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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 5 DE DICIEMBRE DE 2010

IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar

EL CHILENO HERNÁN RIVERA LETELIER, EN MAR DEL PLATA

“La cartografía del desierto la llevo en la cara” Curiosa vida: el desierto lo convirtió en minero y el mismo desierto lo acercó a sí mismo y a las palabras. No se considera escritor, se define como un "contador de historias". Rivera Letelier habla del silencio, de su primer poema escrito por hambre, de la mirada del obrero y de la pampa salitrera en la que nació y aún vive.

"Una noche en una playa escuché en una radio portátil que había un concurso de poesía. El primer premio era una cena en un hotel. Me dije: 'Esa cena es mía'. Hacía una semana que no comía nada caliente"

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Yo soy el desierto. ¿Tú ves esto acá en mi cara? ¿Tú piensas que es una arruga? No. Es la cartografia del desierto que la llevo en la cara". Donde muchos encontrarían nada, Hernán Rivera Letelier encontró todo: palabras, destino, oficio y arte. Es decir, literatura. Nació en el Norte de Chile, en Atacama, la zona más árida del planeta. Fue, durante varias décadas un minero de las minas a cielo abierto ubicadas en la pampa salitrera, aunque también se dedicó a otras tareas. "Siempre fui oficial de..., ayudante de..., llegué a maestro, porque el jefe insistió y me ascendieron y me pusieron el título de maestro pintor de brocha gorda", anuncia casi en voz baja, ya escritor, ya ganador del Premio Alfaguara de Novela 2010 por la recientemente editada "El arte de la resurrección". Dueño de toda la sencillez del mundo, de mirada siempre cómplice, Rivera Letelier estuvo en Mar del Plata para cerrar las actividades de la Feria del Libro, que acaba de realizarse. También es autor de "La reina

Con "El arte de la resurrección", Rivera Letelier ganó este año el premio Alfaguara de Novela.

Isabel cantaba rancheras", su de irse a predicar, se internó en primera novela de 1994, "Los el desierto por cuarenta días y trenes se van al Purgatorio" cuarenta noches. Si no me hu(2000), "Santa María de las flo- biera criado en ese desierto no res negras" (2002), "Canción hubiera sido escritor, el desierpara caminar sobre las aguas" to fue esencial, el silencio de ese (2004) y "El fantasista" (2006), desierto, la soledad de ese deentre otras. sierto fueron esenciales para -El desierto suele ser una encontrarme y para aguantarmetáfora de la nada. ¿Cómo me a mí mismo, para soportarhizo para que resultara un me a mí mismo, que es lo que le lugar inspirador? falta a la gente actual, sopor-Claro, es la nada para los que tarse a sí mismos. El desierto no saben ver, para los que mi- enseña a soportarse, a estar ran y no ven. Pero el desierto es- con uno y eso fue fundamental. tá lleno de misterios, de belle- El escritor o el artista en geneza, de historias, de fábulas. Yo ral para crear tienen que, prisugiero que hay tres paisajes mero, conocerse a sí mismos, en este planeta que son ideales descubrir su alma, su esencia. para encontrarse a sí mismo, Y la soledad del silencio es como para encontrar su alma: el mar, la puerta de entrada a la espirila montaña y tualidad, al el desierto. Y misticismo. "El desierto es de los tres con-Hay demasidero que el siado ruido como un planeta hoy ¿no? ideal es el desierto. Hasta ero como recién hirviendo" yo- Pme Cristo, antes crié en

ese desierto, entonces ando con mi silencio a cuestas, así como el que nace a orillas del mar siempre va a llevar el canto del mar con él. Yo puedo escribir acá, el mundo se puede caer a pedazos y yo estoy con mi silencio como en una cápsula. Desde niño, yo era el niño extraño de la patota y me iba solo, me iba a los cerros. ¿A qué me iba? A eso, a oír el silencio, a oírlo porque se oye, es tan puro el silencio... no hay reino animal, ni vegetal, no hay flora ni fauna, ahí lo que impera es el reino mineral, ahí el planeta está completamente desnudo, no hay pájaros, no hay moscas, ni siquiera la mala hierba crece ahí. El silencio es tan potente que se escucha, ¿has oído alguna vez el sonido que producen los cables eléctricos de alta tensión? Bueno, un poquito más azul es el zumbido del silencio. Y la soledad, para qué te voy a hablar de la soledad, estar ahí solo, yo miraba

los cerros y me imaginaba que estaba solo en un planeta abandonado, o en un planeta recién creándonse. Pues eso es, el desierto es como un planeta recién hirviendo, o que acaba de hervir. -Usted podría haber sido monje... -Una de dos: o me convertía en monje o me convertía en poeta. Preferí convertirme en poeta porque me gustan mucho las mujeres... -¿Qué fue lo más revelador que encontró en el desierto? -Principalmente y que fue lo que me cambió la vida, que descubrí que tenía sensibilidad artística. Hay una pregunta que dice que si el artista nace o se hace, bueno, yo me convencí de que el artista nace con cierta sensibilidad artística, ahora el tipo puede llegar a morir a los 80 años sin descubrírsela, sin que alguien se la descubra. El desierto me hizo descubrir que lo mío era el arte. Yo trabajé treinta años, nunca quise aprender un oficio, siempre fui oficial de, ayudante de, porque lo mío era el arte, yo decía, algún día voy a llegar en el arte, entonces no me interesa aprender nada, a lo que llegue fue a maestro, porque el jefe insistió y me ascendieron y me pusieron el titulo de maestro pintor de brocha gorda, una vez que me puse a pintar, porque me volaba pintando y pintando inventaba poemas e historias y las terminaciones las dejaba impecables. (Continúa en página 4).

Las 8 preguntas para Leonardo Oyola (*)

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¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? Las erratas. Me hacen salir del mundo al que me habían llevado. Y ahí me pongo más forro que el Mago Enmascarado -ese hijo de puta que

sale en la tele mostrando cómo se hacen los trucos de magia- y veo al autor, al editor, a los correctores y me pregunto: “¡¿Cómo se les escapó?!” Una muy buena novela con una lectura hiper interrumpida es Los hombres de paja de Michael Marshall. Tiene una cantidad pornográfica de erratas.

(*) Leonardo A. Oyola nació en 1973. Cuentos suyos han sido seleccionados en varias antologías y medios gráficos de nuestro país, Francia y España. Tiene publicadas las novelas Santería y Sacrificio para la colección Negro Absoluto dirigida por Juan Sasturain, además de Siete & el Tigre Harapiento, Hacé que la noche venga, Bolonqui, Gólgota (traducida al francés) y Chamamé (Premio Dashiell Hammett al mejor policial en la XXI Semana Negra de Gijón).


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ELSA DRUCAROFF PRESENTÓ SU LIBRO EN MAR DEL PLATA

La investigación que Rodolfo Walsh hizo y nunca pudo escribir La docente universitaria y escritora Elsa Drucaroff presentó su última novela en la reciente Feria del Libro. En ella reconstruye la última etapa de la vida del autor de “Operación masacre”, desde la muerte de su hija María Victoria. -¿“El último caso de Rodolfo Walsh” es una novela histórica? -Sí, porque transcurre en una época que, si bien no es muy alejada en el tiempo, es un abismo respecto de hoy. Realmente requiere una reconstrucción de época –no sólo de trajes y de ropas y estilos- sino sobre valores y presupuestos. Es realmente otro mundo. De hecho es una novela que las generaciones de pos dictadura no se pueden imaginar. Porque no habla de la picana eléctrica; habla de la lucha armada y de una militancia que había logrado una victoria tan impresionante que era posible vivir historias como las que relata mi novela. También creo que “El último caso…” tiene muchos elementos del género novela histórica, que siempre toma a un personaje y a hechos de público conocimiento, y teje todo una ficción alrededor. -¿Cómo trabajó la utilización de textos de Walsh como “Esa mujer” o “Carta a mis amigos”? -Si este libro logra que alguien que no haya leído esos textos los lea ahora, me sentiría realizada y muy feliz. Pero no los incluí con fines didácticos ni con la intención de trabajar la in-

