Edición Especial, 31 de Mayo de 2015

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Trinidad, domingo 31 de mayo de 2015

Trinidad

La que yo quiero‌ crecerå sobre nuestros hombros


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Presentación

“La Trinidad que yo quiero…” Por: Cynthia Alina Vargas Melgar

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STAFF GERENTE GENERAL: Cynthia Vargas Melgar DIRECTORA DE INFORMACION: Ana María Tineo Fernández EDICIÓN: Carlos A. Vargas Lara Edwin Flores C. ENCARGADO DE PUBLICIDAD: Fernando Tipuni Melgar DIAGRAMACIÓN: Iver Hurtado Hurtado Impreso en: EDITORIAL TIEMPOS DEL BENI S.R.L. C/ Nicolás Suárez No. 693 Telf. 3 - 46 20808 www.lapalabradelbeni.com.bo www.facebook.com/lapalabrabeni www.twitter.com/lapalabrabeni Trinidad - Beni - Bolivia

n 1986, celebramos el Tricentenario de la Santísima Trinidad; fuimos testigos de esos festejos muchos de los trinitarios que aún habitamos estas latitudes. Llegó el papa Juan Pablo II hasta nuestra lejana tierra, a celebrar misa como parte del evento. Usted, estimado lector, recordará esa importante etapa para la capital beniana. Trinidad era una ciudad pequeña todavía en esas fechas, con sólo algunas calles enladrilladas; la población se unió para vender poleras y otros souvenirs -con motivo del Tricentenario- para recaudar fondos y resaltar la celebración. Sus habitantes tenían proyectos, anhelos, sueños en esa época, todos en torno al desarrollo de la ciudad en un futuro próximo. Eso sucedió hace 29 años… hoy, en una nueva conmemoración de la Chope Piesta Santísima Trinidad, hay coincidencias. Una de ellas es que se prepara la llegada del Santo Padre, no vendrá a Trinidad pero sí a La Paz y Santa Cruz. La mayoría de las coincidencias, sin embargo, se refieren a las demandas de la población y las ansias de desarrollo. Gran parte de las necesidades en cuanto a salud, educación, agua potable, saneamiento básico, infraestructura y demás rubros que hacen al desarrollo local, continúan irresueltas. Es más, se han agravado algunos problemas con el crecimiento poblacional y el avance de la mancha urbana. Lo transmite a diario este matutino, encargado de ser portavoz de los benianos, pero es usted -quien vive en esta región del país- el que cotidianamente debe sortear esas carencias. Con ese objetivo, de continuar siendo su portavoz, esta Edición Especial del Decano de la Prensa Beniana ha querido transmitir no sólo las necesidades de la gente, sino algunas propuestas para aquella “Trinidad que yo quiero…”. Invitamos a varios profesionales y expertos a escribir artículos, de manera que puedan aportar con sus conocimientos, experiencias y vivencias, en este cometido. Como sucede en todas las separatas alusivas a la fiesta patronal, recibimos una amplia y efectiva respuesta a dicha petición. El compendio de esos análisis y sus respectivas propuestas, por rubro encomendado, es el que hoy tiene usted la oportunidad de leer y evaluar. Se les solicitó abocarse a los diferentes rubros que hacen a ese anhelado desarrollo, deseo de todos los trinitarios ya no para un futuro próximo, sino para el presente. Así, quienes aceptaron nuestra invitación e hicieron llegar sus documentos a La Palabra del Beni para ser incluidos en esta Edición Especial, tratan diversas temáticas. Uno de nuestros colaboradores se enfoca específicamente en el tema de manejo de residuos sólidos, planteando algunas soluciones para el problema de la basura que, sabemos todos, es un asunto pendiente para el flamante Gobierno Municipal de Trinidad. La salud no podía quedar al margen de esta secuencia de trabajos que pretender dar ideas para resolver esas carencias a las que antes hacíamos referencia. En ese sentido, un grupo de profesionales

especialistas en dicho tema, unieron esfuerzos para compartir los principales problemas que enfrenta el sector, además de enunciar algunas sugerencias para mejorar el sistema público de salud en la región. Por supuesto que la seguridad ciudadana tenía que generar algunas páginas en esta separata. Usted tendrá la oportunidad de leer, en ese marco, a otro amigo del matutino que se enfocó en realizar un diagnóstico de este álgido problema social, y plantear luego algunas soluciones -graduales e integralespara garantizar esa anhelada seguridad. Dos arquitectos aportaron también con su granito de arena, tocando temas urbanísticos y que es preciso resolver, a la par de enfrentar el crecimiento urbano. Uno de ellos se enfoca específicamente en las galerías (corredores) de Trinidad, en el entendido que hablamos de una ciudad que debería preservar elementos coloniales como parte de su patrimonio histórico. Asimismo, otra profesional en el referido oficio, nos explica el interesante tema de plazas, parques y jardines, con planteamientos que pueden servir de base para la remodelación y/o construcción de esos espacios públicos de interés general, en la comuna. Por otro lado, un profesional en ingeniería civil da su opinión sobre el anillo de circunvalación de la ciudad de Trinidad, entendiéndolo como un protector citadino. El articulista hace primero un análisis sobre la vida útil de esta obra de infraestructura, desde su construcción y hasta la fecha, para luego detallar una serie de enunciados respecto a lo que es preciso encarar como proyectos complementarios a dicho anillo de protección, producto del crecimiento de la ciudad y de su incremento poblacional. El turismo no podía quedar al margen en la Edición Especial. Siendo una ciudad capital, Trinidad tendría que convertirse en un eje articulador y distribuidor de pasajeros que se dedican a esa actividad con efectos multiplicadores. En ese entendido, una querida amiga del periódico es quien se encarga de dar el pantallazo correspondiente. En cuanto a temas productivos, uno de nuestros escritores hace un análisis exhaustivo del abigeato, como asunto preocupante y pendiente de resolución por parte de las autoridades locales, pues definitivamente afecta a un sector fundamental para la economía beniana: la ganadería. Respecto a temas de identidad y cultura ciudadana, tres colaboradores hicieron eco de lo que muchos pensamos. El primero se enfoca en cuanto a la identidad del mojeño trinitario propiamente dicho, resaltada sobre todo en momentos como la Chope Piesta Santísima Trinidad. Los otros dos autores realizan un aproximamiento a lo que es ese ciudadano ideal en la Trinidad que imaginamos, aquel que paga sus impuestos, que recicla, que bota la basura donde corresponde, en fin, que cumple las normas básicas de convivencia en sociedad. Y así… lo dejamos con esta Edición Especial que, de hecho, enriquecerá el debate y servirá como insumo para las nuevas autoridades municipales. Esperamos, como siempre lo hemos hecho, que estas páginas contribuyan a la construcción de esa Trinidad que usted quiere, que yo quiero, que todos queremos…


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El objetivo…

Ser buen ciudadano, ser buen vecino E

l Departamento del Beni, y en especial su capital Trinidad, acaba de pasar una dura etapa electoral, que derivó en la elección de nuevas autoridades municipales, quienes a partir de junio tendrán la obligación -legal y moral- de planificar y ejecutar obras y servicios, que permitan el desarrollo local. Si bien es cierto que la ciudad de la Santísima Trinidad no ha terminado de despegar como tal, quizá por falta de esa planificación que hablamos antes, y porque durante los últimos años no se encararon las obras fundamentales para su crecimiento, en ocasión de celebrarse hoy su 329 aniversario, es necesario hacer una reflexión, respecto al comportamiento ciudadano con nuestra querida casa grande, Trinidad. Por eso, propongo en estas líneas que, usted y yo hagamos un autoanálisis de nuestros actos como vecinos, como vivientes de este pueblo. No entraremos a hablar de infraestructura, servicios básicos y otros temas que son de exclusiva responsabilidad de las autoridades de Gobierno en sus distintos niveles, de acuerdo a las competencias establecidas en la Constitución Política del Estado y las leyes; simplemente proponemos evaluar nuestro comportamiento ciudadano con esta capital y con nuestros vecinos… ¿Cumplimos? Es la pregunta a responder. El pago de impuestos, además de los costos por servicios básicos, limpieza, educación y orden, que derivan en buena vecindad, van más allá de lo literal, convirtiéndose en obligaciones, quizá algunas no coercitivas, pero sí morales y sociales porque recaen en nuestra conciencia; todas ellas, juntas, deberían responder a una sola razón: el amor por nuestra tierra. Son muchas las preguntas que podemos plantearnos… ¿Pagamos los impuestos de nuestros vehículos y de nuestros inmuebles?... O por lo menos ¿nuestro automóvil lo tenemos registrado en este municipio?... En la calle ¿cedemos el paso a otras personas? ¿Cuidamos el ornato público?... ¿Colocamos la basura en su lugar? ¿Respetamos los semáforos? ¿No andamos en contra ruta? ¿Estacionamos en los lugares permitidos? ¿Caminamos por las aceras?... y, sin duda alguna, muchas más, que de acuerdo a la experiencia ciudadana de cada persona, también debe planteárselas y reflexionar al respecto. Como ejercicio, aplicamos -de manera informal- un cuestionario a 10 amigos, sobre temas que conciernen a su rol como ciudadanos y cumplimiento de sus obligaciones, básicamente las preguntas antes formuladas. El pago de tributos municipales -según los entrevistados- es la obligación que la mayoría cumple; todos los demás deberes y obligaciones que tendrían que cumplir como vecinos de esta ciudad, ciertamente los han transgredido, algunas por una vez, otras reiteradamente. ¿Será esa la realidad de la mayoría de los que vivimos en nuestra querida Trinidad?... Usted tendrá su propia respuesta, individual. Como práctica colectiva, sin embargo, podemos dar una vuelta por las calles capitalinas y responder a esas interrogantes; veamos si otros -pero también si nosotros- cumplimos o no, esas normas, iniciando en el hogar, en las calles y avenidas, en las zonas donde hay escuelas, hospitales, y en fin, en todas las circunstancias cotidianas. El compromiso con nuestra ciudad en estas fechas, tiene que responder a ese amor y respeto al terruño donde nacimos o, por circunstancias de la vida, hoy habitamos. Como sociedad civil, debemos actuar con esa responsabilidad hacia nuestro hogar, porque Trinidad es la casa grande, la de todos, en la que convivimos tanto las familias nacidas en esta promisoria tierra como las de aquellos que apostaron por un futuro mejor en esta ciudad amazónica. Las preguntas arriba mencionadas, considerémoslas como un examen de comportamiento, que quizá hasta ahora muchos lo tengan aprobado, pero otros probablemente estén reprobados. A estos últimos, todavía les quedan muchas oportunidades de mejorar su calificación. El reto es tener mejores calificaciones, en una cruzada reflexiva y operativa sobre los deberes y obligaciones ciudadanas, para poder exigirles a las autoridades, con la solvencia moral que corresponde. Que la fiesta de la Santísima Trinidad, sea el punto de partida, para que las autoridades y el pueblo trinitario hagamos un compromiso por el desarrollo

