Revista nº 12

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Amigos

del

C o N v e N to

de lA

Hoz


Amigos del CoNveNto de lA Hoz - Nº 12

sumArio Hoces del río Duratón: Misterios e impresiones

. . . . . .pág. 2

Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 5 VI Edición de la Senda de los Frailes: Diario de una carrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pag. 6 Seguimiento del Plan de Ordenación del Parque Natural Hoces del Duratón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 8 Juego tradicional: Los Bolos

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 9

El cuento: ¿Por qué somos el pueblo de los brujos? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 13 Recetas tradicionales: Mantequillas. . . . . . . . . . . . . . .pág. 17 Villancicos de la tierra

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 18

2 Edita: Asociación Amigos del Convento de la Hoz Colaboran En EstE númEro: Juancar el caminante-http://jcarlos347.blogspot.com/ María Martínez Arnáiz Arantxa Rodrigo Ana Mª Eugenia Calvo Cano Mª Cruz Pastor http://www.rondasegoviana.es José Antonio Martín Urquijo José Maria Hernández Pascual Fotos dE Portada: Eugenio Chicharro Fotos: Eugenio Chicharro Depósito Legal SG-96/2004

HoCes del río durAtóN: misterios e impresioNes Hay lugares en los que habita el espíritu, lugares donde, oculta detrás de ese subjetivo velo de inhóspita apariencia, late una fuerza de idiosincrático misterio, que actúa sobre las sensaciones de todo aquél que un día, bien de casualidad, bien por curiosidad o sencillamente acuciado por ese fantasma inquieto que algunos, posiblemente con iluminado juicio, denominan Conocimiento, encaminan un día la dirección de sus pasos hacia ellos. Hablar de Conocimiento, conlleva búsquedas interminables; fatigosas peregrinaciones por caminos abruptos y solitarios; visitas a lugares desconcertantes e inaccesibles –en ocasiones, arriesgando la propia integridad física- que, al final, contribuyen, por regla general, a que se regrese al lugar de origen con muchas más preguntas de las que en un principio se llevaba en mente, pensando que la Historia, después de todo, no deja ni por un momento de ser la última frontera, el Gran Secreto. Es evidente, que uno de estos lugares, es aquél constituido por lo que durante

mucho tiempo se denominó como el desierto del Duratón y que hoy en día, seguramente que motivado por una simple cuestión de abreviación semántica, se conoce llanamente como las Hoces del Río Duratón. Dentro de este impresionante mosaico de quebradas y gargantas, formadas inequívocamente por la erosión del tiempo y el discurrir inflexible y milenario del río Duratón, se encuentran infinidad de lugares que, aún constituyendo auténticas ruinas en la actualidad –no es tan inclemente el tiempo, en mi opinión, como el desapego y la barbarie de los hombres- reclaman un justo lugar de respeto, no ya en las páginas doradas de esa Historia en ocasiones desagradecida, partidista y de sillón que, para bien o para mal, constituye una de las fuentes obligatorias donde hemos de beber, sino también en la mente de todo aquel librepensador que un día se acerca a estos páramos y no tarda en dejarse seducir por el hechizo de su encanto.


Amigos del CoNveNto de lA Hoz - Nº 12 Aunque a priori no lo parezca, Seducción y Conocimiento están íntimamente ligados, al menos desde ese oscuro, confuso y bíblico Génesis que conforma uno de los pilares ancestrales de la Historia de la Humanidad. Dentro de los variados elementos que constituyen lo que justamente podríamos denominar como el génesis de las Hoces del Duratón destacan, por su soledad, por su singularidad y por ese aire inequívoco de pasado romanticismo, las ruinas del monasterio franciscano de la Virgen de los Ángeles de la Hoz. Su origen, según reza un cartel situado en las proximidades, se remonta a la noche de los tiempos, aunque se tiene como referencia el siglo VIII d. de Cristo, un oscuro periodo histórico que se caracteriza por la desintegración de un reino, el visigodo, y el advenimiento y conquista de un formidable imperio, el musulmán. A este periodo, pues, pertenecen los numerosos rastros de habitabilidad eremítica descubiertos en el lugar –como la famosa Cueva de los Siete Altares- que denotan ya un cierto interés por volver a los inicios del Cristianismo, cuyos primeros pormenores los encontramos en aquellos otros eremitas que eligieron los desiertos del Sinaí, como lugar de retiro, oración e intimidad con Dios.