período muy oscuro de la Argentina, en pleno menemismo. Surge de un diálogo con un amigo menor que yo, también escritor, para nada despolitizado, que cuando me escuchaba hablar de los ´70 me decía que no podía imaginar esa época. Porque yo le contaba que esos años habían sido una fiesta, y no sólo la violencia y la picana. Y él no lo podía creer. Fue entonces que decidí reconstruir en parte esa época escribiendo esta novela. -¿El segmento dedicado al debate entre la conducción de Montoneros y Walsh incluye partes de ficción o está extraído de documentos? -Esa parte del libro es "El último caso de Rodolfo Walsh", de Elsa Drucaroff, fue totalmente histórica. presentado en la Feria del Libro de Mar del Plata To m é l a s c a r t a s q u e tertextualidad. “Esa mujer” me dispa- Walsh les envió a Montoneros para ró varios relatos, y “Carta a mis ami- extraer los argumentos. Pero la resgos” me sugirió la investigación que puesta de la conducción de Montoneros la construí en base a mi propio reWalsh no escribió. -¿Cuáles fueron las motivaciones cuerdo. -¿Por qué eligió la ficción para personales que la indujeron a escritratar este tema? bir esta novela? -Porque soy escritora de ficción y -Mi motivación personal es biográfica. Soy el último coletazo de la gene- no historiadora. No podría hacer un ración de la militancia. Tengo la edad ensayo sobre las organizaciones guede los chicos de “La noche de los lápi- rrilleras en la Argentina. En cambio, ces”. Eso me coloca en un lugar muy la novela me permite plantear preespecial, porque viví de un modo guntas para las que yo no tengo resmuy intenso todo ese momento, to- puestas. Si uno escribe un ensayo, tiedo ese sueño de construir el socialis- ne que hacerse totalmente responsamo en la Argentina. Yo me lo creí. Mi ble de lo que está significado en el texabuelo, cuando yo tenía 12 ó 13 años, to. Yo me siento responsable de las me miraba fijo y me decía: "Yo no lo preguntas que están en la novela, no voy a ver, pero ustedes sí". El primer de las lecturas o respuestas que pueproyecto de esta novela nace en un dan trazarse a partir de ellas ■

Editaron "Una vida", autobiografía de Simone Veil, una luchadora francesa "Una vida", editado por Capital Intelectual, es la autobiografía de Simone Veil, una mujer que dedicó su vida a luchar contra la discriminación y la intolerancia y que contribuyó a que se hicieran realidad los derechos de la mujer en Francia. Como ministra de Salud de ese país trabajó por la despenalización del aborto y la ley sobre este tema lleva su nombre. Víctima del horror de Auschwitz y del nazismo que destruyó a su familia, Veil aceptó contar su vida en primera persona, ya que vivió acontecimientos clave del siglo XX. Allí se muestra cómo es: valiente, apasionada y librepensadora. Acaso por esto el libro ya vendió un millón de ejemplares entre los lectores franceses.

Nacida en Niza, Francia, en 1927 como Simone Jacob, pasó en 1944 por el campo de concentración de Auschwitz y fue una de las pocas sobrevivientes de los 78 mil judíos franceses deportados, aunque su padre y su hermano no tuvieron la misma suerte. Como ministra de Sanidad y Seguridad Social modernizó la estructura hospitalaria de su país y logró la despenalización del aborto, lo que le valió el repudio de los sectores más conservadores de Europa. Fue la primera mujer electa como presidente del Parlamento Europeo, en 1979. En 1993 volvió a ser elegida ministra de Sanidad. Su trabajo cosechó grandes premios y reconocimientos ■

La mentira Por Sebastián Chilano sebastianchilano.blogspot.com

–La necesidad de mentir es un acto innato para el ser humano. Sin esa virtud, básica, no habría progreso, y mucho menos una forma de gobierno duradera –dijo Márquez con una mueca. Márquez y René Conforti estaban sentados en los sillones de la Sala de Instituto de Investigaciones Clínicas Tercermundistas. En la televisión daban en vivo un partido de fútbol del nacional B. Cenaban en los sillones y estaban más cómodos que sentados en la mesa. Comían sin apuro. Alternaban la mirada entre el plato de comida y el césped verde que brillaba en el televisor de plasma líquido. René Conforti lo había llamado desde el Instituto y Márquez había llevado pollo para los dos. René Conforti estaba de guardia. Márquez estaba en medio de una crisis. –Me pasa cada vez que no puedo soportar a mi soledad –dijo Márquez–. Paso por una rotisería de mala muerte y compro comida. Hoy encontré pollo en oferta. Supe que era el correcto porque el cartel de oferta decía: “pollo natural, sin mutaciones”. –Habrás apabullado al vendedor con tus intrincadas teorías acerca de la mentira. –Como no podía ser de otra manera –se rió al recordar Márquez–. ¿Y sabés que me preguntó? ¿Por qué no habría progreso sin mentiras? –¿Qué le contestaste? ¿Que sin la mentira no existiría nuestro principal motor de progreso, la religión? –Algo así, pero también agregué que sin la mentira tampoco existiría la ciencia. Fue un momento oportuno para que San Martín de Tucumán le empatara el partido con un gol de cabeza a Racing de Córdoba. Los jugadores corrieron y se abrazaron junto al banderín del corner; en las tribunas los hinchas festejaron con gestos y movimientos absurdos. –Marx ha perdido vigencia, el fútbol es el opio de los pueblos, esa es la primera reforma a su dogma –dijo Márquez ante la imagen de la hinchada. –No te puedo dejar pasar lo que dijiste –se quejó René Conforti. –Esperaba que no lo dejaras pasar. –Y no me refiero a esa cosa trillada de Marx y el opio. Me refiero a que la ciencia es una mentira. Los dos sabemos que no lo es. Sacaron del medio y tras cinco pases, un jugador de Racing de Córdoba se tiró en el área grande simulando una infracción. El árbitro de inmediato dobló la rodilla izquierda, inclinó todo el cuerpo, y señaló el punto blanco pintado fuera del área chica. –No fue penal –dijo Márquez. Lo mismo pensaron los jugadores de San Martín que rodearon al árbitro y al juez de línea. Luego de un forcejeo, un jugador fue expulsado y los demás se empujaron entre ellos, para calmar sus ánimos. –La Ciencia es la peor de todas las mentiras –se quejó Márquez–. Un conjunto de hipótesis sólo comprobables por intrincados cálculos matemáticos, fórmulas y reacciones químicas. Pero todas forzadas dentro de los parámetros de razonamiento humanos. Nada ocurre más allá de las circunvalaciones de nuestros lóbulos cerebrales. ¿Cómo puede ser perfecto algo que hasta un chimpancé bien entrenado podría repetir? René Conforti miró a Márquez de un modo tal que lo hizo callar; y no sólo para mirar como el arquero atajaba el penal y en el rebote el mismo ejecutor introducía la pelota en el arco con su cabeza: lo hizo callar para marcarle lo equivocado que estaba. –Sabés que ni vos creés en lo que decís. El hombre seguiría siendo una cosa indistinguible a un mono, si no existiera la ciencia. –Un gol injusto –dijo Márquez y metió un pedazo de pollo en su boca. El partido se interrumpió. Hubo insultos y empujones que el relator supo exagerar. El arbitro suspendió el partido. Los perdedores se quejaron a las cronistas y los ganadores se fueron en silencio, para que la mentira no empañara su victoria. Márquez se limpió las manos llenas de grasa de pollo en un repasador. –Mira a esos tipos que juegan al fútbol y miranos a nosotros pendientes de todo. ¿De qué nos sirve la ciencia si ante el entretenimiento reaccionamos igual, pero exactamente igual, que los monos?

Las 8 preguntas para Leonardo Oyola

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¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier obra de arte? Loco corazón captura lo que es el proceso creativo. Mues-

tra todo lo que dejamos de lado para escribir. Y a las personas que nos aguantan y que nos sufren mientras estamos en la nuestra. La gran enseñanza de esta película chiquita y redonda está en esa canción que compone el Bad Blake de Jeff

Bridges: “parece algo conocido y que fuera de otro”. Eso me pasa a mí cuando termino algo. Desde ese momento no me pertenece. Es de otro. Es de otros. Es como si hubiera estado ahí siempre.