Por: Luis Fernando Ibáñez Becerra *

de nuestra ciudad, para que nuestros hijos, nietos y las generaciones que llegarán, tengan un hogar digno y una tierra de la cual enorgullecerse. El amor por nuestra querida Trinidad, no tiene que quedar solamente en un poema inspirado en sus atardeceres, ni en un taquirari, peor en un discurso de efemérides. Ese amor, debe ser demostrado día a día, con hechos, tanto por las autoridades, así como por los bolivianos que vivimos en estas latitudes. El próximo año, cuando recordemos y festejemos ‘La Trinidad’, luego de una nueva autoevaluación -para algunos de segunda instancia-, ojala tengamos una calificación que nos permita decir que estamos aportando al desarrollo de nuestra tierra. El conocido y repetido eslogan: “El desarrollo del Beni será obra de los mismos benianos” que parece haberse quedado estático pintado en una pared y en los membretes de hojas institucionales, debe ponerse en plena práctica, para que el Beni se sienta orgulloso de una capital moderna, limpia, segura y ordenada. * Abogado de profesión, Asesor de Empresas, Docente Universidad Privada Domingo Savio.


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…la fiesta en general es uno de los elementos en que resurge el actor colectivo central de la antigua misión, ocupando el centro de la ciudad otrora escenario principal de sus actividades. El Cabildo Indigenal organizador de la fiesta, será la instancia fundamental que hace posible la reocupación de esos momentos y espacios. (CIDDEBENI,1990 b:18).

Trinidad: Espacio geográfico y cultural de los mojeños trinitarios

Por: Daniel Bogado Egüez

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os mojeños trinitarios, descendientes del pueblo Arawak, vivieron en Mojos (hoy Beni) desde la época prehispánica. En la época colonial fueron concentrados en centros poblados como Loreto, Santísima Trinidad, San Ignacio y San Javier. En la época Republicana, con el boom de la goma fueron avasallados y tuvieron que retornar a sus antiguos parajes a través del movimiento de búsqueda de la Loma Santa. Sin embargo, los mojeños trinitarios han retornado nuevamente a Trinidad. A través de un largo proceso de idas y venidas, los indígenas mojeños vuelven a Trinidad, no olvidan que Trinidad es “su pueblo”, de esta manera, mantienen redes de parentesco que les facilita su estadía, ya sea de manera estacional o permanente. Los factores que obligan a venirse a Trinidad son múltiples, como la continuidad de estudio para sus hijos, los desastres naturales (inundaciones y sequías), avasallamiento de sus tierras, al margen de la falta de políticas públicas que incentiven a la producción agrícola y pecuaria que sumerge a las familias en la pobreza. Cuando los mojeños llegan a Trinidad, se alojan en el Cabildo Indigenal o en casa de algún pariente. Muchas veces estos familiares o amigos les ayudan a encontrar trabajo que les permitirá mayor independencia. Pero en todo este éxodo, un elemento que alegra la vida de los mojeños, es la celebración de la “Chope Piesta” o fiesta grande, la fiesta patronal que se celebra en la Santísima Trinidad”1. La participación de los indígenas en la Chope Piesta, es una manera de interpelar al mundo carayana sobre la legitimidad de vivir en “su pueblo”2. En este sentido, tanto los indígenas del Cabildo como los que vienen del campo conciben a Trinidad como parte de su espacio geográfico y cultural desde el cual emerge y se desarrolla su identidad.

El Cabildo Indigenal es el elemento cohesionador de la identidad cultural del trinitario tanto indígena como no indígena. Los indígenas que viven en la zona del Cabildo participan activamente de las actividades de dicha organización y son objeto de un “reconocimiento” por parte de las autoridades tradicionales como también de las autoridades religiosas, políticas y municipales. Un fenómeno cultural muy importante que se observa en la Chope Piesta, es la apropiación de los elementos culturales de los indígenas por parte de los no indígenas a través de su participación en la Entrada Folklórica. La calle Cipriano Barace y la plaza principal José Ballivián se llenan de colorido, música y danza al compás de las bombillas que ejecutan los estudiantes ‘carayanas’. Considero que Trinidad está rearticulando y fortaleciendo su identidad cultural, pues las nuevas generaciones no solo bailan para la Chope Piesta, sino que se están interesando por buscar las raíces de esa identidad cultural; la Chope Piesta es un referente que nos invita a ser parte de una misma cultura, la cultura mojeña trinitaria. Durante la Chope Piesta los referidos indígenas hacen una toma simbólica de la ciudad de Trinidad, afirmando así su ser trinitario, por ello es que se esmeran en preparar

con lujo de detalles cada momento de su participación, todo debe estar perfecto para el gran día en que los mojeños ingresan al centro de Trinidad ya no como cargadores, ni venteros ambulantes, sino con altivez, con prestancia y gallardía, como queriendo detener el tiempo en ese instante y sentirse nuevamente dueños del centro de Trinidad, pues saben perfectamente que ya no pueden ocupar ese radio urbano en forma permanente como lo solían hacer tiempos atrás: “Los pueblos ya no son de nosotros, son de los karaiyana, ellos nos han botau”, refería Riester (1976). Los mojeños trinitarios, pobladores tradicionales de Trinidad, exigen a las autoridades el reconocimiento de su ser diferente, exigen que no sólo se acuerden de ellos cuando llega una autoridad nacional y los exhiben como el patrimonio cultural a través de su folklore. Exigen un pedazo de tierra en restitución de aquello que les fue arrebatado, un lugar donde puedan habitar con seguridad jurídica y laboral, un espacio para vivir con dignidad, donde los demás ciudadanos los respeten y valoren por su condición de seres humanos portadores de elementos culturales que son el referente de su identidad… la identidad del mojeño trinitario.

1 Coincide esta celebración con la fiesta del Gran Poder que es cuando los indígenas aymaras ocupan el centro urbano de “la ciudad de La Paz”. 2 Muchos indígenas trinitarios sostienen que Trinidad es su pueblo, lo fundaron sus antepasados en la época colonial y ellos tienen los mismos derechos de estar aquí como cualquier ciudadano. Por eso es que resulta un poco difícil denominarlos “migrantes” y preferimos llamarlos ‘puebleros’ como ellos se denominan.


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El ciudadano que imagino para la Trinidad que tenemos Por: Wilder Molina A.

Un buen ciudadano para una linda ciudad La idea que tengo sobre el buen ciudadano es simple: es aquel que ejerce su libertad de encontrar alguna felicidad o desahogo en algún lugar de la ciudad, hasta un límite máximo, de tal manera que no afecte la libertad de otro u otros ciudadanos que también están en la misma búsqueda. El buen ciudadano se realiza y se manifiesta respecto a su compromiso con valores y cumplimiento de reglas, no necesita por tanto la vigilancia de los otros o la certificación de algún poder externo, se verifica aún en la soledad de los lugares públicos que recorren la ciudad. En suma, como tan sencillamente explica el filósofo francés Regis Debray en su libro “La República explicada a mi hija”, un verdadero republicano -el ciudadano que ama la cosa pública, el bien de todos- es aquel que en un paraje desierto, a las tres de la mañana, sin un solo auto a la vista, se detiene ante un semáforo rojo. Pero… en Trinidad no todas las calles tienen semáforo Un trinitario vecino -sea un taxista que traslada a un enfermo de emergencia con el argumento de llegar rápido, un joven que puede ser su hijo saliendo de alguna discoteca a toda velocidad sin motivo, un político que tiene la obsesión de hacerse adular en una asamblea de barrio- con la creatividad que lo caracteriza en su orgullo de romper la regla, dirá “es que en Trinidad no hay semáforos en todas las calles, entonces no tengo cómo probar si soy buen ciudadano y le echará la culpa al alcalde”. Cuando el ejemplo de Regis Debray nos dice que el buen ciudadano lleva su semáforo en la conciencia, no importa si en esa esquina solitaria no encuentre más que sombras de la noche. En nuestra ciudad, a cada paso, se encuentra un buen padre, una incomparable madre, un experto chofer de taxi o mototaxi, una envidiable cantante, un inteligente político, un ingenioso comerciante, un ganadero emprendedor, un gran amigo, aquel que defiende a raja tabla a su compañero cuando atropella a otro, demostrando su lealtad al amigo antes que a la razón de obedecer las leyes. El buen ciudadano no solamente se forma, se muestra y demuestra, en los espacios públicos, es decir, en las calles, las plazas, las iglesias, las terminales, por citar algunos de los muchos lugares de interacción pública. Es aquel que sale vestido de esa conciencia política desde la intimidad de la casa familiar, cuando alguna necesidad lo lleva a ubicarse en algún espacio público. Pero no solamente es la casa donde se construye el estilo del buen ciudadano, porque si así fuese bastaría la dirección de los padres. Ser buen hijo o ser buen padremadre, en la casa, no es garantía de ser buen ciudadano en las calles de la ciudad, en sus lugares oscuros o en sus lugares claros. Buen padre o buena hija es quien cumple con las reglas o deberes del hogar, un buen ciudadano es aquel que cumple con las reglas de la ciudad, con defender la “res pública” que es el respeto a todos en sus derechos de ser vistos en las calles como gente igual que uno mismo. Trinidad no tiene la culpa Nuestra ciudad, como toda sociedad, es un mundo de normas, deberes aquí, deberes allá, mandatos a cumplir, sanciones a recibir. Las reglas para ser

