Diario La Voz del Interior

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LA VOZ DEL INTERIOR

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Opinión

CÓRDOBA. MARTES 3 DE NOVIEMBRE DE 2009

Por Alfredo Terzaga Moreyra

HUMOR EN FOCO Por Jericles

Historiador

Ingreso restricto a la Universidad para Juan B. Bustos

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n referencia a notas publicadas en LA VOZ DEL INTERIOR el 14 de octubre pasado sobre el negado emplazamiento del monumento a Juan Bautista Bustos en predios de la Ciudad Universitaria, conviene hacer algunas consideraciones a los fundamentos alegados por el Rectorado. Si en vísperas de la celebración por el Bicentenario, se espera un acercamiento de todas las instituciones para homenajear la gesta de Mayo, como fiesta colectiva, mal se puede calificar de “avasallamiento a la autonomía” cuando este acontecimiento supone, precisamente, una dependencia creativa, y un vínculo institucional renovado, que no tiene por qué arriesgar ninguna autonomía particular. Es precisamente en la etapa del gobernador Bustos que se estableció un modelo de gestión para estos tiempos, en que Gobierno, Universidad, periodismo, Ejército, política, educación y pueblo se amalgamaban interactuando por consolidar una soberanía incipiente, una organización social mediante Constitución nueva, y sobre todo, la autonomía política de Córdoba como provincia, cuestión mucho más urgente que la autonomía de cada institución. En el texto publicado por el Rectorado, se detecta cierta hipersensibilidad hacia ataques supuestos y es notorio que se exagera la pretensión autonómica, justamente en instantes de conmemorarse los inicios de una autonomía nacional mucho más abarcadora, al punto de rechazar que esa obra de arte, dignifique un espacio que ha permanecido vacío durante años. Las objeciones universitarias a los procedimientos de la Secretaría de Cultura de la Provincia, para dicho emplazamiento, han sido tan taxativas que no dieron lugar a continuar el diálogo y han transformado el tema de la supuesta inconsulta en una cuestión de contenidos, lo que ha privado a la casa de estudios de enriquecer las celebraciones de mayo con un matiz local.

Autonomía y emancipación americana

El mensaje transmitido es de una ambigüedad tal que pareciera decir que se lo valora pero no tanto, ya que los íconos universitarios son autónomos de la simbología nacional. Lo explicita el dictamen : “El citado monumento constituye una manifestación en la que la Universidad (...) no ha participado, ni debe necesariamente compartir”. Esto ya es una expresión algo lesiva para la “convivencia respetuosa” aludida y que ofende la identidad histórica cordobesa. ¿Qué mejor manera tienen los claustros

La negativa de la UNC a autorizar el emplazamiento de la estatua de Bustos es también una negación a su valor simbólico y, aunque no se osa explicitarlo, disimula su distanciamiento con el prócer. de festejar el Bicentenario que la de recordar a aquellos rectores, que después de 1810, siendo sacerdotes, hacían a un lado sus oficios clericales y académicos, para tomar las armas o la pluma para pelear como soldados en las batallas contra el absolutismo o el iluminismo despótico del centralismo porteño? ¿No se merecen un homenaje Baigorrí, Saráchaga, Gregorio Funes, Leartes, Castro Barros y otros que entre la cátedra y el Rectorado pasaban a la arena política; o de la docencia al debate encendido en los periódicos de la época? Precisamente, esos que eran editados en la imprenta instalada por Bustos, desde el mismísimo Colegio Monserrat. La negativa a autorizar el emplazamiento de la estatua de Bustos es también una negación a su valor simbólico y, aunque no se osa explicitarlo, disimula su distanciamiento con el prócer, por más argumentos procedimentales a los que se apele, y que bien podían haber sido mejorados en posteriores encuentros. Ricardo Rojas decía que “las estatuas (...) no pueden levantarse sino en los solares de la sociedad a la cual sirvieron”.