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LOS FAMOSOS, SEGÚN DANIEL MAÑAS

Estilo ameno, detalles inesperados y biografías breves nutren el libro "Vidas" Publicadas primero en la revista que dirige Susana Giménez, las veinticuatro biografías forman parte de un flamante libro. Para el autor, estas vidas son un ejemplo. "En su mayoría, salieron de la pobreza más absoluta y pudieron cumplir sus sueños de triunfar en lo que se propusieron", dijo.

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n "Vidas. 24 pequeñas biografías de grandes personajes", Daniel Mañas se impuso el doble desafío de rescatar los detalles olvidados o desconocidos de grandes figuras de mundo del espectáculo y de la cultura y de hacerlo en pocas páginas. "Creo que el ir a ciertos detalles de sus infancias o de sus vidas cotidianas hace que el lector tenga una aproximación más familiarizada al personaje. En general se tiende a solemnizar el recuerdo de los grandes que ya no están, pero creo que la gente prefiere los hechos reales, las pequeñas historias personales a la idealización del bronce", dijo Mañas, un marplatense que se dedicó a la autoría y a la adaptación teatral y que, después de trabajar en Hollywood, regresó a la Argentina. "Por ejemplo -sigue-, si cuento que Rita Hayworth fue la primera estrella a la que le diagnosticaron Alzheimer o que era pariente del General Necochea, despierta más interés en el lector, que un detalle de su filmografía". Con este criterio pasan por sus manos las vidas de Audrey Hepburn, Niní Marshall, Charles Chaplin, Libertad Lamarque, Rita Hayworth, Enrique Discépolo, Eva Perón, Lolita Torres, María Félix, Coco Chanel, Fernando Lamas, Mecha Ortiz, Luis Sandrini, la Madre Teresa de Calcuta y René Favoloro, entre muchos otros, siempre contados con un estilo ameno. Es que, justamente, este flamante libro, que acaba de editar Planeta y que la semana pasada se presentó en Buenos Aires, es un compilado de las breves historias que Mañas escribió para la revista de Susana Giménez, a la que considera una amiga y "una mujer con la que uno nunca se aburre". "Cuando Susana sacó la exitosa revista que dirige, me pidió si podía hacerme cargo de la sección Biografía, una sección en la que le interesaba

Daniel Mañas, un marplatense que dejó esta ciudad a los 17 años, presentó recientemente "Vidas" en Buenos Aires, junto a Susana Giménez.

rendir homenaje a los grandes artistas argentinos que van cayendo en el olvido. Una noche me llamó por teléfono y como los dos tenemos una misma posición tomada sobre el tema, veneramos el talento y tenemos memoria para las cosas buenas, me propuso que sea yo quien las escriba. Convenimos en que comenzaría con Luis Sandrini, a quien yo había conocido en mi época de asistente –y luego productor- de los almuerzos de Mirtha Legrand". Con el libro ya en la mano, Mañas considera que la experiencia de meterse en la vida de las figuras que admira "fue una de las más gratificantes de mi multifacética carrera". En verdad, su currículum señala que comenzó a trabajar a los trece años en el teatro, y que cinco años después ingresó en la televisión, donde fue productor de los almuerzos de Mirtha Legrand durante diez años. Produjo una treintena de obras de teatro, entre las que se encuentran "La mujer del año", "La jaula de las locas" y "Tango-tango". También montó su propia empresa en Los Angeles y trabajó al lado de Shirley MacLaine, Sophia Loren, Da-

vid Copperfield y otros grandes. -¿Cómo eligió a las personalidades que incluye el libro? -En general los personajes fueron propuestos por Susana. En su revista está todo lo que le gusta a ella, si no, desecha las propuestas del equipo. Lo mismo sucede con las biografías, tienen que ser personajes que ella admiró en su niñez o a lo largo de la vida. Son personalidades que ya no están en la tierra, pero que han perdurado por su arte o por sus obras. A veces me pide personajes de los cuales es muy difícil encontrar material de archivo y quedan para otra oportunidad. Por ejemplo, Olinda Bozán, no había nada de ella en archivos, hasta que en un estreno conocí a una amiga de la sobrina de Olinda y a los pocos días estaba sentada con ella en un café y con un grabador. Otras veces le he propuesto yo personajes que le encantaron. En general es muy raro que no estemos de acuerdo en los personajes de esa sección. Han sido todos gente muy positiva, sin cosas feas que resaltar. Debido a la falta de información sobre la trayectoria de ídolos nacionales, lo ampliamos a personalidades internacionales que también

tienen en común con los nuestros un duro camino recorrido hasta alcanzar el triunfo definitivo. -¿A qué atribuye el interés que siempre despiertan estas vidas entre el público? -El libro pone de nuevo en la palestra los extraordinarios ejemplos que nos legó esta gente. En su mayoría salieron de la pobreza más absoluta y pudieron cumplir sus sueños de triunfar en lo que se propusieron. Y ese es un ejemplo inspirador hoy en día, para cualquier persona que piense “a mi no me va a tocar”. Si ellos pudieron, con infancias o vidas muy duras, hoy cualquiera puede lograr lo que se propone. Nos dejaron como legado que nada es imposible. Desde una niñita como Evita que, acunando su muñeca con una pierna rota juró que un día iba a ayudar a los niños discapacitados, pasando por Hugo del Carril que soñaba con cantar en la radio y terminó siendo un ídolo, hasta la Madre Teresa que se impuso cambiar el mundo ayudando a los pobres, de a uno, hasta crear 420 hogares de asistencia en todo el mundo. Estas metas pueden requerir más esfuerzo, más o menos talento, pero si uno se focaliza, siempre logra sus objetivos. -¿Qué recuerdos le trae Mar del Plata? -Me fui a los 17 años. Recuerdo mi niñez en el barrio El Monolito, con una madre que tenía taller de tejido y un padre que en verano era maitre del Provincial y en invierno, albañil. La escuela 33 en ese barrio y luego la 6, cerca de Plaza Mitre. Recuerdo que una vez cada tanto, si la economía lo permitía, alquilaba media hora un “rodado” para jugar en esa plaza frente a casa de mis tíos. Los viajes en colectivo cuando estaba en la secundaria, yo iba semi dormido y abría los ojos para mirar el mar cuando pasaba frente a la Bristol. Recuerdo cuanto lloré a los 11 años cuando mi padre me dijo que me había conseguido un trabajo de cadete en el Hotel Chateau Frontenac, sin saber, que eso iba a cambiar mi vida. Pasé del entorno de una modesta casa de barrio a esa mansión en la que me “codeaba” con los pasajeros como si fueran mis amigos. Allí veraneaban los últimos ejemplares de la alta sociedad porteña: la hija del General Roca, que tenía más de 90 años, Alfredo y Amalia Fortabat, el escritor Eduardo Mallea y todos los doble apellidos que en en los años 70 paraban en ese hotel y se vestían elegantemente para almorzar en el salón comedor y luego de la siesta, ir al Ocean Club. Allí fue mi primer contacto con gente del arte. Recuerdo que la escritora Beatriz Guido siempre me decía “Vos Danielito tenés que escribir todo lo que ves en este hotel”. Yo tenía 15 años, tuvieron que pasar 40 para que me anime a sacar mi primer libro. Allí también conocí a Mirtha Legrand y le pedí traba-

jo en 40 Kilates, la obra que ellos hacían en el Opera. En verano era el “chepibe” en teatros y en invierno iba a la secundaria con una beca que gané gracias a una “ayudita” de Rubén Horacio Bayón en “Telepequenocho” por Canal 8. También en Mar del Plata pisé un teatro por primera vez: saqué una entrada en primera fila, me puse mi único traje y fui a ver a Astor Piazzolla al Auditorium. Me voló la cabeza ■

Amigos famosos que pasaron por el Festival de Cine de Mar del Plata Fruto de su paso por Hollywood, Mañas logró amistad con personalidades como Geraldine Chaplin, Jacqueline Bisset, Sonia Braga, Katleen Turner y Jeremy Irons. A todos ellos, recordó, los invitó al Festival de Cine de Mar del Plata. "Han viajado mucho conmigo por trabajo y les pedí especialmente que no me fallaran con un festival que se hacía en mi ciudad", dijo. Pasadas aquellas ediciones más lujosas, el Festival de Cine de Mar del Plata no volvió a convocarlo. "No me han invitado ni siquiera con una entrada el día de la inauguración", se quejó el autor teatral. "Igual creo que el festival de Mar del Plata debería quitarse el título pretencioso de festival clase A, porque en los festivales clase A del mundo, las estrellas no son las autoridades del festival. Un festival, además de excelentes películas debe tener clima, una ciudad de fiesta, estrellas que lo visiten y una cobertura de prensa a nivel nacional e internacional. Todo eso generaría más turismo y ganancias a los comerciantes. Lo mejor de este festival es (José) Martínez Suárez, por su conocimiento y su ética ejemplar", agregó ■

Las 8 preguntas para Leonardo Oyola

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¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus obras?