Hablamos, entonces, de un entorno posiblemente sacralizado en épocas prehistóricas, pero que, insisto, es en este periodo histórico referente al mencionado siglo VIII d. de Cristo cuando comienza a manifestarse la magia propia al lugar a raíz del establecimiento allí del que posiblemente sea el más conocido de sus eremitas, y de hecho, patrón de Segovia: San Frutos. Resulta imposible hablar de San Frutos y no mencionar, siquiera de pasada, a otros santos contemporáneos, los paralelismos de cuyas vidas son, sencillamente, asombrosos. Permítaseme, entonces, mencionar a San Saturio, patrón de la vecina provincia de Soria y en un contexto más guerrero que religioso, a don Pelayo, artífice del reino de Asturias y precursor de la resistencia que culminaría con ese otro periodo histórico conocido como la Reconquista. Los tres pertenecían a la nobleza visigoda; los tres fueron más o menos contemporáneos y la invasión de la Península por los ejércitos del Islám, influyó de manera decisiva en cómo habrían de desarrollarse sus vidas a partir de entonces. Don Pelayo, noble en la corte del rey Rodrigo –traicionado y muerto en el año 711 d. de Cristo a consecuencia de las

heridas sufridas durante la batalla del río Guadalete- se refugia en Toledo, la capital del reino visigodo, de donde huye, ante la inminencia de la conquista sarracena, ocultándose en las montañas astures junto con algunos seguidores. Por la intercesión de la Virgen y la Cruz de la Victoria entregada por los ángeles, comienza en Covadonga la chispa de la resistencia que hemos mencionado anteriormente. San Frutos y San Saturio, dos godos, de origen noble también, que un buen día deciden repartir todas sus riquezas entre los pobres y retirarse a un lugar inhóspito y solitario, donde buscar la santidad de Dios, en base a una vida de privaciones, meditación y ayuda al prójimo. El primero en este impresionante desierto del Duratón; el segundo, en una pequeña cueva de las que conforman el interior de una roca laberíntica situada a orillas del Duero y cuyo acceso estuvo en tiempos custodiado por unos caballeros, los templarios, los pormenores de cuya vida, leyenda y obra no vienen en estos momentos a colación. Ambos son, por decirlo de alguna manera, canalizadores de la influencia sagrada de los lugares donde se retiran y es a través de su, digamos, misticismo, de las acciones que marcan lo principal de su vida –los milagros– que consiguen lo que, aun-

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que parezca una vulgaridad decir, no conseguiría ningún manuscrito: permanecer en la memoria colectiva de los hombres. Resulta difícil, por tanto, no pasear por estos lugares y observando el impresionante contorno de las Hoces, no acudir, siquiera de pensamiento a esa memoria atávica y recordar el episodio de la Cuchillada, que tanto tiene que ver con ese otro génesis apócrifo que relaciona el golpe del bastón de San Frutos –no olvidemos, que el báculo o bastón es un símbolo de importancia capital, y entre otros episodios similares, citemos, de paso, el episodio de la vara de Moisés y el cruce del Mar Rojo por los israelitas que huían de los ejércitos del faraón- con la formación del lugar. Resulta difícil, así mismo, no pasear por las ruinas del Priorato de San Frutos y no recordar la fabulosa historia de la Despeñada; sobre todo si, al hacerlo, la comparamos con la historia del niño de Carbonera: ambos despeñados, una a propósito, otro por accidente, pero los dos salvados in extremis de una muerte cierta. Ahora bien, acercarse hasta el lugar donde se encuentran las venerables ruinas del monasterio franciscano de la Virgen de los Ángeles de la Hoz, que mencionaba al principio, no deja de ser, también, otra inconmensurable aventura. Sobre

todo, teniendo en cuenta que sobre el lugar pesa también una fuerza de mistérica trascendencia: una aparición mariana. Aparición que, unida a la segunda advocación del lugar –San Pantaleón-, no puede dejar indiferente, en absoluto, a todo aquél que se acerca por allí. Ocurrió, según las crónicas, en el año 1231, y siguiendo elementos comunes a este particular tipo de sucesos, la Virgen se apareció a un pastorcillo que guardaba su rebaño de ovejas en el lugar. Precisamente, la última vez que estuve deambulando por el lugar, pensaba en todo esto, mientras contemplaba las ruinas del convento, situadas allá, al pie del agua, en lo más profundo de un barranco, junto a una de las hoces que conforma el río a su paso. Los rayos del sol, al declinar, doraban con una luz que, aunque mortecina se negaba a desaparecer, las paredes de los vertiginosos riscos, repletos de pequeñas cuevas y nidos de las innumerables familias de buitres y otras rapaces que han ido perpetuándose sobre el lugar, conformando, no me cabe duda, uno de sus principales símbolos. La brisa, ligera pero persistente, que tentaba los sentidos con inconfundibles fragancias a jara y a tomillo, y que parecía levantarse desde el fondo mismo de los barrancos,