cumplidas no tienen que dejarse escritas en cada esquina o que sean leídas por las calles a través de altoparlantes de donde salgan mensajes sobre lo que se debe hacer o no hacer. Para tener buenos ciudadanos no necesitamos la vigilancia obsesiva a través de cámaras escondidas en las esquinas, en plazas y avenidas que persiguen todos los movimientos públicos de los caminantes. Trinidad no necesita parecerse a Londres. Las reglas de la ciudadanía, un buen ciudadano debe llevarlas en la memoria y en los movimientos de su cuerpo, tiene una orden que cumplir desde su propia conciencia. Pero entonces… ¿dónde y cómo se crea esa conciencia?, la respuesta es simple y compleja a la vez: con educación ciudadana. Es compleja porque la trasformación hacia un buen ciudadano no depende de la educación en casa, o en una escuela bien pagada, o de modelos de personas representadas en los políticos poderosos y en sus hijos, que dicho sea de paso, son muchas veces los peores ejemplos de ciudadanos. Vuelvo a Regis Debray que con tanta sencillez le explica a su hija: “el ciudadano es aquel que considera que sus ganas no tienen la última palabra y finalmente le parece bien que la policía lo someta a la prueba del alcohol, como a los demás”. ¡Fea la ciudad!… o ¿feos los ciudadanos? Cuándo algún buen vecino -a veces en silencio por miedo al contraataque o por impotencia de no saber dónde encontrar ayuda- dice que nuestra Trinidad es fea, en realidad pienso que, en todo caso califica que tenemos vecinos feos o autoridades feas. Seguro que, para lanzar una conclusión en ese sentido, ese alguien mira la limpieza de sus calles, la actitud de los transeúntes, la forma que se estacionan los vehículos frente a los bancos o los colegios, el trato del empleado púbico que mira las condiciones del color de piel o de la muñeca antes que su obligación de atender a cualquier ciudadano, por mandato de la Ley misma. La condición de ciudad bonita la hacemos sus habitantes, más allá de algunas virtudes de geografía y topografía que tenga por don de la naturaleza, si bien las calles asfaltadas son un parámetro de la eficiencia del alcalde, la prueba del buen ciudadano se encuentra en lo que hace, cada uno, a cada instante en su casa y en la calle. Trinidad en su parte urbanística, de plazas floridas o servicios básicos que funcionan bien, puede que dependa de un buen alcalde, pero la tranquilidad, el respeto y la convivencia, es obra de un buen ciudadano. Siempre digo que prefiero tener un mal alcalde a malos ciudadanos vecinos. El riesgo de tener autoridades siempre será algo posible en una elección, porque todo lo que se dice en campañas políticas son promesas o hipótesis con alto riesgo de incumplimiento, sin embargo la democracia nos resguarda la posibilidad de quitarle apoyo a un político en la siguiente elección. Los malos ciudadanos son el peligro mayor de la convivencia urbana, porque además no existe un proceso electoral para cambiarlos por votación sobre esa condición. Algunos prototipos de mal ciudadano El ciudadano que se ríe del semáforo rojo y de nosotros. Aparece en su


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vehículo cualquier momento en una esquina, puede ser colegial, puede ser un veterinario, puede ser hijo de un ganadero o de un profesor de escuela rural, no importa, en pleno sol de media mañana o en una tarde nublada de sur, se para y observa, a veces escupe al frente para marcar su camino, seguro que califica como menores de razón (tontos) a los otros que esperan sufriendo por no romper las reglas y luego dispara contento de su logro. Rompe la prohibición dando premio a su propio orgullo que quizá sí o quizá no, sea el de sus padres, mientras los otros ciudadanos se miran como dice el Chapulín colorado: ¡Oh!… y ahora ¿quién podrá defendernos?. El ciudadano que toma la calle como su patio. Aparece todos los días; se muestra con la muchacha bonita que comparte su liberación ficticia en la esquina de la avenida 6 de agosto; en el viajero que por ir nada más que a Casarabe, en algunos casos a depredar lo poco que queda de vida silvestre, hace la despedida con una cerveza y tira la lata con orgullo y rabia en nuestras narices puestas en la calle. Es también el hombre que por festejar el cumpleaños de su cuñado ordena el cierre de la calle con el camión que tiene y si no tiene llama a su amigo que le preste uno para romper las reglas y cumplir su propósito. Claro, después no hay quien lo pare, menos un sencillo policía, a no ser que venga otro arrufaldado. El ciudadano que espero… No basta que seamos comprometidos con el bien privado, con la amistad, con el amor a la familia, que son las grandes virtudes del modo de ser de nuestros habitantes trinitarios, es necesario también que seamos respetuosos del bien público. Ser buen amigo no garantiza ser buen ciudadano, lo uno no da lugar a lo otro. La confianza que en nuestra ciudad hace más fácil contratar créditos en algún negocio es un gran valor, como también es cuando alguien nos dice que no importa si le falta un centavo lo trae otro momento, al igual que la solidaridad siempre manifestada por alguien en los momentos que alguno de nosotros tiene una emergencia repentina. Mi deseo es que hagamos de Trinidad una verdadera “res pública”, una cosa pública de todos, regida por leyes y no por caprichos personales, o por pruebas de poder o por vanos sentimientos de superioridad de color o de patrimonio.

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Empecemos por nuestra casa, que el padre eduque a su hijo o que éste con respeto le explique a su madre un nuevo modo de ser en la ciudad que trae de la escuela, que la buena actitud del alcalde y de sus parientes sea un ejemplo, que no utilicen su nombre para hacer valer su capricho, que las chicas bonitas no se hagan la burla del color de la piel o del acento de un sencillo policía de origen andino, al ser interceptadas cuando evaden el semáforo rojo. Que ese policía también sea respetuoso y haga cumplir la Ley a quien corresponda y no sólo a algunos. En la ciudad que yo quiero, primero espero tener buenos ciudadanos antes que un buen alcalde, a no ser que él destine plata del Estado para educar a la gente y formar buenos ciudadanos, día a día.


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Expendio de carne, salud pública y abigeato en la ciudad de la Santísima Trinidad Por: Roberto Aguilera Guzmán*

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a ciudad de la Santísima Trinidad, está considerada como la ciudad que consume la mayor cantidad de carne del departamento del Beni, seguida de Riberalta y Guayaramerín. Sin embargo vemos con mucha preocupación que pese a los esfuerzos del SENASAG por hacer que la población consuma carne inocua, mejorando el sistema de matanza, en el momento del expendio todo este esfuerzo se echa a perder cuando vemos las condiciones poco higiénicas en la que se presenta la carne a la población demandante de este tan delicado y necesario producto. La carne, siendo un alimento altamente perecedero, en nuestra ciudad, es manejada de forma irracional y totalmente insalubre. Los lugares de expendio de este producto en su mayoría no están registrados formalmente y lo que es peor, en la mayoría de los casos no se cumple con la más mínima condición higiénica necesaria para considerarse friales. En cuanto a la inocuidad alimentaria se refiere, la higiene es poco o nada, practicada en los diferentes tipos de venta o expendio de carne, con excepción de algunos super y micro mercados que cumplen con los requisitos mínimos requeridos por las normas sanitarias para proteger a los consumidores. La carne en la ciudad de Trinidad se vende al público en cualquier tipo de negocio. Puede ser frial, carnicería, pulpería e incluso en lugares que nada tienen que ver con el expendio de alimentos, como son las ventas informales de combustibles o ropa usada. Esta falta de control, además de atentar contra la salud pública de los consumidores, permite por otra parte el fomento a actos ilícitos tipificados como delito de abigeato. La carne de procedencia clandestina afecta al sector ganadero en todos sus niveles, ocasionando grandes pérdidas económicas a los propietarios de los animales además de diversos problemas sociales y a los consumidores por temas de salud pública. Animales faenados clandestinamente no garantizan para nada la inocuidad del alimento que llevaremos a nuestra mesa. Las instituciones que participan en el comercio de la carne en la ciudad de la Santísima Trinidad, liderizadas por FEGABENI, identificaron como uno de los problemas más álgidos en el control de la cadena cárnica, la falta de un catastro municipal de los puestos de venta de este producto en la ciudad; esto motivó a la elaboración de un trabajo dirigido en el departamento técnico de FEGABENI el año 2014 con el apoyo del egresado en medicina veterinaria y zootecnia, Rodrigo Flores Quispe, quien se encargó de todo el levantamiento de la información para su posterior procesamiento en gabinete. Se georreferenciaron los puestos de venta y se observaron las condiciones de expendio de la carne, registrando también las deficiencias de infraestructura, equipamiento, medidas higiénicas y manipulación del producto. Para este trabajo se clasificó a los puestos de expendio de carne en: “buenos”, “regulares”, “malos” y “pésimos”. Esta tipificación se elaboró en FEGABENI con el objeto de mostrar una imagen real de las condiciones de expendio al público consumidor del delicado producto, haciendo notar que, la presente clasificación no corresponde a ninguna normativa sanitaria ni de inocuidad, toda vez que ésta, únicamente considera los requisitos mínimos de infraestructura,

equipo e higiene para aprobar la licencia, caso contrario no califican. La comercialización interna de carnes y menudencias en mataderos y frigoríficos debe cumplir con lo establecido en los reglamentos y disposiciones emitidas por la autoridad sanitaria que es el SENASAG. La comercialización de las carnes y menudencias al por mayor se debe realizar en mataderos y frigoríficos debidamente autorizados por el SENASAG, institución responsables de la integridad y peso de las carcasas y menudencias, desde el beneficio hasta la salida del establecimiento. La comercialización de carnes y menudencias al por menor se debe efectuar en mercados, friales y carnicerías. Los mercados donde hubiese puestos de expendio minorista de carnes y menudencias deberán contar necesariamente con instalaciones adecuadas y cámaras frigoríficas. La información obtenida del trabajo ha tenido resultados interesantes que los hacemos conocer a la opinión pública y consumidores del producto carne:


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LUGAR DE EXPENDIO CARNICERIA FRIAL MERCADO MICRO MERCADO

MOLEDORA DE HUESO PULPERIA

PUESTOS PIEZAS/DIA 12 38

PROMEDIO 3,17

2 74

1,00 0,86

15 45 3

73 215 10

2 64

4,87 4,78 3,33

SUPER MERCADO 1 2 2,00 TOTALES 404 2,66 Son ciento cincuenta y dos puestos 152 de venta con un expendio promedio diario de 404 piezas (101 reses).