Para una antología de Mondadori, Uno a uno, escribí Tony Plana que ocurre la madrugada de un domingo de noviembre de 1996, cuando se reanudó el festival de cine. Pasa en un bar sobre la avenida Luro y después en una YPF cerca

de Punta Mogotes. Recuerdo con mucho cariño a la ciudad y a la gente con la que compartimos ese momento. Ojota: a todos menos a la policía y al Decreto Nro. 1555.


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“La cartografía del desierto...”

Una "oportunidad de oro" para resolver la inseguridad en las minas, dijo Rivera Letelier

"Yo era el niño extraño: me iba solo, a los cerros, a oír el silencio"

"Fue un año muy movido", dijo Rivera Letelier sobre los episodios que vivió Chile en 2010. Primero el devastador terremoto y, luego, el accidente de los treinta y tres mineros que terminó en un rescate exitoso que siguió todo el mundo a través de la TV. "El gobierno tiene una oportunidad en bandeja de oro para que hacer algo en la legislación de la minería en Chile. Es la oportunidad para hacer los grandes cambios, para pasar a la historia junto con los treinta y tres mineros", consideró el escritor, que dijo conocer el espíritu de este obrero como nadie. "Yo estaba en Costa Rica cuando me llamaron de un medio de mi país para preguntarme qué opinaba de los mineros. Entonces no se sabía si estaban vivos o muertos. Y yo dije algo que después se cumplió, porque no en vano viví cuarenta y cinco años en las minas. Si alguien conoce a los mineros ése soy yo. Dije que si los mineros estaban vivos, iban a sobrevivir hasta que los encontraran, porque el minero no se echa a morir, es un tipo aferrado, un tipo con mucho ingenio. Yo me los imaginaba abajo tratando de darse ánimo unos a otros, inventando cosas para no aburrirse, contando cosas, contando chistes, inventando mentiras y justamente eso es lo que estaban haciendo", recordó. -¿Cómo es el trabajo en las minas? -Hay dos clases de minas, las de cielo abierto y las subterráneas. Yo trabajé mis treinta años en minas a cielo abierto, en las minas de salitre. En mi vida entré dos veces a las minas subterráneas y es terrible, bajar a 700 o a 900 metros bajo tierra por túneles que tienen 900 kilómetros por abajo, eso es el infierno, entraba cuando no salía el sol y salía cuando ya el sol se había escondido, entonces no veía el sol nunca. Por eso duré poco en esas minas. Prefería morirme de hambre pero a cielo abierto que ganar mucha plata allá abajo. -¿Se gana mucha plata? -En las minas grandes, pero en la pequeña minería y en la mediana, que es donde pertenecen estos mineros, se gana poco y las condiciones son de la edad media casi, la tecnología ha ayudado mucho a aliviar el trabajo en las minas grandes, pero en las minas chicas todavía la explotación es terrible, se gana un sueldo de hambre y es fuerte la inseguridad del trabajador. Por supuesto que es posible dotar de seguridad a las minas. Hay minas inmensas de cobre donde la seguridad es espectacular. Hay más accidentes en un banco que en una mina de esas, tienen toda la seguridad del mundo, toda la tecnología del mundo, ni siquiera un terremoto las derrumba ■

(Viene de página 1). No me interesaba aprender ningún oficio. -¿Es verdad que empezó a escribir por hambre? -Fue mi primer poema. Yo escribí algunas cosas pero de niño, para cumplir con alguna tarea. Nunca nadie se me acercó a decirme 'vemos que lo haces bien, sigue leyendo', ni siquiera me aconsejaron que siguiera escribiendo. A los 18 años me di cuenta de que conocía nada más que la pampa en el desierto de Atacama. El desierto de Atacama es el desierto y dentro de él hay mil kilómetros que lo llamamos pampa salitrera. Es lo más duro del desierto. Y en esos mil kilómetros llegaron a haber unos 300 campamentos de obreros que trabajaban en el salitre. Ahí estuve hasta los 45 años. A los 18 me di cuenta de que mi mundo era ése, que no conocía nada más, entonces me rebelé, me fabriqué una mochila y renuncié a la empresa en la que había entrado a trabajar a los quince años y me fui a hacer la Revolución de las Flores. Estoy hablando del 68, del movimiento hippie. Anduve cuatro años a dedo y en esas andanzas, una noche durmiendo en una playa escuché en una radio portátil que había un concurso de poesía. Hacía una semana que no comía nada caliente. El primer premio del concurso era una cena en un hotel. Y me dije: "Esa cena es mía". Nunca antes había escrito un poema de amor, pero lo hice acordándome de una novia que había dejado en el desierto. Y me gané la cena. Y no paré nunca

más de escribir. -¿Cuánto de surrealismo hay en su literatura? -No sé, eso yo se lo dejo a los críticos, yo lo único que hago es tratar de contar bien las historias, yo soy un contador de historias, y en cada uno de mis libros trabajo y me esfuerzo mucho para contar del mejor modo las historias, para que el lector sienta sensaciones. Lo que yo pretendo no contarle al lector ni siquiera mostrarle, lo que pretendo va más allá: quiero hacerlo vivir al lector, que el lector pesque uno de mis libros y lo viva, que transpire si hace calor, que se ría a carcajadas si hay que reír, que llore... en fin, que sienta sensaciones, que se le disparen los pelos. Y para eso hay que contar bien una historia. -¿Qué diferencia hay entre un contador de historias y un escritor?

-El escritor generalmente es un intelectual que trabaja con su inteligencia. Mira, la diferencia entre yo, un contador de historias, y un escritor intelectual es que el intelectual cree en lo que escribe, yo no creo en lo que escribo, yo tengo fe en lo que escribo. ¿En qué cree un intelectual? En sus estudios, en sus masters, en sus títulos, en su erudición, en su inteligencia. ¿En qué tengo fe yo, que no tengo estudios, que no tengo masters, que no tengo nada? Tengo fe en mi intuición, en mi imaginación, en mi experiencia de vida, en mi memoria. Esos cuatro elementos son la herramienta para contar mi historia. -Sus historias siguen teniendo la mirada del obrero. -Todo lo que escribo está desde el punto de vista del perraje obrero, no puede ser de otra manera. Mi viejo fue un obrero que murió de la silicosis, la enfermedad de los mineros, de tanto respirar polvo se le fue acumulando una partícula en los pulmones y de repente los pulmones dejaron de trabajar. Y se murió ahogado. Yo vi a mi viejo azul, azul, azul, ahogado... Todos mis libros están contados desde ese punto de vista. Ahora lo que no quiero hacer y lo que no he hecho y lo que espero nunca haga es caer en el panfleto, o en el resentimiento. ¿Si no fui un resentido social cuando estuve allá, en esa orilla, ¿por qué voy a convertirme en un soberbio? Cuando me llegó esta cosa dulcecita que llaman éxito, yo me dije: "Me quedan dos caminos: o lo tomo con humor y la paso muy bien o me convierto en un soberbio de mierda, y aparento lo que no soy". Elegí lo otro y la paso muy bien ■

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"JEFAZO", DE MARTÍN SIVAK

(fotografía de autor)

Evo Morales, el dueño de un estilo informal de hacer política Para hacer el libro, Sivak le pidió a Evo convertirse en un testigo de sus acciones de gobierno. Descubrió a un dirigente particular, obsesivo y radical, que arranca a las 5 de la mañana y termina a las 12 de la noche. "Me sorprendió su obsesión por estar en cada detalle de la gestión", dijo el autor.