Dictamen sin historiador

La ausencia de un historiador en esa Comisión Consultora universitaria, que se expidió sobre el pedido de Cultura de la Provincia, es mucho más que lamentable: es un menosprecio para nuestras mejores tradiciones políticas y, asimismo, para las universitarias reformistas. Se evidencia en el texto emitido: “La intervención se encontraría en la puerta principal de acceso a la Ciudad Universitaria, no tiene una alta representatividad para la Universidad por su falta de correlación con la historia de la misma, sin que esto implique negar algún otro tipo de valor a los prohombres de nuestra historia que no estén ligados a la producción y difusión del conocimiento”. No se sale aún de la sorpresa y estupor causados, pese a lo que se dijo después, sobre que no se deja de valorar la figura de Bustos. Si ello es genuino, alguna vez re-

cordarán los claustros a quien en su momento fue denominado protector de la Universidad. Pero otra negativa más, y van... ¿O sea que la producción de libros, folletos, traducciones y periódicos, por la imprenta de la Universidad, no tiene nada que ver con este prohombre? El periodismo cordobés y la primera escuela de dibujo de la Universidad son también ignoradas. Negar ello nos sume en el asombro y roza la ofensa a la memoria del pueblo que paga a docentes y a investigadores para que la instruya. No existe tal autonomía cuando los recursos académicos salen precisamente de ese mismo pueblo, al que los claustros deben su existencia y la distribución generosa de saber acumulado. ¿Qué clase de autonomía podía haber en un virreinato? Por otra parte, la Secretaría de Cultura de la Provincia dio por supuesto, en este acercamiento, que la Universidad acogería gustosa un símbolo nacional propio de sus mejores días de compromiso con la emancipación. Pero ese “no” obtenido apela a conservar la identidad de un espacio, que permanece vacío desde años, y que se pretende exclusivo, sólo por razones catastrales, en espera eterna de una mejor e hipotética iconografía.

Lo facúndico en las afueras

¿Será que Sarmiento puede merecer un busto y sitio privilegiado en esos predios, y en cambio Bustos, compañero de Facundo en la resistencia federalista, ha de quedar excluido? Parece que continúa aquello de “civilización y barbarie”. Entonces, ¿qué hay del legado reformista de Saúl Taborda sobre el genio nativo encarnado en los caudillos y, especialmente, en Quiroga? Si precisamente aquello de lo facúndico como símbolo de identidad cultural es uno de los más genuinos aportes del Reformismo de 1918. “Cuando (la tradición) es negada (...) el trabajo del espíritu se detiene y se oblitera a virtud de la ausencia de memoria que es de su esencia” ( Saúl Taborda, Meditación de Barranca Yaco). La cerrada endogamia institucional parece ser una deformación del propio espíritu reformista. Por ello, se sugiere interactuar en interdependencia creativa con los gobiernos, pues ello no sólo enriquece al académico, sino al gobernante, tan necesitado de funcionarios calificados; su ausencia sólo privará a ambos estamentos de dichos beneficios. © LA VOZ DEL INTERIOR

Por Antonio Caño Periodista

La revolución pendiente C

omo a los cantantes a los que siempre se reclama la vieja canción de éxito, cada acto de masas en el que participa Barack Obama acaba con el célebre Yes, we can! (Sí, podemos). En los últimos días se ha escuchado mucho. Obama lleva varias jornadas participando en mitines de apoyo a los candidatos demócratas que compiten en las elecciones parciales de este martes, la primera prueba de su presidencia. Pero, un año después de su victoria electoral, el Yes, we can! suena hoy más artificial, ha perdido brío, lo mismo que el movimiento que simboliza. La revolución que nació el 4 de noviembre de 2008 conserva todo su potencial de transformación, pero no tiene ya la energía juvenil de esa noche electoral en la que cientos de miles de personas se echaron espontáneamente a la calle para celebrar el acontecimiento potencialmente más trascendente de lo que va de siglo. Pocos momentos en la memoria reciente despertaron tantas esperanzas como aquella noche, que se recuerda cálida para esa altura del otoño, en aquella parte del continente. Una conjunción de hastío por el período de George Bush y de ansiedad universal por el nacimiento de líderes referenciales, elevaron a Obama a una categoría casi sobrehumana. El color de su piel, su mensaje de progreso y su voluntad de construir puentes de entendimiento en el mundo contribuyeron a crear ese clima. El mundo, en su mayoría, mantiene altas las expectativas, como prueba la reciente concesión del Premio Nobel de la Paz. Pero en Estados Unidos han surgido en este tiempo dudas, inquietudes, tanto en la derecha como en la izquierda, y la fe en Obama está ahora condicionada a su obra. Nada grave ocurrió en este período que permita todavía cuestionar la capacidad de Obama para hacer historia. Preside un gobierno brillante que no cometió errores relevantes. Se salió de la crisis económica, se borraron las huellas más sangrantes de la administración anterior y se pusieron en marcha ambiciosas iniciativas, tanto en el ámbito doméstico como internacional. Obama cumplió hasta ahora con éxito