de la superficie de esas aguas que ejercen una influencia hipnótica por poco que se entretenga uno contemplándolas, sintiéndose prisionero de la belleza sin parangón de unas tonalidades que a veces roban parte de su azul al cielo y otras veces engañan a los sentidos con esa vena esmeralda que evoca ilusiones típicamente marineras. Como marinera, en el fondo, me pareció la alegría de los excursionistas que vadeaban los recovecos de las Hoces en piragüa, contemplando de abajo arriba, las singularidades de un mundo, si no perdido, al menos diferente. Un cúmulo de sensaciones, impresiones y deseos, que evocan experiencias ensoñadoras de un lugar especial del que pensar, que en el fondo, magia y naturaleza sean capaces de fundirse en un íntimo, alquímico abrazo, para conseguir deslumbrar a los visitantes que, deambulando por las parameras adyacentes a los farallones no tardan en comenzar a creer en la posibilidad real de los sortilegios. Hoces del Río Duratón: naturaleza, magia y misterio.

Juancar, El caminante Visita sus blogs “Segovia se hace camino al andar”, “Soria se hace camino al andar” entre otros en http://jcarlos347.blogspot.com/


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AgrAdeCimieNtos A lA AsoCiACióN El pasado 22 de junio de 2007 se envió un escrito por parte de esta Asociación al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en el cual se le informaba de las distintas actividades que viene realizando nuestra asociación. Con la intención de poder desarrollar mejor estas actividades y poder ampliarlas con la creación de un aula informática, en la cual todos los interesados de nuestro pueblo fueran socios o no, pudieran recibir clases de informática, se le hizo una petición de 15 equipos informáticos. Sobre el mes de junio de 2009 recibimos contestación de la Subdirección General de Proceso de Datos del citado Ministerio, informándonos de la concesión de esos equipos informáticos completos, es decir con todo lo necesario para su funcionamiento: CPU, ratones, teclado y monitores. Con el fin de darlos la utilidad convenida, se cedieron al colegio de Sebúlcor “CRA Entre Dos Ríos”, por disponer éste del espacio adecuado

para su montaje y donde tanto alumnos del centro, como el resto de vecinos de Sebúlcor, pudieran, como de hecho se está realizando recibir formación informática con los citados equipos. Nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que han hecho posible esta dotación de equipos informáticos a nuestra Asociación “Amigos del Convento de la Hoz”, que pasamos a citar a continuación: al Subdirector General de Proceso de Datos, D. Joseba García Celada, al personal del Centro de Atención de Usuarios (CAU), así como para nuestro socio D. Pablo Sanz Matesanz y a nuestro buen amigo Juan José Matesanz Gil, impulsor de nuestras gestiones ante el citado Ministerio sin el cual no hubiese sido posible hacer realidad este proyecto. Fdo. José Maria Hernández Pascual Presidente Asociación Amigos del Convento de la Hoz

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diArio de uNA CArrerA

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En un lugar de Castilla de cuya senda no quiero acordarme existe una carrera, de los Frailes la llaman. Allí partí con ánimo de participar, cosa que llevaba tiempo negándome en hacer, por considerar que era una carrera dura y que era más cómodo estar haciendo otras labores dentro de la carrera que también son importantes. Colaboré por la mañana con otros miembros de la Asociación, en terminar el montaje de la infraestructura como hacemos todos los años. Después de una frugal comida y de una pequeña siesta, me acerque a la salida donde después de la tormenta, se quedo una tarde con una temperatura perfecta para correr. Después de las típicas bromas con los corredores del pueblo, ¿que tal?,

voy a ir detrás de ti y te voy a pasar en la meta, etc., sonó la sartén que indica la salida. Allí fui como un loco cuesta abajo haciendo lo que no debía, dejarme ir por la emoción de participar y ver que las piernas todavía respondían. Empecé con buen paso, iba adelantando a gente y eso me animaba a no bajar el ritmo hasta que llego la primera dificultad: la Cuesta de las Viñas. Empecé bien la subida pero poco a poco las piernas dejaron de ir, baje el ritmo pensando que luego en la bajada mejoraría. En la subida está el km. 4, y ¡que van a mejorar! si había empezado demasiado rápido, ahora empezaba a acordarme que me quedaban 8 km. Intente recuperar en la bajada para afrontar la llegada a la zona del Convento pero ya era tarde.