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na larga crónica, intensa y ajetreada de los días de gobierno de Evo Morales narra el libro "Jefazo" (Editorial Debate). El periodista Martín Sivak propone un retrato íntimo del ex líder sindicalista, hoy convertido en presidente de Bolivia por segundo período consecutivo, y desnuda sus obsesiones, su impronta y su estilo informal de hacer política. "Dedica más de 20 horas por día a la presidencia y no hay espacio para casi nada más que la política", describió. Recientemente traducido al francés, "Jefazo" también acaba de editarse en Inglaterra y Estados Unidos bajo el título "Evo Morales: the extraordinary rise of the first indigenous president of Bolivia". Sivak incluyó allí un apartado actualizado sobre Morales, un indicio de que, lejos de acabar, su investigación sobre la actualidad boliviana y sobre el lider indígena sigue en marcha. "El día que empezó Jefazo, Morales me anticipó que no aguantaría el ritmo de su vida de Presidente -contó Sivakpero que lo intentara. Terminé la primera semana de gira por Bolivia apunado y con oxígeno artificial en una farmacia de La Paz: la agenda, de las 5 de la mañana a las 12 de la noche, incluyó 20 viajes en avión, avioneta y helicópteros, más de 40 actos en lugares de Bolivia que no siempre figuran en los mapas escolares". Sivak conoció a Morales en 1995, mientras se desempeñaba como corresponsal en Buenos Aires del diario "Hoy", oriundo de La Paz. "Vino a Capital Federal a participar de un seminario. Ese día lo entrevisté por varias horas. A partir de entonces y hasta que ganó la elección presidencial de 2005 lo entrevisté muchas veces más y conversé con él en distintas circunstan-

cias. La primera vez que pensé en escribir un libro sobre su vida fue cuando cubrí la elección presidencial de 2002 para un documental de la televisión británica. Pero finalmente empecé cuando él asumió la presidencia en 2005", indicó. A la hora de organizar el futuro libro, el autor pidió convertirse en un testigo del gobierno de Morales, "un testigo que pregunta lo mínimo indispensable y pasa lo más desapercibido posible en la cotidianeidad de un jefe de Estado", confió a LA CAPITAL. Así logró viajar con el ex dirigente cocalero por todo Bolivia. "Pasé meses en el Palacio Quemado (sede gubernamental de Bolivia), formé parte de las reducidas comitivas presidenciales en las giras por África, Estados Unidos y América Latina. Lo vi dormir y despertar sobresaltado, jugar el póker de la política con José Luis Rodríguez Zapatero, Hugo Chávez o Muammar Gadaffi, entre otros líderes; le escuché de-

cir a una moza 'de tus manos hasta veneno' después de que le ofreciera café o jugo; y disertar sobre las diferencias entre las llamas y los hombres", siguió. -¿Qué fue lo que más te sorprendió del estilo de gobernar que tiene Evo Morales? -Su obsesión por estar en cada detalle de la gestión. Creo que eso refleja, por un lado, sus dificultades para delegar poder, y, por otro que confía en muy pocas personas. Un buen ejemplo de esa obsesión está contado en el libro. A las 5 de la mañana de un domingo, mientras desayunábamos

conejo a la cacerola con papas, cebolla y habas preparado por Celima Torrico, una dirigente cocalera de trenzas hasta debajo de las nalgas que sería designada ministra de Justicia en enero de 2007, Evo atendía a los planteos de un grupo de dirigentes cocaleros. Uno de ellos dijo que no tenían dinero para los colectivos que ese día transportaría a los manifestantes. Morales señaló el placard: "Allí hay remeras de Somos Mas. Véndelas a 5 pesos (62 centavos de dólar) en el mercado y usen ese dinero para la gasolina". -Lo informal y lo precario -dos palabras que usás para describir su modo de hacer política- no son valores muy positivos para un gobierno. ¿Es consciente Evo de esto? Y en todo caso ¿le preocupa? -Creo que sabe de la precariedad que lo rodea. La precariedad está en el Estado boliviano que encontró (y que ha fortalecido consistentemente). Y en otros límites preexistentes a su presidencia falta de experiencia en la gestión, falta de cuadros administrativos propios- y probablemente a eso hay que sumarle los conflictos con las elites del Oriente del país que potenciaron la sensación de precariedad. Pero mi impresión es que el gobierno está más consolidado y sólido y el mejor ejemplo de eso es que obtuvo la reelección con el 64% de los votos y las oposición de derecha fue derrotada. Evo le presta mucha atención a los sueños. A pesar de eso, es un dirigente sindical con un discurso radical pero pragmático y razonable en la gestión del Estado. -¿Le encontrás alguna simbología a los partidos de fútbol que suele organizar aún como presidente? -Evo cuando llegó al Chapare, la región donde se cultiva la hoja de coca, no conocía a nadie. Tenía 22 años y poca experiencia política. En un principio llamó la atención de los pobladores por lo bien que jugaba al fútbol. Su primer puesto sindical fue secretario de deportes y uno de sus apodos era "joven pelotero" porque en los días de asambleas proponía jugar al fútbol. Me parece que siempre ha funcionado como una forma de integración. -¿Por qué señalás que Bolivia es un país inflamable? -Creo que por varias razones. La desigualdad, la extrema pobreza, la exclusión social y la incapacidad del estado de incluir a las mayorías pobres e indígenas son algunas de ellas. El gobierno de Morales ha hecho enormes progresos. Sin embargo, las demandas por profundizar el cambio y la agenda de la derecha aún vigente pero sin una fuerza que la pueda implementar pueden provocar un nuevo ciclo de conflictos ■

iìò ÇÉëÅçãéìÉëí~

Por Juan Verdes

Mi proyecto se basa en imágenes fotográficas totalmente abstractas en las que los elementos utilizados sean irreconocibles para que el espectador encuentre en ellas lo que quiera encontrar, va a depender de su imaginación, sus recuerdos y sus gustos. No son fotografías aisladas con elementos que sean diferentes entre sí. El hilo conductor es la luz descompuesta, algo con lo que vengo trabajando desde hace bastante tiempo, de ahí parten las diferentes formas en las que realizo las tomas utilizando diferentes elementos tanto plásticos como fotográficos pero siempre manteniendo los colores de la luz. La obra no busca transmitir ningún mensaje en concreto, lo que busca es despertar en el espectador recuerdos personales y vivencias colectivas, crear nuevos gustos y aferrarse a los gustos ya incorporados, y que esto le sirva como disparador para nuevas creaciones ya sea en lo artístico como en la vida laboral o en lo cotidiano ■

Las 8 preguntas para Leonardo Oyola 4) ¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción? En el libro de Charly Salem Yo lloré con Terminator 2 hay un cuento que se llama De parte del Señor Brown, en el que

son imperdibles la charla que mantienen el Harly y el Poe con el hijito de una puta y una discusión entre ellos que se va al carajo por las máscaras que tienen que usar para asaltar un telo. Hay una de Bugs Bunny y otra de Tweety. Y nin-

guno quiere ser Tweety. Terminan apuntándose en la jeta con sus respectivos chumbos hasta que el Harly afloja. -Está bien. Yo voy a ser Tweety. -¿Ves? Hablando se entiende la gente.

Las 8 preguntas para Leonardo Oyola

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Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿Cuál sería y qué haría?

Aunque se me diera esa posibilidad, no creo tener ese derecho en las ficciones ajenas. Ni siquiera en las mías ya

publicadas.