CONDICION BUENA

PUESTOS

REGULAR MALA PÉSIMA TOTALES

6

67

PIEZAS / DIA 28 292

74 74 5 10 152 404

PROMEDIO 4,67 4,36 1,00 2,00 2,66

Nótese en este cuadro la cantidad de puestos de venta en malas y pésimas condiciones de expendio.

CONDICION DEL PUESTO BUENO Total BUENO MALO Total MALO PÉSIMO Total PÉSIMO REGULAR

PATENTE HAM TIENE NO TIENE NO TIENE NO TIENE TIENE

Total REGULAR TOTAL GENERAL

CANTIDAD 6 6 74 74 5 5 19 48 67 152

Casualmente los puestos de venta pésima, regular y malos no tienen patente de funcionamiento. A través de lo expuesto nos permitimos recomendar a quien corresponda: • Efectuar el registro de todos los expendedores de carne por parte de la Honorable Alcaldía Municipal de la ciudad de la Santísima Trinidad. • Trabajar en forma conjunta SENASAG y HAM para aplicar normativa sanitaria de los lugares de expendio público de carne en la ciudad de la Santísima Trinidad. • Coordinar acciones entre FEGABENI y la Policía Rural y Fronteriza del Beni para el control de la procedencia de la carne en los diferente puestos de expendio de carne en la ciudad de la Santísima Trinidad. • Mantener actualizado, en programa informático, el catastro de puestos de venta de carne para el control sanitarios y de abigeato. • Amonestar a propietarios de puestos de expendio público de carne clandestinos que ponen en riesgo la salud pública de la población y que fomentan el abigeato en la ciudad de la Santísima Trinidad. *Es Médico Veterinario Zootecnista


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TRINIDAD

en su 329 aniversario

Av. Cipriano Barace # 51 Teléfono 591)(3) 4622000

www.upds.edu.bo

E

n esta Chope Piesta reafirmamos nuestro compromiso con la ciudad, brindándoles un mejor servicio con calidad y esmero. Santísima Trinidad, mayo de 2015

Farmacias El Carmen, felicita a la ciudad de la Santísima Trinidad en su

329 Aniversario

sta! e i P e p o h C Feliz

¡Felicidades Santísima Trinidad!

en tu 329 Aniversario

d "El sabor y la calida nos hace diferentes"

Pollos

Joel

Más cerca para darte una mano


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Centro histórico y deterioro de la imagen urbana René Monje Morant*

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ntes de abordar un tema importante referido a Características de la Arquitectura regional y fundamentalmente la relacionada al Centro Histórico de la capital beniana, es necesario referirse a la historia para de esta manera comprender en su verdadera dimensión el tema urbano y por qué debemos considerar y relievar su importancia. El valor de nuestra arquitectura es tal, que no solo debe llamar a la reflexión a las autoridades ni a quienes de una u otra manera intervenimos en el escenario urbano, sino a la población en su conjunto. Comprender, valorar, proteger, recuperar aspectos de nuestra herencia e identidad cultural del patrimonio arquitectónico nos da la posibilidad de demostrar al mundo que somos respetuosos de los legados y permitir exhibirlos en su verdadera dimensión, simbiosis en la que dos culturas intercambiaron y amalgamaron conocimientos. Me voy a permitir para el efecto, transcribir elementos de análisis y consideraciones expuestas en un documento que considero muy importante cuando nos referimos al desarrollo de la Arquitectura en Trinidad y sus componentes, me refiero al “Proyecto de preservación del centro histórico de Trinidad Beni” -1980-, un trabajo realizado por un equipo de investigadores profesionales arquitectos, a quienes es necesario citar: Arq. Virgilio Suárez Salas, Arq. Ramón Gutiérrez (experto argentino), Arq. Aquino Ibáñez Cuéllar, Arq. Renato Parada Allende, sin dejar de mencionar al Arq. Alfredo Ascarrunz Rivero (+) cuyo interés y compromiso con la ciudad, impulsó, viabilizo y posibilitó este importante estudio. Antecedentes La influencia de las Misiones Jesuíticas fue determinante en la tipología de la vivienda regional mojeña, la historia describe que en su tarea evangelizadora los curas jesuitas fundaron reducciones en el oriente boliviano y sobre este programa se conformó la ciudad de Trinidad (el año 1769 es trasladada a su actual ubicación). Trazado urbano La misión Jesuita introdujo un orden súper-estructural en el medio natural de la pampa y el monte, de tal forma que el trazado urbano implantado fue concebido y/o planteado a partir de un espacio comunitario definido por la plaza, constituyéndose por sí misma en el epicentro de los acontecimientos cívicos y religiosos, asimismo y sobre la base de un esquema racionalizado de calles tiradas a cordel, formaron un damero. Esta singular forma de estructurar el espacio urbano, se convierte en el punto de partida para entender el desarrollo y crecimiento de nuestra ciudad. Viviendas Formadas en manzanas, todas eran idénticas. La construcción sistematizada que impusieron los misioneros, si bien respetaba la experiencia indígena sobre todo en lo que se refiere al uso de materiales del lugar (techos de hojas de motacú, sujo, y tabique), condicionó otras, cambiando radicalmente el modo de vida de los indígenas. Sin embargo aunque se tendió a un modelo en común, se relativiza la aplicación de la premisa, pudiendo comprobarse que las viviendas, finalmente se distribuían de diversos modos según lo permitía el lugar. Según el jesuita Eder, la tipología que reproduce como propia del pueblo, contaba con 21,00mt. De largo, 11,50mt. De ancho y 8,60 mt. De alto. De ellas 2,15mt de ancho tenía el corredor o galería, que se ejecutaba con el objeto de protegerse de las inclemencias del tiempo (lluvias) alejando los muros de la humedad y proporcionar sombra. La reiteración de estas tipologías de vivienda definió el carácter de la arquitectura popular mojeña, pues reunidos y trabajados en conjunto los materiales de construcción que el mismo medio les proveía, concretó con el corredor frontero el espacio de transición que había de unificar el lenguaje expresivo de la zona. El corredor o galería Elemento funcional que daba respuesta a las necesidades de protección climática, a la defensa de la tecnología constructiva del paramento de adobes ó tabiques, proporcionaba sombra y configuraba el punto de reunión de la familia y el vecindario. En éste ámbito se cultivaron los ruedos de tertulias entre familiares y vecinos, realizadas noche tras noche. En estos públicos escenarios se aprendió a hacer de la conversación todo un arte y de la amistad un culto; en el interior de las viviendas la


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galería se convierte en una verdadera sala de estar; todavía allí se ven colgadas las hamacas. Afirmaba el padre Eder que las galerías se soportaban en horcones ó pies derechos de madera, constituyéndose el principal elemento constitutivo. Una arquitectura simple, sabia y sensata que buscaba responder a las características climáticas y al modo de vida de los pobladores de los llanos de Moxos. Arquitectura de fin de siglo Trinidad tuvo su mayor impulso de crecimiento entre los años 1920 a 1940, frenada momentáneamente por la guerra del chaco, en el año 1940 la mancha urbana era de 25 Has., con una ocupación física orientada hacia la parte norte del arroyo San Juan. Producto de las transformaciones de la economía regional basada casi exclusivamente en la producción ganadera, el crecimiento cualitativo de la ciudad fue notorio entre 1920 y 1950, a mediados de siglo existían 15 edificios de altos que constituían la medida del “progreso”. En la década del 60, producto de las migraciones internas, de la consolidación de fincas urbanas y la apertura de oficinas públicas y privadas, Trinidad, sufre un incremento poblacional que hace cambiar radicalmente la imagen de la ciudad, se modifica el paisaje urbano del centro histórico tradicional, constituido por las 20 manzanas que hasta 1930 conformaban la estructura de la misma. Por otra parte en ésta década se abrieron nuevos criterios urbanísticos para las nuevas áreas urbanas que se generaron, bajo esta concepción, proliferaron viviendas tipo “chalet”, con retiro de la línea municipal y jardín delantero, trama ajena y despersonalizada casi sin conexión con el resto de la ciudad. En el casco central, actual “Centro Histórico”, disposiciones municipales como las de 1971, dispusieron que se derribaran los horcones de madera y se los reemplazaran por pilares de mampostería modificando la tecnología de la galería pero que no alteró la respuesta funcional y social. En definitiva fue un renovarse en lo externo manteniendo lo conceptual. Arquitectura actual El acelerado crecimiento producto de migraciones internas , que tuvo la ciudad de Trinidad estos últimos 35 años, principalmente a partir de los años 70, ha generado un gran caos y desorden no solo en la trama urbana, sino en la imagen de la ciudad, rebasando ampliamente toda norma técnica y legal en materia de planificación y control. En muchos edificios construidos con “estilo” particulares o muy sui géneris, el corredor o galería ha perdido su condición de espacio público y de uso específico, convirtiéndose en espacio de exposición y venta de los más diversos productos, al extremo