Empecé a ir penando por el camino, solo la pasada por la zona del Convento, mirando a la hoces y a las ruinas del Convento evitó que por esa zona se me hiciera larga la carrera así como los ánimos de nuestros compañeros de Asociación que animaban a todo el que pasaba reconfortando con aplausos y un vamos chicos “que solo queda la mitad”, en mi situación física eso no era un alivio, pero ayudaba. Después de la bajada hacia el aparcamiento del Portillo me rehice un poco. Así llegue hasta el avituallamiento que a la vuelta está en el km. 8 aproximadamente, ahí intente animarme “venga que ya queda poco, en línea recta hasta el pueblo”, pero no podía. A falta de 2 km me adelantó Raúl y su novia Charo ani-


Amigos del CoNveNto de lA Hoz - Nº 12 mándome a seguir con ellos, cosa que agradecí, pero imposible, las piernas no iban y el demonio del cansancio decía “párate que vas jodido”, pero las ganas de querer llegar a meta fueron más fuertes. Los últimos metros fueron eternos pero más agradables dentro del pueblo con la gente animando en la llegada. ¡Por fin la meta!, una raja de sandia fresquita súper dulce me ayudó a recuperar fuerzas. Todavía en caliente y con otra raja de sandia, pensaba, hay que estar tonto para hacer carrera, pero al año que viene vuelvo. Para el próximo año intentaré aprender de mis errores en carrera y aunque penando mereció la pena. Ánimo y espero que al año que viene seamos más gente del pueblo haciendo deporte que es lo que importa.

José Antonio Martín Urquijo

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seguimieNto del plAN de ordeNACióN de los reCursos NAturAles. Aunque el Parque Natural Hoces del río Duratón lleva declarado desde el año 1989, no contaba con un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), que es necesario, según recoge la normativa autonómica.

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El PORN es un documento que tiene como finalidad establecer las medidas necesarias para asegurar la protección, conservación, mejora y utilización racional de los recursos del Parque Natural Hoces del río Duratón. En él se determinan los recursos naturales del territorio, se establece la zonificación, se recogen las directrices y normativa para la gestión del mismo y para el desarrollo de las actividades y usos, promoviendo el desarrollo socioeconómico de las poblaciones de la zona basándose en un uso sostenible de los recursos naturales

La tramitación del Plan es un proceso largo, que se inició con dos jornadas celebradas en Sepúlveda y Carrascal del río informando del proceso. El 15 de septiembre en Sebúlcor se presentó el borrador del Plan. Posteriormente se realizaron 4 foros informativos y 4 mesas de trabajo cuya finalidad era recoger opiniones y sugerencias de la población afectada y elaborar consensuadamente el documento. Actualmente, tras las aportaciones realizadas, se está continuando con la tramitación oficial, que incluye un nuevo período de información pública en el que se podrán presentar alegaciones antes de su aprobación final por Decreto.

María Martínez Arnáiz

Sacado del tríptico divulgativo del Porn (Jcyl)


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Juego trAdiCioNAl: los bolos los juegos tradicionales Los juegos tradicionales son un verdadero patrimonio cultural inmaterial que siguen aportando identidad a nuestros pueblos y favoreciendo el refuerzo de las relaciones sociales. El juego tradicional es el que transmitiéndose de generación en generación ha pervivido en el tiempo. Se caracterizan generalmente por tener características culturales locales: nombres, reglas o formas de jugarse, materiales, así como los lugares y momentos en los que se juega.

artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyen-

Dentro del juego tradicional hay gran variedad de familias, pero son los bolos, sin lugar a dudas la más numerosa. Existen infinitos modos de jugar: desde las más arraigadas en la cultura local hasta las que han adquirido un carácter deportivo como por ejemplo sucede en Cantabria. Aunque en muchos lugares ya ha desaparecido, actualmente perduran en numerosos pueblos de Aragón, Asturias, Castilla y León, La Rioja.

do así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

Se entiende por "patrimonio cultural inmaterial" los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos,

los bolos

UNESCO, Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, París, octubre 2003