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ESTÁ ESCRITA POR HORACIO Y JULIÁN DE DIOS

Grandes libros, pequeños lectores CUENTOS DE AMOR, LOCURA Y SUERTE, de Liliana Cinetto, Bs.As., Edelvives, 2009. Por Marisa Buttó Integrante de la ong Jitanjáfora

Liliana Cinetto invita a jugar a sus lectores, desde el título mismo, mediante la recreación del otro título que forma parte de nuestra tradición literaria, el de Horacio Quiroga. El tema del amor y sus facetas articula gran parte de los relatos: el amor adolescente, el amor idealizado, el amor secreto, el amor imposible, el amor que perdura a lo largo del tiempo, el amor virtual. En los trece cuentos, la autora va desplegando una galería de personajes adorables: la joven romántica e idealista (en “Avisos clasificados”), el hermano entrometido (en “Demasiado chico”), el joven que suspira por un amor no correspondido ( en

“Kilómetros de amor”), el extraterrestre que busca una compañera (en “Instrucciones para encontrar el amor ”), el señor mayor que sigue enamorado de su primera novia (en “Misterio en el barrio”), por citar algunos ejemplos. También están presentes otras temáticas: el enfrentamiento extremo de dos clubes de fútbol en un pueblo chico (en “Pasión de multitudes"), la superstición obsesiva del Sr López (en “Cuestión de suerte”) y la mala suerte (en “Al pie de la letra”). La hiperbólica presencia de la lluvia en “El diluvio” permite la introducción de la parodia política y la renarración del cuento del Flautista de Hamelin, deja un claro mensaje a favor de la paz. El estilo ágil y llevadero, el lenguaje directo y accesible, las situaciones presentadas desde la contemporaneidad y las ilustraciones acertadas de Viviana Bilotti son una invitación a la lectura, preferentemente a partir de los diez años ■

Para los amantes de viajar, apareció la "Guía Completa de New York" Acaba de salir la nueva edición de la Guía Completa de New York, sólo un año después de haber reeditado la anterior. Esto demuestra que la Guía de New York sigue siendo un best seller y que se vendió en las librerías en un tiempo récord. Como siempre, realizar esta guía fue un trabajo tan arduo como apasionante y una vez más lo han logrado padre e hijo, Horacio de Dios y Julián de Dios desde dos miradas complementarias, compartiendo la misma pasión por viajar, investigar y contar las historias y los secretos de una de las ciudades más fascinantes del mundo. Esta nueva edición totalmente renovada y actualizada contiene 384 páginas a todo color, cientos de fotos, mapas a escala y esta dividida en 18 distritos con mapas detallados, 48 áreas, 400 atracciones, 380 restaurantes para todos los presupuestos y 150 alojamientos para todos los bolsillos. Los cambios fueron muchos: "El Soho olvidó su perfil bohemio y se convirtió en un elegante centro de compras al aire libre; el Lower East Side dejó de ser el patio de atrás de Manhattan y hoy concentra gran

Llega "La Noche de los Museos" ciones Camet (Félix U. Camet 3700), Casa del Mar (Frenguelli 5585- Costa Atlántica al 4700), Galería Solla (Falucho 2325), Galería Casa de Madera (Rawson 2250), Velas de la Ballena (Alsina 2773), Marca de Agua (20 de Septiembre 838), Irene Melillo Arte (Avellaneda 1835), Polo Norte (Constitución 5843), Arte Café Kemuel (Corrientes 2366), El Atelier de Isa (9 de Julio 2922), La Harinera (9 de Julio 5179), CasaTaller "Roura-Larice" (Los Eucaliptus esquina Los Robles), La Bicicleta (Falucho 4466). Los centros culturales oficiales afectados a la propuesta son: el centro cultural Victoria Ocampo (Matheu 1851), el Museo Municipal de Arte “Juan Carlos Castagnino” (Colón 1189) y el Archivo y Museo Histórico “Roberto T. Barili” (Lamadrid 3870) ■

parte de la movida artística de vanguardia; Alphabet City no es más una zona peligrosa y hoy es un placer comer en alguno de sus restaurantes étnicos; el Greenwich Village está más chic que nunca; el Meatpacking es el lugar de moda; Broadway aumentó sus atracciones para todos los gustos y edades; el East Side no perdió glamour a pesar de la crisis financiera de 2009; el West Side mantiene su encanto; Harlem es el barrio donde trabaja Bill Clinton y Brooklyn es el distrito de tendencias y buena vida", señalaron los autores ■

Alquimia, una antología de la Asociación de Letras Marplatenses Por Sebastián Jorgi

La Noche de los Museos en Mar del Plata se realizará el sábado que viene, desde las 17 a las 24 en diversos espacios. Pensada para que los marplatenses puedan redescubrir los museos, la propuesta incluye conciertos, teatro, artes visuales y otras expresiones artísticas en diversos museos oficiales o privados. El acto de inauguración se realizará en el Museo del Mar (Colón 1114) a partir de las 16.30 del sábado. Formarán parte los museos del Mar (Colón 1114), Museo Casa Bruzzone (María Curie 6193), Museo de la Fuerza de Submarinos de la A.A. (Escollera Norte), Museo Eva Perón (Unidad Turística Chapadmalal—Hotel N°5 –km.19.5 de la ruta 11), Museo de las Comunicaciones (San Martín 2250, -2° Piso Shopping Peatonal) y Museo de las Comunica-

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Coordinado por el poeta Daniel Luján y con el sello Editorial Martín, la Asociación de Letras y Artes Marplatenses, acaba de publicar Alquimia. Es dable destacar que esta asociación, presidida y llevada adelante –con esfuerzo e idoneidad- por Martha Carlomagno, tiene un taller semanal a su cargo, con una veintena de alumnas. Digo esto, pues la cantidad traduce el ansia cultural que hay en la ciudad, tanto en las letras como en las artes. Además, a fin de año se entregan diplomas y se dan los premios cuando se trata de los concursos. Ahora, Alquimia, a la que le damos la bienvenida, ya que nos da en su antología poética, nombres marplatenses que escriben poesía: María Elisa Riesgo, Martha Carlomagno, Mónica Du-

puy Pejhrardsson, María Cristina Pegoraro, Estela Rubessi, Andrea Martín y Laura Iribarren

Bulsara. Un centenar de poemas conforman este libro. Daniel Luján, compilador, escribe en el prólogo: “La vida en un taller es inmensamente gratificante. Uno tiene la posibilidad de crecer a la par de los alumnos, termina formando parte de una unidad. Hoy se abre la puerta de par en par, y asoman la jeta, la nariz, y la poesía vuela por todos lados”. Nada más cierto. La Asociación de Letras y Artes Marplatenses, fundada en 1957, es una entidad sin fines de lucro. Pero sí con fines culturales, como en este caso con Alquimia. Una buena manera de ensanchar un tanto nuestras miradas sobre las producciones marplatenses, (novicias y más o menos consagradas), quiero decir, a los efectos de una valoración ■

Las 8 preguntas para Leonardo Oyola

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¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles? Abandoné la actividad con una tentadora edición de La ciudad de los locos de Juan José de Soiza Reilly. Del hecho que más orgulloso estoy -por haber sido en una cancha difí-

cil, por la frialdad en la ejecución de la jugada, por lo justiciero de la maniobra debido al precio exorbitantante del ejemplar y por el increíble relato titulado Screwjack- es de Mezcalito de Hunter S. Thompson. Y por inercia, deporte o reflejo durante un corte de luz en un shopping me llevé con total

impunidad Fantasmas de Chuck Palahniuk mientras libreros y personal de seguridad corrían detrás de otros clientes que habían manoteado a troche y moche de todo antes de abandonar la escena del crimen. Se sabe: la oportunidad hace al ladrón.


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LA ESCRITORA KARINA BONIFATTI PRESENTA SU LIBRO ‘MADRES DE PROCERES’

Mujeres detrás del bronce Desde el nacimiento de Manuel Belgrano hasta el de Domingo Sarmiento, la autora refleja en esta obra los valores que una decena de progenitoras inculcaron a los hombres que marcaron la historia de la Argentina.

Dos siglos atrás, las madres eran casi el vínculo excluyente que un niño de seis años podía mantener con el mundo exterior, ya que hasta esa edad la relación con el padre solía mantenerse en un segundo plano, en parte porque el hombre permanecía largas horas fuera del hogar, pero también porque cundía la creencia de que la infancia era una etapa donde un chico todavía no podía demostrar sus habilidades como ‘ser pensante’. ‘‘En esa época los padres casi no mantenían relación con sus hijos y no se los tenía muy en cuenta. Incluso, como era probable que se murieran al nacer o durante la infancia, la única que tenía contacto con ellos era la mujer’’, destacó Bonifatti.

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HABITOS DOMESTICOS ‘Madres de próceres’, recién publicado por Ediciones B, narra el nacimiento, la infancia y la relación que mantuvieron con sus progenitoras personajes como Manuel Belgrano, José de San Martín, Bernardino Rivadavia, Manuel Dorrego, Facundo Quiroga, José María Paz, Gregorio Aráoz de Lamadrid, Juan Manuel de Rosas, Domingo Fausti-

ucho se ha escrito acerca del accionar y el pensamiento de figuras centrales de la historia argentina como Belgrano, San Martín o Rosas, pero poco se sabe acerca de sus madres, según rastrea la escritora Karina Bonifatti en su obra ‘Madres de próceres’, que trabaja sobre los valores que una decena de mujeres inculcó a sus célebres hijos.

