACH When Jacques Chirac was mayor of Paris he made one memorable promise to his electorate: that he would rid the Seine of pollution, and having done so, would swim in it. That didn’t happen and the river is as dangerous for bathers today as ever. However, for those who have dreamt of swimming in arguably the world’s most romantic waters without contracting a serious skin complaint, the answer has arrived. Bobbing on the waters of the left bank, just outside the station Quai de la Gare is the Piscine Joséphine-Baker. Paris’ newest municipal swimming pool, named in honour of the American entertainer and civil rights campaigner who made France her home, it’s an elegant structure whose glass roof retracts in the summer months for open air swimming. Its water is taken directly from the river and purified and chlorinated on site. In our book, it beats amoebic dysentery any day! Quai François Mauriac • 7am-9pm • €2.60

Photo by Tristan Rutherford

SUBLIME SAUNTERING

ROME

JAMMIN’ POETRY Every Monday at 10pm, epic poets, fridge poets, lyricists, and word artists in general show up at Rome’s literary hangout, Lettere Caffè, to fearlessly recite their verbal creations before a merciless audience, not ashamed to loudly express their opinions and preferences. The show is conducted by a mean and sexy poetry muse with a stick, going by the name of Calliope, and though most poetry is in Italian, amusement, amazement and drinks are guaranteed for everyone. Via S. Francesco a Ripa 100/101 • Tel. +39 0664561916

The show is conducted by a mean and sexy poetry muse with a stick, going by the name of Calliope

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EXPERIENCES

SEVILLE

SEEK AND HIDE

BETTER THAN HOME “If I’m not at home, look for me in El Matadero.” A whole generation of people from Santiago have seen their life go by between these four walls, where nothing is too strange to be put on display: the eclectic decoration is best described as “what Tim Burton would stick in a Mexican piñata.” Another irreplaceable element of El Matadero is the music — whether played live or from a DJ, it never disappoints. And the furniture is probably more comfortable than what you’ve got at home. Perhaps that’s why no one ever leaves… Plaza del Matadero, 3, bajo

TENERIFE

CANARIAN CHILL-OUT The VaiMoana café and restaurant is a mixture of ethnic and hippy styles in the foothills of a volcano. A boat on the terrace provides a place to sit, and beds inside give it a romantic touch. You can while away the hours at practically any time of the day, whether it’s for a coffee, a tall drink, lunch, or dinner, or if you just want to listen to music. They also organise very popular events such as their full moon party, which attracts plenty of pretty people. Cruz Roja · Las Galletas, Arona

VALENCIA

EXOTIC TERRAINS Only a few metres from busy Cedro square, a door leads to exotic terrains: the restaurant and tea shop La Kasbah. The decoration was inspired by the Alhambra, the couscous and Moroccan food are excellent, and they serve typical Arabic sweets and both cold and hot teas. Moreover, it’s the only place in the city with a decent selection of tobaccos for the water pipes you can smoke while watching Nadima, the belly dancer, on Thursdays, Fridays and Saturdays. Better leave your shyness at home though, because she’s always looking for volunteers. Cordellats, 6 · Tel. +34 96 391 3908

Photo by José Mazcona

Discover it. It’s one of the smallest and least-known squares in Seville. To find it, go to the centre of the Virgen de los Reyes square. Walk towards the Mateos Gago street, and, just before you enter, you’ll see a little alleyway to your right. It’s narrow, windy and romantic. The Santa Marta square has no exit. When you get there, sit down on one of its benches. All there is in the centre is a white stone, bougainvillea, jasmine, three houses and six orange trees that always provide a bit of shade. It’s a charming place, the most peaceful in the whole city, and an unforgettable hiding place. They say that it was here that Don Juan Tenorio kidnapped his beloved DoñaInés. What great taste! Virgen de las Huertas, 1 · Tel. +34 95 427 8042

SANTIAGO

Photo by Guadalupe de la Vallina

The eclectic decoration is best described as “what Tim Burton would stick in a Mexican piñata”

VENICE

Photo by Pablo Ibáñez

FRUIT UNDER THE BRIDGE

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Already as a kid Fulvio Tiozzo used to sell watermelons on the canals with his father. Today, his boat has been moored below the Ponte dei Pugni for over 50 years now, but Fulvio still sells fruit and vegetables. When there are few customers, it’s easy to have a chat with him while he cuts the ends off artichokes. And if he’s busy, go and enjoy a ‘spriz’ at the Campo Santa Margherita. Sestiere di Dorsoduro 2839 · between Campo San Barnaba and Campo Santa Margherita