Sobre su origen Algunos investigadores apuntan un origen posiblemente profano, relacionándolo con la fertilidad, lo que justificaría las formas fálicas de los bolos y los

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Amigos del CoNveNto de lA Hoz - Nº 12 nombres que reciben algunos de sus elementos (bicha, michi, miliche…)

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En las modalidades de los bolos, encontramos juegos de hombres y de mujeres. Los de mujeres generalmente constan de nueve piezas y en algunos una más que suele ser diferente y cuenta con más valor en el tanteo o distinta función en la partida. Esta última pieza acostumbra a tener un nombre masculino que refuerza las connotaciones de carácter sexual relacionadas con la fertilidad, o hace referencia al poder civil –el rey- o religioso –el cura. La mujer en el medio rural encontraba en las partidas de bolos un motivo para reunirse en la calle con otras mujeres una vez habían terminado las tareas domésticas, se trataba sin duda del entretenimiento más habitual. Hoy en día desparecidas algunas de esas duras tareas, el juego cotidiano desempeña esta función social.

Segovia posee gran riqueza en variedad de juego de bolos femenino, con sus reglas y piezas diferentes en cada pueblo. Pero posiblemente no lleguemos a conocer todas las que hay o han podido existir. En algunos casos esta pérdida ha sido el resultado del despoblamiento del medio rural unido quizá a un menosprecio por las tradiciones locales, que se han visto sobrepasadas por modas o por un intento de deportivización por parte de algunas instituciones teniendo como resultado el abandono o el olvido de la propia tradición local. Existen juegos que evolucionan continuamente en su reglamento como es el caso de Abades, donde las mujeres juegan casi todas las tardes y en el que actualmente tienen cerca de veinte tipos tiradas diferentes. Otro juego con especial interés es el que encontramos en San Pedro de Gaíllos que se juega una vez al año, el día de la fiesta, este juego rompe con la teoría de que el juego de bolos femenino es exclusivamente de

derribo ya que la primera acción es un pasobolo, propia del juego de bolos masculino. bolos de sebúlcor Sebúlcor es afortunadamente uno de los muchos pueblos en los que aún perdura esta tradición, las mujeres se juntan actualmente como mínimo tres veces al año coincidiendo con las fiestas patronales, el Patrocinio, la Magdalena y San Miguel. Por fortuna vemos como cada año se incorporan algunas jóvenes nuevas al grupo de jugadoras, donde las mayores adquieren el papel de maestras iniciadoras en el juego. El principio general: Juego individual o por parejas. Gana la que consigue más bolos derribados en los lanzamientos que se determinen desde la línea de tiro, más los puntos conseguidos con el birle (tirada que se hace desde el lado opuesto de la de tiro


Amigos del CoNveNto de lA Hoz - Nº 12 siempre que la bola sobrepase la línea de miliche (décimo bolo, de menor tamaño) Las partida está formada por un numero variable de juegos (un juego es cada lanzamiento que se hace desde la línea tiro). El número de juegos es fijado al inicio dependiendo del número de parejas que se apunten, aunque una vez empezado a veces se incorpora alguna pareja más. La partida de bolos se suele hacer coincidir a la misma hora que el juego de pelota a mano que congrega en el frontón de la Plaza Mayor a numeroso público masculino. Las mujeres se reúnen, desde hace algunos años en las calles de Marinilla, antes lo hacían en cualquier calle donde “corrieran bien las bolas”, allí pasan casi toda la tarde, ya que son muchas las participantes, jugando entre risas, y algún que otro “juramento” sobre todo si la bola queda finca (termino utilizado cuando la bola no rebasa la línea del miliche)

La mujer se reúne en los meses de buen tiempo, con vecinas y amigas en bulliciosos grupos donde las voces y las risas suenan mezcladas con los secos golpes de los bolos.

Duero) que las ha permitido por un lado conocer las diferentes modalidades de juegos de bolos que existen y por otro conocer el valor de sus propias tradiciones.

(Juegos Tradicionales y patrimonio cultural europeo: los bolos)

Desde hace unos cinco años se ha puesto en marcha el Proyecto de cooperación trasnacional “Juegos Tradicionales y Patrimonio cultural europeo: Los bolos” cuyo objetivo principal es la puesta en valor en el campo turístico, educativo y recreativo en la difusión del juego de los bolos en Europa, en tanto que constituye un recurso patrimonial integrante del desarrollo rural. Esto ha permitido a las mujeres de nuestra comarca (Fresno de Cantespino, San Pedro de Gaíllos, Sebúlcor y Villaseca) participar en los diversos encuentros organizados en el territorio nacional (Monreal del Campo, Santander, Cervera de Pisuerga, Boca de Huergano y Aranda de

Agradecimiento: A Fernando Maestro Guerrero que nos ha brindado la posibilidad de jugar y compartir cultura. A nuestras madres y abuelas, mujeres del medio rural que han sido las principales trasmisoras de nuestras tradiciones.