Instrucciones La pintura es de María Fernanda Vega. Fue creada en el marco del encuentro de lectura de "La Cofradía de la Pluma", en la que participan estudiantes del Colegio Nacional Arturo Illia y que se realizó recientemente en Mar del Plata. por Paula Fernández Vega

Cerrar los postigos de la ventana con un cuidado de costurera para que el ruido no torture al aire. Respirar a la oscuridad como un ciego y buscar los restos de luz que se cuelen descifrar sus formas y mensajes sus enigmas desalmados. Lanzarse sin castigo en la alfombra mugrienta y absorber las pelusas como un perro: sentir el poder de una articulación rotando el brazo, impresionándose por no ser una mesa. Llorar sin motivo alguno desesperarse por no encontrarlo llorar de nuevo por no saber nada alegrarse por saber algo. Quedarse quieto. Hablar para recordar el idioma y saborear las palabras como al

helado primero su textura, después su sabor luego la digestión de sus significados y al final, el vacío de su sonido interrumpiendo el silencio absurdamente. No diferenciar los ojos abiertos de los ojos cerrados. Sentir las manos, entrecruzarlas como si una fuera la mano de un amor desesperado. Y por fin gozar sin motivos de la propia naturaleza del ser humano: todos los miembros en total armonía con una quietud durmiente sin luces ni sonidos. Sentir la profunda tristeza de no estar acompañado. Abrir los postigos de la ventana con un cuidado de costurera para que el ruido no torture al aire ■

no Sarmiento y Juan Bautista Alberdi, entre otros. ‘‘Estudié letras pero desde chica estoy muy familiarizada con la historia. De hecho, a mí me interesó siempre la literatura del siglo XIX, que está muy emparentada con la política -aseguró Bonifatti-. Leyendo unos escritos de Lucio Mansilla sobre Agustina López de Osornio, la madre de Rosas, se me disparó la curiosidad sobre el tema.’’ ‘‘Las mujeres han sido relegadas en la historia, así que no me sorprendió encontrar muy poca documentación que haga alusión a madres de próceres -explicó-. El libro aborda la historia de diez mujeres que dieron a luz a hombres célebres, arrancando en 1770 con el parto de la madre de Belgrano hasta el nacimiento de Sarmiento, en 1811’’. Aunque no es su propósito central, el texto aporta un riguroso retrato de época que da cuenta de los hábitos domésticos desde los tiempos del Virreinato en adelante, aunque como señala la investigadora ‘‘los datos que surgen sobre estas mujeres son bastantes precarios, ya que casi todas estaban relegadas a la vida doméstica, más allá de la clase social a la que pertenecían’’. ‘‘Las semblanzas de estas mujeres ofrecen la posibilidad de conocer, a partir de anécdotas o reconstrucciones, matices sobre el temperamento de los próceres. Ellas son importantes no sólo porque pudieron haber

donado joyas o cosido uniformes, sino porque fueron las encargadas de cuidar y castigar a los hombres que después se transformaron en protagonistas de la historia’’, explicó Bonifatti. SERES CON CARACTER A partir de consignas -referidas al rol que desempeñaron estas mujeres con sus hijos y la interacción con sus maridos-, la autora ofrece arquetipos bien diferenciados, desde la imponente madre de Rosas y la arquetípica Paula Albarracín -que su hijo Domingo Faustino inmortalizó con su telar al pie de la higuera-, hasta las más sumisas, como María Josefa González Casero y Paula Albarracín, las progenitoras de Belgrano y Sarmiento. ‘‘En el caso de Belgrano, por ejemplo, encontré cartas donde le ruega al rey Carlos IV que saque de la cárcel a su marido, acusado de estafa. Es una mujer muy débil, y de alguna manera su hijo también hereda eso. De hecho, él estuvo enfermo la mitad de su vida’’, señaló. ‘‘Así como Belgrano sufre a semejanza materna, se puede decir que Rosas manda a la par de su madre -comparó Bonifatti-. Agustina, de hecho, es una mujer que intenta imponer su voluntad a toda costa, como cuando dicta un testimonio que va en contra de las leyes de la época. Tan obsecada como ella es Tiburcia, la madre del general Paz, que se empeña en hacer testamento a favor de su hijo a pesar de

■ Lecturas

que la ley lo prohíbe porque está preso.’’ El texto de Bonifatti deja entrever algunas historias de corte novelesco, como la de Bernardino Rivadavia: en este caso el legado materno se mide más por omisión que por acción, ya que su madre Josepha murió cuando él tenía siete años y su padre volvió a contraer matrimonio con una mujer que no parece sentirse a gusto con los cinco hijos del viudo. ‘‘Ana María parece una típica madrastra de los cuentos de hadas, esas que tratan mal a los hijastros y tienen veleidades de ‘señora de la casa’ -apuntó la escritora-. La muerte de su madre indudablemente marcó mucho a Rivadavia, pero no tanto como su convivencia con un padre cruel que hizo sufrir mucho a él y a sus hermanas’’. Una impronta folletinesca tiene también la historia de San Martín, cuyos padres biológicos están en disputa: mientras la historia canónica consagra a Gregoria Matorras y a Juan de San Martín, Bonifatti también incluye la posibilidad de que su origen esté en la unión clandestina entre la indígena Rosa Guarú y Diego Alvear, integrante de las familias más acaudaladas de la época. ‘‘Hay muchos elementos que nos llevan a desconfiar de la historia oficial, sin que eso implique la confirmación de la hipótesis que (Hugo) Chumbita trabaja en su libro ‘El secreto de Yapeyú’’’, indicó la autora ■

Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Los libros más vendidos de la semana FICCION 1 “COMER, REZAR, AMAR” 2 “EL ÚLTIMO CASO DE RODOLFO WALSH” 3 “DOS CHICAS DE SHANGAI”.

Elizabeth Gilbert. Elsa Drucaroff. Lisa See.

Aguilar. $69. Norma. $58. Salamandra. $85.

NO FICCION 1 “PRESIDENTES”. 2 ”YO”. 3 “UNIVERSIDAD Y UTOPÍA”.

Daniel Filmus. Ricky Martin. Gastón Gil.

Aguilar. $55. Plaza y Janes. $65. Eudem. $60.

RECOMENDADOS 1 “LA HISTORIA DEL AMOR” Nicole Krauss. Salamandra. $45. 2 “NUEVAS HISTORIAS NEGRAS DEL FÚTBOL ARGENTINO” Alejandro Fabbri. Capital Intelectual. $48. 3 “VIDAS”. 24 biografías de grandes personalidades. Daniel Mañas. Planeta. $69.

El caso Arístides, de Andrés Neuman (Cuento incluido en la antología Dos veces bueno, de la editorial Desde la gente) Desde que tuviera uso de razón, Arístides no articuló sonido: él aguardaba. Confiaba en ser capaz, cuando la muerte lo acechase, de convocar sus sueños, su rabia, sus penas y sus años, y resumirlo todo en un alarido o en una carcajada. Sería sólo una voz, descomunal y preci-

sa, que ahuyentaría a la muerte cuando llegase a buscarlo. El silencioso Arístides murió un veintitrés de julio en su habitación mientras dormía, con una ligera sonrisa asomándole en la boca ■

Las 8 preguntas para Leonardo Oyola

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Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Sólo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la

voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los sacrificados y cuales los salvados? Man: en junio de 2008, por una neumonía viral, casi me mudo al otro barrio. Si es como vos decís: que el hongo ese

conchudo se morfe entera mi biblioteca, los discos, mi casa y hasta el perro; que yo ni bien me entere de su presencia me tomo el palo lo más lejos posible.