en muchos casos de sellarlas completamente con telas multicolores, creando de esta manera obscuros callejones. En otros casos la escala humana se pierde porque se han desproporcionado las alturas de las columnas, situación que definitivamente distorsiona su principal función. Por otra parte, las columnas o pilares y balcones, que son elementos integrantes de la galería, han sido desvirtuados al grado de ocuparse totalmente y servir para promocionar oficios y productos provocando una marcada contaminación visual. Se puede evidenciar en muchas de las edificaciones emplazadas en nuestro Centro Histórico, que no se realizó un análisis adecuado en el proceso de aprobación de proyectos, obviando de algún modo la armonía del contexto urbano. La arquitectura practicada (no en todos los casos) demuestra una expresión formal y funcional que no difiere en nada con la ejecutada en ciudades del occidente del país (Se asemejan a los ‘cholets’, arquitectura practicada en El Alto de La Paz, reconocida a nivel internacional) y que lamentablemente no refleja el carácter que debiera tener nuestra arquitectura. La modernidad, la técnica y la tecnología no son un impedimento para desarrollar una arquitectura acorde al contexto urbano, teniendo siempre como premisa el respeto a la herencia arquitectónica patrimonial. Aspectos conclusivos Se puede concluir que el lenguaje expresivo arquitectónico que más caracteriza a nuestra región, es sin duda alguna la galería, por lo tanto los esfuerzos de todos quienes tenemos que ver con el desarrollo urbano (personas naturales ó jurídicas) debemos centrar el trabajo en la búsqueda de los mejores mecanismos que lleven a recuperar este espacio que identifica y valora nuestra herencia patrimonial, delineando políticas y normativas coherentes que garanticen la preservación y revalorización de la arquitectura del Centro Histórico, razón por demás valedera en la tarea de otorgar a Trinidad el rango de ciudad prestadora de servicios y de oferta turística con identidad propia. Sentar las bases para preservar la identidad de la ciudad y sus habitantes, y para ello la galería o corredor juega un papel protagónico y esencial. En la formación de futuros arquitectos no puede soslayarse la importancia de este espacio funcional, de tal manera que los aportes arquitectónicos que surjan incorporen a la galería no solo en la vivienda sino en todo aquel espacio intervenido público y privado, demostrando que se puede articular mediante propuestas creativas una arquitectura vanguardista incluyendo la galería; sobre todo en aquellos sectores donde corresponda diseñarla y/o ejecutarla. El aporte arquitectónico producto de esta simbiosis tendría que dar como resultado una expresión formal que nos sitúe en un contexto particular y nos defina un lenguaje propio. En esta búsqueda existen algunos ejemplos que muestran aún tímidamente este ejercicio… pero sin duda alguna se avanza. Trinidad, mayo 2015 *Es Arquitecto de Profesión, Vicerrector UNIVALLE Regional Trinidad


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Una reflexión de consideración:

La basura es un tema ambiental en Trinidad Por: Hugo Padilla Monrroy*

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uando los avances del progreso y la tecnología actual no habían tocado las puertas de la ciudad de la Santísima Trinidad, y podemos decir hasta entrados los años ’70 y ’80, del anterior siglo, donde las formas de recojo de la “basura”, permitan designar así a los desperdicios y desechos de la vida cotidiana, no eran de tan alto volumen, donde una población de los treinta mil a treinta y cinco mil habitantes, todavía no conocían los envases plásticos, las protecciones de isopor y los contenedores de materiales originados por la industrialización y fabricación de los derivados del petróleo, hacían de estos residuos del consumo y uso humano, cantidades bajas y degradables. Cuando los medios de recojo, por parte de la H. Alcaldía Municipal, era precario y sin los medios adecuados para este menester, cuando incluso las áreas habitables no alcanzaban las 7 a 8 cuadras alrededor de la plaza principal, esa basura, consistente en polvo, recortes vegetales, algunos cartones y papeles y en algún caso ropa y otros de uso doméstico, tenían su tratamiento y se los desechaba mediante la quema y/o entierro al final de los canchones y en las cuadras principales, existía desde tiempos del ancestro, áreas de uso común, en el centro mismo de la manzana cuyo uso era comunitario, en ella, todos y cada uno de los vivientes y propietarios de los predios en esas manzanas, depositaban y quemaban su basura en un determinado día de la semana. Conforme los avances del progreso fueron avasallando la ciudad y el crecimiento demográfico exigió a las autoridades edilicias, pensar en las soluciones acorde con esos crecimientos, en los términos del recojo de basura, las soluciones fueron dándose precariamente y es así que a finales del siglo pasado, se concreta la creación de una entidad municipal de recojo de la basura que producía la población y nace casi violentamente EMAUT, que hasta ahora sigue sirviendo a los requerimientos de los habitantes. La Empresa Municipal de Aseo Urbano Trinidad (EMAUT) es la encargada de la gestión de residuos sólidos de Trinidad. Fundada el 22 de marzo de 1993, comenzó a operar a partir del 21 de agosto de 1995, otorgando inicialmente un servicio gratuito hasta mayo de 1996, cuando se comenzó a cobrar por el servicio una vez aprobadas las tasas por el H. Senado Nacional. Se ha denominado y se ha pretendido enunciar unos eslóganes como: “Trinidad la limpia”, o “Trinidad la linda”, en términos de nuestra querencia ciudadana a este lar que nos cobija, sin embargo somos nosotros mismos, (los habitantes) quienes nos encargamos de enlodar esas aspiraciones, por razones de todos conocidos: Primero nos

falta la educación necesaria para evitar que nuestras calles, parques y otros sectores, sean depósitos y acúmulos de los desperdicios de transeúntes, nadie tiene el cuidado de guardar su basura, hasta encontrar un lugar adecuado para depositarla, no nos olvidemos que un papel, una bolsa o botella plástica, botada en la calle, es trabajo de recojo para otra persona que debe ser respetada. No olvidemos también que esos desperdicios, en las vías, por el arrastre de las lluvias, van a para a las cunetas del pobre drenaje pluvial de la ciudad, lo que ocasiona el congestionamiento del agua de lluvia con los consiguientes procesos de inundación y rebalse a las viviendas. Se observa que la empresa encargada del recojo de la basura en Trinidad, trabaja con alguna regularidad y que por información de su responsable, la disposición y programación en el recojo de los desperdicios y desechos está planificado y con la solvencia técnica adecuada, aunque los tropiezos en diferentes aspectos, son por el comportamiento de los usuarios del servicio, en cuanto a discriminación de los tipos de desechos. Se estima el recojo de 65 ton./día, siendo que las estimaciones para la época fueron de 44 ton./día, ello ha conducido a estimar un crecimiento del 9%, en el periodo 2013/14; cuyos ingresos en el periodo 2014, han sido de Bs6 millones y una cancelación por el recojo de residuos peligrosos de 180.00,00 bs.; existiendo un retraso en las cancelaciones por parte de ENDE, (Agente recaudador), de dos meses por los ajustes contables que se realizan mensualmente, considerando que las moras en el pago, son similares en porcentaje con las de esta entidad; la tasa de cobro para EMAUT es un porcentaje del consumo de energía eléctrica. El proceso de colección de los residuos y desechos en la ciudad de Trinidad, es un ciclo lógico, que se desglosa en: La generación: donde el habitante colecta apropiadamente su basura y la dispone para, la recolección, cuando el empleado del servicio, recoge y dispone en el medio de: transporte, que es el vehículo que trasladará adecuada y con seguridad su carga hacia el: tratamiento, lugar donde es depositada para el cumplimiento de los procesos de clasificación de los residuos, para su: Reducción, Reciclar y Reutilizar. En cuanto al botadero de uso actual, fue calculado para un uso de 15 años (1995 - 2010), estimando una población servida de 300.000 habitantes, sin embargo por la tasa de crecimiento de la


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basura, y el tiempo transcurrido ha influido que para la fecha, este lugar de disposición hubiese ya alcanzado más del 90% de su capacidad, por ello en forma urgente, se requiere un Proyecto de estudios del nuevo relleno sanitario, cuyo monto estará financiado en contraparte por el GAM de Trinidad en un 30% y el MMA y A en un 70%. No toda la población está contenta con los servicios de EMAUT, sin embargo hay que conocer que la basura que esta entidad debe recoger, es la proveniente de los procesos de generación de vivienda, debiendo considerar que los desechos de construcciones y demoliciones, son procesos diferentes; de la misma manera que los desechos peligrosos, denominados así por su riesgo y complejidad que generalmente son provenientes de procesos especiales de hospitales y/o laboratorios clínicos. Tienen de parte de la empresa equipamiento y depósito especial. Tareas pendientes Sin embargo hay objetivos para alcanzar como políticas inmediatas, son necesidades que las nuevas autoridades edilicias deberán encarar de manera inmediata, como se anotan en los siguientes puntos: ü Proyecto del Relleno Sanitario ü Nuevo terreno para el Relleno Sanitario ü Proyecto de ley de Reglamento de Residuos Sólidos por el GAM. de Trinidad. ü Plan de higiene y seguridad industrial del Personal de EMAUT. Muchos son los defectos que tiene una ciudad como Trinidad, en cuanto a su aspecto urbano, por los temas de basuras que deberán definirse en forma inmediata como políticas municipales, anotamos las más inmediatas y que muestran en las gráficas nuestra cruda realidad: · • Recojo de Desechos Sólidos (basura generada) por viviendas (EMAUT). · • Recojo de Residuos Peligrosos (EMAUT). · • Recojo de Desechos Generados por el peatón. (EMAUT). · • Recojo de Animales muertos (¿Quién?). · • Recojo de Escombros y Desperdicios de construcciones (¿Quién?). · • Limpieza de Desechos en el Arroyo San Juan (¿Quién?) El daño ambiental que producimos los que vivimos en nuestra Trinidad, la mala imagen que mostramos y la mala educación en este sentido, deberá revocarse con una amplia y ferviente campaña de educación por los medios, en las universidades y en las unidades educativas, resaltando que la visión de ciudad es prioritaria para hacer de la ciudad, una Trinidad atractiva y acogedora. *Es Ingeniero

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La Trinidad que yo quiero para atraer nuevos turistas