Un año después de su elección, Obama puso en marcha grandes cambios en Estados Unidos, pero aún no ha definido con claridad su presidencia. la labor de eliminar el pesado lastre heredado de George Bush: los bancos resucitaron, la industria del automóvil vuelve a tener beneficios, la Bolsa está en tendencia predominante al alza, los abusos legales en aras de la guerra contra el terrorismo han acabado –incluso esa denominación ha sido abolida– y Estados Unidos ha recuperado gran parte de su prestigio internacional. En lo que Obama no ha tenido éxito hasta ahora es en la definición precisa de su propia presidencia. Superada la etapa del contrapunto de Bush, falta saber qué aportará Obama a la historia de esta nación. Las encuestas reflejan esa insatisfacción. Obama perdió algo más de 10 puntos desde que asumió el cargo, el 20 de enero, y su respaldo oscila hoy entre el 50 y el 55 por ciento, positivo pero no grandioso. Ese descenso es más acentuado entre los votantes independientes, que suelen ser, lógicamente, los menos ideológicos y los más exigentes a la hora de reclamar acciones, no palabras. Ése es, por supuesto, el talón de Aquiles de Obama hoy por hoy: la falta de resultados tangibles para los ciudadanos norteamericanos. Un problema que se hace más ostensible al contraponerlo con la hermosa oratoria que el presidente exhibió desde el primer día. Los cambios se demoran (sanidad, energía), las promesas se matizan (inmigración, derechos homosexuales) y los plazos se extienden (Irán, Afganistán). Incluso en aquel terreno en el que el progreso es evidente, como en el de la economía, éste se ve opacado por la lentitud en la creación de puestos de trabajo. Se dice con frecuencia que Obama está descubriendo la dureza de gobernar, de hacer realidad los programas electorales. Es cierto. Las dificultades para el cierre de Guantánamo son la mejor prueba. Pe-

ro, más que eso, lo que ocurre es que Obama es un hombre templado de carácter y complejo intelectualmente, a quien le gusta escuchar muchas opiniones diferentes antes de hacer una apuesta. Sus rivales interpretan eso como vacilación y lo acusan, como en el caso de la guerra de Afganistán, de falta de decisión. Un líder primitivo y sectario tiene, en el fondo, más fácil la identificación de su gestión. Obama está aún pendiente de definirla. Eso puede llegar, en parte, con la consumación de algunas de las iniciativas por las que está batallando, especialmente la reforma sanitaria. Aún no se sabe con certeza si Obama podrá cumplir su promesa de firmar una ley para la creación de un nuevo sistema de salud antes de final de año, pero es indudable que se está más cerca de ese objetivo de lo que jamás se ha estado en este país y que parece muy probable que el presidente pueda pronto celebrar su primera gran victoria. Varios asuntos de las relaciones internacionales están también en proceso de maduración: la crisis nuclear con Irán, la firma de un acuerdo de desarme con Rusia y la creación de un marco de cooperación con China. Pero, sobre todo, está por decidir el destino de la guerra de Afganistán, una decisión que, como ninguna otra, ayudará a catalogar esta administración. Estamos, pues, apenas en los albores de lo que puede ser una revolución. Sólo con que una parte de lo que Obama ha propuesto a su propio país y al mundo se cumpliese, nos encontraríamos ante una figura para la posteridad. Pero también podríamos estar en los albores de una monumental decepción. Los norteamericanos no han resuelto aún esa duda, y nadie es capaz de decir todavía si Obama será Roosevelt, el forjador de un nuevo país; o Carter, el honesto intelectual fracasado. Si será Johnson, con toda una obra malograda por el fiasco de Vietnam; o Reagan, el motor de una nueva era conservadora. Es aún pronto para emitir sentencia. La de Obama es aún una revolución pendiente. © El País, de Madrid, y LA VOZ DEL INTERIOR

FRATERNIDAD RELIGIOSA Por Federico Palacios Laico católico. Miembro del Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz)