Artículo elaborado a partir de datos y apuntes obtenidos en la participación de las diferentes acciones llevadas a cabo por el proyecto de cooperación trasnacional “Juegos Tradicionales y Patrimonio cultural europeo: Los bolos” EUROBOL. A partir de documentación elaborada en su mayor parte por Fernando Maestro y Pere Lavega.

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¿por qué somos el pueblo de los bruJos? Desde que era pequeña siempre me pregunté, por qué nos llamaban así a los habitantes de Sebúlcor y mi padre me contó la siguiente historia: Hace muchos, muchos años, cuando Sebúlcor no era ni un pueblo, habitaron en las cercanías un pequeño grupo de monjes, que con mucho esfuerzo y pidiendo a Dios y a los habitantes cercanos construyeron un precioso convento al que llamaron “Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz”. No solo ellos estaban orgullosos de su convento, también los campesinos y la gente de los alrededores, que de vez en cuando se acercaban a las proximidades y miraban la construcción y a los monjes que habitaban en él.

Con el paso de los años y las enfermedades que padecieron los habitantes de la zona, los monjes redujeron su número, ya que no dejaron familia sin visitar y ayudar. Esto provocó que muchos enfermaran y murieran.

Ese día, Raimundo, había salido como todos los días a pastar con sus ovejas, y su mujer, Felisa, embarazada de su octavo hijo, cuidaba de la pequeña choza y de sus pequeños hijos, ya que el mayor no tenía ni los diez años todavía.

Un día Fray Bernardo salió acompañado de su burrito Bartolomé. Como todos los días, llevaba al pobre burrito cargado con todo lo que tenían y podían donar, como leña, pan, garbanzos (si la cosecha había sido buena), etc., pero sobre todo agua bendita.

Ese día, Fray Bernardo observó que Felisa tenía la cara desencajada, y le preguntó qué le ocurría. Felisa se tocó la tripa y empezó a llorar. Le confesó que no sabía cómo iba a poder criar a su octavo hijo, porque no podía casi dar de comer a los demás niños.

Siempre empezaba su ronda por los alrededores. Cerca de allí vivía la familia humilde del pastor Raimundo, que luchaba por sacar a su gran familia adelante.

Sin muchos rodeos, Felisa pidió al pobre monje que si tenía un hijo lo recogiera y se lo llevara al convento para cuidarlo y convertirlo en un buen hombre y un mejor monje.

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Amigos del CoNveNto de lA Hoz - Nº 12 A Fray Bernardo le dio tanta pena que no pudo negarse y después de irse, solo pedía a Dios que el bebé fuera una niña para no tener que explicar al Prior Fray Felipe la promesa hecha.

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Al cabo de una semana, una noche de invierno fría y lluviosa llamaron a las puertas del convento. Como era algo muy, muy poco usual, que alguien se acercara al convento por su difícil localización, los frailes, prudentes, abrieron la puerta y para su sorpresa encontraron a sus pies una vieja cesta de la que asomaba una pequeña manita que se movía suavemente como si pidiera ayuda. Fray Bernardo se arrodilló rápidamente, cogió la cesta y cerró la puerta. Todos se le quedaron mirando, pero él muy eufórico dijo: - Es la voluntad de Dios. Todos los días daba gracias a Dios, porque los frailes no sabían lo de la pro-

mesa y Fray Bernardo no tuvo nunca que dar explicaciones. Él se ofreció voluntario para cuidar del bebé, que los monjes accedieron a cuidar pensando que el niño era huérfano por causa de las enfermedades que había, y que algún aldeano al no poder cuidar de otra boca más, lo había abandonado a la puerta del convento para que los monjes se hicieran cargo de él. Pasaron los años y el pueblo de Sebúlcor fue creciendo en número de personas y casas. Los habitantes se dedicaban a la agricultura y al cuidado del ganado. También, en él, vivía una familia con una hija de unos ocho años, que se dedicaba a quitar el mal de ojo y hacer pócimas para curar a las personas del pueblo y a los animales que enfermaban o no se criaban bien. Era una familia muy querida por el pueblo, pero a la que los monjes no veía