Por: Lyliam González Melgar*

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rinidad, ciudad de tanta historia cultural fundada al medio de una exuberante naturaleza, tiene muchos atractivos turísticos que desarrollar, explorar y explotar. Es un espacio privilegiado por estar situada en medio de ríos, lagunas, pampas y abundante fauna, lo que nos obliga como ciudadanos a cuidarla como lo que es, como nuestra casa y es por este motivo que tiene que estar súper limpia y ordenada para vivir y más aún cuando llegan invitados, esos visitantes y turistas que tienen que enamorarse de esta tierra prodigiosa nada más verla. Para lograr esto, sin embargo y sin lugar a dudas, es necesario trabajar en campañas de concientización ambiental desde todos los niveles. Son muchas las cosas que debemos corregir y mejorar. La gestión de recursos sólidos urbanos requiere considerables mejoras, de peso, para ajustarnos a los estándares de calidad ambiental que nosotros los ciudadanos necesitamos y que las sociedades actuales demandan. Y es que con nuestra “casa” limpia y ordenada, comenzará a surgir ese potencial económico hasta ahora desconocido por la sociedad trinitaria: el Turismo. Ese motor económico que sustenta numerosas ciudades y pueblos en todo el mundo puede ser una realidad que aprovechemos los habitantes de Trinidad, pero para eso debemos poner nuestras manos sobre el corazón y comprometernos a hacerlo porque así lo queremos. El habitante no se ha dado cuenta, hasta ahora, que con el turismo ganamos todos, porque el visitante llega: en avión, en flota, en su propio vehículo y a veces por agua; se hospeda en un hotel, residencial, casa de huéspedes y busca dónde comer, ya sea en un restaurante, en el mercado y/o la pollería de la esquina. Luego va de compras, siempre quiere llevar un recuerdo y busca artesanías, o si necesita conseguir otra cosa va al mercado, a una boutique en la cuadra o a una pulpería y así se van creando un sin fin de interacciones, cadenas de servicios entre nosotros y él o los turistas. Nuestro Beni es hermoso… y la ciudad de la Santísima Trinidad, capital del departamento es y será siempre la puerta de ingreso porque tiene atractivos de todo tipo, culturales y de naturaleza: comenzando con la Iglesia, la plaza, el arroyo San Juan, espacio recreacional que debe ser recuperado para ser parte de la Trinidad que yo quiero, tu quieres, todos queremos… así como era antes, con sus cascos y canoas, donde llegaban las personas a vender productos, porque eso, por si no se han dado cuenta es un atractivo sin par. Debemos darnos cuenta que el modo de vida de antes era atractivo para cualquier visitante y si a ello le aumentamos modernidad podremos hacer de este pueblo hermoso un verdadero potencial turístico. Créanme que extraño mucho el Arroyo San Juan, ahí hacíamos nuestras regatas y competencias de natación ahí a la orilla del Colegio Mario Saielli donde -ahora- han abierto una calle. También tenemos singulares museos, algunos recién remozados y con un cuidado contenido para el deleite no solo de los turistas, también de la población trinitaria en su totalidad. El museo Etno-Arqueológico que muestra la cultura Mojeña Trinitaria, trajes típicos de mamas, macheteros, toritos, abadesas y los tiestos encontrados en lomas milenarias de la cultura Hidráulica de Moxos.

El Museo Ictícola, el museo de peces, en la Universidad Autónoma del Beni (UAB), es un Centro de Investigación de recursos acuáticos de la Cuenca Amazónica boliviana, conserva más de 400 especies, siendo en Bolivia único en su género y tercero en Sud América, después del de San Pablo y Manaos en el Brasil, por su variedad de especies. El Museo Botánico, también en la UAB, con amplia variedad de contenidos, en él es muy fácil aprender sobre plantas, la importancia de los humedales benianos y la conservación de especies de animales endémicas del Departamento, como la Paraba Barba Azul y los Lucachis. Recomendaciones Con todo respeto, recomiendo a quien corresponda que, para hacer que los museos sean reconocidos deben tener personal capacitado, especializado para dar explicaciones a los visitantes, así como también los operadores de turismo porque son los primeros que deben dar ejemplo y cuidar nuestro entorno, el medio ambiente y ser meticulosos en sus actividades cuando muestran nuestras riquezas naturales y culturales, tratar en lo posible de hacer Turismo Ecológico y de manera sostenible. Aplicar las leyes de regularización con el medio ambiente mostrando profesionalidad en todas sus actividades con los visitantes para que éstos se vayan con una impresión positiva de nuestro pueblo y al mismo tiempo transmitar esa opinión a otro turista y así todos tengan conocimiento que fue atendido con calidad de servicio en general. Debemos recordar que con eso ganamos todos, especialmente quienes vivimos en Trinidad. El eco de boca en boca es el que llega más rápido y si ese eco repite que: Trinidad es un pueblo limpio, ordenado, respetuoso y con trato especial al visitante, con servicios personalizados y de calidad, cariño y profesionalismo, entonces las personas que escuchen vendrán a visitarnos. Una correcta formación de los guías es la base del éxito, tienen que ser capaces y profesionales en el tema de Historia de la ciudad de la Santísima Trinidad, su Iglesia, plazas, plazuelas, calles y venidas y los monumentos que están en ellas. Otra recomendación muy importante y esta vez para todos, desde los vivientes hasta las autoridades es que mantengamos limpia la ciudad, el ingreso y caminos que llevan a los centros turísticos más visitados del municipio. La Policía, los empleados públicos, deben demostrar la vocación de servicio y amabilidad que caracterizó a los habitantes de esta tierra. Pedir también que se promocione con mucha anticipación, nuestra fiesta grande, la Chope Piesta, todos los años como debería ser, demostremos el amor a nuestra tierra. Que todos los locales de venta de alimentos, desde el más grande hasta el más pequeño, sean limpios y ordenados. Mi saludo Va para todos los trinitarios y vivientes de esta parte del Gran Moxos, este año que la ciudad de la Santísima Trinidad cumple 329 años de creación, mi más grande deseo para que juntos, unidos y con alegría festejemos estos 3 días de fiesta, y demos realce a la Entrada folclórica en la que apreciamos bailes típicos de la región, la solemne misa y procesión en honor del patrono, la coronación de las Moperitas, los jocheos de toros en la plaza de la Tradición y el barrio Pedro Ignacio Muiba. ¡Que viva la fiesta del pueblo, que viva la Chope Piesta de la Santísima Trinidad!

*Es Licenciada en Turismo con amplia experiencia como Promotora Turística


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Protector citadino:

la circunvalación

Por: Thomas Willam Anderson Gutiérrez *

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o es preciso ser experto en la materia, para darse cuenta que Trinidad tiene grandes problemas que resolver en el corto, mediano y largo plazo. Temas como vialidad, drenaje pluvial, alcantarillado sanitario, agua potable, son entre otros, asuntos pendientes que mantienen postergada a Trinidad y, que además, la separan -en su estatus capitalino- de otras ciudades bolivianas. Sin adentrarnos en detalle respecto a las carencias antes nombradas, ya que fueron temas que se tocaron ampliamente en los pasados comicios -por candidatos al municipio-, me gustaría llamar la atención del lector hacia un componente de la ciudad que ha sido poco debatido y que merece ser tomado en cuenta por las autoridades competentes: el anillo de circunvalación de la ciudad de la Santísima Trinidad. Esta obra ingenieril, terminada de construir en la década de los 80, y de pavimentar en el año 1991, fue diseñada para cumplir dos macro propósitos. El primero de ellos: proteger a la población de las inundaciones recurrentes. El segundo: convertir esta estructura en un articulador vial citadino; es decir que el terraplén final, además de ser impermeable al periódico embate de las aguas, debería tener consideraciones de seguridad, resistencia y confort para el parque automotor local de la época. En el marco de esos dos macro propósitos, si ahora nos detenemos a analizar el comportamiento de dicha estructura a través de los años, coincidiremos en varios aspectos. Primeramente, en cuanto al componente protector de la circunvalación (el terraplén propiamente dicho), se puede puntualizar que cumplió su propósito a cabalidad, desde el momento de su construcción y hasta las pasadas inundaciones del 2007 y 2008 respectivamente. Los niveles extraordinarios de crecidas de agua que se generaron en la inundación de esos años, demostraron que la altura de plataforma del referido anillo ya no era la adecuada para protegernos del impacto de los nuevos incrementos hídricos registrados, y que además fueron evidentemente sobrepasados durante la inundación del 2014. Es así que los períodos de desastre que vivimos en las citadas gestiones, obligaron a las autoridades locales y ciudadanía en general, a buscar otro tipo de soluciones protectoras para reforzar esa capacidad rebasada de la circunvalación. Veamos ahora lo referente al componente articulador vial; el tiempo y uso del anillo muestran resultados claros en este sentido. En primera instancia y sin lugar a dudas, podemos afirmar que la estructura logró articular todos los sectores de la ciudad capital con este anillo; es más, para trasladarse de un extremo a otro de Trinidad, la distancia y tráfico son menores si utilizamos este recorrido. En ese marco, coincidiremos con quienes afirman que la distancia más corta entre dos puntos no necesariamente es una recta. Sin embargo, con el pasar de los años y el incremento en el parque automotor local, se distinguen ya ciertos horarios y tramos que presentan claros signos de congestionamiento vehicular. En cuanto a la calidad de la obra, resistencia y confort, por el uso de esta vía, debemos también reconocer que, pese al poco mantenimiento realizado en sus más de 20 años de vida, el diseño original del paquete estructural aún se

mantiene vigente. Es decir, que fue tan bien concebida la idea y ejecutado el proyecto -en ese componente técnicoque aún hoy son escasos los tramos de la circunvalación en que se evidencia algún defecto constructivo. Lo crítico del proyecto vendría a ser, actualmente, el componente de seguridad vial. Por razones de practicidad y claridad de exposición, creo necesario abordar las distintas aristas de este acápite en particular, puntualizando en algunos problemas y sugiriendo posibles soluciones. Es necesario establecer, en todo caso, que el anillo actual fue construido para uso exclusivo de motorizados de cuatro ruedas; no se consideró al peatón, ciclista o a la motocicleta como parte de los usuarios, puesto que no existen áreas específicas para ellos. En la práctica, no obstante, es frecuente ver gente caminando, en moto o en bicicleta por la circunvalación, exponiéndose a los peligros que representa usar esta vía en las actuales condiciones. Cabe aclarar que al momento de la concepción misma del proyecto, la ciudad de Trinidad tenía un escaso parque automotor y sólo se perseguía que el anillo sea utilizado por el transporte pesado evitando su ingreso a la ciudad; es más, la Trinidad de entonces quedaba delimitaba por su anillo de circunvalación, y por ende, todo lo que estaba afuera de la estructura se encontraba a merced del poder de las aguas. Con ese punto aclarado, coincidirá usted conmigo al afirmar que nuestro actual anillo tiene sólo dos carriles, uno de ida y otro de vuelta; y lo que es peor, no incorpora en ningún tramo de su recorrido algún elemento físico que separe estas dos grandes corrientes que son naturalmente encontradas. Así, si algún conductor comete una imprudencia, y a ello se le suma la mala suerte, generalmente deriva en accidentes con terribles fatalidades. En este particular, la circunvalación tiene varios saldos en su haber. Retomando la idea anterior, corresponde explicar que elijo usar el término “corriente” con el propósito de que usted se imagine un cauce de río con intensidad y fuerza constante, con la diferencia que en lugar de agua lo constituyen movilidades de medio y alto tonelaje. Este gran cauce motorizado que es únicamente controlado por quienes están al mando de los vehículos; en algunos casos pueden estar dirigidos por buenos conductores, pero en otros puede también tratarse de un menor de edad que no está preparado ni física ni mentalmente para este tipo de responsabilidades, o quizás sea un conductor distraído por el celular, o por último un conductor bajo el efecto del alcohol, drogas, entre otros. Habiendo construido esta imagen mental, con su respectivo escenario, se pueden precisar tres aspectos de riesgo crítico que le quitan al anillo su condición de protector citadino: 1. La mayoría de los puntos de ingreso y salida a la corriente mencionada no son adecuadamente controlados en la actualidad, obviándose los preceptos