HOW TO

CÓMO cambiar de humor usando un color

Cada color es una porción del campo electromagnético del espectro solar. Como radiación, cada color afecta a nuestra salud psicobiológica de forma sutil pero contundente

Texto de Marta Povo, terapeuta psicoenérgetica y directora del Instituto Geocrom en Barcelona www.geocromoterapia.com

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concreción. Es el más revitalizador e inhibe la actitud apática y paralizante. Activa la capacidad de acción, el coraje, el humor, el realismo y la capacidad de reconstruir. Puede sobreexcitar y hay que usarlo con prudencia.

de la mente que despierta el intelecto, la memoria, la concentración y la sabiduría interior. Libera de los apegos y las dependencias, activa la motivación, la generosidad, la jovialidad y optimiza la capacidad de generar recursos. No es muy terapéutico para personas demasiado intelectuales.

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la confianza, la autocuración, la autoprogramación y la regulación de los ciclos. Da serenidad y disuelve las contradicciones. Es un gran relajante y un buen restaurador de procesos psicobiológicos difíciles. Trata el estrés, la analgesia y la desintoxicación y fomenta el sentido fraternal.

expansiva y antidepresiva que estimula la alegría, la creatividad, la inventiva, la prosperidad y la fluidez. Despierta la capacidad de asociación de ideas, de enfrentar los temores, las preocupaciones y los fracasos. Es un gran dinamizador que reafirma el talento individual.

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protección, tolerancia ante las circunstancias adversas y claridad en el propio camino. Fomenta aceptación de sí mismo, solidez, fluidez, claridad y veracidad. Impulsa la intuición realista, la justicia, la limpieza y la reserva. Trata el insomnio, la irritabilidad y la hiperacción.

ligereza y limpieza emocional. Despierta la inspiración, la comunicación, impulsa al cambio, da un tipo de serenidad activa y purificadora, fomenta la capacidad de orden, concreción, constancia, decisión, dignidad e integridad.

Es un cromatismo que proporciona vigor, rapidez, excitación y

Vibración que despierta

Cromatismo que proporciona seguridad, sentimiento de

Un gran estimulador

Es una vibración

Frecuencia muy dinámica que disuelve, transmuta conflictos, dando

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HABLEMOS DE

amor entre

generaciones “La infelicidad sucede cuando se está obsesionado por lo que pensarán los otros” Federico Moccia, escritor italiano, autor de Perdona si te llamo amor

Una conversación con Federico Moccia Entrevista Elena Parreño Fotografía Enrique Guelar

FEDERICO MOCCIA autoeditó su primer libro Tres metros sobre el cielo en 1992. Ante la falta de ejemplares, las adolescentes italianas lo fotocopiaban con tanto fervor que el director Riccardo Tozzi decidió llevarlo al cine en 2004. La novela vendió 38 ediciones. Las parejas romanas, simulando a la pareja de ese libro, colgaron tantos candados en el puente Milvio que el ayuntamiento de Roma tuvo que instalar vallas especiales para este romántico hábito que se mantiene hasta hoy. Moccia ha publicado recientemente Perdona si te llamo amor (Editorial Planeta), cuya adaptación cinematográfica ha dirigido él mismo. En febrero presentó la novela en persona durante un vuelo entre Barcelona y Roma.

“En mi última novela he narrado una historia de amor entre una chica de 17 años y un hombre de 37, y en Italia el libro ha causado mucha polémica; cuando algo tiene tanto éxito, una parte de la crítica literaria no consigue ubicarlo y se asusta. En mi país, los jóvenes de 33 o 35 años se casan y a los pocos meses se separan, y es que probablemente no sean tan maduros como intentan aparentar. En nuestra sociedad vemos que muchas cosas están cambiando, pero muchos no quieren aceptar que hoy, si a los cinco años los niños saben utilizar perfectamente un ordenador, a los 17 pueden ser perfectamente maduros y decididos, como una mujer con todas las de la ley que puede organizar su vida junto a un hombre de 37. Me gusta imaginar este contraste entre generaciones y sus posibilidades de intercambio. Lo inteligente es saber entender a la persona que tienes al lado, y cambiar junto a sus cambios. La del libro no es en absoluto una historia autobiográfica, pero creo que todos hemos pensado alguna vez ¿cómo podría ser algo así? Una historia con una chica tan joven podría ser divertida pero difícil al mismo tiempo. Cuando tienes una relación así, a esta chica o la dejas fuera de tu vida o la incorporas. Imagino a un hombre de 37 años afrontando la relación y llevando a la chica a cenar con sus amigos y con las mujeres de éstos. Pienso en las mujeres de los amigos... Cuando llega una mujer nueva a la mesa, suelen hacer una radiografía de la cabeza a los pies, y si la chica tiene veinte años menos, imagino que todavía más. Lo bonito es ver cómo el amor nos permite vencer la timidez y, sobre todo, vencer la opinión de los demás; cómo llega un momento en que uno pasa de todo y de todos. Esto tiene mucha importancia en la propia vida, pues uno se da cuenta de que

