Protagonistas
Padre Cirilo Swinne
Su misión es ayudar a mejorar las condiciones de vida de niños discapacitados, ancianos desprotegidos, jóvenes estudiantes y población menos favorecida Por Eliana Daza Fotografías Lulo Hernández
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ecorre las calles del barrio La paz y a su paso niños, jóvenes, señoras y señores lo saludan con cariño. “Adiós padre”, se escucha por todo el camino, a lo que él responde levantando la mano, con una sonrisa o con un sincero gesto de cariño. El padre Cirilo es un hombre con un corazón tan grande como los sueños que aún
tiene por cumplir para mejorar las condiciones de vida de los habitantes del suroccidente de Barranquilla. Llegó desde Sint Jansteen, Holanda, a este barrio, hace treinta y un años, “cuando La Paz era una trocha, con monte, culebras, sin servicios e incomunicado”. Cayó en esta tierra de gente cálida un domingo de Carnaval, iba para Perú, pero vio que
había tanto por hacer que decidió quedarse para “construir juntos una sana comunidad”, como lo dice su lema. Es teólogo y enfermero profesional, miembro de la comunidad religiosa de los Camilos, cuya misión es asistir a los enfermos. La suya empezó brindando ayuda a un grupo de niños con problemas de desnutrición, pero una vez mejorada la enfer-