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que por normas de seguridad vial deberían cumplirse. Cabe resaltar, que el punto crítico mayor es la salida por el lado contrario, ya que una vez que el conductor se encuentra inmerso en el circuito, tiene que esperar en medio de la vía hasta que la intensidad del tráfico disminuya, exponiéndose completamente al embate de la fuerza de ambas corrientes. 2. Rebasar al conductor que se encuentra delante representa un riesgo inminente cuando se cuenta con un solo carril que no está separado del sentido contrario. En este escenario, el conductor tiene que ingresar a la corriente opuesta, exponiendo su seguridad personal y la de los demás. 3. Encontrarse -en su carril o en el contrario- con camiones tráiler de alto tonelaje que transportan ganado vacuno de un lado a otro de la ciudad, es también un atentado contra la seguridad; el peligro se vuelve mayor cuando estos enormes motorizados se encuentran cerca de las motocicletas. Pues bien, las soluciones son simples. Primeramente considerando el crecimiento vertiginoso del parque automotor en los últimos años, es prudente considerar la ampliación de los carriles actuales de dos a cuatro, considerando las islas separadoras de corrientes. Se deben incorporar en esta estructura a las corrientes secundarias, las ciclovías y áreas peatonales son en definitiva los nuevos elementos a encarar. Los ingresos y salidas del anillo deben ser guiados y controlados para seguridad del conductor, para ello se puede recurrir al uso de elementos combinados como, semáforos, señalizaciones horizontales y verticales, ojos de gato, conos, pero definitivamente se tienen que eliminar de esta importante vía los famosos e improvisados rompe muelles que a la fecha abundan. Es el momento también de tomar la iniciativa en cuanto a la construcción del segundo anillo de circunvalación para evitar el ingreso de vehículos de alto tonelaje a lo que ahora se ha consolidado como parte de centro de la ciudad, o por lo menos encarar los tramos más solicitados. En este sentido, cabe informar que la carrera de Ingeniería Civil de la UAB Trinidad, cuenta con toda la información técnica del proyecto caminero que une la carretera a San Javier con la carretera a Santa Cruz -proyecto de graduación de un postulante al grado de Ingeniero Civil-. En definitiva el tráfico por esta vía debe ser considerado como una fuerza viva y cambiante, se requieren estudios amplios y por sectores, de hecho considero necesario una reingeniería de tráfico. La solución no será una sola, sino un conjunto de obras que sirvan para orientar y guiar al conductor de manera segura hacia su destino, aclarando sin embargo, que todas deben responder a un proyecto integral encarado

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por fases. Como verá usted, el anillo debe ser adecuado a las actuales demandas y necesidades que tiene la Trinidad de hoy, merece que sus usuarios le reconozcan y le mantengan el título de protector citadino. Ya es tiempo… ¿no cree usted? *Es Ingeniero Civil, Docente y Director de la Carrera de Ingeniería Civil de la Facultad de Ingenierías y Tecnología (FIT) - Universidad Autónoma del Beni


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La seguridad ciudadana que Trinidad necesita Por: Julio Baldivieso Schultze *

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urante todas las campaña electorales nacionales y subnacionales, a su turno los candidatos han abanderado a la seguridad ciudadana como una de sus propuestas más importantes; y es que si consultamos a la población sin importar su nivel social, su creencia religiosa, su preferencia política, etc. Su respuesta a la consulta es que la seguridad ciudadana es la necesidad más apremiante en el quehacer diario del poblador. Pasadas las justas electorales el emotivo discurso de campaña quedará otra vez en el olvido y es que se está utilizando este tema con el único fin de sembrar esperanzas de mejora en esta problemática, para luego guardarla en el cajón de las promesas archivadas, ante la desesperación de la sociedad que es testigo o víctima de la elevación de los índices de inseguridad en su ciudad, unidad vecinal, en las cercanías de su hogar o en su hogar mismo. El desarrollo de una región o país, no solo se refleja en mejores condiciones urbanas, progreso industrial, mayor potencial económico, mejores condiciones de vida para sus habitantes, lastimosamente este desarrollo viene aparejado con un fenómeno aun no controlable como es la inseguridad. Las condiciones favorables del desarrollo y el apogeo económico producto de la bonanza, deja de lado un factor tan importante como es la seguridad, que debe ir aparejado a este fenómeno de desarrollo económico social; la gran mayoría de regiones que han tenido un desarrollo acelerado, se han olvidado de diseñar políticas y estrategias de seguridad al igual que los otros factores que hacen al avance económico, social, político y cultural, de ahí que se presenta un desequilibrio en el acontecer social lo que da origen a la inseguridad con las consecuencias que involucran un costo social bastante alto. Desde la década del 90 hasta la fecha, en nuestro país, se viene intentado ejercitar una serie de planes para contrarrestar este fenómeno tan preocupante para la sociedad, sin embargo, los mismos solo contemplan meras actuaciones policiales, establecidas como estrategias mediáticas en fechas ya marcadas, fiestas de fin de año, carnavales, Semana Santa, Chope Piesta, etc., sin que se cuente con una estrategia de sostenibilidad para estas acciones, que solo son un ingrediente de los muchos que deben tener las referidas a la protección de los habitantes y sus bienes. La seguridad ciudadana es el sistema armónico de condiciones jurídicas, sociales, culturales, históricas, geográficas, de género, políticas e institucionales que de manera igualitaria y equitativa garantizan mayor y mejor calidad de vida para la comunidad, las instituciones públicas, organismos de estado a través de la convivencia pacífica de la población en general. Como principal factor el miedo se ha acrecentado en todo el territorio nacional, afectando el normal desarrollo de las actividades de los ciudadanos que lo habitan, generando inseguridad ciudadana que está llegando a niveles desmesurados. Es hora de afrontar los desafíos para combatir la inseguridad ciudadana a través de la elaboración de un diagnóstico serio sobre la situación de la seguridad ciudadana en el departamento del Beni y por supuesto en su capital Trinidad, que nos permita la obtención de un mapa referencial de acciones de inseguridad, determinando zonas, horarios, actividades peligrosas, etc. Luego se identificarán las causas y de forma integral buscar las soluciones más óptimas a estas acciones que nos permitan la pacífica convivencia. Es necesario diseñar políticas regionales de seguridad que contribuyan a forjar una descentralización democrática y participativa en el tema de seguridad ciudadana, tomando en cuenta que las acciones contrarias a la seguridad ciudadana tienen características peculiares en cada región y no se pueden basar en esquemas globales elaborados. Las políticas de seguridad ciudadana deberán estar diseñadas de acuerdo a los siguientes principios: Principios A) De integralidad: Permite una concepción global del problema, interrelaciona las partes buscando articular iniciativas sociales e institucionales buscando el funcionamiento del conjunto en forma coherente y factible. b) De participación: Consiste en la incorporación de propuestas propositivas y proactivas de la sociedad, incorporando el control social como mecanismo de fiscalización a las actividades de las instituciones públicas.

c) De sostenibilidad: En lo económico para aprovechar los recursos existentes, generar canales de financiamiento interno y externo, dinámicas de contribución ciudadana y eficiencia en el uso de recursos. d) De oportunidad: Significa que dentro de los diversos medios que posee la autoridad para establecer el orden, debe elegirse el más indicado en el caso concreto, rigiéndose por el principio de equilibrio. e)E) De equidad: Planteada en términos de brindar una seguridad sin exclusión, en materia de género y generacional, romper las discriminaciones, ejerciendo más bien una discriminación positiva para dar mayor atención a la mujer y a los niños en función de su vulnerabilidad. Todos somos conscientes de que la inseguridad ciudadana incide negativamente en el desarrollo social, cultural, económico y educativo de nuestro país y nuestra región. Por eso se tiene que encontrar, con urgencia, medidas que solucionen esta problemática y diseñar políticas tales como: Corresponsabilidad institucional, participación ciudadana y control Social La participación de todos los estamentos de la sociedad, permitirán identificar los factores de inseguridad y desarrollar las estrategias necesarias para revertirlas. Desarrollo y fortalecimiento normativo, procuración y administración de justicia Recobrar la confianza en la justicia y en sus operadores. Que realicen acciones establecidas dentro las normativas vigentes en apego a ellas, sin distorsiones e influencias políticas, religiosas o de otra índole. Información y educación social La información a través de los medios de comunicación, escrita y audiovisual sobre los contenidos y estrategias de las políticas es importante porque son instrumentos que llegan al pueblo de manera masiva. La incorporación en la malla curricular educativa en todos los niveles de educación permitirá formar personas consientes que sus actos deben estar enmarcados en la Ley. Política de financiamiento y fortalecimiento presupuestario En el nivel departamental la Gobernación y a nivel local las alcaldías destinarán hasta el 10% de su presupuesto al fortalecimiento de la seguridad ciudadana, para el diseño de políticas y la ejecución de planes, programas y acciones en coordinación integral. Como institución fundamental del Estado, la Policía Boliviana se constituye en la base, principal, donde debe descansar el Sistema de Seguridad Ciudadana, siendo esta una tarea conjunta y participativa junto a otras instituciones y la sociedad civil en su conjunto. Este es mi aporte a la Trinidad que yo quiero, a la que siempre me acogió con cariño, como persona que ha vivido allí y conoce cuáles son los principales aspectos que hay que atacar de manera urgente para tener un pueblo seguro. ¡Feliz Chope Piesta! *Es Coronel de Policía