con muy buena cara por pensar que se dedicaban a la brujería. Una tarde de verano cuando la pequeña brujita Magda, (diminutivo de Magdalena), se acercó a las hoces del río para buscar hierba con la que sus padres hacían sus ungüentos, Magda vió a un muchacho de su misma edad que recogía leña y la cargaba en un pequeño burro. Magda se escondió para que no la viera y le espió mientras hacía su trabajo. Le llamó la atención la vestimenta que llevaba, porque parecía un monje enano. A partir de ese día, Magda volvía al lugar y lo observaba hacer su trabajo. También a veces para entretenerse le hacía bromas, como espantar al burro para que se le cayese la leña o le quitaba la merienda. El niño ya un poco mosqueado, se hizo el despistado para sorprender a


Amigos del CoNveNto de lA Hoz - Nº 12 Magda con las manos en la masa. Sin que ella se diera cuenta, Perico, que así se llamaba el muchacho, la cogió y la sujetó por la cintura para que no echase a correr. Magda le dijo que la soltara, porque si no, le echaría un mal de ojo y no le dejaría de doler la tripa en todo un mes. Perico se echó a reír y le contestó que no sabía lo que era el mal de ojo. Ella lo miró sorprendida con la boca abierta. La tarde se pasó rápidamente porque no dejaron de hablar y contarse su vida. Cuando empezaba a anochecer, se despidieron y quedaron para el siguiente día. Los dos se cuidaron mucho de no contar nada a su familia, porque sabían que si no, no les dejarían volver a verse. Pasaron los años y los dos se convirtieron en dos guapos y saludables adolescentes que intentaban buscar todo el tiempo libre posible para poderse ver.

Un día que Fray Bernardo tuvo que acercarse al pueblo para encontrar feligreses que ayudaran para el sustento del convento y los descubrió hablando. Por la noche, Fray Bernardo preguntó a Perico quien era la joven con la que estaba hablando y Perico que había aprendido que no se podía mentir, le contó todo. Fray Bernardo le prohibió volverla a ver, porque era la hija de una hechicera y la creía devota del diablo. Estuvieron mucho tiempo sin volver a verse hasta que un día Perico sufrió la mordedura de un alacrán, y lo tuvieron que llevar al pueblo para que el médico le pudiera curar. El médico era ya muy viejecito y lo acogió en su casa para atenderle mejor y poderle curar. Cuando Magda se enteró corrió ligera a buscar unas hierbas y preparó un ungüento que esa misma noche llevó Perico. Como el médico era bastante sordo y vivía solo, no tuvo nin-

gún problema en colarse en su casa y atenderle. Así estuvo noche tras noche, junto a su amado, hasta que al cabo de un par de semanas, Perico empezó a mejorar y recobrar la consciencia. Al verla, de la alegría empezó a dar voces y ella le mandó callar para que no la descubrieran. Le explicó lo que le había pasado y cómo le había curado. A los dos días, los monjes vinieron a buscar a Perico y se lo llevaron, el pobre no pudo despedirse de Magda. Una noche, cuando ya no aguantaba más, se escapó del convento y buscó a Magda. Así estuvieron todo un año hasta que el prior le vio una noche y le siguió. Cuando todo el convento se enteró, lo castigaron y le obligaron a estar un mes entero de novenas. Perico desesperaba y confesó a Fray Bernardo que él no quería ser monje y que quería a Magda. Fray Bernardo muy triste le

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Amigos del CoNveNto de lA Hoz - Nº 12 contó la historia de su vida y le pidió que por la memoria de su madre que falleció el día de su nacimiento, dejara a la joven bruja. Con todo el dolor de su corazón, le prometió que no volvería a verla y le escribió una carta con la que a Magda se le cayó el mundo a sus pies.

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Como Magda no podía vivir sin Perico, se despidió de su familia y se fue a vivir a la cueva La Llave donde sin que Perico se enterara ella le vigilaba y le miraba todos los días. Los buitres que vivían en las hoces la ayudaban llevándola comida y dejando todos los días en la ventana de Perico, una rama de tomillo que Magda recogía cuando el primer rayo del sol se asomaba a la cueva y la despertaba. Perico no la olvidaba y sospechaba que aquellas ramitas de tomillo llegaban por arte de magia o, más bien, por arte del amor que le tenía su amada.