Cómo vivir alegre en tiempos difíciles

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ne algo mejor para ser desn medio de nuestras cubierto. contrariedades resuena la exhortación del apóstol San Pablo a la coSobre la alegría munidad cristiana de FiliCabe preguntarnos, ahora, pos: “Alégrense siempre en acerca de la alegría; y de si el Señor. Vuelvo a insistir, es posible que ésta impregne alégrense” (Flp. 4,4). cada momento de nuestra Como educador, en los jornada, con sus luces y sus ámbitos en que me desensombras. Al respecto, el revuelvo, me encuentro coticordado papa Montini afirdianamente con planteos dimaba: “La sociedad tecnolóversos acerca de las dificulgica ha logrado multiplicar tades que plantea la realidad: las ocasiones de placer, pero ¿Cómo vivir con paz y encuentra muy difícil enalegría, a pesar de todo? gendrar la alegría. Porque la Formamos parte del orgaalegría tiene otro origen. Es nismo vivo de esta sociedad espiritual”. A lo largo del texque se alegra, pero que tamto manifiesta, conforme con bién sufre y busca modos líla Sagrada Escritura, la recitos e ilícitos, maduros e inlación existente entre alegría maduros, coherentes y fragy Espíritu Santo. Aquella es mentados de asumir las difiuno de los mejores frutos del cultades que se le presentan. Espíritu. “Es precisamente Es indudable que los en medio de sus dificultades tiempos que vivimos son difícuando nuestros contemciles; sin embargo, contemporáneos tienen necesidad de plando la historia de la huconocer la alegría, de escumanidad, encontramos que char su canto” (GD 9). en otras épocas se Ante las difipensó de la misma cultades de este La sociedad manera, siempre tiempo, brilla la con el trasfondo tecnológica ha esperanza de la argumentativo buena noticia de logrado que el poeta Jorge Jesús: “... en el multiplicar las anuncio gozoso de Manrique le legó a la historia: “Todo la resurrección, la ocasiones de tiempo pasado fue pena misma del placer, pero mejor”. hombre se halla encuentra muy transfigurada, En esta historia, el cristianis- difícil engendrar mientras que la mo contribuyó, a plenitud de la la alegría. través de hombres alegría surge de la y mujeres de fe, a Porque la alegría victoria del Crurenovar la alegría, tiene otro origen. cificado, de su coel optimismo y la razón traspasado, Es espiritual. esperanza en mede su cuerpo glodio de dificultades: rificado, y esclapersecuciones, guerras, conrece las tinieblas de las alflictos, revoluciones, enfermas” (GD 28). medades, crisis económicas, Lejos de toda alienación, etcétera. se trata de una gracia espeEstas dificultades opacacial que puede vivir todo creron también el presente de yente. Su propia experiencia muchos que, como en la acen abrazar las cruces de catualidad, manifiestan vivir da día le puede dar la oporen un “sin salida” peligroso tunidad de madurar. para la salud personal y social. No olvidemos que, de Antídoto que “contagia” modo particular en el siglo Los obispos latinoamerica20, el progreso científico y nos en Aparecida nos dicen: tecnológico ha hecho crecer, “La alegría del discípulo es de manera directamente proantídoto frente a un mundo porcional, tanto las satisfacatemorizado por el futuro y ciones como también los suagobiado por la violencia y frimientos humanos. el odio. (...) No es un sentiAsí lo expresó el papa Pamiento de bienestar egoísta, blo VI en su Exhortación sino una certeza que brota Apostólica sobre la alegría de la fe, que serena el cocristiana Gaudete in Domino razón y capacita para anun(GD): “Estas miserias no son ciar la buena noticia del quizá más graves que las del amor de Dios” (Ap. 29). pasado, pero toman una diExisten innumerables tesmensión planetaria; son metigos de la fe que certificaron jor conocidas, al ser difunesta gran verdad (Cfr. GD 33didas por los medios de co43): que la alegría es fortalemunicación social, al menos za y consolación en medio de tanto cuanto las experiencias las pruebas diarias. de felicidad...” (GD 8). Así como el pesimismo se Entonces, en lugar de repuede contagiar, también el ferirnos a “tiempos difíciles”, optimismo que brota de un ¿no sería más correcto hacorazón alegre puede ser coblar de “dificultades de cada municado en su entorno, y tiempo”? De este modo, se de esta manera se transfornos abre un espacio de lima en fuente de vida nueva bertad y no de “cierto deterpara los que lo rodean. Ésta minismo” apocalíptico. es la mejor y la más saludaComo primera conclusión ble alternativa que tenemos podemos desechar la falacia para enfrentar las dificultade que todo tiempo pasado des de este tiempo. fue mejor. Y así, caer en la cuenta de que este tiempo tie© LA VOZ DEL INTERIOR


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