la infelicidad sucede cuando se está obsesionado por lo que pensarán los otros. Recuerdo esos momentos en los que iba a clase y salía para que el profesor me preguntara; me miraba por detrás por si llevaba bien o mal el jersey, y lo pasaba mal con mi físico, como les pasa a muchas chicas. No hay que infravalorar estas cosas aunque nosotros ya las hayamos superado. Hay cosas que pasan de generación en generación exactamente iguales, y con el tiempo olvidamos la fragilidad de ese momento vital. Entonces yo creo que, aunque se usen teléfonos móviles y haya modas distintas, las emociones y los sentimientos siguen siendo exactamente iguales. Me habría resultado muy difícil imaginar los papeles de mi novela cambiados, es decir, que el joven hubiera sido el hombre y la mayor, la mujer. Seguramente también sería bella y divertida una historia de este tipo, pero es complicada porque una mujer necesita unas atenciones que un chico joven quizá no podría darle. Es imprescindible saber en qué momento está la mujer, y el equilibrio es todavía más delicado. Cientos de parejas romanas –a imitación de los personajes de mi primera novela– cierran un candado en el puente Milvio, y después, de espaldas, tiran la llave al Tíber. No creo que cerrar más de un candado en la vida sea jugar sucio. Si es un candado en el que has creído mucho y por el que has esperado tiempo, pero después de tirar la llave, él o ella se va, ¿por qué no volver a cerrar otro candado? Es justo que con el tiempo recuperemos la belleza de enamorarnos. El amor es difícil porque no se está solo, siempre se comparte con otra persona, y no la puedes condicionar. A veces puede que no piense como tú, y el sueño deseado no se hace realidad. Entonces ¿por qué no soñar de nuevo?”


A TASTE OF BARCELONA

Warming the

cockles of his heart

An ode by Mara Faye Lethem Illustration by Jesús Galiana

I imagine the poet Pablo Neruda, back from the dead, visiting post-Olympic Barcelona. I imagine him comparing it to a child in an orphanage, scrubbed so clean by the nuns that his skin is red and raw. The poet blinks against the harsh light of the world, and rubs at his eyes. But when the shock wears off and he realizes that he is indeed alive, and in one of the loveliest cities in the world, I imagine Neruda sitting down at a little table in a sunny plaza, ordering a draft beer and some cockles. Of course, the waiter doesn’t recognize the Nobel laureate. He goes into the bar and opens a can, pours the entire contents, including the broth, into a shallow bowl, adds paprika, cayenne, black pepper and vinegar and maybe a lemon wedge. He brings it out to Neruda along with a tall amber lager with a slight head of foam. And as Pablo pokes at the tiny fleshy mollusks with a toothpick and brings them to his mouth, he remembers what life was like. Gritty and tangy. The cockles burst open under his teeth, their plump little bellies visceral and briny. He squeezes the lemon and laughs when it squirts him in the eye. At the tables around him, families and friends are talking animatedly around small shared plates of food. Round flat brown clay bowls hold olives, black and green ones stuffed with anchovies and the odd little squat pickle sticking out. A bag of potato chips served on a plate. And their own dish of cockles from a can. A child draws a forkful to his mouth. His sister dips a chip into the murky cockle juice and rummages around for the buried treasures. “Gooo-ool,” cries out a crowd of men in unison from inside the bar, jumping up from their stools and throwing their hands in the air as if in veneration of the television set screwed into the corner up high. On the screen, the Espanyol’s soccer players wear an oval patch on their chests, which bears the mark of the most popular brand of cockles in Spain. The poet doesn’t recognize the brand. He doesn’t understand the layers of nuance in the rivalry between Barcelona’s two soccer teams. That Barça fans in other bars were bemoaning the same goal. Neruda could never imagine that eating cockles during a derby could be seen as taking sides. But, sensitive soul that he is, his innards register a certain ‘je ne sais quoi’, an infectious thrill he’s never felt sitting around the Nobel laureates’ table up there in the great beyond.