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Trinidad • domingo 31 de mayo de 2015

Por: Roxana Isabel Vargas Melgar*

Mi Trinidad y sus espacios verdes C

onservar y crear espacios verdes urbanos es indispensable para contribuir a una ciudad agradable, garantizando así áreas de esparcimiento y recreación para la población. Estos elementos son claves, para mejorar la calidad de vida de los habitantes, más aun, cuando estos espacios -oxígeno de las ciudades- son puntos de encuentro de la actividad social, cívica, cultural y actualmente se convierten además en lugares en los que día a día cobra más fuerza la práctica de actividades deportivas de personas, que en la búsqueda de una opción fuera de los gimnasios, sin presión y solo prevaleciendo la búsqueda de salud física a fuerza de constancia y responsabilidad, disfrutan del ejercicio al aire libre en plazas, plazuelas, parques, y otros. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada persona debe contar con nueve metros cuadrados (9 m2) de espacio verde, a partir de las cifras que arroja el Censo nacional de Población y Vivienda 2012, valdría la pena ver cómo estamos en esta relación verde-persona. Trinidad no es la excepción, en la necesidad de rescatar y consolidar esos espacios urbanos recomendados y si bien se han concretado proyectos en este sentido dentro del marco del “Programa de recuperación paisajística y ambiental de la ciudad de Trinidad” todavía el ciudadano, el vecino que es parte interactiva del espacio público, no asume las áreas recreacionales como propias y al no hacerlo, muchas veces propicia la no conservación y destrucción de las mismas. La falta de educación en la conciencia ciudadana hace que no se respeten los anuncios de no pisar las áreas verdes en espacios que han sido construidos para el ornato público. Asimismo provoca que se destruyan o roben luminarias en calles parques o avenidas e incluso los asientos (bancos). La falta de conciencia ciudadana también lleva a que no se haga buen uso de los pocos basureros en espacios recreativos; o que en las plazas temáticas se atente contra las estatuas, bustos o imágenes de animales y otros elementos decorativos. La falta de control de las autoridades correspondientes permite que se establezcan vendedores ambulantes indistintamente generando muchas veces basura y otros desperdicios. El parqueo indiscriminado de motos alrededor de plazas, parques y jardines es otro de los elementos que interfieren con la imagen de esos espacios porque entorpece los accesos, genera caos y cambia la visual de un área que debería ser atrayente.

De la misma manera vendría bien una autocrítica de los ejecutantes de los proyectos, ya que en algunas plazas se ve que carecen de un serio estudio de luminotecnia que trae como consecuencia áreas verdes infectadas de luminarias a diestra y siniestra que generan por la noche una gran cantidad de insectos, los cuales atraídos por la luz hacen imposible el disfrute de esos espacios de láser y ahuyentan a los peatones. A la hora de proyectar bandejas peatonales con jardines intermedios, se debe evitar caer en elementos discordantes en estilos, formas y colores que forman una miscelánea compatible con una lectura urbana incoherente, sin identidad propia. Hay plazas y bandejas centrales en las que se perdió la escala humana y los elementos construidos serían ideales para ilustrar el cuento de Gulliver en el país de los enanos o el de los gigantes. Con todos estos elementos las autoridades municipales recientemente electas tienen el reto de recoger todas las recomendaciones, sugerencias y sentir de la población y actualizar las políticas paisajísticas de las áreas verdes para así, unidos todos, con conciencia y deseo de mejorar nuestro pueblo, hagamos más atractiva la hermosa ciudad de la Santísima Trinidad, esa… con la que yo sueño. *Es Arquitecta con Especialidad en Paisajismo en la Universidad Versalles-ParísFrancia


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Trinidad • domingo 31 de mayo de 2015

Una utopía entrelazada a la realidad de salud Por: María Antonia Costales Fernández; Jorge Silvestre Gómez Ribera; Luis Eduardo Alí Jiménez; Fidel Silva Julio* ¿Qué buscamos del sistema de salud? Cuando empezamos a hablar de salud, nos imaginamos médicos salvando vidas en situaciones de emergencia, pero muy rara vez nos preguntamos, tanto personal de salud como pacientes… ¿qué es lo que pasa detrás del telón? Al reconocer el sistema nacional de salud, no nos referimos sólo a los médicos dentro de ese complejo sistema, el personal que trabaja para salvar una vida va desde lo administrativo, los diferentes servicios de apoyo como imagenología, laboratorio, quirófano, emergencias, terapia, centros de salud de primer nivel y otros. Pero retomemos lo anterior para ver qué hay detrás de cada visión. Como paciente espero que el sistema de salud me dé todo lo que pueda, no lo que deba; el dolor o sufrimiento de una persona que necesita asistencia sanitaria en un momento de urgencia nos hace olvidar que necesitamos ver más allá de la realidad. Nos interesa que salven a nuestro familiar o amigo. Deseamos llegar a un hospital o centro de salud donde nos reciban y nos entiendan el dolor, la angustia que llevamos dentro, y muchas veces sin pensarlo terminamos maltratando a los funcionarios del hospital o centro de salud; se crea así la falsa impresión que dicho personal no tiene la suficiente empatía con el usuario. Es preciso reconocer que algunos funcionarios en salud carecen de la educación y capacitación necesaria en atención, principios éticos ni vocación de servicio, valores estos indispensables a la hora de brindar una atención oportuna, eficiente, con calidad y calidez humana, como debiera ser la conducta del personal de salud en general, brindada a todos los usuarios sin excepción. ¿Y la otra parte? Ahora, vamos equilibrando el debate. Del otro lado, el personal de salud busca lo mismo, un sistema de salud que te brinde las condiciones óptimas para dar esa atención tan requerida por la población; un sistema de salud que se capacite constantemente, no solo en medicina, también en relaciones humanas y atención al usuario, para poder cumplir con ese servicio que requiere aquel o aquella que acude en búsqueda de una pronta y oportuna solución a su pérdida de bienestar física y/o psíquica. Durante mucho tiempo se viene escribiendo y discutiendo respecto a las necesidades del sector salud; lamentablemente, poco o nada se le pregunta a la gente sobre lo que necesita del sistema de salud, como tampoco al personal que trabaja en el sector. Son, por lo general, ‘eruditos’ y ‘especialistas’ de escritorio los que mágicamente perciben el sentir del pueblo y de los funcionarios que trabajan día y noche con los pacientes. Tristemente hay que reconocer también, que el tema es usado en muchos casos como instrumento político, lo que tampoco ayuda a solucionar los problemas de ambas partes: población y trabajadores en salud. En los aspectos tecnológicos, que dicho sea de paso avanzan a pasos agigantados, es preciso de igual forma ser autocríticos, en el entendido que quedamos rezagados respecto a otros departamentos, ni qué decir de países vecinos. ¡Qué gran cosa sería que el médico que diagnostica en áreas rurales pudiese pedir una interconsulta a otros colegas en tiempo real!... ¿se imagina usted?

Cuando los representantes del gremio se dieron a la tarea de realizar un diagnóstico de salud del departamento del Beni, con personal de la Cámara de Diputados de la Asamblea Legislativa Plurinacional, el Colegio Médico de Bolivia, SIRMES-Beni y el Comité Departamental de Salud (CODESA) hace muy poco tiempo, se conformó una comisión destinada en primera instancia a verificar el actual sistema de salud en el que se debaten profesionales, trabajadores, usuarios y autoridades. Todas las partes mencionadas visitaron, en ese contexto, uno de los hospitales más grandes que tenemos en la ciudad de la Santísima Trinidad, capital del departamento del Beni. El panorama que analizaron dejó ver, en todo caso, las grandes falencias que existen en cuanto a: presupuesto, administración, infraestructura, equipos, insumos, recursos humanos, instalaciones, institucionalización, salarios, ética profesional, calidad y calidez de atención, sanciones por mala práctica médica, entre otros aspectos. Sumados, obviamente, a los problemas de una estructura que pide auxilio urgente, en el intento de revertir la actual situación en la que se debate. Todos esos elementos parecen ir en sentido contrario a lo que establece la Constitución Política del Estado en actual vigencia, que define con claridad a la salud como una prioridad. El paciente pide: establecimientos de salud limpios, con suficiente personal capacitado, equipados, con capacidad resolutiva o de derivación inmediata, de manera que le ofrezca la resolución eficiente y oportuna a sus necesidades. El personal que trabaja en el sector tiene las mejores intenciones y desea dar a la población las condiciones apropiadas y exigidas en el manejo de la salud, pero además solicita que los usuarios, como parte integral de este sistema de atención, puedan colaborar con la parte que les toca llegando oportunamente a los servicios de salud, siguiendo las indicaciones y sugerencias que les da su médico, enfermera u otro funcionario competente, y sobre todo, educando a los jóvenes a cuidar su cuerpo y salud, respetándolo con medidas de higiene, prevención, y controles para evitar problemas que después causan zozobra tanto a su familia como al personal de salud; sólo así tendremos comunidades y poblaciones comprometidas con el esfuerzo de todos. Esas acciones deben ser apoyadas, obviamente, por las autoridades del sector educación, que deberían trabajar paralelamente y en concordancia con salud. ¿Que nos faltaría en esta utopía? Como médicos… ¿qué pedimos? Que esa utopía de dar atención a la población, así como ella quiere y merece ser atendida sea una realidad, porque la falta de médicos especialistas, equipamiento, infraestructura y otros, no nos permite brindar esa atención con calidad, calidez y eficiencia que quisiéramos para cambiar utopía por realidad, porque lamentablemente no depende solo de nosotros los médicos, depende de las autoridades en los tres niveles de gobierno, Municipal, Departamental y Nacional. *Son médicos con diferentes especialidades en salud


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Trinidad • domingo 31 de mayo de 2015


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