“...AMO TODO LO QUE SEA DISNEY. ME ACOMPAÑÓ SIEMPRE EN MI INFANCIA Y A LO LARGO DE MI VIDA; Y AHORA DESDE ADENTRO...” En estos dos años con “Violetta” te habrán vuelto loco en la calle, como en tus épocas de “Montaña Rusa”… Y sí. Cuando “Violetta” está al aire, es medio un caos, pero no me molesta. Y lo digo en serio. Porque yo tengo un perfil muy bajo. Y no me creo un artista, sí un actor que se rompe el lomo trabajando y estudiando para poder dar todo y más, haciendo clases de canto, de baile, de tap. Hago mi trabajo y me voy a casa, no me expongo ni nada. En la calle la mejor. Pero lo que me mata es cuando una madre o un padre, me paran para felicitarme y me hacen llamar a sus hijos por celular. Me da mucha gracia. Además, súper respetuosos todos. Hay que entender que uno juega con sus ilusiones, nos metemos en sus cabezas, en sus días, compartimos sus tardes, nos esperan para vernos. Pero como yo tengo una vida muy tranquila, mucho no me altera. Salgo poco a la calle, no voy a casi ningún lado y así, sigo haciendo mis comedias musicales por las noches y nada cambia. Por un lado “Violetta” y su efervescencia juvenil y por
el otro “Anything Goes” con la exigencia del espectador adulto… ¿cómo te preparás para cada uno? Yo tomo todos los trabajos por igual. Desde la verdad y la responsabilidad. No subestimo. Porque “Violetta” sea para chicos no es que doy menos y porque en el teatro trabajo junto a Pinti y a Florencia Peña, doy más. Todo lo hago con el máximo de mi potencial. Será poco o mucho, eso lo evaluarán ustedes los periodistas, pero yo siempre me quedo sin nada después de actuar. Y cuando hago teatro infantil peor, porque hago acrobacias, pongo en riesgo mi físico y demás. La única diferencia es que el adulto es más exigente desde un lugar consciente. Si te va a ver al teatro es porque te va a ver cómo bailás, cómo actuás y cantás. El chico es exigente, pero inconscientemente; le gusta o no le gusta y punto, sin grises. Pero ambos van a entretenerse y ahí apunto.
es el momento más puro del actor. Tengo una frase que me quedó mucho que dice que “un actor siempre debe actuar en el escenario, sabiendo que será la primera y última vez que el espectador venga al teatro”. Y eso es buenísimo, porque si es la última vez, tenés que dejarle algo porque no lo va a volver a vivir. Y si es la primera vez, tenés que sorprenderlo como para que siga viniendo. Te iba a seguir preguntando pero después de una definición tan exacta, para qué más… (Se ríe) ¿Lo dejamos para la próxima nota…? Dale.
Es admirable que alguien en pleno éxito televisivo, igual haga teatro de miércoles a domingos. Amo el teatro. Y disfruto siempre que estoy en un escenario. Porque
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