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Cuentohistorietas Por Sebastián Jorgi

A Gerónimo Cirelli, Aldo Molinari y Mario Peluso Yo he sido nombrado juez de la colonia penitenciaria. A pesar de mi juventud, porque yo era el consejero del antiguo comandante en las cuestiones penales, y, además, conozco al aparato (ejecutor) como nadie. Mi principio fundamental es éste: la culpa es siempre indudable. En la colonia penitenciaria, Franz Kafka. Veneno Implacable A Mamá, Lucía Albani i.m A Pascual Malerba Lanús, 1950, Cine Sarmiento James Cagney morirá si sigue tomando. —She is my life— decía el petiso con la copa en la mano. Entonces la muchacha entornó los ojos y con la cara dulzona en blanco y negro le dijo: —I love you. Y se besaron longely. James, con la mirada desorbitada, dio una media vuelta furibunda y estrelló al vaso contra la pared. —El doctor tiene razón— pudo leerse que dijo la muchacha. Estábamos mi madre y yo en el cine. El oficialito que ocupaba la butaca de adelante se levantó. Vi que tenía lágrimas en los ojos. James Cagney había pasado la guerra y todas esas miserias que hacían que cualquier hombre se largase a la bebida. Había sido un héroe en la película y en la vida. El film mostró un racconto en el que James se veía más joven, con su sonrisa cínica y traviesa. Vestía uniforme de soldado. Mi madre y yo miramos al oficialito que mascaba chicle. Unos tenues bigotes se le insinuaban. En sus ojos se adivinaba como una extraña devoción hacia James. El petiso dijo desde la pantalla: —I can’t more. El soldado se acomodó de nuevo en la butaca. Alzaba los hombros. Él también sería implacable hacedor de heroísmos terribles. Había comenzado a imaginar el poder. Extranjeros A Pablo, mi hijo Silencio, Hospital, leyeron. Los extranjeros no entendieron al principio el contenido, el símbolo del cartel, cuando entraron al país de los humanos “bien derechos y humanos”. Uno de los visitantes notó que algunos hombres llevaban máscaras antigases. En la calle había un hombre gigantesco que estaba tirado, semidesnudo. —¿Está herido? —Ayúdenme— dijo el hombre. —¿Ha habido una guerra? Ante la insistencia de los extranjeros, el humano grandote negó con la cabeza. Al fin, dijo: —Ayúdenme. Soy Tarzán, el rey de la selva.

La imagen pertenece a María Laura Vázquez, alumna de la carrera de Ilustración de la Escuela de Artes Visuales "Martín Malharro".

que no había soñado. La tierra estaba húmeda aún y portaba cruces. Regresó a la noche siguiente y vio de nuevo a los gigantes que sin ceremonia alguna amontonaban sus muertos. Huyó. Fue encontrado por los suyos al fin. No le creyeron el asunto de los gigantes. Papá pitufo, sin comprender, lo reprendió: —Esto te pasa por ser desobediente, hijo. Robin está triste A Mario Rodríguez El niño quería ir hasta la esquina donde sus amiguitos jugaban a la pelota. Su madre no lo dejó. Primero debía tomar la leche. Así lo hizo y entonces la madre cumplió la promesa. Aunque ya era un poco tarde, alcanzó a compartir un picado durante un rato. Al volver hacia su casa, vio cómo tres hombres —que bajaron de un auto— atacaban a Batman frente al almacén vecino. Pensó en avisarle a Robin, pero no sabía dónde quedaba la Baticueva. Sólo atinó a asustarse al ver los ojos agrandados de su mamá, que había salido a la calle y profería gritos. Esperó a su padre para mostrarle el cuaderno de la escuela, contarles cosas lindas de la señorita Clara, su maestra y comentarle que unos hombres habían atacado a Batman frente a casa. Pero su padre nunca habría de regresar. Al tiempo, la psicóloga le explicaría que aquel hombre que había sido atacado, aquel hombre de capucha, no era Batman, sino su padre.

Papá Pitufo no comprende Borges A Nancy Cocco El pitufito está perdido en el bosque porque fue desobediente con su papá. Durante varias noches ha soñado con fantasmas, tiritando de frío en medio de la espesura. Ha pensado mucho en los suyos, arrepentido. Jamás volverá a vagabundear sin pedir permiso. Una noche se asustó al ver ciertos gigantes que arrastraban sus muertos a una gran parte de campo que no parecía ser el cementerio. ¿Fantasmas otra vez? Se restregó los ojos. No, no señora. Corrió mucho. Exhausto, se durmió junto a un árbol. Volvió al lugar para cerciorarse de

A Roberto Alifano El hombre de los anteojos negros subió al taxi, que se perdió enseguida tras de una esquina. Ya se sabía ciego y sintió horror al percatarse de que había sido producto de un engaño por parte de aquellos señores educados de uniforme. La mujer que lo había visitado una tarde no estaba en sus cabales: una historia del todo descabellada e imposible de creer que sucediese en su país. Pero presentía que la presidente depuesta no había sido suplantada por ninguna

Alicia, sino por el poder del Caimán. El hombre de los anteojos negros reflexionó que el odio de Martín Fierro simbolizaba un poroto ante lo que estaba pasando. Más valía ser Dahlmann y haber muerto en la llanura. ¿Seguir escribiendo? La realidad era más incitadora que la fantasía. ¿Para qué más cuentos? Dejó el bastón y se tendió en la cama. Desvió sus ojos —que ya no veían— hacia la ventana que daba a la calle Maipú. A pesar de la ceguera, percibió un olor como de odio. Comprendió que era un testigo, como Recabarren. Y ni siquiera le quedaba el consuelo de soñar que la pelea sería a cuchillo. Verne A Lalo Santilli El mar estaba inundado de cuerpos extraños. Especie que no pertenecía a las aguas, sino al aire y al sol abiertos. Me era imposible ya conducir el submarino. Las 20.000 leguas habían quedado atrás. Aquel había sido un viaje normal entre los naturales habitantes del mar. Ahora el transitar se hacía lento ante la espesura conformada por esos cuerpos extraños de brazos y ojos en ademán de saludo. Intuí que hacían señales, en tono de desesperación. ¿Era la Atlántida? Parecían cuerpos inanimados, casi se podían adivinar en ellos gestos humanos. Pero no: todo no era más que una lacerante alucinación que me conmovía, un sueño aterrador que me presentaba esa masa carnívora, informe por momentos, como sumida en una agonía eterna. —Esto es más fantástico y terrorífico que todo lo imaginado por usted, señor Verne. —Tiene razón, capitán Nemo. Wakefield II A Amalia Radaelli El hombre salió a comprar cigarrillos. Su mujer, Nora, le había dicho que no tardase. El pensó en Wakefield, aquel cuento de Nathaniel Hawthorne, en el que el hombre decide irse de su casa para regresar transcurridos casi treinta años. Pero él no tenía motivo para tamaña idea. Era

Las 8 preguntas para Leonardo Oyola

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Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una pregunta a uno de sus tantos escritores

predilectos. ¿Qué le preguntaría? Jefe, ¿tomamos una cerveza?

feliz con Nora. Antes de llegar al quiosco, un puñado de hombres lo detuvieron. Lo metieron en un auto y le hicieron preguntas. —Les repito que me llamo Daniel García. —Es a usted a quien buscamos. —¿No estarán confundidos, señores? Miren que Danieles Garcías hay muchos. Además, no hice nada. Unas horas después se encontraba encerrado en una especie de cárcel con una veintena de hombres. Todos se llamaban Daniel García. Comprendió horrorizado que se había convertido en otro Wakefield, en un nuevo Wakefield... Rayuela A Melina y Rubén La niña estaba jugando a la rayuela cuando apareció el muchacho de anteojos claros. Era el señor Julio, su nuevo maestro. Se había quedado mirándolo. —Sigue jugando, Romi. Ella así lo hizo. Años después, en el secundario, se puso muy contenta al tener de profesor de Literatura a su ex maestro Julio. El se acordaba de ella y aún la imaginaba jugando a la rayuela en el recreo. La adolescente supo que el maestro alegre que había conocido, ya no existía. Se había convertido en un profesor taciturno, que se entretenía escribiendo cosas en una libreta. Cuando Romina Pérez terminó la Facultad con la calificación de Distinguida en la carrera de Letras, lo primero que hizo fue comprar la novela que tanto éxito tenía y entonces supo el porqué de aquella tristeza del profesor Julio. El título del libro le decía que jamás aquel maestro la hubo de olvidar: Rayuela. También de ella se había borrado el corazón de niña. Un golpe de estado derrocaba a un presidente constitucional. Para siempre compartió la triste nostalgia de Julio Cortázar. Ahora la rayuela era jugada por hombres enérgicos y audaces, por la llamada Revolución Argentina, por la Argentina Potencia después y por el Proceso de Reorganización Nacional, al tiempo ■


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