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“Cooo-llons,” says one of the fans, still recovering from the goal that tied the game. Neruda smiles, thinking maybe he could get used to this Barcelona after all. He bums a cigarette from the guy next to him. No one smokes in heaven. And then Neruda does something he hasn’t done in a long time. He pulls out his pen and starts writing an ode, right there on his napkin.

Ode to the Cockle Petite and modest, shy, retreating cockle, In your heart-shaped shell hides plump briny and moist Not a gleaming pearl but the clitoris of the sea. Proud and humble lilliputian martyr to the anemic masses, from the tidal inlets of Galicia, The sandy bottoms where you’ve burrowed in, hand raked at low tide to be served without fanfare You are the working-class clam hero.

MARA FAYE LETHEM is a photographer and writer. Her work has appeared in El País, La Vanguardia, The New York Times, and The San Francisco Chronicle, among others. She lives between her native Brooklyn and her adopted Barcelona


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LA

GRAN Uno de los nuestros

VIDA

Escribe Mayer Aramburu

–¿Qué tienes, Beuys? Una posibilidad de herencia mayor que la mía, respondo para mis adentros. Mientras hojeo la prensa, Soledad habla preocupada a su perro carlino. Estamos en su casa de Barcelona. El chucho bizco mira al horizonte; ha estado inconsolable las últimas semanas. –Beuys quiere enamorarse. Búsquele una perrita. –No. Compraremos otro perro, así tendrá compañía. Eso es lo que haremos. –Si me permite: es inmoral comprarlo habiendo tantos abandonados en las perreras. –Mayer, me alegra constatar que mereces tu sueldo. Rápido, busca en esa cosa –se refiere a Internet– e infórmame enseguida de un buen lugar. Nunca he comprendido la incapacidad de Soledad para enfrentarse a Internet. Navego un rato y finalmente escojo un refugio que parece honesto. Vamos hasta allí en coche. Tal como imaginaba, el panorama es duro. Soledad, acostumbrada a visiones amables, permanece callada. No por el lugar, muy correcto, sino por la mirada de los pobres animales. Soledad va directa a uno de los cuidadores. –Venimos a adoptar un perro. El que lleve más tiempo aquí. El chico duda un momento, y luego: –Gus. Es diabético, pero con una pastilla al día, todo de fábula. Está aquí hace tres años. –Se viene con nosotros. Mayer, el papeleo. Al llegar a casa, Beuys mira con recelo al desconcertado forastero. Se huelen y parecen confraternizar pronto, como si supieran que tendrán que hacer frente común ante Soledad y sus gabardinitas perrunas de Burberry. Le acomodamos una cama y comida cerca de Beuys, mucho más animado. Cuando hemos acabado, me agacho y acaricio la cabeza rasposa y cabizbaja de Gus, el diabético. Siempre mirando al perro, le digo: –Me ha gustado mucho lo que ha hecho, Soledad.

Soledad responde de espaldas, observando a los perros desde el espejo Biedermeier, buscando esos efectos melodramáticos à la Douglas Sirk que tanto le gustan. –Ayer me quedé un rato en el jardín. Ya sabes que no soporto el sol, pero quise cortar unas rosas. Hacía un día bellísimo. Pensé que la primavera da otra oportunidad a todo el mundo. Quiero creer que a mí también, Mayer. Y a Gus. Voy a echarme un rato. Ponle agua, por favor. De camino a la cocina, Gus me sigue con fidelidad recién descubierta. De repente, se desvía escopeteado hacia la habitación de la biblioteca, olisqueando una de las baldosas hidráulicas que nos hicieron a la medida en Sargadelos. Me acerco. Está bien colocada pero suelta, preparada para levantarse. La desplazo, y esto es lo que encuentro: tres chocolatinas Godiva, que Soledad tiene prohibidas terminantemente (supongo que Gus también: de ahí el arrebato) y unas páginas impresas de Internet. Son perfiles de webs para encontrar pareja, hechos por Soledad. No se me ocurre ninguna otra persona que quiera enamorarse de alguien “que aprecie a Margaret Keane, Bernhard Willhelm, Noel Coward y el cine camp mexicano. Abstenerse bajitos. Busco a una mezcla de Harvey Kurtzman con Beau Brummell. Desprecio la mentira”. Incluido en su perfil, mi foto en bikini de las últimas vacaciones en Saint-Malo.

Mayer Aramburu tiene 31 años y es la asistente de Soledad, una refinada coleccionista de arte con la que viaja por toda Europa.

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