Magda sin saber qué hacer para que la pena no pudiera con ella, pidió a los buitres que por cada día que ella pasara sin su amor, ellos retiraran una piedra del convento. Los monjes desesperados no sabían qué hacer para mantener su convento en pie, ya que, al paso de los días y los años el convento se estaba convirtiendo en una ruina. Perico cayó enfermo y Fray Bernardo en su desesperación pidió a los monjes que le dejaran vivir en el pueblo, porque su enfermedad podía deberse a la situación de ruina del convento. Los monjes accedieron a la petición y no sólo por él, también por ellos que tuvieron que dejar el convento por su mal estado y refugiarse en otro convento cercano. Los padres de Magda fueron en su busca y le contaron que su amor había regresado al pueblo, donde vivía en una humilde casa junto al fraile que le cuidó desde que nació.

Magda regresó al pueblo y pidió al fraile que les dejara casarse y vivir una vida juntos. Prometió bautizarse e ir todos los días junto a su amado a la preciosa iglesia de Sebúlcor a darle gracias a Dios por permitirles estar juntos. Con el tiempo, Magda fue una conocida curandera que junto a su marido curaban y cuidaban de todos los habitantes y animales de los alrededores y fueron conocidos como los brujos buenos de Sebúlcor. Tuvieron muchos hijos y yo siempre he pensado desde que mi padre me contó la historia. ¿Seremos nosotros descendientes de aquella pareja?

Fin Ana Mª Eugenia Calvo Cano (cuento ganador del primer premio de la categoría de adultos, en la última edición de la Feria del libro de Sebúlcor)


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mANtequillAs ingredientes: • 1 vaso de leche • 1 vaso de manteca • harina

desee) y se fríe. Una vez fuera se embadurnan con azúcar. Con estos ingredientes saldrán unas 40 mantequillas.

Se templa la leche y la manteca a la misma temperatura. Una vez calientes se mezclan con una cuchara hasta que se unan bien la leche y la manteca y después se va añadiendo poco a poco la harina, según vaya necesitando, hasta que la masa no se pegue a los dedos, pues al final tiene que amasarse con las manos.

Antiguamente estos dulces se hacían cuando se celebraban las fiestas patronales, en las amonestaciones o en las bodas, junto con otros bollos típicos de esta tierra como el pan bollo o los bollos de aceite, y se tomaban acompañados de una copita de aguardiente. La cocina de estos dulces ya era motivo de fiesta pues vecinas y parientes se reunían en las casas para hacerlos.

Cuando ya está hecha la masa se alisa con un rodillo encima de la mesa, hasta que esté muy fina. Se corta en trocitos, normalmente en triángulos (u otras formas que se

La manteca, como no, se obtenía del cerdo sacrificado en la matanza. Esa grasa del estómago que llaman “la empella del cerdo” se derretía hasta quedar líquida, se dejaba

Preparación:

enfriar para que se pusiera dura y se guardaba en una olla para este y otros usos. Receta cedida por Mª Cruz Pastor del recetario de su madre la señora Juana

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villANCiCo trAdiCioNAl de segoviA En tierra de pastores era lógico que su villancico tomara como tema la adoración de los pastores.

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Los zagales y pastores, reunidos en tropel, llegan a Belén cantando, fatigados de correr. Pero al ver tanta grandeza en un humilde portal, se conmueven de ternura y no se atreven a entrar. Se conmueven de ternura y no se atreven a entrar. Miradle desnudo y el lecho sin piel, temblando de frío quien dio fuego al ser. Y un niño precioso llamado Manuel en pajas echado, vayámoslo a ver.

Y un niño precioso llamado Manuel en pajas echado, vayámoslo a ver. Vamos a Belén cantando, alegría en el portal. Buenas nuevas recibimos: ha nacido allá un zagal. Vamos todos a cantarle a aquel humilde lugar. Ha nacido el Rey de los cielos escondido en un portal. Ha nacido el Rey de los cielos escondido en un portal. Miradle desnudo y el lecho sin piel, temblando de frío quien dio fuego al ser. Villancico extraído de la página oficial de “La Ronda Segoviana” http://www.rondasegoviana.es


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AYUNTAMIENTO Si quieres colaborar en nuestra revista, remítenos artículos, reflexiones, fotografías, anécdotas a: “Asociación Amigos del Convento de la Hoz” Plaza de la Iglesia nº 1 - Centro Sociocultural 1ª planta 40380 Sebúlcor. Segovia - Fax: 921 521 016 e-mail: conventodelahoz@sebulcor.com

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