Los niños cristaleros

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MichelAnderson rehtb a Smelser en su afinnaci6n de que la Wcipaci6n laboral en 10s inicios de la industrializaci6n se hubiese basado en el parente~co~’~. Otros autores,sin negar losabusosycastigosquerecibian losniiios, han intentad0 no hvorecer las percepcionesque hoy podemos formarnos de ese proceso. Han resaltado, en cambio,lavisi6n que existfa en esa ipoca. En tirminos generales, en esos aiios de transici6n, 10s nuevos proletariosy sus hmilias habrian valorado lasventajasque ofrecia el empleo industrialS16. Este punto devista, si bien puede llegar a sobrevalorar el plano subjetivo, tiene la ventaja de poner a1 descubierto uno de 10s hctores que hcilit6 la expansi6n del trabajo infanti1 en 10s primeros arios de la indusmalizaci6n. Hasta aqui hemos reproducido, en parte, la discusi6n que tuvo por referencia la experiencia europea de industrializaci6n.Variosautores, sin embargo, han destaa d o las diferencias que tuvo este proceso en obas regiones y pakes. El desarrollo capitalista en Amkrica Latina sigui6 pauras particulares que no le dieron al proceso las mismas caractensticasy no lo condujeron al mismo tip0 de industrializacidn que se vivi6 en otras latitudes. Por ejemplo, la ausencia de una explosiva “Revoluci6n Industrial” no llev6 a recurrir a niiios vagabundos o h u k r h o s para satishcer la demanda de mano de obra en algunos sectores productivos. La dimensidn del fen6meno en Chile fue de alcance mis limitado. Vastos sectores mantuvieron su car6cter tradicional por largasdicadas y proveyeron de mano de obra a la industria a mvis de migmciones ciclicas. No obstante, la lenta proleearizacidn provoc6 esmez de mano de obra, lo que impuls6 a algunos industrialesa buscar mano de obra en el extranjero o a travis de mecanismos de enganche. Por todo lo anterior, Mta caracterizar las peculiaridades que tuvo la presencia de nhios en la industrializaci6n chilena e inferir la funcionalidad que pudo tener en ese proceso. El historiador H e m h Ramirez Necochea hizo notar la presencia de niiiosy mujeres en la industria y destacd dos hctores que habrian ayudado a que esto ocurriera: el a h de 10s empresarios por acumular ganancias (a travis de 10s menores salarios que les pagaban)y la precaria situaci6n econ6micade10s hogares populares,lo que llevaba aque las famlias proletariasacrecentamn sus ingresos con la participaci6n laboral de las mujeres y 10s niiios. Ramirez atribuy6 a esta mano de obra el papel de debilitar la capacidad de presi6n de 10s trabajadore~~”. La informaci6n aportada por la historio@a nacional es concordante con esta interpretaci6n. Sobre la base de ella se puede concluir que, en no pocas ocasiones, el trabajo de 10s niiios, asi como el femenino, h e empleado para quebrar algunos movimientos huelguisticos organizados por varones adultos. En la huel@detip6gdos realizada en Santiago,en septiembrede 1872,algunas imprentas Pocos aiios despuis, en 1877, heron mujeres las recurrieron a 10s aprendice~~’~. ’I5 Michel Anderson, ‘Sociological history and the workingclass family: Smelserrevisited”,citado por John Lovell, ‘Introducci6n general”,en J.L. Hammond y Birbara Hammond, El tmbajador de la i d a d , pigs. XXXIV-XLIV. ’le Peter Mathias, TheFirst Indurlnnl Nation (1969). citado por Lovell, Op. d., pig. x w . Ramirez, Hist&, pigs. 107 y 108,303 y 304. ’’IElMmh,Valparaiso,5 de septiembrede 1872yEllndspendiente,Santiago, 3y9deseptiembre de 1872.citado por Grez, La mouvm2entr, Za parte, pig. 447.

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