Revista La Luz Bautista #45 de la CNBM

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CULTIVO DE LA ESPIRITUALIDAD I Timoteo 3:1-17

José Cruz Oviedo - Pastor P. I. B. Durango

Una de las grandes metas de todo creyente debe ser; Alcanzar la madurez antes de que el señor lo llame a su presencia. Ese debe ser el mayor objetivo de la vida. Para alcanzar la madurez hay que mantener la decisión de seguir creciendo. Algunos creyentes alcanzan una buena estatura espiritual, pero se conforman con ella y deciden no seguir creciendo, pésima decisión, no solamente hay que llegar allí, sino ¡mantenerse ahí! Dios pone a nuestro alcance medios que faciliten el desarrollo de esa espiritualidad. Hoy veremos una de las más importantes: La lectura y estudio de la BIBLIA. Desde los tiempos antiguos la Biblia se ha constituido en el manantial al cual se acercan a beber los sedientos. En sus textos el pueblo de Israel encontró instrucción e inspiración (Salmo 119 y 19). Su palabra fue alimento para los profetas (Jer. 15:16; Ez. 3:1-4), el pueblo completo encontró en la Palabra de Dios el poder necesario para una gozosa renovación espiritual (Neh. 8). En el N.T la Iglesia bebió de sus fuentes para confirmar su fe en Cristo (Hechos 4:24-26). Veamos las FUNCIONES de la Biblia en nuestra vida:

I. La función de: ENSEÑAR "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar..." La palabra para enseñar es: didaskalía, que significa: instrucción (la función o la información): enseñar doctrina (con el propósito de formar moralmente). La Biblia es más que una fuente de conocimiento; es la palabra a través de la cual Dios nos interpela, y espera una respuesta positiva. En las páginas de la Biblia encontramos todo lo que debemos saber de Dios; también aprendemos acerca del hombre. La Biblia nos muestra el

Marzo 2010 desarrollo armonioso del plan de Dios hasta su culminación total, este cuadro total se le ha llamado "Historia de la salvación"

correcto del correctivo divino, mover nuestro ser al regresar a Dios, confesar el pecado, apartarse de él y pedir ayuda para liberarnos para siempre de ese pecado.

La Biblia nos muestra la grandeza incomparable de nuestro Redentor, el Señor Jesucristo, y también el ministerio del Espíritu Santo en llevarnos a la madurez y a la vida victoriosa. Será imposible para una persona que quiera seguir a Cristo hacerlo sin leer el relato de su vida en los Evangelios. La lectura de la Biblia debe "hacer arder nuestro corazón", es la palabra de Dios a nosotros (Lc. 24:27), ese fuego consume las dudas, el miedo, la tristeza, la tibieza; porque tiene un poder santificador y restaurador. En las horas de tribulación, angustia o depresión, encontramos consolación, aliento y fuerzas renovadas

El permitir que Dios examine nuestro corazón es un ejercicio saludable que nosotros mismos debemos pedir a Dios de manera frecuente ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Salmo 19:12.

II. La función de: REARGÜIR "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil… para redargüir…" La palabra para redargüir es: élenjos, convencer a los errantes de su error. Redargüir es una necesidad vital en nuestro proceso de santificación. Por más crecimiento que alcancemos, siempre habrá en nuestro interior y en nuestra conducta elementos pecaminosos que han de ser puestos al descubierto con la meta de eliminarlos. Tales elementos pecaminosos son en ocasiones descubiertos por aquellos que viven cerca de nosotros, pero si nos confrontan, generalmente todos nosotros, nos sentimos ofendidos o agredidos, entonces reaccionamos con mecanismos de negación o racionalización con el propósito de dejar sin efecto lo que se nos denuncia. Pero no es tan fácil reaccionar ante Dios de la misma manera cuando, la confrontación viene de Dios a través de su Palabra, pues "es más cortante que toda espada de dos filos; penetra hasta las mismas raíces del alma y del espíritu humano… y es capaz de discernir las intenciones y las actitudes del corazón mismo" (Heb. 4:12 NVI) Cuando Dios nos confronte la reacción sabia que debemos tomar es reconocer lo

III. La función de: CORREGIR "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil… para corregir…" La palabra griega epanorthosis, significa: enderezar de nuevo, (figurativamente) rectificación (reforma): corregir. Aparece solamente una vez en el Nuevo Testamento, justo aquí en éste versículo sobre la efectividad de la Palabra de Dios. ¿Cuál es la diferencia entre el "redargüir" y la "corrección?" "Redargüir" es una palabra acerca de la convicción. Describe la experiencia interna y externa del reconocimiento de nuestro pecado. El redargüir tiene un solo objetivo – arrepentimiento. Por el otro lado, "corrección" tiene un objetivo diferente. La corrección busca estipular el curso adecuado. Viene de una combinación de palabras griegas que significan literalmente "enderezar de nuevo." Dios con frecuencia El debe aplicar la vara para poder traer nuestra vida en línea con sus propósitos. Su método puede variar de circunstancias difíciles al castigo directo, pero la razón por la que El hace cualquiera de éstas cosas siempre tiene el mismo propósito: santidad. La reprensión provoca arrepentimiento. Si la Palabra de Dios lanza dardos de convicción a tu corazón, cae sobre tus rodillas y pide su misericordia. La corrección provoca santidad – y usualmente lo hace con un precio alto. La Palabra de Dios está diseñada para traer sufrimiento a nuestras vidas con el propósito expreso de


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